Indice
1.
Introducción
2. Normas Generales Para Prestar Primeros
Auxilios
3. Soluciones Para Diferentes
Casos
4. Conclusión
5. Bibliografía
Los primeros
auxilios son los cuidados inmediatos, adecuados y
provisionales prestadas a las personas accidentadas o con
enfermedad antes de ser atendidas por un centro
asistencial.
Sus objetivos
son:
Conservar la vida.
Evitar complicaciones físicas y psicológicas.
Ayudar a la recuperación.
Asegurar el traslado de los accidentados a un centro
asistencial.
Consejos generales:
Mantenga la calma. No grite a menos que sea
imprescindible.-Consiga ayuda profesional cuanto antes
Una vez tomada una decisión, realícela.
Diga a los demás lo que deben realizar en forma clara y
concisa.
Proteja a las víctimas o al personal de
rescate contra nuevos accidentes.
2. Normas Generales
Para Prestar Primeros Auxilios
Ante un accidente que requiere la atención de primeros
auxilios, usted como auxiliador debe recordar las siguientes
normas:
- Actúe si tiene seguridad de
lo que va ha hacer, si duda, es preferible no hacer nada,
porque es probable que el auxilio que preste no sea adecuado y
que contribuya a agravar al lesionado. - Conserve la tranquilidad para actuar con serenidad y
rapidez, esto da confianza al lesionado y a sus
acompañantes. Además contribuye a la
ejecución correcta y oportuna de las técnicas
y procedimientos
necesarios para prestar un primer auxilio. - De su actitud
depende la vida de los heridos; evite el
pánico. - No se retire del lado de la víctima; si esta
solo, solicite la ayuda necesaria (elementos, transporte,
etc.) - Efectúe una revisión de la
víctima, para descubrir lesiones distintas a la que
motivo la atención y que no pueden ser manifestadas
por esta o sus acompañantes.
Ejemplo:
Una persona quemada
que simultáneamente presenta fracturas y a las cuales
muchas veces no se les presta suficiente atención por ser
más visible la quemadura.
Haga la valoración de la víctima, de
acuerdo con:
- No olvide que las posibilidades de supervivencia de
una persona que
necesita atención inmediata son mayores, si
está es adecuada y si el transporte
es rápido y apropiado. - Haga una identificación completa de la
víctima, de sus acompañantes y registre la hora
en que se produjo la lesión.
Dé órdenes claras y precisas durante el
procedimiento
de primeros auxilios.
Inspeccione el lugar del accidente y organice los primeros
auxilios, según sus capacidades físicas y juicio
personal.
"No luche contra lo imposible".
Ejemplo:
En un accidente de tránsito, una persona está
aprisionada por el peso del vehículo, físicamente
usted no puede moverlo, pues sus fuerzas físicas no son
suficientes; otras personas requieren su ayuda inmediata.
Evite el saqueo hasta donde sea posible, sin descuidar la
salud de los
accidentados.
Delegue este tipo de funciones a otras
personas.
3. Soluciones
Para Diferentes Casos
Desvanecimiento
El desvanecimiento es una pérdida temporal del conocimiento
que se produce cuando el cerebro no recibe
la sangre
suficiente. Hay muchas causas de desvanecimiento, aunque la
mayoría suelen ser de poca importancia, a veces el desmayo
es el síntoma de una enfermedad subyacente. Si la
víctima no ha recuperado la conciencia a los
pocos minutos, solicite asistencia médica y aplique el
tratamiento de la conciencia.
Afloje toda la ropa del cuello y la cintura. Cuando haya vuelto
en sí, no deje que la víctima se ponga
inmediatamente de pie, levántela gradualmente hasta
sentarla y dele sorbos de agua.
- Para colocar a la víctima en la
posición de recuperación, túmbela primero
boca arriba en el suelo.
Aflójele la ropa, sobre todo en el cuello y cintura.
Póngale los brazos a lo largo del cuerpo y gírele
la cabeza hacia el lado derecho. Coloque el brazo derecho bajo
las nalgas y el izquierdo sobre el pecho. Dóblele la
pierna por la rodilla y cruce la izquierda sobre la derecha, de
forma que el muslo haga ángulo recto con el cuerpo. Tire
suavemente del brazo derecho situándolo debajo del
cuerpo. - Arrodíllese al lado derecho de la
víctima. Coloque las manos sobre el muslo y el hombro
izquierdos, y tire suavemente de la víctima hacia
usted. - Para adoptar la posición de
recuperación, coloque el brazo izquierdo de la
víctima sobre el suelo, con la
palma hacia abajo y doblado por el codo. Eleve suavemente la
cabeza hacia arriba y hacia atrás. Al tener la cabeza
vuelta hacia un lado, las vías respiratorias
permanecerán libres incluso si se producen
vómitos.
Paro Respiratorio: Respiración Boca a Boca
La reanimación boca a boca es el método
más eficaz de respiración artificial. Cuando una persona
deja de respirar, cesa la oxigenación de la sangre y puede
producirse al cabo de 4 a 6 minutos una lesión cerebral
irreversible que conduce a la muerte.
Si la respiración se ha detenido, la víctima
estará inconsciente e inmóvil, no habrá
movimientos del tórax y la piel
tendrá un color
pálido y algo azulado.
La reanimación puede llevar horas enteras. Una vez
lograda, debe observarse cuidadosamente a la víctima hasta
la llegada de los auxilios médicos. Es necesario que la
examine un médico.
Antes de practicar la respiración boca a boca, incline
hacia atrás la cabeza de la víctima y compruebe si
la respiración ha
cesado realmente, escuchando cerca de la boca y nariz de la
víctima y observando si existen movimientos del
tórax. Es importante asegurarse de que las vías
respiratorias de la víctima estén libres.
El paro respiratorio puede estar causado también porque la
lengua empuja
hacia atrás a la epiglotis obstruyendo el paso del
aire.
Coloque a la víctima boca arriba si es posible, pero no
retrase su intervención si no puede darle la vuelta.
Afloje los vestidos del accidentado alrededor del cuello. Gire la
cabeza hacia a un lado. Elimine con los dedos cualquier
obstáculo para la respiración, sin olvidar, en su
caso, la dentadura postiza, que pueda haberse aflojado.
Vuelva la cabeza de la víctima hacia arriba.
Inclínele la cabeza hacia atrás y coloque debajo de
los hombros alguna prenda de vestir doblada, o su propia mano.
Esta posición de la cabeza abre la garganta y permite el
libre paso del aire a los
pulmones.
Cierre con los dedos las fosas nasales. Haga una
inspiración profunda y coloque su boca sobre la boca de la
víctima. Insufle el contenido de sus pulmones en los de la
víctima cuatro veces de forma rápida. Si el pecho
no se eleva inmediatamente, existe una obstrucción al
flujo de aire.
Cuando haya llenado los pulmones de la víctima, separe la
boca y cuando se desinfle el pecho, observe la respiración
y el pulso de la víctima. Si no hay pulso puede ser que la
víctima sufra de un paro cardíaco.
Repita la secuencia cada cinco segundos hasta que se reanude la
respiración espontánea, una vez restablecida la
respiración, coloque a la víctima en
posición de recuperación.
Pérdida del conocimiento
La pérdida del conocimiento
se produce cuando se interrumpe la actividad cerebral normal.
Puede ir desde un estado de
estupor al coma. Cualquier sujeto que haya padecido un estado de este
tipo debe consultar al médico, ya que puede ser
síntoma de una enfermedad subyacente o de una
lesión cerebral que no se manifiesta inmediatamente.
Aleje a la víctima de cualquier gas peligroso. Si
ha dejado de respirar hágale respiración
artificial. Si la víctima ha sufrido paro cardiaco,
aplíquele compresión cardiaca externa.
- Asegúrese de que la víctima tiene
libres las vías respiratorias. Si están
bloqueadas, retire las prótesis
sueltas y limpie la boca de moco, vómitos o
sangre, empleando un pañuelo si es preciso.
Asegúrese de que haya abundante aire fresco. Afloje la
ropa en el cuello y en la cintura. - Coloque a la víctima en posición de
recuperación y elévele los pies. Si tiene
dificultad respiratoria, inclínele la cabeza hacia
atrás y tire hacia delante de la mandíbula, forma
que la barbilla sobresalga. Compruebe el pulso y la
respiración de la víctima a intervalos
regulares. - Si la persona no tiene lesiones evidentes,
averigüe los motivos de la pérdida del
conocimiento. Una etiqueta de información medica o una jeringa pueden
indicar que la causa ha sido un exceso de insulina; una placa
que indique que la víctima toma esteroides puede
explicar su colapso en el momento de estrés.
Un frasco de tabletas vació puede denunciar una
sobredosis de fármacos. Guarde el frasco y las pastillas
que queden, pues le serán útiles la
medico.
Exposición al frío (hipotermia)
Si una persona se expone sin protección (ropa) a
situaciones climatográficas con viento o humedad, hay
peligro de que disminuya la temperatura
corporal. Éste afecta al sistema nervioso
central y produce síntomas, como dificultad al hablar
o confusión; o hasta puede llegar a producir
pérdida de conciencia, coma o muerte. Las
personas cansadas, hambrientas, ancianos, niños,
enfermos o ebrios tienen mayor tendencia a sufrir hipotermia que
otros. La hipotermia aparece de modo gradual. Ante los primeros
síntomas, la persona debe procurarse alimento, calor y
refugio. Los síntomas iniciales son: lentitud a las
respuestas físicas y mentales, habla arrastrada, espasmos
musculares y escalofríos persistentes y tendencia a
calcular mal las propias capacidades, sobre todo la fuerza.
Localice un edificio o refugio si la víctima está a
la intemperie. Es importante evitar una nueva exposición, protegiendo a la víctima
del frío y el viento cuanto sea posible Dele alimentos y
bebidas dulces y calientes.
Aflójele la ropa, botas y guantes que compriman la
circulación de la sangre. Cámbiele la ropa
húmeda por otra seca. Mantenga a la víctima
consciente y en actividad.
Congelación
Se produce congelación cuando el tiempo
frío hace helar partes del tejido. El viento y la humedad
favorecen la congelación y, al igual que la piel, pueden
resultar afectados los tejidos
subyacentes. La congelación puede producir ampollas y
úlceras en la zona afectada. Si es grave, puede sobrevenir
gangrena.
Las zonas afectadas con mayor frecuencia son la nariz, las
orejas, las mejillas y los dedos de las manos y los pies. La
parte afectada se vuelve insensible y rígida, y palidece;
lo cual no provoca dolor y no se notan síntomas. Entre la
zona amarillo-blanquecina congelada y la normal puede haber una
franja de piel inflamada y enrojecida. La rigidez de los dedos
puede ser un indicio de congelación. Una persona atacada
de congelación puede presentar también
hipotermia.
- Caliente suavemente la parte afectada. Si
están congelados los dedos de los pies,
envuélvalos en una manta seca. No los frote, y
asegúrese de que no se obstaculiza el riego
sanguíneo. Si está congelada una parte de la
cara, cúbrala con la mano caliente y seca hasta que
recupere el calor y la
sensibilidad normales. - La lesión por congelación se parece a
la quemadura y es susceptible de infectarse. Cubra la parte
congelada con un apósito estéril. Lleve a la
víctima a un hospital cuanto antes sea
posible.
Ahogamiento y Tos
La sofocación es una interrupción de la
respiración causada por una obstrucción de las
vías respiratorias. La causa más frecuente es un
fragmento de comida alojado en la tráquea. Cuando este
ocurre puede sobrevenir una asfixia mortal en menos de cuatro
minutos. Otra causa de ahogamiento son las contracturas
musculares por la inhalación de gases
venenosos.
Muchos de los signos de ahogamiento se parecen a los de un ataque
cardíaco. Un signo inequívoco es la imposibilidad
de hablar. Cabe que la víctima tosa también y haga
esfuerzos bien patentes por respirar. La falta de oxígeno
hace que se le ponga el rostro amoratado y después
azulado. También una crisis
asmática aguda puede hacer ahogase y toser a una
persona.
Si el ahogamiento está causado por gases o humos
venenosos, saque a la víctima a respirar aire fresco
inmediatamente.
- Para permitir el paso de aire, gire la cabeza de la
víctima hacia un lado. Extraiga con los dedos cualquier
causa evidente de obstrucción, como una dentadura
postiza o restos de comida. Si no puede eliminar la
obstrucción con la mano, elimínela por la
fuerza. - Para eliminar la obstrucción de la vía
aérea, pruebe golpeando con fuerza la espalda de la
víctima tres o cuatro veces. Si no resulta,
colóquesele de pie detrás de ella, rodeando con
sus brazos la parte inferior del pecho. Cierre una mano en
forma de puño y sujétela fuertemente con la otra.
Ambas manos sujetarán la zona central y por debajo de
las costillas de la víctima. - La víctima debe inclinarse hacia delante, con
los brazos y la cabeza colgando. Aplique un fuerte
apretón hacia adentro y arriba sobre el abdomen de la
víctima. Puede resultar necesario repetir esta maniobra
varias veces para a la víctima a que expulse la
obstrucción con un golpe de tos. - Una vez eliminada la obstrucción, practique la
respiración artificial si la víctima no respira.
Una vez aliviado el ahogamiento y establecida la
respiración normal, sitúe a la víctima en
posición de recuperación.
Ahogamiento por inmersion
El ahogamiento por inmersión es la asfixia provocada por
agua o
cualquier otro líquido. Se produce cuando el
líquido impide que el oxígeno
llegue a los pulmones y enriquezca la sangre. Todos los
años se producen muchas muertes por ahogamiento. Puede
ocurrir en una piscina o bañera con igual facilidad que en
el mar, sobre todo en los niños
pequeños. Hasta los nadadores avezados pueden encontrarse
en dificultades al bañarse.
Un ahogado puede estar dominado por el pánico y hacer
peligrar la vida del socorrista. Llame a un salvavidas o
envíe a alguien en su busca y no pierda de vista la
posición del ahogado. Si no se puede contar con la ayuda
de un socorrista, arroje una soga o extienda un palo o una rama
hacia la víctima. Si la profundidad del agua no es
excesiva y hay otras personas en las proximidades, requiera su
colaboración para formar una cadena humana y llegar hasta
la víctima.
- Inicie la respiración artificial lo antes
posible - Si hay otras personas alrededor, practique la
respiración artificial una vez llegada a aguas poco
profundas. Una persona sostiene el cuerpo y la cabeza de la
víctima, mientras que la otra realiza la
respiración boca a boca. Si usted esta solo lleve a la
víctima a la orilla y realice la respiración boca
a boca una vez llegado. - Una vez en la orilla, elimine con los dedos toda
posible obstrucción de las vías respiratorias.
Levántele el cuello con la cabeza hacia atrás,
para que la lengua no
bloquee la garganta - Si el corazón
de la víctima ha dejado de latir, practique la
compresión cardiaca externa. - Una vez establecidos los latidos del corazón
y la respiración, pero todavía están
débiles, coloque a la víctima en la
posición de recuperación. No deje al sujeto solo,
pues la respiración puede detenerse de
nuevo.
Shock
El shock se produce por una disminución brusca del flujo
sanguíneo que afecta adversamente todas las funciones
corporales. Suele acompañar a lesiones graves, como
hemorragias, ataques cardiacos, infecciones, intoxicaciones, paro
cardiaco y respiratorio, enfermedades graves y
también en la sobredosis de insulina en los
diabéticos. La gravedad es variable, y depende de la
gravedad de la causa y la respuesta individual: puede ir desde
una sensación de debilidad hasta el colapso total. Los
signos del shock son, palidez, piel fría y húmeda,
sudoración, nauseas, vómitos, baja temperatura
corporal, pulso rápido y débil y respiración
irregular.
- Afloje la ropa de la víctima en el cuello,
pecho y cintura. Manténgala caliente, con un calor
corporal constante. No caliente a la víctima
artificialmente, ya que puede ser peligroso. - Si está consciente, recuéstelo boca
arriba con las piernas elevadas. Si sufre alguna lesión
en la cabeza, tórax o abdomen, debe elevarle ligeramente
los hombros, apoyándoselos. Vuélvale la cabeza
hacia un lado.
Hemorragias
La hemorragia de origen arterial se caracteriza por la salida
pulsátil de sangre por la herida, y el color rojo vivo.
Cuando es una hemorragia proveniente de una vena, la sangre es
mucho más oscura y fluye de manera uniforme.
En caso de hemorragia interna, hay que saber reconocer los
síntomas generales: palidez, piel fría y viscosa,
pulso débil y rápido, respiración
rápida y poco profunda. Una hemorragia interna es
sumamente grave. Es imprescindible conseguir asistencia
médica urgente.
Una hemorragia uterina puede obedecer a varias causas:
menstruación, aborto, durante
el embarazo,
durante o después del parto.
- Si la víctima sangra por una vena localice el
punto de hemorragia. Aplique una presión
continua durante al menos diez minutos para que la sangre tenga
tiempo de
coagularse. - Mantenga la presión
sobre la compresa hasta que cese la hemorragia. Si es posible,
eleve la parte lesionada al tiempo que mantiene una
presión firme. Si la víctima padece de Shock,
mantenga las piernas elevadas. - Lave la herida y extraiga todo cuerpo extraño
que salga con facilidad. Si la víctima ha sido
apuñalada y el arma todavía está en la
herida, no la quite. Aplique una compresa limpia y un vendaje
firme. No apriete demasiado el vendaje. - Si la víctima sangra por una vena varicosa,
eleve todo lo posible la pierna afectada. Presione sobre el
punto de hemorragia. Cuando deje de sangrar, cubra el
área con una compresa limpia. Vendar toda la
pierna. - Si la víctima sangra por una herida profunda,
cubra está con una compresa limpia. Presione firmemente
durante diez minutos como mínimo, o hasta que haya
dejado de sangrar. - Cuando la hemorragia haya cesado, coloque un vendaje
bien sujeto parra mantener la compresa en su sitio. Consiga
asistencia médica lo antes posible.
Fracturas
Todo paciente fracturado debe ser traslado a un centro
hospitalario. Las fracturas pueden ser abiertas o cerradas. Las
abiertas presentan heridas en la superficie de la piel, en el
lugar de la fractura, o en los extremos del hueso fracturado
saliendo de esta. En la fractura cerrada no hay rotura de piel.
No vende directamente las fracturas abiertas. No dé a la
víctima comida ni bebida en prevención de que
después se necesite una anestesia general. Trate la
hemorragia antes de la fractura.
Brazo o Codo: Inmovilice la fractura atando una tablilla a la
parte exterior del brazo lesionado. Haga dos lazos, uno por
encima y otro por debajo de la fractura. La tablilla debe ser lo
bastante larga para cubrir bien la fractura por encima y por
debajo. Ate los lazos sobre la tabla, en la cara externa del
brazo. Ponga una almohadilla entre el brazo y el
tórax.
Si el brazo se encuentra doblado puede doblarse el codo,
confeccione un cabestrillo en una tela triangular. Coloque la
tela con la punta en el codo de la víctima, una punta
sobre el hombro opuesto y el borde más largo siguiendo el
eje del cuero. Doble cuidadosamente el brazo lesionado sobre el
pecho.
Lleve hasta el cuello la esquina inferior y ate los extremos
sobre el lado lesionado. Prende con un alfiler la esquina de la
venda para dar más apoyo al brazo. Si la fractura es
abierta, siga el mismo procedimiento,
pero aplicando un apósito limpio sobre las heridas.
Mano o Dedos: Cuando se fractura la parte inferior del antebrazo,
suele haber una deformación escasa o nula. Es una fractura
frecuente y puede confundirse con una luxación de
muñeca. La fractura de la mano y los dedos puede
complicarse con hemorragia dentro de los tejidos, que
ocasiona hinchazón. No vende la zona lesionada si la
víctima tiene una fractura abierta. Aplique con suavidad
un apósito limpio sobre cualquier herida abierta. No
intente enderezar el miembro lesionado si está deformado.
Trate la hemorragia antes que la fractura.
Mueva lo menos posible el brazo lesionado. Trate cualquier caso
en que sospeche luxación como si fuera una fractura. Quite
las joyas, únicamente si el hacerlo no agrava la
lesión.
Proteja la mano apoyándola cuidadosamente sobre una tela
suave plegada varias veces. Doble el brazo lesionado sobre el
pecho. Coloque una tela triangular sobre el brazo, con la punta
hacia el codo o la parte media del antebrazo y el lado más
largo siguiendo el eje longitudinal del cuerpo. Mientras sujeta
el brazo, pase la parte inferior del vendaje por debajo de la
mano, brazo y codo.
Pase la esquina inferior de la tela detrás de la espalda y
encima del hombro. Prenda con un alfiler la esquina de la venda
para dar más sujeción al brazo. Ate ambos extremos
en el hombro.
Sujete más firmemente el brazo mediante una venda ancha.
Pase esa venda por sobre el cabestrillo, en torno al pecho y
al brazo lesionado, y debajo de la axila opuesta. Ate la venda a
la espalda.
Pie, Tobillo o Dedos del Pie: Las fracturas del pie, tobillo o
los dedos del pie son lesiones comunes, a menudo producidas por
una caída. Son relativamente poco importantes, por lo que
antes de tratarlas debe usted comprobar si existen otras lesiones
más serias y tratarlas. Muchas veces no se puede
distinguir entre fractura, luxación y esguince ya que el
signo típico es la hinchazón.
Si sospecha una fractura de la pierna, tienda a la víctima
con ambas piernas estirados y la lesionada al lado de la sana.
Ponga un almohadillo entre los muslos, rodillas y tobillos: ate
las rodillas, con una venda ancha. Ate otra estrecha en torno a los
pies.
Cuando sospeche una fractura pie o dedos de los pies, quite el
calzado a la víctima. Eleve el pie lesionado. Coloque una
tabla almohadillada ancha sobre la planta del pie (puede
emplearse una almohadilla o un periódico
doblado con un pañuelo de cabeza como almohadillo)
Ate una venda estrecha en torno al pie, en forma de 8, para fijar
la tabla. Si sólo se ha fracturado 1 ó 2 dedos
puede emplear como tablilla otro dedo no lesionado. Coloque un
almohadillado entre los dedos y una con una venda estrecha el
dedo sano con los lesionados.
Columna o Costillas: Una fractura de columna es una lesión
enormemente grave. Si se manipula a la víctima de forma
inadecuada, la médula espinal pede recibir una
lesión irreversible y producirle una parálisis. Los
signos de factura de
columna son dolor intenso en la espalda, pérdida de
sensibilidad y/o motricidad de las extremidades. Las fracturas
costales pueden ser también muy graves. Si las costillas
lesionan los pulmones, la víctima puede sufrir un grave
shock, con expectoración de flemas rojas y espumosas y
dificultad respiratoria. Si las costillas perforan la superficie
cutánea, se produce una herida abierta "succionante".
Trate inmediatamente la herida torácica "succionante"
mediante un apósito oclusivo. Si la víctima dejara
de respirar, aplíquele respiración artificial.
Si dispone de asistencia médica, no movilice a la
víctima. En caso contrario prepare a la víctima
para el transporte. Con sumo cuidado, deslice una tabla ancha
bajo la víctima. Ponga una almohadilla entre los muslos,
rodillas y tobillos, ate los muslos y rodillas con vendas anchas
y los pies con otra más estrecha. Si la víctima
esta inconsciente, no la ponga en posición de
recuperación.
Si la víctima tiene fracturas costales y no hay heridas
torácicas abiertas ni lesión pulmonar, recueste a
la víctima y colóquele un vendaje en torno al
tórax. Si las costillas han penetrado en la piel, coloque
inmediatamente sobre la herida un apósito que impida la
entrada de aire. Sostenga dicho apósito y el brazo del
lado presionado con un cabestrillo triangular. Si las costillas
han perforado los pulmones, mantenga elevados la cabeza y los
hombros de la víctima. No vende las costillas.
Ataque cardíaco
La causa de ataque cardíaco es la disminución del
flujo de sangre en los músculos del corazón, debido
a una obstrucción de las arterias coronarias. El resultado
es que el músculo cardíaco se lesiona temporal o
permanentemente. Cuando se interrumpe el abastecimiento de sangre
a este músculo, no recibe el oxígeno y el alimento
que precisa, por lo que deja de funcionar. Hay dos grados de
ataque cardiaco, la forma más leve, llamada angina de
pecho que se debe a una obstrucción parcial de las
arterias coordinadas. La forma más grave es el infarto
agudo de miocardio, que es producido por el bloqueo de una
arteria coronaria. Tal bloqueo impide que la sangre llegue al
dicho músculo.
Angina de Pecho: La víctima siente un intenso dolor
pectoral que se instala en el centro del pecho y puede irradiar a
los hombros y parte superior de los brazos, sobre todo del lado
izquierdo, así como el abdomen o el cuello.
- Puede producirse durante o después del
ejercicio físico. El dolor puede ser agudo y
repentino, sordo y continuo, leve o intenso pero siempre es
de corta duración. Normalmente empieza en el centro
del tórax y se extiende hacia el brazo izquierdo.
También puede irradiar al cuello, atravesar el pecho y
afectar el brazo derecho. - El pulso mas fuerte se toma en el cuello. Para
tomar el pulso carotídeo, apoye los dedos sobre la
tráquea, junto al ángulo de la
mandíbula. No presione mucho. Si no tiene pulso es un
ataque cardiaco agudo de miocardio. - El latido puede notarse en la muñeca al paso
de la sangre por el brazo hacia la mano. Ponga los dedos
alineados sobre la parte interna del brazo de la
víctima del lado pulgar y exactamente encima de la
muñeca. El pulso radial puede ser difícil de
localizar si el corazón está fallando o la
arteria es pequeña. - La víctima de una angina de pecho debe
reposar en la posición más cómoda
posible hasta que llegue la asistencia médica.
Normalmente lo mejor es estar sentado, con la espalda bien
apoyada.
Infarto agudo de miocardio: En estos casos es
fundamental hacer circular normalmente la sangre hasta que el
corazón pueda hacerlo por sí mismo. La mejor forma
de conseguirlo es oprimir el corazón con el tórax
hasta que este estimulo mecánico haga que el
músculo cardiaco empiece a bombear de nuevo. La
compresión cardiaca externa consiste en presionar la pared
torácica sobre el esternón para que el
corazón se comprima, a su vez, contra la parte posterior
del tórax. De esta forma, se mantiene artificialmente la
acción de bombeo del corazón.
Los síntomas de un infarto agudo de miocardio son dolor
torácico intenso y repentino; palidez grisácea;
sudoración; pulso débil y rápido;
respiración superficial y rápida, y pérdida
del conocimiento.
El corazón está situado en el tórax
ligeramente a la izquierda. Si ha dejado de latir es esencial
actuar rápidamente. Debe presionarse el tórax sobre
el tercio inferior del esternón (que está situado
en el centro del pecho), colocando una mano sobre la otra.
La víctima debe yacer sobre el suelo boca arriba, con los
brazos a lo largo del cuerpo. Arrodíllese junto a su
hombro y coloque las manos con las palmas hacia abajo, con la
mano más fuerte bajo la otra, en la región
cardiaca. Sus manos deben quedar sobre el centro del
esternón de la víctima.
Inclínese hacia delante, con los brazos tan firmes como
sea posible, para comprimir el corazón de la
víctima en el tórax. Presione a un ritmo de unos 60
impulsos por minuto. Debe hacerlo con firmeza, pero no tanto como
para lesionarle las costillas.
Para combinar la compresión cardiaca externa con la
respiración boca a boca. Si hay dos personas, la que
comprima, debe arrodillarse a la altura del hombro de la
víctima, y la otra, al otro lado, debe inclinarle la
cabeza hacia atrás, taparle la nariz e insuflarle aire en
los pulmones.
El procedimiento completo debe durar unos 15 segundos. Durante
este periodo, la persona que aplica la compresión cardiaca
presiona 5 veces, y la que practica la respiración ventila
2 veces, a ritmo uniforme.
Electrocución
Los efectos de una descarga eléctrica pueden ser muy
graves. Puede producir arritmias o incluso un paro cardiaco,
también un paro respiratorio y quemaduras. No intente
asistir a la víctima si esta aún en contacto con la
corriente o muy próxima a la misma. Llame a la
policía y solicite asistencia médica de
urgencia.
- Desconecte la corriente; quite el enchufe o fusible o
arranque el cable. De ser posible, permanezca sobre
algún material aislante seco, como lana o un
diario. - Controle cuidadosamente el latido cardíaco y
la respiración de la víctima. - Si la víctima sufre paro cardíaco
aplique masaje cardíaco externo y si también
sufre paro respiratorio y usted no cuenta con ayuda, alterne
con la respiración artificial. - Si hay paro respiratorio y cardíaco, pero
dispone de ayuda, uno se arrodilla junto al hombro izquierdo de
la víctima y aplica el masaje cardíaco, mientras
la otra se arrodilla al lado derecho para practicar la
respiración artificial.
Insolación
El agotamiento por calor no debe confundirse con el golpe de
calor. En la primera situación, la víctima presente
palidez y la piel fría y húmeda, con colapso y
sudoración profusa. Por el contrario la persona que sufre
un golpe de calor presenta rubefacción facial, con piel
seca y caliente. El cuadro se debe a la combinación de
altos niveles de temperatura y humedad, y se produce por fallo
del mecanismo de la sudoración. También puede haber
confusión mental, delirio, cefalea, vértigo, shock
y pérdida del conocimiento.
- Si la víctima sufre agotamiento por calor,
sitúela en un ambiente
fresco y en penumbra. Dele agua fría con dos
cucharaditas de sal por litro. Si está inconsciente,
colóquela en posición de recuperación. El
agotamiento por calor puede desembocar en golpe de
calor. - Si la víctima sufre golpe de calor, debe
reducir a la temperatura corporal cuanto antes. No deje que
tirite. Pásele una esponja con abundante agua
fría. Envuélvala en una sábana mojada y
fría. Recuéstela cerca de una corriente fuerte de
aire frió. Si esta inconsciente, situela en
posición de recuperación. Solicite asistencia
medica de urgencia.
Sobredosis de Fármacos o Drogas
Muchos fármacos o drogas
ocasionan una somnolencia intensa e incluso la pérdida del
conocimiento, si se toma una cantidad excesiva de una sola vez.
En muchos casos, los signos iniciales de una sobredosis de
fármacos o drogas
consisten en vómitos, agitación y falta de coordinación. A estos síntomas le
suele seguir la pérdida del cocimiento.
Si la víctima está consciente, provoque el
vómito colocando
los dedos en su garganta. No le dé agua salada para beber,
puede resultar decididamente peligroso. No intente provocar el
vómito si la
víctima está inconsciente o si la sobredosis ha
sido administrada por inyección o inhalada.
Esté muy pendiente en todo momento de la
respiración y del pulso de la víctima. Si deja de
respirar practique la respiración artificial.
Si el corazón de la víctima deja de latir,
practique la compresión cardiaca externa. Si ha dejado
también de respirar y no puede obtener la ayuda de otras
personas, tendrá que alternar la compresión
cardiaca externa y la respiración artificial. Si puede
disponer de ayuda, de rodillas junto a la víctima, uno le
practica la compresión cardiaca, y otro la
respiración boca a boca.
La persona que realice el masaje cardíaco debe comprimir
el pecho de la víctima a razón de 15 veces cada 11
segundos. Sólo una persona entrenada puede aplicar este
método. La
persona que practique la respiración artificial debe
ventilar los pulmones de la víctima dos veces cada 15
minutos.
Quemaduras
Las quemaduras se producen por el contacto con calor seco, las
escaldaduras con calor húmedo, aunque los efectos son
similares. En las quemaduras de primer grado, el daño se
limita a la capa más externa de la piel, en la que tiene
lugar a un enrojecimiento, aumento del calor, en formación
de ampollas y dolor a la presión en la zona afectada. En
las quemaduras de segundo grado, la lesión se extiende
más allá de la capa externa y afecta las capas
más profundas de la piel, ocasionando la formación
de ampollas. En las quemaduras de tercer grado todo le espesor de
la piel se encuentra destruido, haciéndose visible una
capa carbonizada de tejido quemado. La gravedad de una quemadura
depende tanto de la superficie quemada como de la profundidad de
la lesión.
Si las ropas del sujeto están ardiendo, derríbele
al suelo empujándole. Apague las llamas con una pieza
grande de tela no inflamable.
Si es posible, quite todos los objetos que puedan oprimir, es
fácil que la zona se hinche y luego no se puedan
retirar.
En las quemaduras de primer grado, mantenga la zona quemada bajo
agua fría durante unos diez minutos o hasta que cese el
dolor. No sumerja en agua las quemaduras de segundo o tercer
grado.
Cubra el área quemada con una compresa estéril. Si
no utilice una sábana seca y limpia. Toque lo menos
posible la
quemadura.
Si la víctima está consiente dele bebidas
frías a pequeños sorbos y a intervalos regulares.
Coloque la zona quemada y las piernas de la víctima
más altos que la cabeza, para reducir los efectos de
shock. Solicite asistencia médica de urgencia.
Ojalá todo el mundo fuera capaz de tener
conocimientos sobre primeros auxilios. Ojalá todo el mundo
tuviera la serenidad suficiente ante una emergencia, para poner
en práctica rápida y correctamente lo aprendido.
Pero al suceder la desesperación puede dejar en blanco la
mente del socorrista, y en estos casos, quedan tan débiles
como la víctima; el deseo de ayudar lo lleva a hacer cosas
que pueden poner en peligro la vida de la víctima.
Cuando se le presente alguna situación que requiera de
primeros auxilios, no tema, busque ayuda si nunca a tomado
cursos de
primeros auxilios, en caso contrario, ponga en práctica la
teoría
aprendida.
Suplementos del Diario ‘La Capital’: "El Doctor En Su Casa" Editorial
Antártica. Tomos 16, 17 y 18
www.saludlatina.com
Autor:
Armentano Valeria