La Comunicación, su importancia para la labor del Trabajador Social
Introducción
"El hombre
está inmerso en su contexto cultural, del cual no puede
aislarse. La
Comunicación es, pues un proceso
permanente, que integra múltiples modos de
comportamientos: Palabras, gestos, miradas, mímicas,
manejo de espacio." Ojalvo, Dra. Victoria (1999)
Cuando pensamos en el concepto de
comunicación, por lo general nos viene a la
mente los medios
masivos, tales como la TV, la radio,
INTERNET, la
prensa, etc.
Sin embargo no es sólo eso, es también ese proceso
más cercano entre personas, (comunicación
interpersonal), a nivel de familia, de
barrio, de comunicación. De lo que no hay duda es: que es
importantísimo y que además es un tipo de actividad
especial, que no sólo lo socializa, sino que además
sirve para regular su conducta y la de
otros hombres.
El Trabajador Social es un profesional que interactúa
con la realidad para transformarla, mediante el acercamiento
directo con el ser humano como objeto y sujeto de trabajo, a fin
de contribuir con el mejoramiento de sus condiciones y calidad de
vida y que el objeto de trabajo de la profesión es la
problemática social.
Es por ello que necesita conocer cómo comunicarse
mejor, qué dificultades constituyen barreras en la
comunicación, cómo establecer una buena
empatía y dominar el contenido del tema a tratar, hay un
viejo adagio de un educador Inglés
que grafica muy bien lo anterior.-"Si quieres enseñar
Latín a Pedro, ante todo tienes que conocer a Pedro, y en
segundo lugar, conocer Latín."
Por lo que el objetivo de
este trabajo es exponer algunas consideraciones relacionadas con
la importancia de la comunicación para la labor de los
trabajadores sociales.
Desarrollo
Según el investigador José R. Vidal, "Comunicación
Social es: un proceso en el que intervienen dos o más
seres o comunidades humanas que comparten experiencias,
conocimientos, sentimientos; aunque sea a distancia, a
través de medios artificiales. En este intercambio los
seres humanos establecen relaciones entre sí y pasan de la
existencia individual aislada a la existencia social
comunitaria"
Esta definición conduce al análisis de la comunicación social
como elemento necesario para el ser humano y parte de sus
relaciones sociales. Las aptitudes comunicativas que tienen los
individuos por naturaleza, se
amplían y modifican por las demandas de la sociedad y el
desarrollo
cultural. Estos aspectos, al mismo tiempo que
modifican las facilidades comunicativas, condicionan la cualidad
de las relaciones en la interacción humana.
Las relaciones sociales y la comunicación son una
unidad indisoluble. Las relaciones sociales dependen de la
actividad vital real y de la comunicación de las
personas.
La Escuela de
Formación de Trabajadores Sociales contribuye a lograr que
los estudiantes desarrollen conocimientos y habilidades en el
análisis del proceso comunicativo y de las actitudes
básicas para establecer una comunicación eficaz;
que puedan determinar las acciones para
la atención individual -en correspondencia con
las características de cada etapa del desarrollo
humano- y que, como agentes de cambio,
diseñen estrategias de
intervención para la transformación de
conductas y actitudes en los individuos y su incorporación
plena a la sociedad y para movilizar a los individuos, grupos y
comunidades e implicarlos en los procesos de
transformación social.
Entre las funciones del
trabajador social se define que debe ser capaz de propiciar la
participación popular y actuar directamente en proyectos de
transformación social, e influir
ideológicamente en la comunidad
sobre la base de los principios
políticos e ideológicos de la Revolución. También debe saber
cómo orientar a la población y acompañarlos o
representarlos ante las instituciones.
El trabajador social también actúa como
facilitador de las relaciones entre sujetos e instituciones
sociales de la localidad, conscientes de que el ser humano es
el centro de atención y todo lo demás
está en función de
sus necesidades. Se desempeña como organizador y
movilizador de los individuos, grupos y comunidades, siempre
influyendo en el desarrollo de su conciencia
crítica.
El trabajador social en su función de comunicador, no
debe cometer el error de perder el rumbo de la
comunicación que establece con las personas con quienes se
relaciona en el cumplimiento de su trabajo y debe recordar que
ese rumbo lo marca la persona a la cual
va dirigido el mensaje, denominada receptor o destinatario. En
ocasiones tendrá que llevar mensajes a personas que
todavía no reconocen que tienen la necesidad de él.
Por ejemplo: Existen hábitos de vida que son
dañinos para la salud y, sin embargo, no
siempre son reconocidos como tal, ni debe olvidar que comunicar
también es educar.
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