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Tecnología de la gestión pedagógica, gestión gerencial y gestión administrativa (página 3)




Enviado por danroli70



Partes: 1, 2, 3, 4

En los rasgos de un nuevo modelo
organizativo que emerge como innovador debe prevalecer la
confianza frente a la disciplina, lo
cualitativo frente a lo cuantitativo, lo flexible sobre la
rigidez, lo autónomo sobre lo dependiente. En síntesis,
la iniciativa e imaginación en la toma de
decisiones. Se trata de considerar el personal del
centro como el recurso más importante que hay que motivar
y desarrollar profesionalmente.

Una nueva fuente de energía es ahora reconocida
dentro de la
organización educativa: los fines del centro, o, dicho
de otra manera, el proyecto
educativo
.  Los fines descansan sobre unos
cimientos extremadamente importantes: los
valores
. Son el corazón
del nuevo modelo.

En el centro educativo del futuro la noción de
servicio al
alumno
no constituirá una estrategia
más del centro, sino el núcleo, la misma
razón de existir de la escuela. El rasgo
mas importante de todos los que configuran este modelo que emerge
es la orientación de toda su actividad hacia el alumno, en
procura del desarrollo
optimo de sus potencialidades.

El gran reto que tenemos hoy día directivos y
docentes es
pasar de un modelo tradicional de escuela, a otro abierto al
entorno, ágil, flexible, creativo, capaz de aprender y
renovarse constantemente. Hay que transformar la escuela y tratar
de dar respuesta a las exigencias del entorno. Necesitamos
centros con fantasma y coraje por un lado,  y por
otro, con conocimientos y experiencia.

Los cambios no se producen por decreto. El verdadero
cambio surge
desde dentro. Hay que crear un clima propicio al
mismo. No es suficiente con transformar  las   estructuras o el  organigrama   del    centro.
Es necesario modificar simultáneamente los
comportamientos y las actitudes.
Los verdaderos cambios se gestan de manera solidaria, requieren
apertura mental e imaginación.

Cambio y vida son lo mismo. La vida significa problemas.
Cuanto más cambios, más problemas. Son muchas las
resistencias
al cambio, Algunas personas dicen que no les gustan los conflictos,
que quieren detenerlos. La única forma de hacerlo es
detener los cambios.  Es fundamental tener el hábito
de gestionar los conflictos. Los conflictos no se pueden ocultar
o enmascarar. No hay crecimiento sin conflicto. Una
sociedad sin
conflicto es una sociedad muerta. Del mismo modo, una escuela sin
problemas es una escuela muerta.

El reto de la gestión
de un centro educativo no consiste en eliminar los problemas,
sino en como crear un ambiente que
permita el desarrollo de la confianza y el respeto para que
la escuela pueda seguir creciendo, Tenemos que enseñar a
los profesores a manejar los problemas. No como evitarlos,
cubrirlos o eliminarlos, sino como manejarlos para poder cambiar
y crecer como colectivo institucional.

Todo cambio es un proceso, no un
acontecimiento. La introducción de cambios significativos en
una escuela y en el aula, que suponen nuevas formas de pensar y
nuevos modos de actuar, no es un proceso de ajuste mas que tiene
lugar de manera espontánea. Las ideas que afectan la vida
escolar no se cambian de la noche a la mañana y lo mismo
sucede con las nuevas concepciones educativas, nuevas
metodologías y nuevas formas de organizarse. Nuestra
propia experiencia nos dice que, por ejemplo, la
introducción de nuevas metodologías trae consigo al
principio una fase de desconcierto, de confusión, de
inseguridad y
de desanimo. Progresivamente, si el cambio tiene éxito,
el proceso genera en nosotros mayor confianza y desarrollo
personal, Con el tiempo y la
practica los principios que lo
sustentan se interiorizan, es decir, se integran en las ideas y
practicas ya existentes.

Rol de los
órganos directivos en la Institución
Educativa

El proceso de gestión "implica dirigir el
funcionamiento y desarrollo de un sistema", como lo
es la escuela, para darle direccionalidad al servicio educativo
que ofrece, basándose en:

  • 1) la normativa legal,

  • 2) la normativa general y la técnica,
    aportadas por la pedagogía, la didáctica y
    otras ciencias de la educación,

  • 3) el curriculum restringido y el amplio, 4)
    las políticas y los planes educativos. Este servicio
    educativo, además, se fundamenta en los principios
    pedagógicos de la educabilidad, la educatividad, la
    pasión y la racionalidad, y consiste en la
    acción del docente para dinamizar y orientar el
    proceso de enseñanzaaprendizaje para que el alumno
    logre unos objetivos previamente delimitados, a través
    de la adquisición de contenidos conceptuales,
    actitudinales y procedimentales, y ser así una
    experiencia de aprendizaje pertinente y significativo
    orientada a aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a
    convivir y aprender a ser.

La gerencia de la
institución educativa es el proceso a través del
cual se orienta y conduce la labor docente y administrativa de la
escuela y sus relaciones con el entorno, con miras a "conseguir
los objetivos
institucionales mediante el trabajo de
todos los miembros de la comunidad
educativa", a fin de ofrecer un servicio de calidad, "y
coordinar las distintas tareas y funciones de los
miembros hacia la consecución de sus proyectos
comunes". Para ejercer la dirección de la escuela se debe contar con
un perfil profesional de competencias.

Estas funciones determinan el perfil de competencias que
debe poseer el director y los directivos, asociadas
con:

  • 1) el manejo de las relaciones interpersonales,
    ya que como líder representa a la institución
    ante la comunidad educativa y organismos del sistema escolar
    y otros entes externos. Su rol es motivar y estimular la
    participación y compromiso con las labores docentes,
    administrativas y proyectos;

  • 2) el manejo de la información que
    obtiene en su interrelación con los agentes de la
    comunidad educativa y su entorno, obteniendo así una
    visión de conjunto de la realidad de la escuela y de
    los procesos docentes y administrativos, la cual facilita el
    diagnóstico y la dirección de los proyectos y
    de la escuela en su conjunto; y

  • 3) la toma de decisiones y la autoridad para
    emprender nuevos planes, organizar el trabajo, asignar las
    personas y recursos disponibles para su
    ejecución

Sus principales funciones en la dirección de la
escuela serían:

  • 1. representarla ante las instancias del
    Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y
    demás instituciones y entes de carácter
    educativo;

  • 2. dirigir y coordinar sus
    actividades;

  • 3. dinamizar sus órganos de
    dirección y consulta, así como la
    participación de la comunidad educativa;

  • 4. organizar y administrar el personal y
    recursos asignados;

  • 5. asesorar a los docentes en la
    adaptación del curriculum y las prácticas
    pedagógicas;

  • 6. impulsar programas y proyectos de
    innovación y formación docente; y

  • 7. atender y orientar al alumnado y
    representantes.

Se derivan como competencias la capacidad para
proporcionar dirección a la gestión de la escuela
con una visión de conjunto y desarrollar un ambiente y
cultura de
trabajo en equipo
que favorezca la participación creativa y la innovación, habilidad para obtener y
procesar información relevante para planificar y
solucionar problemas, capacidad de negociación y generación de
compromiso, liderazgo
centrado en el modelaje, disposición a aprender, habilidad
para formar y asesorar en los procesos
docentes y administrativos y capacidad de establecer
vínculos de colaboración con la comunidad y su
entorno, entre otras.

El rol del gerente
educativo y de los directivos es gerenciar el sistema que
representan la escuela que dirigen o la red escolar que coordinan, a
fin de satisfacer las necesidades de los diferentes actores
internos o vinculados a la institución y así
contribuir a cubrir la demanda
cuantitativa y cualitativa de educación. Todo
directivo al gerenciar la escuela aplica, de manera continua, en
conjunto con los demás actores, el ciclo
PLANIFICAR-EJECUTAR-REVISAR-ACTUAR

La aplicación de este ciclo es el proceso de
dirección de la institución, a través del
cual se planifica, organiza, dirige, controla y da seguimiento a
la gestión
escolar, optimizando la utilización de los recursos materiales,
financieros, tecnológicos y humanos
disponibles.

Es importante establecer indicadores,
criterios y un sistema de
información para evaluar y retroalimentar al gerente
sobre el avance y nivel de cumplimiento de los objetivos, metas y
actividades previstas, todo ello con el objeto de evaluar
continuamente los resultados e impactos en términos del
nivel de rendimiento de los alumnos y de los procesos docentes y
administrativos, a fin de tomar decisiones sobre ajustes a la
programación.

El sistema gerencial a instaurar en la escuela para
lograr su excelencia académica implica:

  • 1) crear el deseo de la mejora de las
    prácticas pedagógicas y de la gestión de
    la escuela;

  • 2) crear la creencia de que se puede hacer, a
    través de la promoción y liderazgo de proyectos
    sencillos;

  • 3) proporcionar los medios conceptuales
    pedagógicos, materiales y tecnológicos para
    hacerlo; y

  • 4) hacerlo, una vez creado el deseo, la
    creencia y la infraestructura de conocimientos y de
    herramientas.

El modelo de dirección de la escuela para lograr
convertirla en un centro educativo de excelencia:

  • 1) se alimenta de insumos, tales como: alumnos
    con competencias y conocimientos previos, docentes, plan de
    estudio y el ambiente institucional determinado por la
    cultura y el clima organizacional que posee;

  • 2) produce como resultados: alumnos que logran
    aprendizajes significativos y pertinentes, una
    organización eficaz, eficiente y contextualizada,
    producto de la innovación, su ensayo y la
    adecuación de sus prácticas pedagógicas;
    y

  • 3) contempla para transformar los insumos en
    los resultados antes descritos, los pasos o etapas
    siguientes: generación del compromiso con la
    transformación, diseño del proyecto a
    construir, liderazgo y participación en la
    transformación, evaluación continua del
    aprendizaje colectivo y potenciación del aprendizaje
    continuo.

El proceso de dirección de la escuela exige del
directivo la capacidad para formar equipos de
trabajo, el manejo de los procesos de delegación y la
toma de decisiones en grupo y el de
manejo de conflictos, a través de un enfoque de
solución de problemas, para así poder contar con
mayor tiempo para desarrollar labores de mayor valor agregado
y un clima que favorezca la solución de los problemas de
la gestión y la innovación
pedagógica.

En el proceso de dirección de la escuela, el
director y los directivos deben utilizar un conjunto de herramientas
de carácter cuantitativo y cualitativo que le
permitan diagnosticar la realidad de la escuela y tomar
decisiones sobre los planes y proyectos a acometer, para lograr
desarrollar la institución de acuerdo al proyecto
común de todos los actores de la comunidad
educativa.

Capacidades del
nuevo liderazgo educativo

En el proceso educativo de la segunda ola hemos tenido
un modelo de educación estandarizada; este tipo de
educación fracasó porque fue incapaz de desarrollar
individuos creativos adecuados para sobrevivir a los
rápidos y grandes cambios. Ahora la educación necesita
nuevos modelos,
nuevas formas en donde se puedan potenciar e impulsar las
diferentes capacidades de cada individuo.

Por las características que presenta este nuevo
proceso de la tercera ola, podemos observar que carece de
direcciones preestablecidas, es decir estamos asistiendo a una
transformación nunca antes vista en los campos sociales,
políticos y económicos, cuyo producto es el
nacimiento de una Nueva Civilización basada en el
Conocimiento, Liderazgo y la Creatividad.

Esta sociedad de la tercera ola que va naciendo
está tratando de articular valores y
paradigmas,
utilizando al conocimiento
como poder.
Los nuevos enfoques van a surgir a partir de
antiguas teorías, para poder entender un poco
ésta idea nos remitiremos a Thomas Kuhn quien
descubrió que dentro del desarrollo de las ciencias se
generan rupturas, crisis y
huecos, donde teorías enteras van a sucumbir, surgiendo
nuevas, hasta que nuevamente entren en crisis y se derrumben.
Entonces podemos decir que para comprender nuevas formas dentro
del pensamiento
social-moderno, necesariamente estarán en revisión
permanente los antiguos y vigentes esquemas. Cuando analizamos el
principio de la sociedad llegamos a la conclusión que el
elemento que participa en todo es el humano.

La sociología
política nos demuestra que un ser vivo se realiza por
otro, con otro o para otro ser vivo, por ejemplo: el macho y la
hembra, el hijo y la madre. A partir de esto vamos a encontrar un
nuevo enfoque que nos va a permitir nuevas luces para comprender
otros fenómenos. Lo importante es que nos va permitir,
comprender como se produce la relación social. Ahora para
que se produzca la relación social requerimos de un
proceso. Este proceso comienza con una 1era. Etapa, en la cual se
va a configurar el proyecto en sí, que es una
anticipación que se construye el ser vivo para poder ser
por otro. El proyecto inicialmente estará encapsulado en
el ser vivo, el cual tiene que ser plasmado en la sociedad. Todo
comienza con un proyecto, desde lo más simple hasta lo
más complejo. Por lo tanto el que no tiene un proyecto
tiene que crearlo.
Ahora todo proyecto social por más
simple que sea:

  • Refleja las deficiencias y limitaciones.

  • Refleja al ser o seres deficientes.

  • Refleja a los que van a superar las
    deficiencias.

  • Refleja los medios o instrumento que van a servir
    para superar las deficiencias.

  • Refleja el modo o la forma en que vana a
    complementarse a los seres para superar las
    deficiencias.

  • Refleja el fin o lo que busca superar el
    resultado.

"En todo proyecto logrado, se reflejan los resultados".
El Proyecto es un ordenador social, una codificación; como una semilla que tiene un
sembrador que espera que las condiciones estén dadas para
que el árbol se enraíce, crezca y de frutos. El
Proyecto que da paso a una 2da. Etapa, la cual va a ser la
Relación Social, esto significa que el Proyecto y el ser
vivo tienen que encontrar un vínculo y generar la
Relación Social, la complementación.El lenguaje
habilitador dentro de la 2da. Etapa del proyecto social, sirve
para el transporte de las cargas sociales de un ser a otro
y así ser multiplicador.

La relación social da paso a una 3ra. Etapa, la
más decisiva, que es la Realización Social donde se
desencadena la acción
y el proyecto social se hace realidad. Lo único que nos va
a sacar de la crisis política, va a ser
las instituciones
políticas que se adecuen a los ritmos
modernos. No se puede llegar a ninguna meta por sí solo,
el hombre es
eminentemente social; el hombre se
tiene que complementar.

A raíz de la presencia del cambio que vivimos y
de la constante desestructuración que trae consigo los
países y las empresas, los
hombres ya no pueden mantenerse bajo esquemas de organizaciones
tradicionales; es en estas circunstancias que surge el tema del
liderazgo. El líder
ahora va a ser la persona creadora,
que va a innovar y romper paradigmas. El líder va a nacer
pero socialmente, no necesariamente es el que tiene el poder. El
liderazgo del líder, no depende tanto del posicionamiento
como de su poder creador.

El líder es el que va a conducir abriendo
caminos, partiendo de Proyectos Nuevos, a los líderes
se les va a encontrar en los procesos históricos donde
dirigen los cambios, el líder va de la mano con la
evolución; entonces podemos decir que: "El
líder es el que crea una nueva realidad a partir de un
proyecto nuevo, y para crear esa nueva realidad, crea
también el camino y las medidas para su
concreción".

El sistema de la sociedad nunca forma líderes,
los líderes se forman con sus proyectos, los cuales
resuelven las necesidades sociales, políticas y
económicas. En las sociedades
anteriores existió liderazgo pero de la siguiente
manera:

  • Era resistente al cambio, no hubo ninguna sociedad
    que se abriera al cambio.

  • Los líderes aparecían de los
    márgenes sociales.

  • Los líderes generaban conflictos.

Si la sociedad ha avanzado hasta donde nos encontramos,
es porque existieron creadores, existieron líderes con
liderazgo habilitador y multiplicador.

El líder como creador es:

  • El que vence las resistencias al cambio.

  • El que guía el cambio y la
    innovación.

  • El que no sólo tiene poder por
    posición social sino por su visión de
    futuro.

  • El que compromete y motiva la realización de
    lo nuevo.

  • Quien en su Proyecto tiene las fuerzas nucleares de
    la creación.

  • El que tiende al surgimiento de nuevos
    líderes a su alrededor.

  • El realizador de la nueva valorización de las
    instituciones.

Líder es aquel queImpulsa
alDesarrollo y transformaciónEducativa, incentivando
elRescate de valores y principios morales.

Emprendamos una laborDedicada al
servicio,Unidad, justicia y
equidad,
desarrollandoCapacidades que nos llevan a un continuoAprendizaje
que permitaTrascender, dando lugar a laInnovación profunda
yVerdadera que dignifique yOriente a la
humanidad.

El liderazgo del
Director

El director de la institución educativa debe
tomar conciencia de su
rol de líder, debe inspirar respeto y debe ganar apoyo por
lo que sostiene, por lo que él representa y por sus formas
de relaciones con sus colegas. El líder tiene poder,
autoridad e
influencia. Además una persona se convierte en
líder si posee la
personalidad necesaria para una particular situación
de liderazgo, es decir, "es el hombre para la
situación".

El liderazgo del director se reconoce como fundamental
para promover y garantizar el cambio en una institución
educativa. Cambio como exploración y como aprendizaje de
nuevas formas de pensar y de actuar. Las reflexiones que siguen
consideran el plantel con una mirada nueva y al personal docente
como el recurso más importante que hay que motivar y
desarrollar profesionalmente.

¿Qué es la
autoridad?

Es la facultad de poder imponer obediencia. La autoridad
puede expresarse de muchas formas. Existen variaciones legales,
militares, familiares y organizativas en cuanto a reglas,
sanciones y símbolos de autoridad. La toga del juez, el
bastón del general o la gran mesa del director de una empresa son
imágenes bien conocidas que transmiten el
mensaje de que la autoridad es el poder
legítimo.

Max Weber
distinguía tres tipos fundamentales de autoridad:
tradicional, racional-legal y carismática. En el primer
caso, las fuentes
tradicionales cuando alcanzan rango de ley dan lugar
normalmente al Derecho consuetudinario. La autoridad tradicional
se basa en el principio de la costumbre y suele reflejarse en
instituciones políticas con cargos hereditarios. Puesto
que quienes ostentan la autoridad están legitimados por la
fuerza de la
costumbre, los cambios sólo pueden producirse si una
porción de la población los desea.

El segundo caso (la autoridad racional-legal)
está basado en el derecho positivo.
Es característica del Derecho civil o
administrativo, destinado por lo general a restituir una
condición o relación alterada más que a
vengar o castigar. Refleja un reparto complejo de trabajo
político-administrativo y se basa en el principio de
legalidad, que
supone la regulación de las relaciones de autoridad por
medio de leyes
confeccionadas de forma racional.

El tercer caso (la autoridad carismática) suele
ser residual. Aquí, un dirigente se presenta como
guía o representante de la revelación divina. El
caso típico es Jesucristo. El Vaticano, el papa, los
cardenales y los obispos son ejemplos de carisma rutinario de la
sucesión apostólica. Weber indicó que la
autoridad carismática, con el tiempo, tiende a convertirse
en autoridad tradicional.

Esto permite identificar determinadas instituciones de
autoridad como la Iglesia, la
monarquía o el Consejo de Ministros, que se
apoyan en una combinación de los tres tipos de autoridad
citados por Weber. Casi por definición ciertas formas de
autoridad familiar, como el patriarcado o el matriarcado,
están basadas en la tradición, aunque
también intentan apropiarse del valor añadido de
fuentes racional-legales. La fuerza de la policía o de la
Hacienda Pública tiende a ser racional-legal, mientras que
el capitán del equipo de fútbol,
el líder político, el predicador evangélico
o el empresario
innovador tienen autoridad carismática.

La autoridad difiere del poder en que no es una fuerza
sin más, sino que va revestida de una combinación
de los tres tipos de valores citados anteriormente.
Además, la autoridad es conferida de algún modo por
el pueblo, mientras que el poder es ejercido por los dirigentes,
a veces en condiciones de coerción física. La autoridad
de un rey puede encontrarse a sólo un paso del usurpador o
de quien no hacía mucho era considerado un terrorista.
Siempre se tiende a establecer una rutina y a santificar el poder
y convertirlo en la autoridad a fuerza de ritual, y
ceremonia.

La palabra autoridad viene del latín
auctoritas. El profesor
Michel Humbert, en su libro
« Instituciones políticas y sociales de la
antigüedad 
» (Précis Dalloz) da
informaciones referentes a esta última palabra.

Define la noción de autoridad en un sentido
más bien jurídico y social. Es su carácter
necesario, incluso indispensable a la estructura de
toda la sociedad lo que la hace legítima para la
mayoría y que permite oponerla a erga omnes
—con la condición, claro está, que sea
jurídicamente regular—. No debemos olvidar tampoco
lo que llamamos la autoridad natural que puede desprender una
persona (y aquí también el aspecto benéfico
es subyacente). La noción de autoridad ha sido tratada en
filosofía y en sociología, en particular por Max Weber y
Alexandre Kojeve.

La autoridad puede depender mucho del temperamento, de
la forma de ser de cada uno. No obstante, puede adquirirse,
mejorarse o perderse conforme a normas seguras
que conviene conocer.

Cuando a un padre o a una madre, o a un profesor, no le
obedecen –en condiciones normales, claro
está–, la falta no está de ordinario en los
chicos, sino en quien manda. Repetir órdenes sin
resultado, intervenir constantemente, mostrar aire dubitativo o
falta de convicción y seguridad en lo
que se dice, son las causas más habituales de la
pérdida de autoridad.

No ha de confundirse autoridad con autoritarismo. La
dictadura
familiar requiere poco talento, pero es mala estrategia. Ser
autoritario no otorga autoridad. Hay quien piensa que el
éxito está en que jamás le rechiste una
orden. Pero eso es confundir la sumisión absoluta de los
hijos con lo que es verdadera autoridad, no saber distinguir
entre poder y autoridad.

El poder se recibe, la autoridad hay que ganarla en
buena lid: se conquista
mereciéndola.

"Autoridad" es lo contrario de "autoritarismo". La
persona investida de autoridad es aquélla que suscita en
nosotros una admiración fecunda; en su magisterio
descubrimos una enseñanza que, a la vez que amplía
nuestros conocimientos, enaltece nuestra vida. Quien está
dotado de autoridad ensancha nuestro horizonte vital; quien, por
el contrario, impone su autoritarismo, lo estrecha hasta hacerlo
irrespirable. El desprestigio de la "autoridad" explica
también la decadencia del "maestro", otra de las palabras
más hermosas de nuestra lengua, hoy
suplantada por absurdos eufemismos. Un maestro es aquella persona
que, armada de autoridad, ayuda al discípulo a descifrar
la realidad y a situarse en ella. La tarea del maestro consiste
en formar personas con libertad de
elección y libertad de juicio; pero esta tarea resulta
imposible cuando faltan maestros que nos aporten elementos de
juicio y nos enseñen a elegir.

La autoridad no se impone, sino que se muestra; y,
cuando es una autoridad atractiva, provoca en el joven una suerte
de empatía transformadora. Por supuesto, luego ese joven
podrá apartarse de los criterios interpretativos de la
realidad que su maestro le ha ofrecido; pero cuando esos
criterios faltan se condena al joven a naufragar en un
océano de impresiones contradictorias y banales, se le
condena también a creer que su capricho puede sustituir el
esfuerzo, que su libérrima voluntad puede erigirse en
única brújula de
su crecimiento humano e intelectual.

Poder, autoridad
y política en la Dirección

En el "Arte de amar",
Erich Fromm señala que la mayor parte de la gente
considera al amor como un
objeto a poseer y no como una capacidad o facultad a desarrollar.
De hecho, él escribe su obra con el fin de destacar la
importancia de reconsiderar este segundo aspecto.

Con el concepto de
"poder" ocurre algo similar. Muchos entienden al poder como una
cosa que puede ser poseída. Así, hablamos de "la
lucha por el poder" o de que "tal o cual persona tiene el poder".
El Poder, tomado en esta acepción, se vincula a cargos y
roles y tiene un reconocimiento social. Pero el poder puede ser
entendido también como una relación interpersonal:
toda relación en la que una persona logra imponer su
voluntad a otra puede ser considerada como una relación de
poder.

Las relaciones de poder no siempre se adecuan al
organigrama o al diagrama de
flujos que se halla definido formalmente. En la práctica
diaria, todos los actores tienen capacidad de influir sobre las
decisiones de los demás, en mayor o menor medida. Por ello
el entramado del poder es mucho más complejo que la
"cadena de mandos" formalmente estatuida.

Michel Foucault. El
filósofo francés Michel Foucault
llegó a ser mundialmente famoso por su búsqueda de
los distintos modelos de poder en la sociedad. En 1970
ingresó como docente en uno de los más prestigiosos
centros académicos de su país, el Collège de
France.

Foucault señala que a partir del siglo XVII se
impone un tipo de poder que él denomina "disciplinario",
un poder que "no encadena las fuerzas para reducirlas; lo hace de
manera que a la vez pueda multiplicarlas y usarlas". Entre las
instituciones en las que la disciplina ocupa el primer lugar,
Foucault destaca a la Escuela. Allí el poder tiene por
finalidad formar individuos útiles al sistema.

El poder disciplinario opera sobre el cuerpo. Por ello
controla el espacio y el tiempo buscando imposibilitar todo
comportamiento
no deseado. Para él la mirada es fundamental: "El aparato
disciplinario perfecto permitiría a una sola mirada verlo
todo permanentemente", afirma Foucault. Para ello el ordenamiento
espacial y temporal resulta indispensable, porque permite ver
quién está en su lugar y quién no,
quién está haciendo lo que en ese momento
está estipulado que debe hacerse y quién
no.

El "panóptico" de Bentham (diseñado en el
siglo XVIII) es la concreción arquitectónica
consumada del poder disciplinar. En ella el superior puede mirar,
sin ser mirado, a todos los individuos a su cargo, los cuales
pueden mirarse entre sí con todos menos con sus vecinos.
Esta situación genera en el individuo la sensación
del control
permanente. En las escuelas "las miradas" son también
fundamentales, pero aquí son de ida y vuelta, y el maestro
resulta tanto o más observado que el alumno, con lo que el
poder disciplinario, lejos de disminuir, se torna aún
más complejo.

Como ya hacía notar Max Weber, el orden y la
racionalidad en la
administración estatal exige el crecimiento de la
burocracia,
pero ésta puede tornarse peligrosa si termina siendo una
"máquina" que en vez de facilitar dificulta la
implementación de las políticas del Estado y se
limita a perpetuar o incluso incrementar los beneficios de sus
miembros.

En su devenir transformador, la modernidad tuvo
en la educación a una de sus herramientas fundamentales.
Según Foucault, con su poder disciplinario la Escuela
"fabrica individuos….cuerpos sometidos y ejercitados,
cuerpos dóciles…aumenta las fuerzas del cuerpo (en
términos económicos de utilidad) y
disminuye esas mismas fuerzas (en términos
políticos de obediencia)".

Con esa finalidad, los Estados nacionales modernos
fueron conformando sistemas
educativos que tendieron a incluir a la totalidad de la
población en su niñez y adolescencia.
Estas construcciones sociales resultaron sumamente complejas y
para administrarlas fue necesario crear un numeroso cuerpo de
burócratas. La escuela forma parte del Sistema
Educativo y recibe de él reconocimiento y, en muchos
casos subsidios. Por ello "EL Ministerio", que administra el
Sistema en su conjunto, es un referente fundamental a la hora de
tomar decisiones. Dentro de la Escuela no pocas veces algunos
hacen valer el poder que les otorga el tener "contactos" o
"conocimiento de cómo son las cosas en "El Ministerio",
que es visto en algunas ocasiones como una realidad lejana e
incompresible.

Esta fuente de
poder disminuye drásticamente en la medida en que son
más los miembros de la institución que les han
perdido el miedo al Ministerio por haber tenido contacto directo
con él. No debe extrañar, por tanto, que algunos
directivos dificulten ese contacto directo para conservar el
poder que les otorga ser los únicos que interactúan
con él.

En términos generales el poder ha sido
considerado como un concepto más amplio que el de
autoridad, entendido como un caso especial de poder.

Al tratar el poder varios autores han retomado la
definición de Max Weber, como la probabilidad
de tomar decisiones que afecten la vida de otro(s) pese a la
resistencia de
éstos. En la medida en que el poder se ejerce por medio de
la fuerza y la coerción, Weber distingue entre el mero
ejercicio del poder y la relación de dominación: El
concepto de poder es sociológicamente amorfo. Todas las
cualidades imaginables de un hombre y toda suerte de
constelaciones posibles pueden colocar a alguien en
posición de imponer su voluntad en una situación
dada. El concepto de dominación tiene por eso, que ser
más preciso y sólo puede significar la probabilidad
de que un mandato sea obedecido.

En su análisis sobre el poder, D. M. Wrong
estudia y clasifica las diferentes modalidades de ejercicio
según la diversidad de sus fundamentos. Para hacer que su
poder sea efectivo, un individuo o grupo puede apelar a los
temores, a sanciones físicas, al ejercicio de la
persuasión, a la manipulación o al compromiso que
los no-poderosos tienen con el "sentimiento del deber".
Dependiendo de sus bases, Wrong distingue las relaciones que son
asimétricas de las que exigen reciprocidad. Dentro de las
primeras están la fuerza y la
manipulación; dentro de las segundas la
persuasión y la autoridad.

Mientras que el poder que se ejerce por la fuerza tiene
su sustento en la violencia, la
manipulación es un poder que se ejerce ocultando las
intenciones mediante un esfuerzo deliberado y exitoso de influir
en las respuestas de individuos o grupos a los que
no se les comunica explícitamente las intenciones del
poderoso. Este "lavado de cerebro" induce
tanto a la compra irreflexiva de determinados productos como
a votar por ciertos candidatos. Por su parte, debe entenderse por
persuasión aquella forma de poder que intenta convencer
mediante argumentos que se aceptan sólo después de
ser evaluados independientemente e integrados como base del
comportamiento propio.

A diferencia de la fuerza, la manipulación y la
persuasión, la autoridad se vincula a la existencia de
cierta legitimidad y de una estructura jerárquica que
conlleva a ordenamientos institucionalizados.

Lo anterior no implica que la autoridad renuncie al
ejercicio de la fuerza y la violencia sino que, como Weber ha
señalado, ésta se ejerce con un sustento
legítimo y en esta medida se minimiza la necesidad de
mantener los medios de
coerción en alerta constante: "Sólo cuando un
sistema de autoridad se desmorona, o un individuo dado pierde su
autoridad, debe recurrirse al poder para asegurar su
conformidad…". Al respecto algunos autores como Easton y
Arendt, han señalado la necesidad de diferenciar entre el
ejercicio efectivo de la fuerza y la mera amenaza de su
utilización. Conviene no perder de vista la
distinción significativa entre la exclusión
efectiva de una persona del sistema
político (ya sea mediante la eliminación
física o el encarcelamiento). A diferencia del mero poder,
la autoridad previene la aplicación de la fuerza como tal:
"cuando se usa la fuerza es que la autoridad ha fallado". En
tanto el poder ordena y está respaldado, si es necesario
por la imposición, la autoridad "apela", y deja de ser tal
si se impone.

Weber contrapone la acción ocasional de la
comunidad al carácter permanente de la asociación
institucional, y define los diferentes fundamentos de la
legitimidad como justificación interna de la obediencia
que está interiorizada, tanto en los gobernados como en
los gobernantes.

En la medida en que es legítima, toda autoridad
se sustenta en las leyes. Así la autoridad se distingue
del poder coercitivo y del liderazgo basado en la capacidad de
influir y en la persuasión por la legitimidad. La
relación de autoridad es una relación de
órdenes y obediencia en la cual la autoridad tiene el
derecho de mandar y los otros la obligación de obedecer.
Esta definición de la legitimidad como sustento de la
dominación está basada en los planteamientos
weberianos y es compartida por varios autores.

A diferencia de la persuasión, la autoridad no
intenta presentar argumentos sino asegurar el cumplimiento de las
órdenes. En oposición a las relaciones igualitarias
de persuasión, los lazos de autoridad son siempre
jerárquicos. La relación autoritaria no descansa ni
en argumentos razonados y compartidos ni en el mero poder
coercitivo sino en una estructura cuya razón y legitimidad
es reconocida tanto por los que mandan como por los que obedecen
y donde cada uno tiene un lugar jerárquicamente
definido.

En la medida en que los deberes y obligaciones
están claramente estatuidos, el comportamiento es
previsible y la relación es continua, de allí que,
en la relación de autoridad la importancia del contenido
de la
comunicación pueda ser secundario frente al
significado prioritario del estatus que ocupa quien da la orden.
En este sentido la autoridad es un poder institucional
(Bierstedt) y legítimo (Weber) que se ejerce manteniendo
cierta "distancia" entre los que mandan y los que obedecen. De
allí que la posesión y ejercicio de la autoridad
tiende a estar íntimamente asociada con un conjunto de
rituales -pompa y ceremonia- y de elementos simbólicos
-cetro, corona, etc.

Así, el concepto de autoridad conlleva una serie
de identificaciones, demandas y expectativas que se vinculan a la
fórmula política. Afirmar que una persona tiene
autoridad significa que es poseedora de poder que le asigna la
"fórmula política" y que aquellos que se adhieren a
ésta, consideran que se ejerce en forma justa y
apropiada.

La atribución de autoridad siempre tiene un
contenido "subjetivo", porque involucra no solamente a las
personas que mandan sino también a las que obedecen. La
relación de autoridad implica la aceptación de la
misma; su mantenimiento
y continuidad dependen, en gran medida, del prestigio de las
personas que ocupan los distintos cargos. Así, la
autoridad legítima presupone un conjunto de reglas
compartidas que prescriben la obediencia dentro de ciertos
límites. Para ser legítimas estas
normas deben ser comunes a un amplio número de personas y
no limitarse a regir únicamente las relaciones que
estrictamente se establecen entre los que mandan y los que
obedecen.

Tenemos que tener en cuenta que las políticas en
las direcciones tienen diversos objetivos, de acuerdo a la
gestión que realiza cada Director, así tenemos por
ejemplo: Formar niños y
jóvenes como ciudadanos capaces de construir la democracia y
el desarrollo nacional, armonizando el proyecto colectivo con su
propio proyecto personal de vida. y como objetivo
referido a la organización y funcionamiento escolar:
Fortalecer la escuela
pública asegurándole autonomía,
democracia y calidad de aprendizajes.

La formación personal y ciudadana tiene
implicancias en el plano pedagógico e institucional. En el
primer caso, al «garantizar la centralidad al desarrollo social
y personal como base del desarrollo moral y
ciudadano» de los niños, niñas y adolescentes
del país. Y en lo institucional, al «convertir los
centros educativos en espacios cuya organización y
convivencia estén basadas en el respeto, práctica y
promoción de valores ciudadanos
esenciales», enfatizando la necesidad de promover el
protagonismo de los niños y adolescentes, mediante
mecanismos que faciliten su participación y diálogo
(como el consejo escolar, la eliminación de
prácticas autoritarias y unilaterales y la
extensión y fortalecimiento de diversas formas de
organización autónoma de los
estudiantes).

De otro lado, fortalecer la escuela pública desde
esta perspectiva es un desafío de grandes proporciones,
tratándose de un sistema escolar que nunca ha conocido
otra forma de funcionar que no sea de modo jerárquico y
con escaso o ningún vínculo con la realidad y su
entorno local.

Un desempeño institucional autónomo y
descentralizado supone, para comenzar, que las escuelas cuenten
con oportunidades y capacidades para tomar decisiones y realizar
proyectos educativos propios, pertinentes y relevantes a las
necesidades de los estudiantes y a los requerimientos de
formación ciudadana y de desarrollo local, regional y
nacional. La democratización de la gestión implica,
a su vez, la existencia de espacios y mecanismos permanentes de
participación ciudadana en la planificación, administración y vigilancia de las
políticas y decisiones educativas, en cada ámbito
de la gestión (desde la escuela hasta el nivel regional y
nacional).

Decisión
moral y ética

En nuestra sociedad existe dichos "populares" que
promueven inmoralidades como por ejemplo: "Dios perdona el
pecado, pero
no el escándalo". También

"En nuestra sociedad existe la creencia popular de que
ser capturado es malo, pero no lo es el hecho de robar"
"Podríamos decir que, en realidad, estamos viviendo la
carencia, o incluso, la parodia de una imaginaria escala de
valores, digna de otro tiempo de respeto y hasta
admiración, pero que hoy ya nadie cumple: El engaño
y la mentira parecen
ser hoy la norma, para conseguir .el bien de cada uno por encima
de otros valores".

Moral (del latín "mores":
costumbres)
"Es el conjunto de normas o imperativos que
existen para ser realizados, y que se consideran valiosos
y debidos, independientemente de que se realicen o no". La
moral también es denominada moralidad
(ámbito de la experiencia social donde se pone en juego normas,
valores y acciones) que
se consideran justos y buenos para la sociedad. La moralidad se
modifica de acuerdo al momento histórico y social en que
se vive.

Ética (del griego "ethos":
costumbres, hábitos)
"Es la disciplina
filosófica encargada de estudiar o reflexionar el
comportamiento del hombre en sociedad". Los hombres desde que
aprendieron a vivir en comunidad, tuvieron que saber convivir con
los demás, y para eso crearon ciertas normas que
permitían esa convivencia, es decir se dieron pautas de lo
que es bueno y lo que no es bueno para la comunidad; la
aparición de la ética es
posterior. Los hombres no podemos vivir sin normas ni valores,
por eso se dice que el hombre es un "animal ético".
Sólo los hombres son capaces de proyectarse hacia un
futuro mejor, el desear un estado de cosas mejor, es decir lo que
"debiera ser". El objeto de estudio de la Ética es
la
moral.

Las palabras ética y
moral se usa en forma libre e imprecisa, ejemplo: tal
acción "no es ética ni moral", el congresista
Gonzáles merece una "sanción ética y moral".
Cada vez que hablan de lo ético, lo relacionan con la
moral o viceversa.

Ortega y Gasset decía que para el hombre, la
moral no es un premio, sino es el "ser mismo del hombre que
está en su propio juicio y vital eficacia". Esto
quiere decir que un hombre que no tenga moral no está en
posesión de si mismo, no vive su vida, no crea, no fecunda
y no le interesa su destino.

A nosotros nos interesa saber ¿Cómo es
bueno vivir en el Mundo? No puede vivirse sin saber como es bueno
vivir en el mundo. No se puede vivir sin una moral que nos
oriente, que nos encamine hacia la asimilación de los
valores
humanos. Siempre nos preguntamos ¿Qué debo
hacer?

Las normas morales no tratan de explicar sino de
provocar, de suscitar un comportamiento que se considera adecuado
o valioso. Así aparecieron en nuestra historia personas que
invitaron a realizar un modo de vida que creen justo y bueno como
Cristo, Buda, Gandhi, etc. La Ética toma la moral de estas
personas y reflexiona sobre ellas y las explica. La ética,
no crea la moral, sino que se limita a reflexionar sobre
ella.

La palabra moral cuando es adjetivo
calificativo de una persona, es, normalmente, sinónima de
buena y honesta. Por eso muchas veces decimos que un hombre es
"moral" cuando es bueno y justo, y cuando es lo contrario decimos
que es" inmoral". El hombre honesto no es aquel que es poseedor
de formulas morales que continuamente predica y aconseja, sino
que es su vida y comportamiento ejemplo y espejo de ese
sentido moral que le es propio y con el cual encamina su
vida.

La conciencia moral que cada uno de nosotros
tiene o debería tener nos dicta lo que debemos hacer u
omitir, por eso Sócrates
decía que es una voz interna que nos guía en los
momentos difíciles de nuestra vida y en la cual no sabemos
decidir, ahí él aplicaba la famosa frase
"conócete a ti mismo". La conciencia moral es el
uso, la reflexión y la consideración personal que
hacemos de la norma.

Nosotros emitimos juicios morales cuando nos
pronunciamos sobre la bondad o maldad de unos actos que pueden
ser pasados, presentes o previstos y manifestamos rechazo,
indiferencia o aceptación. Pero para poder emitir
juicios morales, yo tengo que tener conciencia
moral.

El hombre es un ser "utópico" por naturaleza; es
decir, tiende siempre a soñar en un futuro mejor ya sea
para si mismo, ya sea para los que le rodean. Por eso se dice que
todos buscamos el bien de nuestras acciones. Según
Sócrates para buscar el bien hay que obtener conocimiento,
pues no tenerlo conduce al mal, y el mal es producto de la
ignorancia.

También los hombres han buscado la
felicidad
, ejemplo de ello tenemos en el planteamiento de
Aristóteles, Platón y
Sócrates; o en Diógenes que caminaba con una
linterna en busca de un hombre que fuera verdadero y
auténtico, independiente de los bienes
exteriores, buscaba al hombre puro.

Otros buscan el placer para llegar a la
felicidad, como lo planteaban los Epicúreos, pero a
diferencia de ellos, actualmente vivimos en la sociedad de
consumo y
pretendemos ese placer con desenfreno y no tenemos en cuenta que
los epicúreos planteaban la moderación de los
placeres, por eso ahora en el hombre contemporáneo esa
búsqueda de bienestar, les trae "infelicidad".

"Sin virtud, el hombre es el más impío
y el más feroz de los seres; para vergüenza suya, no
sabe mas que amar y comer"

Siempre anhelamos que nuestras virtudes sean mayores que
nuestros defectos, pero para ello debemos saber que son las
virtudes. Según Aristóteles, la virtud es un
"justo medio" entre dos extremos, dos vicios. Así por
ejemplo la valentía sería un punto intermedio entre
la cobardía y la temeridad. "La virtud es un
hábito de conducta
controlado por la razón del hombre, que se busca
intencionalmente con el fin de lograr el bien
". Podemos decir
que la virtud es aquello que hace que algunas personas
sacrifiquen sus auténticos deseos momentáneos por
un fin mejor o por una causa justa.

Para Kant la felicidad
se halla en el cumplimiento del deber en todo momento.
Esta
es una exigencia que obliga al hombre por medio de la conciencia
moral. El concepto del deber está muy unido al de
responsabilidad moral
. Para este
filósofo el deber proviene de la voluntad del hombre
mismo, el mismo se da su ley moral, su deber.

"La mayor perfección moral posible del hombre
es cumplir su deber y por deber. Que la ley moral no sea pues,
solamente la regla sino también el móvil de las
acciones"

"Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en
tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un
fin… y nunca como un medio"

"Las Virtudes son cualidades indispensables para
pensar y tener modos de vida coherentes con la finalidad. Estas
cualidades humanas o conductas fundamentales nos encaminan a la
realización de la finalidad, tanto de nuestras actividades
como de la autorrealización."

Aristóteles define la Areté de la
siguiente manera: "La virtud (areté) es un modo de ser
(héxis) selectivo (proaíresis), siendo un
término medio (mesótes) relativo a nosotros,
determinado por la razón (lógos) y por aquello por
lo que decidiría el hombre prudente
(phrónimos).

Cuando aparece la modernidad, el discurso
filosófico de las virtudes no fue suficiente, por la
aparición de nuevos factores sociales y propuestas
filosóficas en el nuevo panorama
económico-social.

"El término latino traduce areté
por virtus, lo cual está emparentado con
varón (vir,viris). Desde ese trasfondo el
lenguaje de
las virtudes dejó de estar enfocado hacia la "excelencia"
o plenitud de la existencia humana para referirse a la moral
sexual o en el mejor de los casos a medios para lograr una
felicidad post mortem. En todo caso, se comenzó a
usar el término virtud desconectándolo con los
otros elementos relacionados con ella".

La virtud es un hábito, no es una pasión
(como el odio, cólera,
deseo, miedo, etc.), ni tampoco es una facultad o capacidad (de
ese modo no somos buenos o malos por naturaleza, sino que nos
formamos como hombre virtuosos o viciosos), la virtud es un modo
de ser, es algo que se elige, no son simples impulsos, pasiones u
opiniones. Y cuando elegimos ese modo de ser, ponemos en
funcionamiento nuestra voluntad, nuestra razón y
reflexionamos sobre lo que elegimos.

El hombre siempre juzga y actúa por una escala de
valores, por un sistema de prioridades sea cual fuere, y que la
reflexión personal sobre los valores
que nos mueven a establecer juicios morales y a comportarnos de
un modo determinado.

Max Scheler sostiene que los valores son siempre los
mismos, lo que cambia es el hombre histórico que altera su
orden respectivo. Pero los valores están ahí, y se
descubren al igual que la verdad. Lo bueno, lo justo, lo bello,
lo sublime, lo útil, lo verdadero, lo santo, son valores
perseguidos por el hombre a través de la
historia.

El hombre está en el mundo, ante el mundo no
sólo para conocerlo o para transformarlo sino
también para valorarlo. Los valores tienen una importancia
para la vida humana, pues son directrices para la conducta, son
los que dan a nuestra existencia individual y social, su sentido
y finalidad.

Los pueblos transmiten normas, valores, acciones,
principios, sanciones, conciencia, virtudes, etc. Antes de que
apareciera la Axiología los valores eran comprendidos en
forma aislada y asistemática. La noción de valor es
prestada de la Economía, y uno de los primeros filósofos que habla de los valores es
Nietzsche.

Cuando se habla de Valores, nos indica que hay que
escucharlo con cierto aire de respeto, porque es algo importante,
pero lo primero que debemos tener en cuenta es que los valores
sólo pueden ser relevantes mientras estén
articulados con las virtudes y los deberes
. Nosotros los
hombres valoramos, es decir tomamos una actitud a
favor en contra.

Los valores son creaciones humanas, es decir son
producto de las interrelaciones de los hombres entre si, y
sólo existen si se realiza en el hombre y para el hombre.
Los valores son objetivos, pero su objetividad es humana y
social, la objetividad no es suprahumana, no trasciende el
ámbito del hombre como ser
histórico-social.

Actualmente está de moda hablar de la
"calidad educativa", es necesario tener en cuenta que no
sólo es introducir los más amplios y actualizados
contenidos cognitivos y de mejores métodos
pedagógicos. El "Informe Delors"
de la UNESCO, de 1996, enfatiza que la educación tiene
como fundamento cuatro grandes pilares o aprendizajes: aprender a
conocer, aprender a hacer, aprender a convivir con los
demás, y aprender a ser. Para lograr la calidad
educativa hay que obtener resultados en los cuatro pilares y
no sólo en uno o dos pilares. Nosotros los maestros
tenemos una enorme responsabilidad, porque no sólo
formamos a nuestros alumnos para pasar el examen, sino tenemos
que formarlos para toda la vida, y para que eso suceda tenemos
que ser espejos en los cuales ellos noten que respetamos los
valores, cultivamos virtudes y cumplimos con nuestros
deberes.

Debemos recordar que las Instituciones Educativas son
microsociedades en las cuales se reproducen casi todos los
elementos de la sociedad peruana, la sociedad "grande": hay
autoridades, normas, disciplina; hay trabajadores, jefes,
subordinados, y relaciones
humanas; hay premios, castigos y reglamentos. Cada
institución educativa forma un microcosmos, un
pequeño mundo, que contiene todos los elementos que se
ponen en juego en las relaciones adultas que luego va a tener
esta persona en el trabajo, la familia y
la sociedad. De manera que de la forma particular como
articulemos estos elementos en la escuela, crearemos una especie
de espacio de entrenamiento y
de formación de actitudes, que
después se van a reproducir cuando esta persona, siendo
adulta, ejerza plenamente su actividad ciudadana, laboral y
familiar.

El rol del profesor debe ser de un intelectual
crítico y transformador de la realidad en que vive, para
eso debe orientarse hacia el análisis crítico de
nuestra experiencia y practica profesional enmarcada en un
contexto social, comunitario e institucional. Un análisis
critico no sólo de su "saber y hacer docente" sino
también de su "ser docente".

Los docentes debemos resaltar nuestros aspectos
afectivos y valorativos, fortalecer nuestra identidad,
afirmar nuestro sentido de pertenencia a una comunidad la que
espera un accionar, responsable y comprometido, "optar por
determinados valores que tengan un reconocimiento universal y
permitan vivir en comunidad como: RESPETO A LA VIDA, LA DIGNIDAD DE LA
PERSONA, A SER HONESTO CON UNO MISMO Y CON LOS
DEMÁS".

Principios de
Ética Profesional de un Centro Educativo

La Ética profesional del Centro Educativo y del
educador está constituida por el conjunto orgánico
de derechos y
obligaciones morales emanadas de la función
pedagógica y deriva sus finalidades y normas
específicas, de la condición básica de
Institución y de persona, tanto del Centro Educativo, del
educador así como del educando, en armonía con los
anexos que implican exigencias del bien común.

Además las relaciones profesionales y personales
con los alumnos exigen ineludiblemente un marco de seriedad,
justicia, amabilidad, honorabilidad y general discreción.
Estas dimensiones psicológicas y morales permiten al
docente exigir al alumno y ayudarlo sin desmedro alguno de la
mejor relación formativa con él, cualquiera que sea
el plano en que haya de realizarse y dejar siempre en el
educando, una experiencia de estimación inmaculada que
tienda a la elevación evolutiva de la personalidad.
Permitirán orientar a los jóvenes en la
búsqueda constante, libre, creadora y personal de la
verdad, de la belleza, de la realidad y de la justicia. Y
favorecerán, en fin, una conducta decente, decorosa y
digna de fe entre las comunidades estudiantiles y en las
instituciones educativas.

Es elemental, casi obvio, que el profesional de la
educación debe contribuir, en forma decidida con la
calidad de su labor, al prestigio y eficiencia del
centro educativo, institución, departamento o unidad
especializada en que trabaja. En las relaciones con su patrono,
superiores legítimos y compañeros de labores, ha de
observar una conducta digna y respetuosa, sin perjuicio del
derecho a ejercer una crítica
sana y a la libre expresión.

El docente debe contribuir al mantenimiento de un
espíritu de reciprocidad, consideración,
fraternidad y armonía entre todos los compañeros de
trabajo, sea este un centro educativo, departamento u oficina. En este
orden es básico el respeto a la dignidad, al honor
personal y profesional y a la palabra o la acción de un
compañero o de un colega; todo ello, sin perjuicio de los
procesos legales, legítimos a que pueden dar lugar los
abusos en el ejercicio de tales derechos.

Lealtad, compañerismo, confianza, amistad y
benevolencia serán las notas morales
características de una relación ética entre
colegas de la docencia en
general y entre los que trabajan para una institución o
departamento determinado.

El docente, como miembro de un Centro Educativo, tiene
la obligación de contribuir tanto en la esfera
pública como en la privada, con su palabra y con su
ejemplo, al prestigio académico, moral y social del Centro
Educativo. Consecuentemente, el colega que incurra en hechos
gravemente delictivos, al tenor de las leyes que rigen el
país, ofenda el pudor y las buenas costumbres con sus
formas de conducta o mengüe el decoro profesional, se hace
merecedor definitivamente de una sanción.

El docente deberá comportarse en general
según las normas éticas derivadas de su
condición de persona y de educador. Por ello,
deberá actuar constantemente sujeto a las reglas
elementales del Centro Educativo como son: lealtad y sinceridad,
legalidad y buena fe, seriedad y responsabilidad, probidad,
respeto y cortesía.

Todo Centro Educativo debe estar fundado en los
principios de lealtad, mutuo respeto, consideración y
justa solidaridad,
contribuir a que prive la armonía y la mejor
relación humana entre los colegas de la
institución; respetar en todo momento y circunstancias, el
buen nombre, dignidad y honra del colega, abstenerse de toda
expresión o juicio que pueda ir en mengua de su
reputación y prestigio.

La calidad total
en Educación

El tema de la calidad se ha convertido en un instrumento
de extraordinario valor para la proyección de las empresas
u organizaciones hacia el futuro. La calidad es una
preocupación de todos. La obtención de altos
índices de calidad depende, en gran medida, del compromiso
y del apoyo sólido y continuo que brinde la máxima
dirección de las instituciones.

Partes: 1, 2, 3, 4
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