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Rousseau, Illich y Freire y sus aportes a la concepción de educación y formación de un modelo pedagógico (página 2)




Enviado por luis funes



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A pesar de pertenecer a la misma generación de
filósofos ilustrados, Rousseau rechaza los
principios
fríos y racionalistas de este pensamiento,
impulsando en sus obras la virtud de un retorno a la naturaleza,
así como las cualidades naturales del amor, la
generosidad y la piedad, abandonando la educación
intelectualista por otra basada en los conocimientos
físicos, naturales y artísticos. Influenciado por
Platón
sostenía que el hombre era
bueno por naturaleza y que era la sociedad la
que lo corrompía, por ello propone alejar al niño
de la formación en la sociedad porque lo corrompe y lo
forma para estar sometido a sus reglas, aparece aquí la
arista idealista del pensamiento rousseauniano. El
Emilio o de la educación es el
resultado de una revisión de la teoría
tradicional desde esta óptica,
que generó malestar en el ámbito de la monarquía y de la iglesia, al
cuestionar la educación elitista y los métodos de
enseñanza utilizados por los padres
jesuitas como
exponentes. El fin de la educación debe partir de
la comprensión de la naturaleza del niño, del
conocimiento
de sus intereses y características distintivas, que
desarrolle el individualismo y la independencia
del hombre;
transformando el orden social, desde el interior mismo, y sin
violencia. Su
aportación a la teoría pedagógica se
fundamenta en el hecho de haber establecido bases para la
corriente escolanovista ya que esa doctrina
pedagógica enfocó su atención en el niño como centro y
fin educativo, propiciando que aprenda en libertad por
su propia experiencia y curiosidad, desarrollando sus aptitudes y
sus naturales tendencias; siendo necesario conocer y comprender
su evolución natural, la educación
activa era un medio para adquirir el
conocimiento de manera natural.

El Emilio tiene como fin exponer los criterios
educativos del autor. Su pedagogía es de base
psicológica, apunta a la educación
natural
, donde el niño existe por medio de la
experiencia, se va formando de manera gradual, haciendo uso de
sus facultades innatas, a la educación de los
hombres
, por medio de los mayores, el niño aprende el
uso de sus órganos y facultades), a la
educación de las cosas, aquí surge el
dualismo de su pensamiento sobre la idea de educación,
aparece asociado el realismo porque establece una
relación con la experiencia real como fuente de
conocimiento que dan los objetos y como afectan al niño.
La educación, por lo tanto, se debe adecuar a las
etapas del niño, dejarlo que sus propios intereses sean
sus motivaciones, estimulando sus deseos de aprender, pero solo
cuando él sienta la necesidad del conocimiento. Este tipo
de educación se llama negativa (hacerlo todo sin
hacer nada, dejar en el niño el deseo de aprender) pues el
maestro no intervendrá con lecciones u órdenes
sino, dejará que el alumno los pida.

Con respecto a la necesidad de la educación,
Rousseau dice
". desprovisto nacemos de todo y necesitamos asistencia; nacemos
sin luces y necesitamos de inteligencia.todo cuanto necesitamos, siendo
adultos, se nos da por la educación", eso fundamenta el
sentido de legitimidad de la educación, debido a
que todo hombre al nacer necesita ser instruido para
desempeñarse en la sociedad y poder hacer
uso de sus facultades.

Dentro del marco ideal expuesto en el
Emilio, cabe señalar que; a pesar de que Rousseau
es hijo del ilustrismo, y que desarrolló sus
ideas en un período en el cual reinaba la pedagogía tradicional (la educación
ungía del pecado de la
ignorancia y la marginalidad) y
llevada a cabo por un Estado que
buscaba hacer llegar la educación a todos, (lo que
sintonizaba con sus intereses), expresó en el
Emilio su idea de que el Estado (haciendo
referencia a la patria) ya no existiría, sería
fruto de lo natural, donde no existiese necesidad de ley, ni
existieran las instituciones
públicas, el hombre sería el resultado de un pacto
sin que su libertad se viese limitada.

Ivan illich es el mayor representante del
desescolarismo (pesimismo pedagógico). Alcanza su
manifestación más radical en un ataque contra la
escuela, a
través de su obra más famosa "La sociedad
desescolarizada" escrita a fines de los 60 hasta mediados de los
70, año que fue publicada. Ésta corriente ha tenido
particular difusión en América
Latina (donde el autor desarrolló su trabajo).Durante el siglo XX la educación
ha llegado a ser, cada vez más, una función
del Estado. Los sistemas y las
prácticas educativas son patrocinados, organizados y
certificados por el mismo. Los años de educación
escolar obligatoria se incrementaban cada vez más, la
escuela prometía igualdad de
posibilidades de educación para todos (pobres, mujeres,
negros, indios, "torpes o los excluidos de siempre" etc) de
aprender, de ser educados; así tendrían una base de
conocimientos que les serviría para desempeñarse en
la vida. Pero esto no sucedía realmente así, los
pobres a pesar de la educación obligatoria, no lograban
estar a la par de los de clase media o
los más favorecidos y fracasaban. Diversos factores,
principalmente socioeconómicos, se presentaban como
determinantes en el éxito o
fracaso.

En su trabajo cuestiona la enseñanza obligatoria, y
elabora una crítica, a la denominada
"educación formal". Pone en cuestión a la propia
figura del educador profesional y al ámbito principal en
el que ejerce su profesión: la escuela. Esto comienza a
raíz de la crítica
que hace a la iglesia católica, la que caracteriza como
una gran empresa que forma
y emplea a profesionales de la fe para asegurar su propia
reproducción. Luego explota esta
visión hacia la institución escolar. Acusa a las
instituciones de aumentar su dependencia y olvidarse de la
comunidad.
Pero principalmente a la escuela siendo, según
él, la de mayor capacidad reproductora de consumo,
gracias a su currículum o contenido oculto. El
éxito de la escolarización se sostiene en la
creencia de que la escuela produce un valor
cuantificable que, por ende, genera una demanda. Pero
este valor de cambio que
otorgaría, beneficia más a quienes ya poseen un
capital
cultural. Por eso al proponer desescolarizar la sociedad implica
independizarse del apoyo y el cuidado de instituciones que
provocan su propia demanda.

La escuela es una institución construida sobre el
axioma de que el aprendizaje es
el resultado de enseñanza. Desde su punto de vista estos
son términos opuestos, dice que el concepto de
enseñanza ha llegado a institucionalizarse en la escuela,
la que sobre todo produce la "institucionalización de
los valores" o
lo que es lo mismo, la sustitución de estos por la idea de
los "servicios",
provocando la confusión entre enseñar y aprender,
la creencia en que la educación consiste en pasar de grado
o de curso etc. Y que el aprendizaje no es el resultado de
una instrucción programada, es la participación de
las personas en contextos significativos, de ahí que no
requiera la manipulación de los sujetos

Las escuelas son todavía menos capaces en la
disposición de circunstancias que alienten el uso
estricto, exploratorio, de habilidades adquiridas, a lo que
denomina "educación liberal".

En la relación sociedad-educación
considera a la segunda como una herramienta que solo reproduce
las ideologías y los valores de las
clases dominantes.

Dice que los problemas relacionados con la
educación
no se solucionarían con mejoras
parciales, mayores inversiones,
el uso de nuevas didácticas y ni siquiera con el fomento
del trabajo cooperativo o el papel activo de los niños
en el aula. El punto más importante de la cuestión
sería, según él, en comprender que el
problema es la propia escuela como promotora de los
inconvenientes, que son consecuencia del proceso de
enseñanza-aprendizaje que
inevitablemente conlleva. A través de su teoría
promueve otro modo de educar que no sea escolar, es decir "no
formal", y pretende que la función de la
educación
sea la de formar hombres libres y capaces
para la expansión personal y
creadora, para aproximarse a un modelo de
sociedad que sí haga posible el intercambio de
conocimiento y comunicación entre las personas. Propone
que se debe entregar la misión
educativa a la sociedad convivencional y humana, que ofrece al
hombre la posibilidad de ejercer la acción
más autónoma y más creativa, con ayuda de
las herramientas
menos controlables por los otros. Así las personas pueden
acceder a todo tipo de fuentes del
conocimiento en cualquier etapa de su vida, es decir, no
necesitan diplomas primarios y secundarios para tener acceso a
contenidos universitarios. Piensa que un buen sistema
educacional debería proporcionar a todos aquellos que lo
deseen el acceso a recursos
educacionales disponibles en cualquier momento de sus vidas,
dotar a todos los que quieran compartir lo que saben del poder de
encontrar a quienes quieran aprender de ellos y por último
dar a todo aquel que quiera presentar al público un tema
de debate la
oportunidad de dar a conocer sus argumentos. La
relación educador-educando cambiaría
así por una relación entre iguales
(compañeros de aprendizaje)

La función de la escuela sería
reemplazada por tramas o redes de intercambio, que
aumenten la oportunidad de que cada persona
transforme cada momento de sus vidas en un momento de
aprendizaje. También piensa que debería haber un
subsidio estatal (rol del Estado) para que todos los que
deseen estudiar en cualquier red del saber y no tengan
recursos para pagar lo puedan hacer; a diferencia del actual
sistema basado principalmente en subsidios a la oferta
educativa (subsidios a las escuelas); es imposible que funcione
sin la participación del estado.

Paulo Freire su participación en las corrientes
progresistas de izquierda del catolicismo, las influencias de su
crianza y los elementos que tomo del marxismo, lo
llevaron a luchar con convicción, amor y fe hacia el
hombre, en pos de un cambio social, tanto en su Brasil natal (en
donde la educación popular era deficiente y estaba
limitada por el Estado, divido por las diferentes
ideologías del partido gobernante), como también en
otros países, en donde las marcadas diferencias
económicas y educativas provocadas por las colonizaciones
promovían la dominación de los recursos sociales,
culturales y políticos por la clase dominante y la
exclusión de los más humildes de la
participación social activa.

Su pensamiento se concentra en una pedagogía de la
liberación; es decir, crear técnicas
para la enseñanza de la lectura y
la escritura a
los adultos, buscar la reflexión y el cambio de las
relaciones del individuo con
la naturaleza y con la sociedad. Sus programas de
alfabetización de Brasil y en otros países de
América
y África,
estaban dirigidos a liberar a la persona, no uniformarla ni
someterla como se había hecho en la educación
tradicional, llamada por él "educación bancaria",
sino lograr a través del diálogo,
del intercambio de opiniones y del pensamiento crítico,
que las personas puedan, no solo repetir las palabras,
también aprender a expresarlas en forma crítica. En
resumen, su trabajo es más que un método
para enseñar, también es una amplia
concepción de la Educación, a la que define
como una práctica libertaria, que apunta a la
descolonización material y de la conciencia; es
una práctica socializadora, porque teje relaciones
humanas solidarias; es una práctica política pues busca
transformar el mundo al tiempo que nos
transformamos a nosotros mismos y siempre en relación con
los otros. Con esta definición no pretende postular
modelos de
adaptación, ni tampoco pretende creer que la
educación puede resolver todos los problemas que
nos aquejan, solo considera que la Educación es un acto
político,
y por lo tanto, puede llevar a cabo la
transformación social; como finalidad busca modelos
de ruptura, de cambio radical; la educación tiene
capacidad transformadora social. Freire reconoce en el hombre el
carácter esencialmente transformador y
también destaca la relación entre reflexión
y acción.

El hombre es un ser inconcluso, es decir, inacabado, de
allí surge la posibilidad de poder educar,
aprender; tradicionalmente, los alumnos solo actuaban como
receptáculo de conocimientos, en la propuesta freiriana,
el educando aprende y enseña, está en constante
dinamismo, dialogando sus ideas con el educador; enseñar
exige respeto por los
saberes e intereses del educando y de su autonomía, exige
saber escuchar y decir la palabra verdadera, exige generosidad y
amor, por la vida y por los hombres, fomentar la creatividad y
la
comunicación horizontal. Los educadores, son el apoyo
para que los educandos encuentren la solución. El
oprimido, el llamado "ignorante", no es una persona carente de
cultura, es un
hombre o una mujer silenciados
por el grupo
dominante, sometidos a vivir en una cultura del silencio; el
autor, los invita a dejar esta vida, a restaurar la libertad,
liberándose y liberando a los opresores, la misión,
quizás más difícil para los seres que buscan
la libertad. Todos somos constructores de la sociedad y del
mundo, de la cultura y de la historia; es por esto que la
necesidad de la educación es un rasgo obligatorio
del carácter del hombre, que cambia constantemente junto a
las épocas y a las sociedades.

La educación tiene que desarrollarse en y desde
la vida cotidiana, desde lo que somos a lo que queremos ser: una
sociedad cada vez más justa y solidaria, pues la
división de clases y la brecha cada vez más grande
entre ricos y pobres, ocasionadas por el sistema capitalista, son
las que originan la opresión. El educador tiene
como función
principal formar una conciencia
crítica
mediante una pedagogía
liberadora
, lograr la participación activa de los
alumnos, tarea que luego será manifestada en otros
aspectos de la vida. La mejor comunicación se logra
entendiendo que la educación no se limita a las aulas;
nace en el contexto
familiar, social y se propaga durante toda la vida.

Aportó a su teoría el método basado en el
diálogo, canal que conduce a la educación
verdadera y legítima entre educador-educando y entre
educandos; su pedagogía organiza el conocimiento en forma
reflexiva y se identifica con lo propio de la conciencia;
sustenta además una pedagogía humanista y
espiritualista; humanista porque centra en el hombre toda la
problemática educativa siendo su objetivo la
humanización, perdida durante los procesos de
represión material, cultural y política. Es
espiritualista porque coloca en el espíritu el sentimiento
que impulsa al hombre a transformarse críticamente y a
reflexionar sobre su realidad histórica y a actuar
estableciendo la praxis de la
educación, porque los hombres deben actuar en el mundo
para humanizarlo, transformarlo y liberarlo.

CONCLUSIÓN

De cada uno de los autores, podemos destacar las influencias
que sus ideas tuvieron en sus épocas correspondientes y
nosotros como futuros educadores debemos tomar sus aspectos
más relevantes y positivos y aplicarlos a nuestra realidad
como futuros docentes.

La importancia que da Rousseau a la infancia y la
educación integral y natural del niño, respetando
el progreso gradual cognitivo y tomándola como una
identidad
plena, analizándola como tal y no como un adulto en
miniatura.

Con respecto a Illich, la radicalidad de su denuncia le
impidió construir una estrategia
realista para aquellos educadores e investigadores que pudieran
sumarse a su protesta. Esto no impide, sin embargo, reconocer que
fue uno de los pensadores de la educación que
contribuyó a dinamizar el debate educativo de esa
época, y pensar una escuela más atenta a las
necesidades de su entorno, a la realidad de sus alumnos y al
aprendizaje efectivo de contenidos educativos relevantes para su
vida en sociedad. Destacando además su contribución
a la educación no formal.

La educación está orientada a fomentar el
desarrollo
creativo y comunicativo de los alumnos; base sustentada por la
ideas de Freire y a las cuales él considera
necesarias para replantear la función pedagógica
frente a las épocas de crisis. Su
mayor contribución, fue la de reconocer que la
educación, además de ser problematizante, es un
acto político y por lo tanto herramienta para el cambio
social.

Las nociones que da acerca de la libertad, del diálogo
comunicativo y del respeto por los educandos son pautas
necesarias para que nosotros, educadores, cumplamos los objetivos que
nuestra labor requiere.

Cabe entones preguntarnos, ya analizadas las propuestas de
Rousseau, Illich y Freire, ¿pueden los actuales y futuros
educadores sustentar dichas ideas? Más aún, es
necesario reflexionar sobre la necesidad de hallar el equilibrio
social que minimice los conflictos que
nuestros niños atraviesan, y si realmente las teorías
pedagógicas vigentes pueden sobrevivir al contexto
actual o si ya es tiempo de empezar a formular propuestas que
abarquen la problemática del hombre de hoy.

 

 

 

Autor:

Luis Pablo Moreno Funes

Virginia Monzón

Partes: 1, 2
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