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LA PRODUCCIÓN




Enviado por no_doubt94



    Indice
    1.
    Productividad

    2. El Concepto Económico De
    Coste

    3. Los Costes A Corto
    Plazo

    4. Beneficios En Libre
    Competencia

    5. Los Ingresos De La Empresa En Libre
    Competencia

    6. La Empresa Y El
    Empresario

    7. La función de
    producción

    1. Productividad

    Las empresas son los
    agentes económicos que transforman los factores de
    producción en bienes y
    servicios.
    Vamos a estudiar ahora cómo se realiza ese proceso de
    transformación, pero no en sus características técnicas
    sino en sus aspectos económicos.
    Para cualquier proceso
    productivo se utilizan los factores en diferentes proporciones
    según el bien de que se trate. La producción total de una empresa es el
    resultado de la conjunción de todos los factores
    productivos. Si se aumenta la cantidad aportada de todos los
    factores, la producción aumentará indefinidamente.
    Pero si se mantiene igual la cantidad aplicada de todos los
    factores y se empieza a aumentar la cantidad de sólo un
    factor, la producción total aumentará cada vez
    más lentamente hasta dejar de crecer. Esta es la que se
    conoce como ley de los
    rendimientos decrecientes.
    Para estudiar el funcionamiento de las empresas, el
    análisis económico neoclásico
    utiliza el concepto de
    producto o
    productividad
    marginal, el aumento en la producción que se consigue
    añadiendo una unidad más de un factor. La idea es
    similar a la de utilidad marginal
    que hemos visto al estudiar a los consumidores y también
    en este caso la productividad marginal resulta ser decreciente.
    La figura describe el aumento en la producción que se
    consigue aplicando cantidades crecientes de un sólo
    factor; el crecimiento es rápido al principio,
    después se hace más lento hasta llegar a un
    máximo a partir del cuál empieza a disminuir. La
    productividad marginal o rendimiento del factor es decreciente
    desde el principio y, cuando la producción total empieza a
    decrecer, llega a ser negativa.
    Supongamos que en una empresa se
    mantienen constantes las instalaciones, la maquinaria, la
    cantidad de materias primas aplicadas y la cantidad de
    energía contratada, pero que empezamos a aumentar el
    número de trabajadores. Al principio la producción
    aumentará, pero llegará un momento en que, por
    muchos trabajadores nuevos que entren, no se conseguirá
    aumentar la producción ni siquiera en una unidad; incluso
    es posible que un mayor número de trabajadores sólo
    sirva para estorbar a los demás impidiéndoles
    trabajar de forma eficiente por lo que se reduciría la
    producción total. Es decir, debido a la ley de los
    rendimientos decrecientes, la productividad marginal del trabajo,
    al igual que la de cualquier otro factor, decrece hasta hacerse
    nula e incluso negativa.

    2. El Concepto
    Económico De Coste

    Antes de clasificar los diferentes tipos de costes que
    tienen las empresas conviene aclarar el concepto económico
    de coste que es algo diferente de lo que se entiende normalmente
    ya que incluye el coste de oportunidad. El coste de oportunidad
    es el valor que se
    pudiera haber obtenido con una dedicación diferente de los
    recursos.
    Supongamos que un pequeño comerciante invierte sus
    ahorros, pongamos 1 millón de euros, en un pequeño
    comercio.
    Aunque contrata un dependiente, él mismo lleva
    directamente el negocio y dedica el día entero a su
    administración. Al final de año,
    cuando hace sus cuentas observa
    que ha tenido unos ingresos de
    50.000 euros y contabiliza como costes los 25.000 euros de
    mercancías que ha comprado y los 10.000 euros que ha
    cobrado el dependiente. El resto, 15.000 euros, lo considera
    beneficio y se lo lleva a su casa. Sus cuentas son las
    descritas en el cuadro. 

    LAS CUENTAS DEL TENDERO

    Ingresos

    50.000 €

    Costes

    Mercancías

    25.000 €

    Nóminas

    10.000 €

    Total costes

    35.000 €

    Beneficios

    15.000 €

    Sin embargo el comerciante no ha tenido en cuenta los
    costes de oportunidad. Si con sus ahorros, en vez de comprar el
    local, hubiera comprado Letras del Tesoro al 5% estaría
    obteniendo un rendimiento de 50.000 euros, rendimiento al que
    está renunciando y que hay que contabilizar como un coste
    de la tienda. Además, su trabajo como administrador de
    la tienda también merece un sueldo; otra empresa
    podría contratarlo y pagarle 15.000 euros por realizar un
    trabajo similar, de forma que al dedicar su tiempo a su
    negocio está renunciando a dicho sueldo. Utilizando el
    concepto económico de coste hay que hacer las cuentas como
    se recoge en el cuadro adjunto.

    LAS CUENTAS DEL ECONOMISTA

    Ingresos

    50.000 €

    Costes corrientes

    Mercancías

    25.000 €

    Nóminas

    10.000 €

    Costes de oportunidad

    Intereses del capital

    50.000 €

    Sueldo del empresario

    15.000 €

    Total costes

    100.000 €

    Beneficios (pérdidas)

    (50.000) €

    3. Los Costes A Corto Plazo

    Otra forma de analizar los costes es considerar la
    posibilidad que tiene el empresario de controlarlos. Las
    instalaciones de una empresa, por
    ejemplo, no pueden ser modificadas a corto plazo. Si hay que
    aumentar o disminuir circunstancialmente la producción, lo
    que se podrá modificar es otro tipo de factores;
    quizá habrá que "echar" unas horas extraordinarias
    o variar el consumo de
    energía o de materias primas.
    Por tanto conviene distinguir entre costes fijos, los de los
    factores que sólo se pueden modificar a largo plazo, y
    costes variables, los
    que tienen flexibilidad para adaptarse a las circunstancias
    cambiantes a corto plazo. Los costes totales son el resultado de
    la suma de ambos. El gráfico superior en la figura
    muestra una
    representación de los costes para diferentes cantidades
    producidas.
    Los costes fijos son representados mediante una línea
    horizontal ya que sea cual sea la cantidad producida, su
    cuantía es siempre la misma; incluso cuando la
    producción es cero los costes fijos no varían.
    Piénsese como ejemplo de costes fijos en los intereses que
    la empresa
    tiene que pagar a un banco por un
    préstamo: sea cual sea la cantidad producida por la empresa la
    cuantía de dichos intereses no variará; ni siquiera
    cuando la producción sea cero.

    Los costes variables, en
    cambio, son
    nulos cuando no hay producción. Al principio crecen muy
    rápidamente pero para cantidades altas de producto,
    aumentar en algunas unidades la producción no implica
    grandes diferencias en el coste.
    Cuando la producción es cero los costes totales coinciden
    con los costes fijos. A partir de ese punto, la forma
    gráfica que representa los costes totales es igual a la de
    los costes variables salvo que desplazada hacia arriba en una
    distancia igual a los costes fijos.
    Para calcular el coste de cada unidad de producto se estiman los
    costes medios: los
    costes totales medios son el
    resultado de dividir los costes totales por el número de
    unidades producidas; los costes variables medios son el resultado
    de dividir los costes variables por la cantidad producida; de
    igual forma se pueden calcular los costes fijos medios. Pero en
    realidad no todas las unidades producidas han costado lo mismo.
    Por la ley de los rendimientos decrecientes es normal que cada
    unidad adicional que se produzca cueste más que la
    anterior. El coste marginal mide el coste de la última
    unidad producida.

    4. Beneficios En Libre
    Competencia

    El beneficio normal, como hemos visto, está
    incluido en los costes: es el coste de oportunidad, lo que se
    podría obtener destinando los recursos a otra
    industria.
    Pero puede haber también beneficios extraordinarios,
    cuando los ingresos totales
    superan a los costes totales. En la figura se muestran los
    ingresos totales como el rectángulo en el que la base es
    la cantidad de unidades producidas y la altura es el precio a que
    se han vendido. Recuérdese que la cantidad producida, Q1,
    la decide el empresario teniendo en cuenta que el coste marginal
    tiene que ser igual al precio fijado
    por el mercado. Los
    costes totales se muestran como un rectángulo  con la
    misma base pero cuya altura es la de los costes totales medios
    para ese nivel de producción. El resto de los ingresos son
    beneficios extraordinarios.
    En el modelo
    teórico de los mercados de libre
    competencia, la
    existencia de beneficios extraordinarios se considera un episodio
    posible pero fugaz: como el modelo ignora
    la existencia de costes de transformación, tiene que
    suponer que los beneficios extraordinarios atraerían
    nuevas empresas que provocarían el aumento de la oferta y la
    disminución en los precios hasta
    que sólo hubiera beneficios normales, es decir, hasta que
    los ingresos totales igualasen a los costes totales.

    La Oferta De Una
    Empresa
    Todas las unidades que produzca una empresa en libre competencia
    podrán ser vendidas al precio de mercado, pero eso
    no garantiza en absoluto que la empresa obtenga beneficios.
    Aún cumpliéndose lo dicho es posible que el precio
    de mercado sea inferior a los costes totales medios e incluso a
    los costes variables medios. ¿Seguirá produciendo
    la empresa aunque no esté obteniendo beneficios? Pues
    sí, es posible que le convenga a corto plazo. Como los
    costes fijos no se pueden eliminar parando la producción,
    le interesará continuar funcionando mientras el precio de
    mercado sea superior al coste variable medio ya que así se
    cubrirán todos los costes variables y algo de los costes
    fijos. Sólo convendrá cerrar la empresa cuando no
    se puedan cubrir los costes de mantenerla en actividad.
    Por otra parte, el concepto económico de coste incluye los
    rendimientos "normales" del capital y del
    trabajo del empresario, es decir, los que obtendría en
    cualquier otra actividad. Por tanto, cuando los ingresos totales
    coincidan exactamente con los costes totales, habrá
    también beneficios, los beneficios "normales".
    En la figura se muestran las diferentes posibles situaciones de
    la empresa. El punto D representa el óptimo de
    explotación, donde el precio es igual al coste total medio
    y se está obteniendo el beneficio "normal". Precios
    superiores como el del punto E permiten la obtención de
    beneficios extraordinarios, superiores a los normales; son
    situaciones coyunturales, previsiblemente breves ya que, al
    observar la presencia de beneficios extraordinarios otras
    empresas entrarán en la industria
    aumentando así la producción total y disminuyendo
    el precio de mercado. El punto C representa esa situación
    en la que la empresa está incurriendo en pérdidas
    pero le conviene seguir produciendo ya que consigue cubrir todos
    los costes variables (los causados por mantener la actividad) y
    parte de los costes fijos. El punto de cierre de la empresa es el
    punto B. Por debajo de él, por ejemplo en el punto A,
    mantener la actividad de la empresa sería irracional ya
    que ni siquiera podrían cubrirse los costes
    variables.

    5. Los Ingresos De La
    Empresa En Libre Competencia

    Las empresas que producen para mercados en libre
    competencia no pueden influir sobre el precio. Como todos los
    productos de
    todas las empresas son homogéneos, si una empresa intenta
    vender a un precio superior al de sus competidores no lo
    conseguirá: los demandantes, que están
    perfectamente informados, son racionales y no tienen costes de
    transacción, no adquirirán ninguna unidad a un
    precio superior al de mercado. 

    Todas las unidades producidas se venden al mismo precio,
    al precio de mercado. El ingreso total de la empresa es el
    resultado de multiplicar el precio por el número de
    unidades producidas y vendidas.

    El ingreso marginal es el aumento de los ingresos
    totales cuando se vende una unidad de producto más. Como
    esta unidad es vendida al precio de mercado, para una empresa en
    libre competencia el ingreso marginal es igual al
    precio. 
    Los ingresos medios son el resultado de dividir los ingresos
    totales entre el número de unidades producidas; si todas
    las unidades se han vendido al mismo precio es evidente que el
    ingreso medio será igual al precio. 
    Más adelante veremos que en el caso del monopolio el
    ingreso marginal es diferente al ingreso medio y al
    precio.

    La empresa sabe, por tanto, a qué precio puede y
    tiene que vender sus productos.
    A la vista de ello decidirá que cantidad les
    conviene producir. Como las empresas tratan de maximizar sus
    beneficios, ninguna empresa producirá una unidad cuyo
    coste marginal resulte ser superior al ingreso marginal que pueda
    obtener por ella; en otras palabras, no se producirá
    ninguna unidad cuyo coste marginal sea superior al precio. Pero
    sí se seguirán produciendo unidades adicionales
    mientras que los costes marginales sean inferiores al precio.
    Resumiendo: la empresa producirá exactamente la cantidad
    para la que el coste marginal sea igual al ingreso marginal. Una
    consecuencia de esto es que si dibujásemos la curva de
    costes marginales de una empresa ¡Sería igual a su
    curva de oferta!

    La Elasticidad De La
    Oferta
    La curva de oferta de la empresa es por tanto un tramo de su
    curva de costes marginales, el tramo en el que los precios son
    superiores al del punto de cierre. Al igual que hicimos con la
    demanda
    debemos también considerar la elasticidad de la
    oferta, su sensibilidad ante las variaciones en el
    precio.

    El gráfico muestra
    las curvas de oferta de dos empresas. La oferta O1 es muy
    elástica: una pequeña bajada de precios (de
    Pa a Pb) provoca una gran disminución en la cantidad
    ofrecida (de Qa a Qb). La oferta O2, en cambio,
    es muy inelástica: grandes variaciones de precio (de
    Pc a Pd, por ejemplo) provocarán pequeñas
    variaciones en la cantidad ofrecida (de Qc a
    Qd).

    La oferta será elástica o
    inelástica según que las variaciones en la cantidad
    ofrecida sean mayores o menores proporcionalmente a las
    variaciones en los precios. Definida con más
    precisión, la elasticidad de la oferta es el porcentaje en
    que varía la cantidad ofrecida cuando el precio
    varía en un uno por ciento. Lo que se trata de medir de
    hecho es la capacidad de reacción de las empresas a las
    variaciones en los precios. La elasticidad de la oferta depende
    por tanto de las peculiaridades tecnológicas del proceso
    productivo, de la disponibilidad de factores necesarios para la
    producción, pero, sobre todo, del tiempo. Como a
    corto plazo las instalaciones no pueden variar, la oferta es muy
    rígida, y grandes variaciones en los precios no
    modificarán sensiblemente la cantidad ofrecida. Sin
    embargo a largo plazo la oferta resulta muy elástica, no
    sólo porque las empresas existentes pueden adaptarse a los
    nuevos precios sino porque puede que entren nuevas empresas, si
    el precio ha subido, o que cierren algunas, si el precio ha
    bajado.

    La Empresa A Largo Plazo
    Al contemplar el largo plazo en las empresas habrá que
    considerar que no hay costes fijos. A largo plazo, contrariamente
    a lo que vimos antes, la empresa puede ir adaptando todas sus
    instalaciones y su tamaño a sus necesidades productivas.
    Este
    punto de vista requiere sin embargo tener en cuenta las
    economías de escala.
    Hay algunos procesos
    productivos cuyas peculiaridades tecnológicas permiten
    que, conforme aumente el tamaño de la empresa, los costes
    medios a largo plazo vayan disminuyendo. Se dice entonces que se
    producen economías de escala. Eso no
    está en contradicción con la ley de los
    rendimientos decrecientes ya que ahora estamos hablando de
    aumentar la cantidad de todos los factores
    simultáneamente. Es el caso, por ejemplo, de las empresas
    eléctricas. Una pequeña empresa recién
    introducida tendrá que construir sus centrales generadoras
    y trazar el tendido para su distribución. Si el número de
    abonados es reducido, el coste de cada kilovatio
    resultaría prohibitivo. Conforme aumente el tamaño
    de la empresa, el número de abonados y la cantidad de
    kilowatios producidos, el coste de producción de cada
    kilovatio será menor. Si en una industria la tendencia a
    la disminución de los costes medios es indefinida o, en
    otras palabras, si cuanto mayor sea la empresa, sin límite
    alguno, su rentabilidad
    es mayor, habrá una fuerte tendencia a la
    concentración y absorción de empresas y, en fin, al
    monopolio. Es
    el caso de la industria de producción de electricidad, por
    ejemplo.
    Por el contrario, algunos tipos de
    empresa resultan más rentables si son pequeñas.
    Los costes de control
    administrativo, por ejemplo, pueden crecer más que
    proporcionalmente al aumentar el tamaño de la empresa. Se
    dice entonces que los rendimientos a escala son decrecientes o
    que se producen deseconomías de escala. Finalmente hay
    también otras industrias en las
    que los costes medios a largo plazo no varían por lo que
    sus rendimientos a escala son constantes. De éstas se
    dirá que no tienen economías de escala.

    6. La Empresa Y El
    Empresario

    En el momento de crear una empresa, el promotor tiene
    que decidir su tamaño. Los objetivos son,
    presuntamente, la maximización de beneficios a corto y a
    largo plazo. A corto plazo el problema se resuelve creando una
    estructura que
    haga coincidir el punto más bajo de la curva de costes
    totales medios con el precio del producto. A largo plazo la
    empresa deberá mostrar suficiente flexibilidad para,
    modificando su tamaño y estructura,
    desplazar su curva de costes de forma que se permanezca el mayor
    tiempo posible con beneficios máximos.

    Este modelo ha sido criticado por su alejamiento del
    mundo real, de las razones que declaran los empresarios utilizar
    en la adopción
    de decisiones. En la realidad la información disponible por el empresario
    sobre la evolución futura del mercado es tan escasa
    que no pueden adoptarse decisiones maximizadoras. Los riesgos son tan
    altos que el objetivo
    principal pasa a ser la seguridad.
    Un enfoque teórico alternativo consiste en contemplar a la
    empresa como un individuo que lucha por su supervivencia en un
    ambiente
    ecológico fluctuante. En esas circunstancias el arma de
    defensa principal es la flexibilidad de la
    organización interna, su capacidad de disponer de
    información suficiente sobre las cambiantes
    circunstancias el mercado, su capacidad para asimilar esa
    información y adoptar rápidamente decisiones
    consecuentes.

    Según este enfoque, el cambio en el mundo
    económico tendría características similares al mundo
    biológico: la evolución estaría sometida a las
    leyes
    darwinistas según las cuales sobreviviría la
    empresa mejor adaptada al entorno. Las empresas jóvenes
    tratarían de emular a las empresas de éxito
    imitando sus características sobresalientes y
    contribuyendo así a "subir el listón".
    Debemos por tanto considerar quién y cómo adopta
    las decisiones en las empresas. Está claro que las
    decisiones las toman los individuos que dirigen las empresas pero
    ¿Quiénes son estos individuos y cuáles son
    sus objetivos? La
    teoría
    económica tradicional considera, como hemos dicho, que las
    empresas tratan de maximizar sus beneficios. Pero para que esto
    sea indiscutible es necesario que, como ocurría antes, los
    propietarios de las empresas sean los mismos que los
    administradores.
    El empresario del siglo pasado asumía tres tipos de
    actividades: el empresario emprendedor que toma la iniciativa de
    crear una empresa, el empresario capitalista que aporta los
    medios necesarios para llevarla a cabo y el empresario administrador que
    gestiona la empresa que ha creado. Aunque en la pequeña y
    mediana empresa ese tipo multifacético de empresario sigue
    existiendo, en las grandes empresas esas tres funciones las
    realizan individuos que muy frecuentemente no se conocen entre
    sí. Las iniciativas emprendedoras son estudiadas y
    analizadas por las divisiones de planificación y marketing, los
    propietarios de las acciones
    pueden incluso ignorar cuál es la actividad principal de
    la empresa, y los administradores pueden haber sido contratados
    simplemente por tener una brillante trayectoria profesional en
    otras empresas.

    Cada vez es más frecuente, y sobre todo en las
    grandes empresas, que los propietarios sean un gran número
    de pequeños accionistas sin ninguna capacidad de
    decisión. Incluso los consejos de administración, formados por los
    accionistas más importantes aunque minoritarios,
    cederán la gestión
    cotidiana a consejeros delegados, gerentes y a técnicos
    con un título de Master en
    Dirección de Empresas.

    En los últimos tiempos han salido a la luz
    pública las diferencias de opinión existentes entre
    los propietarios y los gerentes de algunas grandes empresas. De
    hecho es muy posible que el gerente
    esté más interesado en conseguir poder o
    prestigio que beneficios. El poder y el
    prestigio pueden conseguirse haciendo que la empresa aumente de
    tamaño, gane cuotas de mercado, aunque para ello se deban
    sacrificar los dividendos que se reparten.
    Se supone que los accionistas o el consejo de
    administración pueden cambiar en cualquier momento al
    gerente que no
    trabaje por sus intereses, y así sucede en ocasiones como
    sabemos. Incluso una empresa que no esté siendo bien
    administrada puede ser objeto de absorción por otra. Hay
    de hecho en la actualidad empresas especializadas en apoderarse
    de otras mal administradas, cambiar a los gerentes, reflotarlas y
    revenderlas con impresionantes beneficios. Pero la influencia de
    los intereses de los gerentes en la adopción
    de decisiones en la empresa es un hecho que debe ser tenido en
    cuenta.

    La Organización De Las Empresas

    La forma más simple de empresa es la individual o
    familiar. El empresario aporta su capital y su
    trabajo, contrata otros factores, busca financiación
    adicional y organiza las relaciones entre los factores en el
    interior de su empresa. A cambio de ello se apropia del excedente
    o beneficio que pudiera producirse.
    La responsabilidad es ilimitada lo que quiere decir
    que todos sus bienes
    personales actúan como garantía de los compromisos
    que contraiga. Este tipo de empresa, al ser transmisible por
    herencia,
    permite una cierta acumulación capitalista y la
    adquisición de conocimientos empresariales, pero la
    capacidad de crédito
    en estas circunstancias es necesariamente reducida y la
    fórmula sólo puede ser válida para
    pequeñas empresas.
    Una primera solución para conseguir mayor capacidad
    financiera es la sociedad
    colectiva. Está formada por varios socios que aportan sus
    capitales respondiendo todos ellos de forma ilimitada con todos
    sus bienes. Cada vez que un socio fallece o decide abandonar, la
    empresa queda disuelta y debe volver a formarse de nuevo. Las
    sociedades en
    comandita están formadas por dos tipos de socios, los
    colectivos, con responsabilidad ilimitada y los comanditarios,
    cuya responsabilidad se limita a su aportación de capital.
    Estos dos tipos de
    empresa son en la actualidad muy poco frecuentes.

    Las sociedades
    cooperativas
    están formadas por los propios trabajadores que aportan el
    capital necesario, el llamado fondo social. La
    administración y gestión
    la suelen llevar también los mismos socios.
    En las sociedades de responsabilidad limitada las deudas que se
    contraigan estarán respaldadas sólo por el capital
    social que hayan aportado sus socios pero, a diferencia de las
    sociedades
    anónimas, tienen establecidas ciertas limitaciones en
    la transmisión de la propiedad y en
    el tamaño de la empresa. Es una figura pensada para
    pequeñas y medianas empresas y que recibe por tanto un
    tratamiento fiscal
    más favorable que las sociedades
    anónimas.

    La empresa capitalista moderna por excelencia es la
    sociedad
    anónima. En ésta el capital está
    repartido en partes alícuotas que se llaman acciones. Cada
    propietario responde sólo con el capital que haya aportado
    y puede vender y transmitir sus acciones sin que la marcha de la
    empresa se vea afectada. Este tipo de organización permite la
    concentración de capitales imprescindible para las grandes
    corporaciones modernas. El principal problema que plantean es el
    derivado de la separación entre la propiedad y la
    dirección.

    Las sociedades anónimas están presididas
    por un Consejo de Administración que es elegido por la
    Junta General de Accionistas. Los consejeros suelen ser grandes
    accionistas de la sociedad pero
    como es muy frecuente que el capital social esté muy
    repartido, es posible que la suma de las acciones poseídas
    por los miembros del Consejo represente sólo una
    pequeña parte del capital. A su vez, el Consejo de
    Administración suele encargar la gestión de la
    empresa a consejeros delegados, gerentes, etc.

    Finalmente, Las empresas públicas, que pueden o
    no tener la forma de sociedad
    anónima, son aquellas en las que al menos parte de su
    capital pertenece a alguna corporación de Derecho
    público. La participación pública se
    justifica por motivos de interés
    general (p.e. prestación de servicios
    públicos), económicos (p.e. insuficiencia de
    iniciativa privada), o sociales (p.e. lucha contra el
    paro).

    7. La función de
    producción

    La tecnología y la
    empresa.
    En la mayoría de los procesos
    productivos se utilizan todos los factores de producción,
    si bien la proporción en que intervienen puede variar de
    forma bastante apreciable, siempre dentro de las posibilidades
    que ofrezca la tecnología
    disponible.
    Por tecnología se entiende el estado de
    los conocimientos técnicos de la sociedad en un momento
    determinado. En el caso de la empresa, la tecnología se
    representa por la función de
    producción.
    La función de producción de una empresa muestra la
    cantidad máxima de producto que se puede obtener con una
    cantidad dada de factores productivos.
    Hay miles de funciones de
    producción diferentes, al menos una por cada empresa y
    producto, ya que éstas representan combinaciones de
    factores (maquinaria, trabajo, etc.). Los distintos valores
    indicativos de las cantidades de factores empleadas y de
    productos obtenidos reflejan la tecnología disponible y
    definen la función de producción. Las empresas que
    opten por las mejores combinaciones de factores obtendrán
    los mejores resultados.
    La función de producción recoge el hecho de que los
    responsables técnicos de las empresas tratan de alcanzar
    la cantidad máxima posible de producto final, con una
    cantidad dada de factores. Si se produce un avance en los
    conocimientos técnicos se obtendrá una mayor
    cantidad de producto con la misma cantidad de factores, de forma
    que la función de producción
    cambiará. 

    La producción y el corto plazo.
    Muchos de los factores que se emplean en la producción de
    un bien son bienes de capital, tales como maquinarias y
    edificios. Si quisiéramos aumentar la producción
    rápidamente, algunos de estos factores no podrían
    incrementarse en el corto plazo – es decir,
    permanecerían fijos – y sólo sería
    posible aumentar la producción con mayores cantidades de
    factores, como el trabajo,
    cuya adquisición en mayores cantidades sí resulta
    factible en un breve período de tiempo.
    El corto plazo es un período de tiempo a lo largo del cual
    no pueden variar algunos de los factores que se denominan fijos.
    La empresa sí puede ajustar los factores variables,
    incluso a corto plazo.
    El producto total es la cantidad de producción que se
    obtiene para diferentes niveles de trabajo.
    El producto medio o productividad es el cociente entre el nivel
    total de producción y la cantidad de un factor utilizada,
    e indica el nivel de producción que obtiene la empresa por
    unidad de factor empleada.
    El producto medio o productividad se utiliza frecuentemente como
    una medida de la eficiencia con la
    que se lleva a cabo la producción.

    Rendimientos crecientes y decrecientes.
    La evolución de la productividad media se caracteriza
    porque inicialmente aumenta, alcanza un máximo y
    posteriormente disminuye. Durante la primera fase decimos que hay
    rendimientos crecientes y, cuando disminuye, los rendimientos son
    decrecientes.
    Es decir, cuando sólo puede variar un único factor
    y los demás permanecen fijos o constantes, acabarán
    apareciendo rendimientos decrecientes.

    La producción y el largo plazo.
    Si el producto que lanza una empresa al mercado experimenta una
    demanda
    creciente, ésta deseará expandir la
    producción. De forma inmediata la empresa puede hacer que
    la mano de obra existente trabaje horas extraordinarias y
    también puede incrementar el número de empleados
    contratados. En un plazo de tiempo algo mayor, y si
    continúa la presión
    por parte del mercado, la empresa empezará a introducir
    nueva maquinaria y, a más largo plazo aún, puede
    incluso construir una nueva fábrica.
    A largo plazo, las empresas tienen la posibilidad de alterar la
    cantidad de cualquiera de los factores que emplean en la
    producción. Precisamente, en economía, la
    distinción entre corto y largo plazo se establece
    únicamente atendiendo a la existencia o no de factores
    fijos.
    Las propiedades técnicas
    de la producción a largo plazo se establecen en torno al concepto
    de rendimientos de escala (escala significa el tamaño de
    la empresa medida por su producción), y éste se
    aplica sólo al caso en que todos los factores
    varíen simultáneamente en la misma
    proporción.
    Existen rendimientos o economías de escala crecientes
    cuando al variar la cantidad utilizada de todos los factores, en
    una determinada proporción, la cantidad obtenida el
    producto varía en una proporción mayor. Existen
    rendimientos constantes de escala cuando la cantidad utilizada de
    todos los factores y la cantidad obtenida de producto
    varía en la misma proporción. Existen rendimientos
    de escala decrecientes cuando al variar la cantidad utilizada de
    todos los factores en una proporción determinada, la
    cantidad obtenida de producto varía en una
    proporción menor.

    Eficiencia técnica.
    Aunque el estado de la
    tecnología es un dato para el empresario, éste
    tratará, sin embargo, de actuar racionalmente a la hora de
    escoger la combinación de factores que le permita obtener
    la cantidad de producto que él desee. El
    conocimiento de la tecnología es un primer paso de
    esta elección, pues la empresa buscará la eficiencia
    técnica y desechará aquellas combinaciones de
    factores que, para obtener una cantidad de producto determinada,
    exijan el empleo de
    mayores cantidades de dichos factores.
    Un método de
    producción es técnicamente eficiente si la
    producción que se obtiene es la máxima posible con
    las cantidades de factores especificadas.

    Eficiencia económica.
    La técnica o método de
    producción eficiente económicamente es aquel que
    sea más barato para un conjunto de precios de los
    factores.
    La sustitución en el empleo de unos
    factores por otros.
    Si se produce un cambio en los precios de los factores
    productivos, la empresa procurará sustituir el factor que
    se ha encarecido por el factor que se ha abaratado. La
    elección entre procesos o técnicas productivas y,
    en consecuencia, la sustitución de unos factores por otros
    depende de los precios o costos relativos
    de los factores productivos.
    Cualquiera que sea el nivel de producción que se desee
    obtener la elección racional del método más
    eficiente implica que éste sea técnica y
    económicamente eficiente. La eficiencia técnica se
    refiere al uso adecuado de los factores desde un punto de vista
    físico. La eficiencia económica determina
    cómo se combinan los factores productivos con referencia a
    los precios de los factores. El método
    económicamente más eficiente será el que
    cueste menos. Desde esta perspectiva, la eficiencia
    técnica se supone dada y se pretende determinar la
    combinación óptima de factores siguiendo las reglas
    de la eficiencia económica. Las empresas que actúen
    más eficientemente serán las que resulten
    más competitivas.

     

     

    Autor:

    kattia mazzoti

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