RESUMEN.
La escuela cubana
actual debe propiciar un cambio de
conducta en
materia de
aprendizaje
que se viene trabajando por diferentes autores desde hace
más de una década pero fundamentar
teóricamente algunas concepciones de cómo
está tiene que cumplir su encargo social es tarea de todos
los que forman al hombre. El
presente trabajo
refiere concepciones que con la impronta de las consultas
bibliográficas realizadas por la autora pueden ser de gran
utilidad para
la
educación y formación integral del hombre.
INTRODUCCIÓN
En la escuela cubana el marco
teórico metodológico referencial para la
comprensión de la educación y el aprendizaje en
la práctica educativa lo constituye el Enfoque
Histórico Cultural, cuya base es la filosofía del Materialismo
Dialéctico e Histórico.
Este enfoque tiene en cuenta el desarrollo de
las potencialidades del estudiante y la apropiación de la
experiencia histórico-social, de los valores de
nuestra sociedad
socialista, de las raíces de nuestra identidad
nacional.
La figura representativa de este Enfoque Socio Cultural es Lev
Semionovich Vigotsky
(1896-1934), cuya teoría
tiene como aportes importantes el condicionamiento
histórico social del desarrollo de las funciones
psíquicas superiores, así como la metodología de estudio de estos, la
visión renovadora que tuvo sobre la relación entre
la educación, el aprendizaje y el desarrollo, la
relación entre la teoría y la práctica,
entre otros.
Sus teorías
y aportes constituyen referencias para la búsqueda de
soluciones a
los problemas
relacionados con el aprendizaje, especialmente para que este se
convierta en un proceso que
genere desarrollo en los educandos y promueva el cambio
educativo.
Al abordar el aprendizaje se debe partir de su relación
con la educación y el desarrollo, los cuales se integran
en la vida humana conformando una unidad dialéctica.
DESARROLLO
El aprendizaje desarrollador ha sido conceptualizado por
diferentes autores:
Según Bermúdez, R., es el "proceso
de modificación de la actuación, por parte del
individuo, el
cual adquiere experiencia en función de
su adaptación a los contextos en los que se concreta el
ambiente con
el que se relaciona." (Bermúdez, R., 1996).
Según Castellano, D., y
otros, el aprendizaje constituye "el proceso dialéctico de
apropiación individual de los contenidos y formas de
conocer, hacer, convivir y ser, construidos en la experiencia
socio histórica, en el cual se producen, como resultado de
la actividad del individuo y de la interacción con otras personas, cambios
relativamente duraderos y generalizables, que le permiten
adaptarse a la realidad, transformarla y crecer como personalidad."
(Castellano, D., y otros, 2007).
Para Silvestre, M., "el aprendizaje es un proceso
en el que participa activamente el alumno, dirigido por el
docente, apropiándose el primero de conocimientos,
habilidades y capacidades, en comunicación con los otros, en un proceso
de socialización que favorece la
formación de valores."
(Silvestre, M., 2000).
Esta definición incluye los cuatro pilares
básicos que aparecen definidos en el informe de la
UNESCO sobre la educación hacia el siglo XXI: aprender a
conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a
ser.
En el mismo se plantea que el primero está encaminado a
la combinación de una cultura
general amplia con la posibilidad de profundizar los contenidos
en un pequeño número de materias, aprender a
aprender para poder
aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo
largo de su vida. El segundo pilar básico propone adquirir
un sistema de
hábitos, habilidades y experiencia de la actividad
creadora. Aprender a convivir se refiere al sistema de relaciones
con los demás, respetando los valores de
comprensión mutua y paz. El último está
encaminado a que en el individuo se desarrolle su propia
personalidad, su capacidad de autonomía, juicio y responsabilidad personal.
La calidad del
aprendizaje se logrará en la medida en que el aprendizaje
sea capaz de promover el desarrollo de la persona, que
pueda pasar de un nivel de desarrollo a otro superior, es decir,
que sea una educación desarrolladora.
La autora teniendo en cuenta las concepciones anteriores
concibe el aprendizaje como un proceso dialéctico,
individualizado, vinculado estrechamente con al contexto
histórico-cultural, con las experiencias y las necesidades
de los individuos, así como con su crecimiento humano, con
el desarrollo de su personalidad.
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