La incidencia del colectivo pedagógico en el desarrollo de las competencias profesionales del profesor general integral
La incidencia del colectivo
pedagógico en el desarrollo de las competencias profesionales del
profesor general integral de
secundaria básica. Un enfoque desde la perspectiva de la
complejidad.
Introducción
Se vive en una época en lo que todo se ha hecho
más complejo y en la que los proyectos humanos no parecen
mostrarse tan diáfanos como antaño. Es por esto que tal
vez, sea un tiempo especialmente propicio
para intentar una nueva gestión de los recursos humanos en
múltiples órdenes de la vida, y de ésta como un
todo integrado por elementos de disímil referencia, buscando
un marco de comprensión suficientemente unitario que otorgue
mayor sentido a la realidad.
En este sentido, también la escuela va sintiendo los efectos
de lo que supone la asunción generalizada de un mundo que se
define por la complejidad. Lo cual tiene ventajas si se entiende
como reto adaptativo, pero en la corta distancia del `aquí y
ahora' los inconvenientes se hacen mayúsculos.
Por otra parte, la constatación de la complejidad
en los procesos biológicos y
sociales obliga a que una de las funciones básicas de la
escuela sea la de formar al alumnado para que éste pueda
elaborar respuestas desde su misma condición de complejidad.
Como plantea Zabala (1999),
construir un pensamiento para la
complejidad es uno de los retos fundamentales de la enseñanza. Estamos
persuadidos de que un enfoque holístico, participando de la
virtud sistémica, puede servir de ayuda activa en la
enseñanza de la complejidad desde la formación de los
Profesores Generales Integrales de Secundaria
Básica.
Antes de continuar, se cree pertinente hacer referencia
a las once razones dadas por Lesourne
(1993) para tildar de altamente complejos al sistema educativo (un resumen
más holgado puede encontrarse en
López Rupérez 1997):
1. La complejidad del sistema educativo procede de su
objeto, que no es otro que el de transformar a los seres
humanos.
2. La dimensión del propio sistema, merced a la
importancia adquirida por el sector público en este
ámbito.
3. La complejidad formal de su estructura
normativa.
4. La complejidad informal, resultado de la interacción en el
interior del sistema.
5. La ambivalencia del sistema, que se presenta, de una
parte, como cerrado y, por la otra, como enormemente abierto a la
sociedad.
6. Su operación y efectos se produce en el largo
plazo.
7. La mutua implicación entre sistema educativo y
sistema económico.
8. Imprecisión en la medida de los efectos del
sistema.
9. Las dificultades para evaluar el grado de
consecución de fines y objetivos
generales.
10. La dificultad para articular políticas carentes de
ambigüedad.
11. La conflictividad inherente al sistema
educativo.
Las reflexiones que son derivadas del análisis de esta primera
razón apuntan hacia el reconocer que la educación como fenómeno social
que determina el desarrollo de cualquier país, tiene que
preparar al hombre para la vida y como
condición de ella para el trabajo,
constituyéndose este en una vía para el logro de un fin
más amplio: la formación cultural integral
Por eso para Martí: Educar es
depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha
antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente,
hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo,
para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo
con lo que no podrá salir a flote, es preparar al hombre
para la vida[1]
Podría decirse que educar, sobre todo en tiempos
complejos de constantes cambios e incertidumbre, es procurar que
los alumnos vayan alcanzando una visión holística de la
realidad, y para ello habrá que ofrecerles, naturalmente,
los medios cognitivos, afectivos y
conductuales que implica esa visión global y compleja. Por
lo que esto apunta hacia el necesario perfeccionamiento de la
formación de los Profesores Generales Integrales de
Secundaria Básica, que son los responsables de contribuir al
cambio educativo de la
enseñanza a partir de lograr la formación general de
la personalidad de los
adolescentes. Pero esta
formación como proceso necesita que en la
misma se garantice, en el futuro profesor, esta forma de pensar y
de actuar para que pueda ser transmitida a los adolescentes a
través del proceso de enseñanza aprendizaje.
Es criterio de la autora que la preparación de este
futuro Profesor General Integral solo es obtenida si se
desarrolla durante el proceso de formación las competencias
profesionales que los caracteriza, ya que este profesional tiene
que estar preparado para resolver los problemas profesionales que se
les presentarán en su contexto de actuación, que por
demás son dinámicos, y no siempre se presentan de la
misma forma por lo que para su solución necesitan algo
más que habilidades profesionales, necesitan competencias
que les permitan diagnosticar los problemas profesionales,
movilizar los recursos que posee en su
estructura cognitiva y crear las alternativas de solución
que resuelvan dicho problema de forma eficiente.
Desarrollo
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