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La Educación Ambiental En El Turismo (página 2)




Enviado por guillermina73



Partes: 1, 2

3. Educación
ambiental en el turismo.

Concepto de educación
ambiental:
Esta adquirió auge a partir de los
´70 cuando la degradación ambiental comenzó a
considerarse como un problema social. De esta forma desde el
Coloquio Internacional sobre Educación relativa a
Medio ambiente
(Belgrado 1975), hasta la Conferencia
Internacional de Medio Ambiente y
Sociedad
(Tesalónica, 1997), se ha avanzado desde el punto de vista
teórico y práctico en el campo de la educación
ambiental.
El desafío de la educación
ambiental es promover una nueva relación de la
sociedad
humana con su entorno, a fin de procurar a las generaciones
actuales y futuras un desarrollo
personal y colectivo más justo, equitativo y
sostenible.
Podemos decir que la educación
ambiental (formal y no formal) es por sobre todas las cosas una
educación para la acción, desde una
aproximación global e interdisciplinar, facilitando
así un mejor conocimiento
de los procesos
ecológicos, económicos, sociales y culturales.
La educación ambiental debe fomentar el cambio social
a partir del desarrollo de
valores,
actitudes y
habilidades para asumir una responsabilidad ambiental.
La educación ambiental es una herramienta para mejorar las
relaciones de los seres humanos con su medio, y por lo tanto debe
incidir en la prevención y resolución de problemas
ambientales. En este sentido es obvio que un correcto
diseño
de la intervención educativa requiere un conocimiento
previo exhaustivo sobre la realidad ambiental en la que se va a
trabajar. Este análisis preliminar debe identificar los
diferentes problemas, las
causas, consecuencias y procesos,
así como la percepción
que tiene la población sobre todos estos aspectos.
El objetivo final
de la educación ambiental es lograr que un grupo social,
o un individuo partiendo del conocimiento de su realidad
inmediata, logre cambios de conciencia, de
actitud y de
conducta, y
mediante un método de
análisis crítico, fomente su propia
responsabilidad y participación en la
solución de los problemas
ambientales en cooperación con el resto de la población.
Entendemos la Educación Ambiental como un proceso de
aprendizaje
que intenta facilitar la comprensión del mundo que no
rodea y que tiene como finalidad lograr que cada persona se sienta
responsable de él (Ministerio de Medio
Ambiente. Tomo 6. p. 11).
Según la UNESCO y el PNUMA, la educación ambiental
es fundamentalmente un proceso de
resolución de problemas, que
involucra a una filosofía holística, y una
acomodación a los modernos y enfoques educativos, basados
en:
– La participación activa.
Técnicas interdisciplinarias de
resolución de problema
– Aprendizaje
experiencial y constructivo
– Estudio de casos y evaluación
de situaciones reales.
– Utilización del ambiente
inmediato como recurso de aprendizaje

Como plantea S. Sterling (Houstoun, H. 1994:111) "la
educación ambiental es, en esencia, un proceso de
resolución de problemas, pero desde un punto de vista
holístico, de la sustentabilidad y el manejo, de poder dar y de
compartir".
En un documento acerca de la Educación Ambiental de la
UNESCO-), se señala que es necesario superar dos
escollos:
– El abordaje de los problemas del medio ambiente deberá
dejar de lado un concepto
pedagógico clásico, centrado en preconceptos que
son trasmitidos a los alumnos sin que ellos puedan superar el rol
de receptores pasivos; y donde tampoco se tengan en cuenta las
estructuras
cognitivas del niño, del adolescente o del adulto que no
conoce el tema.
– La Educación Ambiental no debe limitarse a la
provisión de información, sino que debe ayudar a la
gente a reconsiderar sus falsas ideas sobre diferentes problemas
medioambientales, y a estudiar y reflexionar sobre los sistemas de
valores
generalmente aceptados de manera más o menos
explícitos.
Las condiciones medioambientales son el resultado de opciones
sociales, políticas,
económicas y tecnológicas y no sólo de
factores físicos, por lo tanto la educación
ambiental deberá apuntar a establecer un nuevo sistema de
valores que orienten las decisiones. Estas recomendaciones pueden
asociarse a la educación ambiental a partir del turismo.
La educación ambiental debe ser participe de un cambio y una
transformación cultural, dirigido hacia una ética
ambiental. De lo contrario (como cualquier educación o
situación de la vida) no va más allá de lo
que el consenso social preestablecido le permite, y es
precisamente este consenso social actual, caracterizado por el
consumismo y el materialismo, el
que debe ser cambiado, para alcanzar una sociedad comprometida
con la naturaleza. Sino
los "proyectos verdes"
de la educación ambiental sólo son mecanismos
propagandísticos manejados por empresas,
gobiernos, etc.
La educación ambiental debe educar en el enfoque ambiental
para favorecer una conciencia
ambiental en cualquier ámbito humano, para generar una
preocupación que se transforme en un compromiso para hacer
algo por el ambiente, demandando así una acción,
tanto individual como colectiva, en cualquier escala.

Aportes del sector turístico a la
educación ambiental no formal.
Teniendo en
cuenta los apartados anteriores es necesario destacar una nueva
etapa en la relación turismo-medioambiente,
turista-medioambiente.
Una primera cuestión a señalar es una
situación en la cual se requiere una visión
alternativa del turismo. La comisión de Naciones Unidas
para el Desarrollo
Sostenible, en relación al turismo, ha recomendado la
búsqueda de un turismo sostenible. Esto no implica
radicalizar las propuestas de productos
turísticos que actualmente existen en el mercado, hacia el
ecoturismo o turismo verde. En realidad, tal como se
analizó, es necesario dotar de una dimensión
ambiental a todos los procesos asociados al turismo:
– Incorporar criterios ambientales en la planificación de destinos turísticos
de sol y playa, de montaña, turismo aventura o
metropolitano.
– Legislar en torno a la
incorporación de instancias de evaluación
de impacto ambiental
en proyectos de
inversión turística
– Gestionar productos
sobre la base de un uso más adecuado de los recursos
naturales o sociales para el turismo, etc.
– Incorporar equipamiento e información asociada a mecanismos de
educación ambiental no formal.

En definitiva, sin caer en propuesta meramente
ecologistas, que algunos sostienen son propias de mercados
demasiados selectivos, es posible que todas las actividades
asociadas al turismo, incorporen una nueva visión. Puede
existir un turismo metropolitano de base ambiental, en donde no
se le quite al producto la
esencia que lo caracteriza, pero se le incorpore un concepto amplio
de medioambiente (desde la gestión
hotelera hasta la reutilización y reciclado de materiales, la
señalización, los recorridos, etc.). Pueden citarse
otros ejemplos como la tendencia a la recuperación de
valores tradicionales de nuestras comunidades primitivas o
nuestro pasado cercano. La búsqueda de valores perdidos
por parte de una sociedad que adaptada a otra velocidad ha
olvidado, en ocasiones sus propias raíces y sus tiempos.
En ellas suelen encontrarse profundos rasgos de respeto por el
ambiente social y natural, en un equilibrio
constante. Es el caso del agroturismo, turismo de estancias o las
granjas ecológicas.
Indudablemente esto encierra un proceso muy complejo que
involucra una interrelación de agentes asociados al
sector, y políticas
públicas que incorporan estos objetivos y
una mirada a largo plazo. Esto es un paso más allá
de la educación ambiental, pero forma parte de ella.
Algunos autores sostienen la importancia de la cultura, el
cambio en el ser y hacer de una sociedad, como un cambio de
paradigma que
trastoque el modelo
actual.
Es aquí donde aparece la situación a analizar
¿Cómo se contribuye desde el turismo a la
educación ambiental? ¿Cómo el mismo turismo
puede iniciar un proceso de cambio en la generación de un
nuevo tipo de turista? ¿De qué manera las
actividades recreativas, deportivas o culturales se asocian a la
formación de una persona
más responsable con su entorno, una persona que demanda
calidad
ambiental?. Estas y otras preguntas se asocian a la posible
generación de actitudes y
percepciones de los turistas, que no solo se desarrollan en el
destino sino que pueden trasladarse a los sitios de origen de los
turistas. En ocasiones se despiertan "nuevas formas de ver el
mundo" que van más allá de las campañas de
"recolección de aluminio de
las latas de gaseosa", y que apuntan a la visión
más abarcativa del ambiente, con un descubrimiento de
nuevas realidades.
El turismo puede convertirse en un disparador de situaciones que
se pueden materializar en "buenas prácticas" (no arrojar
basuras, cuidar los árboles, etc.) o nuevas demandas que
obliguen al mercado a tomar
medidas de control.
Tal como se señaló la educación ambiental es
un proceso mucho más abarcativo y complejo, no obstante,
desde las actividades recreativas, turísticas y
deportivas, se puede educar en el respeto a otras
culturas, otras formas de organización social, otros recursos u otras
formas de ver el mundo.

Si de esto se trata se puede:
– Proponer senderos con connotaciones ambientales que ofrezcan
leyendas y
señalizaciones asociadas a esta.
– Organizar recorridos que señalen explícitamente
situaciones ambientales, en el marco de una visita.
– Buscar ejemplos de gestión
de residuos dentro del viaje o en la Secretaria de Turismo, o en
los parques y paseos, haciendo notar la importancia de esto.
– Desarrollar o contactar servicios que
tengan una gestión
ambiental dentro de la empresa, ya
sea programada o en ejecución.
– Reutilizar lugares recuperados, señalando las ventajas
del proceso de cambio.
– Explicar los objetivos
generales de los parques temáticos, de sus proyectos de
ciencia y de
sus alternativas.
– Desarrollar productos asociados a la práctica de
deportes que
estén en equilibrio con
el entorno o que puedan mostrar y señalar situaciones
asociadas al ambiente.
– Diseñar folletería y productos que estén
en simbiosis con el ambiente.

La tarea esencial de la educación ambiental es
que el espacio se explique y se justifique a si mismo, de manera
que la importancia de la conservación quede clara para las
personas que viven allí y que van a visitarlo. Se trata de
que al asumir este espacio concreto como
patrimonio
propio se inicie un proceso que lleve a reconocer la importancia
de la gestión
ambiental.
La información es indispensable para el logro de una
participación efectiva. El objetivo es
llevar el mensaje desde la población local a los turistas
¿qué se debe transmitir? Las cualidades de una
gestión ambiental, los fines a los que se le destinan, las
acciones que
son necesarias. Existe una amplia gama de posibilidades a la hora
de programar campañas de información para la
formación.
Perfil de la formación de promotores y educadores
ambientales asociados al turismo.
Es necesario el establecimiento de una serie de principios de
educación ambiental que acompañen el desarrollo de
un proyecto, y que
estén asociados a la formación del personal. Estos
principios
pueden concretarse en: definición de distintas funciones,
asignación de grupos de tareas
a nivel de formación, y definición de grandes
ámbitos temáticos que deben informar de los
contenidos de la formación (Educación Ambiental
para el desarrollo
sostenible. Tomo 5. Pág. 31. Ministerio de Medio
Ambiente. España.
1997).
La crisis
ambiental ha propiciado la necesidad de formar profesionales
especializados en la protección y conservación del
medio. Esa formación sin embargo ha sido deficiente para
alcanzar una verdadera comprensión holística de la
situación ambiental.
Para la formulación de productos turísticos que
incluyan el ambiente como una dimensión más de su
desarrollo, es necesario contar con un grupo humano
que perciba dicha dimensión. La formación ambiental
de aquellos que de alguna manera están vinculados con la
oferta
turística sugiere la
– Identificación de las problemáticas ambientales
globales y cotidianas.
– Incorporación de un sentido de responsabilidad frente al
ambiente.
– Capacidad formadora hacia los flujos de turistas.
– Generación de actitudes acordes al proyecto.

Para esto se requiere de dos herramientas
fundamentales: la información y el equipamiento. Cuanto
mayor y mejor sea la información con que cuenten los
operadores, los profesionales y los trabajadores en general del
sistema; mayor
capacidad crítica desarrollarán. En la medida que
esto ocurra, lograrán incorporar la dimensión
ambiental en la vida cotidiana y podrán actuar en
consecuencia, incluso en el trabajo. La
información no siempre está disponible, los
municipios no poseen datos
actualizados o análisis de su propia realidad, sobre todo
en América
Latina, no obstante se pueden identificar variables
relevantes.
Párrafo
aparte merece el equipamiento. Suele ser uno de los problemas
más graves en comunidades donde el turismo es una
actividad incipiente y de pequeña escala. El
desarrollo de este posibilita una mayor capacidad de gestionar
con la educación ambiental desde todos los órdenes
y desde el turismo.
Muchos emprendimientos han sabido sortear estos obstáculos
apostando a la creatividad de
productos sencillos pero que incorporan alternativas educativas
novedosas.

4. Modalidades del turismo
sustentable.

Los itinerarios didácticos:
Teniendo en cuenta la amplia gama de modalidades
turísticas potencialmente sustentables, el Taller
desarrolla a modo de ejemplo algunas posibilidades.
No obstante se señala en primera instancia una
opción que se halla presente en prácticamente todos
los productos turísticos, y que indudablemente puede
contribuir en el campo de la educación ambiental no
formal, la misma se asocia a la interpretación del
paisaje. Esta se muestra como un
conjunto de estrategias
capaces de acercar el entorno a los sujetos, desarrollar
sensibilidades, construir conceptos, aplicar métodos de
trabajo interdisciplinares y provocar actitudes positivas.
En tal sentido, los itinerarios didácticos han sido uno de
los recursos
pedagógicos más empleados en Educación
Ambiental. Consisten en recorridos prefijados por un área,
cuyas características ambientales son
"interpretadas" por los visitantes, con el fin de facilitar el
conocimientos de aquellos aspectos y procesos del patrimonio
natural y cultural más significativos, a través de
la observación directa sistemática y
registrada, tratando a su vez de sensibilizar y favorecer el
desarrollo de actitudes respetuosas y responsables hacia ese
entorno. A lo largo del recorrido se desarrollan actividades que
cuentan con un material de apoyo y que están
diseñadas a partir de los centros de interés
existentes en el lugar que se visita, adecuándose al
nivel, la edad y demás características del grupo. Se ha
diseñado una serie de itinerarios que discurren por zonas
de alto interés
ecológico, cultural e histórico y que están
dirigidos a los diferentes segmentos de mercados. La
duración de cada itinerario es variable y el
desplazamiento se adapta al producto
(cabalgatas, caminatas, bicicleteadas, recorridos en tren o en
botes).
En 1976 aparece el primer itinerario impreso de uso masivo (El
Bosc de la Santiga, Can Deú, 1976). El itinerario es un
conjunto muy diverso de materiales que
tienen en común el hecho de estructurarse en torno a uno o
varios recorridos preestablecidos, de corta duración, con
el objetivo de estudiar diferentes aspectos del medio de forma
más o menos interdisciplinar. Se basan en la
disposición lineal de los centros de interés,
observaciones o actividades. Su diseño
puede ser el resultado de una actuación aislada o
responder a una planificación compleja en la que varios
itinerarios están interconectados y sus contenidos se
complementan.
Los itinerarios elaborados al margen de la educación
formal se acercan más al campo de la interpretación
ambiental y sus objetivos se centran fundamentalmente en lo
perceptivo y actitudinal.

Ecoturismo y Turismo (urbano, rural, aventura, etc.)
ambiental.
El término turismo ambiental es inherente al planeamiento
ambiental, al uso de tecnologías alternativas, la
protección del patrimonio cultural, la
participación ciudadana, etc. Es por lo tanto una
herramienta de educación ambiental.
Cualquier tipo de turismo puede llevar el adjetivo de ambiental,
dependiendo de cómo sean los proyectos que lo componen,
sin llegar a convertirse en el ecoturismo.
Esta sería la connotación de "alternativo" que
debería tener este nuevo tipo de turismo, en simbiosis con
el ambiente.
Durante muchos años no ha existido una definición
de ecoturismo. En términos generales se puede entender
como aquel que tiene lugar en ecosistemas y
en ambientes naturales, y que esta orientado a favorecer el
conocimiento y aprendizaje de manifestaciones naturales
mediante ciertas interacciones de bajo impacto. A partir de esto
es posible distinguir dos modelos. Un
modelo que se
desagrega de las prácticas usuales del turismo
convencional, conceptuado como una oferta
más que se brinda a los turistas tradicionales que asisten
a un destino de playa, u otro, como un día de
excursión. La
motivación principal de estos turistas no se relaciona
con el ecoturismo, sino más bien a la contemplación
de la naturaleza. Otro
modelo integral, que tiene lugar en espacios naturales,
generalmente protegidos, y que son visitados por turistas con
motivaciones especificas relacionadas tanto sea a la función de
los ecosistemas
como a actividades vinculadas con el medio ambiente. Las
modalidades de ecoturismo también son diversas y pueden
estar asociadas a un deporte, el arte, o la simple
observación.
El éxito
del ecoturismo depende del valor agregado
de la experiencia. No se trata de "ir" simplemente a determinados
ecosistemas, sino de aprovechar su potencialidad para promover la
realización de diversas actividades y contribuir con la
educación ambiental.

5.
Conclusión.

Indudablemente el turismo puede contribuir en la
generación de actitudes responsables frente al ambiente,
mediante la percepción
de las problemáticas y la valoración de los
diferentes espacios, culturas, idiosincrasias, etc. Esto es parte
de la tarea formadora, que se asocia a una educación
ambiental que va más allá de los límites
formales. Promueve la movilización de la gente para que a
partir de sus conocimientos y experiencias contribuyan, directa o
indirectamente en el cuidado y la preservación del medio
ambiente que visitan, y de su propio entorno.
Se vislumbran una serie de situaciones nuevas en la
relación turismo-ambiente. Estas apuntan al desarrollo
sustentable, pero aún no se han alcanzado los
propósitos que este plantea. Existen muchas formas de
dotar a las diferentes modalidades de turismo, de un matiz
ambiental ( gestión de productos, itinerarios,
información). Si esto se logra, el turismo que es una
actividad en expansión, logrará aprovechar su
capacidad transformadora de forma positiva y será una
herramienta válida que contribuirá en la
educación ambiental.
Existen muchas formas de educar, incluso a partir de los errores
que a veces el turismo ha cometido. También proponiendo
sencillas maneras de revertir esta situación, e intentando
hacer de las formas de ver el mundo una: la del
equilibrio y la responsabilidad de
todos.

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Autor:

Lic. Aldo Guzmán Ramos

Prof. Lic. Guillermina Fernández

Universidad
Nacional del Centro. Facultad de Ciencias
Humanas.

Partes: 1, 2
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