Víctimas del futuro – Adiós al liberalismo: en busca de la confianza perdida
- Resumen
- ¿Del
neoliberalismo al neoproteccionismo? - Palabras
que no existen - El
próximo escenario: una larga y dolorosa depresión
mundial, aranceles y proteccionismo - La trampa
de la globalización - Al "Don
Pirulero" económico: cada cual, cada cual, atiende su
juego… - Remember
- Al
descubierto (efectos colaterales del "low cost": de la
hipocresía al esperpento) - De BRICs
à brac (mundos virtuales) - Facebook
(alertas y trasvases)
Víctimas del futuro – De
plan de
rescate en plan del rescate hacia la derrota final o el regreso
del proteccionismo – Adiós al liberalismo:
en busca de la confianza perdida
Resumen
The party is over
La fiesta ha terminado. Se apagan los ecos
del "último tango"… en
Wall Street. Grandes dosis de despreocupación,
autosatisfacción y cinismo… han derivado en una
economía "sin responsables". Una economía de "call
centers" (nadie sabe dónde están, ni
quién los atiende). Así y todo, algunos mitos
económicos comienzan a caer. Posiblemente, uno de ellos
(eso espero) sea el del librecambio.Cuando la
globalización nos la prometía tan felices,
cuando la tierra era
plana… con la "falacia" de la libre circulación de
mercancía (que sólo fue parcial y sesgada), con la
"promesa" (espejismo, timo) de la libre circulación de
trabajadores, se impuso (único fin cierto, primigenio y
constatable) la libre circulación de capitales. Eso era lo
que verdaderamente interesaba a los "amos del mundo". Lo
demás eran espejitos de colores para
entretener a la "manada" (gilada). Peanuts.Ahora, que se ha
constatado que la globalización lo único que ha
globalizado han sido las pérdidas (repartido la mierda,
digamos), un efecto "esperable" del coito interruptus, tal vez
sea (eso anhelo) el regreso del proteccionismo.¿Estamos
llegando al fin del capitalismo?
Quizás no, pero es probable que estemos ante el fin de
cierto tipo de capitalismo, el financiero y especulativo, que ha
crecido demasiado en las dos últimas décadas, y la
crisis actual
sólo una elocuente expresión de ello, aunque no la
única. Las causas de esta crisis tienen raíces muy
profundas, tanto en el sistema
financiero, como en los estilos de vida y consumo.El
capitalismo puramente financiero es amoral. Es hora de "volver a
creer" en el capitalismo del esfuerzo y del trabajo. Se
debe moralizar el capitalismo. Refundarlo. Eso no quiere decir
destruirlo. Destruirlo es dar un paso atrás, renunciar a
todo lo hecho. Pero, o lo refundamos o se
destruirá
– El "último tango" en… Wall Street:
¿Soberbia, ignorancia o mentira?
"La nación,
en plena recesión, exige una nueva burbuja en la que
invertir" aseguraba hace unos meses un artículo de The
Onion, el diario satírico estadounidense. "Un panel
constituido por los principales líderes empresariales
testificó el lunes ante el Congreso, y exigió al
Gobierno que
ofreciera a los americanos otra irresponsable y
extraordinariamente ilusoria burbuja en la que invertir". Con su
habitual ironía, la publicación tocaba uno de los
puntos clave de los mercados
financieros de la última década: las mayores
creaciones de riqueza desde finales de los noventa se han
producido a lomos de sendas burbujas: la burbuja puntocom y la
del crédito
fácil, causa subyacente de la burbuja inmobiliaria. Para
no romper la magia de la ironía, The Onion no menciona
explícitamente que el posterior estallido de cada burbuja
destruye buena parte de la riqueza creada. Si no toda.
En cualquier caso, lo curioso de esa sucesión de
irracionalidades es que la reacción del mercado y de las
instituciones
a cada una de las burbujas ha generado el caldo de cultivo de la
siguiente. Los tipos históricamente bajos con los que los
bancos
centrales de todo el mundo pretendían estimular la
demanda,
evitar la deflación y coagular la sangría
bursátil de principios de
siglo XXI, abarataron hasta niveles jamás vistos los
costes de endeudarse. El dinero
fácil salía a espuertas de los bancos centrales y
llegaba tanto a empresas como a
hogares a través de la banca comercial y
de inversión.
Dinero fácil
Con tanta oferta de
crédito como demanda, se perdió la noción
del riesgo y se
generaron pequeñas burbujas de activos, como la
inmobiliaria, la de materias primas, e incluso la bolsa… Los
precios de la
vivienda en las principales ciudades de EEUU han caído
más de un 20%, el
petróleo ha pasado de 150 dólares por barril a
30 dólares y la bolsa ha llegado a caer casi tanto como se
dejó en el estallido del puntocom (Ibex 35), o incluso
más (S&P 500). El propio George Soros, el
multibillonario inversor que se hizo rico a principios de los
años noventa apostando en contra de la libra esterlina, ha
dedicado los últimos años de su vida a perfilar una
teoría
que define la economía moderna como una sucesión de
superburbujas, que a su vez tienen pequeñas burbujas
dentro.
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