Estudio de un brote hídrico en una comunidad de la provincia de Camagüey, Cuba
- Introducción
- Materiales
y métodos - Procedimiento
seguido ante casos de enfermedades transmitidas por agua y
alimentos (ETAA) - Resultados
y discusión - Referencias
Resumen
En octubre de 2008 se produjo un brote hídrico, de
etiología biológica, que afectó a 567
personas de una comunidad
perteneciente a la ciudad de Camagüey. La encuesta
realizada a 409 (72,1%) afectados puso de manifiesto que el
grupo
prevalente fue el comprendido entre 19 y 44 años (38,1%),
seguido de 0 – 4 y 45 – 64 años. El 77,7% presentó
diarreas.
Otros síntomas clínicos constatados fueron:
cólicos (35,2%), vómitos (28,1%),
fiebre (18,8%) y
náuseas (16,8%). Las 18 muestras de agua
analizadas mostraron más de 2 400 NMP de coliformes
fecales; en 15 de las mismas se aisló Aeromonas
hydrophila y de 3, Aeromonas jandae.
Palabras claves: brotes hídricos; enfermedades transmitidas
por agua y alimentos (ETAA);
diarreas; aguas de consumo;
Aeromonas; coliformes.
Introducción
Los recursos
hídricos, tanto superficiales como subterráneos, cada vez resultan más
escasos debido al aumento mundial de la población y a la intervención del
ser humano en el ambiente,
actividad que, en múltiples ocasiones, contribuye a
dañar su calidad (Aguiar
et al., 1998).
Más de un billón de personas alrededor del mundo
consumen agua contaminada, y cada año 3,4 millones de
estas, principalmente niños,
mueren a causa de enfermedades de transmisión
hídrica; de estas muertes, 2,2 millones ocurren por
enfermedades diarreicas. Cada ocho segundos muere un niño
de enfermedades de transmisión hídrica (WHO, 2001;
WHO/UNICEF, 2001; Valiente, 2005).
Según el Informe del
Programa de
Naciones Unidas
para el Desarrollo
(PNUD), de los 4 400 millones de habitantes del mundo en
desarrollo casi el 60 % carece de saneamiento básico, un
tercio no tiene acceso al agua limpia, la cuarta parte no tiene
vivienda adecuada, ni acceso a servicios
modernos de salud (Valdés,
2000).
Las enfermedades de origen hídrico se encuentran entre
las cinco primeras causas de muerte en los
países de América
Latina. Existe una relación directa entre estas cifras
y los datos sobre
cobertura y calidad del agua que consumen. Esta situación
se exacerba debido a que la temperatura
ambiental es superior a 20 ºC durante la mayor parte del
año (Valdés, 2000).
Sólo el 24% de la población urbana de América
Latina y el Caribe dispone de algún tipo de sistema de
vigilancia y control de la
calidad del agua. En Honduras, Nicaragua, Haití, Guyana y
Bolivia
más del 50% de la población sólo tiene
acceso a agua corriente potable menos del 50% del tiempo.
Además, la población protegida por sistemas
adecuados de vigilancia y de control de la calidad del agua es
muy limitada en las zonas urbanas, e insignificante en las zonas
rurales. El hecho de que más de un tercio de las
defunciones de menores de cinco años en América
Latina y el Caribe se deba a enfermedades contagiosas destaca la
importante contribución potencial del abastecimiento de
agua salubre y fiable a la reducción de la mortalidad
infantil (OMS, 2004).
En Cuba la
mortalidad por estas causas no constituyen un problema pero la
morbilidad mantiene una tendencia ascendente, de ahí la
importancia de su control y prevención, máxime
luego de la séptima pandemia de cólera
en Perú y su propagación en América Latina
en 1991 (González et al., 2003; Gonzáles y
del Puerto, s.a; MINSAP, s.a).
El presente trabajo aborda
las particularidades de un brote hídrico atípico,
de etiología biológica, que afectó a una
comunidad de
la provincia de Camagüey.
Materiales y
métodos
La investigación se basa en los datos sobre un
brote hídrico que afectó a miembros de una
comunidad camagüeyana y aparecen recogidos en el Libro de
Estadísticas de la Sección de
Microbiología Sanitaria del Departamento de
Microbiología adscrita al Centro Provincial de Higiene,
Epidemiología y Microbiología (CPHEM)
"Mártires de Pino Tres" de la ciudad de Camagüey,
Cuba.
Procedimiento seguido
ante casos de enfermedades transmitidas por agua y alimentos
(ETAA)
Ante el reporte de un brote de ETAA existe un grupo de trabajo
constituido por especialistas en Higiene, Epidemiología y
Microbiología los cuales, en conjunto, están
responsabilizados con las siguientes funciones:
1- Aplicación de una encuesta
epidemiológica a las personas afectadas en el
brote.
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