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Lo espiritual en el hombre (página 2)



Partes: 1, 2

Miremos que todo esto se basa con el alma
espiritual, pues como ya se dijo, el alma es esa parte
intelectual, racional, trascendente.

Hay tres operaciones de la
mente humana que nos exigen afirmar que las causas de las ideas,
de los juicios, de los raciocinios y de la auto reflexión
son espirituales:

En primera instancia están las ideas que provienen de
un principio espiritual, "sabemos que la idea es un
representación abstracta, que prescinde o suprime en la
imagen
sensible ciertas notas, no las considera, porque precisamente son
de índole material, como la extensión, la cantidad,
el color, la figura,
etc."[6]

Un ejemplo claro y concreto
sería el estudio de la física, ya que esta
emplea cierto grado de abstracción y solo considera unas
notas accidentales, como el movimiento, el
color, etc. prescindiendo de otras. Una idea abstracta es
universal, entonces se puede tomar de varias formas en el mismo
sentido.

La mente imagina una idea para representar un objeto sensible,
lo cual lo conoce de manera esencialmente diversa a la misma
sensación, esto se puede demostrar con las siguientes
afirmaciones, confirmando que la espiritualidad produce las
ideas:

  • 1. Las ideas de lo inmaterial no se reducen a
    imágenes sensibles:

Miremos estas dos palabras, imágenes e
ideas, se pueden parecer en si, pero acá vamos a
distinguirlas, es decir vamos a ver las diferencias que
encontramos en ellas; se me viene en la mente la idea de
raíz, algunos dirán, la raíz de una planta,
otros pensaran en la raíz cúbica, y otros sacaran
ideas distintas a estas, pues miremos que acá se nos
presentó el dilema con esta palabra, pues solo nos fijamos
en la palabra y no en la idea, por lo tanto hay ideas sin
palabras y hay palabra sin idea. "una idea puede expresarse con
diversas palabras y una palabra puede expresar diversas ideas o
sinónimos; además podemos oír palabras sin
conocer su significado."[7]

La idea excluye esas cualidades materiales de
la imagen sensible, dándole un rasgo espiritual, y exige
que la causa que la produjo también sea espiritual.

  • 2. Las ideas universales no se reducen a
    imágenes sensibles:

Las imágenes son solo pensamientos que delimitan en el
tiempo, es
decir veo una mesa, ya sea redonda o cuadrada, de tres patas o
dos, que está hoy aquí y mañana esta
allá; en cambio la
idea, designa la esencia completa; la imágenes
varían con el tiempo y la cultura, las
ideas son siempre valederas.

  • 3. Las ideas de cosas materiales no se reducen a
    imágenes sensibles:

Aunque las ideas resulten por elaboración mental a
partir de imágenes sensibles, estas son diversas, pues las
ideas entre más universales, son más claras y
concretas.

Según los psicólogos Binet y Bovet, "no es lo
mismo la idea que la imagen, pues se pude entender el sentido de
una idea sin la imagen, y ésta es menos rica qua la idea,
pues la idea interpreta la imagen, lo cual es prueba que la idea
se distingue esencialmente de la imagen
sensible."[8]

Esas realidades de seres materiales e inmateriales son
producidas por las ideas que excluyen la materialidad y son
elaboradas por nosotros, y nos eleva al nivel de la
universalidad. Por tanto la facultad que produce ideas la
llamamos inteligencia o
razón, es una facultad inmaterial, espiritual.

Si el hombre
conoce espiritualmente, es por tanto un ser espiritual y no
simplemente material.

Como segunda operación vienen aquellos juicios que
provienen de un principio espiritual; con los juicios deducimos
que algo o alguien existen y que es de tal o cual forma, un
ejemplo seria, el niño es pequeño, la mesa es
redonda, el animal siente. Ya acá no entra solo el
concepto de
idea, sino que ya las afirma poniéndolas en el conjunto de
la realidad, diciendo que "es" tal cosa, de tal forma o de tal
cualidad.

Es afirmar aquel ser en cuanto realidad, ya acá nos
apuntamos a algo más universal, es decir, no se queda solo
con la idea, sino que más bien se llega a una amplitud
infinita del ser.

La tercera y última prueba de la mente es; nuestra
facultad de autorreflexión es espiritual. Con este
último paso creemos, y como lo ha dicho la filosofía desde la antigüedad hasta
hoy, en tener una plena convicción de que el hombre es un
ser espiritual. Veamos otra vez la famosa frase de Sócrates,
"conócete a ti mismo", la cual fundaba todo pensar y
filosofar, este conocerse por autorreflexión viene de esa
facultad de captarse como autor de sus actos, pero antes de saber
cuáles son nuestros actos primeo debemos identificarnos,
conocernos a nosotros mismos.

La conciencia humana
que reflexiona es espiritual, pues no solo el cerebro es el que
influye en este aspecto, ya que este necesita de algo
anímico para poder tener
completa su reflexión, es decir, nuestro intelecto no
estaría completo si no tuviéramos una parte de
estado
pacifico o reflexivo.

El apetito volitivo, es prácticamente la voluntad libre
enmarcada en el campo intelectual, es la voluntad humana que se
inclina hacia algo bueno, culminando en el amor como
valor.

Como sabemos que el entendimiento es una facultad espiritual,
aquí del mismo modo vemos que la voluntad es una facultad
espiritual. La voluntad es movida por un bien captado
intelectualmente, es decir la idea, y esta idea es de carácter espiritual, ya la voluntad tiene
que ser de la misma naturaleza
espiritual del bien apetecido.

La voluntad es la que hace que realicemos ciertos actos, por
ejemplo, yo digo, quiero ir al cine, pero
sé que debo estudiar para examen, ya con esto vuelvo a
experimentar que ya no quiero ir al cine.

En otras palabras, así como la inteligencia es
espiritual porque conoce que conoce, la voluntad es espiritual
porque quiere querer su propio querer: autorreflexionar es caer
en la cuenta que el sujeto es autor de la misma actividad con que
tiende hacia el objeto.

El ser humano está llamado a vivir en plena
espiritualidad, pues como decíamos antes, esta es la parte
intelectual y pacifica de cada hombre, que se debe desarrollar a
lo largo de nuestra vida, para después él buscar en
medio de ella una reflexión, saber el porqué
existimos, porque estamos en este mundo; y mirando la parte
volitiva, en esta debemos buscar esa autorrefelxión para
conocernos y buscar dentro de mi ese amor a la
libertad, a la
voluntad y al desarrollo
intelectual.

 

 

 

Autor:

Daniel Alejandro Morales
Pulgarín

[1] VELEZ CORREA, Jaime. El hombre un enigma.
Santa fe de Bogotá: Publicomunicaciones. 1995.
Pág. 22.

[2] Ibíd. Pág. 23

[3] Ídem.

[4] Ibíd. Pág. 111

[5] file:///I:/1i.htm

[6] VELEZ CORREA, Jaime. El hombre un enigma.
Santa fe de Bogotá: Publicomunicaciones. 1995.
Pág. 126

[7] Ibíd. Pág. 127

[8] Ibíd. Pág. 128

Partes: 1, 2
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