Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Integración de la verdad absoluta a otras "verdades" en el proceso de aprendizaje (página 2)



Partes: 1, 2

La fe modelada en la vida de un padre o un maestro puede
contribuir a fomentar la fe en el individuo. Esto
puede ser un camino a tener una experiencia personal, intima
con Dios. Cuando se observa la biblioteca
natural, se trata de palpar con la vivencia, el estudiante puede
empezar a despertar su interés
por tener mayor fe, confianza en su Creador, "la fe puede
comenzar con una relación o una experiencia espiritual. El
orden no es importante"[5]. Pero si juega un papel
importante las dimensiones de la fe en el salón de
clase. No se
puede pasar por alto que la integración de esa fe en los aprendizajes,
es un proceso
resultante en la dinámica enseñanzaaprendizaje.

¿QUÉ ES
APRENDIZAJE?

Definir aprendizaje no ha sido tarea fácil, ya que se
considera como una de las funciones
mentales más importantes en los seres humanos. Grosso modo
es considerado como la adquisición de conocimiento a
partir de una información suministrada. Este es a su vez
un proceso inherente al ser humano que es determinado por
diversos factores biológicos, fisiológicos,
culturales, entre otros. Por supuesto que este fenómeno ha
sido abordado por diversos estudiosos (Piaget,
Vigotsky,
entre otros) a través de los tiempos quienes han planteado
sus teorías. El aprendizaje
viene a ser el resultado del hecho de la enseñanza. La
caracterización de la enseñanza, según
Palmer[6](1983) es vista como la creación
de "un espacio en el que la obediencia a la verdad se practica
"(p.69) para ser más instructivo. No se puede infundir la
obediencia a la verdad usando medios de
coacción dictatoriales, esta obediencia debe ser negociada
y acordada dentro de un marco de equidad y
conciencia. En
consecuencia todo espacio para el aprendizaje, debe
caracterizarse por ser abierto, con límites y
parámetros bien definidos, y con ambientes apropiados. Los
maestros al fundamentarse en una perspectiva de
integración de su fe en la enseñanza pueden
eliminar con la verdad absoluta las barreras e incongruencias que
estén obstaculizando el sublime acto del aprendizaje
cristiano y a su vez podrán realizar acciones que
tiendan a motivar a los estudiantes, donde cada uno de ellos
perciban la importancia de ver todas las cosas a través de
la verdad de Dios. Este estilo de enseñanza que promueve
el verdadero y asertivo aprendizaje en el campo de la educación
cristiana debe ser parte de la filosofía escolar y a su vez estar
sustentando en la cosmovisión institucional. Cuando el
aprendizaje es abierto, reflexivo, y con carácter democrático, participativo,
social, los estudiantes y maestros experimentan, viven un sentido
de libertad,
motivación, y con expectativas permanentes
las cuales se ven saciadas permitiéndoles continuar en el
liderazgo de
enseñanza/aprendizaje.

En el argot de la educación cristiana
bien se pudiera definir el aprendizaje como la facultad que da
Dios al hombre para
que comprenda su existencia, la razón de su vivir, y pueda
retornar al sitial del que fue sacado a causa del pecado
original en el paraíso edénico. Para esto es
necesario que el maestro cristiano eche mano de la
integración.

¿PARA
QUÉ ABORDAMOS LA INTEGRACIÓN DE LA FE Y EL
APRENDIZAJE?

Lionel Matthews, en su
artículo[7]considera que existen maneras o
razones para abordar la integración de la fe y el
aprendizaje en diversas situaciones del hecho educacional:

  • La integración de la fe y el aprendizaje, como
    institución constructora a través de la
    transmisión de valores y la facilitación de
    compromisos de fe.

  • La integración de la fe y el aprendizaje, como la
    deconstrucción de constructos dicotómicos.

  • La integración de la fe y el aprendizaje como la
    integración del saber y el hacer.

Otros autores hacen consideraciones que llaman a la
reflexión a los educadores cristianos a revisar su
práctica escolar, Declaró Oona Stannard, director
del CES: "Las escuelas de la fe ayudan a la juventud en
muchas maneras, menos a conocer más sobre religión y su lugar
en sus vidas"[8].

Dentro de este marco de ideas se puede apreciar la relevancia
del por qué se hace necesario la integración como
hecho que permite construir esquemas axiológicos,
dilucidar dudas sobre cuestiones fundamentales para la vida
cristiana y a su vez fusionar las verdades relativas del hombre a
la verdad absoluta para aclarar y dar un conocimiento firme,
real, y preciso útil para la vida en un marco de la
intelectualidad y la espiritualidad. Cuando el maestro capta la
esencia de tales efectos de la integración, puede de
inmediato poner en acción
una práctica educativa asertiva dado su compromiso de fe
en aras de servir al colectivo de aprendizaje, vale decir, en
primer plano a sus estudiantes y comunidad
circundante en general.

¿QUÉ ES INTEGRACIÓN EN
EL AULA?

Asistir a las actividades religiosas no sólo
proporciona una expresión de la fe, sino que
también contribuyen al desarrollo de
la fe[9]Muchos educadores cristianos han centrado
su integración de la fe en el aprendizaje realizando
únicamente actividades parceladas en sus espacios
escolares creyendo que es la mejor manera. Una simple, pero a lo
mejor necesaria, actividad cultual antes, entre o después
de la clase no es garantía de que se está llevando
un verdadero proceso interaccional que sea útil y
apropiado para la vida de los estudiantes, que en un momento
determinado dejarán dichas instituciones
educativas cristianas.

Es preciso tener en consideración que el ser humano
tiene la disposición de aprender realmente sólo
aquello a lo que le encuentra sentido o lógica
para su diario vivir. El maestro cristiano en el aula debe tener
siempre presente que está educando para la vida, esto hay
que enfatizarlo en los objetivos
educacionales. El ser humano tiende a rechazar aquello que no
tiene sentido para su vida, para satisfacer sus necesidades
diarias. Evidentemente que esta reflexión debe llevar al
docente cristiano a revisar su praxis en el
aula y cuestionarse con sentido de reflexión profunda:
¿Qué es integración en el aula?
¿Qué debo integrar en el aula? ¿Cuál
será el fundamento de esa integración? ¿Por
qué debo apuntar esa integración para la vida?
entre otras interrogantes, las cuales le permitirán
abordar con mayor conciencia ministerial su trabajo
escolar desde la práctica diaria en el aula.

Palmer, citado por Lionel Matthews, en su artículo
dimensiones de la fe y el aprendizaje, una perspectiva
sociológica
, presenta algunas características
que deben operar y ser manifiestas en el trabajo de
aula, y que sirven de guía para determinar en alguna
manera la existencia de una integración de la fe y el
aprendizaje en su mínimo irreducible. Veamos:

  • Los maestros cristianos enseñan mucho más de
    lo que esperan de ellos, es decir, tratan de llevar a sus
    estudiantes a la roca de la Verdad, no se permiten generar
    sólo aprendizajes repetitivos, memorísticos,
    puramente mecánicos. "Con este fin el respeto al
    individuo como agente moral libre es fundamental, y requiere
    la adopción de estrategias de enseñanza que
    fortalezca la autonomía de los estudiantes y elimine
    la posibilidad de que él / ella se conviertan en un
    mero reflector de los pensamientos de otros hombres" (White
    1903, P. 12).[10]

  • Hay respeto mutuo entre maestros y estudiantes, el
    aprendizaje generado en la dinámica del aula bajo una
    verdadera y apropiada integración permite aprendizajes
    significativos en un ambiente relacional, espiritual,
    intelectual y por ende interactivo. El sentido lo da la
    relación del nuevo conocimiento con conocimientos
    anteriores, con situaciones cotidianas, con la propia
    experiencia del estudiante y el docente, con situaciones
    reales que sirven de modelo para imitar o no. Este clima de
    respeto mutuo y compartido lo aporta la llave del
    éxito que refiere Jesús para las distintas
    áreas de la vida, el amor, que impregna toda la
    atmósfera y la hace agradable y saludable para el
    sublime acto de enseñanza-aprendizaje en el aula.

  • Los docentes son sensibles a las peculiaridades
    individuales incluyendo los estilos de aprendizaje y adopta
    las medidas apropiadas para satisfacer cada necesidad. El
    docente cristiano requiere por consiguiente, saber que cada
    estudiante es una individualidad como ser homo-social,
    espiritual; "incluso términos como la espiritualidad,
    los valores cristianos, el carácter y la fe pueden
    entenderse de una manera diferente de un estudiante a
    otro"[11].

  • Los maestros demuestran amor, cuidado, y actitudes no
    punitivas hacia los estudiantes. Suelen ser más amigos
    que catedráticos o poseedores exclusivos del
    conocimiento, permitiendo de esta manera que el estudiante
    logre visualizar que la única fuente de Verdad
    Absoluta es La Palabra de Dios y la gran biblioteca natural
    que da testimonio de esa verdad ineludible. Cuando ambos,
    perciben esta realidad a través de la
    integración de la fe en el aprendizaje, dan la gloria
    al merecedor de toda honra y alabanza; nadie le quita la
    gloria al Creador, todos dan gracias por develar, transferir
    esas grandes verdades al intelecto del hombre. Aun las
    verdades que parecen relativas cuando son integradas y
    focalizadas desde la óptica de la verdad Absoluta
    forman parte de la Gran Verdad.

  • Se caracterizan por ser más colaboradores que
    competitivos. Es decir, el maestro cristiano asume en su
    integración de la fe en el acto de enseñar el
    rol de servidor, ministrador de la multiforme gracia de Dios,
    quien le ha permitido conocer y tener acceso al conocimiento
    incluso científico para contemplar la grandeza del
    Creador. Acá está en juego una educación
    cristiana que apunta al acto ministerial en esencia. Por esta
    razón Pablo advierte que quien sabe algo, haga como
    quien no sabe nada.

  • Crean un entorno lo suficientemente flexible para permitir
    la creatividad, por la que tienen suficiente estructura para
    generar un sentido de seguridad. Dado que todo ser humano es
    imagen y semejanza de Dios, ese elemento de la creatividad
    opera aun en éste a pesar de su condición de
    caído. Cuando el estudiante comprende que Dios es
    creativo y ve en sí como ser hecho a imagen de este
    único y Todopoderoso Ser, valora su condición
    humana y se identifica con mayor plenitud como un hijo de
    Dios. Esta flexibilidad que en los ambientes seculares se la
    auto-atribuyen a las personas como simples seres
    intelectuales, en la educación cristiana cambia su
    ángulo de focalización y apunta al que hizo los
    cielos y la tierra, con la variante, que el estudiante que ha
    entendido la integración de su fe cree y considera que
    es un don de Dios.

  • Los maestros son pacientes, reflexivos, benignos, y
    aceptan a los demás. Esto es de suma importancia, pues
    se crea un ambiente especial para la interacción entre
    los estudiantes. Jesús es el modelo de tales
    cualidades de maestro, aceptó a los de su tiempo como
    eran, no los criticó sino que les mostró lo que
    deberían ser. Su benignidad y su amor permanente hizo
    que tan sólo con sus hechos y acciones todos
    reaccionaran, unos para aceptarle sus preciosas
    enseñanzas, y para ruina de otros, las rechazaron;
    pero lo cierto fue que su enfoque educacional de
    integración de su fe en su gran aula de la vida
    generó impacto total, tan fuerte, que aun en nuestros
    tiempos postmodernos sigue afectando a la humanidad. Cuando
    el maestro muestra este modelo en la práctica en su
    integración de la fe, se pueden tener estudiantes con
    deseos de ser estudiantes cooperadores, respetuosos,
    cuidadosos, y perdonadores.

LA
INTEGRACIÓN COMO ENFOQUE IMPORTANTE EN EL DESARROLLO
ESCOLAR

Para nadie es un secreto que todo estudiante frente al acto de
aprender demuestra cierto miedo o temor. Su posición
frente al mundo secular e incluso frente a la educación
cristiana se ve afectada de manera negativa o positiva
respectivamente, no obstante, en el contexto cristiano pareciera
que se va a ser objeto de medición y eso le atemoriza, "hay a veces
una supuesta tensión o incluso conflictos
entre el aprendizaje y la fe[12]

Precisando, para muchos maestros, haciendo referencia a los
cristianos, creen que la fe y el aprendizaje son incompatibles,
que no existe relación, ya que han apuntado la fe hacia un
extremo como elemento netamente cultual, y el aprendizaje lo han
direccionado al plano del conocimiento
técnico-científico; y si tienen que abordar
aspectos de la Biblia y/o teológicos prefieren hacerlo de
manera paralela. Este fenómeno de abordamiento
podría llamarse "bifurcación de
verdades".[13] Cuando el maestro considera que tal
integración no es necesaria, pertinente o no tiene
relevancia, de hecho está estimulando al estudiante a
distanciarse de su esencia como individuo
cristiano, le está afectando el desarrollo de su
cosmovisión cristiana, está castrando en cierta
medida su derecho de desarrollar una perspectiva visionaria
holística del mundo, del universo, del
contexto, bajo la óptica
cristiana. Esta postura del docente cristiano bloquea, crea un
muro de resistencia al
estudiante que le impide entrar con mayores profundidades en su
fe, en sus creencias, y por ende afecta el aprendizaje como ser
social, espiritual, que anda en búsqueda de una mayor
percepción del mundo a través de la
óptica del Creador.

Si hay solución, si hay respuesta para que los
estudiantes amen y persigan desde sus ambientes y espacios de
aprendizaje la verdad, y descarten o deslastren de sus vidas
internas ese temor de aprendizaje integrado a la fe,
situación que va a permitirles con mayor éxito
reforzar y extender su fe. Los estudiantes deben entender que la
verdad absoluta sólo pertenece a Dios, pero que hay otras
"verdades" que están bombardeando diariamente, y que como
varones y mujeres de Dios es vital que las tales sean abordadas
desde una perspectiva cristiana a la luz de la Verdad
de Dios. Diariamente se está librando la gran batalla,
necesario es debatir, luchar, pelear la batalla espiritual frente
al mundo postmoderno, que ataca desde el campo intelectual,
filosófico, científico, social, cultural, y que por
ende, se requiere de individuos cristianos bien formados e
informados, con principios y
estructuras
axiológicas cónsonas con la Verdad de Dios. Pedro
lo recomienda ".estén siempre preparados para responder a
todo el que les pida razón."[14], vale
decir, que no haya sorpresa en cada estudiante cristiano cuando
tenga que hablar, debatir o defender su creencia frente a
cualquier hecho científico, social, y que amerite
respuesta articulada a la Verdad, Ejemplo, el origen de la
vida.

Los estudiantes deben estar conscientes de que su mente,
alma y
corazón, como estructura de
su mundo interior, pueden ser los mejores aliados para fortalecer
la integración de la fe en sus aprendizajes, generando
mayor riqueza espiritual e intelectual. Sin duda, esa
integración eficaz promueve, fortalece y da valía
al capital
intelectual ya que éste se sustentaría sobre la
roca de la verdad absoluta, la Palabra de Dios.

El maestro cristiano debe comprender la importancia de esa
integración. Su tarea debe apuntar a promover el uso de la
razón y el intelecto en tal proceso educacional en el
campo de la educación cristiana. La integración de
la fe y el aprendizaje en la práctica educativa es una
herramienta poderosa contra la lucha filosófica del mundo
postmoderno; H. White lo llama "El Gran Conflicto".

De hecho, cuando el maestro logra incorporar una verdadera
integración de la fe y el aprendizaje en su faena escolar,
puede de manera transparente y vivencial analizar los contextos
culturales, sociales, políticos, científicos,
artísticos, antropológicos, entre otros, a la luz
de la Verdad, en vez de limitarse sólo a puntos de vista
de otros que pueden estar errados, desfasados, tergiversados, o
simplemente bifurcados.

"La integración de la fe cristiana en el aprendizaje
está más centrada en lo secular que en la Palabra,
se ajusta a un mundo secular más que en la
transformación a la mente de Cristo (Romanos.
12:2)"[15], De acá se desprende una
máxima, el maestro cristiano debe enseñar cada tema
desde una perspectiva cristiana, generar acciones que promuevan
en el estudiante significado espiritual, que toquen las fibras de
su espíritu pero que despierten las neuronas del
intelecto, de la razón, y puedan de esta manera tener
aplicación para la vida, "necesitamos una verdadera
educación cristiana para la vida y para la
eternidad"[16]. Evidentemente que cuando el
maestro cristiano asume este enfoque de la integración de
la fe y el aprendizaje los estudiantes y él, llevan todo
pensamiento a
los pies de Cristo, es decir, a la luz de las sagradas
Escrituras.

La integración, por lo tanto, debe ser más que
una mezcla de dos factores. La fe y el aprendizaje deben cumplir
y fusionarse en una dinámica de unión, la fe
residente en el corazón articulada a los aprendizajes que
se generan en la razón. De lo antes señalado, la
integración es, por tanto, una necesidad latente en la
práctica educacional a cualquier nivel o modalidad, ya que
es la formación de la mente cristiana. Razón cierta
en la palabras del Supremo, "mis pensamientos no son vuestros
pensamientos" y Jesús nos reta nuevamente a tener su
mente. La Palabra de Dios debe impregnar la mente de los
educadores cristianos que se mueven en el arsenal del
conocimiento secular, de modo tal, que prevalezca la Verdad de
Dios sobre lo relativo del hombre.

El hombre sin el
conocimiento de la Verdad de Dios puede percibir a
través del desarrollo tecnológico grandes verdades
como hecho científico, pero jamás en su
condición de hombre de ciencia,
podrá reconocer la existencia indefectible de Dios;
mientras que un maestro cristiano, adosado con y por la Palabra,
guiado por el Espíritu de Dios, no sólo reconoce el
hecho científico como en efecto lo es, sino que es
más trascendental su visión, ya que "reconoce la
obra de Dios y su amor expresado
ricamente en cada faceta de la naturaleza"[17]. El maestro
cristiano si puede apreciar la relevancia de la
comunicación de Dios con el hombre a
través de la naturaleza, glorifica a su Creador, y esto se
logra a través de una integración apropiada de la
fe y el aprendizaje en el aula.

De lo antes expuesto, se percibe de manera explícita,
que la integración de la fe y el aprendizaje en el hecho
educacional juega un papel de suma importancia, para lograrlo, es
necesario un poder por
encima y más allá del aspecto puramente
técnico- científico. El poder se encuentra en una
vibrante relación de fe con la Palabra Viva. Esto se
sustenta en el ejemplo que Cristo nos deja, su modelo
educacional estuvo centrado en esa integración, Cristo
tuvo conocimiento de la gran biblioteca del mundo natural.
Estudió las obras de Su Creación y encontró
en ésta la experiencia espiritual. Estas enseñanzas
obtenidas de las páginas de la naturaleza más tarde
le sirvieron como el contenido y la
ilustración cuando Él enseñó a
otros, a menudo en un entorno rural. El Conocimiento
extraído de la naturaleza debe unirse con la verdad que
Dios ha revelado en Su Palabra Escrita. Hechos y fórmulas
son unidas con la vida de fe. Esta necesaria integración
como proceso vitalizador, y fomentador de una verdadera
educación cristiana, se logra a través de un
enfoque integrador. De este manera, y siguiendo el modelo de
Jesús, tanto docentes como
estudiantes deben estar abiertos al cambio, a la
integración desde una óptica real y apropiada,
todos "pueden unir, articular, lo natural y lo
espiritual"[18].

FUNDAMENTOS
BIBLICOS PARA INTEGRAR LA FE Y EL APRENDIZAJE EN EL
AULA

  • La Palabra de Dios.

2da de Timoteo 316-17, plantea la razón de las
Escrituras Sagradas, vemos en estas develaciones el
propósito de Dios para con el hombre, Él quiere que
cada ser humano logre restaurarse y alcanzar su estado inicial
antes de la caída a causa del pecado en Edén.
Cuando el hombre pretende ambular por los caminos de la vida, aun
poseyendo gran cúmulo de información y
formación secular a cualquier nivel del conocimiento, sin
el conocimiento pleno de Dios, pareciera que esa misma
información y formación acumulada en su intelecto y
estructura
social le conlleva a negar la existencia del Ser Supremo.
Sobre la base de este modesto planteamiento, se resume que no
importa cuán conocimiento existe en el hombre, lo
relevante es que dicho conocimiento cual fuere su escala, debe
estar articulado a la Verdad Absoluta, y esto sólo se
puede lograr cuando existen bases sólidas y bien
fundamentadas en la Roca Divina. Tal sustentación parte
desde las aulas que han logrado integrar de manera apropiada la
fe y el aprendizaje en la práctica.

Un maestro cristiano, en cualquier nivel de la estructura
institucional, una institución con dicho perfil, debe
apuntar a tener en su filosofía y su cosmovisión
bien precisadas las bases bíblicas e incluso
teológicas para la integración de sus creencias en
el proceso de enseñanza-aprendizaje. "Es a través
de las Escrituras que el hombre puede entender y comprender la
naturaleza en su significado real y verdadero y no de otra
manera.El mundo natural no es suficiente como una
revelación de Dios, ni puede ser entendido por sí
mismo sin la revelación especial de
Dios"[19]. Si bien es cierto que el salmista David
declara que los cielos y la tierra
cuentan, dan testimonio de la gloria de Dios, y el firmamento
anuncia la obra de sus manos, dando a entender su poder y
grandeza como Dios único y Todopoderoso, esto no es
suficiente para comprender todo lo que Dios quiere develar a esa
obra de sus manos, el hombre; es necesario incluso, que tan
sólo para conocer este texto debe
acceder a las sagradas Escrituras. En este sentido, las bases
teológicas y bíblicas para el concepto de
integración deben comenzar con la comprensión
adecuada del proceso de revelación e
inspiración.

El hombre puede buscar el conocimiento y verdades relativas
que puede descubrir en el universo, en
su mundo a través de la ciencia, la
tecnología, pero nunca hallará la
verdad absoluta, o por lo menos no la entenderá hasta que
tenga contacto con la verdad escritural, pues requiere especial
revelación de Dios para entender el verdadero significado
de las cosas (Romanos 1:18-23). Por este motivo, necesario es
satisfacer la necesidad de comprender a Dios a través de
la revelación especial, Su Palabra.

Resulta evidente que existen dos fuentes para
el logro del conocimiento, una a través de la
revelación general en la naturaleza y lo demás a
través de la revelación especial en el acto
sobrenatural de Dios, esta última dada para que el hombre
puede conocer su origen, su voluntad, sus mandamientos y su
destino final. Conocemos de Dios, sabemos de él con mayor
profundidad, tan sólo lo que nos permite a través
de su revelación por la Palabra. "Dios se revela de una
manera sobrenatural a fin de que sus siervos puedan saber cosas
que en su propia capacidad sería imposible de entender
(1era Tesalonicenses 2:13)"[20]. Él se nos
ha develado como la Verdad Absoluta, y es ésta la que
debemos tratar de integrar como elemento de fe en los
aprendizajes que se promocionan desde la práctica escolar
en el aula, y en cualquier entorno que implique aprendizajes
significativos para la vida del estudiante.

La determinación de las bases bíblicas e incluso
teológicas para una apropiada integración de la fe
y el aprendizaje en la práctica escolar, requiere en
primer lugar, concienciarse de que existe una gran necesidad de
identidad en
las instituciones educativas. Esta debilidad se convierte en
fortaleza cuando todo el espectro de ideas y acciones se puedan
centrar en la filosofía cristiana y los valores
institucionales. Además, al existir un genuino proceso
integracionista, éste debe estar relacionado con la
misión
eclesiástica en cierta medida, ya que la educación
no está aislada de este hecho, sino plenamente integrada
en ella como un medio de edificación y
conservación. Pablo advierte a Timoteo que todo lo que
Dios ha provisto, ministerios,
dones, talentos, han sido dados para edificación de su
cuerpo. Por lo tanto, se requiere algo que ayude a conectar la
iglesia y las
instituciones educativas. Ese algo que conecta, une, articula, y
da vida, no es otra cosa que la sublime Palabra de Dios.
Finalmente, un ente educativo cristiano dispone de un paradigma
universal fundamentado en las Escrituras el cual es implementado
a través de las diferentes culturas y situaciones. Vale
decir, un paradigma universal que pueda ser contextualizado en el
espacio y en el tiempo sin que
se rompa su estructura y esencia original, es decir la Verdad
Absoluta.

  • El Hombre.

Los profesores en sus aulas están para promover la
restauración del hombre caído. Esta es la
razón por la que la integración es tan vital para
el sistema
educativo cristiano, e incluso para los maestros cristianos
que desarrollan su práctica escolar en ambientes
seculares. El maestro en su desarrollo como consejero, como
ministro servidor de la
Verdad Absoluta, no debe desaprovechar esta gran oportunidad de
aplicar la integración de su fe en los aprendizajes que
promueve en dichos contextos, ya que de esta manera
estaría contribuyendo, coadyuvando a la
restauración que plantea Jesús y ganaría
almas para la gloria de Dios, lo cual le harían un maestro
sabio. Los maestros cristianos se ocupan no sólo de la
manera en que pueden integrar la materia, los
contenidos o determinados tópicos, sino también la
forma en que pueden convertirse en vehículos o
instrumentos, de manera que nuestro Señor puede comenzar
el proceso de restauración de sus estudiantes.

Es importante señalar que, a pesar de la
imperfección humana y su imperfecto y limitado lenguaje, Dios
ha utilizado a los hombres (maestros cristianos) para transmitir
la verdad de acuerdo a Su perfecta voluntad. Este encuentro
dinámico como proceso de transmisión de la
información entre Dios y el hombre a través de Su
Palabra pone de manifiesto la integración en el proceso
educacional que lleva el maestro cristiano en el aula. Dios ha
sido el autor, sus siervos los actores e instrumentos.

"El proceso de la revelación requiere que el maestro
cristiano ejerza la integración de forma más
dinámica, que acerque a sus estudiantes a la fuente de
todo conocimiento y sabiduría"[21]. Por lo
tanto, la Verdad Absoluta como fuente primaria es el conocimiento
que proviene de Dios y que debe ser dado a la humanidad, y es
precisamente en este momento coyuntural que el maestro cristiano
juega un papel de suma valía. Por ejemplo, cuando los
docentes y estudiantes cristianos enfoquen la naturaleza y las
ciencias, es
importante y necesario que las vean como algo realmente de Dios a
través de la luz de la revelación especial. Tal
acto de integración conllevará al estudiante a
tener una visión real de la ciencia y la naturaleza,
percibiéndole un verdadero significado para su vida.

No se puede olvidar dentro de este marco de ideas que el
hombre es un ser social como se acotó anteriormente. Desde
esta perspectiva, el hombre fue creado en y para la sociedad.
"Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a
imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó"
(Génesis 1:27)[22]. Hay que tomar en cuenta
este acto creacional, fueron ambos creados de acuerdo a Su imagen
lo que indica el principio de la relación inherente en la
vida social. Los maestros cristianos deben reconocer la necesidad
de la interacción social y, al mismo tiempo,
entender que esta imagen no es completa si no hay una
interacción moral social
entre el hombre y la mujer. Esa
moralidad debe
estar complementada de la verdad absoluta, adosada en todas las
esferas del ser humano para que pueda fusionarse a la verdadera
imagen de su Creador. La integración de la fe juega un
papel primordial y hace de este ser homo-social elemento y factor
determinante para sentar las bases bíblicas y
teológicas en dicho proceso integracional. En este
sentido, "los docentes deben fomentar el desarrollo de la
capacidad de razonar, la creatividad y
la individualidad para honrar y glorificar a
Dios"[23].

  • La sabiduría.

La sabiduría tiene un génesis y es el temor a
Dios. No se pude hablar de sabiduría en términos
bíblicos teológicos si no está inmerso el
elemento "temor de Dios", razón tiene Santiago al afirmar
que la sabiduría que proviene de lo alto marca la
diferencia con respecto a la sabiduría que se conoce como
humana. En este texto se puede observar el debate
permanente entre la verdad absoluta y las verdades relativas,
entre lo que edifica en la Roca y lo que edifica en la arena,
podría decirse que se visualiza lo que llama Helen White
como el gran conflicto o la gran Controversia. No se está
minimizando o degradando la el valor del
conocimiento
científico, social, antropológico, entre otros,
como ciencia humana dada y permitida por Dios mismo, sino la
necesidad de que ese conocimiento de la ciencia sea tamizado a
través de la Verdad de Dios para que el estudiante pueda
dar gloria a su creador y no robarle la honra a quien en verdad
se la merece. Cuando el hombre de ciencia apoyado en su capacidad
intelectual, que ha sido dada de Dios, no toma en
consideración que tal conocimiento o descubrimiento es un
acto develado por Dios, niega de inmediato a Dios. Caso
contrario, cuando un estudiante ha sido formado e informado con
bases sólidas sobre la integración de la fe en su
aprendizaje ciertamente glorifica y da la honra y gloria a Dios,
pues logra percibir y dar fe de que existe una verdad absoluta a
la cual el hombre como imagen de Dios debe tomar en cuenta.

Cuando el docente cristiano echa mano del proceso vital de
integrar la fe y el aprendizaje, debe hacerlo con plena
conciencia de las necesidades de sus estudiantes como seres que
están en desarrollo y crecimiento en las diversas esferas
de su vida. El estudiante necesita no sólo comprender o
conocer verdades, también es necesario que desarrolle la
sabiduría que se manifiesta por el Señor y por Su
revelación en su gloriosa Palabra Escrita, la Biblia. Es
Dios quien "da sabiduría a los sabios" (Daniel 2:21).
"Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca
viene el conocimiento y el entendimiento, la comprensión,
la inteligencia"
(Proverbios 2:6). Pablo afirma que en Dios ". se escondieron
todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento"
(Colosenses 2:3). Ante esta realidad, los maestros cristianos y
sus estudiantes no pueden dejar a un lado esta fuente inagotable
de sabiduría y conocimiento pleno.

Jesús es el modelo pleno de la sabiduría como
base para integrar la fe y el aprendizaje en la práctica
escolar en el aula o fuera de esta. La persona que tiene
la sabiduría se comporta de espíritu humilde como
el Gran Maestro (Proverbios 11:2, 13:10; Jeremías 9:23),
muestra a
través de su corazón sabio su estilo de vida
con hechos coherentes a su discurso en el
aula (Proverbios 10:1, 13:1). Como mencionó Jesús
que las obras son el reflejo de la sabiduría. El
desarrollo de la vida de Jesús muestra que la
sabiduría puede madurar con la edad, ya que Él
crecía en estatura y aumentaba en sabiduría. (Lucas
2:52). La integración de la fe y el aprendizaje permiten
este desarrollo integral del estudiante cristiano
capacitándole para enfrentar las diversas facetas que le
pueda presentar la vida.

Educamos desde la perspectiva cristiana en aras de que los
estudiantes que pasan por nuestras aulas alcancen la plena y
suprema felicidad. Existen muchas técnicas y
estrategias
seculares para que el hombre trate de saborear la felicidad, pero
en resumidas cuentas por no
tener el aliciente divino se convierten en meros "paños de
agua tibia",
pues son soluciones
efímeras y circunstanciales perecederas. No obstante,
cuando se aborda la felicidad del individuo desde una perspectiva
bíblica, de inmediato el maestro debe articular, integrar
la fe y el aprendizaje con la verdad absoluta, de manera tal que
ese ingrediente moral, espiritual, ético esté
presente y pueda dar sazón a la verdadera felicidad.
Hallar la sabiduría es motivo de bienaventuranza,
alegría, bendición de Dios; en consecuencia es el
maestro cristiano el llamado a mostrar el camino a esa suprema
felicidad, y la manera de inducirlo es a través de la
integración.

De lo antes señalado como bases bíblicas para
integrar la fe y el aprendizaje es de resaltar que un maestro
cristiano con la sabiduría de Dios, ubicado en su contexto
como ser social, y fundamentado en la Verdad Absoluta, la Palabra
de Dios, tiene un amplio terreno avanzado para lograr los
objetivos terminales en la vida de sus educandos, prepararlos
para la vida con mente, espíritu, alma y cuerpo de
cristianos, de manera tal, que al partir a la eternidad puedan
llevar garantía de que disfrutarán un encuentro con
su Creador.

OTROS ELEMENTOS
INHERENTES A LA INTEGRACIÓN DE LA FE EN EL
APRENDIZAJE

Desde la perspectiva más general, como educadores es
necesario tomar conciencia de que el proceso educativo cristiano,
conlleva la puesta en práctica de premisas
teórico-pedagógicas, las cuales se hacen evidentes
cuando se está abordando cualquier hecho educativo en
determinado contexto. Es imposible comunicar los conceptos
bíblicos teológicos (educación cristiana)
vinculados a la fe sin que estos sean mediatizados por presupuestos
educativos que asumimos en forma consciente o intuitiva. De la
manera cómo se ha sido instruido, así se
enseña o de la forma cómo se ha creído que
se debe hacer, así se hace. En cierta manera de la forma
en que se ha programado su intelecto de tal forma se
actuará. De lo antes señalado surge un reto para el
maestro cristiano, y es el de abordar con sumo cuidado y
conciencia el acto educacional, ya que más allá de
transmitir información bíblica está
intrínseco el hecho de que sus estudiantes a la postre
actuarán sobre la base de lo enseñado, instruido o
transferido durante los años de formación escolar
desde las aulas. El maestro cristiano debe percatarse que las
propuestas pedagógicas no son siempre buenas o malas; por
lo tanto, necesariamente necesitan ser evaluadas y medidas a la
luz de las Sagradas Escrituras, vale decir, contrastarlas con la
Verdad Absoluta. En todo caso, como ministros del Evangelio que
son los maestros cristianos que han asumido el reto de integrar
su fe y el aprendizaje en su práctica diaria y permanente
desde el aula, necesitan cumplir la tarea de reconocer las
diferentes propuestas educativas y establecer los filtros
correspondientes al aplicarlas en dichos ministerios. Esos
filtros se convierten en los cedazos minuciosos, cuya fuente del
mismo es la Palabra de Dios; a mayor Palabra o conocimiento de la
Verdad trabajará mejor el filtro ante las verdades
relativas del hombre. No es tarea fácil abordar la
educación cristiana, en estos tiempos postmodernos y en un
mundo bombardeado por la
globalización, sin una apropiada plataforma de la
Verdad que permita una integración operativa y eficaz.

En medio de tanta diversidad de teorías educativas,
estilos de enseñanza, modelos de
aprendizaje, entre otras cuestiones inherentes a la
educación como hecho del mundo secular, la
educación cristiana necesita descubrir, diseñar,
redimensionar sus propios caminos acordes con su naturaleza y
propósito para lograr la verdadera integración que
apunte a fortalecer la formación de nuestros estudiantes
para enfrentar el gran monstruo del secularismo que trata de
aniquilarlos y llevarlos a negar la fe. En ese sentido, la
Escritura es
la fuente que nos permite entender lo distintivo de la
educación cristiana. Por ello, el maestro cristiano debe
buscar proveerse a sí mismo y al estudiante de los
criterios básicos y determinantes que les permitan
desarrollar sus ministerios de servicio en
concordancia con la Palabra de Dios y en diálogo
con las propuestas educativas seculares. No es cuestión de
montar una subcultura educativa, es abordar la educación
con tanta normalidad como el mismo acto, pero con bases
sólidas que permitan estar muy por encima de cualquier
propuesta del mundo humanista y laico.

Al elemento secular que presenta la educación en su
currículo como hecho meramente social, el
maestro cristiano debe anexar la fe, la creencia como factor
determinante de los aprendizajes. Por consiguiente, este es el
primer punto para la integración, es decir, presentar a
Dios como un Dios personal y misericordioso que se preocupa por
la humanidad. Cuando el proceso de integración se
presenta, este es el primer elemento que debe incluirse; que Dios
existe. Además, cada vez que el maestro cristiano integra
la fe y el aprendizaje con la idea de un Dios personal,
existente, vivo, el estudiante puede percibir a ese maestro como
un instrumento en las manos del Señor. De acá se
puede deducir que el maestro es un agente integrador.

EL MAESTRO COMO
AGENTE INTEGRADOR

La integración es necesaria pues el hombre ha sido
creado a imagen de Dios como el resultado del acto único
de la Creación Divina. "Todo sistema educativo
cristiano debe basar y centrar su cosmovisión en Dios. La
filosofía de la educación sienta las bases con
fines específicos de una determinada
denominación"[24] que se apoya fielmente en
los parámetros de la Verdad Absoluta. La educación
cristiana tiene como objetivo,
entre otros, buscar su máximo ideal mediante el desarrollo
de toda persona, de manera que ésta fomente una sana
relación con el Supremo y único Dios. "Con este
fin, la casa, la iglesia, y la escuela deben
trabajar conjuntamente para proporcionar un ambiente donde
los estudiantes pueden elegir la toma de una relación
seria con el Redentor del mundo. (Stepanske,
1992)"[25], pero el maestro cristiano debe
desarrollar con mayor ímpetu su ministerio desde el aula,
y sólo a través de la integración de la fe
puede promover y desarrollar el aprendizaje
significativo, con bases firmes y adecuadas para el
desarrollo de la vida del estudiante de manera pertinente a un
modelo axiológico y estilo de vida cristiana.

El maestro cristiano, debe considerar que no basta simplemente
tratar o abordar temas bíblicos de manera parcelada
durante el desarrollo de sus clases. "Las relaciones
esporádicas entre la materia y las cuestiones espirituales
no son suficientes para llegar a la deseada
integración"[26]. Es de importancia
considerar los temas, las materias y los tópicos a tratar
en aula, ya que muchos maestros pueden caer en la
pseudo-integración por considerar que dichos temas
abordados están estrechamente ligados a la Palabra. Es de
notar que cuando la fe cristiana está relacionada de
alguna manera a las ideas centrales o secundarias en las
disciplinas académicas, pero que de alguna forma carece de
una relación integral, el resultado es una
integración errada. Wolfe asegura que "la
integración es el proceso por el cual dos visiones muy
diferentes a menudo están relacionados en una manera
interesante e informativo sobre la base de uno o varios
presupuestos compartidos "(p. 5)[27].

El maestro como agente integrador de la verdad absoluta, de la
fe, de la creencia, durante el proceso de
enseñanza-aprendizaje experimentado por el estudiante,
juega papel de gran importancia. Pablo habla de vasos e
instrumentos para honra. Sin duda cada maestro cristiano debe
plantearse su filosofía y principios rectores para la
integración de su fe en el acto de enseñar. No debe
dejarse influenciar o por lo menos debe ser más cuidadoso
al abordarla. Sire (1988) introduce una cosmovisión
diferente. Él señala que "los profesores deben
estar conscientes de que nunca podrán salir de una
posición filosófica. Sí no están
educando desde una perspectiva cristiana lo están haciendo
lógicamente desde una óptica secular.
Reconózcalo o no es imposible permanecer religiosamente
neutral"[28] En este orden de ideas el maestro
realmente si debe educar e integrar su fe desde una óptica
cristiana fundamentado en la Verdad Absoluta, necesitan una
comprensión profunda del tema de la materia y de las
filosofías para ser capaces de hacer interrelaciones entre
éstas y la Verdad Absoluta sin alterar esta última.
Sin duda alguna, no existe educación cristiana apropiada
si el maestro no ha comprendido la importancia de la
integración de la fe y el aprendizaje en su
práctica escolar partiendo desde el aula.

¿QUÉ CARACTERIZA LA
INTEGRACIÓN TOTAL?

Al referirse a la integración de la fe cristiana en el
acto del aprendizaje bajo un contexto bíblico, la
pretensión final es hacer énfasis en la Verdad de
Dios, por consiguiente esa integración debe centrarse:

  • Centrarse en la verdad: Los maestros y los
    estudiantes examinan de manera conjunta los presupuestos de
    las presentaciones de libros, textos, material
    didáctico y bibliográfico de clase, y las
    ideologías prevalecientes, para confrontarlos frente a
    los principios bíblicos (verdad absoluta) para ver si
    encajan en la perspectiva cristiana y pueden ser aceptados,
    caso contrario, adaptarlos a través de la
    integración.

  • La verdad es universal: La verdad incluye todos
    los temas e impregna todas las disciplinas. El maestro
    cristiano no puede ocultar o vivir a espaldas de la verdad de
    Dios, porque la verdad absoluta impregna todas las
    reflexiones y actividades que el profesor desarrolla dentro y
    fuera del aula, pues tiene la mente de Cristo. Esta verdad no
    lo exime de conocer y manejar las verdades relativas y
    adaptarlas al contexto de la Verdad Absoluta.

  • La verdad como unidad: Toda verdad es Verdad de
    Dios. No hay dicotomía entre lo sacro y lo secular.
    Esta máxima debe ser bien interpretada por el maestro
    cristiano en la integración, ya que al visualizar
    igualdad de verdades puede errar al considerar de poca
    importancia el trabajo integrador de su fe. Hay que precisar
    que tal dicotomía no existe sólo cuando se da
    una integración de alto nivel.

  • La Biblia como factor determinante de la verdad:
    Se ha incorporado al currículo cristiano la Biblia
    como un factor que determina una visión unificadora de
    la verdad. El propósito de cualquier actividad
    educativa planificada y desarrollada por el maestro cristiano
    tiende a generar aprendizajes que conlleven a sus estudiantes
    a pensar como cristianos sobre temas de la ciencia, el arte,
    la tecnología, la ética, la bioética y
    la sociedad humana en general. Si bien es cierto que Dios
    tiene una visión unificada y global de la realidad
    dado su omnipotencia, omnisciencia y presciencia, los seres
    humanos no, estos son limitados. De allí pues, que la
    Palabra de Dios juega un papel determinante para tal
    integración de la fe en el hecho educacional. Dado que
    esta palabra es espíritu y es vida, y fuente de toda
    verdad, la integración debe tomar lugar en la mente y
    en la vida de los estudiantes.

LA
INTEGRACIÓN DE LA FE EN EL APRENDIZAJE, Y EL PAPEL DE LA
IGLESIA EN EL DESARROLLO DEL ESTUDIANTE
CRISTIANO

La educación cristiana es una dimensión vital de
la misión de Dios que tiene como objetivo instruir a la
comunidad de
fe para el servicio del Reino. Esta máxima o
declaración fundamental establece un vínculo
estrecho e imperativo entre el quehacer educativo y la vida de la
iglesia como comunidad cristiana. Se observa que no puede existir
un distanciamiento total entre escuela-iglesia, si bien es cierto
que la educación cristiana no puede enfocarse
únicamente a aspectos cultuales o litúrgicos, es
una realidad que tampoco puede distanciarse de manera total. Lo
importante y consistente en cuanto a la acción docente
consiste en que se deben tomar esos aspectos que influyen en la
vida del estudiante y a través del acto de la
enseñanza en el proceso de aprender, que éste logre
internalizar su valor real para la vida. Dios está no
sólo en la capilla o espacios de adoración, el
cristiano no sólo lo es en tales lugares, es un hecho
inherente a la vida misma en cualquier ambiente el ser hijo de
Dios y asumir tal actitud. El
conocimiento, las artes, la literatura, la física, las ciencias
naturales, entre otras. Las matemáticas, tienen inherencia y
relación a la vida cristiana eclesiástica. Dios ha
sido el gran diseñador, eso toma implícito la
matemática, el arte, las
ciencias naturales, en fin, es parte de esa realidad; y cuando el
estudiante logra asimilar tal realidad a causa de la
integración apropiada de la fe en sus aprendizajes, puede
tener un mayor radio de
visibilidad en su cosmovisión, aumentan los grados de
calidad en sus
lentes para percibir la verdad absoluta de Dios. La iglesia juega
papel importantísimo en el quehacer educativo, pues sirve
de plataforma para generar motivación desde su espacio en padres,
comunidad docente y estudiantes de abordar desde sus aulas la
creencia de la verdad absoluta. En la iglesia también se
puede apreciar a la luz de las Escrituras Sagradas cuáles
son esos fundamentos bíblicos que coadyuvan a mejorar la
calidad
educativa en el aula. Conocer esos fundamentos
bíblicos y teológicos permite sustentar una
educación cristiana de mejor calidad para la vida de los
estudiantes. En conclusión no se puede subestimar el rol
eclesiástico y los aportes que de manera bien consensuada
y planificada pueden dar grandes resultados en pro de la
educación de los niños,
niñas, jóvenes e incluso adultos.

EL CURRICULO QUE
INTEGRA FE Y APRENDIZAJE Y SUS RESPONSABLES DE
APLICACIÓN

En el marco de la realidad contextual en algunos países
latinos, la integración de la fe y el aprendizaje no tiene
acertividad, o por lo menos van caminando bien lejos de lo que
implica una verdadera y genuina integración de la verdad
de Dios en el currículo de tales instituciones educativas.
Muchos se han quedado en simples frases que les identifican como
colegios o planteles cristianos, o simplemente su razón
social y su objeto describe que la actividad es de
carácter cristiano-religioso.

Previa realidad, es de resaltar que en las mismas no se cuenta
con planes y programas
(currículo) que incluyan la integración. No existe
declaración bien articulada entre su filosofía, los
objetivos, las metas institucionales, marcos axiológicos,
entre otros, pues han sido opacadas por las verdades relativas de
los currículos oficiales.

Ante las realidades subyacentes, los maestros cristianos
están llamados a despertar y a accionar. Es tiempo de
hacer frente al conflicto de ideas o guerra
ideológica que pretende Satanás presentar al mundo
del cristianismo
tratando de vejar, opacar o minimizar la Verdad absoluta. Es el
momento de que cada institución cristiana se detenga,
revise su praxis desde
el aula, desde sus espacios para el aprendizaje, y determine
diseñar su propio currículo con sentido de
pertinencia y ajustado a la filosofía cristiana. No es un
trabajo individualizado, es tiempo de generar estrategias
colectivas que permitan la integración de todos los
actores y autores del proceso educacional. "En este proceso de
diseño
e implementación de un plan de estudios
integrador es fundamental que los maestros trabajen en
equipo.[29]"

En consecuencia, la autora Korniejczuk, en su artículo
"El profesor como
agente de la integración de la fe y el
aprendizaje
"[30] considera la creación
y aplicación de los planes de estudio de
integración como responsabilidad no sólo de los maestros
cristianos, sino también de los administradores de la
educación y del sistema educativo como órgano
rector de las políticas
educativas cristianas. Por lo tanto, las siguientes sugerencias
están relacionadas con tres grupos:

Docentes: Un plan de estudios de integración
puede implicar una reconstrucción del conocimiento
cristiano, cosa que no es nada fácil. Se requiere mucho
trabajo para el maestro, así como un corazón
humilde y la obra del Espíritu
Santo. Para cumplir esta tarea, el maestro debe ser capaz de
integrar todo el programa junto, y
dar a todos y cada uno de los temas de la clase un marco general,
para alcanzar los objetivos bajo la perspectiva cristiana. Debe
hacer el mejor uso posible del tiempo.

Administradores educativos: Los administradores o
directores de planteles cristianos deben seleccionar maestros
como modelos eficientes para los estudiantes, quienes
proveerán, proporcionarán una perspectiva cristiana
de los conocimientos. Los rectores también deben ofrecer
el servicio de capacitación a los maestros que no
están bien familiarizados con el pensamiento cristiano, y
por ende ellos deben estar claros del verdadero proceso de
integración. Sugiere la autora de modo muy apropiado que
las Universidades que ofrecen formación
docente en el área de la educación cristiana o
teológica deben ofrecer un curso de integración de
la fe y el aprendizaje para capacitar a los maestros en
cómo desarrollar una perspectiva cristiana sobre los temas
y tópicos de sus materias. Las escuelas y colegios
cristianos deben incorporar las cuestiones filosóficas en
el currículo de acuerdo a cada nivel y contextualizarla en
el marco de la Verdad Absoluta.

El sistema educativo: La Iglesia como un sistema de
apoyo es el vigilante, el atalaya, el observador crítico
constructivo y objetivo de la educación cristiana ofrecida
en sus instituciones. Los líderes de la Iglesia, por lo
tanto, tienen también inherencia en el diseño del
plan educativo, y deben proporcionar las oportunidades y los
recursos
necesarios para el desarrollo continuo de un plan de estudios
cristiano.

ESTRATEGIAS
INSTRUCCIONALES PARA LA INTEGRACIÓN DE LA FE Y EL
APRENDIZAJE

Uno de los componentes más resaltantes en el hecho de
la integración de la fe y el aprendizaje en la
práctica escolar dentro del aula, y en otros espacios de
enseñanza-aprendizaje, es la manera de cómo abordar
dicha integración, qué estrategias son las
más pertinentes. Existen varias propuestas, orientaciones,
investigaciones realizadas por algunos estudiosos,
todas en cierta medida válidas como verdades relativas
experimentadas y viables en determinados contextos y situaciones,
pero nunca de carácter universal. Por esta razón,
las mejores estrategias para la integración plena de la fe
en el hecho educacional son presentadas en el modelo de
Jesús como el Supremo maestro. Dios en Su
manifestación en carne, a través del mismo
evangelístico como hecho educacional, promovió
estrategias que permitieron integrar esa nueva fe en un mundo
opacado por la filosofía y la religiosidad de un sistema
político religioso pagano. "¿Cuál fue la
estrategia usada
por Jesús en la Evangelización? Al hacer esto, nos
ha dirigido hacia los inmutables y simples (aunque profundos)
principios bíblicos, los cuales deben ser la base de
cualquier esfuerzo."[31] educacional.

A pesar de los aparentes medios de
comunicación existentes en los tiempos de
Jesús, le pareció pertinente usar su propia
metodología para integrar esa nueva fe, esa
motivadora y transformadora creencia en un Dios de Gracia y
Misericordia para con el hombre pecador y rebelde a los
principios y preceptos divinos establecidos desde el principio de
la humanidad. Él uso de parábolas, entre otras
estrategias. "Aunque las parábolas de Jesús pueden
parecer similares a cuentos,
fábulas, mitos y
alegorías, y tener sin duda algo en común con
estas, tienen sus propias particularidades que las hacen de
alguna manera, únicas."[32] No podemos
creer que existen otras estrategias mayores a las de Jesús
en el sentido de que las que Él usó llevaban
implícitas la Verdad Absoluta, esto les hace
indefectiblemente únicas en su época. Hoy
día, articulando e integrando la ciencia de la pedagogía, la didáctica, entre otras, y colocando el
aditivo de la Verdad de Dios, éstas pueden ser de gran
utilidad y
generar óptimos resultados en el proceso integrador de la
fe cristiana en los estudiantes a cualquier nivel del sistema
educativo, y aun en diversos sistemas
educacionales del mundo secular. En este sentido, para concluir,
la base de la integración de la fe y el aprendizaje radica
en asumir toda verdad relativa existente en cualquier área
del conocimiento humano para pasarla por la Verdad Absoluta, de
tal modo, que el estudiante aprenda para la vida y pueda tener
una cosmovisión de su entorno adaptándolo a una
verdadera filosofía de vida con principios cristianos en
su mente, en su praxis diaria como ser social, bio-psico-social y
espiritual.

Sí parábolas fueron una herramienta
adecuada para Jesús, también pueden ser una
herramienta útil para los educadores de este
tiempo.[33]

BIBLIOGRAFIA

  • 1. _____________. N.T. Versión Dios Llega
    al Hombre Hoy
    , 2da Edición. Sociedad
    Bíblica de Colombia, 1966.

  • 2. Korniejczuk, Raquel B. de. The teacher as
    agent in integrating faith and learning: The process of
    deliberate teacher implementation
    . Institute for
    Christian Teaching. Silver Spring, USA.

  • 3. http://sutter.networkofcare.org/contentFiles/Folleto%2089.pdf.

  • 4. Stephen Guptill. Fostering and Assessing Faith
    Development in the Adventist Classroom
    . Institute for
    Christian Teaching Education Department of Seventh-day
    Adventists. Silver Spring, USA.

  • 5. Flynn John. Faith in the Classroom.
    Revista Zenit. -2008-11-16:
    http://www.zenit.org/article-24271?l=english.

  • 6. Matthews Lionel. Dimensions of the integration
    of faith and learning
    : A sociological perspective.
    Institute for Christian Teaching. Silver Spring MD. USA.

  • 7. Robert Harris, The integration of Faith and
    Learning
    , Institute for Christian Teaching. Silver
    Spring MD. USA. 2004.

  • 8. Taylor V. John W, God, Nature and Learning, An
    Integrational Approach
    , Institute For Christian
    Teaching, Silver Spring, 1988.

  • 9. Luis Miguel Luna. The Biblical and Theological
    Foundations for the Concepts of the Integration of Faith and
    Learning
    . Institute For Christian Teaching. Silver
    spring USA.

  • 10. _______________.Versión Biblia de
    Jerusalén
    . Edición pastoral.
    Desclée De Brouwer. Bilbao. 1984.

  • 11. Robert. E. Coleman. El Plan maestro de la
    Evangelización
    . Editorial Unilit. Miami, Fl.
    1998.

  • 12. Badenas Roberto. Teaching through
    Parables
    : Following Jesus. Institute for
    Christian Teaching. Silver spring USA.

 

 

Autor:

Arnoldo Rincón Castillo

Flacsan Spiritual University

Programa de doctorado

Doctor of Christian Education

Estudios Libres

El Piñal, Venezuela, 31
de enero de 2009

[1] Korniejczuk, Raquel B. de. The teacher as
agent in integrating faith and learning: The process of
deliberate teacher implementation. Institute for Christian
Teaching. Silver Spring, USA. P. 240

[2] http://sutter.networkofcare.org/contentFiles/Folleto%2089.pdf.
P.1

[3] Idem Ant.

[4] Stephen Guptill. Fostering and Assessing
Faith Development in the Adventist Classroom. Institute for
Christian Teaching Education Department of Seventh-day
Adventists. Silver Spring, USA. P. 210

[5] Idem Ant. P.121

[6] Idem Ant. P. 183

[7] Dimensions of the integration of faith
and learning: A sociological perspective. Dimensiones de la
Integración de la fe y el Aprendizaje. Una perspectiva
Sociológica. P.181

[8] Flynn John. Faith in the Classroom.
Revista
Zenit. -2008-11-16:
http://www.zenit.org/article-24271?l=english.

[9] Stephen Guptill. Fostering and Assessing
Faith Development in the Adventist Classroom. Institute for
Christian Teaching Education Department of Seventh-day
Adventists. Silver Spring, USA. P. 124

[10] Citado por Matthews Lionel. Dimensions
of the integration of faith and learning: A sociological
perspective. Institute for Christian Teaching. Silver Spring
MD. USA. P. 183

[11] Stephen Guptill. Fostering and Assessing
Faith Development in the Adventist Classroom. Institute for
Christian Teaching Education Department of Seventh-day
Adventists. Silver Spring, USA. P. 123

[12] Robert Harris, The integration of Faith
and Learning, 2004. P. v.

[13] Es pertinente aclarar en este informe
monográfico que la verdad de Dios es Absoluta, toda
verdad es verdad de Dios, pero no se puede obviar las verdades
relativas inherentes al hombre; sólo en esa
integración de la fe y el aprendizaje en la
práctica escolar se hace necesario articularlas a la
Verdad Divina como fuente inagotable e ineludible, que permite
ciertas "verdades" que derivan del hecho científico,
social, cultural, entre otros, pero que en esencia es Dios
quien en su voluntad permisiva así lo tolera.

[14] 1era Pedro 3:15. Versión Dios
Llega al Hombre Hoy, 2da Edición. Sociedad Bíblica de
Colombia, 1966.
P.390

[15] Taylor V. John
W, God, Nature and Learning, An Integrational Approach,
Institute For Christian Teaching, Silver Spring, 1988.
p.260

[16] Idem ant. P. 261

[17] Idem ant. P.263

[18] Idem ant. P. 268

[19] Luis Miguel Luna. The Biblical and
Theological Foundations for the Concepts of the Integration of
Faith and Learning. Institute For Christian Teaching. Silver
spring USA. P. 174

[20] Idem ant. P. 185

[21] Idem ant.

[22] Versión Biblia de
Jerusalén. Edición pastoral. Desclée De
Brouwer. Bilbao. 1984

[23] Luis Miguel Luna. The Biblical and
Theological Foundations for the Concepts of the Integration of
Faith and Learning. Institute For Christian Teaching. Silver
spring USA. P. 182

[24] Korniejczuk, Raquel B. de. The teacher
as agent in integrating faith and learning: The process of
deliberate teacher implementation. Institute for Christian
Teaching. Silver Spring, USA. P. 240

[25] Idem Ant.

[26] Idem Ant.

[27] Citado por Korniejczuk, Raquel B. de.
The teacher as agent in integrating faith and learning: The
process of deliberate teacher implementation. Institute for
Christian Teaching. Silver Spring, USA. P. 241

[28] Idem ant. P. 248

[29] Korniejczuk, Raquel B. de. The teacher
as agent in integrating faith and learning: The process of
deliberate teacher implementation. Institute for Christian
Teaching. Silver Spring, USA. P. 252.

[30] Título original: The Teacher as
Agent in Integrating Faith and Learning: The Process of
Deliberate Teacher Implementation By Raquel Bouvet de
Korniejczuk River Plate University Entre Rios,
Argentina

[31] Robert. E. Coleman. El Plan maestro de
la Evangelización. Editorial Unilit. Miami, Fl. 1998. P.
15

[32] Badenas Roberto. Teaching through
Parables: Following Jesus. Institute for Christian Teaching. P.
24

[33] Idem ant. P. 35

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter