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La administración del efectivo, como una necesidad para la gestión de la tesorería (página 2)



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Unido a lo anteriormente expresado, en las decisiones a corto
plazo el proceso de
decisión es continuo afecta la naturaleza
global de riesgo
rendimiento del negocio.

Ha sido objeto de estudio constante por numerosos autores que
en las empresas
coexisten dos ciclos, el del activo fijo o a largo plazo y el del
activo circulante o a corto plazo, atravesando ambos el conocido
proceso: dinero
bien – dinero. Se denomina como capital de
trabajo* al volumen de
recursos
financieros propios que normalmente habrá que poseer
materializados en inversiones
circulantes para que el ciclo corto pueda desarrollarse sin
problemas.

José Álvarez en su obra "Análisis de Balances. Auditoría, Agregación e Interpretación", manifiesta
refiriéndose a esta cuestión: "…En el normal
acontecer de la empresa se
generan multitud de hechos económicos administrativos que
considerados en su dimensión temporal presentan cierta
regularidad, al menos mientras no se modifican las condiciones
estructurales en cuyo marco se desenvuelve la unidad
económica. Nos referimos a los llamados ciclos internos,
los cuales podemos agrupar en dos categorías esenciales.
El ciclo largo y el ciclo corto o ciclo de ejercicio…

Por su parte Eduardo Bueno en su obra "Economía de la empresa",
expresa: "… La empresa en su vida económica, pasa por
unos períodos de tiempo o
ciclos que permanecen a lo largo de éste con cierta
regularidad si las condiciones estructurales internas o externas
se mantienen constantes. Estos ciclos internos tienen como fin,
fijadas ciertas condiciones, definir una tendencia en los
objetivos que
persigue la empresa. Ciclos que están relacionados con las
mutaciones patrimoniales y sus consiguientes problemas
valorativos

El ciclo corto, que recibe otras denominaciones como: ciclo de
explotación, ciclo de ejercicio o ciclo operativo,
condiciona inmovilizaciones de circulante como forma de inversión en la empresa y presenta cierta
permanencia en su dimensión temporal, ya que solo depende
de condiciones internas. El tiempo de circulación, es
decir, de recuperación en forma líquida de las
inversiones a corto plazo, está definido por el ciclo de
conversión en efectivo, ciclo de caja o como aparece en la
literatura
española período medio o de maduración.

Dicho ciclo mide el tiempo o duración del proceso de la
empresa desde que se invierte una unidad monetaria en dicho
proceso hasta que esta se recupera por el cobro de las ventas
efectuadas; esta circulación dependerá de las
características estructurales de la empresa, y si las
condiciones generales del sistema
económico permanecen inalterables este período
medio tenderá a permanecer constante también.

La definición más común de capital de
trabajo en la
literatura especializada es la que lo define como la diferencia
entre activos y pasivos
circulantes; autores como Bueno, Gitman y Brealey se refieren
también a su definición en su versión
financiera que se considera muy apropiada. De acuerdo con ellos
se puede definir el capital de trabajo atendiendo a su estructura
como: activos circulantes menos pasivos circulantes, y atendiendo
a su financiación como la parte de los recursos
financieros permanentes que están financiando las
inversiones en circulante, a la que llaman fondo de maniobra y
algunos autores capital circulante; en consecuencia muchos
economistas al referirse a la
administración del activo y pasivo circulante utilizan
el término de administración del capital de trabajo. Se
debe expresar que sobre este tema conceptual existen diversidad
de criterios, sobre todo los encontrados en la literatura
española y con enfoque contable, pero a los efectos del
presente trabajo no es objetivo el
análisis desde este punto de vista.

La mayoría de las empresas deben trabajar con un
determinado importe de capital de trabajo, pero su monto
requerido dependerá ante todo del campo en que desarrollan
su actividad. Existen empresas con flujos de caja muy predecibles
que pueden operar con un capital de trabajo negativo cuyo ciclo
de conversión en efectivo es también negativo, lo
cual no es muy común.

La base teórica que sustenta la utilización del
capital de trabajo para medir la liquidez es la convicción
de que mientras más amplio sea el margen de activos
circulantes sobre los pasivos circulantes, se estará en
mejores condiciones para pagar las cuentas en la
medida que vencen.

Al respecto se debe tener presente que el grado de liquidez de
cada activo y pasivo circulante es diferente; no obstante, Gitman
en "Fundamentos de Administración Financiera" plantea:
"…mientras más grande sea la cantidad de activos
circulantes existentes, mayor es la probabilidad
de que algunos de ellos puedan convertirse en efectivo para pagar
una deuda vencida

La génesis de la necesidad de capital de trabajo se
encuentra en la naturaleza no sincronizada de los flujos de caja
de la empresa; generalmente los flujos que resultan del pago de
pasivos circulantes son relativamente predecibles, siendo lo
más engorroso prever las entradas futuras de caja, ya que
es difícil conocer la fecha en que los activos circulantes
que no sean caja y valores
negociables podrán convertirse en efectivo.

Mientras más predecibles sean las entradas de caja
menor será el capital de trabajo que necesitará la
empresa, y vuelve a decir Gitman: "…lo que hace necesario
mantener fuentes de
entradas de caja (activos circulantes) es la incapacidad de la
mayoría de las empresas para igualar entradas y salidas de
caja

Retomando la idea del ciclo que recorren los activos
circulantes, es importante precisar que cuanto más
dilatado sea este ciclo más se demorará en
recuperar la liquidez inicialmente invertida y mayores
serán las necesidades de recursos, es decir, el fondo de
maniobra deberá ser mayor. Diversos autores han
representado gráficamente el ciclo corto, que en su
esencia no difiere; será utilizado en este trabajo el que
presentan Fred Weston, L. Gitman y Stephen Ross en sus
respectivas obras, el cual resulta muy didáctico.

Según estos autores, al principio del proceso se ve la
tesorería, un poco más tarde ésta queda
reemplazada por existencias de materias primas y más
tarde, por existencias de productos
terminados. Cuando los productos terminados se venden las
existencias dan paso a las cuentas por
cobrar, y finalmente cuando los clientes pagan
las facturas la empresa ve aflorar los beneficios y repone el
saldo de tesorería. En este proceso sólo hay una
constante: el fondo de maniobra sobre el cual refiere R.. Brealey
en su obra "Fundamentos de Financiación Empresarial": "…
esa es la razón por la cual el fondo de maniobra es una
útil medida resumen de activo y pasivos circulantes…" y
más adelante: "…La fuerza de la
medida del fondo de maniobra radica en que este no se ve afectado
por movimientos estacionales o temporales entre diferentes
activos y pasivos circulantes. Pero su fuerza es también
su debilidad, pues la cifra del fondo de maniobra esconde mucha
información interesante.

De lo anteriormente expuesto queda claro que cuando se habla
de capital de trabajo se trata de un fondo y no de un flujo
acerca de lo cual refieren Cañibano y Bueno en el libro
"Autofinanciación y Tesorería: el cash flow":
"…El fondo de maniobra, bajo este prisma estático, no
será sino una porción de esta riqueza que podremos
identificar con las inversiones circulantes: dinero, otros
activos financieros y existencias menos los pasivos financieros
de naturaleza corriente.

No obstante el carácter estático del fondo de
maniobra, esta magnitud lleva aparejada implicaciones
dinámicas, máxime cuando los elementos cuya
agregación lo configuran son tan cambiantes en el tiempo;
ya que como se había indicado, la razón de ser de
la misma no puede verse sino vinculada con las operaciones
corrientes de la empresa, cuya finalidad no es mantener las
inversiones en activo circulante, sino que le faciliten el normal
desarrollo de
sus operaciones. Por ello, cuando se analiza y se mide el fondo
de maniobra se trata de conocer la viabilidad de estas
operaciones, aunque como ya fue señalado se trata de una
magnitud de naturaleza estática.

Sin embargo, cada empresa o negocio adoptará una
determinada política con
relación a sus finanzas a
corto plazo la cual se compone de dos elementos: primero, la
magnitud de la inversión en activos circulantes que
usualmente es una medida relativa del nivel de ingreso operativo
total y segundo, la financiación del activo circulante que
es una medida de la proporción de deudas a corto plazo con
relación a las deudas a largo plazo.

Según James Van Horne en "Fundamentos de Administración Financiera": "… la
determinación de los niveles apropiados del activo y
pasivo circulante sirve en la fijación del nivel del fondo
de maniobra, e incluye decisiones fundamentales sobre la liquidez
de la empresa y la composición de los vencimientos de su
deuda. A su vez, estas decisiones reciben la influencia de un
compromiso entre rentabilidad y
riesgo.

Sobre el particular Bueno señala en si obra citada
":…La búsqueda de un capital de trabajo óptimo
implica una gestión
financiera y la determinación de una inversión en
circulante también óptimos. Es decir, el evaluar la
cuantía del capital circulante implica calcular la de cada
uno de sus componentes. Dadas las dificultades que encierra el
cálculo
de un capital circulante óptimo parece más
conveniente hablar de estimaciones tendentes al óptimo del
capital de trabajo
mínimo necesario para una gestión
económica eficaz.

A la hora de establecer la política de inversión
en activos corrientes la variable de decisión apropiada es
la composición de los vencimientos o liquidez, es decir,
la conversión de estos activos en efectivo además
se requiere la identificación de los diferentes costos de las
políticas financieras alternativas a corto
plazo.

De acuerdo a esto último se identifican dos tipos de
política: flexible y restrictiva. La primera presupone el
mantenimiento
de grandes montos de efectivo, hacer grandes inversiones de
inventario y
términos de crédito
liberales, la segunda por el contrario, conlleva bajos niveles de
efectivo, pequeñas inversiones de inventario y limitadas
ventas a crédito, lo cual elevará el riesgo de la
política pero con un consecuente incremento del
rendimiento.

Las políticas financieras flexibles son más
costosas al requerir mayores salidas de caja para financiar
efectivo, cuentas por cobrar e inventarios, y
por otro lado, serían mayores también las entradas
futuras de caja al ser estimuladas las ventas por el uso de
políticas de crédito que proveen un financiamiento
liberal a los clientes, los altos montos de inventario
propiciarían un servicio de
entrega rápida y se podrían cargar altos precios por
las condiciones anteriores, unido a lo cual, el riesgo de
faltantes se vería reducido.

En resumen como plantea Stephen Ross en "Corporate Finance":
"…la administración del activo circulante puede ser
considerada como la interrelación entre los costos que
crecen con el nivel de la inversión y los costos que
disminuyen con el nivel de la inversión…"

Los costos crecientes a que se hace referencia son
generalmente de dos tipos: el costo de
oportunidad que se origina porque la tasa de rendimiento es menor
que la de otros activos y los costos de mantenimiento de los
diferentes activos circulantes.

Los costos decrecientes son los que se incurren cuando la
inversión en activo circulante es baja y se pueden agrupar
en los costos de ordenamiento cuando se hacen pedidos, y los
costos relacionados con reservas de seguridad,
aquí se incluirían los costos por pérdida de
ventas, pérdida de clientes e interrupción del
programa de
producción.

En cuanto a la financiación de la inversión en
activo circulante se debe considerar que en el mundo real a largo
plazo una empresa que
se expande tiene requerimientos permanentes por activos
corrientes y fijos, que se resumen en: primero, una tendencia
creciente permanente de la inversión total, segundo,
variaciones estacionales alrededor de la tendencia, y tercero
fluctuaciones imprevistas.

A los efectos del financiamiento también existen
políticas flexibles y restrictivas. En la flexible se
financia el total de requerimientos de activos con fuentes
permanentes o a largo plazo, y cuando no haya necesidad del
recurso se comprarían valores negociables u otro tipo de
inversión. La política restrictiva implica
financiar con fuentes a corto plazo las variaciones estacionales
y con fuentes a largo plazo las necesidades permanentes.

Es importante considerar para el establecimiento de una u otra
política la reducción del riesgo de encontrarse en
apuros financieros (posibilidad de no contar en un momento
determinado con recursos para hacer frente a los compromisos
financieros), el vencimiento de
las deudas originadas por el financiamiento de activos a corto
plazo y el hecho de que en promedio son más costosos los
préstamos a largo plazo con relación a los de corto
plazo.

Finalmente, en gran medida lo que condiciona el uso de una u
otra política o una intermedia, es precisamente la
propensión individual al riesgo (aversión
individual al riesgo) de cada negocio que se manifiesta en las
decisiones que adopta el directivo, y que a pesar de ser algo
subjetivo, tiene un reflejo objetivo en la valoración y
selección de alternativas. De esta manera
cada empresa concretará su acción
en una determinada política en cuanto a la
inversión y financiación de su activo corriente, lo
que definirá la valoración del negocio desde el
punto de vista del riesgo.

Igualmente, las características de la actividad que se
desempeñe tendrá también una influencia
significativa en las posibilidades que tendrán los
directivos de llevar a cabo acciones en un
entorno económico donde la incertidumbre está
presente; la experiencia acumulada y el sentido común,
constituyen un elemento valioso que incidirá en la
racionalidad de la estrategia
empleada.

De acuerdo a lo expuesto hasta el momento resulta evidente la
complejidad de las decisiones a corto plazo, y su tributo al
logro del objetivo de la empresa. De hecho la
determinación del fondo de maniobra como medida resultante
de las decisiones relacionadas con el activo y pasivo circulante
tiene una dimensión más corta en las operaciones
corrientes y otra a largo plazo en las operaciones de capital, si
se quiere que este ciclo económico se desarrolle
armónicamente es preciso partir de un equilibrio
financiero a corto plazo.

Efectivo

Según Charles Hongreen significa efectivo, dinero y
cualquier medio de cambio que
acepte el banco a su
valor nominal,
el efectivo incluye el dinero en
billetes, monedas, los certificados de depósitos y los
cheques, tanto
se conserven a la mano en una caja de seguridad o registradora o
en el banco.

Según Douglas Garbult, se considera efectivo todos
aquellos activos que generalmente son aceptados como medio de
pago, son propiedad de
la empresa y cuya disponibilidad no esta sometida a ningún
tipo de restricción.

De acuerdo con lo expuesto, será aceptado como efectivo
lo siguiente:

  • 1. Efectivo en Caja:

  • Monedas y billetes emitidos por el Banco Central. Monedas
    y billetes de otras naciones (divisas).

  • Cheques emitidos por terceras personas que están
    pendientes de cobrar o depositar. 

  • Cheques de gerencia pendientes de cobrar o depositar.

  • Documentos de cobro inmediato o que pueden ser depositados
    en cuentas corrientes bancarias tales como: giros bancarios,
    telegráficos o postales, facturas de tarjetas de
    crédito por depositar, etc.

2. Efectivo en bancos

  • Cuentas bancarias de depósitos a la vista o
    corrientes en bancos nacionales. 

  • Cuentas en moneda extranjera depositada en bancos del
    exterior, siempre que en esos países no existan
    disposiciones que restrinjan su disponibilidad o controles de
    cambio que impidan su libre convertibilidad.

  • De ser considerada esta partida como efectivo,
    deberá ser previamente traducida a moneda nacional, al
    tipo de cambio que para ese momento exista.

  • Cheques emitidos por la propia empresa contra la cuenta
    corriente de algún banco pero que, para una
    determinada fecha, aún no han sido entregados a sus
    beneficiarios. 

Es obvio que, en este caso, a pesar de que el cheque haya
sido emitido y deducido del saldo del banco en los libros,
podemos en cualquier momento, disponer de ese dinero para otros
fines, mientras se mantengan en poder de la
empresa los cheques que habían sido emitidos.

El efectivo es importante para que la entidad pueda operar .La
supervivencia y el crecimiento a largo plazo de una entidad,
dependen de la generación continúa de cierta
cantidad de beneficio (después de impuestos) pues
sin embargo a corto plazo, lo más importante es seguir
funcionando, o lo que es lo mismo, después de ingresos
suficiente para afrontar los pagos y evitar así la
quiebra
motivada por una situación de insolvencia.

La Administración financiera a corto plazo en general y
la tesorería en particular tiene como uno de sus objetivos
fundamentales garantizarle a la empresa la liquidez suficiente
para poder operar, es decir, que la empresa pueda pagar sus
deudas a corto plazo en el momento del vencimiento, pero al menor
costo posible.

Esta aclaración es válida si tomamos en cuenta
que a mayor capital de trabajo (AC > PC) mayor liquidez, menor
riesgo de no poder pagar las deudas a corto plazo en el momento
del vencimiento pero mayor costo en el financiamiento ( ya que
toda la parte del activo circulante que no esté financiada
con fondos a corto plazo estará financiada con fondos a
largo plazo que son mas costosos) y a mayor costo en el
financiamiento, menor rendimiento en el financiamiento, es decir,
en el uso del dinero; por tanto toda la preocupación del
administrador
financiero en el corto plazo, gira alrededor del efectivo para
operaciones y del movimiento del
mismo o cash-flow.

Objetivo de la
administración del efectivo.

La administración del efectivo* y de los valores
negociables es uno de los campos fundamentales de la
administración del capital de trabajo, ya que al ser los
activos más líquidos de la empresa suministran los
medios para
pagar las deudas en la medida que vencen. Según L. Gitman
en su obra citada:"…estos activos líquidos ponen a
disposición un colchón de fondos para cubrir
erogaciones imprevistas y reducir en esta forma el riesgo de una
crisis de
liquidez…"(14); teniendo en cuenta que finalmente los restantes
activos circulantes se convierten en efectivo, éste es el
denominador común al cual pueden reducirse todos los
activos líquidos.

Al directivo financiero le corresponde velar porque se
mantengan saldos adecuados de efectivo y administrarlos con el
menor costo posible, también por añadidura puede
generar utilidades a través de la inversión de los
excedentes de tesorería; sobre el particular opina Van
Horne: "…La administración del efectivo incluye la
administración del dinero de la empresa con el fin de
maximizar la disponibilidad de efectivo y las utilidades por
intereses sobre cualquier fondo inactivo.

El efectivo es el activo de más bajo rendimiento debido
a que si no está invertido lógicamente no
ganará intereses; sin embargo todas las empresas mantienen
determinada suma de dinero en su caja y en el Banco para pagar
sus cuentas. En este sentido la generalidad de los autores
especialistas en esta temática coinciden en que existen
tres motivos fundamentales que justifican la tenencia de
efectivo: el motivo transaccional, el precautorio y el
especulativo.

Los saldos de transacción se conservarán para
afrontar las necesidades de rutina; los saldos de
precaución servirán para enfrentar necesidades
imprevistas y los saldos de especulación permitirán
aprovechar las oportunidades que se puedan presentar fuera del
curso normal de las operaciones.

Como alternativa para los saldos ociosos que no producen
interés, la empresa generalmente invierte
en valores negociables que son aquellos que pueden convertirse en
efectivo con cierta rapidez, aunque sin garantía de que
los precios no fluctuarán haciendo que la empresa obtenga
una utilidad o sufra
una pérdida al efectuar la conversión. En aquellos
países donde no existe mercado de
valores el efectivo inactivo puede tener otro tipo de
colocación (ampliación del período de cobro
a los clientes, pago anticipado a proveedores,
etc.).

Diversos economistas en sus estudios han enunciado lo que a su
juicio constituye el objetivo de la administración del
efectivo, existiendo consenso entre ellos en que se trata de
lograr mantener el mínimo de efectivo para garantizar las
operaciones corrientes del negocio.

Al respecto establece Stephen Ross en su obra citada: "…el
objetivo básico de la administración del efectivo
es mantener la inversión de efectivo tan baja como sea
posible manteniéndose operando las actividades de la firma
eficientemente y con eficacia…"(16)

Bolten por su parte en "Administración Financiera"
expresa: "…Se quiere minimizar los saldos de efectivo ociosos
porque no producen nada para la empresa; pero al mismo tiempo se
debe contar con el efectivo suficiente para no interferir en el
proceso ordenado de producción y venta

Según Brealey en su libro "Fundamentos de
Financiación Empresarial", "… el equilibrio entre los
beneficios y los costes de la liquidez es una parte esencial de
la gestión de tesorería

Philippa L. Back en "Gestión de Tesorería de
empresas" enmarca la gestión de tesorería dentro de
la función
financiera de la empresa y establece que: "…la función
de la gestión de fondos es parte de la tesorería.
Su papel suele consistir en el manejo del efectivo y la interfase
directa con el mercado, para
comprar o vender dinero o divisas. Como
resultado su horizonte es predominantemente a corto plazo, en
contraposición con el papel de la financiación
estratégica a largo plazo.

Resulta evidente que en lo fundamental la
administración de caja debe garantizar la tenencia de
efectivo que permita atender las necesidades previstas e
imprevistas del negocio, y a la vez que este saldo se encuentre
en los niveles más bajos posibles dado el costo de
oportunidad en que se incurre al no poder colocarlo para generar
utilidades.

Según Stephen Ross la administración del
efectivo incluye tres aspectos fundamentales: 1) la
determinación de la necesidad óptima de efectivo,
2) la recolección y desembolsos de efectivo de forma
eficiente y 3) la inversión del exceso de efectivo.

En cuanto al campo que abarca la administración del
efectivo la generalidad de los especialistas coinciden, aunque
algunos no enmarcan dentro del mismo el problema de la planeación
de los flujos de caja, que es una parte medular de la
regulación y control de las
necesidades de efectivo.

El establecimiento de una política en cuanto a la
administración de la tesorería incluye diversos
aspectos entre los que resultará necesario examinar las
características de los flujos de caja, los patrones
cíclicos, temporadas de las ventas y la
recuperación de las cuentas por cobrar; asimismo,
habrá que estudiar las características de las
salidas de caja, pago de sueldos, compras de
materias primas, pago de intereses, el patrón de cuentas
por pagar, la amortización del pasivo y los impuestos,
entre otros.

Otro aspecto a tener en cuenta para el establecimiento de
dicha política, es la determinación de los costos
asociados con un faltante de efectivo y con la
conservación del efectivo inactivo; de la misma manera,
luego de haberse trabajado la sincronización de los flujos
de caja y los aspectos económicos de la
administración del efectivo, los directivos financieros
deberán ocuparse de la incertidumbre asociada.

El estudio del
efectivo nos lleva necesariamente a la gestión de
tesorería.

La actividad de tesorería juega un papel fundamental en
la administración eficiente de los recursos financieros,
ella es la parte de las finanzas que se dedica al estudio,
gestión y control del efectivo. El departamento de
tesorería de una empresa abarca áreas tales
como:

  • La presupuestación.

  • La gestión de circulante.

  • La gestión de la liquidez.

La presupuestación es la parte de la tesorería
encargada de la proyección del efectivo jugando el rol
protagónico el presupuesto de
efectivo.

La gestión del circulante abarca las políticas y
estrategias del
activo circulante en general, así como la
concepción y determinación de las entradas y
salidas de efectivo, la necesidad de la determinación de
un saldo óptimo y el control de lo que se
presupuestó. Es un concepto amplio
que incluye la gestión de la liquidez y que converge
necesariamente con el estudio del efectivo por referirse
también a la actividad operativa de la empresa.

La gestión de la liquidez se refiere al uso racional
del efectivo y tiene entre sus objetivos:

  • No mantener saldos ociosos. Efectuar los pagos a
    tiempo.

  • Evitar trabajar con tasas de interés y tasas de
    cambio desfavorables.

Para cumplir estos objetivos la gestión de liquidez
se encarga de:

  • La administración del efectivo (cash
    management).

  • La gestión de fondos.

  • La gestión de riesgos de cambio e
    interés.

Una buena tesorería no es nunca fruto de
improvisación del momento se basa en:

  • Que la empresa obtenga benéficos

  • Que la gestión financiera y general de la empresa,
    se haya planteado con toda seriedad.

La tesorería financia todo el ciclo productivo en toda
empresa en marcha, se produce una circulación continua de
capital, que discurre desde el propio dinero metálico que
se mantiene en caja y bancos, los bienes
materiales
(inventarios equipos y edificios), y los activos financieros
semilíquidos (cuentas por cobrar), los que finalmente
terminan convirtiéndose en efectivo.

Este fluir monetario generado por las actividades propias del
negocio puede ser incrementado por fuentes ajenas mediante
préstamos aumentos de capital.

La administración del efectivo o cash management
permite la toma de medidas de carácter estratégico
y organizativo que afectan los flujos monetarios y por tanto a
los resultados financieros. Este concepto cobra mayor importancia
cuando existen situaciones de altos costos el dinero o de
recesión con estrechez de los márgenes de
beneficio.

En el concepto de cash mananement se encierran 2 ideas
fundamentales:

  • management o gestión que significa análisis,
    mejora, eficiencia, búsqueda de beneficios.

  • cash o efectivo que implica liquidez. Este término
    se puede ver desde dos puntos de vistas:

 

  • la liquidez como concepto más amplio que incluye la
    gestión de ventas y cobros a clientes y la
    gestión de compras y pagos a proveedores.

  • La liquidez vista como liquidez inmediata
    refiriéndose exclusivamente a los aspectos de
    carácter técnico del efectivo inmediato donde
    es importante la determinación del saldo óptimo
    de efectivo.

Por su parte la gestión de fondos se refiere a la
inversión del efectivo ocioso o a la búsqueda de
financiamiento necesario adicional.

La gestión de riesgo de cambio e intereses se refiere a
la necesidad de cubrirse del riesgo de cambio e interés a
partir del estudio y utilización de los instrumentos
existentes para estos fines dada la necesidad de utilizar una
canasta de monedas para la valoración de cada una de ellas
y sus interrelaciones buscando el mayor rendimiento en el uso de
las mismas.

A partir de aquí podemos señalar que las
funciones
fundamentales de la tesorería son:

  • Control y planificación de la liquidez.

  • Gestión de las necesidades y los excedentes a corto
    plazo.

  • Gestión de operaciones en divisas.

  • Control y valuación de riesgos en las operaciones
    de tesorería.

  • Administración de la exposición al riesgo de
    cambio.

  • Contabilizar las operaciones de tesorería,
    así como determinar su rentabilidad.

  • Control de las operaciones de tesorería.

  • Control y gestión de las relaciones bancarias.

Problemas
más importantes en la tesorería según
Weston

  • 1. Insolvencia: El no contar con la suficiente
    disponibilidad en el tiempo y lugar adecuado para hacer
    frente a las obligaciones y financiaciones de la empresa, el
    incumplimiento de este objetivo puede tener serias
    consecuencias, tales como el descrédito, la necesidad
    de acudir a sistemas poco favorables de financiación.
    Pudiendo llegar finalmente a la quiebra por falta de
    liquidez.

  • 2. Falta de capital: El no mantener un saldo de
    tesorería que permita a la empresa sostener decisiones
    empresariales del corto, mediano y largo plazo, referidos al
    financiamiento del capital de trabajo operativo, a la
    ampliación de sus mercados (lanzamiento de un nuevo
    producto a la actualización tecnológica, la
    cual es sumamente acelerada u otras inversiones en planta o
    equipos).

Una buena y segura administración del efectivo permite
a la empresa, una mejor gestión de tesorería. Por
tanto: Teniendo efectivo la empresa podrá hacer frente
a determinadas necesidades tales como:

  • Aprovechar posibles descuentos por pronto pago, los cuales
    constituyen una oportunidad de pago inmediato.

  • Mantener buenos indicadores de liquidez (de solvencia y
    liquidez inmediata) los cuales se exigen en el
    análisis de otorgamiento del crédito.

  • Aprovechar oportunidades de expansión para crecer
    en el mercado.

  • Satisfacer emergencias y mantener el saldo compensatorio
    que esté convenido con el banco.

Importancia
de
la administración del
efectivo.

La administración del efectivo y los valores
negociables es una de las áreas más importantes de
la administración del capital de trabajo. Como ambos son
los activos más líquidos de la empresa, pueden
constituir a la larga la capacidad de pagar las cuentas en el
momento de su vencimiento. En forma colateral, estos activos
líquidos pueden funcionar también como una reserva
de fondos para cubrir los desembolsos inesperados, reduciendo
así el riesgo de una "crisis de solvencia". Dado que los
otros activos circulantes (cuentas por cobrar e inventarios) se
convertirán finalmente en activo mediante la cobranza y
las ventas, el dinero efectivo es el común denominador al
que pueden reducirse todos los activos, líquidos.Los
"valores negociables" son instrumentos de inversión a
corto plazo que la empresa utiliza para obtener rendimientos
sobre fondos temporalmente ociosos. Cuando una empresa
experimenta una acumulación excesiva de efectivo,
utilizará una parte de él como un instrumento
generador de intereses. Aun cuando los bancos comerciales pueden
pagar intereses sobre los depósitos a la vista, los
clientes perciben generalmente tal compensación por los
saldos en sus cuentas, en forma de honorarios reducidos por
servicio o tasas menores de interés sobre
préstamos, o bien ambas cosas. Ciertos sistemas de
obtención de intereses altamente líquidos permiten
a la empresa percibir utilidades sobre el efectivo ocioso, sin
que por ello sacrifiquen parte de su liquidez.Las estrategias
básicas que deberán seguir las empresas en lo
referente a la administración del, efectivo son las
siguientes:1.- Cubrir las cuentas por pagar lo más tarde
posible sin ganar la posición crediticia de la empresa,
pero aprovechando cualesquiera descuentos en efectivo que
resulten favorables.

2.- Utilizar el inventario lo más rápido
posible, a fin de evitar existencias que podrían resultar
en el cierre de la línea de producción o en una
pérdida de ventas.3.- Cobrar las cuentas pendientes lo
más rápido posible sin perder ventas futuras debido
a procedimientos de
cobranza demasiado apremiantes. Pueden emplearse los descuentos
por pronto pago, de ser económicamente justificables, para
alcanzar este objetivo.

Aplicar en un caso práctico estrategias de la
administración del efectivo.Retraso de las cuentas por
pagar. Una estrategia de la que "KLN"dispone es "retrasar sus
cuentas por pagar", es decir, pagar sus deudas lo más
tarde posible sin ganar su reputación crediticia. Es
importante observar que aunque ésta es una estrategia
financieramente atractiva, trae consigo un conflicto de
tipo ético, pues puede ocasionar una infracción por
parte de la empresa en el acuerdo con su proveedor. El retraso de
las cuentas por pagar es una estrategia que debe considerar toda
empresa que desee reducir sus requerimientos de caja y, por lo
tanto, sus costos de operación.

El presupuesto de efectivo es muy importante ya que permite
conocer en qué momento y aproximadamente en qué
cuantía la entidad tendrá necesidades de efectivo a
corto plazo y consecuentemente buscar su financiación o si
por el contrario tendrá excedentes temporalmente ociosos
que podrían ser invertidos y de esta manera poner a rendir
el dinero, es decir, que el presupuesto de efectivo permite que
la gerencia
esté mejor preparada para afrontar la situación
futura del efectivo, además de poder lograr un mayor
control de la utilización del efectivo esperado y tratar
de garantizar la, liquidez necesaria para la entidad.

En resumen, aunque algunos autores no le dan la importancia
que lleva la administración del efectivo a corto plazo,
podríamos decir que sin efectivo a corto plazo, no se
pueden crear planes a largo plazo, entonces la empresa no
podría operar con una optima eficiencia.

Conclusiones

  • Se concluye que la empresa, si lleva una
    administración eficiente del efectivo, tendrá
    una mayor liquidez.

  • Una buena gestión de tesorería de la
    empresa, implica que tendrá efectivo para hacerle
    frente a las obligaciones en el corto plazo.

  • El efectivo a corto plazo, le permitirá a la
    empresa crear planes para hacerle frente a las obligaciones a
    largo plazo.

Recomendaciones

  • Realizar reajustes en la política crediticia, que
    permitan mejorar los ciclos de Cuentas por cobrar y aumentar
    el ciclo de rotación de los fondos líquidos. No
    recurrir a los créditos a corto plazo, siempre que se
    pueda obtener financiamiento gestionando las cuentas por
    cobrar, teniendo en cuenta que esta forma de financiamiento
    es más cara y más comprometida para una
    empresa

  • Realizar periódicamente el análisis de los
    factores que influyen en la liquidez de las empresas, para
    realizar así una correcta administración de
    efectivo que permita obtener los flujos monetarios y los
    resultados financieros esperados por la empresa.

  • Las empresas tienen que gestionar una
    administración eficiente del efectivo, para hacerle
    frente a las obligaciones, tanto en el corto como en el largo
    plazo.

Bibliografía

  • 1. Meigs & Meigs: Contabilidad. La base para
    decisiones gerenciales. Octava Edición. Editorial Mac
    Graw Hill

  • 2. Gitman. Lawrence: Fundamentos de
    Administración Financiera. Tomo I Editorial MES.

  • 3. Amat, Oriol: Análisis de Estados
    Financieros. Fundamentos y aplicaciones. Ediciones
    Gestión 2000, S.A. (Segunda Edición). 1995.

  • 4. Brealey, Richard A. Y Myers, Stewart C.
    "Fundamentos de Financiación Empresarial" Cuarta
    edición. Mc Graw Hill Interamericana de España
    S.A. Año 1995

  • 5. Weston J. Fred y Brigham, Eugene F. "Fundamentos
    de Administración Financiera". Décima
    edición. Mc Graw Hill Interamericana de México.
    S.A. de CV. Año 1994

  • 7. www.gestiopolis.com

  • 9. www.unamosapuntes.com

  • 10. www.elprisma.com

 

 

 

Autor:

MSc. Migdalia Álvarez
Peña

Coautora: MSc. Saskia Cosano
Delgado.

Partes: 1, 2
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