Indice
1.
¿Por qué nacen las guerrillas en
Colombia?
2. Los cambios mundiales y los primeros
procesos de paz
3. La negociación
política, la guerra y la encrucijada
1. ¿Por qué
nacen las guerrillas en Colombia?
Durante la década de los años sesenta
aparecieron en Colombia las
guerrillas revolucionarias con un discurso de
revolución
social y una estrategia de
lucha armada para tomarse el poder. La
lucha armada como tal había sido una tradición
política
en la historia del
país, desde las numerosas guerras
civiles del siglo XIX hasta la de los años 50 llamada la
"violencia
liberal-conservadora", tradición en la que el tratamiento
de los conflictos
políticos y sociales ha estado mediado
por la violencia,
ante la disgregación y desarticulación de un
Estado
Nacional en formación y la debilidad y casi inexistencia
de una sociedad civil
que no acababa de conformarse e irrumpir como elemento activo en
el escenario político nacional.
Pero si bien es cierto que la violencia iniciada por las
guerrillas revolucionarias de los años 60 y 70, si
tenía raíces y líneas de continuidad con la
última guerra civil
(1948-1960), presentaba componentes nuevos que la hacían
diferente a las anteriores: inspiración de un programa
socialista, lucha por la derrota del capitalismo y
el imperialismo y
la instauración del "reino de la libertad",
influencia que recibieron del antiguo campo socialista y desde el
marxismo desde
varias de sus vertientes. Identificadas en mayor o menor medida
con un paradigma
internacional de socialismo
aparecieron unas tras otras, las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC) en 1964, luego del bombardeo a las supuestas
"repúblicas independientes", donde pernotaban reductos de
las guerrillas liberales de los años 50 y que se alienaron
con el bloque Soviético; El Ejercito de Liberación
Nacional (ELN) en 1965, construido según el foco
guerrillero Guevarista, cuyo referente internacional fue la
revolución
Cubana y que se fortaleció con la presencia en sus
filas del cura Camilo Torres Restrepo y otros sacerdotes
comprometidos con las causas populares; y el Ejercito Popular de
Liberación (EPL), producto de la
ruptura del Partido Comunista y bajo la influencia del conflicto
Chino-Soviético de esos años (1967); Más
tarde en 1974 surge el M-19,(Movimiento 19
de Abril) como consecuencia del fraude electoral
del que fue objeto el candidato de la ANAPO (Alianza Nacional
Popular), General Gustavo Rojas Pinilla y que hizo llegar a la
presidencia a Misael Pastrana Borrero(Padre de Andrés
Pastrana), estas guerrillas de carácter
urbano y banderas nacionalistas, expresión de sectores
medios e
ideológicamente más identificadas con la
Socialdemocracia que con el marxismo
leninismo.
Podemos afirmar que el escenario y las causas que
originaron la existencia de estas guerrillas fueron:
- La exclusión política manifiesta
en el Frente Nacional, pues para solucionar el conflicto
entre liberales y conservadores que originó la violencia
de los años 50 y que dejó más de 300.000
muertos, se le cerraron las posibilidades de acción
política y de acceso al poder a
otras opciones diferentes, lo que permitió que se
consolidará el bipartidismo liberal-conservador y
llevó al monopolio de
los espacios políticos públicos del Estado a
estos dos partidos tradicionales, expresión de los
propietarios criollos del capital y de
la
tierra.(llamados la oligarquía). - La exclusión-represión violenta desde
el aparato del Estado de las aspiraciones de la
participación política y reivindicación
social de la población. - El transito de las formas tradicionales de propiedad y
producción campesina al desarrollo
capitalista de la agricultura
para exportación, mediado por la
expropiación violenta de la tierra
campesina y la consecuente proletarización de sectores
rurales. - La ausencia total de Estado social en las zonas de
colonización, las cuales se comienzan a poblar por
vía del hacha y el machete. - El agotamiento de la primera fase la
industrialización nacional realizada de manera
relativamente autónoma por una incipiente
burguesía y que ahora daba paso a la
transnacionalización de la producción fabril con la expansión
del capital,
produciéndose un crecimiento moderado de la clase obrera
industrial y una actividad permanente de agitación y
reivindicaciones laborales. - La consecuente transformación de un
país pastoril y campesino en una sociedad
urbana, atravesada por las carencias del atraso y la
industrialización dependiente y por los conflictos
sociales de los sectores urbanos en formación, entre los
cuales los migrantes campesinos constituían ya los
cinturones de miseria de las grandes ciudades. - La formación de unas capas medias urbanas
intelectuales (liberales radicales), con aspiraciones
democráticas que la exclusión política los
acosó a optar por la lucha guerrillera, como medio para
hacer política. - La influencia que como efecto de demostración
tuvo la Revolución Cubana sobre toda América
Latina, su proyecto
socialista y su inclaudicable lucha
anti-imperialista.
Así todas estas guerrillas nacen y se desarrollan
en toda la geografía nacional,
durante 3 décadas.
2. Los cambios mundiales y
los primeros procesos de
paz
El derrumbe de la experiencia socialista de la Europa oriental,
la disolución de la Unión Soviética y la
consecuente desaparición del llamado campo socialista
cierran la época iniciada en octubre de 1917 y una
vía para la construcción del socialismo. No se
trata del fin de la historia ni del triunfo del
capitalismo,
pero profundiza la crisis de los
paradigmas,
teorías, proyectos,
conceptos, instituciones
y formas tradicionales de pensar y hacer el socialismo y el
cambio
social.
Igualmente, irrumpe con gran fuerza el
narcotráfico en la vida del país,
permeando con el poder del dinero a todas
las esferas de la vida nacional y poniéndose del lado de
los actores armados que le convengan según sea sus
intereses, igualmente, con el narcotráfico se fortalecieron las nacientes
autodefensas del magdalena medio que a la postre se convirtieron
y masificaron, lo que hoy conocemos como los grupos
paramilitares. Estas realidades hacen que parte de las guerrillas
opten por iniciar un proceso de
reconciliación y que planten la realización de la
Asamblea Nacional Constituyente. Es así como a inicios de
los años 90 inician el proceso de paz y se desmovilizan el
M-19, el EPL, el PRT, el Quintín Lame y más
adelante la Corriente de Renovación Socialista. Estos
grupos de
insurgentes no plantearon la negociación de las causas que han generado
el conflicto armado, sino que vieron en la negociación política la posibilidad
de transitar de la lucha armada a la lucha política y que
ésta era el medio para lograr las reformas necesarias para
construir un nuevo proyecto de
nación.
Se desmovilizaron cerca de 5.000 hombres armados y se
han posibilitado experiencias de carácter
político, gobernabilidades democráticas y sociales
que han contribuido a la democratización de las costumbres
políticas, de fortalecimiento de procesos
sociales y a la construcción de sociedad civil
actuante.
3. La negociación
política, la guerra y la
encrucijada
Desde inicios de la década de los 90, tanto la
insurgencia como el mismo Estado se dieron cuenta que ni los
primeros se tomarán el poder por la vía armada, ni
que el Estado
podía derrotar a las guerrillas, por lo tanto el conflicto
se resuelve por vía de la negociación
política. Ahora la lucha es quien llega más fuerte
a la mesa para poder lograr más concesiones o para poder
dar menos y/o derrotarlos en la mesa, para lo cual todos los
actores armados han acudido hasta a la barbarie con tal de
fortalecerse, de dominar o conquistar territorios o hacer poner
de su lado a amplios sectores de la sociedad, es
decir se profundizó el degradamiento del conflicto, lo que
traído como consecuencia a cerca de 2 millones de personas
desplazadas, centenares de masacres, asesinatos, secuestros,
desapariciones, impuestos de
guerra legales e ilegales, etc..
Con las FARC:
Después de varios intentos fallidos de sentarse a
la mesa, desde Cravo norte y Caracas en 1991 y desde la
desintegración de la Coordinadora Guerrillera, en tiempos
del deslegitimado gobierno de
Samper y en medio de la campaña electoral a la
presidencia, Andrés Pastrana -hijo de aquel patricio que
"ganó" las elecciones el histórico 19 de abril de
1970- se reunió con Manuel Marulanda y con el mono Jojoy,
lo que posibilitó el compromiso de iniciar un proceso de
negociación con las FARC y al mismo tiempo la foto le
permitió ganarle en la segunda vuelta al candidato liberal
prosamperista Horacio Serpa.
En enero de 1999, se instala la mesa de negociaciones
con este grupo
insurgente, previa declataratoria de zona de distensión en
5 municipios del sur del país. Podemos afirmar que este
proceso ha tenido sus altibajos, enunciémoslos:
En lo negativo:
- El esquema de negociar en medio del conflicto hace
crisis, pues
ambos actores hablan de paz en la mesa y hacen la guerra en la
práctica. - Lo anterior ha hecho que sectores amplios de la
sociedad colombiana pierdan las esperanzas en la
negociación. - Después de 2 años se ha producido un
solo acuerdos concreto de
los 10 puntos de la agenda común. - El esquema está diseñado para
negociación de élites (FARC-Gobierno) y la
sociedad civil no cuenta, sólo en las audiencias
públicas, pero en la negociación misma
no. - Los tiempos de ambos actores son totalmente
incompatibles, mientras el gobierno juega con el tiempo de su
mandato, las FARC no tienen afán de nada. - Los abusos a la población civil y las autoridades locales
por parte de las FARC en la zona de distensión ha tenido
un efecto en amplios sectores de la sociedad colombiana de no
permitir nuevas zonas del territorio para las negociaciones de
paz.
En lo positivo:
- Se construyó colectivamente una
agenda - Se firmó recientemente el acuerdo humanitario
que posibilitó la liberación de algunos
militares, policías y guerrilleros. Este acuerdo da
confianza, crea un buen ambiente en
la opinión
pública y recobra la confianza en los procesos de
paz. - Se han realizado las audiencias públicas con
amplia participación - La sociedad civil y el gobierno han interlocutado
permanentemente con las FARC. - Se ha logrado el apoyo de la comunidad
internacional - Se ha avanzado en la discusión sobre
paramilitarismo, cese al fuego y acuerdo
humanitario. - Las FARC ha destinado un buen número de
comandantes y de combatientes al tema de la negociación,
lo que es un signo positivo.
Con el Ejercito de Liberación Nacional (ELN):
En el Gobierno de Samper el ELN, había logrado un buen
acercamiento propicio para iniciar el proceso de
Convención Nacional y negociaciones, pero aquello del
cristianismo
que subyace en esta organización insurgente los llevó a
decidir que con ese gobierno "corrupto e ilegítimo" no
empezarían el proceso de paz.
No contaban los "elenos" conque en los primeros años del
gobierno Pastrana definiera priorizar el proceso con las FARC y
se les mirara como los "guerrilleros samperistas" a los cuales se
les restó importancia. Dos años después a
punta de secuestros masivos y terrorismo en
las torres de energía los elenos se hacen escuchar, claro
que el gobierno veía que con las FARC el proceso iba para
largo y posiblemente con el ELN sería la posibilidad de
mostrar resultados en este cuatrenio.
Lo anterior estuvo precedido de las reuniones del ELN con
representantes de la sociedad civil en Maguncia(Alemania) y en
La Puerta del Cielo(España),
donde se discutió la viabilidad del proceso de paz y se
habló sobre el acuerdo humanitario.
Cuando ya había un preacuerdo sobre la zona de encuentro
entre el ELN, el Gobierno Nacional y el grupo de
amigos de este
proceso, empiezan las manifestaciones en contra de esa
decisión por parte de las comunidades del Magdalena Medio
lideradas por "Asocipaz", paralelamente los grupos paramilitares
anunciaron que no permitirían esta zona de encuentro.
Muchos han sido los ires y venires entre el Comando Central
(Coce) de este grupo insurgente, representantes de la sociedad
civil, de los países amigos de este proceso y del mismo
Gobierno Nacional, pero no se ha podido empezar esta experiencia
que pinta diferente a las de las FARC, que posibilita la
participación directa de la sociedad civil, que propone un
cese al fuego y acuerdo humanitario al empezar y que se plantea
más corta en el tiempo.
Con la Sociedad civil
En la última década se ha venido configurando civil
muy interesada en posibilitar la negociación
política y apoyar los procesos en contra de la violencia y
a favor de la salida negociada; sin embargo no podemos afirmar
que la sociedad civil sea una sola o que algún sector de
la sociedad civil la represente, es más algunos sectores
de la sociedad civil están comprometidos con la guerra o
con alguno de los actores armados.
Desde las perspectivas de los actores del conflicto la sociedad
civil sólo existe para "ponerle pueblo a la paz" o para
que ellos la representen, pero en los esquemas de
negociación tienen un papel muy
secundario, quizás donde se valora y se le da más
protagonismo es en la propuesta de Convención Nacional del
ELN, además por la atomización de ésta no
hay una agenda común para proponerle a los actores de las
mesas de negociación.
La negociación política del conflicto
armado es una necesidad de la sociedad colombiana, pero negociar
significa transformar las condiciones que lo han generado y las
que actualmente lo sostienen, lo que significa:
- Una reforma política que de a todas las
opciones condiciones de igualdad,
que transforme el Estado y
las costumbres políticas. - Adoptar un modelo de
desarrollo
económico fundamentado en el ser humano y no en la
ganancia y usura. - Garantizar el Estado de bienestar para toda la
población: Salud, educación, empleo,
vivienda, recreación, dignidad. - Desmovilizar todos los grupos armados legales e
ilegales y adoptar un nuevo esquema de seguridad
ciudadana de carácter civilista.
Desde el movimiento
social por la paz y desde todas y cada una de las instituciones
que la conformamos estamos trabajando sin prisa pero sin pausa
por construir y aportar a todos estos procesos de paz desde la
ciudadanía, lo que implica la construcción de un
proyecto de nación
desde la civilidad, con justicia
social y soberanía popular.
Bucaramanga – Colombia Junio 13 del 2.001
Autor:
Luis Alberto Cabeza Espinel
Catedrático Universitario
Sociólogo – Investigador Social
Director Ejecutivo Regional Corporación Nuevo Arco
Iris
Miembro de la Coordinación Colegiada Mesa Departamental
de paz