- Finalidades
de la supervisión - Objetivo
de la supervisión - Factores
condicionantes de la supervisión educativa - La
supervisión, funciones de control y
evaluación - El
supervisor como orientador asesor y experto en el sistema
educativo
Las funciones de
la supervisión
De forma muy breve, enumero con algún comentario las
funciones
antes aludidas y encomendadas a la supervisión:
a) Información: el inspector posee
información plenamente actualizada sobre la realidad y las
novedades en el sistema
educativo, por lo que es una función
que puede desarrollar de forma idónea. Conoce ampliamente
los centros escolares y también la normativa, con lo cual
tiene en sus manos la posibilidad de facilitar información
a todos los sectores sociales interesados en el campo de la educación:
familias, profesorado de todos los niveles, personal no
docente, alumnado, personal de las distintas administraciones
-locales y centrales- que se relacionan con el sistema, etc.
b) Asesoramiento: habitualmente, el inspector posee una
formación académica especializada, pues es
requisito para su acceso al puesto que desempeña.
Independientemente de su formación inicial -en la que, sin
duda, podrá asesorar al profesorado-, existe un amplio
campo en el que, casi, es el único especialista en el
sistema: organización, administración, gestión, evaluación…, de los centros docentes. En
estos ámbitos es el profesional idóneo para
asesorar, casi siempre a los directivos de los centros. El
asesoramiento en las diferentes áreas curriculares o
científicas estará a cargo del personal oportuno de
las mismas, pero difícilmente se encuentra, fuera de la
supervisión, a personal apropiado para asesorar a los
directivos en los temas citados. Creo que es el campo
específico de asesoramiento para la
supervisión.
c) Mediación: como ya mencioné antes, la
posición asignada, habitualmente, a la supervisión
en el sistema, hace que deba desempeñar un papel de
mediación que no es posible desde otras instancias: es el
puente entre la
Administración y la escuela -en
sentido amplio: incluyo a todos los sectores sociales que
intervienen en ella. El camino que recorre la información
entre realidad y normativa, sociedad y
administración, se lleva a cabo a
través de la mediación que realizan los
inspectores. Si falla este mecanismo, la teoría
y la práctica educativas corren el riesgo de quedar
sin conexión, ampliándose las distancias que, en
muchos casos, ya existen entre ambas.
d) Control: la
comprobación de cómo se está aplicando la
normativa que rige el sistema está a cargo de la
supervisión. Suele ser una competencia
exclusiva, pues es desde donde se visita el centro con cierta
frecuencia y, en consecuencia, desde donde se puede realizar esta
función. Además, requiere de la autoridad
debida, delegada desde la Administración, para que se
ejerza sobre el conjunto del funcionamiento escolar,
especialmente sobre los directivos y profesorado. El control,
como indica su propia denominación, supone solamente la
verificación o confirmación de la veracidad o
exactitud de algo, en nuestro caso del funcionamiento adecuado de
la escuela. Sin más. Las consecuencias de este control
-casi un mero diagnóstico– conducen al ejercicio de otra
función, más amplia, como es la de
evaluación.
e) Evaluación: es la función genuina de la
supervisión. Suele ser exclusiva de este cuerpo
especializado y, además, se asimila con mucha frecuencia
evaluación con supervisión o inspección:
tanta es su identidad.
Supone el ejercicio de la valoración permanente del
sistema educativo: para reforzar los puntos fuertes y para
superar la situación existente en las áreas de
mejora. A través de la supervisión puede realizarse
esta evaluación de modo continuo, lo que permite ajustar,
también continuamente, el sistema "formal" a la escuela
"real". Por otro lado, el supervisor, aunque buen conocedor del
centro, mantiene la distancia suficiente como para llevar a cabo
evaluaciones externas, colaborando y asesorando en las internas o
autoevaluaciones institucionales que el propio centro realice. La
evaluación es una función clave para mantener la
mejora permanente del sistema educativo, que, en definitiva, es
conseguir la educación y la
escuela de calidad que se
persigue desde todas las instancias.
Finalidades de la
supervisión
En definitiva, ¿para qué es necesaria la
supervisión y todas las funciones que se le encomiendan en
el sistema educativo? ¿Cuáles son las metas que
debe alcanzar la supervisión con el ejercicio de sus
competencias?
De forma global, estas finalidades pueden sintetizarse en
dos:
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