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CONFLICTO LABORAL




Enviado por paucemeher



    Indice
    1.
    Generalidades del conflicto en la empresa

    2. La organización como
    sistema

    3. El conflicto en la
    organización (conflicto laboral)

    4. Referencia
    Bibliográfica

    1. Generalidades del
    conflicto en
    la empresa

    Los conflictos
    pueden ser de orden intrapersonal (propios del "yo") o
    interpersonal (propios de un grupo de
    personas que forman una organización). Existen algunas condiciones
    que predisponen para el conflicto:

    1. Diferenciación de actividades: "los objetivos e
      intereses diferentes (inclusive los antagónicos) tienden
      a provocar conflictos"
      (Chiavenato, 1994)
    2. Recursos compartidos: la necesidad de repartir
      recursos que de
      por sí son escasos puede generar luchas de intereses
      ante la necesidad de cumplir metas u objetivos.
    3. Actividades interdependientes: "Cuando los grupos se
      vuelven altamente interdependientes, surgen oportunidades para
      que un grupo
      auxilie o perjudique el trabajo
      de otros" (Chiavenato, 1994).

    El conflicto puede tener diversas
    consecuencias:

    Positivas:

    Negativas (puede llegar a
    ocurrir…):

    1. Estimula a las personas
      (energiza).
    2. Fortalece sentimientos de identidad.
    3. Despierta la atención ante los problemas.
    4. Pone a prueba las estructuras de poder dentro de la
      organización
    1. Sentimientos de frustración,
      hostilidad y ansiedad.
    2. Presión grupal (aumenta
      cohesión).
    3. Desvío de energías
      productivas.
    4. Bloqueo de iniciativas ajenas.
    5. Tensión circular y fricción en
      las relaciones interpersonales.

    2. La
    organización como sistema

    El conflicto es necesario para la supervivencia de
    cualquier organización. Tendiendo en cuenta que esta
    se concibe como un sistema en el que
    naturalmente se presentan interacciones y procesos
    internos (dentro de esa relación entre sus partes), e
    intercambios de información y recursos con el
    medio externo. En este sentido la
    organización puede pensarse como un sistema abierto y
    en consecuencia, el conflicto sería el grado de desorden
    que presenta dicho sistema (entropía). En los momentos en los que
    aparece el desorden (conflicto) se tiende a corregirlo y esa
    corrección de la entropía lleva a que se instaure un orden
    superior y a posteriori la organización (el sistema) se
    perpetúa adaptándose a las condiciones que le
    plantean el medio y sus propias dinámicas
    internas.

    En el presente escrito se hablará del conflicto
    dentro de la organización de trabajo. En primer lugar vale
    la pena clarificar el término organización que en
    el resto de este documento se empleará indistintamente
    para nombrar cualquier compañía comercial: "existe
    una organización cuando dos o más personas se unen
    y coordinan sus actividades con el fin de alcanzar una serie de
    objetivos comunes" (Bryans y Cronin, 1983). Existen diversas
    teorías
    de la organización que buscan comprender, explicar y
    predecir el comportamiento
    del ser humano dentro una organización; entre ellas se
    cuentan: 1. La teoría
    clásica de las organizaciones;
    2. La escuela de las
    relaciones
    humanas y 3. La Teoría
    General de los Sistemas
    (abiertos). Dentro de este último paradigma se
    ubica la justificación inicial que se presenta en este
    escrito.

    3. El conflicto en la
    organización (conflicto
    laboral)

    Por conflicto se entiende aquella situación en la
    que dos o más partes están en desacuerdo entre
    sí. El desacuerdo puede ser multicausal y dentro de una
    organización, dicho conflicto genera dos consecuencias
    básicas: ineficiencia e inefectividad. La
    ineficiencia puede abarcar desde una interferencia mínima
    en las operaciones de la
    compañía, hasta la aparición de serias
    disfunciones que atentan contra la efectividad de la
    organización (obstaculización en el logro de los
    objetivos propios de la organización a través de
    los procesos
    internos que le son propios).

    Con respecto a las dimensiones del conflicto laboral, existe
    una cierta confusión en cuanto a las causas y las
    manifestaciones, y en ciertos casos estas tienden a confundirse.
    De cualquier modo, dentro de este trabajo dicha dificultad
    será obviada y se expondrá cada tipo de conflicto
    de acuerdo a su contexto particular y a las implicaciones que
    encierran las interacciones de las partes envueltas en la
    confrontación.

    A grandes rasgos, algunos de los principales conflictos
    dentro de la organización son:

    1. Conflictos entre la Sede Central y sus
      Subsidiarias.
    2. Conflictos entre jefes de departamento.
    3. Conflictos entre el jefe y sus subordinados (y
      viceversa).
    4. Conflictos entre personas de un mismo
      departamento.
    5. Conflicto entre los objetivos de la
      organización y los objetivos individuales de sus
      miembros.
    6. Conflicto entre el individuo y su
      trabajo.

    A continuación se hace una breve reseña de
    estos.

    Conflictos Entre La Sede Central Y Sus
    Subsidiarias

    Este conflicto tiene que ver con las interacciones que
    se dan entre una compañía "matriz" (o
    central) y sus compañías subsidiarias. El criterio
    de ‘empresa
    subsidiaria’, aunque se limita a cuestiones financieras
    relacionadas con la propiedad de
    una empresa
    sobre otra, no será tenido en cuenta dentro de su
    significado completo y en aras de ampliar la discusión el
    término se podría ampliar a compañías
    satélites
    a una empresa
    mayor, y que se dediquen ya sea a la prestación de
    servicios
    generales o especializados, o a la puesta punto de productos, su
    manejo y su distribución. Esta es una característica común a los negocios de
    hoy en los que una empresa central
    difumina su producción o partes de sus procesos dentro
    de un grupo de empresas ajenas
    (estrategia
    conocida como "outsourcing").
    Tales empresas pueden
    ser de propiedad de
    la compañía central o entidades separadas con las
    que se establecen estrechos vínculos
    funcionales.

    Esta es una característica creciente en las
    multinacionales contemporáneas que "riegan" por el mundo
    sus procesos a fin de garantizar un empleo
    óptimo de sus recursos financieros y operativos,
    según sea el caso. Las manifestaciones más
    recurrentes del conflicto en este estilo de relación
    ínter–organizacional tienen que ver con el hecho de
    que en ocasiones la sede central y las subsidiarias enfrentan
    entre sí a personas que no se conocen, que comparten
    expectativas y objetivos muy diferentes o que trabajan a ritmos
    particularmente propios, generándose contactos tensos y
    posturas que tienden hacia la rigidez.

    Cabe aclarar que las dificultades no sólo tienen
    que ver con las personas, sino con las políticas
    estructurales de la compañía central y las políticas
    de las empresas subsidiarias. Tales políticas, como es
    natural, se conciben como lineamientos de acción y en
    consecuencia orientan la conducta de los
    empleados involucrados.

    Las diferencias tradicionales tienen que ver con la
    insatisfacción de las necesidades de la sede central y
    algunas muestras de incapacidad de las subsidiarias. Otro tanto
    hacen las imposiciones que haga la empresa
    matriz y la
    reticencia de las subsidiarias a permitir injerencias externas
    cuando previamente ha existido una línea de trabajo clara
    (y que probablemente genera condiciones adecuadas de productividad y
    bienestar).

    La solución a este tipo de conflicto pasa por
    diversos factores. Por un lado es crucial el papel que
    juegan las políticas de la compañía central,
    y más que las leyes que se
    imponen, lo que realmente cuenta es la elasticidad de
    éstas. Adicionalmente se hace importante la necesidad de
    una "selectividad preventiva" de las subsidiarias (según
    el caso) que garantice que en el futuro las relaciones con
    éstas serán armónicas, dinámicas y en
    concordancia con las expectativas de la casa matriz. En el
    terreno, la presencia de conflictos como estos genera otro tipo
    de situaciones que requieren un abordaje orientado a la
    concertación, aunque la descripción de tales estrategias de
    solución escapa a los objetivos de este
    trabajo.

    Conflictos Entre Jefes De Departamento

    En un contexto en el que "los individuos dotados de
    responsabilidades y poderes similares, pero adscritos a
    departamentos diferentes, tienen que vivir y organizarse
    conjuntamente" (Chalvin y Eyssette, 1992), puede aparecer el
    conflicto entre los jefes de departamento. La presencia de un
    objetivo
    común a la organización puede dar una visión
    unitaria, por lo menos para quienes desempeñan cargos de
    autoridad; sin
    embargo, una organización consta de funciones y
    departamentos creados alrededor de los requerimientos de
    especialización, y cada uno puede desarrollar una
    visión distinta de sus objetivos y de su posición
    dentro del marco global de la organización. Tales
    intenciones pueden circunscribirse a esferas internas y externas
    de la organización. La creciente especialización
    puede llevar a que algunos departamentos crezcan y se fortalezcan
    de modo tal que tiendan a interferir con los objetivos de otros y
    en consecuencia llevar al surgimiento de tensiones entre los
    jefes de los distintos departamentos que ven amenazada su
    autonomía por la influencia que pueda tener el jefe de
    otra dependencia.

    Los conflictos entre jefes de departamento suelen darse
    tanto por un desconocimiento recíproco como por la
    ignorancia del papel que se
    debe desempeñar. Otras dependencias pueden generar
    reticencia al funcionamiento paralelo con otras dentro de la
    organización, si su función
    está subordinada a lo que otra división haga. Tal
    caso podría ser el de una departamento de producción que funcionase supeditado a los
    dictados del departamento de mercadeo en
    cuanto a la calidad del
    producto,
    tiempo de
    elaboración y puesta a punto, según exigencias del
    cliente. Es
    factible que el jefe del departamento de producción llegue
    a manifestar que se siente atado a los lineamientos que impone el
    jefe de mercadeo y en tal
    sentido se presentase algún tipo de discordia. Los
    actuales enfoques de la "compañía orientada al
    cliente"
    pretenden romper este paradigma y
    comprometen a todos los empleados con una filosofía de
    ventas
    compartida y orientada a la satisfacción plena del
    cliente, con independencia
    del departamento al que se pertenezca.

    Otro estilo de conflicto que puede darse entre los jefes
    de departamento tiene que ver con la competencia por
    funciones
    semejantes. Un ejemplo puede ser el caso del departamento de
    personal que
    pretende controlar todas las políticas de selección
    de nuevos empleados y el departamento financiero, por ejemplo,
    guiarse por unos perfiles y criterios que no son compartidos por
    la otra dependencia. En este sentido es probable que el dpto.
    financiero pretenda ser autónomo y choque con la estructura de
    la organización.

    En los casos en los que se presentan conflictos entre
    los jefes de departamento, se sugiere la presencia de una
    instancia superior a las partes involucradas, que tenga una clara
    visión de las metas y procedimientos de
    la organización y que eventualmente entre a mediar entre
    las partes buscando un punto de
    equilibrio.

    Conflictos Entre El Jefe Y Sus Subordinados (Y
    Viceversa)

    Este tipo de conflictos al interior de la
    organización tiene que ver, principalmente, con asuntos
    tales como la remuneración, productividad y
    las condiciones generales de trabajo. No obstante, estas
    discrepancias también se pueden presentar cuando los
    subalternos desean participar en los procesos de toma de
    decisiones que pueden afectarlos directamente.

    Los conflictos subordinados–jefe afectan a los
    primeros cuando tienen relaciones tensas con el segundo. En
    apariencia, la
    comunicación subordinado–jefe puede parecer
    fluida, pero la tensión frecuente origina pequeños
    conflictos, cuya repetición genera desmotivación y
    acritud. "Se trata de un tipo de conflicto en el que predomina la
    actitud de
    víctima, puesto que el subordinado se siente
    víctima del jefe" (Chalvin y Eyssette, 1992).

    Los conflictos de mando radican en una mala
    apreciación de los límites
    que no hay que romper: área de competencia,
    límite del propio poder (campo
    de control),
    límite de las fuerzas y debilidades de cada uno. "Las
    relaciones de mando son ciertamente las que provocan más
    tensión en los responsables, cuando éstos tienen
    que realizar la prueba cotidiana de su autoridad y de
    su tenacidad a riesgo de
    provocar conflictos. (…) El jefe que quiera tener el mejor
    sistema de reducción de conflictos ha de ser una persona siempre
    presente, siempre disponible, ha de saber escuchar y ha de estar
    dispuesto a formar (e informar) permanentemente a sus
    subordinados." (Chalvin y Eyssette, 1992).

    Por otra parte, los conflictos entre los subordinados y
    su jefe provocan tensión, pérdida de tiempo y una
    consecuente ineficacia. Un modo sencillo de contrarrestar este
    tipo de conflictos consiste en que: a) Los subordinados expresen
    abiertamente sus temores (y que lo hagan porque encuentren un
    ambiente
    propicio para ello), incomprensiones, ideales y manifestaciones
    de sus propias capacidades; b) Generar un ambiente
    tolerante al error, un ambiente confiable que evite que los
    subordinados se sientan intimidados a la hora de
    actuar.

    Conflictos Entre Personas De Un Mismo
    Departamento

    La definición de este tipo de conflicto es clara:
    "en el interior de un grupo, de un servicio o de
    un departamento, colegas de un mismo nivel jerárquico
    sufren o provocan luchas internas que repercuten de una u otra
    manera sobre el responsable del grupo" (Chalvin y Eyssette, 1992)
    y sobre la dinámica misma del grupo.

    La solución de este tipo de conflictos pasa por
    lo expuesto anteriormente: permitir que las personas se expresen
    con la mayor libertad
    posible y dentro de los debidos límites
    del respeto. Ya sea a
    través de los mecanismos legales vigentes dentro de la
    legislación
    laboral de cada nación
    (que se comenta en otro apartado de este trabajo para el caso
    colombiano) o dentro de unos lineamientos particulares de
    la empresa,
    estos espacios de expresión son la base de cualquier
    concertación. Partiendo del hecho de que en la
    mayoría de conflictos de esta índole los sujetos
    involucrados saben qué tipo de elementos van
    implícitos, merece la pena "lavar la ropa sucia en casa" y
    dirimir las diferencias en los mejores términos antes de
    tener que recurrir a instancias externas que probablemente medien
    en detrimento de la armonía natural que debería
    caracterizar al grupo.

    Conflicto entre los objetivos de la organización
    y los objetivos individuales de sus miembros

    "Los objetivos de la corporación se relacionan
    con la organización como una entidad total (como un
    sistema); esto no significa que cada uno de sus integrantes
    esté de acuerdo con dichos objetivos. Cada individuo tiene
    sus propias metas y no todas se relacionan con la
    organización, aunque ésta pueda servir como medio
    para alcanzar, por lo menos, algunas de ellas. Las diferencias en
    cuanto a la identificación de objetivos y su cumplimiento,
    plantean la posibilidad de conflicto" (Bryans y Cronin,
    1983).

    Existe en la actualidad, dadas las difíciles
    condiciones laborales, una tendencia a desempeñarse en
    varias actividades laborales que garanticen unos ingresos
    económicos adecuados. "Cuando los objetivos de esas
    organizaciones
    (diferentes) se contraponen, puede aumentar la posibilidad de
    conflicto" (Bryans y Cronin, 1983).

    Las actitudes,
    compromiso y personalidad
    de los miembros de una organización eventualmente puede
    relacionarse con la posición que ocupen dentro de la
    jerarquía de la compañía. Suele ocurrir que
    quienes se encuentran en la escala inferior
    tienen dificultad para identificarse con los objetivos propuestos
    por la alta administración. "Las personas, puesto que
    ocupan distintos niveles dentro de la organización, pueden
    percibir de manera diferente aquello que es conveniente y su
    percepción por las nociones sobre la
    posición y la realidad de la vida de la
    organización" (Bryans y Cronin, 1983). A menudo, este tipo
    de personas que reaccionan en contra de las políticas de
    la empresa, tienden a ver a la organización como un medio
    útil, principalmente económico, que hace posible el
    logro de metas relacionadas con la vida privada (fuera de la
    organización).

    El conflicto, en este caso, tiende a verse tipificado a
    través de las múltiples visiones que se entretejen.
    La gerencia puede
    ver a estos individuos "reactivos" como antítesis del
    modelo deseado
    de "hombre (o
    mujer) de
    organización", en contraposición a las posturas del
    o los empleados.

    Esta variedad de conflicto guarda estrecha
    relación con las luchas obrero–patronales en las que
    se ven involucrados agremiaciones sindicales que negocian pliegos
    de peticiones y recurren a convenciones colectivas para la
    conquista de las que son "sus demandas". En muchas ocasiones
    estas luchas se pueden juzgar como justas porque propenden por el
    logro de mejores condiciones salariales, mejoras en la seguridad
    social, estabilidad laboral, salud
    ocupacional y mejores condiciones de vida para el empleado y
    su familia. En
    otras circunstancias, la lucha sindical representa una seria
    amenaza para la estabilidad de las compañías frente
    a la intransigencia de los sindicatos que
    se exceden en sus peticiones a costa de la real capacidad
    económica de la empresa. Una administración débil probablemente
    cederá ante las presiones del sindicato (en
    algunos casos atizadas por la huelga o
    parálisis deliberada), pero a mediano o largo plazo esto
    repercutirá en la capacidad financiera de la
    compañía y eventualmente obligue a recurrir a
    despidos, retiro de primas o supresión de plantas para
    mantenerse a flote. Actualmente este es un caso común en
    muchas empresas grandes de Colombia y el
    mundo.

    Las medidas para contrarrestar esta variedad de
    conflicto se plantean básicamente en soluciones de
    índole preventivo, es decir, desde el momento mismo de la
    selección del personal. La
    gerencia
    establece una línea de perfiles profesionales adecuados a
    sus necesidades y diseña un proceso de
    búsqueda de candidatos que optimice la
    identificación de tales rasgos dentro de los candidatos a
    una vacante. Pero esto no sólo se limita a la esfera
    profesional, incluso hay compañías que exploran el
    pasado laboral de los empleados para tener en cuenta antecedentes
    relacionados con la funcionalidad de éste dentro del
    engranaje de las organizaciones a las que ha pertenecido. Aunque
    a la luz de muchas
    legislaciones (Constitución Política, Código
    de Trabajo, Normatividad de la OIT, etc.) es ilegal el negar un
    empleo por
    ejercer o haber ejercido la lucha sindical, algunas empresas
    cuando encuentran un candidato apto para el puesto lo eliminan
    inmediatamente si encuentran antecedentes de pertenencia a
    algún grupo de lucha laboral (sindicato o
    agremiación de trabajadores).

    Conflicto Entre El Individuo Y Su Trabajo

    Este tipo de conflicto puede presentarse debido a las
    presiones económicas por desempeñarse laboralmente
    a como de lugar (por necesidad) y ser socialmente productivo. "El
    resultado puede ser un trabajo que ofrece muy pocas oportunidades
    para la creatividad y
    el sentido de realización, y conducir al sufrimiento, la
    frustración y la alienación porque las necesidades
    del sistema social de la organización con incompatibles
    con las del sistema técnico" (Bryans y Cronin,
    1983).

    El conflicto de rol (individuo–trabajo) puede
    tomar varias formas. Se da el caso en el que las exigencias del
    trabajo excedan las capacidades del individuo; esta persona
    probablemente llegue a sentirse insegura, frustrada, incapaz y
    tienda a retraerse física y
    psicológicamente. El caso contrario también es
    común y consiste en que las capacidades de la persona
    exceden las exigencias del trabajo que desempeña; esto
    puede conducir a que el individuo se muestre apático,
    frustrado y aburrido, con las consecuencias que eso eventualmente
    le pueda traer a la organización.

    Otra situación es la ambigüedad, es decir,
    cuando el individuo no está plenamente seguro de la
    naturaleza y
    de las exigencias de su trabajo, o cuando hay conflicto de
    exigencias (responsabilidad frente a múltiples
    requerimientos); esto puede conducir a la experimentación
    de un alto grado de incertidumbre y ansiedad, que a su vez pueden
    desencadenar otros conflictos (p. e., con el jefe o
    compañeros).

    4. Referencia
    Bibliográfica

    Braians, P y Cronin, T. P. Teoría de la
    Organización. Santafé de Bogotá: Ed. Norma
    S.A., 1985. Cap. 9
    Chiavenato, Idalberto. Administración de Recursos Humanos.
    Santafé de Bogotá: McGraw Hill, 1998. P.
    397–405.
    Chalvin, Dominique y Eyssette, François. Cómo
    Resolver los Pequeños Conflictos en el Trabajo.
    Barcelona: Ed.
    Deusto, 1992. 178 p.

    Resumen:
    El siguiente trabajo presenta un esbozo de los principales
    conflictos que se presentan en las organizaciones
    contemporáneas. Se basa en una perspectiva
    sistémica que concibe a la organización como un
    ‘todo’ en el que sus partes se encuentran
    interrelacionadas y en el que la presencia de conflictos,
    más que una dificultad, es una oportunidad de evolucionar
    hacia un nuevo orden más complejo y
    dinámico.

     

     

    Autor:

    Paulo César Mesa H.

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