El rol del educador y la idea del pensamiento crítico y la actitud filosófica
- Hacia una actitud
crítica - Nuevos
enfoques - El rol
docente hacia una actitud crítica - Algunas
consideraciones propias - Bibliografía
Introducción
Me pareció acertado, tomar y desarrollar un tema
que esta tan relacionado con la práctica docente de
nuestros días, como lo es el rol del educador y la idea
del pensamiento
crítico y la actitud
filosófica. Hablo de acertado, no sólo porque me
convenció el tema desde mi primer encuentro con el mismo,
sino también porque pretendo descubrir, a lo largo de este
trabajo, un
sentido diferente, "crítico" a mi propia práctica
habitual, ya que como docente actual, me corresponde el hecho de
reflexionar activamente sobre mis acciones.
Diariamente me pregunto, cuál es el rol del
educador frente a esta nueva infancia, tan
diferente, exigente y necesitada de perspectivas nuevas. Como
opina Cullen, actualmente lo que tenemos es una educación con los
"nombres desnudos"[1]. Esta metáfora de
Eco, nos da la pauta de que ya no se puede definir con claridad,
el rol docente, el rol de la infancia y ni siquiera es posible
conceptuar el significado de la
educación.
Por estas razones, mediante el recorte seleccionado,
estableceré según mi punto de vista, un esbozo de
algunas de las características que debería tener
este docente actual y su espacio de trabajo, interesado en
formar, según mi opinión, sujetos críticos
de su realidad y comprometidos con su contexto. Sujetos que sean
capaces de elaborar diferentes puntos de vista.
Relacionando autores de los tres ejes, intentaré
explicar, según mi criterio, los argumentos y las
condiciones que tenemos que tener en cuenta para que se considere
a un docente crítico. Actitud, que solo se logra si el
educador puede ser realmente observador de su propia
práctica y conciente de ella. Si se permite desarrollar un
punto de vista propio y permitir o admitir que no siempre sea el
correcto, si acepta que "el enseñar y aprender se van
dando simultáneamente"[2].
Hacia una actitud
crítica
Como punto de partida de mi trabajo, tomaré dos
metáforas de Eco, una de ellas ya comentada en la introducción.
"Antiguamente la rosa estaba junto con su nombre;
nosotros, en cambio,
tenemos los nombres desnudos"[3]. Esta
metáfora se refiere, según Cullen, a la mirada de
la educación, a partir del llamado mundo
moderno.
Con el advenimiento de las pedagogías modernas,
actualmente nos encontramos en una etapa de transformaciones en
la educación debido a los profundos cambios sociales por
los que atravesamos. Se presentan nuevas direcciones, problemas en
la toma de
decisiones, en las tareas que se proponen, en las
metodologías que se emplean. La educación ha
necesitado y necesita plantearse y replantearse su discurso.
Tantos cambios por los que esta pasando la
educación, obliga a construir y reconstruir sus conceptos
y discursos
utilizando los nombres que poseía antiguamente, no se
trata de desechar, sino de redefinir. Ante esta nueva
situación han quedado, parafraseando nuevamente a Eco,
"(…) los sujetos desfondados, escindidos,
fragmentados"[4], se hace necesario el
planteo de nuevos interrogantes, un nuevo accionar.
Así es como se comienza a plantear la
educación, no ya como una práctica natural o
cultural, sino desde un pensamiento crítico de su
discurso, dotado de carga histórica y social. Teniendo en
cuenta la intencionalidad del educador y replanteando los
objetivos que
se intentan lograr, se concibe la necesidad del educador de
desatar, según Saviani, una "actitud
filosófica"[5], reflexiva de las
problemáticas educativas de nuestro tiempo.
Esta actitud se refiere, en efecto, a una mirada
crítica, filosófica del discurso
educativo. Que pretenda problematizar a la educación desde
la práctica cotidiana, replanteando los objetivos que se
pretenden lograr desde dentro mismo de la realidad educativa por
medio de la filosofía de la educación. Dicha
práctica solo es posible si se la considera como no
acabada, interna y punto de partida de este acto
reflexivo.
Nuevos
enfoques
Partiendo de esta nueva perspectiva, pretendo abordar al
docente educador desde las características necesarias para
incorporar en su práctica esta actitud filosófica,
antes mencionada como pensamiento crítico.
Cuando hablo del rol actual del docente, no puedo evitar
referirme a la concepción moderna de "sujeto
moral"[6] en reemplazo del "individuo
prudente"[7].
Según Cullen, sujeto moral, se
refiere al individuo como
sujeto capaz de auto legislarse, de encontrar en la
relación con el otro, una cierta autonomía, es
decir la libertad para
llevar a cabo sus acciones.
Página siguiente |