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La especialización: ¿la productividad?




Enviado por mlehder



Partes: 1, 2

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Desarrollo
    3. Especialización –
    Concentración

    4. Sinergia –
    Cooperación

    5. Comunicación
    – Coordinación

    6. Normas de
    Gestión


    8.
    Bibliografía

    1.
    Introducción

    "En el trabajo del
    saber y en la mayoría de los trabajos de servicios, en
    los que la máquina (si la hay) está al servicio del
    trabajador, la productividad de
    los trabajadores, exige la eliminación de cualquier otra
    actividad que no contribuya a su rendimiento, ya que lo
    desvía y distrae de ese rendimiento.
    Eliminar esos trabajos puede ser el primer gran paso hacia una
    mayor productividad en
    el trabajo del
    saber y de los servicios."
    Para Peter F. Drucker, para lograr una mayor productividad en el
    trabajo de las personas instruidas y en el trabajo de los
    servicios, se deben eliminar todas aquellas tareas que no
    contribuyan a su rendimiento.
    Cada empleado debe centrar su atención, única y exclusivamente, en
    las actividades que han sido definidas para el puesto de trabajo
    que ocupa, lo que lo llevará a lograr la máxima
    productividad en el desarrollo de
    las mismas.
    Particularmente este tema, según lo aborda el autor, nos
    lleva a plantearnos si los cambios propuestos para las organizaciones,
    sus políticas,
    valores, etc.
    se están sucediendo en un sentido de evolución o de involución.
    ¿No estaremos volviendo a Fayol y al
    viejo refrán "zapatero a tus zapatos"? Esto puede ser muy
    oportuno para las organizaciones
    tras la búsqueda de la eficiencia en
    cada una de las tareas, suponiendo que la suma de dichas partes
    redundaría en un beneficio del conjunto; pero no podemos
    dejar de plantearnos algunas preguntas:

    • ¿Qué pasa con los individuos y su
      participación en la cadena de
      valor, en su relación y comunicación con sus proveedores
      y clientes
      (internos o externos)?
    • ¿Qué pasa con la visión global
      de la
      Organización y de los objetivos de
      la misma que debe poseer cada empleado?
    • Si simplemente se limitan a cumplir su trabajo
      ¿quién hace el análisis crítico de las
      actividades que, por realizarse repetidamente tienden a salir
      cada vez mejor, pero pueden no ser las que hacen
      falta?
    • ¿Cómo se compatibiliza este enfoque de
      "yo me limito a lo mío" con la idea de un mejoramiento
      continuo, que exige repensar continuamente la tarea en
      relación con el valor que
      pretende aportar y este, siempre está no en la propia
      tarea sino en el impacto de la misma sobre el
      conjunto?
    • ¿Están dispuestas las Organizaciones a
      desperdiciar la sinergia de
      los grupos de
      trabajo?
    • En busca de la productividad de la Organización ¿se estará
      descuidando al "elemento" humano?

    A lo largo de este ensayo
    pretendemos resolver estos interrogantes, y de ser posible un
    poco más: confrontar posturas de distintos autores, volcar
    nuestros criterios personales fundamentados en conocimientos
    adquiridos y experiencias propias; tendiendo siempre a dilucidar
    cuál es la orientación que toman las Organizaciones
    hoy, cuáles son sus valores
    primarios; e intentar visualizar cuál será el
    futuro de las mismas como componentes y formadoras de sociedades
    humanas.
    Creemos que aclarar estos interrogantes que hoy se nos
    manifiestan, aportará a nuestro futuro como profesionales
    de la
    Administración. Sin duda alguna deberemos
    relacionarnos con los recursos
    humanos en esos trabajos.
    Por las características de las funciones que
    debamos asumir nos veremos en la necesidad de no perder de vista
    los objetivos de
    la
    organización. Pero este camino que vamos a seguir, en
    el que volcaremos todo lo aprehendido durante nuestra carrera,
    estamos concientes que lo transitaremos sin perder de vista que
    quienes trabajan a nuestro lado o en contacto con nosotros son
    personas -y no costes- y deben ser consideradas como tales, con
    sus objetivos personales, sus características individuales, sus anhelos,
    etc. , y nuestro trabajo será armonizar esos objetivos con
    el recurso humano que aportan a la organización a efectos de lograr el
    crecimiento conjunto.

    2.
    Desarrollo

    Productividad, Participación y Liderazgo
    Comenzaremos centrando la atención en las diferentes posturas sobre
    lo que implica la productividad.
    Tal como lo mencionábamos inicialmente, Peter Drucker
    (1955) afirma que cada empleado debe concentrarse en el trabajo y
    la tarea, eliminando todas aquellas que distraen su rendimiento;
    de esta manera logrará incrementar su productividad,
    desprendiéndose por consiguiente la importancia que da el
    autor al rendimiento.
    No olvidemos que su obra nace como continuación de la
    escuela de Henri
    Fayol (1949),
    para quien el individuo no está motivado, es perezoso,
    irracional, incapaz de autodisciplina y auto-responsabilidad; se preocupa exclusivamente del
    interés
    personal.
    Debemos no obstante hacer una disquisición: Si bien Fayol
    estaba a favor de la especialización, lo hacía por
    basarse en ciertos supuestos con respecto al individuo; esto es,
    la desconfianza básica hacia ellos, y a su vez consideraba
    que existían algunos pocos que podían ser
    responsables y por ello tener a cargo el control sobre los
    demás; mientras que Drucker apoya la
    especialización por motivos técnicos; esto es,
    eficiencia,
    productividad y concentración en el trabajo.

    También Max Weber
    desarrolló el modelo
    burocrático de organización, teniendo en cuenta la
    división de trabajo y como herramienta para lograr la
    productividad y la eficiencia. Así, los fundamentos para
    aportar a la división del trabajo es, en los tres casos,
    diferente. No obstante todos llegan al resultado de lograr
    individuos que solo se dediquen a su tarea de hacer y otros a la
    de hacer que otros hagan (planificar y controlar).
    Esta separación entre quien hace y quien piensa tiene por
    su supuesto sus críticos: Kenneth Blanchard postula que el
    líder
    del equipo debe ser capacitador de personas y facilitador de
    equipos, pero no apenas como líder
    eficaz del grupo, sino
    también como miembro eficaz de él.
    Para W. Edwards Deming y sus
    postulados sobre calidad,
    productividad y competitividad, la productividad viene dada de
    manera natural e inevitable por la mejora de la calidad, basada
    en la disminución de reprocesos. Esto no se logra
    eliminando aquellas tareas que no corresponden a la actividad
    principal del puesto –tal como plantea Drucker-, sino
    aquellas que no aportan a la cadena de
    valor.
    Ello implica que hay actividades que no tendrían que ver
    específicamente con la tarea en sí de una persona, pero que
    sirven y hasta se vuelven imprescindibles para asegurar la
    relación entre dicha tarea y las realizadas por otras
    personas o departamentos, pero que pertenecen al mismo proceso de
    agregación de valor.

    De esta manera, a través de una
    participación activa del empleado en acciones
    específicas que contribuyen a un mejoramiento continuo,
    éste se siente orgulloso de su trabajo. Pero para lograr
    esta satisfacción con el trabajo debe reconocerse al
    empleado la capacidad para ejercer autocontrol en sus tareas.
    Más aún: parte importante de su trabajo será
    realizar el control del
    proceso a su
    cargo para, a través de registros que
    él mismo lleva, pueda conocer el comportamiento
    de dicho proceso y, a partir de ello involucrarse activamente -de
    forma individual y/o colectiva- en la búsqueda de la
    mejora continua a través del círculo virtuoso de
    planificar, hacer, controlar y actuar (también conocido
    como Ciclo de Deming).
    De esto se desprende que es imposible que alguien se involucre en
    algo en donde no pueda aportar su pensamiento, y
    también la necesidad de que la organización cuente
    con registros de
    experiencias en cada puesto o tarea y otros registros que puedan
    ayudar en el futuro y para la toma de
    decisiones, evaluación
    de procesos,
    rediseños, prevención y mejorías,
    etc.

    En contrapartida, y volviendo a la frase inicial de
    Drucker que motiva este ensayo, todas
    estas tareas de relevar información y participar en acciones de
    mejora en el puesto de trabajo no serían
    específicas del puesto y por lo tanto tampoco contribuyen
    a la productividad.

    Sistema Toyota: Otro punto de vista
    En el mismo sentido que Deming, el sistema Toyota de
    producción investigado y divulgado por
    Yasuhiro Monden también intenta aumentar la productividad
    y reducir los costos de
    fabricación. A diferencia de otros sistemas mas
    cercanos a la perspectiva de Drucker, consigue sus objetivos sin
    atentar a la dignidad humana del trabajador y yendo un paso
    más allá: colocando al respeto por la
    dimensión humana como uno de los tres sub-objetivos a
    considerar para la reducción de costes junto con el
    control cuantitativo y la calidad asegurada.
    Como base para el logro de los tres sub-objetivos y, a
    través de ellos, el objetivo
    general, establece cuatro conceptos clave de los cuales el
    más divulgado es el de justo-a-tiempo. Pero los
    otros tres, que son los que mas nos interesan para nuestro
    análisis y son colocados por el autor al
    mismo nivel de importancia que el citado, son:

    • Autocontrol (Jidoka).
    • Flexibilidad en el trabajo (Shojinka).
    • Pensamiento creativo (Soifuku).

    Empecemos por el primero (Justo a Tiempo),
    Drucker plantea la necesidad de limitarse a hacer cada tarea
    individual de la forma más productiva, esto es haciendo la
    mayor cantidad de cosas específicas posibles en el menor
    tiempo.
    Justo a Tiempo
    significa diametralmente lo contrario: no hacer más que lo
    que va a precisarse cuándo es preciso y no antes. Las
    personas que se encuentran ociosas harán uso de su
    polivalencia para asistir las tareas que en ese momento se
    requieran
    para lograr los objetivos del conjunto del proceso.
    En cuanto al Autocontrol, no vamos a extendernos en éste
    porque ha sido suficientemente trabajado en párrafos
    anteriores con los cuales Monden es coincidente.
    La Flexibilidad en el Trabajo, como ya vimos, es complementaria
    al Justo a Tiempo: la polivalencia estará orientada a que
    la persona se
    dedique a tareas que agreguen valor y esto es posible sólo
    cuando es necesario, no realizando la misma tarea de forma
    aislada porque esto, según Monden, no haría sino
    aumentar existencias que no pueden ser utilizadas y restar
    recursos humanos
    allí donde se los necesita.
    Pensamiento
    Creativo: coincidente con el mejoramiento continuo propuesto por
    Deming, que requiere la búsqueda permanente de nuevas y
    mejores vías, actividad que según Drucker
    restaría eficiencia a la tarea.
    Como ilustración a este tema queremos incluir el
    siguiente aporte de Jorge Bucay:
    "Había una vez un hachero que se presentó a
    trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones
    de trabajo mejores aún; así que el hachero se
    decidió a hacer buen papel.
    El primer día se presentó al capataz, quien le dio
    un hacha y le designó una zona.
    El hombre
    entusiasmado salió al bosque a talar.
    En un solo día cortó dieciocho árboles.
    Te felicito- dijo el capataz – sigue así.
    Animado por las palabras del capataz, el hachero se
    decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente;
    así que esa noche se acostó bien temprano.
    A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al
    bosque.
    A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar
    más que quince árboles.
    Me debo haber cansado – pensó y decidió
    acostarse con la puesta del sol.
    Al amanecer, se levantó decidido a batir su propia
    marca de
    dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no
    llegó ni a la mitad.
    Al día siguiente fueron siete, luego cinco y el
    último día estuvo toda la tarde tratando de voltear
    su segundo árbol.
    Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se
    acercó a contarle lo que le estaba pasando, y a jurarle y
    perjurarle que se esforzaría al límite de
    desfallecer.

    El capataz le preguntó:
    ¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez?
    ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado
    cortando árboles."
    Integración, Participación y
    Polivalencia
    En Toyota, el conflicto
    entre productividad y humanismo se ha
    buscado resolver con suficiente éxito
    mediante mejoras en cada unidad de trabajo llevadas a cabo por
    grupos
    reducidos que se denominan Círculos de Calidad.
    Aquí, la unidad de trabajo no es la tarea sino todas las
    tareas que se desarrollan en una misma área. Este método da
    por sentado que existen herramientas o
    sistemas que
    pueden aplicarse para minimizar los efectos negativos de las
    mejoras en la productividad, respecto a aspectos humanos de los
    trabajadores. Y el tiempo invertido en capacitación, en herramientas
    de resolución de problemas y
    toma de
    decisiones en equipo, imprescindibles para este logro
    ¿no podría considerarse –según
    Drucker- otra distracción a la productividad?
    Además, para Drucker un incremento en la productividad se
    logrará aumentando la especialización, y por
    consiguiente creando otras funciones para
    que se encarguen de las tareas que se dejan de hacer en las
    funciones especializadas. Contrariamente, en el sistema Toyota la
    productividad viene dada por la polivalencia de los trabajadores,
    lo que implica que no se incrementen, por el contrario se
    disminuyan, el número de puestos necesarios.
    Pero esto implica, por supuesto, que cada trabajador no
    sólo sabe hacer su tarea específica, sino
    también todas las demás que requieren su
    polivalencia, así como las necesidades y los
    parámetros para autocontrolar la calidad de su trabajo en
    todas ellas; situación contraria a lo que parece
    proponernos Drucker con un "zapatero a sus zapatos" en donde,
    podríamos pensar, uno sólo se dedicaría a
    hacer "lo suyo".

    La postura de Deming y el Sistema Toyota coincide con la
    propuesta por Tom Peters y Robert Waterman: "Hay que tratar a los
    trabajadores como adultos, como socios; hay que tratarlos con
    dignidad, con respeto. Hay que
    tratarlos a ellos como la fuente primaria de mejoras en la
    productividad. Estas son lecciones fundamentales que se
    desprenden de la investigación en las
    compañías excelentes. En otros términos, si
    uno quiere productividad y las recompensas financieras
    consiguientes, tiene que tratar a los trabajadores como los
    activos
    más importantes".
    Como se desprende del análisis de estos autores, el
    individuo es la fuente de la productividad y debe ser
    "incorporado" a la organización. Debe sentirse parte, de
    esta manera sus objetivos personales serán congruentes con
    los de la organización, interesándose y
    motivándose él mismo a lograr la productividad por
    propia iniciativa. Según Peters y Waterman la
    atención a los empleados, y no a las condiciones de
    trabajo propiamente dichas, es lo que produce el mayor impacto
    sobre el rendimiento; cosa que ya había descubierto
    Elton Mayo
    (1933) en sus famosos estudios Hawthorne. Apoyan además la
    polivalencia, al punto de considerar que los Equipos de
    Productividad (Círculos de Calidad, Equipos de
    Mejoría, etc.) resultan más innovadores y
    productivos que cualquier otra forma de Organización.
    Según exponen, "En este sentido el psicólogo Ernest
    Becker, por ejemplo, ha formulado una importante tesis, si bien
    no le han hecho caso la mayoría de los analistas de la
    administración. Sostiene que el hombre es
    manejado por una "dualidad" esencial: necesita al mismo tiempo
    ser parte de algo y sobresalir; necesita a la vez ser miembro de
    un equipo ganador y ser una figura de primera por derecho propio.
    El hombre
    acepta la no libertad (una
    gran dosis de conformismo) como el precio de
    autoperpetuarse; en otras palabras, se somete voluntariamente a
    la rutina de las ocho horas diarias, siempre que considere la
    causa grande. La compañía puede realmente, producir
    la misma resonancia que el exclusivo club o la sociedad
    honorífica."
    Coincidiendo con este punto de vista encontramos otros
    importantes teóricos de la organización, como
    Eugene Enriquez y al mismo Durkheim,
    quienes ponen énfasis en el carácter
    coercitivo de las instituciones;
    también René Kaes sostiene que a cambio de la
    seguridad que nos
    ofrecen las instituciones
    de estar integrados en un todo social, los hombres cedemos a
    ellas gran parte de nuestra libertad. Este
    comportamiento
    responde a la necesidad del hombre de
    sentirse integrado a un grupo social.
    Esta integración a su vez le proporciona
    aprendizaje y
    ayuda a desarrollar la
    personalidad, es decir, lo aceptamos a fin de poder
    construir así nuestra identidad
    Sin pretender ser reiterativos, en este nuevo aporte
    también son postulados como aspectos críticos para
    el éxito
    en la organización elementos que, según la frase
    inicial de Drucker que motiva este análisis, son enemigos
    de la eficiencia y la productividad.

    3.
    Especialización –
    Concentración

    Peters y Waterman también ofrecen su propia
    versión del "zapatero a tus zapatos", pero no centrada en
    la función
    individual como plantea Drucker sino en el conjunto de la
    organización. Según estos autores, la empresa que
    quiere ser productiva debe centrar su atención y recursos en lo
    que mejor sabe hacer, y tercerizar las demás tareas en
    prestadores externos especialistas, que son mejores
    específicamente en cada una de ellas.
    Las organizaciones que se diversifican sin perder de vista su
    principal destreza son las que logran mayor éxito.
    Mientras que las que pretenden abarcar muchos campos distintos,
    tienden a fracasar. Por lo que inferimos que la
    diversificación es una práctica aceptada para
    lograr la estabilidad mediante la adaptación, pero si esta
    práctica no es una estrategia de la
    organización como conjunto se obtendrán los efectos
    contrarios.

    Aporte de otras ciencias:
    Grupos o Equipos – Participación
    En los últimos autores analizados para contrastar con la
    postura de Drucker, aparecen denominadores comunes que pueden dar
    indicios de toda una corriente de management opuesta a la
    escuela
    tradicional. Dicha corriente se nutre de la reunión de
    aportes de dos fuentes
    diferentes: por un lado, el modelo de
    gestión
    de la calidad total y,
    por el otro, los grandes autores de las ciencias del
    comportamiento. De dicha corriente surge un nuevo paradigma
    organizacional, tal como lo afirma Kenneth Blanchard:
    "Con los rápidos cambios sociales, tecnológicos y
    de información que se están sucediendo,
    la sociedad se ve
    frente a nuevas tensiones. Las empresas son
    más complejas y competitivas. Ya no dependen de algunos
    pocos y excelentes emprendedores para que asuman el liderazgo. Si
    pretenden sobrevivir, deben imaginar nuevas maneras de penetrar
    en la creatividad y
    en el potencial de las personas en todos los niveles.
    Juntando a esos cambios una población que se transforma, un cambio en
    valores y en la ética
    tradicional del trabajo se obtendrá una demanda
    creciente de modernas estructuras
    organizacionales y una nueva definición de liderazgo.

    Todos los actores sociales pertenecen a algún
    grupo. Los grupos son conjuntos de
    actores sociales en quienes se intensifica la interacción.
    Los grupos, unidades estructurales, operan en la realidad social
    e interactúan unos con otros. Se caracterizan por poseer
    conciencia
    grupal, cohesión en la acción e integración
    mutua.
    Como venimos analizando, se pone de manifiesto la necesidad de
    responder a estos cambios de manera rápida y eficiente.
    Consideramos que para ello es indispensable utilizar todos los
    recursos disponibles en la organización, lo cual incluye
    los aportes de ideas que pudieran surgir de todos los niveles de
    su estructura, y
    no como sugiere la corriente seguida por Drucker, limitar estos
    aportes sólo a los directivos o ejecutivos de la
    Organización, en sus funciones de planificación y control.
    Como resultado viene apareciendo un movimiento tan
    intenso en cuanto a participación y envolvimiento en
    prácticas administrativas que es llamado la tercera
    revolución. Una nueva estructura
    organizacional comienza a formarse: el equipo que incrementa
    participación societaria e incumbencias propicia creatividad y
    habilidades. El líder de hoy necesita ser capacitador de
    personas y facilitador de equipos, pero no apenas como
    líder eficaz del grupo sino también como miembro
    eficaz del grupo.
    Precisamos gerentes que favorezcan el trabajo en
    equipo, faciliten la solución de problemas en
    grupo y focalicen la atención y el entusiasmo del grupo en
    un continuo perfeccionamiento. En el mundo de hoy la
    productividad grupal muchas veces es más importante que el
    cumplimiento de tareas individuales.
    En complemento a la idea de participación de todos los
    niveles de la estructura en
    la generación de propuestas y mejoras, resulta necesaria
    la aparición de dos elementos: Un líder capaz de
    cohesionar los objetivos personales de cada integrante del grupo
    con los de la Organización; y un cambio en la estructura
    tradicional que favorezca el accionar de este líder con
    vistas a aprovechar la sinergia del
    grupo.
    Los sistemas que oponen "jugador a jugador" deberían
    modificarse de modo que la prioridad de cada miembro del equipo
    sea la realización del objetivo del
    grupo. Para hacerlo, los gerentes deberían renunciar a
    gran parte del control que ejercen sobre sus subordinados. Si eso
    sucediera se crearía un sentimiento del poder grupal y
    el grupo desarrollaría un orgullo proveniente de
    realizaciones de alta calidad.
    Nunca oiremos "este trabajo no es mío" en una empresa en
    que se practique el trabajo en
    equipo. Cuando los grupos funcionan bien pueden resolver
    problemas de mayor complejidad, tomar mejores decisiones, liberar
    más creatividad y desarrollar más capacidades y
    responsabilidades individuales que cuando los individuos trabajan
    solos, es lo que conocemos por sinergia."

    4. Sinergia –
    Cooperación

    El concepto de
    sinergia, que observamos no fue considerado por la corriente del
    pensamiento administrativo tradicional seguido por Drucker, nos
    parece que es muy enriquecedor de las relaciones del empleado con
    su trabajo, como así también el de
    cooperación, entendido como el comportamiento colectivo
    que hace que los actores procesen en conjunto sus recursos,
    conocimientos y aptitudes y aún sus emociones; ya que
    le otorga a éste una visión global del proceso y
    sus resultados, facilitándole a la organización la
    información necesaria para la toma de decisiones
    rápidas demandadas por su entorno, además de
    originar en cada integrante del equipo, individual y grupalmente,
    el sentimiento de satisfacción, pertenencia y
    reconocimiento en relación a la tarea desarrollada,
    motivándolo a continuar realizando sus mejores aportes al
    proceso.
    "Pero entonces, ¿No podrían ellos destruir la
    productividad? Con certeza, si no fueran bien gerenciados. Es por
    eso que decimos que el líder de hoy precisa ser un
    capacitador de personas y un facilitador de grupos".
    Los fenómenos grupales son considerados por esta nueva
    corriente desde una perspectiva más moral y
    emotiva, y no sólo desde un rol o una función. A
    nuestro entender es una postura más adecuada en cuanto a
    la consideración del individuo, en relación a su
    trabajo, sus necesidades, anhelos, objetivos,
    satisfacción, pertenencia, etc. Se incorpora la totalidad
    del individuo a la Organización, incluyendo su personalidad,
    contrariamente al lineamiento seguido por Drucker, quien menciona
    que el individuo debe limitarse a desarrollar su trabajo,
    interesándose particularmente en el aspecto productivo del
    individuo y su especialización en el trabajo, sugiriendo
    que todo lo demás (sus emociones,
    valores personales, moral,
    etcétera) debe quedar fuera de la Organización,
    determinando la alienación del hombre.

    5. Comunicación – Coordinación

    Para ilustrar lo necesario de la
    comunicación, coordinación o relación, cliente y
    proveedor internos, trabajo en equipo y sinergia como componentes
    tan importantes para el logro de los objetivos organizacionales
    como las competencias
    exclusivas de cada cargo, podemos detenernos a analizar la
    siguiente gráfica e interrogarnos sobre cuáles
    serían los resultados si estos conceptos no fueran
    aplicados.

    Si analizamos la
    ilustración precedente podríamos decir que si
    cada individuo en particular se limita a desarrollar
    satisfactoriamente "su trabajo", en términos de Drucker
    podríamos estar frente a dos individuos sumamente
    productivos.
    Pero la
    ilustración también nos permite observar que,
    por cada producto
    realizado por un sistema donde cada quien se limita a hacer bien
    "su parte", simultáneamente son fabricados de manera
    involuntaria tres subproductos indeseables:

    • Desperdicios
    • Retrabajos, y
    • Estrés, que aunque no se perciba de forma
      tangible todos podemos reconocer que allí está:
      El estrés
      surgido, fundamentalmente, de la impotencia que sienten los
      trabajadores al percibir que, por más que se esfuercen,
      no llegarán a cumplir con su cometido… y la cosa
      parece empeorar cada vez más, aunque no todos perciban
      que esto no es una situación fortuita, sino el resultado
      sistemático de una forma de trabajo que fabrica productos
      pero también problemas. O como Deming le llama: "la
      empresa
      fantasma".

    Y en términos específicos de retrabajos, a
    nuestro criterio podemos claramente inferir que muchas veces se
    "crea" un trabajo o tarea innecesaria, con las
    características de un "parche"; y que podría ser
    eliminada a través de una adecuada coordinación y
    trabajo en equipo.
    Para combatir este problema resulta necesario, en primera
    instancia, una adecuada comunicación entre los individuos
    que intervienen en el proceso, como así también
    entre éstos y el coordinador o gerente y, por
    último, de éste con el entorno. Debe informarse a
    los trabajadores sobre lo que se espera de su trabajo,
    quiénes son sus clientes y
    proveedores
    internos, debe dárseles una visión integrada del
    proceso, para que éstos "vean" su participación en
    el mismo y puedan identificarse con el resultado final, logrando
    así la
    motivación y satisfacción personal y
    grupal.
    En base a nuestras experiencias personales podemos decir que a
    partir de allí, y por mera "decantación",
    irán surgiendo las mejorías de manera continua, el
    incremento de la productividad, el logro de los objetivos. Todo
    esto como resultado de la sinergia del grupo a través de
    actividades que, según la frase de Drucker,
    atentarían contra la productividad.

    Liderazgo, Estilos y Cambio
    Para William Ouchi no sólo existe un tercer tipo de
    liderazgo que amplía y supera los estilos X e Y propuestos
    por Douglas McGregor (1960), sino que con él nace una
    nueva filosofía de empresa; la empresa Z
    tiene todo un bagaje de valores, prioridades y fundamentos que la
    hacen única y diferente a la escuela tradicional.
    Esta teoría
    sugiere que las condiciones humanizadas no sólo aumentan
    la productividad y los beneficios de la compañía,
    sino también la autoestima de
    los empleados.
    Para él la empresa Z equilibra las relaciones sociales con
    productividad porque, de todos modos, las dos se vinculan
    estrechamente: sociedad y economía. Si el
    cuerpo social no funciona adecuadamente, entonces lo
    sufrirá el cuerpo económico. Considera a la
    organización económica un invento social, que como
    todo sistema social implica una forma sutil de
    coordinación entre sus individuos.
    Según esta postura las organizaciones no necesitan
    directivos u operarios que trabajen más intensamente, sino
    que sus mecanismos de coordinación entre ellos se afinen
    al punto en que se comprendan todas las sutilezas de las
    relaciones, que son esenciales para una productividad
    mancomunada.
    Todo esto deja ver claramente que la Teoría
    Z define a la productividad en sentido contrario a Drucker,
    ya que da por sentado que ésta es imposible sin
    participación en equipo, liderazgo participativo,
    conciliación de intereses personales y organizacionales,
    autocontrol, polivalencia, comunicación y motivación, entre otros.
    Y si bien no está específicamente dedicada al
    pensamiento de Drucker, la siguiente carta de
    crítica de Konotsuke Matsushita, fundador de Panasonic
    pide a los dirigentes tradicionales de empresas que
    revean los supuestos en los que basan su gestión, los cuales adquieren posiciones
    alineadas con la escuela a la que el propio Drucker
    aportó.
    "Nosotros vamos a ganar y el Occidente va a perder: ustedes ya
    pueden hacer muy poco para evitarlo, porque la derrota la llevan
    en ustedes mismos. Sus organizaciones son taylorianas; pero lo
    peor es que también lo son sus cabezas. Ustedes
    están totalmente convencidos de que manejan bien sus
    empresas al diferenciar por un lado los jefes y por el otro los
    ejecutantes; por un lado los que piensan, por el otro los que
    atornillan.
    Para ustedes, el management es el arte de hacer
    pasar adecuadamente las ideas de los patrones a las manos de los
    obreros. Nosotros somos postaylorianos: sabemos que los negocios se
    han vuelto tan complicados, tan difíciles, y la
    supervivencia de una firma tan problemática en un entorno
    cada vez más peligroso, inesperado y competitivo, que la
    empresa debe movilizar cada día toda la inteligencia
    de todo el mundo para tener posibilidad de salvarse. Para
    nosotros, el management es precisamente el arte de movilizar
    y de coordinar toda esa inteligencia
    de todos al servicio del
    proyecto de la
    empresa. Porque hemos sabido apreciar mejor que ustedes la
    magnitud de los desafíos tecnológicos y
    económicos, sabemos que la inteligencia de unos pocos
    tecnócratas –por brillantes que sean– es de
    ahora en más insuficiente para enfrentarlos.

    Sólo la inteligencia de todo su personal puede
    permitirle a una empresa
    enfrentar las turbulencias y las exigencias de su nuevo entorno.
    Ésta es la razón por la cual nuestras grandes
    firmas brindan a su personal tres o cuatro veces más
    capacitación que las de ustedes. Por eso
    mantienen en su interior un diálogo y
    una comunicación tan densos; por eso solicitan
    constantemente las sugerencias de todos; y por eso sobre todo
    reclaman, fuera de ellas, al sistema educativo nacional, la
    preparación de un número cada día creciente
    de bachilleres, de ingenieros generalistas esclarecidos y cultos,
    tierra de
    cultivo indispensable para una industria que
    debe alimentarse de inteligencia permanente".
    Según analizamos lo propuesto por Drucker en
    relación a la productividad, las acciones de
    coordinación, capacitación y comunicación no
    son específicos de la función, lo cual los
    convertiría en innecesarias e improductivas, mientras que
    para Matsuchita son esenciales e imprescindibles para el
    gerenciamiento.
    De esto se desprende que lejos de oponerse a la división
    del trabajo, Matsushita se opone a la alienación que esta
    corriente sugiere. Creemos que no todos podrán ser
    directores de la empresa pero sí que todos podrán
    sentirse como tales y en este sentido aportar más
    allá de lo que su descripción de función, o sus
    atribuciones de cargo le requieran.
    Para esto es necesario una integración del individuo a la
    organización, la cual no es posible sin la correspondiente
    congruencia de intereses y objetivos. Tal integración
    supone un trabajo en pos de un unificado objetivo organizacional
    y su elemental orientación y seguimiento, lo que nos lleva
    a pensar que es imprescindible una coordinación que no
    podrá ser de ninguna manera autoritaria.
    Por otro lado los constantes y vertiginosos cambios a los que se
    enfrentan las empresas hoy en día hacen que más que
    nunca se replanteen las acciones a ejecutar y se tomen decisiones
    cada vez más importante y más
    rápidamente.
    El curso de estos cambios pueden llevar a modificar las estrategias y
    hasta el curso de la organización con lo cual no es
    factible que las tareas se mantengan constantes y el individuo
    pueda perfeccionarse, con el tiempo, en ellas como sugiere
    Drucker. Entendemos que el modelo clásico propuesto por
    él sólo funcionaría en organizaciones
    clásicas y cerradas a su entorno, lo que las
    llevaría productivamente a desaparecer.
    Estos cambios, la velocidad con
    que se suceden y la imperiosa necesidad de información
    para la toma de decisiones, hacen que la organización
    cuente con registros, experiencias y otros registros que puedan
    ayudar en el futuro. Para la corriente racional-económica
    -Fredrick Taylor (1911);
    Henri Fayol (1943), y para Drucker en particular, la
    ejecución de tareas que no sean específicas del
    puesto deben ser eliminadas a fin de no atentar a la
    productividad.

    Gestión de Información
    Esto demuestra que para Drucker (en confrontación con el
    pensamiento empresarial más aceptado actualmente) la
    gestión de información sobre los procesos y los
    sistemas preventivos no harían sino aumentar el papeleo.
    Si siguiéramos estos lineamientos en la práctica y
    no invirtiésemos en una gestión inteligente e
    integral de la información, nos encontraríamos con
    situaciones semejantes a la que ilustramos a
    continuación:

    Varias personas precisaban realizar una investigación sobre un animal, para ellos,
    desconocido. Pero tenían un problema: eran ciegos, y el
    tamaño del mismo impedía que sólo uno de
    ellos pudiera abarcar individualmente la pesquisa. Como no
    tenían a mano otra alternativa, decidieron que la
    investigación debía hacerse sí o sí,
    reemplazando la visión con los otros cuatro sentidos.
    Durante el viaje de regreso, cada uno volcó como pudo los
    datos
    recogidos.
    Al confrontar las informaciones, inicialmente todos coincidieron:
    el "objeto de estudio" olía muy mal, no dejaba de moverse
    y emitía de vez en cuando sonidos algo aberrantes. Y,
    aunque parecía forrado con colchones, su forma era
    semejante a un objeto conocido.

    El problema fue precisar a qué objeto se le
    asemejaba:
    – Cuatro de ellos coincidieron en que se trataba de una columna
    (las patas)
    – Otro discordó, afirmando que parecía un
    caño de desagües (la trompa)
    – Otros dos, sorprendidos por las descripciones anteriores,
    hablaron de estacas de madera
    ligeramente redondeadas (los colmillos).
    También se mencionó una manguera muy gruesa (la
    trompa), grandes pantallas o abanicos (las orejas), un plumero
    (la cola)… y obviamente no llegaron a ningún
    acuerdo.
    Sin pretender poner en duda la veracidad o la utilidad de los
    datos en los
    que basa su trabajo, el éxito de un equipo en donde cada
    quien pretende que su parte defina al todo, sería tan
    factible como el siguiente desafío:
    a) Consiga: 4 columnas; 1 caño de desagües; 2 estacas
    de madera
    (ligeramente redondeadas); 2 pantallas o abanicos (los más
    grandes que encuentre); 1 plumero y 1 manguera (lo más
    gruesa posible).
    b) Forre todos estos elementos con colchones.
    c) Con dichos materiales
    fabrique un elefante. Que se mueva, barrite… y huela como
    tal.
    Lo anterior, aunque inocente, sin grandes aspiraciones y hasta
    aparentemente tonto, puede ser sin embargo un ejemplo interesante
    para pensar los datos que usamos para hacer nuestro trabajo. En
    este caso, el elefante nuevamente va a representar la realidad de
    la organización, y nuestras percepciones la única
    fuente de información hasta ahora disponible al respecto
    de la misma.
    Cuando comenzamos a trabajar en conjunto, nuestra
    situación se parece a la de los "ciegos' y el elefante. Lo
    que nos alerta este cuentito es respecto de los peligros de la
    información parcializada -lo que aquí sería
    la "salida" de cada tarea realizada individualmente-.
    Como obviamente en una empresa –siguiendo la propuesta de
    Drucker- nadie está especialmente interesado en monitorear
    informaciones que no son específicas para su tarea, los
    datos de la rutina, están generalmente orientados a los
    objetivos de ese sector, de ese departamento: de ese ciego que
    sólo está en contacto con SU realidad.
    En otro sentido los cambios han llevado a las empresas a pensar
    sus objetivos y estrategias en
    términos globales, delegando a los niveles inferiores la
    búsqueda de mejoras operativas que respondan a dichos
    cambios. Esto hace necesario un continuo análisis de las
    necesidades de los clientes actuales y/o potenciales, ya sea por
    el cambio de las exigencias por parte de éstos o por un
    aumento de la competencia.

    Para Drucker, siempre según la frase inicial que
    motiva este ensayo este tipo de acercamiento es también
    negativo si para el individuo no es una tarea asignada
    formalmente. Por el contrario, la experiencia de muchas
    organizaciones parece indicar que es necesario un acercamiento
    entre proveedor y cliente del tipo
    "cuerpo a cuerpo" en todos los planos de la
    organización.
    En términos de la información necesaria, para un
    adecuado gerenciamiento, que incluye la toma de decisiones, la
    coordinación y planificación; si cada empleado se dedica
    sólo a su trabajo (con una visión acotada del
    proceso), si los que están en contacto con los clientes
    que son sólo los vendedores y la "línea de frente"
    asumen la misma postura limitándose sólo a vender,
    y si no se llevan registros por considerarse tareas
    improductivas, nos surge el siguiente interrogante:

    ¿Cómo llega al seno de la
    Organización la información vinculada con las
    verdaderas y cambiantes necesidades de los clientes?
    Además, si los cambios se suceden tan rápidamente y
    afectan tanto a la orientación y estrategia de la
    organización como así también a las tareas
    que los individuos ejecutan en ella; puede pasar que si me limito
    a "mi parte" esté haciendo muy bien mi trabajo pero que ya
    no tenga sentido porque ya no es necesario, por lo que mi
    eficiencia individual puede convertirse en uno de los peores
    enemigos de los logros del conjunto.

    Partes: 1, 2

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