Indice
1.
Introducción
2. La Capa De
Inversión
3. Efecto Invernadero
4. Contaminación
Acústica
Es consecuencia de las emisiones provenientes tanto de
fuentes
móviles, específicamente de automóviles,
como de fuentes
fijas.
En la Argentina se
incorporan, al presente, cerca de 400 mil automotores por
año de los que más de la mitad se quedan en el
área metropolitana de Buenos Aires. Si
a éstos les sumamos los vehículos viejos que siguen
funcionando, se produce una acumulación significativa de
fuentes de emisión móviles de contaminantes
gaseosos, a las que deben sumarse las fuentes fijas provenientes
de las industrias. Esta
enorme cantidad de fuentes emisoras de gases ha
originado un proceso de
contaminación del aire mucho mayor del que
se creía, sobre todo de contaminación por micro partículas,
que al entrar al sistema
respiratorio ocasionan graves trastornos a la salud y son, por lo tanto,
las más peligrosas.
No obstante, se han verificado algunos avances con respecto a
estas emisiones gaseosas debido a que las naftas disponibles
actualmente son de mayor calidad y casi no
contienen plomo y a que los nuevos modelos de
automóviles disponen de catalizadores que, combinados con
la utilización de naftas sin plomo, pueden mejorar
notablemente la calidad del
aire.
También es importante resaltar que la Argentina es el
país con mayor cantidad de automóviles equipados
para funcionar a gas natural.
En el sector industrial, el problema es de menor gravedad. Esto
se debe específicamente a la utilización del
gas natural,
relativamente más limpio que el carbón o el fuel
oil, como combustible generador de energía, cubriendo
cerca del 46% de las necesidades de combustible en este sector.
Sin embargo, en algunos sectores específicos (como la
refinería de metales, cemento,
petróleo y
petroquímicas) donde se emplean procesos
altamente contaminantes y en aquellas plantas donde se
utilizan el carbón y el fuel oil como fuentes de
energía, la
contaminación del aire proveniente
de la industria es
un problema importante. De todas formas, la utilización
masiva del gas natural en la
industria no
responde a políticas
ambientales deliberadas sino a políticas
públicas tendientes a abaratar la provisión del
mismo.
Problemas de contaminación del aire
1- Los niveles de óxido nitrógeno (NOx) y de
monóxido de carbono(CO)
exceden los niveles recomendados en distintos momentos del
día en la ciudad de Buenos Aires.2-
Teniendo en cuenta el volumen de
automotores que circulan por la ciudad y el nivel de actividad y
generación de electricidad de
las Centrales Térmicas y los resultados de las mediciones
de CO en el aire, pueden considerarse que la calidad del aire de
la ciudad esta frecuentemente comprometida.3- La ciudad de
Córdoba dadas las características, topográficas y
meteorológicas, la alta concentración fabril y
automotora, es una de las que presenta mayor grado de contaminación del aire de la Argentina.4- A
la
contaminación de monóxido de carbono (CO)
hay que sumar la contaminación con plomo (Pb) que se
produce por el tipo de combustibles que se utilizan. Ya que, si
bien la nafta sin plomo
se ha implementado hace mas de cuatro años en la
Argentina, en la actualidad solo un bajo porcentaje de los
vehículos funciona con ella.5- Por otra parte en Argentina
desde l985 se ha promovido la utilización de gas natural
comprimido (GNC) que además de eliminar escaso (Pb)
produce menos (NO) y (CO). El uso del GNC tuvo una rápida
adopción
por los taxis, colectivos, que siguen funcionando
mayoritariamente a gas oil.6- La contaminación del aire
que proviene de la industria es importante cerca de determinados
tipo de industrias como
son las refinerías de metales, las
cementeras y las petroquímicas. 7- La
contaminación del aire en los grande centros urbanos. Las
zonas con alta concentración fabril constituyen un
problema en la Argentina y alcanza niveles importantes en las
ciudades de Buenos Aires, Córdoba; Rosario y Mendoza y, en
otras ciudades mas chicas como Tucumán, Jujuy, La Rioja y
Salta.
En un área urbana, por la misma actividad del
hombre, se
generan calor y
contaminantes. El aire caliente sube y arrastra parte de dichos
contaminantes. Por las afueras de la ciudad entra aire más
fresco y limpio. De esta manera circula y se observan las
"campanas de smog", grisáceas, sobre las grandes ciudades.
Si en alguna mañana fría y húmeda queda una
capa de aire frío sobre la ciudad y por encima de ella hay
aire más cálido, se produce el fenómeno de
inversión. El aire frío se enriquece
con los gases y
partículas contaminantes a medida que se inicia la
actividad.
Todo queda atrapado hasta que un fuerte viento normaliza la
situación.
Es una situación conocida en muchas ciudades por ejemplo,
en Córdoba, donde las montañas que las rodean
impiden la fácil penetración de los
vientos.
Se habla del efecto
invernadero porque la atmósfera
actúa como un invernadero para la tierra,
dejando pasar la luz, pero
guardando el calor.
Para comprender el efecto
invernadero es necesario describir brevemente como funciona
el balance de energía de nuestro sistema
climático:
Balance De Energía En Nuestro Sistema
Climático
De cada 100 unidades del flujo total de radiación
solar (o de onda corta) que llega al tope de la atmósfera, 23
unidades son absorbidas por ésta: el O3
estratosférico y el vapor de agua
troposférico absorben 19 unidades, y el agua
líquida en las nubes 4 unidades. La superficie de los
océanos y los continentes absorben 46 unidades. Las 31
unidades restantes son reflejadas hacia el espacio exterior: las
nubes reflejan 17 unidades, la superficie del planeta 6 unidades,
y los gases que componen la atmósfera dispersan hacia el
espacio exterior 8 unidades. Estas últimas 31 unidades no
participan en los procesos e
interacciones del sistema
climático. La energía absorbida por éste (69
unidades) es convertida en calor, movimiento de
la atmósfera y de los océanos (energía
cinética), y energía potencial.
Sistema Climático
La atmósfera, los océanos, los
continentes, las grandes masas de hielo y nieve, y los organismos
vivientes de nuestro planeta, son los principales componentes de
nuestro medio
ambiente. Todos ellos se encuentran en un estado de
permanente interacción a través del intercambio de
flujos de materia
(Ejemplo: flujos de agua
líquida o vapor, otros gases y partículas) y
energía (Ejemplo: radiación
electromagnética y calor). En particular, los procesos
físicos y químicos internos de la atmósfera
y el conjunto de sus interacciones con los otros componentes del
medio ambiente
constituyen lo que, en un sentido amplio, se denomina el sistema
climático terrestre.
El aumento de la cantidad de ciertos gases (dióxido de
Carbono, vapor de agua, metano, oxido nitroso) aumentan la
capacidad de la atmósfera para bloquear el calor, lo cual
causa temperaturas mas elevadas y cambios climáticos.
Se produce además, una elevación del nivel del mar
por el derretimiento paulatino de grandes masas de hielo polar.
Se afirma que el "efecto invernadero" y el deterioro de la
capa de ozono
tienen un denominador común, que es la actividad
incontrolada del hombre. Frente
a la disminución de la capa de ozono
se ha producido una conmoción mundial que ha llevado a
muchos acuerdos internacionales.
Hoy en día se examina mucho la formación y
deterioro de la capa de ozono, en consecuencia ozono viene de la
palabra griega ódsein que significa (oler) se conoce en su
fórmula química como O3, es
una forma alotrópica de oxigeno; es
decir una de las modalidades en que se presenta este gas en la
naturaleza.
Se dice que en la llamada zona fotoquímica de la alta
atmósfera el O3 se produce al actuar sobre ella los rayos
ultravioletas (UV) del sol, los que fraccionan las
moléculas de oxígeno
molecular común, O2. Producido el ozono se ubica en la
atmósfera en forma concentrada en una capa de unos 30 Km.
de altitud y en cantidades nunca superiores a las 10 partes por
millón de volumen.
El O3 forma un escudo protector que impide que los rayos
perjudiciales del sol alcancen la faz de la tierra,
dejando por el contrario, continuar su camino hacia la superficie
los rayos benéficos.
La radiación solar consiste en luz visible y dos
componentes invisibles, radiación ultravioleta y
radiación infrarroja. La radiación infrarroja es
una parte caliente de la luz solar. Gran parte de la
radiación ultravioleta que llega a la atmósfera
superior es reflejada por la capa de ozono, lo cual es afortunado
para nosotros ya que dicha radiación es letal para el
protoplasma expuesto a ella.
La energía radiante que llega a la superficie de la Tierra en
un día despejado es alrededor del 10% ultravioleta, 45%
visible y 45% infrarroja.
Investigadores señalaron la seria amenaza para la capa de
Ozono mundial que significaban los productos
químicos sintéticos denominados
CLORO-FLUORO-CARBONOS (CFC), que se usan como dispersantes de
aerosoles. Se destaca que existen también otros compuestos
sintéticos relacionados con los CFS que dañan en
forma significativa la capa de ozono. Un ejemplo de esto tenemos
las brominas, formadas por moléculas de Bromo,
también el metano, producto de la
degradación anaerobia es un aporte muy negativo para el
efecto invernadero, y científicos consideran que la
emisión de una unidad de metano equivale a mas de veinte
unidades de CO2.
Además las emisiones de aviones de propulsión a
chorro que vuelan a grandes altitudes destruyen el ozono.
Con el tiempo han
aumentado las sustancias destructoras del ozono. La primera
advertencia de que dicha capa podría estar
adelgazándose sobre la Antártida se hizo en 1977,
comprobándose en 1985 que la capa de ozono sobre la
Antártida había disminuido en 40%. A partir de
entonces se empezó a hablar sobre el "Agujero" en la capa
de ozono, lo que es una gravísima disminución del
espesor del escudo protector, junto con este adelgazamiento en el
Antártico se ha verificado una paulatina
disminución de este gas en el hemisferio Norte. Hacia 1991
el tamaño de este agujero ha crecido hasta abarcar el sur
de Argentina, donde han aumentado los informes de
cáncer de piel y ceguera
en ovejas y personas.
Hoy existe un consenso generalizado de que la atmósfera se
está calentado como resultado de las actividades humanas y
es más que probable que este calentamiento traerá
consigo graves consecuencias ambientales, sociales y
económicas.
Entre los efectos del cambio
climático se prevén los siguientes:
- Tormentas más intensas.
- Inundaciones.
- Sequías.
- Enfermedades.
Para limitar esos efectos es necesario proceder a una
reducción considerable de las emisiones de gases de efecto
invernadero
Incremento de la temperatura
La temperatura
media mundial se ha elevado medio grado centígrado desde
el principio de este siglo.
A mediados del siglo que viene, la cantidad de dióxido de
carbono de la atmósfera puede duplicarse y las
temperaturas de la superficie del planeta pueden llegar a
elevarse entre 3 y 5,5 grados centígrados.
Esto podría cambiar la distribución mundial de las
precipitaciones, extender los desiertos del planeta y reducir
drásticamente la producción agrícola.
Cualquiera de estos hechos o todos a la vez, serían
desastrosos. El efecto invernadero refuerza el ciclo
hidrológico; mas calor significa que más agua se
evapora de ríos, lagunas y mares, lo que a su vez supone
lluvias más torrenciales, huracanes y tormentas más
fuertes, y un cambio en el
equilibrio
existente en las corrientes de aire entre tierra firme y
superficies acuáticas. Derretimiento de los polos y
glaciaciones. Tal vez la más grave de las secuelas de
un calentamiento global podría muy bien ser la
fundición de los casquetes polares.
Los científicos, sin embargo, siguen debatiendo sobre si
llegará a ocurrir o no a pesar de que se ha calculado que
en el siglo pasado "la expansión térmica ha elevado
el nivel del mar unos cinco centímetros".
¿Qué es lo que implica una subida en el
nivel de los mares?
Esto implica que el derrame del agua inundaría las zonas
costeras. Que todas las tierras que estén dentro del
margen de ascensión podrían desaparecer. Que
cambiarían las formas de los continentes. Que las islas se
verían seriamente afectadas. Aún no se sabe a
ciencia cierta
cuanto puede subir el mar por el derretimiento de los polos y
glaciares.
Lo seguro es que
de existir un incremento del nivel del mar, todas las islas que
carecen de montañas terminarán bajo el agua.
Lo más patético sería que hacer con la gente
que habita en estos lugares, por otro lado no es solo un
inconveniente físico sino
también social y político.
Según estudios realizados se deduce que por cada
metro que suba el nivel del mar desaparecerán entre 100 y
1000 metros de costa, lo que conlleva aun cambio drástico
en toda la ecología y agricultura.
Playas enteras serían destruidas, perjudicando
terriblemente el turismo y la industria
pesquera, eje central de la economía de nuestro
país y muchos otros.
Emisión de gases de efecto invernadero
En los últimos años se ha verificado un aumento,
básicamente por un incremento en las emisiones de CO2.
Estas han pasado de 98,3 millones de toneladas en 1994 a 110,1
millones de toneladas en 1999. Sin embargo, al tomar en cuenta
las emisiones de CO2 per cápita, la variación ha
sido mucho menor (de 3,021 toneladas por habitante en 1994 a
3,222 en 1999), e incluso ha decrecido si tomamos en cuenta un
período más largo (en 1970, las emisiones de CO2
per cápita eran de 3,489 toneladas). Estas tendencias
reflejan la penetración creciente del gas natural como
combustible, especialmente en los sectores energético e
industrial. Al analizar los cambios de la estructura
sectorial de estas emisiones, aunque la mayor parte de las mismas
provienen del sector energético, se ha verificado un
crecimiento de la participación relativa en las emisiones
del sector transporte,
donde persiste la utilización de derivados del
petróleo (aunque la mejor calidad de las naftas sin
plomo puede reducir sensiblemente estas emisiones), y que no
llega a ser compensada por las menores emisiones relativas en los
sectores residencial, comercial y público. De todas
formas, la participación relativa de las emisiones de CO2
y otros gases de efecto invernadero de la Argentina a nivel
mundial sigue siendo marginal.
Quizás con menor repercusión a nivel
mundial, encontramos la contaminación acústica, demasiado
frecuente en las ciudades. A partir de los 85 decibelios el
oído puede
resultar dañado, con menor ruido puede
también dañarse si nos exponemos durante un
prolongado período. Por otra parte, el ruido, aunque
no sea dañino al oído, se
ha demostrado que provoca estrés,
fatiga, pérdida de concentración, cefaleas… Lo
aconsejable es vivir y trabajar en lugares silenciosos. En caso
de que esto no sea posible, debemos aislarnos del ruido exterior
con macetas, árboles, cristales dobles en las
ventanas…
Naturalmente, también debemos denunciar el exceso de
ruido, si este es ilegal y en caso de que no haya leyes al
respecto, solicitar que sean elaboradas.
Opciones Para Reducir La Contaminación Del
Aire
- Un aumento en el uso de la energía
hidroeléctrica es una de las alternativas más
baratas para reducir emisiones. De hecho, el gobierno espera
que para el 2015 se instalen en el país más de
5.700 megavatios adicionales de capacidad
hidroeléctrica. Sin embargo, los grandes incrementos en
capacidad generadora pueden ser difíciles de implementar
debido a inquietudes sociales y medioambientales asociadas con
los desarrollos hidroeléctricos masivos. - La energía eólica es atractiva y tiene
un vasto potencial técnico (hasta 300.000 megavatios
sólo en la Patagonia).
La actual capacidad instalada es de 11.45 megavatios y se
prevén otros 940 para el 2015. Si esta energía
lograra desplazar la capacidad térmica, ello
podría reducir las emisiones en 1.110 megatoneladas.
Lamentablemente, el potencial de esta energía
está limitado por barreras de acceso a la
transmisión, un suministro intermitente y altos costos para los
emprendimientos en pequeña escala. - La energía hidroeléctrica y
eólica juntas podrían reducir un total de
emisiones de alrededor del 8 por ciento hacia el 2015. Una
mayor eficiencia
energética del sector residencial podría reducir
un 2 por ciento del total de emisiones argentinas para ese
período, así como podría lograrse una
reducción del 1.5 por ciento del sector transportista.
La sustitución por gas natural comprimido para
vehículos es atractiva, pero requiere que se establezca
una red
nacional de distribución. - En el sector industrial, que consume el 25 por ciento
de la energía, las opciones claves para la
reducción de emisiones están en el cemento, el
papel y la
pulpa de papel, la
refrigeración, los combustibles y los
productos
agrícolas. A través de mejoras técnicas, la plantas de
producción de papel y de cemento
podrían reducir sus emisiones en un 30 y un 15 por
ciento respectivamente. Existe también un alto potencial
para desarrollar eficiencia en
la refrigeración para la industria
agrícola, donde el consumo
energético podría ser reducido en un 40 por
ciento hacia el 2015. - También hay oportunidades para extraer y
utilizar gas metano de los desechos urbanos, aunque no
está claro si ello puede competir con el bajo precio del
gas natural. - La sustitución de tierras de cría de
ganado por plantaciones de crecimiento rápido que tienen
un alto potencial de sustitución energética y de
generación de ingresos (a una
tasa de menos de $3 la tonelada de CO2). Un área de
125.000 hectáreas podría embargar cerca de 40
millones de toneladas de dióxido de carbono durante 45
años a menos de $1.50 la tonelada. Con el tiempo, la
siembra de árboles podría incrementar esa
tasa, pero costaría bastante más (hasta $22) por
tonelada de CO2.
Otros datos importantes
sobre el problema de la contaminación
El hombre,
para satisfacer sus necesidades, ha utilizado los recursos de la
Naturaleza,
modificándola. La aparición de la agricultura,
el crecimiento de la población y el desarrollo
industrial han producido alteraciones en el ambiente,
situación que se ha agravado como consecuencia del aumento
de nuestros niveles de consumo, de la
cantidad de energía que necesitamos, de la magnitud de los
recursos que
generamos y de las tecnologías que elegimos para llevar
adelante nuestras diversas actividades, rompiendo el equilibrio
entre los organismos, nosotros y el entorno.
Infinidad de actividades humanas son capaces de producir
contaminación, y esta problemática actualmente ha
trascendido el nivel meramente científico para constituir
una prioridad política y social, en
especial debido a que la dirección de los procesos productivos sigue
una tendencia hacia un mayor deterioro del planeta, con lo que
peligra la vida de muchas de las especies, incluida la
humana.
Así, anualmente seis millones de hectáreas de
tierra productiva se convierten en desierto estéril;
también se destruyen más de veinte millones de
hectáreas de bosques por año, las que en gran parte
se convierten en tierras de cultivo de calidad inferior,
incapaces de alimentar a los agricultores que las trabajan. Las
lluvias ácidas eliminan bosques y lagos y dañan el
patrimonio
artístico y arquitectónico de las naciones, hasta
el punto en que vastas extensiones de tierra acidificada ya no
podrán recuperarse.
El uso de combustibles fósiles arroja a la
atmósfera enormes cantidades de dióxido de carbono
que causan un calentamiento gradual del planeta. Este "efecto de
invernadero" puede llegar a elevar hacia principios del
siglo próximo la temperatura
media de la Tierra lo suficiente como para desplazar zonas de
producción agrícola, aumentar el nivel de los mares
que inundará áreas y ciudades costeras y
trastornará las economías nacionales.
Otros gases industriales amenazan con agotar la capa de ozono que
protege el planeta hasta un punto tal que podrán aumentar
drásticamente los casos de cáncer en hombres y en
animales y se
perturbará la cadena alimentaria de los océanos. La
industria y la agricultura introducen tal cantidad de sustancias
tóxicas en la cadena alimentaria humana y en los niveles
freáticos que en muchos casos resultará imposible
purificarlos.
Entre los principales agentes de contaminación se
encuentran los derivados del carbono, del azufre, del
nitrógeno y del fósforo, los hidrocarburos,
los plaguicidas, la radiación nuclear, el flúor y
el cloro y los metales pesados, especialmente el mercurio y el
plomo.
La importancia de la contaminación o polución
atmosférica adquiere su mayor trascendencia en las
últimas décadas, y fue definida por el Consejo de
Europa en 1967 de
la siguiente forma: "Hay polución del aire cuando la
presencia de una sustancia extraña o la variación
importante en la proporción de sus constituyentes, es
susceptible de provocar efectos perjudiciales o de crear
molestias, teniendo en cuenta el estado de
los conocimientos científicos del momento".
Esas sustancias extrañas constituyen los agentes
contaminantes de la atmósfera y pueden dividirse en
biológicos, físicos, químicos y
partículas. si bien muchos de ellos existen en la
naturaleza, la actividad humana puede ocasionar una
multiplicación de esos agentes. Entre las principales
fuentes donde se origina la contaminación, se encuentran
los medios de
transporte,
los procesos industriales, la producción de energía
y las actividades de las áreas urbanas. La importancia de
cada una de estas fuentes está relacionada con la
concentración de los agentes emitidos y de las condiciones
meteorológicas locales, en particular la presencia de
vientos y el grado de humedad. Los efectos más
espectaculares de la contaminación del aire se observan en
el efecto "invernadero", la "lluvia
ácida" y en la aparición del agujero de ozono.
Por el efecto invernadero, resultado principalmente del aumento
del dióxido de carbono y la deforestación, se produce un aumento de la
temperatura del planeta, cuyos primeros efectos son las
inundaciones descontroladas. Se ha comprobado una
elevación de 0,18° C en la temperatura promedio
mundial, desde comienzos del siglo hasta ahora; si las emisiones
de gases invernadero (dióxido de carbono, metano,
óxido nitroso y clorofluorocarbonos) continúan
creciendo de acuerdo a los índices actuales, los modelos
climáticos sugieren que las temperaturas globales se
elevarán de 1,5 a 4,5° C hacia el año 2050 y
que los niveles del mar subirán de 0,8 a 1,8 metros
durante el próximo siglo. La lluvia
ácida es consecuencia de las emisiones de óxido
de nitrógeno y dióxido de azufre que se acumulan en
la atmósfera y regresan a la superficie terrestre en forma
de polvo ácido, o mezclados con la humedad
atmosférica precipitan con la lluvia y la nieve como
ácidos
nítrico y sulfúrico, en el fenómeno
denominado lluvia que provoca la muerte de
plantas y peces,
erosión
de edificios, acidulación de suelos y
contaminación de alimentos.
En cuanto al agujero de ozono, descubierto en 1984 y cuya
superficie alcanzaba en 1991 los 21 millones de km², el
mismo es provocado por la disminución de este gas en la
tropósfera y estratósfera, fenómeno que se
presenta en forma natural en primavera en las regiones polares,
especialmente en la Antártida. Este gas tiene como
función
principal la de proteger la vida terrestre de los nocivos efectos
de la radiación ultravioleta de onda corta,
absorbiéndola. El hombre
contribuye en la disminución del ozono, mediante la
emisión de óxidos de nitrógeno, metano y
clorofluorocarbonados.
Dentro del grupo de los
contaminantes físicos de la atmósfera, se encuentra
el ruido que ha adquirido cada vez mayor importancia con el
desarrollo de
la civilización industrial y urbana. Sus principales
fuentes se encuentran en los medios de
transporte, la maquinaria industrial, las actividades propias de
la construcción, los locales destinados a la
música,
las sirenas y las alarmas. Los parámetros que caracterizan
los ruidos son: el nivel o intensidad, la frecuencia y la
duración.
El incremento de la población y de la actividad industrial ha
ocasionado un aumento constante de la polución de
ríos, lagos, aguas subterráneas y océanos.
La
Organización Mundial de la Salud definió en
1961, la contaminación de las aguas dulces indicando:
"Debe considerarse que un agua está polucionada, cuando su
composición o su estado
están alterados de tal modo que ya no reúnen las
condiciones a una u otra o al conjunto de utilizaciones a las que
se hubiera destinado en su estado natural".
El agua dulce es naturalmente potable, pero las
modificaciones que se realicen a sus propiedades físicas,
químicas o biológicas, pueden hacerle perder esta
cualidad. Los efectos de la contaminación están
íntimamente relacionados con el uso que tengan las aguas:
sea para consumo directo (bebida, limpieza personal y
domiciliaria), o indirecto, como es la producción de
alimentos o el
riego (por el cual las plantas incorporan contaminantes que luego
son transmitidos a quienes se alimentan de ellas. Las principales
fuentes de contaminación son los vertidos incontrolados de
origen diverso, siendo los principales las aguas residuales
urbanas, las actividades industriales y agrícolas.
En lo referente a las aguas marinas, si bien poseen una alta
capacidad de autodepuración, especialmente en la zonas
costeras, el vertido de desechos o de aguas residuales, ha
determinado una alteración del equilibrio del ecosistema
hasta límites
intolerables. Los contaminantes presentes en el agua de mar
incluyen hidrocarburos,
residuos urbanos, agrarios e industriales, detergentes, productos
radiactivos y metales pesados, siendo el
petróleo el que mayores efectos ha ocasionado, en
especial por su derrame (la "marea negra").
Por otra parte, la intensificación de los cultivos fue
degradando los suelos de sus
nutrientes naturales, por lo que se aumentó la
aplicación y el volumen de los fertilizantes utilizados en
las actividades agrícolas, así como el de los
pesticidas y plaguicidas para combatir los organismos
indeseables, plantas o animales, y
lograr el mejor desarrollo de los cultivos. La
incorporación de estos elementos, así como la de
los distintos residuos urbanos e industriales, modifican las
características originales del suelo y su
presencia implica serios problemas para
la porción biótica que sustenta; además, los
contaminantes que ha recibido pueden transferirse a las capas
más profundas, a las aguas superficiales y a las
subterráneas.
Los desperdicios y desechos sólidos, líquidos y
gaseosos producidos por el hombre, pueden ser clasificados en
residuos urbanos, agrícolas e industriales. Los urbanos
comprenden los generados por la población
(domésticos), por las actividades comerciales,
industriales y de servicio que
se desarrollan en la ciudad. Incluyen materia
orgánica, papel, plásticos,
madera, goma,
telas, vidrio, aluminio,
metales varios, escombros, etc. Las industrias por su parte, de
acuerdo a la actividad que desarrollen pueden generar una gran
cantidad de residuos tóxicos o peligrosos para el
ambiente, cuyo almacenaje o disposición final es de suma
importancia, en particular los radiactivos y los biosanitarios o
patológicos.
También los alimentos pueden sufrir contaminación,
que puede ser, básicamente biológica o química. La primera
es generada por diferentes tipos de bacterias,
virus,
hongos y
parásitos que pueden incorporarse a los alimentos durante
su producción, procesamiento, transporte, almacenamiento,
distribución o preparación para el consumo. Son muy
sensibles a este tipo de contaminación los alimentos
frescos: carne, leche,
pescados, mariscos y todos los productos derivados.
La contaminación química comprende sustancias que
aparecen como impurezas o como aditivos. Entre las impurezas se
destacan los fertilizantes, los plaguicidas y los metales (plomo,
arsénico, mercurio, cobalto, estaño), que se
encuentran por lo común en cereales y peces
provenientes de áreas cercanas a centros industriales.
Los aditivos son utilizados en la industria de la alimentación y fueron
definidos en 1955, por el Comité Mixto de la FAO y de la
OMS como: "sustancias no nutritivas añadidas
intencionadamente a los alimentos, normalmente en pequeñas
cantidades, para mejorar la apariencia, el sabor, la consistencia
o las propiedades de conservación". Pueden agruparse en
acidulantes, antioxidantes, aromatizantes, colorantes,
conservantes, edulcorantes, emulsionantes, espesantes y
saborizantes. Son utilizados para dar a ciertos productos sabor a
carne o a verdura, para elaborar "jugos" de frutas, para
blanquear pan hecho con harina de baja calidad, para evitar que
aceites y grasas se vuelvan rancios, para estabilizar la mezcla
de los ingredientes o para controlar la proliferación de
hongos.
Entre el 28 de Marzo y el 7 de Abril de 1995, se llevó a
cabo en Berlín la Conferencia de la
ONU sobre Cambio
Climático, con la participación de 130
países, en la que se aprobó el llamado "Mandato de
Berlín" que abrirá negociaciones para elaborar
hasta 1997, un protocolo
vinculante para la limitación y disminución de los
gases contaminantes, que recoge el objetivo del
Convenio firmado en la ECO92, de emprender reducciones con
respecto a los niveles de 1990, en los años 2005, 2010 y
2020, sin especificar cantidades y con una fórmula de
compromiso en el desarrollo
sostenible para los países del Tercer Mundo.
Varios países europeos ya han emprendido medidas
concretas: Alemania
pretende recortar en un tercio sus emisiones de dióxido de
carbono para el 2005. Dinamarca, los Países Bajos y el
Reino Unido han creado nuevos impuestos sobre
el combustible para fomentar la conservación de la
energía, aunque la Unión
Europea, en su conjunto, no alcanzará el objetivo de
Río de reducir las emisiones del llamado gas-invernadero.
En Estados
Unidos, el panorama es incierto y no se confía en
poder alcanzar
los objetivos
actuales al respecto para el año 2000; Japón
prevé que las emisiones de dióxido de carbono
habrán aumentado un 3 % para ese año. China ha
redactado su propia versión de la Agenda 21 y ha
reconocido la necesidad de crecimiento sostenible, pero al mismo
tiempo, el gobierno
está haciendo planes para un rápido crecimiento de
la producción de automóviles. En lo referente a la
capa de ozono, aunque los clorofluorocarbonos (CFC) están
siendo eliminados, continúa la desaparición del
ozono y sus efectos podrían mantenerse en el mundo durante
décadas. Un mecanismo de vigilancia de la capa de ozono se
instaló en el satélite europeo ERS-2, de observación terrestre, en órbita
desde el 21 de Abril de 1995. Por otra parte, en cuanto a la
reducción de la contaminación, los países
industrializados han adoptado el reciclado de residuos y el uso
de productos biodegradables; métodos
que también se están comenzando a utilizar en los
países en vías de desarrollo. Podría decirse
que este es el campo que presenta resultados más notables
en el compromiso con la ecología.
En años recientes, los problemas
globales de reducción de la capa de ozono y de
calentamiento por efecto invernadero, han relegado a un segundo
término el riesgo de exceder
la capacidad de absorción de la Tierra de nuestra
producción de desechos; y menos aún se tienen en
cuenta las consecuencias de sobrepasar el nivel de suministro
sostenible de recursos esenciales, así como en qué
medida hemos rebasado ya ese umbral.
Si la utilización de recursos continúa al ritmo
actual, de incrementarse la población mundial según
lo previsto, hacia el año 2010 la disponibilidad por
habitante de pastos caerá en un 22 % y las capturas de
pesca en un 10
%, dos fuentes de alimentos que juntas, suministran gran parte de
las proteínas
animales de la humanidad. La superficie "per cápita" de
terrenos de regadío, que ahora rinden casi un tercio de la
producción mundial de alimentos, disminuirá en un
12 %; y la superficie por persona de
tierras de cultivo y de bosques decrecerán en un 21 % y un
30 % respectivamente.
Hemos querido demostrar que los daños al Medio
Ambiente, además de atacar a nuestra salud,
también agreden de forma especialmente grave a la vida en
los países más pobres. Por eso, contribuir para
conseguir un mundo más limpio es también contribuir
a conseguir un mundo sin tantas injusticias sociales, sin tanto
hambre y sin tantas desigualdades. Son como las dos caras de una
moneda y aunque no puedan verse las dos a la vez, ambas son la
misma cosa.
Autor:
Ezequiel Payán