El capitalismo, el socialismo y otras corrientes socio políticas – económicas
El capitalismo, economia de mercado
Socialismo, socializacion de los sistemas de
produccion
Conclusion
Referencias bibliograficas
INTRODUCCION
Desde los comienzos de la historia hasta el presente,
el hombre ha
luchado por su emancipación. Así los pueblos de
todas las épocas se han alzado una vez tras otra con el
afán de derrocar sistemas de
intolerable opresión política y social,
reemplazándolos por ordenes nuevos, también
injustos e imperfectos, pero más evolucionados que sus
predecesores. Es así que surgen dos corrientes
filosóficas del pensamiento
político y económico, cuya repercusión en la
transformación de la sociedad,
interesa en cuanto a su aporte al trabajo como
hecho social.
Es así que surge la corriente del capitalismo,
de la cual se derivan otras posturas que apoyan algunos de sus
postulados y contradicen otros, tales como: el mercantilismo,
el keynesianismo, el neoliberalismo, y más recientemente el
capitalismo creativo. Por otra parte y en oposición al
sistema
capitalista, surge el socialismo, del
cual se deriva el socialismo utópico, el
científico, el democrático y su última
versión el socialismo del
siglo XXI.
En este marco de ideas, el presente ensayo aspira
a sintetizar los elementos más resaltantes de estas
corrientes en el ámbito social, los cuales repercutieron e
hicieron su aporte al actual derecho
laboral.
De ahí que se estructura en
dos partes. La primera referida al Capitalismo, y su evolución hasta la actualidad y la segunda
referida al Socialismo, desde sus inicios hasta el siglo XXI.
EL CAPITALISMO,
ECONOMIA DE MERCADO
Señala Iribarre (1987) que este sistema apareció
en el siglo XXIII, en Europa
sustituyendo al feudalismo, como
un sistema económico en el cual el dominio de la
propiedad
privada sobre los medios de
producción desempeña un papel
fundamental.
Esto crea a su vez una sociedad de clases estratificadas en
relación con el éxito
económico en el mercado de
consumo, lo
que influye en el resto de la estructura
social según la variable de capital
acumulada; por tal razón en el capitalismo la clase social
dominante suele ser la burguesía.
Su fundador fue Adam Smith
(1776), quien describió los principios
económicos básicos que lo definen intentando
demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma
que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo
individual sino también la mejora de la sociedad.
Características del capitalismo
Elgue (2007) señala que a lo largo de su historia, pero
sobre todo durante su auge en la segunda mitad del siglo XIX, el
capitalismo tuvo una serie de características
básicas. Los medios de producción (tierra y
capital) son de propiedad privada.
La actividad económica aparece organizada y coordinada
por la interacción entre compradores y vendedores
o productores que se produce en los mercados. Tanto
los propietarios de la tierra y el
capital como los trabajadores, son libres y buscan maximizar su
bienestar, por lo que intentan sacar el mayor partido posible de
sus recursos y del
trabajo que utilizan para producir. El control del
sector privado por parte del sector
público debe ser mínimo. La actividad del
gobierno
sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional,
hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento
de los contratos.
El Mercantilismo
Galbraith (1967) afirma que desde el siglo XV hasta el siglo
XVIII, cuando aparecieron los modernos Estados nacionales, el
capitalismo no sólo tenía una faceta comercial,
sino que también dio lugar a una nueva forma de comerciar,
denominada mercantilismo. Esta línea de pensamiento
económico, alcanzó su máximo desarrollo en
Inglaterra y
Francia.
El sistema mercantilista se basaba en la propiedad privada y
en la utilización de los mercados como forma de organizar
la actividad económica. A diferencia del capitalismo de
Adam Smith, el objetivo fundamental del mercantilismo
consistía en maximizar el interés
del Estado
soberano, y no el de los propietarios de los recursos
económicos fortaleciendo así la estructura del
naciente Estado nacional. Con este fin, el gobierno
ejercía un control de la producción, del comercio y del
consumo.
La principal característica del mercantilismo era la
preocupación por acumular riqueza nacional,
materializándose ésta en las reservas de oro y plata
que tuviera un Estado. Dado que los países no
tenían grandes reservas naturales de estos metales
preciosos, la única forma de acumularlos era a
través del comercio. Esto suponía favorecer una
balanza
comercial positiva o, lo que es lo mismo, que las exportaciones
superaran en volumen y
valor a las
importaciones, ya
que los pagos internacionales se realizaban con oro y plata. Los
Estados mercantilistas intentaban mantener salarios bajos
para desincentivar las importaciones, fomentar las exportaciones
y aumentar la entrada de oro.
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