- "De la
independencia de los magistrados" - "De los
organos de selección de magistrados e independencia del
poder judicial" - Conclusión
- Propuesta
- Bibliografía
general
De La Independencia
de los Magistrados
Actualización del trabajo
presentado por el autor ante la P.U.C.A. "Santa María de
los Buenos Aires" de
la Ciudad de Rosario en Diciembre del año 2.002
correspondiente a la materia
"Deontología Judicial" dictada por el Sr. Prof. Dr.
Rodolfo F. Vigo –"Curso de Abogado Especialista en
Magistratura".
PROLOGO
Si en el ámbito del derecho
público existe un puesto que siempre suscita todo tipo
de comentarios, ese puesto es el de un "juez".
Los jueces en nuestro sufrido país, siempre han sido
cuestionados, no por la justicia,
¡o falta de ella!, en sus conclusiones, sino por el origen
de sus designaciones como magistrados. Encontrándose
quizás el fundamento de tales críticas en el
desconocimiento, por quien las efectúa, del modo en que se
organiza el Estado, de
cómo está formado el mismo y al fin que debe
tender.
En definitiva, en el desconocimiento o ignorancia de nuestra
organización constitucional.
A fin de ilustrar ese desconocimiento, es que se ha decidido
encarar este trabajo, acotándolo a los siguientes puntos:
"el Poder Judicial
como Poder
Político", "Independencia de los Magistrados" y
"Órgano de Selección
de Magistrados e Independencia".
Al sólo efecto de aclaración damos por sentado
el
conocimiento del concepto de
independencia[1]entendiéndose a esta como
resistencia y
exclusión de todo tipo de interferencias que determinen un
actuar. El obrar de modo independiente, es un actuar de modo
libre que sólo está –y debe estarlo- sometido
a los controles legalmente previstos por anticipados en una
sociedad
determinada"
El autor.
CAPÍTULO I
"DEL PODER
JUDICIAL COMO PODER POLÍTICO"
Sumario: Del Poder Judicial como Poder Político. 1.- De
su Independencia dentro de la
Organización del Estado
–de la doctrina de División de Poderes- Bibliografía Especial.
1.- De su Independencia dentro de la
Organización del Estado –de la doctrina de
División de Poderes-
Siguiendo la doctrina tradicional podemos decir que el Estado
está formado por tres elementos: el elemento humano
–población-, el elemento espacial
–territorio- y el elemento movilizador o dinámico
– el poder político (potencia) y si
nos adherimos a la posición de Bidart Campos le agregamos
un cuarto elemento al Estado: el gobierno
–poder político en acto-.
En cuanto al "Poder Político" como elemento del
Estado, consiste en la posibilidad o energía con que
cuenta el Estado para cumplir con su fin (el bien común
público temporal). Asimismo el poder requiere concretarse,
o sea, ser ejercido. Aquellos que lo ejercen son los llamados
"gobernantes" o detentadores del Poder.
Los sujetos, personas físicas que ejercen el poder
aparecen en el orden normativo como "órganos" y su
conjunto compone el gobierno (cuarto elemento que conforma al
Estado).
Es pues el gobierno, el conjunto de órganos que ejercen
el poder del Estado a través de sus diversas funciones. El
"Poder Político" es uno, es indivisible, pero
teniendo conciencia que
el hombre que
detenta el poder tiende a abusar de él, Montesquieu
elabora en el Siglo XVIII una teoría
política
de controlar al Poder Político con el mismo Poder
Político. Teoría que se vio plasmada en todas las
Constituciones modernas, incluso la nuestra, como modelo de
organización Estatal.
Se originó así la teoría llamada "de
la División de Poderes"; "en vez de acumular todas las
funciones en un solo órgano, establece varios
órganos entre los que reparte las funciones a desarrollar
por el Estado en ejercicio del Poder Político".
Esta separación orgánica y funcional
actúa como freno recíproco entre los distintos
"Poderes", y a originar en las relaciones entre los mismos
un mecanismo de equilibrio y
contrapeso, balanceándolos entre sí para que no
desborden. Bajo ésta concepción del poder
político es que podemos decir que existe un Poder
Ejecutivo, un Poder
Legislativo y un Poder Judicial.
Esta teoría desde el punto de vista ideológico,
da garantía de tutelar la libertad de
los habitantes de un Estado (sean ciudadanos o no del mismo) y de
evitar la "tiranía" (comprendida como ejercicio del poder
político de un modo ilegítimo), pero a su vez tiene
la significación de ser una técnica de distribución y reparto del trabajo a fin de
optimizar y dirigir los esfuerzos del Estado en pos de obtener su
fin último, el "Bien Común".
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