CAPÍTULO 1 (parte)
La muerte del héroe, el
nacimiento de una leyenda, la historia del caballero
maestro
Han llegado refuerzos.- grito una voz desde algún
lugar del campo de batalla. De repente se vio a un gran
dragón negro lanzando una llamarada que fue a chocar contra
la orden de los caballeros nórdicos.
-¿Qué?, ¿qué está pasando
aquí?, ¡porque nos atacan!- grito el más joven de
los caballeros nórdicos, al mismo tiempo que corría hacia
sus compañeros calcinados por el horrible rayo de fuego del
dragón, corrió hasta que llego al lado de uno de sus
compañeros que se encontraba herido.
-Vámonos, todos los demás están muertos,
tenemos que huir Leonard- el joven caballero incorporo a su amigo
y se lo hecho al lomo- esto es traición, tenemos que decirle
a Alberick de la traición del dragón negro y sus
caballeros.
Leonard se adentro en el bosque hasta que no tuvo
fuerzas para seguir andando, entonces bajo a su amigo al suelo y lo acomodo junto a un
árbol—nos están siguiendo, guarda
silencio—dijo Leonard a su amigo mientras desenvainaba su
espada corta—demonios, son demasiados.
Con alivio observo como un escuadrón del los
caballeros nórdicos acercaba con rapidez, hasta detenerse
junto enfrente suyo
–Gracias a Caos que son ustedes—dijo Leonard
–todos los demás caballeros están muertos, el
dragón negro los ha calcinado y…— su voz se apago
cuando los caballeros desenfundaban sus espadas y se lanzaban
contra él.
–por que me atacan—grito Leonard mientras
desviaba los ataques con su espada – quien ha ordenado
semejante traición, Alberick jamás lo
permitiría—lanzo un grito agudo de dolor cuando el
filo de una espada se le clavo a la altura del hombro y otra la
siguió y le atravesó una pierna.
Leonard escucho un agudo grito de dolor y cuando volteo
observo como su amigo era cruelmente acribillado por sus antiguos
compañeros, poco después se escucho una voz con
autoridad.
–Deténganse, se ha derramado suficiente sangre por hoy—de entre la
sombras emergió un caballero alto, y fornido, que portaba
una armadura de color negro, similar a las
escamas de un dragón, con un escudo con un pentagrama en el
centro, símbolo de los caballeros nórdicos.
–Siggfried, tu ordenaste esta masacre, eres un
maldito—Leonard se incorporo y con sus últimas fuerzas
arremetió en contra de Siggfried, su espada corta choco
contra el peto de la armadura pero no le hiso nada, ni un
rasguño— ¿qué pasa, porque no le hago
daño?—pensó
Leonard mientras seguía intentando herirlo, pero solo
consiguió colmar su paciencia.
Siggfried agarro la espada con la mano izquierda, de
pronto la espada se calentó tanto que Leonard tuvo que
soltarla. La espada comenzó a derretirse y Leonard no daba
crédito a lo que
veían sus ojos.
–Los caballeros nórdicos obtenemos el favor de la
magia por medio del dios del Armagedón, es una lección
que creo ya no aprenderás joven caballero—Siggfried
tomo del cuello a Leonard y calentó tanto su cuerpo que
comenzó a sangrar por la boca, nariz y ojos, después lo
lanzo al aire con una fuerza descomunal y cuando vio
que estaba a una buena altura, cerro el puño con fuerza e
hizo que hubiera una mediana explosión que precipito contra
el suelo a Leonard.
–Está muerto, es hora de regresar a
casa—Siggfried dio media vuelta y llamo mentalmente a su
enorme dragón negro utilizando una de sus
escamas.
El enorme dragón negro descendió del cielo,
Siggfried de un salto subió hasta el lomo del dragón y
se sentó en la silla de montar.
–Comandante Siggfried, me permite darle el informe de la misión al general
Alberick?—dijo un hombre alto, con la armadura
característica de esa orden y encima llevaba un abrigo de
piel de centauro.
–Hazlo, líder de escuadrón
Kistel, dejo al escuadrón bajo tus ordenes, regresen de
inmediato a la base y repórtense—fue todo lo que dijo
Siggfried antes de que el dragón comenzara a volar y
desapareciera en el cielo.
–General, le traigo el informe de la misión—
hablo un soldado con un abrigo de piel de centauro,
dirigiéndose a un caballero que poseía un aura
sumamente poderosa, llevaba puesta una armadura negra reluciente,
la más confeccionada y finas de todas, hecha con la
mismísima piel de un dragón negro de 4 garras, el casco
tenia la forma de cabeza del dragón el cual estaba puesto
sobre su rodilla izquierda, poseía un escudo hecho con una
parte del ala, y como arma una guadaña blanca tomada del
colmillo de la grandiosa bestia puesta a su lado
derecho.
Sus ojos del color del fuego salían a relucir en la
oscuridad, su tez blanca resaltaba las venas de sus poderosos
brazos y su cabello largo sujetado con una cinta y peinado hacia
atrás.
El hombre estaba
sentado en una especie de trono y a su alrededor cinco
caballeros, menos imponentes pero de ellos se desprendía
un gran poder.
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