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La casta de los banqueros – ¿Los mejores talentos? (página 4)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

El que fuera banco de inversión, ahora reconvertido en banco
comercial y vapuleado como el resto por las pérdidas,
siempre se llevaba los mejores negocios, sus
beneficios siempre eran los más suculentos y cualquiera
que tuviera la oportunidad de trabajar para la firma era
considerado como parte de la élite financiera de EEUU. De
hecho, si se pregunta a los que han logrado salvar el pellejo en
todo este asunto siguen reconociendo, sin duda, que Goldman es un
hervidero de mentes privilegiadas.

¿Se ha gestado la crisis para
beneficiar a unos pocos?

Aún así, la relación entre la ex administración Bush con la firma ha llevado
a alimentar alguna que otra teoría
conspiradora. ¿Ha sido esta hecatombe financiera provocada
para beneficiar a unos pocos? Esta pregunta nunca contará
con una respuesta clara pero es cierto que el enredo de nombres y
conexiones implicados en la crisis de crédito
siempre acaba ligada con Goldman Sachs.

Sólo hay que echar un vistazo al todavía
gobierno de
EEUU. El ex secretario del Tesoro, Henry Paulson, fue consejero
delegado de Goldman y su sucesor en el puesto bajo la
administración Obama, Tim Geithner, ex presidente de
la FED de Nueva York, fue apadrinado por Goldman. Mario Draghi,
quien es responsable de lidiar con la crisis en lo que se refiere
a la Unión
Europea, también fue vicepresidente del banco de
inversión.

La conexión no termina aquí. John Thain, ex CEO
de Merrill Lynch, fue presidente de Goldman y su homólogo
en Wachovia, Robert Steel, fue vicepresidente de la entidad de
inversión. Ed Liddy, el nuevo capitán de la
aseguradora AIG, fue vicepresidente del consejo de administración de Goldman Sachs, y hasta
Neel Kashkari, encargado hasta ahora de gestionar el rescate de
700.000 millones de dólares, también se
amamantó en el seno del banco de inversión.

A falta de pruebas
tangibles, es cierto, que hasta no hace mucho, la buena
sintonía entre el Tesoro de EEUU y Wall Street ha puesto
de manifiesto la falta de responsabilidad de las autoridades federales a la
hora de "jugar" con el dinero de
los contribuyentes. Al menos eso se deduce de los informes
publicados por los encargados de intentar adivinar si el gobierno
hace sus deberes. Aquí hay gato encerrado y Michel Moore
está dispuesto a encontrarlo.

– London Stock Exchange – Un ex directivo de Lehman Brothers
será el nuevo consejero delegado de la Bolsa de Londres
(Cinco Días – 13/2/09)

El consejo de administración del operador de la Bolsa
de Londres, London Stock Exchange (LSE), ha designado a Xavier
Rolet como nuevo consejero delegado de la compañía
en sustitución de Clara Furse, a la que relevará el
próximo 20 de mayo.

Rolet, de 49 años, desempeñó entre los
años 2000 y 2008 diversos cargos de responsabilidad
ejecutiva en la filial europea de Lehman Brothers, ocupando el
puesto de consejero delegado de la entidad en Francia hasta
octubre de 2008.

LSE, que se fusionó con su homólogo de la Bolsa
de Milán en 2007, ha protagonizado en los últimos
años algunos de los principales movimientos de
consolidación en el sector, después de haber
rechazado las diferentes proposiciones de compra por parte del
gestor de la Bolsa de Fráncfort, así como los
acercamientos que en su momento realizaron tanto Euronext como
Nasdaq.

– El ocaso de "Sir Fred, el triturador" (El Economista –
13/2/09)

(Por Iain Dey / Kate Walsh)

Monografias.com

Fred Goodwin, consejero delegado de RBS.

Sir Fred Goodwin estaba en la cima del mundo cuando
llegó, con su mujer Joyce, a
una cena en un lujoso barrio de Edimburgo. Corría el mes
de octubre de 2006 y el consejero delegado del Royal Bank of
Scotland (RBS) empezaba, por fin, a ganarse a algunos de sus
críticos en la City de Londres. Se hablaba del RBS junto
con gigantes financieros de la talla de Citigroup y JP Morgan, y
los beneficios históricos de medio año
habían sobrepasado hasta las expectativas más
optimistas.

Para la élite de Edimburgo, Goodwin era un
héroe. Aunque no frecuentaban los círculos
sociales, aquella noche se encontraba entre las cerca de ochenta
personas invitadas a la casa de Trevor Matthews, el jefe de
Friends Provident y por aquel entonces director senior de
Standard Life.

En cuanto retiraron los platos, apareció un pianista
profesional para acompañar la velada y los invitados se
pusieron a cantar cuando empezó a tocar una versión
de American Pie de Don McLean. Pero una voz sobresalía de
las demás. Goodwin se sabía de memoria las seis
estrofas y, antes de darse cuenta, era el único que
cantaba en una especie de solo improvisado.

Gestor temido

Entre los directivos de RBS, a Goodwin se le conocía
como "Fred, el triturador" por su temido historial de recortes de
gastos, capaz de
causar el pánico
entre hombres adultos con poco más de un par de palabras
escogidas. Su manera habitual de relajarse consistía en
desmontar motores de
antiguos coches Triumph y participar en cacerías. Una vez
al año, cazaba palomas en España con
Emilio Botín, presidente del Santander.

Pero el talento musical no era lo único con lo que
coqueteaba Fred. En la misma época, Goodwin estaba
empezando a urdir una estrategia con
Botín que acabaría con la constitución por ambos de un consorcio para
comprar ABN Amro.

En último término, aquella operación se
convertiría en una de las principales razones que
obligaron al banco a ir con el sombrero en la mano en dos
rescates de miles de millones de libras de los contribuyentes
británicos. Sin embargo, la operación de ABN no fue
el único problema. El día en que desapareció
la música
del mundo de las altas finanzas se
hizo obvio que el banco de inversiones de
RBS estaba infestado de activos
tóxicos.

El martes, los diputados destriparon los altibajos de Goodwin
en el comité del Tesoro. Fue la primera oportunidad para
ver al hombre ahora
conocido como el peor banquero del mundo defenderse a sí
mismo en público.

Política de terror

Algunos de sus más allegados insisten en que su mayor
defecto no fue su obsesión por las operaciones ni su
agresivo estilo de gestión. Si hubo un momento en el que
Goodwin perdió el control, aseguran
que fue cuando empezó a dejarse crecer el pelo.

En Semana Santa
de 2001, los 200 directivos de mayor rango de RBS fueron enviados
a una conferencia de
gestión en el hotel
Gleneagles de Perthshire, un lujoso complejo de golf favorito de
RBS. Sólo había pasado un año desde que
Goodwin asumiera el cargo de consejero delegado de manos de Sir
George Mathewson, a quien la plantilla considera que salvó
a RBS del borde del colapso, pero el reinado de Goodwin ya
había traído cambios.

Entre los partidos de golf se dividió a los directivos
en grupos para
pedirles que identificaran problemas de
gestión y todos los grupos mencionaron la cultura del
terror como el mayor problema del banco. La noticia fue
comunicada a Goodwin. Los asistentes contuvieron la respiración mientras el consejero delegado
subía al estrado para afrontar las acusaciones pero no se
produjo ninguna escena. "¿Por qué está todo
el mundo asustado de alguien tan bajito como yo?",
preguntó. Con sus 1,89 metros de estatura, Goodwin nunca
fue una amenaza física. "En
ningún momento recriminó ni gritó a nadie",
reconoce un ex consejero delegado de una filial del banco. "Era
ocurrente y fulminador, el clásico abusón
psicológico".

Goodwin mantenía reuniones todos los días a las
9:30 horas con sus altos directivos, generalmente en la sede del
banco de Edimburgo o en su despacho londinense. La asistencia era
obligatoria -en persona o por
videoconferencia- para todos los jefes departamentales del
banco.

Palizas matutinas

Aunque Goodwin había heredado esas reuniones de
Mathewson, con él no tardaron en ser bautizadas como las
"palizas matutinas". Podían durar desde quince minutos a
una hora, no más por lo general. Algunos antiguos
directivos aseguran que eran una forma eficiente de resolver
cuestiones serias pero el ambiente no
era agradable. "Aquellas reuniones nunca tenían que ver
con informar a nadie de nada", explica un ex alto directivo de
RBS que asistió a las reuniones durante años. "Eran
una humillación. Parecía que Fred no se contentaba
hasta encontrar alguien a quien humillar, sobre todo en los
primeros tiempos", explica.

La palabrería era inaceptable. Contestar, peligroso.
Saber la respuesta correcta a sus preguntas solía ser
imposible. "A lo mejor preguntaba cuál había sido
la recaudación de una sucursal de Glasgow el martes
pasado", explica un ex directivo. "Era imposible saberlo porque
estabas al mando de 10.000 sucursales. Pero él te
contestaba: 'deberías saberlo; ¿vas a hacer bien tu
trabajo?;
¿sabes lo que estás haciendo?; ¿tengo que
traer a otra persona para que haga tu trabajo?'", manifiesta este
antiguo directivo, que señala, además, que su frase
favorita era: "Me parece que te has dormido en los laureles".

En el campo de golf estaba más relajado y no le
importaba demasiado ganar o perder. En su trabajo benéfico
con The Prince's Trust se comportaba despreocupado y siempre
estaba dispuesto a alternar con famosos, incluido el
príncipe Carlos. Pero los ex directivos describen
invariablemente aquellas reuniones matutinas como "desagradables"
u "hostiles".

Con el tiempo, los
asiduos aprendían a interpretar el lenguaje
corporal de Goodwin. Jugar con un clip era señal de
irritación leve. Cuando se enfadaba de verdad, el cogote
se le hinchaba y enrojecía, según algunos ex
directivos. Era un microgestor obsesivo e incluso se dice que
veía los vídeos de los casting de los nuevos
anuncios. "Llegaba a un detallismo que era absurdo", opina otro
ex trabajador de RBS. "Pero el problema fundamental de todas esas
cuestiones era que Fred se creía un experto en todo, desde
escoger el azul correcto en una rueda de colores hasta
absorber ABN Amro"" dice.

Niño mimado del jefe

Hace hoy casi nueve años, Goodwin y Mathewson
compartieron una cena de celebración en el Hotel Savoy de
Londres. Mathewson acaba de descubrir que estaba a punto de
adquirir NatWest tras una batalla de cinco meses con su
archirival Sir Peter Burt, entonces consejero delegado del Banco
de Escocia. Mercury Asset Management y Schroders ya habían
hecho público su apoyo a RBS y otras grandes entidades
empezaban estar conformes. Burt estaba a punto de tirar la
toalla.

Aunque la operación todavía no estaba ganada del
todo, Mathewson ya estaba de humor celebratorio. Goodwin, por
otro lado, le pidió que se calmara, recordando a su jefe
que mantuviera la cabeza fría para las reuniones con los
inversores del día siguiente. No mucha gente podía
dirigirse a Mathewson así, pero Goodwin era su niño
mimado y ayudante de confianza.

A Goodwin lo habían traído un par de años
antes de Clydesdale Bank, donde había sido consejero
delegado. Este hijo de electricista de Paisley se labró un
nombre en la profesión contable después de trabajar
en una serie de destacadas insolvencias, incluido el Bank of
Credit and Commerce International. Le habían hecho socio
de Touche Ross, ahora parte de Deloitte, con tan sólo 29
años.

Aunque era Mathewson quien dirigía la operación
de NatWest, Goodwin la ganó para él. Había
sido el perfecto oponente para Burt. Si Burt sabía al
detalle cómo dirigía NatWest su negocio, Goodwin se
aseguraba de conocerlo todavía mejor. Sólo cuando a
Goodwin lo lanzaron a las reuniones de inversiones, la batalla se
osciló hacia el lado de RBS.

Decir que hechizó a la City sería
engañoso, aunque no hay duda de que causó
impresión. La operación de NatWest fue obra de
Goodwin. Enseguida le promocionaron a consejero delegado, al
mismo tiempo que Mathewson pasaba a un segundo plano como
presidente.

Pasar a la historia

La operación fue aclamada como el mejor negocio
bancario de todos los tiempos y la capacidad de Goodwin para
recortar gastos y mejorar eficiencias se ganó adeptos a
izquierda, derecha y centro. Fue nombrado Empresario del
Año 2002 por la revista
Forbes.

Aquello le dio confianza para realizar una serie de
operaciones en Gran Bretaña y Estados Unidos, y
sus tácticas de negociación se hicieron legendarias. Cuando
adquirió el negocio de seguros Churchill
de Credit Suisse por 1.100 millones de libras en 2003, Goodwin se
empezó a obsesionar por su exposición
a The Accident Group, un polémico bufete de abogados sin
comisiones en caso de fallo negativo que quebró poco
después.

Oswald Grubel, el consejero delegado de Credit Suisse por
aquel entonces, se negó a satisfacer la demanda de
Goodwin de que el banco suizo ofreciera una indemnización
contra cualquier pérdida que pudiera sufrir en la cuenta.
Las semanas de negociaciones culminaron en un tenso almuerzo en
la sede del banco suizo.

El comienzo del fin

La comilona de negocios no cayó en absoluto bien a todo
el mundo. Una nota de investigación de Deutsche Bank en 2005
sostenía que, de las 21 adquisiciones que el banco
había realizado desde 1997, sólo un puñado
había equiparado el coste del capital. En
otras palabras, el banco había crecido, pero no para
mejor.

Aunque los accionistas se quejaban de la megalomanía de
Goodwin, seguían votando una operación
detrás de otra. Y, para cuando la implicación de
RBS en la absorción de ABN se presentó a
votación por los accionistas en agosto de 2007, la crisis
de los créditos ya había levantado la
cabeza. Cuando los accionistas empezaron a protestar por la
operación en octubre ya era demasiado tarde. No
había ninguna cláusula que pudiera sacar al banco
de la transacción, pese a los rumores en contra.

Mientras tanto, el mundo financiero se dirigía hacia el
infierno en coche de golf. En abril, RBS había lanzado una
emisión en derechos de 12.000 millones
de libras para reforzar los agujeros creados en su balance por la
operación de ABN. Un sinfín de problemas
más, estaban surgiendo en el banco de inversiones del
grupo. Si la
operación de NatWest había sido obra de Fred, un
negocio que se había adquirido dentro de la
operación estaba contribuyendo silenciosamente a su
eventual perdición.

Tras la operación de NatWest, acabó con un banco
de inversiones considerable propio, que incluía una casa
de bonos
estadounidenses llamada Greenwich NatWest. Sin embargo, el
negocio también había empezado a ganar importantes
cantidades de dinero. El
auge de la venta de deuda
hipotecaria en los mercados
financieros había comenzado y RBS Greenwich, como
había sido rebautizada la empresa,
estaba en el centro.

"Hace diez años era reacio a decir que soy operario de
hipotecas pero ahora, de repente, está de moda",
reconoció Jay Levine, consejero delegado conjunto del
negocio, en una entrevista en
octubre de 2005. "Estábamos en el lugar correcto,
teníamos un negocio hipotecario considerable
-estábamos entre los tres o cuatro máximos
jugadores- y el mercado se
acababa de expandir increíblemente" decía.

Aluvión de quejas

Los accionistas de RBS se levantaron de sus asientos y
empezaron a preguntar por qué no podía crecer el
negocio más deprisa. "Fred recibía quejas
constantes de los inversores sobre el negocio de la banca de
inversión", asegura una fuente cercana a Goodwin. Todos
querían saber por qué Barclays Capital, un negocio
aparentemente similar, crecía a un 30% al año y el
negocio de banca de inversiones de RBS, bajo el mando de Johnny
Cameron, sólo crecía a un 15%. Entonces, Fred le
dijo a Johnny que levantase el pie del freno. Si querían
crecimiento, tendrían crecimiento.

Levine elevó el negocio rápidamente en 2005,
2006 y principios de
2007 bajo las órdenes de Cameron y su paquete salarial se
extendió a un ritmo similar. Según fuentes
cercanas al banco, en diciembre de 2007, Levine abandonó
el banco. Cameron ya estaba siendo interrogado en todas las
reuniones matutinas sobre los activos de riesgo mantenidos
en Greenwich. Él no era, en absoluto, el único
banquero que compartía la misma opinión en aquella
época.

Cuanto más se ensombrecía el panorama
económico, más operaciones se volvieron
problemáticas. Todo culminó con el rescate del
banco por 20.000 millones de libras el pasado mes de octubre y la
posterior inyección de efectivo anunciada el mes pasado,
que aumentó la participación estatal en RBS al
70%.

– Cómo el gobierno de EEUU creó la crisis
financiera (The Wall Street Journal – 13/2/09)

Una investigación muestra que el
pánico del año pasado no fue causado porque no se
rescató a Lehman Brothers

(Por John B. Taylor)

Muchos están pidiendo una comisión como la del
11 de septiembre de 2001 para investigar la crisis financiera.
Cualquier investigación como esta no debería
descartar al mismo gobierno como un gran culpable. Mi
investigación muestra que las acciones e
intervenciones del gobierno -no una falla inherente o la
inestabilidad de la economía privada- causaron, prolongaron y
drásticamente empeoraron la crisis.

La clásica explicación de las crisis financieras
es que son causadas por excesos -con frecuencia excesos
monetarios- que llevan a un auge y un inevitable colapso. Esta
crisis no fue diferente: un boom de la vivienda seguido por un
desplome provocó cesaciones de pagos, la implosión
de hipotecas y valores
relacionados a hipotecas de instituciones
financieras, y la resultante agitación financiera.

Los excesos monetarios fueron la principal causa del auge. La
Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo su meta para la
tasa de
interés, especialmente en 2003-2005, muy por debajo de
las conocidas normas monetarias
que señalan que una buena política
debería estar basada en experiencia histórica.
Mantener las tasas de
interés en el camino en el que funcionaron bien en las
últimas dos décadas, en lugar de mantenerlas tan
bajas, habría prevenido el auge y el colapso.
Investigadores de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico han presentado evidencia corroborativa de
otros países: mientras más alto el grado de exceso
monetario en un país, mayor fue el boom de la
vivienda.

Los efectos del auge y el colapso fueron amplificados por
varios factores, incluyendo el uso de hipotecas subprime (o de
alto riesgo) y de tasas variables, que
provocaron la toma excesiva de riesgos.
También hay evidencia de que la excesiva toma de riesgos
fue estimulada por tasas de interés
excesivamente bajas. Las tasas de impagos y ejecuciones
hipotecarias están inversamente relacionadas a la
inflación del precio de las
viviendas. Estas tasas cayeron rápido durante los
años en los que los precios de las
viviendas subieron rápido, probablemente descarrilando
muchos programas de
suscripción de hipotecas y engañaron a mucha
gente.

Las hipotecas subprime, de tasas variables y de otras clases
fueron atados en muy complejos valores respaldados por hipotecas.
Las agencias calificadoras subestimaron el riesgo de estos
valores, ya sea por falta de competencia,
irresponsabilidad o más probablemente la inherente
dificultad de evaluar el riesgo debido a la complejidad.

Otras acciones del gobierno también estuvieron en
juego: las
empresas
patrocinadas por el gobierno Fannie Mae y Freddie Mac fueron
alentadas a expandirse y comprar valores respaldados por
hipotecas, incluyendo aquellas armadas con riesgosas hipotecas
subprime.

La acción
del gobierno también contribuyó a prolongar la
crisis. Considere que la crisis financiera se agudizó el 9
y 10 de agosto de 2007, cuando las tasas de interés del
mercado de dinero subieron pronunciadamente. Los spreads de tasas
de interés, como la diferencia entre préstamos
interbancarios a tres meses y a un día, se dispararon a
niveles sin precedentes.

Diagnosticar la razón de este repentino aumento era
esencial para determinar qué tipo de respuesta
política era necesaria. Si la liquidez era el problema,
entonces proveer más liquidez facilitando préstamos
en la ventanilla de descuento de la Reserva Federal (Fed), o
abriendo nuevas ventanillas o líneas de crédito,
sería lo apropiado. Pero si el riesgo de contraparte
estaba detrás del repentino aumento en las tasas de
interés del mercado de dinero, entonces sería
apropiado un enfoque directo en la calidad y la
transparencia del balance del banco.

Al principio, las autoridades diagnosticaron mal la crisis
como una de liquidez y recetaron el tratamiento equivocado.

Para proveer más liquidez, la Fed creó la
Línea de Crédito de Subastas a Plazo (TAF por sus
siglas en inglés)
en diciembre de 2007. Su principal objetivo era
reducir los spreads de tasas de interés en los mercados de
dinero y aumentar el flujo de crédito. El TAF, no
obstante, no pareció hacer mucha diferencia. Si la
razón del spread era el riesgo de contraparte, a
diferencia de la liquidez, esto no es una sorpresa.

Otra pronta respuesta política fue el Acta de
Estímulo Económico de 2008, aprobado en febrero. El
principal objetivo de este paquete era enviar US$ 100.000
millones en efectivo a individuos y familias para que tuvieran
más para gastar, y de esta manera impulsar el consumo y la
economía. Sin embargo, la gente gastó poco o nada
del descuento temporal (como predijo la teoría de ingresos
permanentes de Milton Friedman, la cual sostiene que los aumentos
temporales en los ingresos, a diferencia de los permanentes, no
provocan incrementos significativos en el consumo). El consumo no
fue impulsado.

La tercera respuesta política fue la gran
reducción en la meta para la
tasa de interés de fondos federales a 2% en abril de 2008,
de 5,25% en agosto de 2007. Esta fue más drástica
de lo que prescribirían normas monetarias como mi propia
Regla Taylor. El efecto más evidente de este recorte de
tasa fue una pronunciada depreciación del dólar y un gran
aumento del precio del petróleo. Después del comienzo de la
crisis, el precio del crudo se duplicó a más de
US$140 en julio de 2008, antes de desplomarse a medida que
disminuían las expectativas de crecimiento
económico mundial. Para entonces, sin embargo, el
daño
del alto precio del petróleo
ya estaba hecho.

Después de un año de tales erróneas
prescripciones, la crisis empeoró repentinamente en
septiembre y octubre de 2008. Presenciamos una seria
restricción del crédito, que seriamente
debilitó una economía que ya estaba sufriendo por
el persistente impacto del aumento del precio del petróleo
y la crisis inmobiliaria.

Muchos han argumentado que la razón de este mal paso
fue la decisión del gobierno de no prevenir la bancarrota
de Lehman Brothers durante el fin de semana del 13 y 14 de
septiembre. Un estudio de este evento sugiere que la respuesta es
más complicada y estaba en otra parte.

Aunque los spreads de tasas de interés aumentaron
ligeramente el lunes 15 de septiembre, se mantuvieron en el rango
observado durante el año previo y permanecieron
allí el resto de la semana. El viernes 19 de septiembre,
el Departamento del Tesoro anunció un paquete de rescate,
aunque no reveló su tamaño o los detalles. Durante
el fin de semana se armó el paquete, y el martes 23 de
septiembre, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, y el
secretario del Tesoro, Henry Paulson, testificaron ante el
Comité de Banca del Senado. Los funcionarios presentaron
el Programa de
Alivio de Activos en Problemas (TARP por sus siglas en
inglés), indicando que sería de US$ 700.000
millones. Proporcionaron un corto borrador de legislación,
sin ninguna mención de la supervisión y con pocas restricciones sobre
el uso de los fondos.

Los dos hombres fueron indagados intensamente y la
reacción fue bastante negativa, juzgando por el gran
volumen de
correo negativo que recibieron muchos miembros del Congreso. Fue
después de este testimonio que uno realmente empieza a ver
que se profundiza la crisis y los spreads de tasas de
interés se amplían.

El conocimiento
por parte del público de que la intervención del
gobierno no había sido considerada en detalle y la
historia oficial
de que la economía se estaba desplomando probablemente
provocaron el pánico visto en las siguientes semanas. Y
esto probablemente fue amplificado por las improvisadas
decisiones de respaldar a algunas instituciones financieras y no
a otras y por explicaciones poco claras, que parecían
basadas en el miedo, de los programas para tratar la crisis.
¿En qué se basó la decisión de
intervenir en Bear Stearns, luego no en Lehman y luego sí
otra vez en AIG? ¿Qué guiaría las
operaciones del TARP?

No tenía que haber sido de esta manera. Para prevenir
medidas equivocadas en el futuro, es urgente que volvamos a
principios de política
monetaria sólidos, basando las intervenciones
gubernamentales en diagnósticos claramente establecidos y
marcos predecibles para las acciones del gobierno.

Respuestas enormes con pocas explicaciones probablemente
empeorarán la situación. Hasta ahora, esa es la
lección de esta crisis.

(Taylor, un profesor de
economía de la Universidad de
Stanford y académico de la Institución Hoover, es
el autor de Getting Off Track: How Government Actions and
Interventions Caused, Prolonged and Worsened the Financial Crisis
(algo como Desviándose del camino: cómo las
acciones e intervenciones del gobierno causaron, prolongaron y
empeoraron la crisis financiera), que será publicada a
fines de febrero por Hoover Press)

(Este artículo tiene respuesta por parte de Alan
Greenspan, publicada por el mismo periódico
el 12/3/09 y que el lector encontrará más adelante,
en este mismo apartado)

– ¿Quién puede creer a unos
analistas que siguen recomendando comprar? (Negocios –
17/2/09)

Algunos expertos atribuyen el exceso de optimismo
a la creencia de que los valores
bursátiles siempre aumentarán su precio con el paso
del tiempo.

(Por J. Healy / M. Grynbaum)

Cuando el mercado estaba en lo más alto, el 95% de las
recomendaciones de los analistas animaban a los inversores a que
compraran acciones o mantuvieran sus posiciones. Cuando los
valores empezaron a tener problemas, seguían siendo
optimistas. Y a partir de noviembre, cuando se congeló el
crédito, la economía se estancó y los
mercados financieros se desplomaron hasta sus niveles más
bajos en una década, los analistas todavía no
hablaban de vender.

El mes pasado, el S&P 500 sufrió el peor enero de
toda su historia. Los analistas, sin embargo, hicieron
recomendaciones de venta en tan sólo un 5,9% de los
valores, según datos de
Bloomberg. Defienden que muchas compañías se han
visto tan castigadas por la recesión económica que,
con toda seguridad, sus
acciones rebotarán. Es posible. Pero, tras tantas
recomendaciones fallidas con multitud de compañías,
¿por qué los inversores tendrían que
creerles también en esta ocasión?

Cuando los valores de internet se desplomaron en
2000 y 2001, los analistas de Wall Street fueron vilipendiados
por haber alentado un frenesí que había inflado las
acciones de las empresas puntocom hasta unos niveles
insostenibles. Sin embargo, en esta ocasión son las
agencias de calificación crediticia, las
compañías hipotecarias y los banqueros de Wall
Street quienes han cargado con casi toda la culpa por el desplome
de 2008, y son muy pocos los que públicamente se han
encarado con los analistas por haber animado a los inversores a
comprar cuando todo se estaba viniendo abajo.

Falta de advertencias

"Los analistas han vuelto a desperdiciar una oportunidad con
las crisis crediticia y de las subprime", comenta Jacob Zamansky,
un abogado especializado en activos financieros. "Deberían
haber hecho alguna advertencia a tiempo para que los inversores
pudieran salir del apuro, o al menos para que aligeraran sus
carteras. Esa advertencia nunca llegó", añade. En
su lugar, muchas recomendaciones animaban a los inversores a que
conservaran sus acciones mientras empeoraba la
situación.

El 8 de octubre, cuando la Cámara de Representantes y
el Departamento del Tesoro trataban desesperadamente de calmar
los mercados, un analista de Citigroup elevó la
calificación de Bank of America y recomendó
comprar. Desde entonces, las acciones de esta entidad han
caído un 77%.

"Nuestras calificaciones se basan en los precios objetivos a 12
meses", explica Jeffrey Harte, un analista de alto nivel de
Sandler O"Neill and Partners. "Dada la naturaleza de
los ciclos económicos, así como el interés
de la nueva Administración, esperaba y todavía
espero que el sector bancario mejore considerablemente en el
largo plazo", indica. En su defensa, los analistas sostienen que
la mayoría de los reguladores, economistas e inversores
fueron incapaces de anticipar la catástrofe
financiera.

¿Por qué, incluso en medio de una
situación de pérdidas en cascada, no podían
la mayoría de los analistas simplemente rebajar
drásticamente la calificación de la
compañía, con la consiguiente recomendación
de vender, para que los inversores pudieran reducir las
pérdidas? "Da igual da que estés en un mercado
bajista, alcista o plano. Siempre te vas a encontrar con que un
95% de los analistas te dice que compres", afirma Randy Cass,
director ejecutivo de la firma de información financiera y de
inversión First Coverage.

Cultura alcista

Aunque las reformas que se emprendieron después de la
burbuja de las puntocom pretendían conseguir que los
análisis fuesen más independientes,
separándolos de la banca de inversión, la cultura
que impera en Wall Street favorece la especulación al
alza.

Algunos expertos atribuyen este exceso de optimismo a las
expectativas, ampliamente difundidas, de que los valores
bursátiles -al igual que los precios de las viviendas-
siempre aumentarán de valor con el
paso del tiempo. Después de todo, el índice S&P
500 ha presentado unas rentabilidades anuales de más del
9% durante los últimos 80 años.

Monografias.com

La vieja idea del mercado alcista

Los inversores pueden haberse dejado llevar por la
lección que habían aprendido a golpes una y otra
vez durante los años alcistas de la última
década: hay que comprar barato, porque el mercado siempre
acaba subiendo.

"El mercado subió, subió y subió. Te
dejabas llevar por el No te preocupes, sé feliz", comenta
William A. Fleckenstein, presidente de una firma de
gestión de capital de Washington. "Cada vez que el mercado
bajaba, era una nueva oportunidad para comprar la acción a
un precio más bajo", añade.

Cuando llegaron las turbulencias del año pasado, pocos
inversores se dieron cuenta de que esta pauta desparecería
de un plumazo. Los resultados han sido desastrosos. Según
Fleckenstein, "no comprendieron que el mundo en el que
habían estado
operando durante años era un falso punto de
referencia".

Es el error de aplicar el típico adagio optimista que
defiende que, cuanto mayor es la caída, mayor será
la subida. Basta con dar a la bolsa un poco más de tiempo.
De momento, la realidad parece quitarle la razón a este
refrán.

Los gestores de inversión, menos sometidos a la
fiebre
compradora

Las recomendaciones de inversión procedentes de los
despachos de los gestores cuentan una historia diferente a la de
los informes que publican los analistas, no tan influida por la
fiebre compradora. Para juzgar adecuadamente lo que estos
gestores recomiendan a sus clientes, la
firma de información financiera y de inversión
First Coverage recoge recomendaciones de compra y de venta de
unos 1.000 analistas que prestan servicios en
firmas independientes y de tamaño medio.

Según los datos de esta firma, a finales de enero el
34,5% de las recomendaciones de los gestores eran de venta, un
24% más que en diciembre de 2007. En el punto
álgido del desplome, en octubre y noviembre, las
recomendaciones de venta alcanzaron el 45%. Pese a todo, a lo
largo de 2008, las ventas nunca
superaron a las compras.

– Sinvergüenzas y bonus millonarios (El Confidencial –
18/2/09)

(Por Aurora Mínguez / Berlín)

Es el adjetivo más suave que se está aplicando
estos días a los grandes banqueros, y no sólo a los
alemanes. Es el título de portada en la revista Der
Spiegel de esta semana, y es también el sentir del
gobierno alemán. La canciller Merkel se considera, como
poco, estafada por este gremio y ha dicho que le resulta
"incomprensible que los bancos que
están recibiendo ayudas estatales paguen en muchos casos
enormes bonificaciones a sus ejecutivos". Pero su ministra de
Justicia, la
socialdemócrata Brigitte Zypries, ha ido más
allá, denunciando que esas bonificaciones formen parte del
salario fijo
acordado y que se garantice su pago independientemente de la
marcha de la compañía.

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Se está hablando de inmoralidad empresarial, de
absoluta falta de responsabilidad, de haber perdido el contacto
con la realidad. Y es que hay casos realmente increíbles.
Del más llamativo  se hacía  eco el
Frankfurter Allgemeine Zeitung en su portada del martes:
Stefan Jentzsch, ex jefe del Banco de Inversiones del
Dresdner Bank, con sede en Londres, exige el pago de 400 millones
de euros por los servicios prestados y amenaza con ir a
tribunales si no los ve en su cuenta bancaria pronto. Insiste en
que esa gratificación estaba en su contrato y que
hay que cumplirlo. Todo bien… si no fuera porque el Dresdner ha
sido uno de los primeros bancos alemanes que entró en
crisis y que ha tenido que aceptar la OPA lanzada por el
Commerzbank, el número dos en Alemania.
El Estado se
ha visto obligado a "regalar" al Commerzbank 18.000 millones de
euros para salir del paso y facilitar la fusión
de estas dos entidades, apoyada por los ministerios de
Finanzas y Economía. Pues bien, si el señor
Jentzsch gana el proceso, y
parece probable, ya que él firmó el contrato antes
de la crisis bancaria, 4oo millones de los contribuyentes
alemanes irán a
su bolsillo.

Primas sin control

Esto es lo que está enervando a los ciudadanos, a uno y
otro lado del Atlántico. En los Estados Unidos se han
seguido pagando primas, hasta un total de 18.000 millones de
dólares, a pesar de la crisis. Obama ha dicho que esto no
puede seguir así. En Europa se piensa
parecido pero nadie hasta ahora se había atrevido a
cuestionar ese sistema de
gratificaciones sin control. No es que se quiera eliminar de
raíz los llamados "boni", pero sí, al menos,
someterlos a reválida en función de
los resultados obtenidos. Ya que los Estados se están
convirtiendo en accionistas de los grandes bancos tocados por la
crisis, parece lógico que también intervengan en la
toma de
decisiones y en el reparto de beneficios, en caso de que los
haya.

…Y salarios de lujo
revisables

En Alemania la gran coalición ha alcanzado un acuerdo
sobre los sueldos millonarios de los ejecutivos de las empresas y
bancos intervenidos por el Estado. A partir de ya, las acciones
que reciban por su calidad de tales sólo podrán
venderlas al cabo de al menos cuatro años, y no de dos,
como es ahora el caso. El Consejo de Administración de las
grandes empresas podrá reducir el sueldo de sus directivos
y altos cargos e incluso penalizarlos si cometen errores de
gestión. Además, en el caso de los bancos que han
recibido ya ayudas estatales, los salarios máximos no
deberán superar a partir de ahora los 500.000 euros. La
medida, no obstante, no tiene efectos retroactivos.

En Gran Bretaña el debate
también está sobre la mesa. El líder
de la oposición, David Cameron, ha propuesto que los
directivos de los bancos que reciban ayudas estatales vean
limitadas sus gratificaciones extra a sólo dos mil libras.
Una cantidad que contrasta con las bonificaciones que dos de los
bancos parcialmente estatalizados, Lloyds Banking Group y Royal
Bank of Scotland, van a pagar a sus ejecutivos. Según los
medios
británicos, el Lloyds va a soltar 120 millones de libras
(134 millones de euros) en primas a pesar de sus pérdidas
de más de 10.000 millones de libras. Todo un ejemplo de
moral
empresarial.

Este asunto, entre otros, va a estar muy presente en la
reunión que este domingo reunirá en Berlín a
los jefes de estado y de gobierno de los países europeos
del G-20, con Angela Merkel como anfitriona y con José
Luis Rodríguez Zapatero entre los invitados. Una
reunión preparatoria de la cumbre del G20 en Londres de
primeros de abril y en la que no estaría mal que los
líderes tomaran bien la temperatura a
sus opiniones públicas, porque esto parece una olla a
punto de estallar, y Francia va a ser en estos días un
primer escenario.

– El ex consejero delegado de Merrill devolverá el
dinero gastado en decorar su despacho (Libertad
Digital – 20/2/09)

El periódico, que cita fuentes de la
investigación, informa de que la Fiscalía General de Nueva York cursó
la pasada semana la citación al ejecutivo del mayor banco
de EEUU, que ha recibido 45.000 millones de dólares de los
fondos federales de rescate financiero, incluidos 20.000 millones
por la compra del banco de inversiones Merrill Lynch.

El fiscal general neoyorquino, Andrew Cuomo, acusa a
ejecutivos de Merrill Lynch de "irresponsabilidad corporativa"
por haber cobrado en secreto bonificaciones de 3.600 millones de
dólares mientras que esa entidad se beneficiaba de ayudas
públicas.

Cuomo hizo tales imputaciones en una carta al
responsable del comité de servicios financieros de la
Cámara de Representantes de EEUU, Barney Frank, que
investiga la forma en que los bancos han gastado el dinero del
rescate gubernamental.

El fiscal asegura que el banco de inversiones "nunca
había entregado en fecha tan temprana esas primas. El
momento elegido por Merrill para hacer ese enorme reparto ha sido
antes de anunciar su horrible cuarto trimestre y antes de que se
completara su absorción por Bank of America".

Según informaron medios de prensa, cuatro de
los ejecutivos de Merrill Lynch pueden haber recibido un total de
121 millones de dólares antes de que el dinero de los
contribuyentes estadounidenses sirviera para rescatar a esa
firma.

A finales de enero, la fiscalía citó
judicialmente al ex consejero delegado de Merrill Lynch John
Thain y al director administrativo de Bank of America, J. Steele
Alphin, como parte de la investigación por las primas que
la primera firma pagó a sus ejecutivos. Bank of America
acusó a la dirección de Merrill Lynch de no haber
informado debidamente de la cuantía de esas
pérdidas (15.300 millones de dólares en el cuarto
trimestre).

Esta entidad compró en septiembre pasado Merrill Lynch,
una de las principales víctimas de la crisis de las
hipotecas "subprime", para evitar su quiebra, y la
operación se completó a principios de este
año. Kenneth Lewis ha asegurado que no necesita más
fondos del Gobierno y ha rechazado especulaciones acerca de una
posible nacionalización de la entidad.

Citan a declarar al presidente del Bank of America en
investigación judicial

El presidente y consejero delegado del Bank of America,
Kenneth Lewis, ha sido citado a declarar en una
investigación judicial sobre si la entidad
infringió una ley del estado de
Nueva York sobre información a los inversores,
indicó este viernes The Wall Street Journal.

– "El peor banquero del mundo"- Santa Rita, Rita, lo que se da
no se quita (El Mundo – 27/02/09)

La negativa del banquero escocés Fred Goodwin a
renunciar a su pensión anual de 723.833 euros tras su
desastrosa gestión al frente del Royal Bank of Scotland,
que anunció ayer pérdidas récord,
continúa escandalizando al Reino Unido.

Sir Fred -el banquero fue honrado en su día con ese
título- ha dicho eso de "Santa Rita, Rita, lo que se da no
se quita", y a pesar de los requerimientos que le han hecho desde
el Gobierno para que de modo altruista renuncie al menos a una
parte de esa pensión vitalicia, se mantiene en sus
trece.

Goodwin, de 50 años, afirma que el responsable de las
relaciones con la City en el gobierno laborista de Gordon Brown,
lord Myners, estuvo de acuerdo en concederle la pensión a
cambio de su
salida del banco, a cuya ruina contribuyó con decisiones
que resultaron totalmente equivocadas.

El banquero, en quien muchos ven un símbolo de la
codicia en ese sector, escribió una carta a Myners en la
que se queja de que el Gobierno critique ahora el dinero de su
jubilación.

Myners, sin embargo, puso en tela de juicio la versión
del banquero y calificó de "desgraciada e inaceptable" su
decisión de no aceptar siquiera un recorte de su
pensión.

Tanto el propio primer ministro, Gordon Brown, como el titular
del Tesoro, Alistair Darling, han pedido a quien ha sido
calificado como "el peor banquero del mundo" que reconsidere su
decisión.

Pero el banquero insiste en que él ya hizo un
sacrificio al renunciar al salario de un año puesto que su
contrato con el banco estipulaba que en caso de ruptura
debía dársele un año de sueldo.

El portavoz de Finanzas de la oposición conservadora,
George Osborne, calificó el jueves de "obscena e
inaceptable, se mire por donde se mire" la pensión que
cobrará Goodwin y dijo que equivale a un "uso totalmente
irresponsable del dinero del contribuyente".

El RBS está controlado en un 70% por el Gobierno, que
ayer anunció una nueva inyección de dinero
público al banco por 25.000 millones de libras (28.000
millones de euros) más 325.000 millones (364.000 millones
de euros) en garantías a sus activos tóxicos.

La prensa británica, tanto la seria como los tabloides
sensacionalistas, publica hoy en portada la foto de un Goodwin
sonriente, acompañada de titulares como "Obsceno" o "No
soltaré ni un penique".

En un editorial, el diario "The Times" escribe hoy que "son
legión" los errores estratégicos cometidos por
Goodwin al frente del banco escocés y señala que el
mayor de todos fue la adquisición en el 2007 por 70.000
millones de euros del banco holandés ABN-Amro.

Goodwin, dice el
periódico, es "directamente responsable de decisiones
que destruyeron la riqueza de sus accionistas" y que ahora
exigirán decenas de miles de despidos.

El anterior consejo de administración del RBS nunca
debió aceptar el pago de una pensión como la que se
acordó para Goodwin, agrega "The Times".

– Brown amenaza con acciones legales contra el ex director de
RBS, que percibirá una pensión multimillonaria
(Intereconomia – 27/2/09)

Brown reconoció que comparte el "enfado" de la gente
por este motivo y aseguró que está "considerando
todos los medios legales" de los que dispone el Estado para
recuperar una parte de ese dinero

El primer ministro británico, Gordon Brown,
amenazó hoy de nuevo con emprender acciones legales contra
el ex consejero delegado del Royal Bank of Scotland (RBS), Fred
Goodwin, por cobrar la "inaceptable" cifra de 16 millones de
libras (18 millones de euros) como pensión de
jubilación.

Brown reconoció que comparte el "enfado" de la gente
por este motivo y aseguró que está "considerando
todos los medios legales" de los que dispone el Estado para
recuperar una parte de ese dinero. Goodwin se negó ayer a
devolverlo argumentando que el ministro del Tesoro, Lord Myners,
había aceptado que se le entregase esa cantidad. Por este
mismo motivo, el Partido Conservador calificó de
"artificial" el enfado de Brown.

La pensión de Goodwin, que se va a prejubilar a sus 50
años, se duplicó el pasado mes de octubre hasta los
16 millones de libras, de forma que el ex consejero tendrá
garantizadas unas 693.000 libras (más de 780.400 euros)
anuales para el resto de su vida.

El Tesoro británico, que inyectó 20.000 millones
de libras (22.544 millones de euros) en RBS, afirmó que en
su momento la junta directiva de la entidad "transmitió la
impresión" de que la pensión de Goodwin era
legalmente vinculante.

Brown aseguró que "estos últimos días" ha
descubierto que el paquete de jubilación era
"discrecional", que se podía haber bloqueado y que se
puede recuperar una parte del mismo acudiendo a los
tribunales.

"El comportamiento
de Royal Bank of Scotland, donde se entregaron importantes
asignaciones para pensiones, es algo que me enfada y que enfada a
la gente del país", declaró a la cadena
británica BBC.

El primer ministro dijo que el Gobierno sigue presionando a
Goodwin, a quien la Reina otorgó el título de "Sir"
por su labor en el mundo de la banca, para que renuncie
voluntariamente a una parte de su pensión. "Cuando los
bancos fracasan (…), las personas que cometen los errores no
pueden y no deberían huir con sus derechos y con pagos
discrecionales adicionales", opinó. "Esto es
injustificable e inaceptable y vamos a limpiar todos los bancos
para que esto no vuelva a ocurrir", agregó.

Tira y afloja

Goodwin escribió una carta a Lord Myners en la que
aseguraba: "Se me dijo que el tema de mi pensión se
trató de forma específica con usted y que usted
indicó que era consciente de mi derecho y que no se
requerirían más 'gestos'". El ex consejero
aseveró que ya había realizado el "gesto" de
entregar una parte significativa de su sueldo cuando
negoció su salida del banco.

El ministro le contestó que las conversaciones que
mantuvieron sobre este asunto "no implicaban la
aprobación" del pago de la pensión. Lord Myners
expresó su desacuerdo con las "razones" de Goodwin para
rechazar su propuesta de renunciar voluntariamente a una parte
del dinero y manifestó su deseo de que cambie de
opinión.

"Ahora compartirás mi opinión de que las
pérdidas sufridas por el banco que vas a gobernar hasta
octubre, que se dieron a conocer hoy (jueves), no pueden
justificar una recompensa tan grande", señaló.

Enfado "artificial"

Pero el portavoz de Finanzas de los "tories", George Osborne,
consideró que el enfado del Ejecutivo por este tema es
"artificial". "El problema del Gobierno y de Lord Myners, que es
un ministro del Gobierno, es que sabían todo lo de la
pensión, así que todo este enfado artificial viene
mucho después de que el caballo se desbocase",
criticó.

"Me parece que, de todas formas, todavía siguen en el
atolladero. Lo sabían y no lo detuvieron, y eso es lo que
está diciendo Fred Goodwin", opinó. Osborne
estimó que no hay muchas posibilidades de que el Gobierno
recupere el dinero en los tribunales. "Esperemos que lo consiga,
pero es dudoso", agregó.

– El fiscal de Nueva York cita a declarar a siete ejecutivos
de Merrill Lynch (Cinco Días – 5/3/09)

Andrew Cuomo, fiscal general de Nueva York, ha citado este
jueves a prestar declaración a siete ejecutivos vinculados
a Merrill Lynch y Bank of America, según una fuente
próxima a la investigación judicial que el fiscal
lleva adelante para determinar si los directivos de estas
entidades se repartieron alrededor de 2.800 millones de euros en
primas mientras Merrill Lynch recibía el auxilio
económico del Estado. Los ejecutivos se habrían
repartido estas retribuciones antes de septiembre de 2008, cuando
Bank of America compró Merrill Lynch para evitar su
quiebra.

La decisión de Cuomo involucra a Andrea Orcel, broker
principal del banco; Thomas Montag, responsable de ventas
globales y jefe de comercialización; Peter Kraus, titular del
área de estrategias;
David Sobotka, directivo del mercado inmobiliario; David Goodman,
responsable del mercado de materias primas; David Gu, encargado
de la división de tarifas, y Fares Noujaim, jefe del Bank
of America en Medio Oriente y África. De
acuerdo con lo que ha trascendido sobre la pesquisa, el fiscal
neoyorquino obtuvo los nombres de los directivos a partir de las
declaraciones de John Thain, último consejero delegado de
Merrill Lynch antes de la venta, y de Kenneth Lewis, director
ejecutivo de Bank of America. El mes pasado, ambos prestaron
testimonio bajo juramento en la Fiscalía.

De acuerdo con lo que ha publicado el periódico
estadounidense The Wall Street Journal este miércoles, los
ejecutivos que ha citado Cuomo percibían los honorarios
más suculentos en Merrill Lynch. La sospecha del fiscal es
que los altos cargos del banco de inversión violaron las
reglas de seguridad y transparencia a que están sujetas
las compensaciones en momentos en que la entidad sufría
las peores pérdidas de su historia.

"Queremos que los ejecutivos presten testimonio bajo juramento
sobre su trabajo, su participación en las distribuciones
de primas, el momento en que éstas fueron pagadas, la
porción que les correspondió y la relación
que mantenían con Thain", ha explicado la fuente de la
Fiscalía.

– Los hombres de US$ 10 millones de Merrill (The Wall Street
Journal – 5/3/09)

Mientras la firma se hundía, algunos ejecutivos ganaron
US$209 millones en 2008

(Por Susanne Craig)

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Altos ejecutivos, altos sueldos: Andrea Orcel
(izq.), David Sobotka (centro) y Peter Kraus

A pesar de que 2008 fue un mal año para Merrill Lynch
& Co., Andrea Orcel, el principal banquero de
inversión de la firma estadounidense, tuvo un año
estupendo. Aunque las pérdidas de Merrill alcanzaron US$
27.600 millones el año pasado, Orcel, de 45 años,
recibió US$ 33,8 millones en efectivo y acciones, casi lo
mismo que recibió en 2007.

El año pasado, mientras Merrill tambaleaba, 11 altos
ejecutivos recibieron cada uno más de US$ 10 millones en
efectivo y acciones, dicen fuentes al tanto. Otros 149 ejecutivos
recibieron US$ 3 millones o más. Las bonificaciones en
acciones, que representaron buena parte de la
remuneración, han perdido mucho de su valor desde que
fueron distribuidas.

El Fiscal General de Nueva York, Andrew Cuomo, envió
órdenes judiciales a varios ejecutivos mejor remunerados
de Merrill como parte de una investigación sobre los US$
3.600 millones en bonos pagados por la firma justo antes de ser
adquirida por Bank of America Corp., según fuentes al
tanto. Hasta ahora, Bank of America no ha entregado la lista de
ejecutivos con los sueldos más altos, argumentando que eso
ayudaría a sus rivales a robarle talento.

The Wall Street Journal (WSJ) ha identificado la
mayoría de los 10 principales ejecutivos y su nivel de
remuneración a través de documentos y
entrevistas
con fuentes al tanto. Los 10 empleados con mejores sueldos de
Merrill recibieron un total de US$ 209 millones en efectivo y
acciones en 2008, frente a US$ 209 millones que la firma
pagó a sus 10 principales ejecutivos un año antes,
según los datos revisados por WSJ. En 2007, 28 empleados
de Merrill recibieron cada uno más de US$ 10 millones. El
total no incluye el grupo de clientes privados de Merrill, donde
trabajan los corredores.

Buena parte de la remuneración de 2008 eran bonos, ya
que el salario base para los altos ejecutivos generalmente
varía entre US$ 200.000 y US$ 750.000. Algunos de los
ejecutivos mejor remunerados dirigían divisiones que
registraron buen desempeño el año pasado, pese a las
dificultades de la firma. Algunos de los principales ejecutivos
de Merrill, incluyendo el ex presidente de la firma, John Thain,
no recibieron bonificaciones en 2008. Pero información
revisada por WSJ muestra que algunos operadores y banqueros de
inversión sufrieron el año pasado reducciones
mínimas de sueldo, aunque las divisiones que lideraban
reportaron pérdidas significativas.

Las firmas de Wall Street dicen que necesitan pagar altas
remuneraciones a
grandes productores para evitar que se vayan a la competencia.
Fuentes al tanto dicen que una gran parte de la
remuneración fue pagada en acciones.

Cuomo está examinando los bonos pagados por Merrill
para determinar si la firma violó alguna ley de valores
ligada a la divulgación pública. Ayer, Bank of
America entabló una petición ante a la Corte
Suprema del Estado de Nueva York para evitar que se hagan
públicos los paquetes de compensación. La
próxima semana, Cuomo planea presentar sus argumentos a
favor de la publicación de los datos. Se espera que un
juez decida sobre el caso el 13 de marzo.

"Merrill Lynch era una empresa
independiente durante los tres años cubiertos por las
compensaciones (bajo investigación)", dijo un vocero de
Bank of America. "Bank of America continúa preocupado
sobre el derecho de privacidad de cualquier empleado".

Un representante de Cuormo declinó hacer comentarios
sobre la remuneración de cualquier ejecutivo de
Merrill.

Thain fue obligado a renunciar de su cargo por el presidente
ejecutivo de Bank of America, Kenneth Lewis, en medio de
controversias sobre las crecientes pérdidas. Merrill
reportó una pérdida neta de US$ 15.840 millones en
el cuarto trimestre y Bank of America solicitó un rescate
gubernamental.

Pese a los tropiezos de Merrill, varios de los ejecutivos
mejor remunerados trabajan ahora para Bank of America, que
compró a Merrill el primero de enero. Orcel, por ejemplo,
ahora lidera la división corporativa internacional y de
banca de inversión.

David Sobotka, a cargo de la división de
negociación de valores con recursos propios,
recibió US$ 13 millones en remuneración en 2008,
aunque la unidad de Merrill que dirigía en ese momento
registró una facturación negativa de US$ 35.960
millones, en gran parte debido a rebajas contables sobre activos
inmobiliarios que la unidad heredó antes de que
él tomara el mando.

El negocio de renta fija, divisas y
commodities de Merrill ya se estaba hundiendo bajo el peso de
malas apuestas hipotecarias cuando Sobotka asumió las
riendas a fines de 2007. Ese año, ganó US$ 14,3
millones dirigiendo el negocio global de commodities de Merrill,
una de las unidades más fuertes de la firma. Sobotka
rehusó hacer comentarios.

David Gu, a cargo de la división de tasas de
interés globales, ganó US$ 18,7 millones en 2008,
según los datos. Aunque eso fue un 6% menos que su
compensación de 2007, de US$ 19,8 millones, la unidad de
Gu siguió siendo muy rentable el año pasado. Gu no
respondió a una solicitud de comentario.

El codirector de la división de commodities, David
Goodman, recibió US$ 16,5 millones el año pasado,
según los datos. Su unidad también fue rentable,
según una persona con conocimiento de los resultados.
Goodman, ahora codirector de commodities globales en Bank of
America, no comentó sobre el asunto.

Fares Noujaim, que se unió a Merrill en 2008 y ahora
lidera las operaciones de Medio Oriente y África de Bank
of America, ganó más de US$15 millones en 2008,
muestran las cifras. También recibió una gran
bonificación de contratación por unirse a Merrill,
según personas al tanto. Noujaim rehusó realizar
comentarios.

Uno de los contratados de mayor perfil de Thain, Peter Kraus,
tenía un contrato de empleo
valorado en US$ 29,4 millones, muestran los datos. Eso es unos
US$ 4 millones más de lo previamente reportado. Kraus,
director de estrategia global en Merrill durante sólo tres
meses, fue nombrado en enero presidente ejecutivo de la gestora
de patrimonio
neoyorquina AllianceBernstein Holding LP. Un portavoz de Kraus no
quiso realizar comentarios.

Thomas Montag, director global de ventas y negociaciones de
Merrill, ganó US$ 39,4 millones en 2008, aunque su primer
día de trabajo fue en agosto. Merrill ya había
reportado la compensación de Montag.

Montag también recibió acciones valoradas en
unos US$ 50 millones para reemplazar lo que perdió al
abandonar Goldman Sachs Group Inc., su antiguo empleador,
según personas al tanto. En 2008, la unidad operada por
Montag tuvo una facturación negativa de US$ 28.100
millones. Montag no respondió a peticiones de
comentarios.

Orcel, el banquero de inversión que recibió US$
33,8 millones, ha trabajado en algunos de los mayores acuerdos de
la banca de inversión en los últimos años.
También participó en un gran negocio que ahora
parece no haber tenido éxito,
asesorando al Royal Bank of Scotland Group PLC y otros
para que compraran ABN Amro Holding NV. El banco holandés
fue comprado por US$ 101.000 millones en 2007.

Orcel obtuvo una bonificación valorada en US$ 12
millones por su papel en el negocio. El ex presidente de la junta
de RBS Tom McKillop recientemente llamó la
adquisición "un grave error". Las pérdidas
relacionadas con la compra de ABN Amro son una de las razones por
las que el gobierno del Reino Unido está incrementando su
participación en RBS a 95%.

El año pasado, Orcel generó ganancias de US$ 550
millones, un 45% más que en 2007, según personas
cercanas. Los banqueros de Wall Street consideran las ganancias
anuales de US$ 25 millones excelentes.

En 2008, las ganancias generales de banca de inversión
de Merrill fueron de US$ 3.300 millones, un 33% menos que los US$
4.900 millones del año anterior.

– La Fed no causó la burbuja inmobiliaria (The Wall
Street Journal – 12/3/09)

(Por Alan Greenspan)

(Este artículo responde al anterior de John B. Taylor,
publicado por el mismo periódico el 13/2/09, reproducido
anteriormente)

Estamos en medio de una crisis global que incuestionablemente
es la más virulenta desde los años 30.

Eventualmente esta se desvanecerá y pasará a ser
historia, pero la forma en la que sean interpretadas las causas y
efectos que reforzaron e interactuaron en esta contracción
severa darán forma a la reconfiguración de nuestro,
actualmente debilitado, sistema
financiero global.

Hay al menos dos teorías
que compiten para explicar los orígenes de esta crisis. La
primera es que las políticas
de "dinero fácil" de la Reserva Federal produjeron la
burbuja inmobiliaria de Estados Unidos que se encuentra en el
corazón
del desastre financiero actual.

La segunda, y mucho más creíble,
explicación concuerda con que fueron en efecto las bajas
tasas de interés las que detonaron la euforia
especulativa. Sin embargo, la tasa de interés que
importaba no era la aplicada a los fondos federales, sino la tasa
sobre las hipotecas de largo plazo a tasa fija.

Entre 2002 y 2005, las tasas hipotecarias residenciales se
adelantaron 11 meses a la evolución de los precios de la vivienda en
Estados Unidos. Esta correlación entre los precios de la
vivienda y las tasas hipotecarias fue muy significativa, y es un
indicador mucho mejor del aumento de los precios de la vivienda
que la tasa de interés federal.

Eso no debería ser una sorpresa. Después de
todo, los precios de los activos de larga duración siempre
han sido determinados al descontar el flujo de ingresos (o
servicios imputados) por las tasas de interés con los
mismos vencimientos que el activo.

A mi juicio nadie emplea las tasas de interés a un
día -como la tasa interbancaria federal- para determinar
la tasa de capitalización de los bienes
raíces, ya sea en un edificio de oficinas o en una
residencia unifamiliar.

La Reserva Federal se percató agudamente de la
desconexión entre la política monetaria y las tasas
de interés cuando las tasas no respondieron como se
esperaba a la subida de tipos decretada por la Fed a mediados de
2004.

Además, los datos muestran que las tasas hipotecarias
residenciales se habían deslindando gradualmente de la
política monetaria incluso antes, a raíz de la
emergencia, a partir de principios de este siglo, de un mercado global
bien arbitrado para instrumentos de deuda de largo plazo.

La conexión entre las tasas hipotecarias y las tasas de
corto plazo en Estados Unidos había sido estrecha durante
décadas. Entre 1971 y 2002, la tasa de fondos federales y
la tasa hipotecaria evolucionaron paralelamente. La
correlación era fuerte: de 0,85. Entre 2002 y 2005, sin
embargo, la correlación prácticamente se redujo a
la insignificancia.

Tal y como apunté en esta página en diciembre de
2007, la presunta causa del declive mundial en las tasas de largo
plazo fue el cambio tectónico a principios de los
años 90 en gran parte del mundo en desarrollo, de
un énfasis marcado en la planificación central a una competencia
comercial centrada en la exportación cada vez más dinámica.

El resultado fue un incremento del crecimiento en China y un
gran número de otras economías de mercados
emergentes que llevaron a un exceso en el ahorro global
previsto relativo a las previsiones de inversiones de capital.
Ese exceso de ahorros basado en cambios anticipados
propulsó progresivamente a la baja las tasas de
interés de largo plazo entre principios de 2000 y 2005 a
escala
global.

Ese declive en las tasas de interés de largo plazo en
un amplio espectro de países explica
estadísticamente, y es la causa principal más
probable, de las tasas de capitalización inmobiliarias que
declinaron y convergieron en todo el mundo, resultando en la
burbuja de precios inmobiliarios a escala global. (La burbuja de
precios en Estados Unidos estaba en, o por debajo de, la mediana,
según el Fondo Monetario
Internacional).

En 2006, las tasas de interés de largo plazo y las
tasas hipotecarias determinadas por ella, para todos los
países desarrollados y los principales países en
desarrollo, se habían reducido a menos del 10% -creo que
por primera vez jamás. Pensaba que el peso de una
evidencia tal generaría un amplio apoyo a esta
explicación de la crisis actual.

Sin embargo, a partir de mediados de 2007, la historia
empezó a rescribirse, en gran medida por mi buen amigo y
ex colega John Taylor, profesor de la Universidad de Stanford,
con quien pocas veces he estado en desacuerdo. Sin embargo,
escribiendo en estas mismas páginas el mes pasado, Taylor
inequívocamente afirmó que si la Reserva Federal
entre 2003 y 2005 hubiera mantenido las tasas de interés
de corto plazo a los niveles implícitos en su "Regla
Taylor", "esto habría prevenido este auge y desplome
inmobiliario". Esta noción ha sido citada y repetida
tantas veces que ha adoptado el aura de una noción de
conocimiento popular.

Además del uso inapropiado de tasas de interés
de corto plazo para explicar el valor de activos de largo plazo,
su acusación estadística de la política de la
Reserva Federal durante el período de 2003 a 2005 no trata
los antes mencionados cambios estructurales en la economía
global. Su análisis estadístico incorpora
relaciones empíricas de décadas anteriores al
período más reciente, donde no necesariamente se
pueden aplicar.

Asimismo, aunque creo que la "Regla Taylor" es una primera
aproximación útil al camino de la política
monetaria, sus parámetros y predicciones se derivan de
estructuras
modelo que se
han revelado consistentemente incapaces de anticipar el principio
de las recesiones o crisis financieras. Razonamientos
hipotéticos partiendo de estructuras tan defectuosas no
pueden ser la única base de un exitoso análisis o
asesoría sobre políticas gubernamentales, con o sin
el beneficio de los conocimientos en retrospectiva.

Dado el desacoplamiento de la política monetaria de las
tasas hipotecarias de largo plazo, acelerar la política de
incremento de tipos que la Fed implementó en 2004-2005 no
podría haber "prevenido" la burbuja inmobiliaria. Tomando
todo en consideración, personalmente prefiero la
valoración del desempeño de la Reserva Federal de
Milton Friedman. Al evaluar el período entre 1987 y 2005,
escribió en esta misma página a principios de 2006:
"No existe otro período de comparable duración en
el que el Sistema de la Reserva Federal haya funcionado tan bien.
Es más que una diferencia de grado; estamos hablando de
una diferencia profunda".

¿Cuánto importa si la burbuja fue causada por
una política monetaria inapropiada, sobre la cual tienen
control las autoridades, o por las amplias fuerzas globales sobre
las cuales tienen un control limitado? Importa mucho.

Si la política monetaria es la que tiene la culpa,
entonces eso puede corregirse a futuro, al menos en principio.
Si, sin embargo, estamos lidiando con fuerzas globales más
allá del control de las autoridades monetarias
domésticas, como sospecho que fue el caso, entonces
enfrentamos un problema más amplio.

La competencia de los mercados globales y la integración en bienes, servicios y finanzas
han producido ganancias sin precedentes en bienestar material.
Pero el camino del crecimiento de los mercados altamente
competitivos es cíclico y en raras ocasiones puede
derrumbarse, con consecuencias como las que experimentamos
actualmente. Ahora es bastante claro que los niveles de
complejidad a los que los participantes del mercado trataron de
impulsar las técnicas
de gestión de riesgo y los productos eran
excesivos para que incluso los participantes más
sofisticados los manejaran adecuada y prudentemente.

Sin embargo, la respuesta institucional apropiada no es frenar
la intermediación financiera con mucha regulación.
Eso ahogaría importantes avances en las finanzas que
fortalecen los estándares de vida. Recuerde, antes de la
crisis, la economía estadounidense exhibía un
impresionante nivel de avance de productividad.
Para lograr eso con un nivel modesto de ahorros domésticos
y préstamos extranjeros (nuestro actual déficit de
cuenta corriente) fue una medida del éxito de nuestro
sistema financiero anterior a la crisis. Las soluciones
para los fallos en el mercado financiero revelados por la crisis
están en los mayores requerimientos de capital y una mayor
persecución del fraude, no un
aumento en la micro gestión por parte de las entidades
gubernamentales

Cualquier nueva regulación debe mejorar la habilidad de
las instituciones financieras para dirigir con efectividad los
ahorros de un país a las inversiones de capital más
productivas. Un alto nivel de regulación no logra superar
esa prueba y a menudo es costoso y contraproducente. Los
requerimientos adecuados de capital y colateral pueden enfrentar
las debilidades que la crisis ha desenterrado. Tales
requerimientos no estorbarían demasiado y por lo tanto no
interferirían inadecuadamente en las decisiones de
negocios del sector privado.

Si vamos a retener una economía
mundial dinámica capaz de producir prosperidad y
crecimiento sostenible a futuro, no podemos depender de los
gobiernos para intermediar en los flujos de ahorro e
inversión. Nuestro reto en los próximos meses
será implementar un régimen regulatorio que asegure
una gestión de riesgo responsable por parte de las
instituciones financieras, mientras que las alientan a continuar
tomando los riesgos necesarios e inherentes en cualquier
economía de mercado exitosa.

(Greenspan, fue presidente de la Reserva Federal de Estados
Unidos y es el presidente de Greenspan Associates LLC y el autor
de "The Age of Turbulence: Adventures in a New World" – Penguin,
2007)

. y Alí
Babá – Caperucita SEC y el Madoff feroz (La burbuja del
fraude)

El mayor fraude hecho jamás por una sola
persona

– Bernard Lawrence Madoff (Expansión – Última
actualización a Diciembre 2008)

Bernard Lawrence Madoff, de 70 años, fundó la
Bernard L. Madoff Investment Securities en 1960 con sólo
22 años. La Fiscalía estadounidense acusa a Madoff
de haber acumulado 50.000 millones de dólares en
pérdidas fraudulentas a través de este fondo.

El escándalo se destapó la semana pasada, cuando
el broker confesó a su familia que sus
operaciones eran en realidad una pirámide financiera, en
la que pagaba la rentabilidad a
los inversores con el dinero que colocaban en el fondo otras
personas.

Monografias.com

Madoff en una imagen tomada el
pasado mes de diciembre. | AFP

Madoff fue arrestado el jueves 11 de diciembre tras admitir la
estafa ante sus hijos Andrew y Mark Madoff, ambos con puestos de
responsabilidad en su empresa. El
broker está en libertad condicional tras pagar una fianza
de 10 millones de dólares. Los cargos contra él
acarrean una pena máxima de 20 años en
prisión y una multa de cinco millones de
dólares.

Bernard L. Madoff Investment Securities gestionaba activos por
valor de 17.100 millones de dólares a fecha 17 de
noviembre. Casi la mitad de sus clientes son hedge funds, bancos,
inversores institucionales y clientes de banca privada.

La Comisión del Mercado de
Valores (SEC, en inglés) le abrió una
investigación en 1992, pero le exoneró de cualquier
irregularidad. Sin embargo, algunos operadores del mercado
tenían sus sospechas, dado que Madoff aparentemente era
capaz de mantener el rendimiento de sus fondos incluso cuando el
resto del mercado se hundía.

Peso pesado en Wall Street

Bernard Madoff es uno de los brókeres más
veteranos de Wall Street, donde ha trabajado durante más
de cincuenta años. Madoff Investment Securities fue una de
las sociedades que
participó en la creación del Nasdaq,
contribución que sirvió para que Madoff ocupara la
presidencia del parqué neoyorquino.

Su cuartel general está situado en el edificio
Lipstick, en el centro de Manhattan.

– Una pirámide de 50.000 millones (Expansión –
13/12/08)

Las autoridades de EEUU han destapado un presunto fraude
piramidal que podría alcanzar los 50.000 millones de
dólares. Un escándalo cuyos tentáculos se
extienden a Europa y se adentran en el mercado español.

Se calcula que la banca privada española podría
haber invertido alrededor de 3.000 millones de euros en
instrumentos de inversión relacionados con Bernard L.
Madoff, ex presidente de Nasdaq y artífice de este
monumental engaño.

Madoff captaba fondos con la promesa de elevadas
rentabilidades que satisfacía con la entrada de nueva
liquidez, ensanchando cada vez más el círculo
vicioso.

El estallido de este escándalo vuelve a echar tierra sobre
la credibilidad del sector financiero y a cuestionar la labor de
los supervisores, en especial de la SEC, incapaz de detectar el
engaño antes de que el FBI detuviera a Madoff.

Tampoco dice mucho en favor de los organismos de control
españoles y europeos que la gestora de hedge fund
Fairfield, a través de la que Madoff desarrolló
buena parte de su pirámide en el Viejo Continente,
comercializara esos productos sin despertar sospechas.

Muy mal parada sale también la imagen de las gestoras y
bancos privados, europeos y estadounidenses, que esparcieron el
virus sin
recelar de dónde podían proceder esos retornos tan
elevados. Episodios como éste, que han metido el miedo en
el cuerpo a los inversores de hedge fund, socavan aún
más la deteriorada confianza del dinero y amenazan la
estabilidad del mercado.

(En el siguiente artículo se altera la secuencia
cronológica para facilitar el relato)

– El talento de Mr. Madoff (Negocios – 1/2/09)

Afable financiero de cara a la galería, en privado
demostraba comportamientos psicópatas: la mentira, la
manipulación, el engaño y la crueldad.

Para algunos, Bernard Madoff era un hombre afable y
carismático, pero tenía otra cara. Tranquilo,
controlado y muy en sintonía con su imagen, hasta en los
mínimos detalles. Aunque gestionaba miles de millones de
dólares para particulares y fundaciones, evitaba las
reuniones con la mayor parte de sus inversores, rodeándose
de un aura que le hacía más deseable.

¿Quién era el Bernie Madoff real? Una respuesta
fácil es que era un charlatán, un manipulador, pero
algunos analistas le vinculan con criminales en serie. Se
preguntan si podría haber robado sólo por el placer
de hacerlo. "Algunas de las características de los
psicópatas son la mentira, la manipulación, la
capacidad de engañar, los sentimientos de grandiosidad y
la crueldad hacia sus víctimas", dice Gregg McCrary, ex
agente especial del FBI.

Rasgos destructivos

McCray advierte que parece compartir muchos rasgos
destructivos de un psicópata. "La gente como él se
convierte en camaleón", dice McCrary. "Saben lo que
quieren las personas y se lo da".

"Tuvo la inteligencia
de comprender que cuanto más involucrado estás con
los reguladores, más puedes influir", añade una
fuente. Incluso si estás muy cerca ellos, no van a estar
vigilándote. "Era un hombre con una buena idea y un
estupendo vendedor", dice Charles Doherty, ex presidente del
Midwest Stock Exchange.

Sus socios y otras personas relacionadas con él dicen
que sus formas puntillosas a veces entraban en el comportamiento
obsesivo-compulsivo. Pero los antiguos empleados y amigos dicen
que esa obsesión nunca les llevó a pensar que
tuviera problemas.

J. Reid Meloy, un psicólogo forense, ve semejanza entre
la confianza que destilaba Madoff y la de algunos criminales que
ha estudiado. "Las personalidades psicópatas no temen que
les capturen", explica.

Asesino en serie

Todo esto ha llevado a algunos expertos en Psicología a
establecer algunas similitudes entre él y los asesinos en
serie como Ted Bundy. "Bundy asesinaba a gente. Madoff asesinaba
cuentas
bancarias", asegura.

Como Bundy, Madoff usaba una mente aguda y un temperamento
afable para crear un personaje que no existía. McCrary
afirma que estos individuos creen que están por encima de
la ley, "pero el talón de Aquiles es su sentido de la
impunidad".

Si Madoff engañó a los reguladores durante
años, debió ser una experiencia "embriagadora",
dice McCrary.

A medida que los investigadores se zambullen en décadas
de documentos sobre sus inversiones, intentando descifrar si
Madoff estaba involucrado en algo más que una trampa
financiera, sus amigos siguen atónitos. "Era un
héroe para nosotros", dice Diana Goldberg, que tomaba el
tren con Madoff para ir a clase al Far
Rockway High School de Nueva York. "Ahora, el héroe se ha
desvanecido".

Madoff pasó sus primeros años de vida en
Laurelton, un enclave judío. "Un lugar idílico para
crecer", rememora Vera Gitten, que asistía a la escuela primaria
con Madoff, a quien recuerda como buen estudiante y sociable.

Tras graduarse de la escuela secundaria en 1956, Madoff
pasó un año en la Universidad de Alabama. Doce
meses más tarde se trasladó a Hofstra University en
Nueva York, donde en 1960 se graduó en Ciencias
políticas. Madoff pasó el año siguiente en
la Brooklyn Law School de Nueva York estudiando Derecho y
dirigiendo su negocio de aspersores. Dejó la facultad y,
empleando 5.000 dólares ahorrados, entró en el
mundo de los inversores de Wall Street.

– ¿Cómo es posible que nadie supiera nada? Las
incógnitas del escándalo (El Confidencial –
15/12/08)

(Por E. Segovia / C. Hernanz)

La descomunal estafa de Bernard Madoff plantea una enorme
cantidad de preguntas sin respuesta, al menos hasta que avance la
investigación judicial. La principal es cómo es
posible que nadie supiera nada, ni los responsables de los fondos
que gestionaba, todos ellos firmas de primera fila en el panorama
internacional de la gestión de activos, ni los auditores
de la propia firma de Madoff, ni siquiera la mismísima
SEC, el todopoderoso supervisor bursátil de EEUU que ha
hecho un ridículo tan espantoso como el de la CNMV en
Gescartera.

La SEC supervisaba en teoría a la firma de brokerage de
Madoff (Bernard L. Madoff Investment Securities), no a la de
gestión de fondos (que, para más inri, ni siquiera
tenía estructura
jurídica de gestora, sino de advisor, es decir, asesor de
inversiones) Bernard L. Madoff Investment LLC, que estaba situada
en otro piso del mismo edificio de Nueva York. De hecho, el
broker pasó la última inspección en 2005, en
la que se le acusó de varias prácticas contrarias a
las normas de mejor ejecución de las órdenes. Pero
parece inconcebible que la SEC, con un cuerpo de 796 inspectores
para estas firmas, no investigara en ningún momento las
relaciones entre el broker y la gestora desde que ésta fue
registrada en el supervisor en 2006.

Este es un punto relevante, puesto que distintos medios han
justificado la inoperancia de la SEC en que se trataba de una
gestora offshore con un número reducido de clientes, lo
que la deja fuera de la supervisión según la
legislación norteamericana a la que se acoge la
mayoría de los hedge funds. Sin embargo, Madoff
registró su firma hace dos años en EEUU, sin que
fuera inspeccionada en ningún momento desde entonces,
según informa Bloomberg.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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