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Genes y cromosomas. Mutaciones. Enfermedades causadas por problemas genéticos o cromosomicos. cariotipos




Enviado por marufina



    Indice
    1.
    Introducción

    2. La transmisión de
    genes

    3. Ligamiento genético y mapa
    genético

    4. Regulación de los
    genes

    5. Mutaciones
    6. Anomalías

    1.
    Introducción

    La ciencia de la
    genética
    nació en 1900, cuando varios investigadores de la reproducción de las plantas
    descubrieron el trabajo del
    monje austriaco Gregor Mendel, que
    aunque fue publicado en 1866 había sido ignorado en la
    práctica. Mendel, que
    trabajó con la planta del guisante (chícharo),
    describió los patrones de la herencia en
    función
    de siete pares de rasgos contrastantes que aparecían en
    siete variedades diferentes de esta planta. Observó que
    los caracteres se heredaban como unidades separadas, y cada una
    de ellas lo hacía de forma independiente con respecto a
    las otras. Señaló que cada progenitor tiene pares
    de unidades, pero que sólo aporta una unidad de cada
    pareja a su descendiente. Más tarde, las unidades
    descritas por Mendel recibieron el nombre de genes.
    Poco después del redescubrimiento de los trabajos de
    Mendel, los científicos se dieron cuenta de que los
    patrones hereditarios que él había descrito eran
    comparables a la acción de los cromosomas en las
    células
    en división, y sugirieron que las unidades mendelianas de
    la herencia, los
    genes, se localizaban en los cromosomas. Ello condujo a un
    estudio profundo de la división celular.
    Los cromosomas varían en forma y tamaño y, por lo
    general, se presentan en parejas. Los miembros de cada pareja,
    llamados cromosomas homólogos, tienen un estrecho parecido
    entre sí. La mayoría de las células
    del cuerpo humano
    contienen 23 pares de cromosomas, en tanto que la mayor parte de
    las células de la mosca del vinagre o de la fruta,
    Drosophila, contienen cuatro pares, y la bacteria Escherichia
    coli tiene un cromosoma único en forma de anillo. En la
    actualidad, se sabe que cada cromosoma contiene muchos genes, y
    que cada gen se localiza en una posición
    específica, o locus, en el cromosoma.

    2. La transmisión de
    genes

    La unión de los gametos combina dos conjuntos de
    genes, uno de cada progenitor. Por lo tanto, cada gen —es
    decir, cada posición específica sobre un cromosoma
    que afecta a un carácter
    particular— está representado por dos copias, una
    procedente de la madre y otra del padre. Cada copia se localiza
    en la misma posición sobre cada uno de los cromosomas
    pares del cigoto. Cuando las dos copias son idénticas se
    dice que el individuo es homocigótico para aquel gen
    particular. Cuando son diferentes, es decir, cuando cada
    progenitor ha aportado una forma distinta, o alelo, del mismo
    gen, se dice que el individuo es heterocigótico para dicho
    gen. Ambos alelos están contenidos en el material
    genético del individuo, pero si uno es dominante,
    sólo se manifiesta éste. Sin embargo, como
    demostró Mendel, el carácter
    recesivo puede volver a manifestarse en generaciones posteriores
    (en individuos homocigóticos para sus alelos.
    Por ejemplo, la capacidad de una persona para
    pigmentar la piel, el
    cabello y los ojos, depende de la presencia de un alelo
    particular (A), mientras que la ausencia de esta capacidad,
    denominada albinismo, es consecuencia de otro alelo (a) del mismo
    gen (por consenso, los alelos se designan siempre por una
    única letra; el alelo dominante se representa con una
    letra mayúscula y el recesivo con una minúscula).
    Los efectos de A son dominantes; los de a, recesivos. Por lo
    tanto, los individuos heterocigóticos (Aa), así
    como los homocigóticos (AA), para el alelo responsable de
    la producción de pigmento, tienen una
    pigmentación normal. Las personas homocigóticas
    para el alelo que da lugar a una ausencia de pigmentación
    (aa) son albinas. Cada hijo de una pareja en la que ambos son
    heterocigótico (Aa) tiene un 25% de probabilidades de ser
    homocigótico AA, un 50% de ser heterocigótico Aa, y
    un 25% de ser homocigótico aa. Sólo los individuos
    que son aa serán albinos. Observamos que cada hijo tiene
    una posibilidad entre cuatro de ser albino, pero no es exacto
    decir que en una familia, una
    cuarta parte de los niños
    estarán afectados. Ambos alelos estarán presentes
    en el material genético del descendiente
    heterocigótico, quien originará gametos que
    contendrán uno u otro alelo. Se distingue entre la
    apariencia, o característica manifestada, de un
    organismo, y los genes y alelos que posee. Los caracteres
    observables representan lo que se denomina el fenotipo del
    organismo, y su composición genética
    se conoce como genotipo.

    Éste no es siempre el caso en el que un alelo es
    dominante y el otro recesivo. Por ejemplo, el dondiego de noche
    puede tener flores de color rojo,
    blanco o rosa. Las plantas con
    flores rojas pueden tener dos copias del alelo R para el color rojo de las
    flores, y, por lo tanto, son homocigóticas RR. Las plantas
    con flores blancas tienen dos copias del alelo r para el color
    blanco de las flores, y son homocigóticas rr. Las plantas
    con una copia de cada alelo, heterocigóticas Rr, son
    rosas, es decir,
    una mezcla de colores producida
    por los dos alelos.
    Rara vez la acción de los genes es cuestión de un
    gen aislado que controla un solo carácter. Con frecuencia
    un gen puede controlar más de un carácter, y un
    carácter puede depender de muchos genes. Por ejemplo, es
    necesaria la presencia de al menos dos genes dominantes para
    producir el pigmento violeta en las flores de la planta del
    guisante de olor. Estas plantas que son homocigóticas para
    alguno o ambos de los alelos recesivos implicados en el
    carácter del color producen flores blancas. Por lo tanto,
    los efectos de un gen pueden depender de cuáles sean los
    otros genes presentes.

    3. Ligamiento
    genético y mapa genético

    El principio de Mendel según el cual los genes
    que controlan diferentes caracteres son heredados de forma
    independiente uno de otro es cierto sólo cuando los genes
    existen en cromosomas diferentes. El genetista estadounidense
    Thomas Hunt Morgan y sus colaboradores demostraron en una serie
    amplia de experimentos con
    moscas de la fruta o del vinagre (que se reproducen con gran
    velocidad),
    que los genes se disponen de forma lineal en los cromosomas y que
    cuando éstos se encuentran en el mismo cromosoma, se
    heredan como una unidad aislada mientras el propio cromosoma
    permanezca intacto. Los genes que se heredan de esta forma se
    dice que están ligados.
    Sin embargo, Morgan y su grupo
    observaron también que este ligamiento rara vez es
    completo. Las combinaciones de características alelas de cada progenitor
    pueden reorganizarse entre algunos de sus descendientes. Durante
    la meiosis, una
    pareja de cromosomas análogos puede intercambiar material
    durante lo que se llama recombinación o sobrecruzamiento
    (el efecto del sobrecruzamiento puede observarse al microscopio como
    una forma de unión entre los dos cromosomas). El
    sobrecruzamiento se produce más o menos al azar a lo largo
    de los cromosomas, de modo que la frecuencia de
    recombinación entre dos genes depende de la distancia que
    los separe en el cromosoma. Si los genes están
    relativamente alejados, los gametos recombinados serán
    habituales; si están más o menos próximos,
    los gametos recombinados serán poco frecuentes. En el
    descendiente que procede de los gametos, el sobrecruzamiento se
    manifiesta en la forma de nuevas combinaciones de caracteres
    visibles. Cuanto mayor sea el sobrecruzamiento, más
    elevado será el porcentaje de descendientes que muestran
    las combinaciones nuevas. Consecuencia de ello, los
    científicos pueden trazar o dibujar mediante experimentos de
    reproducción apropiados, las posiciones
    relativas de los genes a lo largo del cromosoma.

    Para detectar recombinaciones, que se producen
    sólo rara vez, los genetistas han utilizado durante los
    últimos años organismos que producen gran
    número de descendientes con gran rapidez, como bacterias,
    mohos y virus. Por esta
    razón, son capaces de trazar mapas de genes
    que están muy próximos. El método
    introducido en el laboratorio de
    Morgan ha adquirido hoy tal precisión que se pueden
    dibujar las diferencias que se originan en un gen particular.
    Estos mapas han
    demostrado que no sólo los genes se disponen de forma
    lineal a lo largo de los cromosomas, sino que ellos mismos son
    estructuras
    lineales. La detección de recombinaciones poco frecuentes
    puede poner de manifiesto estructuras
    incluso más pequeñas que las que se observan con
    los microscopios más potentes.
    Los estudios en hongos, y
    más tarde en moscas del vinagre, han demostrado que en
    ocasiones la recombinación de alelos puede tener lugar sin
    que se produzcan intercambios recíprocos entre los
    cromosomas. En apariencia, cuando existen dos versiones distintas
    del mismo gen (en un individuo heterocigótico), una de
    ellas puede ser ‘corregida’ para equipararse a la
    otra. Tales correcciones pueden tener lugar en cualquier dirección (por ejemplo, el alelo A puede
    ser modificado a a o a la inversa). Este proceso se ha
    denominado conversión genética. En ocasiones,
    varios genes adyacentes experimentan una conversión
    conjunta; la probabilidad de
    que ésta se produzca entre dos genes depende de la
    distancia entre ellos. Esto proporciona otra forma de determinar
    las posiciones relativas de los genes en el cromosoma.

    Sexo y ligamiento sexual
    Mendel mostró que ciertos pares de alelos, tales como los
    que determinan las semillas redondas o rugosas, se distribuyen
    independientemente de otros pares, como aquellos que determinan
    semillas de color amarillo o verde.
    Sin embargo los alelos de dos genes diferentes se
    distribuirán independientemente si los genes están
    en diferentes pares de cromosomas homólogos.
    Si los alelos de los genes están sobre el mismo par de
    cromosomas homólogos, la segregación de los alelos
    de un gen no será independiente de la segregación
    de los alelos del otro gen. En otras palabras, si los alelos de
    dos genes diferentes están sobre el mismo cromosoma, ellos
    deben ser transmitidos al mismo gameto en la meiosis. Los
    genes que tienden a permanecer juntos, porque están en el
    mismo par de cromosomas homólogos, se dice que
    están ligados o en el mismo grupo de
    ligamiento.
    Morgan contribuyó también a los estudios
    genéticos cuando en 1910 observó diferencias
    sexuales en la herencia de caracteres, un patrón que se
    conoce como herencia ligada al sexo.
    El sexo
    está determinado por la acción de una pareja de
    cromosomas. Las anomalías del sistema endocrino
    u otros trastornos pueden alterar la expresión de los
    caracteres sexuales secundarios, aunque casi nunca invierten
    totalmente el sexo. Por ejemplo, una mujer tiene 23
    pares de cromosomas, y los componentes de cada par son muy
    similares. Sin embargo, un varón tiene 22 pares iguales de
    cromosomas y uno con dos cromosomas diferentes en tamaño y
    estructura.
    Los 22 pares de cromosomas semejantes en mujeres y en hombres se
    llaman autosomas. El resto de los cromosomas se denomina, en
    ambos sexos, cromosomas sexuales. En las mujeres los dos
    cromosomas sexuales idénticos se llaman cromosomas X. En
    el hombre, uno
    de los cromosomas sexuales es también un cromosoma X, pero
    el otro, más pequeño, recibe el nombre de cromosoma
    Y. Cuando se forman los gametos, cada óvulo producido por
    la mujer contiene
    un cromosoma X, pero el espermatozoide generado por el hombre puede
    contener o un cromosoma X o uno Y. La unión de un
    óvulo, que siempre contiene un cromosoma X, con un
    espermatozoide que también tiene un cromosoma X, origina
    un cigoto con dos X: un descendiente femenino. La unión de
    un óvulo con un espermatozoide con un cromosoma Y da lugar
    a un descendiente masculino. Este mecanismo sufre modificaciones
    en diversas plantas y animales.

    La longitud aproximada del cromosoma Y es un tercio de
    la del X, y aparte de su papel en la
    determinación del sexo masculino, parece que es
    genéticamente inactivo. Por ello, la mayor parte de los
    genes en el X carecen de su pareja en el Y. Se dice que estos
    genes están ligados al sexo, y tienen un patrón
    hereditario característico. Por ejemplo, la enfermedad
    denominada hemofilia, está producida por un gen recesivo
    (h) ligado al sexo. Una mujer con HH o Hh
    es normal; una mujer con hh tiene hemofilia. Un hombre nunca
    es heterocigótico para este gen porque hereda sólo
    el gen que existe en el cromosoma X. Un varón con H es
    normal; con h padecerá hemofilia. Cuando un hombre normal
    (H) y una mujer heterocigótica (Hh) tienen descendencia,
    las niñas son normales, aunque la mitad de ellas
    tendrán el gen h —es decir, ninguna de ellas es hh,
    pero la mitad tendrán el genotipo Hh—. Los niños
    heredan sólo el H o el h; por lo tanto, la mitad de ellos
    serán hemofílicos. Por esta razón, en
    condiciones normales, una mujer portadora transmitirá la
    enfermedad a la mitad de sus hijos, y el gen recesivo h a la
    mitad de sus hijas, quienes a su vez se convierten en portadoras
    de hemofilia. Se han identificado otras muchas situaciones en los
    seres humanos incluyendo la ceguera para los colores rojo y
    verde, la miopía hereditaria, la ceguera nocturna y la
    ictiosis (una enfermedad cutánea) como caracteres ligados
    al sexo, sino que también controlan casi todas las
    reacciones
    químicas que se producen en la materia viva.
    La capacidad de una proteína para formar parte de una
    estructura, o
    para ser una enzima que influye sobre la frecuencia de una
    reacción química particular,
    depende de su estructura molecular. Esta estructura depende a su
    vez de su composición. Cada proteína está
    formada por uno o más componentes denominados
    polipéptidos, y cada polipéptido está
    constituido por una cadena de subunidades llamadas
    aminoácidos. En los polipéptidos hay veinte tipos
    distintos de aminoácidos. Al final, el número, tipo
    y orden de los aminoácidos en una cadena determina la
    estructura y función de
    la proteína de la que forma parte.

    4. Regulación de los
    genes

    El conocimiento
    de cómo se forman las proteínas
    permite a los científicos entender cómo los genes
    producen efectos específicos sobre las estructuras y
    funciones de
    los organismos. Sin embargo, esto no explica las variaciones que
    sufren los organismos en respuesta a circunstancias cambiantes
    del medio, o la manera en que un cigoto simple da lugar a todos
    los tejidos y
    órganos diferentes que constituyen un ser humano. En estos
    órganos y tejidos, la
    mayoría de las células contienen conjuntos de
    genes idénticos, sin embargo, forman proteínas
    distintas. Es evidente que en las células de cualquier
    tejido u órgano algunos genes están activos y otros
    no. Los distintos tejidos tienen series de genes diferentes en
    estado activo.
    Por esta razón, parte de la explicación del
    desarrollo de
    un organismo complejo debe basarse en cómo se activan los
    genes de forma específica.
    El proceso de la
    activación de los genes en los organismos superiores
    aún no está claro, aunque gracias al trabajo del
    genetista francés François Jacob y de Jacques
    Lucien Monod, se sabe mucho acerca de este proceso en las
    bacterias.
    Junto a cada gen bacteriano existe un segmento de ADN conocido como
    promotor. Éste es el lugar sobre el cual la ARN
    polimerasa, enzima responsable de la producción de ARNm, se adhiere al ADN e inicia la
    transcripción. Entre el promotor y el gen existe con
    frecuencia otro segmento de ADN que recibe el nombre de operador,
    donde otra proteína —el represor— puede
    adherirse. Cuando el represor se une al operador, detiene el
    desplazamiento de la ARN polimerasa a lo largo del cromosoma y la
    producción de ARNm; por lo tanto, el gen se inactiva. Sin
    embargo, la presencia en la célula
    de una sustancia química determinada
    puede provocar que el represor se separe y el gen se active.
    Otras sustancias pueden afectar al grado de actividad del gen al
    alterar la capacidad de la ARN polimerasa de unirse al promotor.
    Un gen que recibe el nombre de regulador produce la
    proteína represora.

    Precombinación
    Estudios en gran escala de los
    grupos de
    ligamiento pronto revelaron algunas dificultades inesperadas. Por
    ejemplo, la mayoría de las mosquitas de la fruta tienen el
    cuerpo de color tostado claro y alas largas, que son
    características dominantes. Cuando individuos
    homocigóticos para estas características se cruzan
    con mosquitas mutantes de cuerpos negros y alas cortas,
    recesivos, toda la progenie F1 tienen cuerpos tostados claros y
    alas largas. Luego la generación F1 se endocrio.
    Había dos resultados posibles:
    1* Los genes para color de cuerpos y longitud de alas serian
    distribuidos independientemente, indicando que los genes para
    estas dos características estaban en cromosomas
    diferentes
    2* Los genes para las dos características estarían
    ligados.
    En el caso de estas características particulares los
    resultados se parecieron mucho a los de la segunda posibilidad,
    pero no coincidieron con ellos exactamente.
    Para descubrir que estaba sucediendo, Morgan intento una cruza de
    prueba, cruzando un miembro de la generación F1 con un
    recesivo homocigótico. Si negro y tostado, largo y corto
    se distribuyan independientemente, el 25 % de la progenie de esta
    cruza seria negra con alas largas, el 25% tostada con alas
    largas, el 25% negra con alas cortas y el 25% tostada con alas
    cortas. Resulto que el 41,5% eran tostadas con alas largas, el
    41,5% eran negras con alas largas, el 8,5% tostadas con alas
    cortas y el 8,5% negra con alas cortas. Morgan estaba convencido
    en ese entonces de que los genes estaban localizados en los
    cromosomas. Ahora parecía claro que los genes para las
    características color del cuerpo y longitud de alas,
    estaban situados en un solo par de cromosomas homólogos y
    supuso que los alelos se intercambiarían a veces entre los
    cromosomas homólogos, es decir se recombinaron

    5.
    Mutaciones

    Aunque la replicación del ADN es muy precisa, no
    es perfecta. Muy rara vez se producen errores, y el ADN nuevo
    contiene uno o más nucleótidos cambiados. Un error
    de este tipo, que recibe el nombre de mutación, puede
    tener lugar en cualquier zona del ADN. Si esto se produce en la
    secuencia de nucleótidos que codifica un
    polipéptido particular, éste puede presentar un
    aminoácido cambiado en la cadena polipeptídica.
    Esta modificación puede alterar seriamente las propiedades
    de la proteína resultante. Por ejemplo, los
    polipéptidos que distinguen la hemoglobina normal de la
    hemoglobina de las células falciformes difieren
    sólo en un aminoácido. Cuando se produce una
    mutación durante la formación de los gametos,
    ésta se transmitirá a las siguientes
    generaciones.

    Mutaciones genéticas
    Las mutaciones fueron descritas por primera vez en 1901 por uno
    de los redescubridores de Mendel, el botánico
    holandés Hugo De Vries. En 1929 el biólogo
    estadounidense Hermann Joseph Muller observó que la tasa
    de mutaciones aumentaba mucho con los rayos X.
    Más tarde, se vio que otras formas de radiación,
    así como las temperaturas elevadas y varios compuestos
    químicos, podían inducir mutaciones. La tasa
    también se incrementa por la presencia de alelos
    específicos de ciertos genes, conocidos como genes
    mutadores, algunos de los cuales parece ser que producen defectos
    en los mecanismos responsables de la fidelidad de la
    replicación de ADN. Otros pueden ser elementos que se
    transponen.
    La mayoría de las mutaciones genéticas son
    perjudiciales para el organismo que las porta. Una
    modificación aleatoria es más fácil que
    deteriore y que no mejore la función de un sistema complejo
    como el de una proteína. Por esta razón, en
    cualquier momento, el número de sujetos que portan un gen
    mutante determinado se debe a dos fuerzas opuestas: la tendencia
    a aumentar debido a la propagación de individuos mutantes
    nuevos en una población, y la tendencia a disminuir
    debido a que los individuos mutantes no sobreviven o se
    reproducen menos que sus semejantes. Varias actuaciones humanas
    recientes, como la exposición
    a los rayos X con fines
    médicos, los materiales
    radiactivos y las mutaciones producidas por compuestos
    químicos, son responsables de su aumento.
    Por lo general, las mutaciones son recesivas, sus efectos
    perjudiciales no se expresan a menos que dos de ellos coincidan
    para dar lugar a una situación homocigótica. Esto
    es más probable en la procreación
    consanguínea, en el apareamiento de organismos muy
    relacionados que pueden haber heredado el mismo gen mutante
    recesivo de un antecesor común. Por esta razón, las
    enfermedades
    hereditarias son más frecuentes entre los niños
    cuyos padres son primos que en el resto de la población.

    Mutaciones cromosómicas
    La sustitución de un nucleótido por otro no es el
    único tipo posible de mutación. Algunas veces se
    puede ganar o perder por completo un nucleótido.
    Además, es posible que se produzcan modificaciones
    más obvias o graves, o que se altere la propia forma y el
    número de los cromosomas. Una parte del cromosoma se puede
    separar, invertir y después unirse de nuevo al cromosoma
    en el mismo lugar. A esto se le llama inversión. Si el fragmento separado se une
    a un cromosoma distinto, o a un fragmento diferente del cromosoma
    original, el fenómeno se denomina translocación.
    Algunas veces se pierde un fragmento de un cromosoma que forma
    parte de una pareja de cromosomas homólogos, y este
    fragmento es adquirido por el otro. Entonces, se dice que uno
    presenta una deleción o deficiencia (dependiendo si el
    fragmento que se pierde es intersticial o terminal,
    respectivamente) y el otro una duplicación. Por lo
    general, las deficiencias o deleciones son letales en la
    condición homocigótica, y con frecuencia las
    duplicaciones también lo son. Las inversiones y
    las translocaciones suelen ser más viables, aunque pueden
    asociarse con mutaciones en los genes cerca de los puntos donde
    los cromosomas se han roto. Es probable que la mayoría de
    estos reordenamientos cromosómicos sean la consecuencia de
    errores en el proceso de sobrecruzamiento.

    Otro tipo de mutaciones se producen cuando en la meiosis
    fracasa la separación de una pareja de cromosomas
    homólogos. Esto puede originar gametos —y, por lo
    tanto, cigotos— con cromosomas de más, y otros donde
    faltan uno o más cromosomas. Los individuos con un
    cromosoma de más se denominan trisómicos, y
    aquellos en los que falta uno, monosómicos. Ambas
    situaciones tienden a producir incapacidades graves. Por ejemplo,
    las personas con síndrome de
    Down son trisómicas, con tres copias del cromosoma
    21.
    En la meiosis fracasa a veces la separación de un grupo
    completo de cromosomas; es decir, se origina un gameto con el
    doble del número normal de cromosomas. Si dicho gameto se
    une con otro que contiene el número normal de cromosomas,
    el descendiente tendrá tres grupos de
    cromosomas homólogos en lugar de los dos habituales. Si se
    unen dos gametos con el doble del número normal de
    cromosomas, el descendiente estará dotado de cuatro grupos
    homólogos. Los organismos con grupos adicionales de
    cromosomas reciben el nombre de poliploides. La
    poliploidía es el único proceso conocido por el
    cual pueden surgir especies nuevas en una generación
    única. Se han observado poliploides viables y
    fértiles casi exclusivamente en organismos hermafroditas,
    como la mayoría de las plantas con flores y algunos
    invertebrados. Por lo general, las plantas poliploides son
    más grandes y más robustas que sus antecesoras
    diploides. Algunas veces se originan fetos poliploides en la raza
    humana, pero fallecen en una fase precoz del desarrollo
    fetal y se produce un aborto.

    6.
    Anomalías

    Anomalías genéticas
    Enfermedades producidas como consecuencia de anomalías
    hereditarias de la estructura genética. Algunas
    alteraciones genéticas se manifiestan desde el nacimiento,
    como las anomalías congénitas, mientras que otras
    se desarrollan durante la infancia o
    edad adulta. Además de una causa genética, algunos
    de estos procesos se
    ven afectados por influencias ambientales como la dieta o el
    estilo de vida. Los cambios genéticos que no son heredados
    (mutaciones somáticas) pueden causar o contribuir a
    alteraciones como el cáncer.
    Algunas alteraciones genéticas pueden beneficiarse de la
    terapia génica, que existe gracias a la ingeniería
    genética.

    Alteraciones de un solo gen
    Algunas alteraciones genéticas son consecuencia de una
    mutación en un solo gen, que se traduce en la ausencia o
    alteración de la proteína correspondiente. Esto
    puede alterar algún proceso metabólico o del
    desarrollo y producir una enfermedad. La mayor parte de las
    alteraciones de un solo gen tienen una herencia de tipo recesivo,
    lo que significa que las dos copias del mismo gen (procedentes de
    cada ascendiente, respectivamente) deben ser defectuosas para que
    aparezca la enfermedad. Los padres no padecen la enfermedad, pero
    son portadores de ella. Un ejemplo es la fibrosis
    quística. Las alteraciones de un solo gen con herencia
    dominante requieren la presencia de una sola copia del gen
    defectuoso para que aparezca la enfermedad, como sucede en la
    Corea de Huntington. Debido a que los varones sólo poseen
    un cromosoma X frente a los dos que poseen las mujeres, las
    enfermedades de un solo gen recesivas localizadas en el cromosoma
    X afectan con mayor frecuencia a los hombres que a las mujeres.
    Un ejemplo es el daltonismo. Otros ejemplos de alteración
    de un solo gen son la distrofia muscular de Duchenne, la
    hipercolesterolemia familiar (aumento del nivel de colesterol),
    la hemofilia A, la neurofibromatosis tipo 1, la fenilcetonuria),
    la anemia de células falciformes, la enfermedad de
    Tay-Sachs y la talasemia.

    Los tests genéticos pueden identificar mutaciones
    en los genes alterados, permitiendo el diagnóstico preciso en los pacientes con
    alteraciones de un solo gen. Estos tests también permiten
    el diagnóstico de los portadores
    asintomáticos de enfermedades genéticas e incluso
    la identificación de individuos no afectados pero que
    desarrollarán la enfermedad.

    Una forma especial de enfermedad de un solo gen es la
    que se presenta cuando la mutación reside en un gen de la
    mitocondria de la célula;
    las mitocondrias son corpúsculos celulares portadores de
    su propia información genética. Las
    mitocondrias de los embriones fecundados proceden todas del
    óvulo y no de los espermatozoides. Por tanto las
    alteraciones genéticas transmitidas por las mitocondrias
    afectan a todo los descendientes de las mujeres afectadas, pero
    no a los descendientes de los varones afectados. Un ejemplo de
    esto es la neuropatía óptica
    hereditaria de Lever, un trastorno caracterizado por la atrofia
    del nervio óptico.

    Alteraciones cromosómicas
    Algunas alteraciones genéticas no afectan a genes
    concretos sino a todo el cromosoma o a un segmento
    cromosómico. Por ejemplo, la presencia de tres copias del
    cromosoma 21 produce el síndrome de
    Down, pese a que no existe ninguna alteración de los
    genes de los cromosomas. Las alteraciones cromosómicas
    pueden consistir en duplicación, pérdida, ruptura o
    reorganización del material cromosómico. En
    conjunto, las alteraciones cromosómicas afectan a 7 de
    cada 1.000 nacidos vivos y son responsables de cerca del 50% de
    los abortos espontáneos en los tres primeros meses de
    embarazo.
    El albinismo, la carencia de pigmentación en la piel pelos y
    ojos, se debe a una incapacidad del organismo para elaborar el
    pigmento pardo melanina. La mayoría de los albinos carece
    de una de las enzimas
    necesarias para producir la melanina. Sin embargo otros albinos
    tienen la enzima, pero esta no puede penetrar en las
    células pigmentarias. Ambas formas de albinismo se heredan
    como recesivos autonómicos.

    Alteraciones multifactoriales
    En este grupo tampoco existen errores concretos en la información genética, sino una
    combinación de pequeñas variaciones que en conjunto
    producen o predisponen al desarrollo del proceso. Algunos de
    estos procesos son
    más frecuentes en ciertas familias aunque no demuestran un
    patrón claro de herencia. Los factores ambientales como la
    dieta o el estilo de vida pueden también influir en el
    desarrollo de la enfermedad. Ejemplos de alteraciones
    multifactoriales son la enfermedad arterial coronaria y la
    diabetes
    mellitus.

    Cariotipo
    Una representación grafica o fotográfica de los
    cromosomas presentes en el núcleo de una sola célula
    somática de un organismo determinado, se conoce como
    cariotipo. A partir de un cariotipo se puede determinar el
    numero, tamaño y forma de los cromosomas e identificar los
    pares de homólogos.
    Los cariotipos se utilizan en la clasificación cromosomica
    para identificar las anormalidades morfológicas y
    numéricas gruesas.
    Los cromosomas que se muestran en un cariotipo son cromosomas en
    metafase mitótica, cada uno de los cuales consiste en dos
    cromátidas hermanas unidas en sus centrómeros. Para
    preparar un cariotipo, el proceso de división celular se
    interrumpe en la metafase, añadiendo colchicina, una
    droga que
    evita los siguientes pasos de la mitosis.
    Después los cromosomas se fotografían, se
    amplía la fotografía, se los recorta y se los ordena
    de acuerdo con el tamaño. A partir del cariotipo pueden
    detectarse ciertas anormalidades, como la aparición de un
    cromosoma o de un segmento cromosómico
    supernumerarios.

     

     

    Autor:

    María Ignacia Baglini

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