La regionalización en el Perú, como solución al centralismo histórico
El centralismo histórico en el Perú
Breve síntesis de los principales intentos de
descentralización y de regionalización efectuados
por los diferentes sistemas políticos y de
gobierno
Regionalización ¿Solución al
centralismo?
Modelos de regionalización
El estancamiento de la descentralización en la
década del 90
La descentralización en el Perú en el siglo
XXI
Referéndum sobre la integración regional y sus
resultados
El proceso de conformación de regiones
Incentivos a la integración regional
Retos para una verdadera descentralización a
través de la regionalización
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
Nuestro país es uno de los que más se ha
caracterizado por su centralismo,
heredado desde la época colonial hasta nuestros
días y cuyas taras se pretende desterrar a través
de una serie de políticas
y reestructuraciones del aparato estatal, sin embargo no es una
tarea fácil, ya que este proceso viene
sufriendo una serie de retrocesos o estancamientos, ya que casi
desde siempre, reiteramos, una característica estructural
de la sociedad
peruana es la concentración del poder
político y económico, enraizado en la capital de
la
República, propiciando ineludiblemente un marcado
desequilibrio entre Lima y el resto del país, dejando
entrever que la exclusión
social y económica tiene también una
dimensión territorial.
Las regiones tienen el rol de periferia subordinada a un
bloque dominante, nacional y transnacional, que ha sido incapaz
de construir un proyecto de
desarrollo
inclusivo durante nuestra historia republicana. La
forma centralizada y autoritaria de ejercicio del poder ha
facilitado la imposición de una estructura
social con profundas inequidades y desequilibrios sociales.
La exigencia por transformar esta realidad está
presente desde nuestra primera Constitución, en la cual se planteó
el debate entre
centralismo y federalismo.
Desde entonces, los sectores dominantes han tenido la capacidad
y, sobre todo, la fuerza para
bloquear y frustrar los diversos intentos descentralistas, en el
marco de la preservación de una sociedad muy
excluyente.
Los desequilibrios territoriales se profundizaron en los
años noventa, durante los cuales el fujimorismo
aplicó el modelo
neoliberal mediante un régimen político
autoritario, que encontró las condiciones adecuadas para
su desenvolvimiento luego del fracaso del gobierno aprista
y la crisis general
del sistema de
partidos.
Para imponerse, el régimen impulsó una estrategia
orientada a debilitar el rol del Estado, de las
instituciones
básicas de la democracia,
del sistema de partidos y de las diversas formas de organización de la sociedad. La
hiperconcentración del poder fue un aspecto sustancial del
modelo autoritario.
El colapso del régimen fujimorista abrió una
nueva posibilidad para institucionalizar la democracia en
el Estado y la
sociedad peruana. En ese marco favorable, la descentralización logró abrirse
espacio y, junto con la participación, se constituyeron en
componentes significativos del proceso político
democrático. Los cuatro años de transición
nos han mostrado los serios problemas que
deben enfrentar nuestras sociedades
para avanzar en la consolidación del régimen
democrático. La incapacidad, la debilidad y la falta de
liderazgo del
gobierno toledista son sin duda algunos factores, pero son
sólo parte del problema.
Continúan vigentes los ejes fundamentales del modelo
económico del fujimorismo, con un crecimiento sostenido
que es al mismo tiempo
profundamente excluyente y generador de mayor pobreza y
desigualdad. Continua vigente la necesidad de resolver el
problema del centralismo de nuestro país.
El centralismo
histórico en el Perú
Como señalamos anteriormente, la historia de la
división política de nuestro
país está llena de creaciones, desmembraciones,
recategorizaciones y redenominaciones, hechas sobre la base de la
división político – administrativa existente a
fines de la colonia. Los criterios para dichos cambios no siempre
han sido uniformes y de alguna manera han sido impulsados ya sea
por intereses políticos o económicos regionales o
no, por movimientos reivindicativos regionales, por razones
geopolíticas o por razones de índole administrativa
y fiscal.
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