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Globalizacion VS Regionalismo




Enviado por juan_mascar



    Indice
    1.
    Introducción

    2. La identidad: mestizos
    colonizados

    3. Del pasado a hoy

    4. Lo publico:
    según pasan los años

    5. Ni regiones ni países: latinos
    del nuevo siglo

    6. Conclusión
    7. Bibliografía
    Utilizada

    1.
    Introducción

    "Producir una hipótesis es casi como probar a adivinar
    – opina Humberto Eco – con la diferencia que quien
    larga una hipótesis prueba a
    pensar que esos datos presentes
    en la conjetura sean parte de una ley más
    universal".

    ¿Por qué no dar crédito, en este punto de partida para
    el trabajo, a
    esta particular definición?.
    La noción anterior al cotejo con la realidad y los
    pensamientos de diversos investigadores – tal es la idea de
    este recorrido de ideas – es la de una América
    Latina con un destino común – histórico y
    cultural – pero obstruida y difusa, detenida en la
    concreción de ese sueño de unidad.

    ¿Estamos, como investigadores, en condiciones de
    entregar verdades o formulas sobre la identidad?.
    Probablemente, no.
    Al decir de Aníbal Ford, "No somos ingenieros de la
    Cultura". Pero
    esto no es solo un trabajo de laboratorio.
    Pertenecemos al difuso campo de los estudios sociales y
    culturales. Estamos hablando de cómo piensa, siente y
    sobrevive la gente en nuestro continente. El proceso de
    transformación moderna que ha experimentado América
    Latina desde los años ochentas a la fecha con la
    aplicación de las leyes del
    mercado en
    todos los ámbitos de la vida, ha producido profundos
    cambios en las estructuras
    económicas, políticas,
    sociales, tecnológicas, mentales y legales. Estos cambios,
    a su vez, han transformado los sistemas de vida,
    organización, trabajo, educación, producción, competencia… de
    la mayoría de la población latinoamericana.
    Ante ésta realidad histórica contundente, el
    problema ya no es preguntarnos si Latinoamérica acepta o no la
    globalización cultural e informativa que se ha
    impuesto y que
    ha atravesado el mundo de finales del siglo XX; sino que ahora
    debemos reconocer, para bien o para mal, que la globalización comunicativa es un hecho
    irresistible al cual ya estamos incorporados como comunidades y
    del que no podemos desprendernos.
    Ya que se habla permanentemente del trabajo interdisciplinario
    como herramienta para la solución de problemas a
    comienzos de este nuevo siglo; me permito sentirme un poco poeta
    y hablar, como disparador de este trabajo, de la oposición
    de dos metáforas sobre este mundo globalizado.
    Ya se ha dicho que las metáforas ayudan, muchas veces, a
    buscarle el sentido, ordenar, explicar algo que nos resulta
    nuevo.
    Ambas surgen de una visión en torno a la
    identidad
    latinoamericana de Aníbal Ford durante una ponencia ante
    el congreso de FELAFACS durante 1991. Allí, el
    investigador argentino analiza el termino de "Aldea Global"
    (Global Village) impuesto hace
    algún tiempo por
    Marshal McLuhan.
    Según Ford, este concepto implica
    una idea de cultura
    orgánica, sistémica, homogénea que no
    explica de forma acabada como se están produciendo los
    procesos de
    transnacionalización, sus diversificaciones,
    fragmentaciones y conflictos
    socioculturales. Opone, a cambio, la
    metáfora del "Conventillo Global".
    El conventillo, paradigma del
    cruce revuelto de culturas y cosmovisiones de la Argentina del
    siglo XX, fue el lugar donde los hijos de españoles,
    italianos, polacos, ucranianos, turcos y judíos
    recibían – entreveradas – esas influencias étnicas,
    sus conflictos,
    sus solidaridades, sus fusiones y sus
    diferencias. Así, con esta nueva metáfora, Ford
    intenta luchar contra la idea de que un mundo globalizado implica
    la estandarización de todas las conductas y creencias.
    Presentar "un mundo con muchas voces hablando al mismo tiempo".
    Ahora bien. Esta concepción del latinoamericano como "hijo
    de los barcos que cruzaban el Atlántico" funciona
    probablemente mejor para un territorio como la Argentina que
    para otras naciones de América
    Latina, cuyo componente etnográfico es bien distinto.
    ¿Qué somos, entonces, los latinos?.

    2. La identidad:
    mestizos colonizados

    El escritor y periodista mexicano Carlos Fuentes, con
    motivo del quinto centenario del descubrimiento de
    América explica que "nos acercamos a una fecha que
    podría dividirnos o unirnos. Los problemas de
    1492 en 1992 son dos. Uno es la hipercelebración. El otro
    es la hipercrítica. Ver el pasado solo como una
    hazaña civilizadora o como un prolongado crimen, es un
    error".
    Tal vez ambas realidades – y no ninguna de ellas –
    sean parte del pasado Americano. A partir de la misma
    ocasión el brasileño Jorge Amado reflexionó
    sobre el carácter
    tumultuoso y violento de ese choque de culturas. "La paz y la
    armonía no siempre existieron ni podían existir
    entre señores y esclavos, colonizadores y
    colonizados".
    Néstor García Canclini en su visión sobre
    las identidades nacionales en nuestro continente realiza un nuevo
    aporte tendiente a romper el determinismo en las posturas acerca
    de la cultura y la historia. "Con frecuencia
    las identidades nacionales, étnicas y regionales se
    defienden con un discurso
    escencialista y ahistórico" sin entender "(…) las
    identidades como las maneras – cambiantes – en que las sociedades se
    imaginan y construyen relatos sobre su origen y futuro".
    Es menester, sin embargo, señalar que la herida de la
    conquista sigue funcionando como un resorte en la conducta y el
    pensamiento de
    millones de latinoamericanos.

    "En la construcción de esta difícil
    empresa (la
    del cruce de culturas) los protagonistas fueron mucho más
    allá de la convivencia interracial. Mezclaron (…) sus
    sangres, sus dioses, sus ritmos, sus gustos. Pero ese sincretismo
    fue un asunto de los negros, necesitados de preservar sus
    bienes
    culturales. Ciertamente fueron ellos los primeros en luchar por
    la gran mixtura."
    No es casual que las palabras precedentes de Jorge Amado
    correspondan a la historia del Brasil y no a
    otras. Allí, como en Cuba, el
    componente Afro hace mucho más visible ese cruce. Pero
    toda esta noción – a veces trasladable al componente
    aborigen – de "mezcla" como signo identitario se ha
    encontrado históricamente surcada por estructuras de
    tipo económico.
    "Si no fuésemos mestizos, no nos habría sido
    posible resistir tantos siglos de miseria que se prolongan hasta
    hoy, de explotación, de hambre, de latifundios y
    servidumbre de la tierra,
    (…) de opresión política. El mestizo
    posee una resistencia
    más allá de todos los límites",
    cierra Amado su exploración al Brasil
    moderno.

    Muchas veces, el lugar privilegiado del europeo en la
    historia de los procesos de
    producción y desarrollo de
    este lado del Atlántico esta indefectiblemente ligado a la
    marginalidad y
    el carácter
    siempre periférico del componente autóctono y
    negro. Y esto se proyecta en la historia de la cultura.
    "La memoria de
    Piedra de Chichen Itzá y de Machu Pichu. La
    incorporación del aborigen al mundo cristiano en San
    Lorenzo de Potosí. La presencia de los mitos
    indígenas en Asturias, los mitos
    judeo-musulmanes en Borges… De Sor
    Juana Inés de la Cruz a Pablo Neruda, de
    Machado de Assis a García
    Márquez, los iberoamericanos hemos sido capaces de
    crear una cultura perdurable, duradera. Fragmentada y continua a
    la vez."

    Como contrapartida, la reivindicación de
    elementos comunes en esa identidad "iberoamericana"
    disímil pero con una historia compartida surge a partir de
    elementos tales como la lengua o la
    herencia
    europea. Aparece, finalmente, como signo de unidad, por encima de
    los regionalismos, el viejo mapa del Virreinato.
    ¿Es nuestro punto común como Americanos ser hijos
    de la dominación?. España,
    Inglaterra
    Estados Unidos
    durante el siglo XX. ¿Nos una la dependencia?.
    Significativas son, en este contexto, las palabras de
    Joaquín Estefanía, director del diario El
    País de Madrid.
    "Desde la caída del Muro de Berlín, la
    disolución del Este Europeo, la disgregación y la
    quiebra de la
    ex URSS y la Guerra del
    Golfo Pérsico, América
    Latina ha dejado existir para los europeos (y para los
    españoles) Ya sabíamos que era el patio de
    atrás; pero ahora es la vivienda de otro".

    3. Del pasado a
    hoy

    Artista Vs Mercado, Otra
    Oposición A Romper
    Después de haber aplicado la dinámica del libre comercio
    durante varios años sobre las superestructuras mentales de
    América Latina hoy es sumamente importante analizar
    ¿Cómo la aplicación de las leyes del mercado
    han transformando el esqueleto y la dinámica de nuestra cultura y comunicación?

    El carácter cambiante de la obra de arte (entendida
    de manera amplia) tal vez sea un buen ejemplo de hacer este
    seguimiento.
    Los "guettos" y lugares cerrados del arte son inventos de las
    sociedades
    capitalistas. Hasta el renacimiento,
    inclusive, la mayoría de las obras de arte formaban parte
    de la vida ordinaria de las ciudades: los frescos y estatuas
    estaban integrados a la arquitectura con
    un sentido público; actores y juglares actuaban en las
    plazas, los mercados y las
    calles.
    Si bien muy distinta a esta y sin entrar a describirla, nuestra
    realidad pre-colombina guardaba, también, diferencias muy
    marcadas con el concepto de la
    obra de arte.
    A medida que el sistema
    capitalista fue produciendo una división más
    compleja de las áreas de trabajo. Se separaron los
    diversos aspectos de la vida humana y aparecieron los
    públicos diferenciados para las actividades intelectuales
    y artísticas. Surgen, así, las instancias
    específicas para la consagración y difusión
    de las obras (academias, salones, teatros o editoriales).
    García Canclini, en su mirada acerca de las vanguardias
    artísticas y la cultura popular, enumera algunas
    experiencias que intentan salirse de ese lugar en el que el mundo
    capitalista colocó a la producción de
    artística.
    Menciona, por ejemplo, modelos de
    arte urbano durante la década del 70 y aclara que "sacar
    el ate a la calle no es un acto simple y
    voluntarista".

    Las nuevas formas de actividad artística deben
    tender, entonces, a:

    1. Ampliar las posibilidades de participación
      espontánea del público (interacción entre
      autor y destinatario).
    2. Buscar actuar sobre la conciencia
      política
      de los participantes.

    Dos experiencias latinoamericanas ejemplifican
    claramente estas pautas.
    En Brasil, Augusto Boal con los denominados "Centros Populares de
    Cultura". Estas organizaciones
    integrales se
    ocupaban de los problemas básicos y más urgentes de
    cada comunidad.
    Reunían estudiantes, artistas y obreros para
    ensañar arte culinario, canto coral, danza,
    teatro,
    cine, pintura.
    Los espectáculos teatrales eran escritos, en muchos casos,
    por los mismos obreros a través de un método
    llamado "Teatro Jornal"
    (periodístico) a través del cual se enseñaba
    a leer las noticias que luego eran reelaboradas con ritmo
    dramático y representadas.

    Los Centros Populares de Cultura funcionaron hasta 1964,
    cuando fueron clausurados por el gobierno
    militar.
    En Argentina, desde 1970, el "Grupo Octubre"
    (dirigido por Norman Briski) contaba con nueve equipos que
    recorrían barrios obreros y villas miserias en Buenos Aires y en
    el interior del país.
    Primero se realizaba una investigación en el lugar, a cargo de los
    mismos actores, para establecer los modelos
    dramáticos y los problemas básicos de la vida
    barrial. En segundo lugar, se determinaba una acción y se
    representaba ante los pobladores. Frecuentemente, el interés en
    el conflicto
    movía a la gente a participar desde la primera escena. Ni
    bien los vecinos dejaban su rol de espectadores para agredir o
    argumentar, los actores interactuaban con ellos.
    Para concluir el significado de estas experiencias, Canclini
    observa que "se revelan como distintos aspectos de un
    único proceso
    histórico: el que va del agotamiento de las características del arte burgués al
    desarrollo de
    una arte socializado". Y, para romper la dicotomía del
    artista que se opone al mercado – y, por ende, es incapaz en el
    contexto capitalista, de generar industria con
    su actividad – esboza una salida. "Lo más eficaz
    contra la mercantilización del arte no son las actitudes
    individuales y defensivas, como negarse a vender las obras. Lo
    más eficaz es que el trabajo de
    los artistas se inscriba en las luchas populares. Si las obras se
    integran en un contexto no artístico y se incorporan
    efectivamente a una lucha contra el sistema, el
    sentido de la obra va a ser tan fuerte que todo lo otro
    pasará a segundo plano". Aparece, así, una
    categoría que excede la de artista propiamente dicho y que
    es la de "productor de cultura".

    Esta inserción de los artistas y de sus obras en
    la vida cotidiana del pueblo, en sus luchas políticas
    (en el sentido amplio del termino) en muchas ocasiones a
    fracasado rotundamente. En otras, como en los casos citados
    antes, tuvo un fugaz desarrollo. En el caso de "Octubre", por
    ejemplo, el grupo estaba
    en contacto con agrupaciones de base de la Juventud
    Peronista.
    Podría pensarse, hoy, en un contexto que dificulta mucho
    más estos emprendimientos. Sin embargo, el investigador
    norteamericano George Yúdice destaca – en un estudio
    sobre gustos y mercados de la
    música en
    Latinoamérica el desarrollo del genero musical
    del "rap" en Brasil, vinculado al movimiento
    negro. Particularmente demostrativo es el caso de la banda
    "Racionais MC" con su defensa de los presos de color ("el grupo
    grabó una de las piezas de su ultimo álbum en
    Carandiru, lugar de una mascare de mas de 100 presos por la
    policía") Poseen en la actualidad un público
    enorme, y no limitado a los "manos" (jóvenes de las
    favelas y el suburbio) sino con poder de
    atracción de las clases medias.

    En el caso de "Racionais MC", la banda ha podido crear
    su propio sello para grabar su álbum y con las ganancias
    ha construido campos de diversión para los chicos de su
    barrio. Pero ¿Cómo trasladar esta experiencia al
    conjunto de estructuras de distribución y venta de
    artículos culturales en toda América Latina?. La
    economía
    aparece, una vez más, como eje del planteo.
    Rafael Roncagliolo, como integrante del IPAL (Instituto para
    América Latina, con sede en Lima, Perú) esboza,
    como antecedentes del encuentro de Políticas Audiovisuales
    en América Latina y el Caribe durante 1991, pinturas de
    época en torno a los
    paradigmas
    económico – culturales de las ultimas décadas.
    "En los sesenta y setenta se intentaron en la región una
    serie de experiencias nacionales, tanto en materia de
    televisión
    como de cine. (…)
    Los casos más notables fueron los de Bolivia,
    Chile,
    México,
    Perú y Venezuela. La
    década de los ochenta establece un paréntesis sobre
    aquellos esfuerzos iniciales, y abre los temas a los
    investigadores acerca de la relación entre comunicación y cultura, entre industria de
    los medios y
    políticas culturales. (…)". Cabe recordar, aquí,
    que es esta la época de mayor expansión en el
    consumo de los
    medios
    masivos, especialmente la
    televisión. "A principios de los
    noventa se hacen cada vez mas necesaria la implementación
    de las políticas culturales, en un contexto de
    marginación de América Latina del escenario
    internacional y de generalización del liberalismo".

    Reflexionando sobre esta realidad, podemos decir que la
    aplicación de las reglas de mercado al terreno de la
    cultura y la información colectiva en
    Latinoamérica, especialmente de los medios
    electrónicos, han ocasionado un peligroso paradigma de
    época. El retiro del Estado como
    rector de la Cultura y la
    Comunicación Nacionales, para delegar ahora su
    dirección a la dinámica del mercado
    bajo el mecanismo de acción de la oferta y la
    demanda
    informativa.
    Así, la rectoría del Estado en el
    campo de la conciencia de lo
    público ha quedado substituida por la intervención
    de las leyes del mercado con su "Mano Invisible" de
    regulación natural, que no ha sido otra realidad que la
    acción de la "Garra Invisible" de los intereses de los
    grandes monopolios.
    Fueron las tesis
    modernizadoras las que han sostenido el adelgazamiento, la
    privatización, el repliegue, la
    desregulación, la
    globalización y la transnacionalización de
    todos los campos de lo público.

    4. Lo publico: según
    pasan los años

    García Canclini explica que la noción de
    lo público "atravesó la modernidad con
    diversos significados. Espacio desde el cual luchar contra los
    estados despóticos, los abusos de monarcas y dictadores
    durante los siglos XVIII y XIX en Europa y buena
    parte del XX en América Latina. Luego, como defensa de lo
    social frente a la voracidad monopólica de las empresas
    capitalistas (…) y la tendencia a reducir la
    participación social a las prácticas de consumo. Y, en
    un tercer momento, a partir de mediados de este siglo, adquiere
    importancia la radiodifusión como servicio
    público y como espacio de deliberación con independencia
    del poder estatal
    y del lucro de las empresas".
    A su vez, Canclini cita a John Kane para examinar "las articulaciones de
    lo local, lo nacional y lo global a través de cuatro
    esferas diferenciadas".

    1. Esfera Pública: tipo particular de
      relación espacial entre dos o más personas.
      Vinculada a medios de
      comunicación como la TV, la radio, el
      satélite, el fax o el
      teléfono donde se producen controversias
      no violentas.
    2. Esferas Micro Públicas: espacios locales en
      los que intervienen decenas, centenares o miles de
      participantes. Por ejemplo, reuniones de vecinos, una iglesia,
      cafeterías o movimientos sociales.
    3. Mesoesferas Públicas: aluden a la
      dimensión de Estado – Nación en donde millones de personas
      debaten sobre el poder a través de diarios de
      circulación nacional y medios electrónicos de
      igual alcance.
    4. Lo Macro Público: Agencias de Noticias que
      desde hace décadas cubren todo el planeta sumadas las
      transnacionales multimedia (por
      ejemplo Time – Warner). Grandes administradores de la información y el entretenimiento mundial.
      Propician debates públicos transnacionales (ante las
      guerras por
      ejemplo) y muestran la diversidad.

    Esta última categoría, la de lo macro
    público, es la fundamental para establecer un análisis sobre las estructuras de poder y
    control en torno
    a la cultura. ¿Quiénes y cómo nos cuentan lo
    que somos a diario?.

    La Música Y El Cine:
    Espejos De La Totalidad
    Octavio Gettino – director de cine y televisión
    argentino e investigador – encuentra como principales
    dificultades del cine latinoamericano, una fuerte
    reducción de los mercados tradicionales (menos
    espectadores y menos salas) y un adolescimiento de valores
    ideológicos y estéticos en los creadores.
    Lo primero es paradójico, ya que mientras menor es
    cantidad de salas y de público, mayor es la comercialización y el consumo de
    películas en todos los países de la región
    vía nuevos circuitos
    (videoclubes, por ejemplo) en poder de las "majors"
    multinacionales. Pero "lo que compite a la hora de ganar mercados
    (…) no son precisamente la calidad
    artística o estética ni el acabado técnico
    (ahora presente incluso en los países más pobres
    gracias al abaratamiento de las nuevas
    tecnologías) sino las relaciones mundiales de poder
    que existen en los campos de la economía y de la
    política."

    Mientras, "la preocupación mayor de los
    directores, (…) dada la ausencia de verdaderas industrias, es la
    de conseguir recursos para
    seguir produciendo" y legitimar sus productos en
    el exterior (festivales o ciclos) para luego ser aceptados en su
    propio mercado.

    En este sentido, García Canclini entiende esta
    necesidad de legitimación externa de la propia cultura
    como parte de la historia del
    arte occidental moderno, que "es la historia de una simulación
    y un exhibicionismo. La simulación
    reside en proponer las obras como objetos de contemplación
    y reverencia como si no fueran el resultado de actos
    humanos.(…) Y el exhibicionismo, en mostrar el hecho cultural
    lejos de la cultura que lo engendró"
    Esta situación coloca a los autores – realizadores de la
    cultura en general en la necesidad de gustar a determinados
    públicos, que no son precisamente los de su lugar.
    Si entendemos que "un país o una región, al igual
    que un individuo, produce su propia imagen o nadie
    podrá hacerlo en su lugar (en ninguna otra parte
    podrá encontrar lo que existe de específico y
    diferenciado en el)"; Y que "sin imagen no hay
    imaginario ni identidad colectiva"; cabría preguntarnos
    ¿Realmente es nuestro destino ser meros transmisores de
    imágenes ajenas?. ¿Imágenes
    pensadas, vivenciadas y elaboradas por otros?.

    Para que la pregunta anterior no se convierta en pura
    retórica, es necesario comenzar a dotar de contenido lo
    que Gettino llama "espacio audiovisual latinoamericano nacional o
    regional".
    En el caso del cine, las preferencias del público parecen
    no estar claras. Tal vez porque los productos
    tampoco lo estén desde su concepción. Solo tres
    países de la región: Argentina, México y
    Brasil estrenan un promedio mayor a 10 películas por
    año – contra las miles que Hollywood produce cada
    temporada – y estas producciones necesitan, dado el poder
    adquisitivo de las audiencias un promedio de un millón de
    espectadores para amortizar rodajes de un costo
    promedio.
    Con la música, en cambio, la
    situación de consumo es distinta. La estructura de
    venta y distribución de diversos formatos de audio
    no para de crecer de una década a esta parte.
    Además, con algunas excepciones como Venezuela (que
    consume un 63% de música internacional), en el resto del
    continente existe un gran apego a la música local y
    regional (alrededor del 70 % de las ventas)

    Salsa, Ballenato, Cumbia, Samba, Rock Latino o
    Folklore son
    consumidos en cantidades enormes. Pero las ganancias son para
    transnacionales como BMG, EMI, SONY o POLYGRAM, subsidiarias a la
    vez de los grandes conglomerados multimedia del
    entretenimiento.
    Las pocas "indies" (empresas nacionales con menos estructura y
    recursos) existen
    en México y Brasil y su papel en la
    participación del mercado queda claro en las palabras de
    Carlos Sánchez, presidente de POLYGRAM Venezuela. "Las
    grandes disquerías están encargándose del
    marketing y la
    distribución. Las empresas nacionales cada vez más
    se preocupan
    sólo de desarrollar los artistas, el producto…"
    Varias preguntas surgen, inevitablemente. ¿Cuánto
    de diversificación de expresiones culturales hay en este
    sistema de distribución y venta?. ¿No
    estarán forzadas, esas "indies" a buscar "determinado
    perfil de artista" para asegurar las enormes inversiones en
    publicidad de las
    "majors"?.

    ¿Qué lugar queda para la música
    popular-anónima, verdadera expresión de muchos
    pueblos, donde no hay autores ni cantantes?.
    Un dato acerca de los derechos de
    autor tal vez conteste esta última inquietud.
    "Cualquier Sampleo (injerto textual) en una obra que será
    comercializada debe recibir recompensa. Pero no hay
    protección semejante para la incorporación de
    ritmos y otras manifestaciones elaborados en comunidades
    tradicionales. Cualquier músico puede incorporar los
    ritmos de la rumba sin tener que pagar derechos."
    No es un asar que la melodía, de elaboración
    predominantemente occidental sea protegida, pero no los
    ritmos.
    Volviendo a las pocas estructuras industriales de la
    música que existen en el continente, nuestro país
    (Argentina) tiene la incómoda
    privilegio de ostentar el mayor porcentaje de comercialización a través de
    "majors" internacionales de todo el continente. A pesar de tener
    manifestaciones auténticamente valoradas por su
    público como el Rock (uno de los
    movimientos más importantes del genero en
    Latinoamérica) y el Folklore (con
    artistas reconocidos e nivel mundial), no existen grabadoras
    propias, salvo contadas excepciones que no llegan a modificar el
    volumen de lo
    operado en el mercado de música.
    En el otro extremo, las dos naciones con mas presencia de
    "indies", México y Brasil incluyen en su población un fuerte componente
    étnico.
    Esto plantearía una valoración más de las
    identidades regionales o étnicas que de las
    nacionales.
    Se puede hablar, seguramente, de una música del caribe,
    rioplatense, andina o centroamericana, música urbana o
    campestre.
    Pero. ¿Cómo construir industrias
    sustentables si el punto de partida para la puesta en marcha de
    políticas culturales a través de los gobiernos son
    los estados nacionales, o la agrupación de varios de
    ellos?.

    5. Ni regiones ni países:
    latinos del nuevo siglo

    Existe una larga lista de recomendaciones hacia los
    organismos del estado, las empresas nacionales, los autores,
    artistas y técnicos, los usuarios, los investigadores, los
    críticos y educadores como parte responsable del
    mejoramiento del estado actual de la cultura
    audiovisual.

    Esto aparece como conclusión de diversos
    estudios.
    Octavio Gettino, por ejemplo, con motivo de una ponencia presenta
    ante la CACI (1996) o el Encuentro Regional de Políticas
    Audiovisuales de América Latina y el Caribe (1991),
    establecen criterios de responsabilidad nacional, de gestiones tendientes
    a la interconexión entre estados, al apoyo de nuevos
    valores, a la
    planificación a largo plazo o a la puesta a
    punto de los planes de estudio.
    Pero cruzando todos esos conceptos adquieren real valor las
    categorías expuestas por Ford en su trabajo "De la Aldea
    Global al Conventillo Global".
    Allí, el investigador encuentra "nudos" o características comunes de los
    latinoamericanos sobre los que debe trabajarse para hallar
    soluciones.

    1. La ciudad y los medios: producto de
      las crisis
      capitalistas, enormes contingentes de migrantes pobres se han
      trasladado hacia las ciudades centrales, espacios que comienzan
      a reestructurarse a través de oposiciones tan
      inquietantes como la ciudad rica y protegida, la de la
      privacidad y la ciudad de las grandes zonas duras de la
      marginación y la multiplicidad racial. Aparecen
      así, nuevas fronteras, similares a las nacionales, donde
      las economías informales y el cuentapropismo funcionan
      de manera similar.
    2. Traslados y caminos: ciudades y medios, contingentes
      de migraciones externas e internas, trabajadores golondrinas
      seguidores de cosechas… La cultura de los caminos esta
      fuertemente arraigada en la realidad. Y eso empieza a
      traducirse en nuestras representaciones (libros,
      películas, música). Hasta hoy, los
      latinoamericanos no teníamos un genero comparable a la
      "roadmovie" estadounidense. Pero esto es otra cosa, "somos lo
      que viajamos", la fijación de la identidad se da en el
      propio traslado. Ford utiliza el termino "Homo
      Viator"
    3. La fragmentación de los públicos:
      presencia de "consumidores nomádicos" y
      fragmentación en el propio uso del medio. Por un lado
      conforma un fuerte crecimiento de la pluralidad cultural, por
      otro es parte también de una estrategia
      transnacional. No debe confundirse esta diversificación
      con una diversificación política y
      democrática
    4. Las expansiones culturales: esa ciudad marginal y
      fragmentada, ciudad subterránea y oscura cruza cualquier
      límite. La experiencia cultural de los migrantes
      latinoamericanos en EEUU es un punto de referencia cada vez mas
      fuerte en nuestro continente. Hay momentos en los que se
      podría hablar de "procesos de chicanización o
      newyorkanización" de la cultura latina.

    Todos estos "procesos de expansión
    simbólica" son captados de manera realmente nueva en la
    cultura de nuestra generación, que ya hemos integrado a
    nuestros proyectos la
    crisis, la
    incertidumbre, el peligro cotidiano, la negociación y el cruce entre lo autentico y
    lo construido. El trastorno de todo esos campos va conformando
    nuestra identidad.

    6.
    Conclusión

    Parecemos volver al principio, pero con un largo camino
    recorrido.

    Queda claro que la situación descripta en muchos aspectos
    es "inmejorablemente negativa" para la gesta de los procesos de
    creación, construcción, comercialización y
    retroalimentación de la cultura en
    América Latina.
    Cuando al principio "jugábamos a adivinar" con la hipótesis de una América unida, de
    un viejo sueño de liberación colectiva,
    tomábamos como referencia una etapa histórica de
    oposiciones tajantes y claras.
    Aborigen o Europeo en la conquista, Colonia o Nación
    durante el s XIX, Liberación o Dependencia en el XX. Hoy
    sabemos que las luchas inscriptas en esas oposiciones no fueron
    exitosas, porque no fueron constructivas. Porque plantearon la
    aniquilación de un enemigo común, no el surgimiento
    como espacio potencial de identidades compartidas.
    Por supuesto que decisiones mas concretas en el terreno de lo
    político – económico facilitarían esa tarea
    de integración y crecimiento.
    Pero ya no existe la posibilidad de apoyarse en esas oposiciones
    anteriores.
    Este trabajo que esta concluyendo, sin ir mas lejos, ha tendido a
    destruirlas, desenmascararlas, saber que hay de autentico y que
    de mítico e irracional.
    Apelar a esas fuerzas – lo mítico y lo irracional digo –
    es tentador para las luchas populares. Pero pareciera no ser lo
    más efectivo.
    Aquí aparece, sin lugar a dudas, el mayor problema, que es
    también fundamental a la hora de implementar
    políticas culturales: nuestra esencia esta fuertemente
    regada con esos caracteres de la Europa antigua y
    de la América precolombina que, tan distintas en tanto, se
    parecían en eso. Eran sanguíneas, viscerales,
    trágicas…
    Habrá que andar a cuestas con esa cruz. Y escuchar al
    Osvaldo Soriano, representante si los hay de la cultura popular
    en la Argentina.
    "¿Qué me queda de España a
    mí, hijo de Rípodas y Barcelona, nieto
    de Valencia y Pamplona, nacido por azar en los mares del sur?. Me
    queda – como a mis hermanos americanos – el
    espíritu de insumisión de aquel caballero andante
    siempre dispuesto a arremeter contra bribones y poderosos.
    (…)Me queda algo de talante anarquista de mi padre, que
    diseñaba aparatos extraños para explorar galaxias
    desconocidas; tengo algo de entereza para aceptar la adversidad;
    algo de aquel abuelo que fue azote de caminos y cayó en
    Valencia(…). Con elle o con ye, de vos o de tú, con eses
    apaciguadas y zetas disimuladas. Poco importa. Vosotros, ustedes,
    nosotros: Quijote, Sancho, Buendía, Cruz, Paramo, Larsen,
    Atahualpa, Erdosain… las mil encarnaciones de una identidad
    fragmentada y difusa que es el retrato de todas las otras, aunque
    ya no tiene deudas con nadie."

    7. Bibliografía
    Utilizada

    Amado, Jorge. "Un inmenso lecho de amor" en
    "Ibero América, una comunidad".
    Diario Clarín, Suplemento Especial. Buenos Aires,
    julio de 1991.
    Ford, Aníbal. "De la aldea global al conventillo global"
    en "Navegaciones". Buenos Aires, Ed. Amorrortu, 1994.
    Fuentes,
    Carlos. "El nuevo encuentro comienza hoy" en "Ibero
    América, una comunidad". Diario Clarín, Suplemento
    Especial. Buenos Aires, 1991.
    García Canclini, Néstor. "Políticas
    Culturales: de las identidades nacionales al espacio
    latinoamericano". México, Ed. CONACULTA, 1993.
    García Canclini, Néstor. "Vanguardias
    artísticas y Cultura Popular" en "Transformaciones,
    enciclopedia de los grandes fenómenos de nuestro tiempo".
    Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1973.
    Gettino, Octavio. "El mercado audiovisual latinoamericano" en
    "Voces y Cultura: Cine Identidad y Cultura". Madrid,
    Fundación Santa María, 1998.
    Roncagliolo, Rafael. "Antecedentes del Encuentro Regional de
    Políticas Culturales Audiovisuales en América
    Latina y el Caribe" en "Voces y Cultura: El Imperialismo
    Cultural a finales del siglo XX". Madrid, Fundación Santa
    María, 1992.
    Soriano, Osvaldo. "España en la utopía americana"
    en "Ibero América, una comunidad". Diario Clarín,
    Suplemento Especial. Buenos Aires, julio de 1991.
    Yúdice, George. "La industria de la música en la
    integración América Latina –
    Estados
    Unidos". San Diego, The Cominication Review, 1995.
     

     

     

    Autor:

    Juan Manuel Mascaró

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