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Análisis político del cuento "El hombre de la Bandera" de Enrique López Albújar (página 2)



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No podemos seguir pensando, o dejando que nos arrastre
el inconsciente colectivo para considerar que el "indio", que el
cholo moderno, no debe ser considerado para nada, pienso que es
nuestro mejor potencial. Existe inclusive la comparación
que se hace al indio con la raza japonesa, por lo sumisos,
perseverantes, modestos, bastante prudentes, inclusivo existen
palabras en quechua y japonés que se pronuncian igual. La
pregunta obligada es: ¿Quiénes son los
artífices del Japón
de hoy? Desterremos pues, ese síndrome negativo, nocivo,
que tenemos con relación al indígena
peruano.

La utopía de
nación

Los "utópicos" de Moro, fueron en la
imaginación de ese gran político, los habitantes de
la América
descubierta, donde no existían clases, ni moneda y donde
todo era felicidad. Se vivía en el paraíso.
¿Por qué pensó de esa manera Tomás
Moro? Los problemas
socioeconómicos de esa época, inducían y
obligaban a presentar al pueblo verdaderas utopías, lo que
sería interesante presentar ahora. En el cuento de
López Albújar la nación
es una utopía, algo que no existe, talvéz porque
efectivamente si existiera como se conceptualiza sería el
paraíso. Donde todos tendríamos intereses comunes,
culturalmente iguales, con tradiciones que nos integran, una
religión
aceptada por todos, etc., etc. Por el contrario el indio no sabe
si es peruano o que significa serlo, no conoce que Perú
tiene mar, y no sabe como es el mar, no sabe de la existencia de
Trujillo, de Huancayo y de otros lugares que pertenecen a
Perú. Por eso creemos que la nación
peruana, está en gestación, no podemos considerar a
la fecha nuestra identidad
nacional, no la tenemos, es necesario definir nuestros
problemas y resolverlos pero por nuestras propias
capacidades.

En la última guerra no
declarada del Cenepa, una vez más los únicos que
combatieron de verdad fueron justamente todos aquellos que son
discriminados por la sociedad que
se dice peruana, combatieron los "serranos" y
"selváticos", y que demostraron un verdadero amor no a la
nación, porque no la conocen sino a su patria, a su
bandera, a esa bandera de Aparicio Pomares, que esa sí es
y será siempre la misma. En el último desastre
natural, que afectó el Sur de nuestro país, se
aprecia como existen en la actualidad lugares donde no tienen los
servicios
básicos, y menos televisión. ¿Cómo decir que
somos una nación? Resulta difícil contestar esta
pregunta. En uno de los textos recomendados por la
cátedra, y leídos sobre Nación, se compara
Costa Rica con
Perú, y se hace referencia a varios intelectuales
peruanos, que opinan de Perú vanalidades, como "que
Perú es un chiste", "donde se mete el dedo brota pus", y
otras perlas. El autor dice enfáticamente, si así
piensan los intelectuales peruanos, de su país, que se
puede pensar de los demás.

En el caso de Costa Rica, el autor nos dice que le fue
imposible encontrar alguna calificación de aquel
país por alguno de sus intelectuales. Diferencia que
descubre una vez más que la nación peruana
está en gestación, tanto es así que cuando
nos expresamos sobre Perú, decimos "este" país y no
"nuestro" país, existe un divorcio
involuntario, que lo tenemos que erradicar de nuestro
inconsciente, tenemos que rescatar los verdaderos valores de
nuestro pueblo. Con la
globalización, los países desarrollados,
están experimentando la inmigración y es uno de sus más
grandes problemas. Al respecto, también lo dice Giddens,
que Alemania
experimentó el ingreso de más inmigrantes que
Estados
Unidos, pero que consideran que es una mano de obra
calificada y que se adecúan de inmediato a las normas de dicho
país. Efectivamente los países se están
juntando para resolver sus problemas y aparecen los bloques
regionales, esto será posible siempre y cuando, en el caso
de América, Estados Unidos motive y respalde estas
acciones, en
caso contrario el continente será fraccionado en norte y
sur, de México al
Norte y de Panamá
al Sur, a excepción de Chile. Este planteamiento es de
Andrés Oppenheimer. ¿Qué hacer entonces con
el fenómeno de la
globalización?

Estamos seguros que
Aparicio Pomares estaría en contra de esa
intervención – la globalización es una forma de
intervención -, sin embargo es algo irreversible y tiene
"vida propia", se mueve y puede desaparecernos como nación
antes de nacer.

El mito de la
educación

Desde Mariátegui (en sus ensayos) hasta
León Tratenberg (supuestamente el más entendido en
estos temas en la actualidad), se ha intentado resolver el
problema de la educación en el
país, y hasta el momento en que escribimos estás
líneas no se le dá el peso y la importancia debida.
Esto resulta increíble de escuchar o estudiar. Resulta que
en los países desarrollados la educación es algo
primordial, que en todo plan de gobierno es lo
primero que se plantea.

Definitivamente para el indio del "hombre de la
bandera" la educación era un mito, algo
así como que los blancos y criollos eran los únicos
que podían estudiar. Y esto era aceptado por los
gobernantes y gobernados. Los primeros porque era más
fácil para ellos manejar ignorantes, y para los segundos
una especie de resignación sincera, que ellos no
habían nacido para estudiar y solamente saber trabajar
para sus "amos". Desde que tengo uso de razón no me
explico hasta ahora porque no existe un solo gobierno que se haya
interesado por analizar el problema real de la educación.
La educación pública cada vez tiene más
problemas y sigue decayendo. Nadie dice nada, y más en
plena era del conocimiento y
de la información existe la necesidad de tomar
como problema de Estado el de
la educación. Nuestro enemigo principal es la ignorancia,
para combatirlo no debemos andar con los ojos vendados, sin
darnos cuenta que un pueblo menos ignorante, será mucho
más fácil de impulsar y hacer progresar. La
reacción de Pomares, en el cuento de López
Albújar, es la de un maestro que siente la necesidad de
enseñar a los indios de un lugar apartadísimo del
país, lo que significa defender su patria y sobre todo su
bandera. Aparicio Pomares logra su cometido, pero por favor, lo
consigue pero por la sensibilidad del indio, por su nobleza y
porque entiende de inmediato el llamado de la patria amada, y
cuando está en peligro. Que grande Pomares, es la parte
más emocionante del cuento, pero debemos rescatar su paso
por el Ejército donde le enseñaron a amar a su
patria y su bandera.

Existe una incomprensión del civil contra el
militar y viceversa. En la coyuntura actual nuestros problemas
dependen de todos los peruanos y no de acciones de "venganza" por
encontrar culpables a nuestros problemas. Despertemos, nuestro
principal problema es la incapacidad de resolver el problema de
la educación en el país, creemos que es algo
inalcanzable y que sólo algunos sobresalen por cuenta
propia. Necesitamos un maestro como Pomares y nos dé la
lección magistral de la vida, la de amar a la bandera roja
y blanca, de trabajar más por la nación peruana y
por sentirnos siempre orgullosos, con todos nuestros problemas
por la patria llamada Perú.

La patria
amada

Mucho años se defendía la "patria" pero la
que nos inculcaban en la colonia, es decir se luchaba por la
"madre patria", y como el índigena estaba sumido en la
ignorancia nunca comprendió el significado profundo y
verdadero de patria. Pero en este tema mucho de culpa lo tienen
los criollos, porque no valoraron el verdadero sentido de patria
y no se formó desde siempre, cuando nació
Perú como República este sentimiento, que no se
toca pero que se siente. Así como el deber, el hecho de
comprender lo que significa patria, es complicado por ser algo
inmaterial, sublime, espiritual, es el alma de un
país, y como tal un país sin alma sería un
hombre sin sentidos, sin historia y sin un rumbo
definido. Es decir el concepto de
patria, como es subjetivo, siempre es complicado comprender; en
todo caso hay que sentirlo, hay que vivirlo y si defendemos
la tierra que
nos vió nacer inclusive se puede "tocar" la Patria
Amada.

En nuestro cuento luego de explicar en sus palabras lo
que es patria, y porque deben luchar los indios, ejecuta en ese
momento una clase
magistral, escenifica el altar de la patria y hace que cada indio
jure por aquella. ¿Cuándo nació la patria?
Pienso sin temor a equivocarme que la patria, nuestra patria
amada nace con Cáceres, el peruano más grande que
heredamos, el hombre que
encarna al Pomares del "hombre de la bandera" y que en las
victorias fue noble y en las derrotas, digno, allí
nació la patria que hoy tratamos de entender y defender.
En estos tiempos no podemos hablar ni siquiera de soberanía como lo hacíamos hace
algunos años, prácticamente ha desaparecido,
inclusive los límites de
un país son referenciales, lo único que nos queda y
debemos mantener es el concepto de patria. Y nuevamente volvemos
a lo mismo, esto se logrará con una buena
educación, una integral, que empiece en casa, con la familia,
siga en la escuela, en las
universidades, en la sociedad y que los gobiernos no la mancillen
sino la dignifiquen.

Bandera:
símbolo de unidad nacional

Identificación total con su bandera. Pomares es
la encarnación de la bandera, que no sólo la
defiende sino que se transforma en ella, por eso muere
dignamente, orgulloso de ser indio, de ser peruano, y de regresar
a la tierra, pero
teñido de rojo y blanco. Que maravilloso relato, que
emociona el alma del peruano más duro, del que ni siquiera
conoce la nación peruana, y que rescata el amor a la
bandera.

Definitivamente el símbolo de unidad, de
confraternidad, de solidaridad, que
nos "etiqueta" como peruanos, es nuestra bandera. La misma que
representa nuestros volcanes,
nuestras pampas, mares, lagos, ríos, etnias, regiones,
cantos ancestrales, la aridez de la costa, las montañas de
la sierra, el verdor de la selva. Allí está la
bandera, de la guerra con chile, del Cenepa y la que flamea
diariamente en la cima de nuestra peruanidad. No tuvo mejor idea,
Aparicio Pomares "el hombre de la bandera", que morir por su
bandera y en su último deseo pedir que no la separen de
ella, dejándonos un testamento de grandeza y riqueza
espiritual que tiene el hombre peruano, y que al primer verdadero
llamado aparece como fiera cuando le arrebatan su presa.
Señores allí está nuestra bandera,
aquí estamos los herederos de Pomares.

 

 

 

 

Autor:

Italo Orihuela Oré

Asignatura: Teoría
Política
Contemporánea

Universidad Nacional Mayor de San
Marcos

Facultad de Ciencias
Económicas

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