- La fundación del
Banco Central: la reforma de Orellana - La segunda época:
reforma monetaria y bancaria de 1946 - El
proceso de modernización del sistema financiero
nacional: 1989-1999 - El
programa de fortalecimiento del sistema financiero
nacional
La fundación
del Banco Central: la reforma de Orellana
Los orígenes legales e institucionales del actual
Sistema de
Banca Central en
Guatemala se
remontan al período de la reforma monetaria y financiera
de 1924-1926. Entonces, fue creado el Banco Central de
Guatemala como establecimiento de emisión, giro y
descuento, de carácter privado y con participación
del Estado como
accionista. Esta reforma culminó durante el mandato del
General José María Orellana (1921-1926), y fue
conducida en su etapa final por un equipo bajo el liderazgo del
Licenciado Carlos O. Zachrisson (entonces Ministro de Hacienda),
que trabajó sobre la base de los estudios técnicos
elaborados por el profesor Edwin
Walter Kemmerer, de la Universidad de
Princeton.1
El origen de esta reforma se vincula a los graves
desequilibrios monetarios y financieros que ocasionó el
régimen monetario anterior, basado en la existencia legal
de un oligopolio de
bancos
emisores reglado por el gobierno de
Manuel Estrada Cabrera, que generó una gigantesca deuda
del Gobierno para con esos bancos. En 1919, el propio gobierno de
Estrada Cabrera invitó al profesor Kemmerer para estudiar
las condiciones monetarias del país y hacer las
recomendaciones que el caso ameritara para emprender la reforma.
Kemmerer recomendó, entre otras medidas, el
establecimiento de un Banco Central que sería el agente
fiscal del
gobierno y que tendría el derecho exclusivo de emitir
billetes.
Ese intento de reforma se vio frustrado por una serie de
eventos
políticos y económicos (como los derrocamientos de
los Presidentes Estrada Cabrera y Manuel Herrera) No fue sino
hasta en 1924 cuando el Presidente Orellana invitó de
nuevo al profesor Kemmerer a visitar el país y proponer un
plan de
reforma financiera. Antes de ello, en 1923, Orellana había
promulgado un Decreto que establecía una "Caja Reguladora"
para estabilizar los tipos de cambio, la
cual se convertiría en el embrión del Banco Central
de Guatemala. En noviembre de 1924 fue promulgada la Ley Monetaria de
la
República de Guatemala, que daba vida a la nueva
unidad monetaria, el Quetzal, bajo el régimen del
patrón oro
clásico. En 1925, el Gobierno publicó las bases de
lo que debería ser el Banco Central y solicitó
propuestas de redacción de la ley correspondiente a los
diferentes sectores interesados. Finalmente, mediante Acuerdo
Gubernativo del 30 de junio de 1926, se fundó el Banco
Central de Guatemala, que coronó la obra de la reforma
económica del Gobierno de Orellana.
Las reformas emprendidas pusieron fin a la
emisión monetaria desordenada, crearon un respaldo real a
la moneda nacional, estabilizaron su paridad e instauraron el
orden en los flujos bancarios y financieros del país. Sin
embargo, como se puede adivinar, el proceso mismo
de la reforma fue sumamente complicado, como lo demuestra la
propia crónica orellanista de los hechos (La
Administración del General José María
Orellana y el Arreglo Económico de Guatemala):
"No se consiguieron todos estos resultados sino al cabo
de una cruenta lucha contra toda serie de obstáculos. Como
fácil es suponer, todos los intereses creados,
añadidos a los pequeños intereses de la política, se pusieron
en juego, al
principio para desacreditar el plan propuesto y en seguida para
ponerle trabas y obstáculos a su desarrollo.
Fácil es considerar lo que esta lucha significó en
un ambiente de
por sí pesimista y en donde la voz de las pasiones, los
intereses y la política menuda, encuentra siempre
fácil eco. Hubo que luchar enérgicamente, en la
acción,
en el gabinete de trabajo, en la
prensa…"
La segunda
época: reforma monetaria y bancaria de 1946
La Gran Depresión
Mundial (1929-1933) afectó gravemente a la economía guatemalteca, y sometió a
una difícil prueba al Banco Central y su política
monetaria basada en el patrón oro clásico. Dado
que dicho patrón no daba cabida a una política
monetaria anticíclica, se hizo necesario impulsar la
reforma monetaria y bancaria de 1944-1946, mediante la cual se
creó el Banco de Guatemala como heredero del antiguo Banco
Central de Guatemala. Esta reforma se culminó durante el
Gobierno revolucionario del Doctor Juan José
Arévalo, y fue conducida bajo el liderazgo del Doctor
Manuel Noriega Morales (Ministro de Economía y,
posteriormente, primer Presidente del Banco de Guatemala), cuyo
equipo de trabajo contó con la asesoría del Doctor
Robert Triffin2
y de David L. Grove, economistas del sistema de la Reserva
Federal de los Estados Unidos de
América.
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