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MADRES TRABAJADORAS



    Indice
    1.
    Madre que trabaja fuera

    2. ¿Conviene que la madre
    permanezca en la
    casa
    ?

    4. ¿Quien se queda en
    casa?

    5. Para Sentirse
    Segura

    1. Madre que trabaja
    fuera

    No es ya algo raro, que la mujer una las
    funciones de
    madre y profesional. En estos días, una verdadera
    legión de madres pone los pies fuera de casa todas las
    mañanas, en dirección a su puesto conquistado en el
    mercado de
    trabajo.
    Es al regresar al hogar cuando muchas lo hacen con un sentimiento
    de culpa por haber dejado a los hijos con otra persona, como que
    esperan encontrar toda la casa hecha un caos en su ausencia.
    El hecho de que la mujer trabaje
    fuera, da a su vida un toque de independencia.
    Así como ella tiene un lado personal que
    funciona muy bien sin la presencia de su hijo, el niño
    también crecerá viviendo este aprendizaje de
    autonomía que puede ser muy beneficioso para todos.
    La madre que trabaja fuera puede ser participante activa en la
    vida diaria de sus hijos, sin que esto signifique estar presente
    las 24 horas del día. Al final, lo que está en
    juego es algo
    mucho más importante que la cantidad de tiempo que ella
    tiene para dedicarle a su hijo. Se trata de la CALIDAD DE LA
    RELACION entre madre e hijo, y cómo este tiempo, por menor
    que sea, va a ser aprovechado.
    Cuando la relación es buena, la madre probablemente no se
    va sentir culpable por salir para trabajar. Es más, una
    mujer satisfecha
    profesionalmente, tendrá muchas más chances de ser
    una madre dispuesta a establecer con sus hijos una
    relación placentera.

    2. ¿Conviene
    que la madre permanezca en la casa?

    El que una madre trabaje fuera de la casa y otra no,
    puede crear diferentes formas de relación con el marido y
    con los hijos y también actitudes
    distintas frente a la educación de
    éstos.
    Pero ello no impide el desarrollo
    normal y sin problemas de
    los niños.
    Lo más importante en la crianza de los hijos no es la
    simple presencia de la madre en la casa sino la actitud que
    ésta adopte frente a ellos.
    Para la Sra. Ana, que le gusta ejercer una actividad fuera del
    hogar y que considera a su trabajo algo importante y necesario,
    el ocuparse solamente de la casa quizás podría
    convertirla en una persona
    irritable, nerviosa e impaciente. Por otra parte, si a la Sra.
    Beba le gusta permanecer en la casa y cuidar de los niños
    es probable que el ausentarse varias horas por día la
    haría sentirse infeliz.
    Lo importante es que la mujer lleve un
    tipo de vida acorde con sus gustos: sintiéndose realizada
    y feliz será una buena madre aunque no permanezca todo el
    día junto a sus hijos.
    Abandonar el trabajo y
    dedicarse sólo a ser madre y ama de casa es una
    elección muy respetable. Pero tiene que ser el resultado
    de una decisión personal y no de
    una imposición.
    Cuando se elige no trabajar fuera para poder ser
    madre, se corre el riesgo de
    frustrar una parte muy importante de la vida.
    Y probablemente ésta frustración será
    "derramada" en los hijos y el marido, a través de una
    actitud
    irritada de quien quería trabajar pero está dejando
    su profesión. Pero si una mujer opta por vivir los dos
    roles sólo hay que saber como administrar esta
    disposición para ser madre y también
    profesional.

    3. Mujer satisfecha,
    madre equilibrada

    Una mujer puede trabajar fuera, tal vez hasta el
    día entero, pero no por eso deja de lado su rol de madre
    cuidadosa, dispuesta a atender las necesidades e intereses de los
    hijos. Esto se da sin ninguna duda, es posible hacerlo; exige un
    esfuerzo diario de creatividad y
    espíritu práctico para organizar la vida de los
    hijos en su ausencia. Pero el resultado compensa. Esa madre
    será una mujer plena y realizada.
    La mujer que trabaja fuera del hogar esté en contacto con
    un mayor número de personas y participa de manera
    más activa en los acontecimientos que ocurren a diario en
    el mundo. Por lo tanto es mayor su capacidad para analizar,
    comprender y aceptar los cambios en las costumbres, para asimilar
    las nuevas concepciones de la vida y asumir una actitud frente a
    ellas.
    En el mundo actual, en que el diálogo es
    tan importante tanto dentro como fuera del ámbito
    hogareño, la mujer no puede permanecer mentalmente
    limitada por su vida en la casa.
    Reunirse periódicamente con las amigas para cambiar ideas,
    destinar un par de horas diarias a la lectura de
    un buen libro,
    conversar con el marido sobre los problemas
    actuales; son hábitos agradables que dan a la mujer los
    conocimientos necesarios para poder dialogar
    con su esposo y con sus hijos de igual a igual.
    Esto es muy importante dentro de las relaciones familiares y
    ninguna mujer debe olvidarlo, trabaje o no fuera de su casa.
    Algo más de lo cual no se debe prescindir es el sentirse
    realizada: la mujer sólo lo logrará si sus
    actividades cotidianas coinciden con sus gustos e intereses. Ella
    desempeña un papel muy
    importante dentro del núcleo familiar, aún cuando
    se ausente algunas horas diarias para ir a trabajar. Las funciones y los
    deberes de la esposa y de la madre no son incompatibles con
    el trabajo, ni
    es indispensable su permanencia en la casa para lograr la
    armonía hogareña.
    Trabajar fuera de la casa no implica solamente una conveniencia
    económica: importa, realmente, que la mujer desarrolle una
    actividad que satisfaga sus deseos y ambiciones y le proporcione
    el equilibrio
    necesario para cumplir del modo más eficiente posible su
    papel de
    esposa y de madre.

    No Se Culpe Por Salir
    Los niños son perfectamente capaces de comprender que la
    madre, cuando sale para trabajar, no está abandonando a
    sus hijos. Muchas mujeres trabajan fuera aún cuando no
    exista una necesidad financiera para ello.
    Explíquele a su hijo que del mismo modo que él sale
    para ir al colegio o para jugar en la plaza, los padres salen
    para trabajar. Evite ante todo dar un aire de
    sacrificio, como si fuese algo que usted sólo hace por
    dinero.
    (Mamá y papá tienen que salir a trabajar para
    comprarte comida y ropa y para que vayas al colegio).
    El tiempo utilizado para una misma, fuera de casa, no es un
    tiempo robado a los hijos. Por lo tanto, deje la culpa a un lado
    y evite aquellas compensaciones inútiles del tipo "cuando
    vuelva te voy a traer caramelos", o cosa parecida.
    Las salidas de la madre deben ser encaradas como un hecho
    perfectamente encajado en la rutina de la casa. Por eso, no tiene
    sentido ofrecer premios o regalos a cambio.
    Así también, no debe salir de la casa para ir a
    trabajar escondiéndose del niño, como si estuviese
    haciendo algo indebido. Este es un camino erróneo para
    quien pretende que su hijo encare con naturalidad su ausencia
    diaria.
    Hasta un bebé de meses necesita saber que su madre va a
    salir. De lo contrario, el niño se sentirá
    inseguro, pensando que su mamá está en la casa,
    aunque él no consiga encontrarla. O estando la madre
    delante de él podría fantasear que su madre, en
    cualquier momento, va a desaparecer.
    Si su hijo llora cuando usted sale, no trate de evitar que lo
    haga. Siempre que él se encuentre amparado por alguien que
    lo cuida bien en su ausencia, no hay motivo para la culpa. El
    llanto pasa y el niño irá aprendiendo que este
    mecanismo de pérdida y reparación es parte de la
    realidad.
    Trate de dedicar a sus hijos el tiempo que tenga en la casa o
    libre del trabajo. Por ejemplo: si trabaja medio tiempo, trate
    de
    compaginar su mañana o tarde libre con el horario en que
    su hijo no está en el colegio. Aproveche también la
    compañía de sus hijos cuando realiza sus
    actividades de rutina, como ir al supermercado o a dar un paseo,
    por ejemplo.
    Recuerde siempre que pocos minutos bien aprovechados valen mucho
    mas que horas de juegos
    forzadas.

    4. ¿Quien se
    queda en casa?

    Algunos especialistas en el desarrollo
    infantil opinan que sólo el padre o la madre pueden dar al
    niño, durante su primera infancia, los
    cuidados ideales. Según el Dr. B. Spock, hoy día se
    ha comprobado, en cambio, que
    una buena profesional en una buena guardería, una persona
    que lo atienda en la casa, un abuelo, un tío o un pariente
    que deseen ayudar o una niñera, realizará una buena
    tarea mientras los padres están fuera. Siempre y cuando
    esa persona posea una personalidad y
    actitud correctas.
    Para contratar a una niñera se necesita de un
    período de prueba, un tiempo para transferirle
    paulatinamente las responsabilidades, para "acostumbrarse" ella,
    los padres del niño y por sobretodo, el mismo niño.
    Este tiempo suele ser de unas dos o tres semanas, en las cuales
    ya es posible observar su comportamiento.
    Si bien cuando se piden referencias de trabajos anteriores, lo
    que se busca es confirmar la honestidad y
    confiabilidad de la persona que se va a emplear, para con una
    niñera hay otras preguntas claves que se deben
    considerar:
    * ¿será capaz de actuar eficazmente en una
    situación de emergencia? ¿Tiene iniciativa
    propia?
    * ¿es una compañera de juegos
    paciente y cariñosa?
    * ¿está dispuesta a respetar lass indicaciones de
    los padres en lo que se refiere al modo de educar al niño,
    o tiene sus propios criterios, tan asentados que no puede -o no
    quiere- dejarlos a un lado?
    * ¿sabe leer y escribir, para cuando tenga que
    administrarle algún medicamento al niño?

    La persona que se queda en la casa cuidando al
    niño debe estar dispuesta a jugar con él,
    estimularlo ante cada uno de sus logros, tratarlo con
    cariño, manejarlo con suavidad ( sin severidad) pero
    poniendo los límites
    necesarios. No es adecuada una persona que sea muy
    cariñosa, pero que siempre deja la cuestión de los
    límites
    para "cuando venga tu mamá o papá".
    El especialista Sirgay Sanger señala que "una característica de las niñeras muy
    buenas es que perciben cuando la criatura está a punto de
    sucumbir a un acceso de tristeza por la partida materna y la
    distraen antes que la tristeza se resuelva en lágrimas"."
    Otra es la forma en que encontramos al niño al llegar a la
    casa: ¿se muestra de buen
    ánimo y vivaz, o su actitud nos hace sospechar que estuvo
    aburrido y solitario?"
    El mejor modo de contribuir a una relación de confianza
    entre el niño y la niñera es no apresurar su
    acomodamiento. Una actitud distendida y natural cuando se sale o
    se llega a la casa es el medio adecuado para que el niño
    vea que valoramos a la persona que lo cuida y eso lo hará
    sentirse más tranquilo y seguro.
    El mayor daño le puede causar a un niño una madre
    culposa que cualquier niñera que haya sido contratada
    respetando los requisitos. La culpa por estar fuera de casa, el
    miedo de que le suceda algo y la ansiedad constante son los
    peores consejeros.

    5. Para Sentirse
    Segura

    Para su seguridad al
    dejar la casa para ir a trabajar, es conveniente que tome ciertas
    medidas prácticas. Organize todo de modo a tener la
    certeza de que las criaturas estarán seguras en su
    ausencia. Deje bien a la vista los números de teléfono de su trabajo, del de su marido,
    de su madre, suegra, o de alguien que pueda fácilmente ser
    encontrado. No se olvide del teléfono del pediatra y también de
    un sanatorio cercano.
    Instruya a la persona responsable del niño en su ausencia
    que, en caso de algún accidente grave, como pérdida
    de sangre o un golpe
    en la cabeza, por ejemplo, ella debe de inmediato comunicarse con
    el pediatra o el sanatorio y luego con usted o su marido o
    viceversa si es su deseo.
    Si el niño debe tomar algún remedio con la hora
    marcada, debe ser rigurosa. Trate de darle usted misma antes de
    salir, pero si no es posible, telefonee a su casa para recordar
    la dosis y el horario y después para verificar si el
    medicamento fue administrado.
    Además de estos cuidados trate de programar la alimentación de la
    semana para su hijo.
    El único secreto es una rutina bien organizada, con todo
    bajo control.
    ¡Manos a la obra y buen trabajo!

     

     

    Autor:

    Lic. Carmen Bettina Cuevas

    Psicóloga Educacional
    Docente Universidad
    Católica
    Asunción-Paraguay

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