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Cipriano Castro y Hugo Chávez: dos caudillos de postín (página 3)




Enviado por irapavilo



Partes: 1, 2, 3

Por supuesto que la discusión y aprobación de
esta ley
comportó desencuentros con la Iglesia
Católica; el más significativo de ellos tuvo lugar
con los Capuchinos de Maracaibo, quienes a través de
diferentes homilías y escritos manifestaron su rechazo a
la ley de divorcio.
Castro reacciona vivamente, ordenando al General Régulo
Olivares agenciar la inmediata salida de todos los Capuchinos de
Maracaibo y su traslado inmediato a Caracas. Ante la negativa de
los sacerdotes franciscanos de someterse a la decisión
presidencial, Castro ordena a Olivares, como ya va siendo
costumbre, hacer preso al superior de Maracaibo y a todos los
cofrades de la Orden, y expulsarlos inmediatamente del
país.

Castro intento también manipular políticamente a
las autoridades de la Iglesia para contar dentro de ella con
firmes e incondicionales obispos a su causa restauradora.
Nuevamente Rodrigo Conde, acucioso, precisa:

"Pero al lado de la prudencia inicial del presidente, aparece
más tarde un Castro que intenta mantener sujeta la Iglesia
a sus propios fines. En este sentido es el nombramiento de
Ramón
González, párroco de Petare, como Obispo de
Barquisimeto por parte del Gobierno. Este
sacerdote había conseguido el nombramiento a base de
adulancias y su categoría moral no era
la más adecuada. Lógicamente no fue aceptado por la
Santa Sede lo que ocasionó las molestias del Gobierno (.)
Esta segunda política castrista
frente a la Iglesia no fue de persecución frontal, como
había sido en tiempos de Guzmán Blanco, pero
quizás el rasgo más característico fue el de
aupar a los sacerdotes que al principio de su gobierno
había combatido, en el incidente de la sucesión de
Mons. Uzcátegui. Este grupo de
sacerdotes no eran ni mucho menos los más edificantes del
clero y ante todo buscaban el ascenso a través de las
influencias políticas.
Este grupo estaba liderado por el canónigo Arteaga y
secundado por el Pbro. Fránquiz. El presidente
asumió con fuerza los
postulados de este grupo y solicitó la candidatura
episcopal de Arteaga para la recién creada diócesis
de Carabobo. A este fin incluso propuso la modificación de
los límites de
las diócesis trasladando la sede de Barquisimeto a
Valencia. Tres años sostuvo esta propuesta ante la Santa
Sede, hasta que abandonó el poder en 1908.
Con Cipriano Castro ésta era la situación de la
Iglesia en un gobierno lleno de anticlericales. Los discursos y
cartas en
alabanza a Castro por algunos sacerdotes llevan incluso a varios
clérigos a proclamar la entrega total de la Iglesia al
Gobierno civil en todos los casos de nominación de
obispos, declarando a Castro como Patrono de la Iglesia de
Venezuela
prometiéndole fidelidad. Incluso le indican que debe usar
todos los medios y
recursos para
someter a los obispos". (Conde, 2003, 180).

Sin embargo, no todo fue negativo en la relación de
Cipriano Castro con la Iglesia Católica: "las autoridades
eclesiásticas reconocen sus buenos oficios durante la
grave crisis que
sacudió a la cúspide de la Iglesia Católica
en Venezuela con motivo de la enfermedad y estado de
locura sufrida por el Arzobispo Críspulo Uzcátegui
(1854 – 1904), hasta que su muerte
abrió paso a la designación de Juan Bautista Castro
(1846 – 1915). También, Castro había derogado
el decreto de tiempos de Guzmán Blanco que prohibía
el funcionamiento de los seminarios en el país".
(García Ponce, 2006, 40).

En lo que respecta a Hugo
Chávez hay que señalar que su actitud ante
la religión
es ambigua, por un lado, se confiesa decididamente cristiano,
portador de crucifijo y escapulario que gusta mostrar e invocar,
y por el otro, se declara profundamente anticlerical y ataca sin
compasión a la Alta Jerarquía de la Iglesia
Católica cada vez que ésta se pronuncia en contra o
critica alguna medida gubernamental.

Esta reiterada actitud del Comandante Chávez
llevó a la Conferencia
Episcopal Venezolana a dirigirle en el año 2000 una
Carta Abierta
al Presidente de la
República, en la que expresaba su profunda
preocupación por los constantes ataques verbales del
Primer Magistrado en contra de la Jerarquía
Católica. En esa ocasión el Episcopado
exponía:

"Por ello, los integrantes de la Presidencia de la Conferencia
Episcopal sentimos el deber de conciencia de
hacerle, con toda sinceridad y respeto, las
siguientes consideraciones a la luz del Evangelio
de ese mismo día: «Si he faltado al hablar, muestra en
qué he faltado; pero si he hablado como se debe,
¿Por qué me pegas?»(Pasión
según San Juan) (.) Acudimos al género de
una «carta abierta» porque se trata de asuntos que
han sido ventilados públicamente y porque desde la
Presidencia anterior de la CEV no ha sido posible establecer un
diálogo
directo e institucional con el Primer Magistrado (.) Reiteramos
la solicitud de una audiencia para continuar avanzando en un
diálogo constructivo que establezca las bases de un
discurso
basado en la verdad y el mutuo respeto. Que Dios y la Virgen lo
bendigan".

En 2001, luego de la detonación de veintiocho
artefactos explosivos en diferentes templos del país, el
Cardenal Velasco tomó la decisión de cerrar por
tres días todas las iglesias católicas
venezolanas.

El conflicto con
la Iglesia Católica se agudizó en la confusa
oportunidad del Golpe de Estado o
del Vacío de Poder que se generó el 11 de abril de
2002, luego de la renuncia del Presidente de acuerdo con lo
anunciado en cadena de prensa nacional
por el entonces Ministro de la Defensa en funciones. En esa
oportunidad, tanto el Cardenal Ignacio Velasco como
Monseñor Baltasar Porras jugaron papeles
protagónicos en los tres días decisivos de aquel
mes de abril. El retorno de Chávez a la Presidencia de la
República estuvo marcado por palabras de cristiano
arrepentimiento, por besos al crucifico y por firmes promesas de
consideración y tolerancia hacia
sus opositores. Poco duro el propósito de enmienda de
Chávez, a los días estaba otra vez utilizando toda
su verborrea para atacar sin piedad al Cardenal y a la
Conferencia Episcopal Venezolana, en especial a Monseñor
Baltasar Porras.

El asilo del dirigente estudiantil de la Universidad de
Los Andes Nixon Moreno en la Nunciatura Apostólica
avivó todavía más el discurso anticlerical
del Presidente Chávez, al Cardenal, a los Obispos
sumó ahora al Nuncio de su Santidad en sus agudas
críticas a la Iglesia Católica.

A continuación citamos parte de una intervención
de Chávez luego de regresar de un viaje a Rusia y
enterarse de la férrea oposición de la Iglesia al
proyecto de
reforma constitucional promovido por él y sus aliados en
la Asamblea Nacional:

"Fíjense ustedes, la jerarquía católica,
¡caramba! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. ¿Hasta cuándo van a seguir
ustedes, Monseñor? ¿No se dan cuenta del daño
que le hacen a la Iglesia Católica? Yo llegué hoy
viendo la prensa. Dicen que se reúnen los obispos. Y salen
los voceros de monseñor, y el otro, diciendo que
están preocupados porque la Constitución se está reformando en
un conciliábulo secreto, una cosa así.
¡Qué cosa tan absurda! Monseñor, usted sabe
la verdad. Que ahora es cuando, para poder reformar aunque sea
una letra, bien sea porque el Ejecutivo lo propone, o la Iglesia,
las corrientes sociales o cualquier corriente política lo
proponen, pueden recoger firmas. ¿Usted no sabe
Monseñor? Yo creo que es que no se han leído la
Constitución los monseñores. Vamos a
mandársela en latín, será. Ellos deben leer
latín. ¡Cómo me defraudan a cada rato! Me
defraudan, porque yo sí soy católico, claro, cada
día soy más cristiano, yo cada día estoy
más alejado de la jerarquía católica, porque
me parece que hay un cinismo tan grande en la jerarquía
católica, que uno siente repulsión de verdad,.
Entonces me quedo con quien hay que quedarse siempre: mi Cristo,
mi Señor, con él hasta la muerte.
Razón tenía mi abuelita: "¡Cuidado con los
curas!" me decía. Cuando ella me veía de
monaguillo: "¡Ay! hijo ¿qué es eso de
monaguillo? "Monseñor, monseñores, lean la
Constitución por el amor de
Dios, si es que lo hacen por ignorancia, reflexionen. Ahora, si
lo hacen por perversión, deberían quitarse la
sotana. No merecerían llevar la sotana, ni ser
monseñores de la Iglesia Católica, ni de ninguna
iglesia que hable de la moral, de
los valores.
¿No saben ustedes, monseñores, que para reformar
aunque sea una letra de la Constitución, ahora por primera
vez en nuestra historia, hay que ir a un
referéndum nacional?, ¿No saben, monseñores?
Bueno, si es que no lo saben, yo se los digo. Ustedes parecen o
son ignorantes, o son perversos, o son unos pervertidos, pues.
Mentirosos, engañadores. Me refiero a los que dan la cara,
porque hay otros que están en silencio, pero como dicen:
"El que calla otorga". A mí me da tristeza ver a estos
obispos de nuestra Iglesia Católica mentir, pero mentir
con la cara bien lavada. Mírense en el espejo, por el
amor de Dios,
vayan a rezar 100 padrenuestros y 100 ave marías de
penitencia porque terminan siendo como los politiqueros y da
tristeza llegar a obispo para terminar siendo un mentiroso, un
politiquero, un manipulador".

Al igual que Castro, Chávez cuenta con un conjunto de
sacerdotes católicos -además de pastores
evangélicos – que apoyan su proceso
revolucionario. Es clara y notoria la presencia de cristianos
evangélicos en su equipo de gobierno y el apoyo financiero
que el gobierno le ha ofrecido a diferentes iglesias no
católicas. Incluso ya existen iniciativas en marcha para
instituir una Iglesia Bolivariana. En 2008, la prensa venezolana
difundía la siguiente noticia para estupor de la
Conferencia Episcopal Venezolana:

"Un grupo de sacerdotes y feligreses católicos
creó la Iglesia Reformada de Venezuela, que declaró
su respaldo al presidente Hugo Chávez y a su proyecto
político bolivariano, informan medios de prensa. La
Iglesia Reformada dijo que nacía en contraposición
a la Iglesia católica tradicional y que estará
formada por sacerdotes católicos y luteranos que aceptaron
el reto de formar en el país una nueva Iglesia con un
"fuerte espíritu" bolivariano y en contra del imperio
norteamericano. El grupo dijo estar presente en el país
desde hace un tiempo, bajo
la dirección de Leonardo Marín
Saavedra, primado de la Iglesia anglicana latinoamericana,
procedente de Canadá, y Jon Jen Siu García, obispo
electo coadjuntor y hasta hace poco párroco de la iglesia
Santa Lucía en Ciudad Ojeda, en el estado
Zulia. Marín dijo que forman parte de una Iglesia
tradicionalista, en las mismas condiciones jerárquicas y
de credo que la
Iglesia católica, salvo que su compromiso es con los
pobres. "Estamos aprendiendo a mirar a las clases bajas como lo
hace el presidente Hugo Chávez, quien se ha preocupado por
atender sus necesidades. Estamos luchando contra la
explotación y el imperio estadounidense", afirmó.
Los representantes expresaron su apoyo absoluto al proyecto
socialista bolivariano y su rechazo a los imperios y al capitalismo.
Asimismo, dijeron contar con la solidaridad de
parte del gobierno de Chávez".

Como si el siglo no hubiese transcurrido y los actores fuesen
los mismos, García Ponce comenta que: "según la
opinión de Monseñor Baltazar Porras, la primera
Conferencia Episcopal realizada en Venezuela, convocada por el
arzobispo Castro, en 1904,"se realizó en un ambiente nada
fácil, de suspicacias y tensiones por parte del Gobierno",
y produjo la Instrucción Pastoral del Episcopado
Venezolano, el primer gran documento de la Iglesia desde los
tiempos coloniales". (García Ponce, 2006, 40).

Ejércitos
propios construimos

Yo sigo la carrera gloriosa de las armas
solo por obtener la

gloria que ellas dan; por liberar a mi patria, y por
merecer las

bendiciones de los pueblos.

Simón Bolívar

Los dos caudillos no pueden negar su raigambre militar; Castro
se forma en las montoneras del XIX y Chávez en la Academia
Militar del XX, creada por cierto por el propio Castro a inicios
del siglo. Ambos comparten la necesidad de contar con unas
Fuerzas Armadas modernas y bien equipadas que respondan a sus
políticas e intereses revolucionarios restauradores o
bolivarianos, según el caso.

En lo concerniente a Castro, los historiadores le dan genuina
importancia a su pionera tarea organizadora y modernizadora para
disponer de unas Fuerzas Armadas de carácter nacional que, a la larga, le
dieron la victoria definitiva frente a la amenaza de la Revolución
Libertadora de Matos y ante los múltiples e
indisciplinados alzamientos de los caudillos locales. Pino
Iturrieta, en apretado texto del
Diccionario de
Historia de
Venezuela, p.743, asienta:

"Desde los primeros meses de 1901, Castro eleva el pie de la
fuerza nacional hasta 30 batallones, provee de armamento moderno
a la oficialidad, aumenta el parque de reserva mediante la
adquisición de fusiles modernos, compra trenes de
artillería de montaña, funda una maestranza general
para el servicio de
las 3 armas, crea el arsenal de la Marina e introduce algunas
variantes en el uniforme de la tropa. Con estas reformas,
ocurridas entre 1901 y 1902, sienta las bases para la
liquidación de la manera antigua de hacer la guerra y para
la creación de una organización militar diferente a la
montonera".

Ramón J. Velásquez documenta en detalle las
acciones
emprendidas por Castro para modernizar un ejército que
contaba con obsoletos e ineficientes machetes, máuseres,
escopetas, tercerolas, lanzas y palos para enfrentar al
enemigo:

"el general Castro confía al doctor José Cecilio
de Castro la misión de
viajar a Francia para
conjurar los modernos armamentos que ese nuevo ejército
necesitaba. Y en su mensaje a la Asamblea Nacional Constituyente
de 1901 participa que ha elevado el pie de fuerza a
<<treinta batallones, como no los ha mantenido
ningún otro gobierno, con la circunstancia muy importante
de haber mejorado condición vestuario, equipo y pago al
soldado del que hasta hoy se había ocupado
gobierno>>. Informa que están llegando de Europa parques de
artillería e infantería y que han completado las
redes
telegráficas del país, comunicando la
República de uno a otro extremo. Al entrar en mayores
detalles acerca de su política militar revela que ha
<<aumentado el parque de reserva en 40.000 fusiles tipo
moderno, del adoptado por los ejércitos Europa, con la
correspondiente dotación cápsulas; ha comprado dos
trenes artillería montaña, primera fuente
baterías que trae un gobierno a Venezuela>>. Anuncia
a los legisladores su propósito de formar un
ejército armado y disciplinado a la moderna, con jefes
circunspectos e instruidos, un ejército que constituya una
escuela de honor
y heroismo.

Expone con detalles su programa para
dotar al país de una escuadra de guerra, dentro de la cual
está la creación de una escuela para la marina de
guerra; la formación del Almirantazgo, su Estado Mayor,
oficialidad, escalafón jerárquico, emolumentos
honorables de servicio y de retiro, en fin, una plana mayor del
ejército de mar culta, instruida, circunspecta y apta".
(Velásquez, 1991, 67).

Chávez, por su parte, en lo que se refiere a la
modernización y equipamiento del contingente militar no se
ha quedado atrás; desde el inicio de su larga regencia ha
gastado ingentes sumas de dinero en
estos menesteres. Compras de armas
y equipos en especial a Rusia, Bielorrusia y España
ocupan frecuentemente los titulares de la prensa mundial y
venezolana, tal como el que citamos:

"El Kremlin confirmó que las compras de armas de Rusia
a Venezuela, entre 2005 y 2008, se calculan en 4.400 millones de
dólares (3.000 millones de euros). El paquete de esta
negociación incluye 100.000 fusiles de
asalto Kalashnikov, 24 aviones Sukhoi SU con su armamento, 5.000
fusiles de Dragunov de alta precisión y la construcción en Venezuela de centros de
adiestramiento
para el personal y de
mantenimiento
para los equipos. A este monto se suma una línea de
crédito
de 1.000 millones de dólares que extendió
Moscú al Gobierno de Caracas la semana pasada para la
adquisición de más material militar".

El general Müller Rojas justifica esta
diversificación de proveedores
militares evocando a Castro:

"Desde que mi General Cipriano Castro formó el
ejército moderno venezolano, en el año 1901 cuando
hubo el bloqueo de la Revolución Libertadora. Nunca la
Fuerza Armada Venezolana ha estado atada a un solo proveedor. Los
primeros aviones que llegaron a Venezuela fueron franceses. Por
ejemplo: la marina de guerra. Los buques de superficie son de
fabricación italiana. Los tanques del ejército son
franceses, la aviación también ha adquirido aviones
franceses. De tal manera que, nosotros nunca hemos dependido de
un solo proveedor. Eso nos da cierta autonomía
estratégica. Si nos falla uno, nos lo da otro".

Chávez emprendió también la reforma de
las Fuerzas Armadas Nacionales, ahora Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, con el fin de alinearla definitivamente con su
proyecto revolucionario. La nueva ordenación de la FANB
aprobada directamente por el Presidente en el marco de las
Leyes
Habilitantes busca:

"adecuar toda su organización a las nuevas exigencias,
con una visión geopolítica que transita el sendero hacia
la estructuración del Estado Social, amante de la paz,
defensora de los derechos humanos
y solidaria con las naciones hermanas del Continente Americano,
dentro del Ideario del Libertador Simón Bolívar.
(.) Como consecuencia de lo anteriormente expuesto y siguiendo el
norte franco hacia la adecuación de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana a la nueva estructura
jurídica y política del Estado, es menester e
imperativo incluir en el nuevo texto legal, las disposiciones
legislativas correspondientes a la profesión de los
hombres y mujeres de armas, considerando en el mismo orden de
ideas que el "ser militar", traspasa con creces las fronteras del
oficio propiamente dicho, convirtiéndose sin duda alguna
en una forma de vida distinta, con exigencias marcadas en cuanto
a múltiples esfuerzos y sacrificios, incluso de la propia
vida si fuere el caso, que en sí mismo lleva
intrínseco. El juramento a la Bandera Nacional, marca para
siempre a los hombres y mujeres de las armas y los involucra para
siempre en el sagrado deber de servir a la Patria. El modelo de
democracia
social, participativa y protagónica delineado por el Texto
Constitucional, como uno de los aportes fundamentales en la
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y demás normas del
Ordenamiento Jurídico Positivo, incluso las de rango
sublegal, hacen aparecer al principio de corresponsabilidad, lo
que quiere decir, que no sólo es la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana la misionada para la defensa y la integridad del
territorio, sino la sociedad en su
conjunto; es precisamente de allí, de donde surge la
Milicia Nacional, cuerpo especial que estará en todo
tiempo adiestrado e integrado en las áreas donde ante la
materialización de alguna de las hipótesis de conflicto les
corresponderá actuar".

La Milicia Nacional, anterior Reserva Nacional, ha sido
considerada como un ejército personal de Chávez, al
decir de los analistas militares. El Decreto – Ley de
creación de la FANB expresa taxativamente que:

"La Milicia Nacional Bolivariana es un cuerpo especial
organizado por el Estado Venezolano, integrado por la Reserva
Militar y la Milicia Territorial destinada a complementar a la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la Defensa Integral de la
Nación,
para contribuir a garantizar su independencia
y soberanía. La Milicia Nacional Bolivariana
depende directamente del Presidente o Presidenta de la
República Bolivariana de Venezuela y Comandante en Jefe de
la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en todo lo relativo a los
aspectos operacionales y para los asuntos administrativos
dependerá del Ministro del Poder Popular para la Defensa
(.) La Milicia Nacional Bolivariana tiene como misión
entrenar, preparar y organizar al pueblo para la Defensa Integral
con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contribuir al mantenimiento
del orden interno, seguridad,
defensa y desarrollo
integral de la nación,
con el propósito de coadyuvar a la independencia,
soberanía e integridad del espacio geográfico de la
Nación".

A este respecto, Linares Benzo, en declaraciones ofrecidas a
El Universal, califica a la constituida Milicia Bolivariana como
una Guardia Pretoriana. En este sentido, expresa:

" El problema radica, según explica el especialista, en
que esta nueva milicia va a depender directamente del presidente
Hugo Chávez. "Esto lo que le da es base legal a una cosa
que ya existe, la milicia tiene incluso sus oficinas en
Miraflores, no estoy seguro de ello,
pero en todo caso depende directísimamente del Presidente;
lo que se está creando es una guardia pretoriana". Una
guardia pretoriana no es más que un ejército
privado al servicio de una sola persona, en este
caso "contrapuesto a la Fuerza Armada institucional prevista en
la Constitución" (.) "En la práctica esto significa
que mientras el Presidente debe dar órdenes a la fuerza
institucional atendiendo a sus líneas de mando naturales,
con la milicia sus órdenes son atendidas directamente en
los aspectos operacionales, pero con los otros componentes no y
eso es crear un ejército paralelo". Esto afecta a la
sociedad venezolana en el hecho de que al existir dos
ejércitos "el riesgo de que
peleen entre sí es gigantesco" (…) Rememora que en otras
épocas de la historia estos enfrentamientos se han
presentado: "Los emperadores romanos, para poder asegurarse en el
poder, crearon un ejército que dependía
directamente de ellos, que no era el regular romano controlado
por el senado. Para estar por encima del ejército crearon
el propio".

Castro, en opinión de Velásquez,
inició

"una etapa en que la política nacional había
quedado reducida a acatar las órdenes, instrucciones y
caprichos del presidente (.) Junto con la libertad de
prensa desapareció definitivamente el binomio Partido
– Ejército, base de sustentación del liberalismo
amarillo para ser reemplazada por el trípode Jefe –
Ejército – Administración." (Velásquez, 1991,
84).

Chávez revive el trípode castrista de
sustentación del poder en nuevos y cambiantes
términos. El fallecido analista político Alberto
Garrido analiza el novedoso trípode chavista en dos
momentos. Uno inicial Caudillo – Ejército –
Pueblo
, fracasado prontamente en virtud de que
prevaleció la entropía y el proceso revolucionario
"interferido por la nomenklatura política, no logró
manifestarse a través de avances concretos ni en el plano
de la dignidad
social ni en el de la independencia estratégica nacional".
Después de esta decepción de la primera etapa del
chavismo "los Ejércitos deben asumir una responsabilidad política y
estratégica aún mayor. La fórmula
sería entonces: Ejércitos, Caudillo, Pueblo
(.) Se trata de que los cuadros militares comprendan a fondo esta
situación ". (Garrido, 2001,116 y 117)

Y los cuadros militares lo vienen entendiendo.

Por La Patria
Grande apostamos

Yo deseo más que otro alguno ver formar en
América

la más grande nación del mundo, menos
por su

extensión y riquezas que por su libertad y
gloria.

Simón Bolívar

Estamos proponiendo, y no es idea nuestra,
una

Confederación de Estados Latinoamericanos,
incluso

en lo militar.

Hugo Chávez

Al Libertador Simón Bolívar se le atribuye la
formulación y defensa inicial del Panamericanismo, es
decir, de aquella iniciativa dirigida a confederar los pueblos
latinoamericanos y defenderlos de las pretensiones imperiales del
momento. Bolívar se compromete personal y
explícitamente con la realización de un Congreso
Anfictiónico en el Istmo de Panamá.
A estos fines, envía senda carta a los Gobiernos de
Colombia,
México,
Río de la Plata. Chile y Guatemala, a
formar el Congreso de Panamá, la
citamos en su totalidad debido a la influencia que tendrá
y tiene sobre nuestros caudillos en estudio:

"Lima, 7 de diciembre de 1824.

Excmo. Señor

Grande y buen amigo:

Después de quince años de sacrificios
consagrados a la libertad de América, por obtener el
sistema de
garantías que, en paz y guerra, sea el escudo de nuestro
nuevo destino, es tiempo ya de que los intereses y las relaciones
que unen entre sí a las repúblicas americanas,
antes colonias españolas, tengan una base fundamental que
eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos
(.) Entablar aquel sistema y consolidar el poder de este gran
cuerpo político, pertenece al ejercicio de una autoridad
sublime, que dirija la política de nuestros gobiernos,
cuyo influjo mantenga la uniformidad de sus principios, y
cuyo nombre solo calme nuestras tempestades. Tan respetable
autoridad no puede existir sino en una asamblea de
plenipotenciarios nombrados por cada una de nuestras
repúblicas, y reunidos bajo los auspicios de la victoria,
obtenida por nuestras armas contra el poder español
(.) Profundamente penetrado de estas ideas invité en
ochocientos veintidós, como presidente de la
República de Colombia, a los Gobiernos de México,
Perú, Chile y Buenos Aires,
para que formásemos una confederación, y
reuniésemos en el Istmo de Panamá u otro punto
elegible a pluralidad, una asamblea de plenipotenciarios de cada
Estado "que nos sirviese de consejo en los grandes conflictos, de
punto de contacto en los peligros comunes, de fiel
intérprete en los tratados
públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en
fin, de nuestras diferencias" (..) El Gobierno del Perú
celebró en seis de julio de aquel año un tratado de
alianza y confederación con el plenipotenciario de
Colombia; y por él quedaron ambas partes comprometidas a
interponer sus buenos oficios con los gobiernos de la
América, antes española, para que entrando todos en
el mismo pacto, se verificase la reunión de la asamblea
general de los confederados. Igual tratado concluyó en
México, a tres de octubre de ochocientos
veintitrés, el enviado extraordinario de Colombia a aquel
Estado; y hay fuertes razones para esperar que los otros
gobiernos se someterán al consejo de sus más altos
intereses (.) Diferir más tiempo la asamblea general de
los plenipotenciarios de las repúblicas que de hecho
están ya confederadas, hasta que se verifique la
accesión de los demás, sería privarnos de
las ventajas que produciría aquella asamblea desde su
instalación.

Estas ventajas se aumentan prodigiosamente, si se contempla el
cuadro que nos ofrece el mundo político, y muy
particularmente, el continente europeo (…) La reunión de
los plenipotenciarios de México, Colombia y el
Perú, se retardaría indefinidamente si no se
promoviese por una de las mismas partes contratantes; a menos que
se aguardase el resultado de una nueva y especial
convención sobre el tiempo y lugar relativos a este grande
objeto. Al considerar las dificultades y retardos por la
distancia que nos separa, unidos a otros motivos solemnes que
emanan del interés
general, me determino a dar este paso con la mira de promover la
reunión inmediata de nuestros plenipotenciarios, mientras
los demás gobiernos celebran los preliminares que existen
ya entre nosotros, sobre el nombramiento e incorporación
de sus representantes (.)

Con respecto al tiempo de la instalación de la
Asamblea, me atrevo a pensar que ninguna dificultad puede
oponerse a su realización en el término de seis
meses, aun contando el día de la fecha; y también
me atrevo a lisonjear de que el ardiente deseo que anima a todos
los americanos de exaltar el poder del mundo de Colón,
disminuirá las dificultades y demoras que exijan los
preparativos ministeriales, y la distancia que media entre las
capitales de cada Estado, y el punto central de reunión
(.) Parece que si el mundo hubiese de elegir su capital, el
Istmo de Panamá, sería señalado para este
augusto destino, colocado como está en el centro del
globo, viendo por una parte el Asia, y por el
otro el África y
la Europa. El Istmo de Panamá ha sido ofrecido por el
Gobierno de Colombia, para este fin, en los tratados existentes.
El Istmo está a igual distancia de las extremidades; y por
esta causa podría ser el lugar provisorio de la primera
asamblea de los confederados (.) Difiriendo, por mi parte, a
estas consideraciones, me siento con una grande propensión
a mandar a Panamá los diputados de esta república,
apenas tenga el honor de recibir la ansiada respuesta de esta
circular. Nada ciertamente podrá llenar tanto los
ardientes votos de mi corazón,
como la conformidad que espero de los gobiernos confederados a
realizar este augusto acto de la América (.) Si V. E. no
se digna adherir a él, preveo retardos y perjuicios
inmensos a tiempo que el movimiento del
mundo lo acelera todo, pudiendo también acelerarlo en
nuestro daño (.) Tenidas las primeras conferencias entre
los plenipotenciarios, la residencia de la Asamblea, como sus
atribuciones, pueden determinarse de un modo solemne por la
pluralidad, y entonces todo se habrá alcanzado (.) El
día que nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus
poderes, se fijará en la historia diplomática de
América una época inmortal. Cuando, después
de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro
derecho
público, y recuerden los pactos que consolidaron su
destino, registrarán con respeto los protocolos del
Istmo. En él, encontrarán el plan de las
primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras
relaciones con el universo.
¿Qué será entonces el Istmo de Corinto
comparado con el de Panamá?

Dios guarde a V. E. Vuestro grande y buen amigo.

Bolívar".

A la convocatoria del Libertador acudieron a Panamá
sólo Perú, Colombia, México y
Centroamérica, Inglaterra y
Holanda asistieron como observadores. EE.UU. llegó tarde.
El Congreso Anfictiónico aprobó un acuerdo de
Unión, Liga y Confederación, y dos tratados
complementarios, que debían ser sancionados por los
gobiernos y congresos respectivos e intercambiados en la
siguiente reunión a celebrarse en Tacubaya, México.
En esta ciudad mexicana solamente se realizó una
sesión, el 9 de octubre de 1828, puesto que los documentos en
estudio no fueron aprobados por los respectivos gobiernos y
tuvieron que ser declarados inoperantes. El sueño
integrador fundamental de Bolívar, empero, no se
extinguió allí. El Libertador siguió
insistiendo, tratando de crear ahora la Confederación de
Los Andes entre Colombia, Perú y Bolivia, y
después con la Gran Colombia, para sumar otros dos nuevos
fallidos proyectos de
integración.

Estos ideales integracionistas bolivarianos los retoman
años después, a su manera y mejor entender,
Cipriano Castro y Hugo Chávez.

Mariano Picón Salas recrea una eventual
reflexión de Cipriano Castro en una de las celebres
fiestas capitalinas ofrecidas en su honor:

"Si él se llenó de gloria en las campañas
que se iniciaron en Tononó y concluyeron en el Capitolio
de Caracas, campañas comparables a las de Bolívar
en 1813, ¿porqué no seguir imitando al Libertador;
hacerse el albacea de sus mejores pensamientos y reconstituir,
por ejemplo, la Gran Colombia? Estos sueños de gloria y de
distancia, las fantasías heroicas en que se mira como
nuevo Gran Capitán de los Andes, personaje
hegemónico en un continente nuevo, embriagan su
imaginación (.) Tenemos que realizar la voluntad de
Bolívar. Reconstruir, por ejemplo, la Gran Colombia (.)
Castro no dudaba que el camino de Tononó a Caracas
podría rehacerse para llegar a Bogotá;
quizás a Quito y Lima,
como nuevo y fulgurante Napoleón del Sur". (Picón Salas,
1986, 108).

En carta al chileno Don Francisco Herboso del 2 de diciembre
de 1903, Cipriano Castro plasma con claridad su ideario
integracionista, una nueva visión de lo que podría
ser una América
Latina Integrada, una nueva Confederación americana,
lejos de imposiciones y bloqueos de los poderosos, y al
más puro bolivariano estilo. Velásquez recuerda
que: "El ministro alemán en Caracas considera que Castro
sufre una manía de grandeza, que le gusta compararse con
Napoleón por lo que acepta complacido el título de
<<El Cabito>> y que aspira a restablecer la Gran
Colombia".

En coherencia con esta grande misión integracionista,
El Restaurador expresa a Herboso:

".que siendo unos mismos los intereses de las Republicas
latino – americanas, se impone de hecho su estrecha y
cordial unión, mayormente si observamos que las
demás naciones se coligan para obtener, más por la
fuerza que por la razón y el derecho, lo que pretenden e
los relativamente débiles (.) Si queremos pues, establecer
en el porvenir, que el derecho sea quien resuelva todas las
diferencias que puedan suscitarse entre el Norte, el Centro y el
Sur, y entre estos y el viejo Continente, se hace necesario e
indispensable que sin pérdida de tiempo procedamos a dar
calor a la
idea, a divulgarla por medio de la Prensa y por cuantos otros
medios haya a mano, a fin de que ella se realice. Venezuela
asegura a usted que siempre estará lista a ello".

Una vez más nada ocurrió a nivel
continental.

Lo que si ocurrió y con mucho, fue que Castro dentro de
su pretensión de crear la Gran Colombia Liberal,
prestó formal apoyo a los liberales colombianos en su
propósito de derrocar al gobierno conservador de turno. En
apretada síntesis,
García Ponce comenta como se desarrollaron las injerencias
venezolanas que condujeron a la ruptura de relaciones con
Colombia en 1901:

"en un primer momento de Castro en el poder trató de
alentar a las corrientes políticas que en Colombia se
oponían al gobierno conservador presidido por Manuel
Antonio Sanclemente (1813 – 1902) y luego por José
Manuel Marroquín (1927 – 1908) y a estimular a la
llamada facción guerrerista del Partido Liberal colombiano
(.) En enero de 1900 penetró en territorio colombiano la
primera columna de tropas, compuesta por liberales colombianos y
financiada por Cipriano Castro (.) en diciembre de 1900,
partió de san Antonio
del Táchira una fuerza colombo – venezolana de dos
mil doscientos hombres, apertrechada y financiada por Cipriano
Castro, cruzó la frontera y se
puso a disposición del ejército liberal. Otra
incursión liberal con presencia venezolana se
realizó por los llanos de Casanare (.) A su vez el
gobierno de colombiano (.) propició la invasión de
Venezuela, el 27 de julio de 1901, a cargo del doctor y general
venezolano Carlos Rangel Garbiras (.) Las fuerzas castristas (.)
derrotaron a los invasores en San Cristóbal. Y, en
respuesta a esa invasión colombiana, Castro
organizó, en forma muy secreta, una incursión en
territorio colombiano en septiembre de 1901 con tropas comandadas
por el general venezolano Ramón Guerra (.) el día
22 fue vencido definitivamente en el combate de Carrapacera".
(García Ponce, 2002, 57).

Por supuesto que a finales de 1901 Colombia rompió
relaciones diplomáticas con el Gobierno de Cipriano
Castro.

En lo concerniente a Chávez, las relaciones con
Colombia han tenido un perfil parecido al comentado en tiempos de
Castro. Su visible apoyo a las FARC, la
enérgica condena al bombardeo del campamento de
Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, su muerte calificada
como asesinato, los homenajes rendidos y la rabieta presidencial
ante la revelación de los comprometedores datos de la computadora
personal del guerrillero, unidos a tantos otros hechos como la
colocación de un busto de Marulanda, alías Tiro
Fijo, en una urbanización popular de Caracas, la
propagandística y desproporcionada participación de
Chávez en la fallida operación Enmanuel para la
liberación de los rehenes en manos de las FARC, el caso
Granda, los constantes insultos presidenciales, entre tantos
otros, generaron tensas y difíciles situaciones con el
país vecino. Chávez cerró las fronteras,
expulsó al Embajador de Colombia, retiró al
venezolano, y ordenó la movilización de tanques y
hombres a la frontera. Fueron peligrosos días de tirantez
y expectación. Afortunadamente las municiones se quedaron
en sus respectivas caserinas y el sentido común
imperó, aunque las relaciones entre ambos países
siguen siendo tensas y espinosas.

En ambas circunstancias compartimos la pregunta lapidaria y
concluyente de García Ponce acerca de la
integración colombo – venezolana, totalmente aplicable por
lo demás a las belicosas iniciativas de Chávez:

"¿Es esta la manera de forjar la unidad
latinoamericana?"

En la actualidad, el Ideario Bolivariano que se
imparte a los estudiantes venezolanos en las aulas sostiene:

"A pesar de que el proyecto de unidad latinoamericana no pudo
tomar forma, el pensamiento
bolivariano es el punto de referencia para pensar hoy sobre la
integración en América Latina. La idea de unir a
nuestros países en un solo bloque económico,
político y social, buscaba defender la soberanía y
las riquezas de la América mestiza frente a las
intenciones imperialistas de los países poderosos.
Asimismo, buscaba convocar a todos los pueblos bajo un mismo
proyecto libertario, basado en una democracia verdadera de
libertad, igualdad y
justicia (.)
Ya en 1812, señalaba en el Manifiesto de Cartagena: "Yo
soy del sentir y del pensar que mientras no centralicemos
nuestros gobiernos americanos, nuestros enemigos obtendrán
las ventajas más completas; seremos envueltos
indefectiblemente en los horrores de las disensiones civiles y
conquistados vilipendiosamente por ese puñados de bandidos
que infectan nuestras comarcas" (.) Además de retratar la
opresión del imperio español y las
oligarquías apátridas, analizó con gran
agudeza el peligro que provenía de los intereses de otras
naciones y grupos de poder.
En concreto,
anticipó el voraz y criminal imperialismo
del Norte, al afirmar en 1829: "Los Estados Unidos
parecen destinados por la Providencia para plagar la
América de miseria en nombre de la libertad". Washington
también condenó el proyecto bolivariano de una
América Latina unida. El presidente Monroe, que
decretó que América Latina era el patio trasero de
Estados Unidos de América (EUA), identificó a
Bolívar como "un déspota militar de talento", "el
loco de Colombia", el "libertador de esclavos"… Incluso la
jerarquía eclesiástica llegó a excomulgarlo,
y lo comparó con el mismo Satanás (…) El proyecto
de integración, orientado a sentar las bases para la
confederación hispanoamericana, tenía varios
elementos centrales:

  • La unidad para hacer frente a los peligros que amenazaban
    a las nacientes Repúblicas;

  • La adopción de pactos de protección y
    defensa mutuas como mecanismos para garantizar que ninguna
    nación extraña se inmiscuyese en los asuntos
    internos de las nuevas Repúblicas; y

  • La adopción de acuerdos amistosos para resolver
    eventuales disputas entre nuestras naciones.

Inicialmente, propuso ante el Congreso Anfictiónico de
Panamá la gran Confederación, que incluía
desde México hasta Argentina. Cuando entendió que
la Confederación estaba llamada a fracasar, debido a los
intereses mezquinos de las clases dominantes locales y sus
gobernantes, puso todo su empeño en la constitución
de la Federación de los Andes, que comprendía a las
naciones que él había liberado (la Gran Colombia,
Perú y Bolivia) (.) Tras el fin de la Federación,
el Libertador se concentró en salvar la unidad de la Gran
Colombia. Sin embargo, también este proyecto
integracionista se vino abajo, luego de que las
oligarquías locales de las tres actuales Repúblicas
conspiraran para dividirla. Pese a estos fracasos, el gran
diseño
del Libertador se instaló firmemente en el imaginario de
nuestros pueblos, y hoy revive de la mano del pueblo
bolivariano".

Este ha sido el gran objetivo de la
Política Exterior Bolivariana: El ALBA,
PETROCARIBE, el ingreso a MERCOSUR, entre
tantas otras iniciativas son claro ejemplo de la apuesta de
Chávez por la Patria Grande de Bolívar. No en vano
el órgano de difusión oficial de las
políticas y realizaciones del ALBA se denomina sin
más La Patria Grande.

Chávez ha apoyado su política de
integración en la chequera petrolera – "que como la espada
de Bolívar camina por América Latina", según
sus más fieros opositores -; el Petro – Estado
Venezolano busca imponer su Revolución
Bolivariana y Continental mediante la compra de bonos de la
deuda externa
de los países de la región, la oferta de
construir refinerías a diestra y siniestra, la venta de petróleo y sus derivados a precios
subsidiados y cualquier otra canonjía que al Caudillo del
Siglo XXI se le ocurra en el momento.

Si esta política dadivosa nos parece extraña y
fuera de contexto, recordemos las acciones que Cipriano Castro
emprendió en su momento, en un país sin petróleo y
económicamente quebrado:

"Picón Salas escribe que Castro designó al
escritor guatemalteco Máximo Soto Hall para que recorriera
toda la América Latina, provisto de una bolsa muy nutrida
de dólares, para promover la Liga Latinoamericana, en
abierta oposición al "Panamericanismo" de Teodoro
Roosevelt. Es que Castro, además de toda su justa
aversión a la política de la gran potencia, y de
apoyar a la vieja y perenne idea, muy brillante y prometedora en
el papel, de la unión de las naciones iberoamericanas en
vez de la anarquía y el enfrentamiento crónico que
siempre agudizó sus debilidades, deseaba también
arrogarse el protagonismo de gran componedor de la unidad. Tan es
así que en 1906 "se enfureció" (es el
término que usa Nikita Harwich Vallenilla en su libro la "New
York Bermúdez") cuando Río de Janeiro fue escogida
como sede de la Tercera Conferencia Inter – Americana, en
vez de Caracas, ciudad por la que él había abogado
como sede, desde el año anterior". (García Ponce,
12006, 61).

En términos de Chávez cambiar ALCA por
ALBA.

A la
Revolución Libertadora, al Bloqueo "Pacifico", al Golpe de
Estado y al Paro Petrolero sobrevivimos

¡Venezolanos! La Planta insolente del
extranjero

ha profanado el sagrado suelo de la
Patria.

Cipriano Castro

Las crisis son necesarias y hay que
generarlas.

Hugo Chávez

El General y banquero Manuel Antonio Matos, humillado y
dolido, luego de haber sido hecho preso y trasladado al tenebroso
"Tigrito" de La Rotunda, comienza a concebir su personal venganza
contra Castro, a recibir extrañas y continuas visitas, a
otorgar desusadas audiencias. El Ministro de los Estados Unidos,
los jefes de tres importantes compañías
extranjeras: The New York and Bermúdez Company, The
Orinoco Corporation y The Orinoco Shipping Corporation comienzan
a calentarle la oreja al banquero guerrero. Los
franceses del Cable y los alemanes del Ferrocarril se suman a las
insinuaciones. Se gesta así, poco a poco, la
Revolución Libertadora. "Un parte de inteligencia"
informa:

"El Trust del Asfalto y la Orinoco Shipping, descontentos por
las medidas del Gobierno Restaurador decidieron en Nueva York
apoyar al potentado venezolano Manuel Antonio Matos para la
adquisición de un barco destinado a transportar tropas
revolucionarias a Venezuela (.) Matos adquirió en Londres
(.) el vapor de carga Ban Righ, que fue despachado con destino a
Martinica, lugar convenido para la concentración de los
comprometidos. El Ministro de Defensa, General Ramón
Guerra; y el Gobernador de Aragua, General Luciano Mendoza, se
comprometieron en la insurgencia (.) el barco pirata fue
bautizado El Libertador; y a comienzos de 1902 zarpó con
destino a costas venezolanas (.) fue puesto en combate a la
altura de Cumarebo". (Rodríguez Durán, 1998,
244).

El arribo del buque El Libertador, o la Matera como
también fue bautizada la nao por el populacho, fue el
toque de diana para advertir que la Revolución Libertadora
llegada un tanto atribulada por costas del mar Caribe estaba
presta para desplegarse en venezolana tierra. Esta
Revolución Libertadora que agrupó sin éxito a
las desperdigadas iniciativas de los caudillos regionales,
algunos de ellos ya mencionados, a los que se sumaron otros
cabecillas nacionalistas y liberales amarillos, después de
muchas peripecias y batallas, se desmoronó finalmente en
la "tremenda prueba", en la Batalla de La Victoria que se
inició el 12 de octubre, fecha del cumpleaños de
Castro, y culminó el 3 de noviembre de 1902, día en
que las exhaustas tropas libertadoras reciben del derrotado
General Matos la orden de retirarse del campo de batalla.

Picón Salas subraya el carácter sui generis que
tuvo la Revolución Libertadora:

"Esta pretenderá fundir cosas tan contradictorias como
"el respeto de los intereses extranjeros" y la rebeldía
autóctona y sueño de predominio de que agitaba a
los grandes caudillos desplazados o resentidos como Monagas,
rolando, Peñaloza, Solaigne, etc. Junto a Matos, sus
cuidadas manos, su lengua
políglota y el hermoso parasol con que se defiende de la
canícula inclemente, actuarán en la
Revolución personajes tan híspidos e
irremediablemente bárbaros como el indio Rafael Montilla,
el "tigre de Guaitó". Nunca se vieron en otra guerra civil
venezolana alianzas tan inverosímiles". (Picón
Salas, 1986, 144).

De allí la relevancia que Ramón J.
Velásquez le otorga al decisivo combate entre Castro y
Matos en tierras aragüeñas:

"La batalla de la Victoria es el episodio final de un
régimen político – militar que asume el
control del
país en 1803 con el triunfo de la Revolución
Federal y se consolida definitivamente en 1870, cuando el General
Antonio Guzmán Blanco entra triunfante en Caracas como
héroe de la Revolución de Abril. Durante treinta y
nueve años, el liberalismo bajo distintos nombres
(liberalismo federalista, liberalismo amarillo, liberalismo
legalista), establece un total dominio sobre el
país que no logran disputarle los grupos de
oposición, perseguidos con el calificativo de
<<godos>> o conservadores. En La Victoria, a la
alianza militar de liberales amarillos y nacionalistas, se va a
enfrentar un nuevo ejército nacional, en cuyo comando
predominan nuevos jefes militares y con otra composición
regional en los contingentes de tropas, dentro del cual por
primera vez actúa, en forma predominante, gente de los
Andes". (Velásquez, 1991, 73).

Inés Quintero, por su parte, concluye:

"La Revolución Libertadora constituye así, la
última de las guerras
civiles venezolanas. Pero además cancela, de manera
permanente, una forma de ejercicio político cuyos
protagonistas estelares fueron los caudillos".

Y por si no hubiera sido poco, en diciembre de 1902, a escaso
un mes de la Batalla de La Victoria, ocurre el bloqueo
"pacífico" de las costas venezolanas por parte de los
acreedores de la República, origen de la célebre
proclama que comienza: "¡Venezolanos! ¡La Planta
insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la
patria!".

En efecto, "la situación de tensión en las
relaciones de Venezuela con los países europeos que
representaban a los acreedores de la deuda contratada en 1896, se
originaba en los atrasos en la cancelación de la misma y
el lenguaje
que juzgaban inapropiado por violento, utilizado por el
presidente Castro. A la deuda de 1896 se sumaban centenares de
reclamaciones de ciudadanos europeos residenciados en Venezuela y
que habían sido víctimas de los excesos de las
guerras civiles". (Velásquez, 1991, 74).

Ante la negativa reiterada de Castro a cancelar las deudas
pendientes con los ciudadanos y con los Estados, buques de guerra
de Inglaterra y Alemania, con
la anuencia del gobierno norteamericano, amparado en la Doctrina
Monroe, ocupan el 9 de diciembre el puerto de La Guaira. El
12, se suman naves de Italia que
serán acompañadas luego por navíos de las
armadas de Francia, Holanda, España, Bélgica y
México.
La armada venezolana es capturada y reducida,
Puerto Cabello
es bombardeado, y en enero de 1903, los invasores intentan forzar
la Barra de Maracaibo, donde fueron repelidos. Castro aprovecha
esta circunstancia para lanzar su celebrada proclama, avivando el
nacionalismo y
el antiimperialismo como ya lo había hecho en su carrera
parlamentaria a raíz del asunto de la Guayana Esequiba, y
realiza maniobras políticas para conseguir alianzas y
patrocinios como la excarcelación del Mocho
Hernández, quien se suma a la defensa de la
soberanía de la Patria. Rodríguez Campos comenta el
multitudinario y dispar apoyo que recibió Castro:

"Al margen de cualquier juicio pasado o presente, se debe
reconocer que a pesar de la guerra civil que enfrentaba, pocas
veces en Venezuela un jefe de Estado ha recibido respaldo tan
decidido de la población. Conmovidos por la gravedad de
las ofensas recibidas, galvanizados con la lectura de
la proclama y otras declamaciones patrióticas, miles de
venezolanos aptos para la guerra se presentaron voluntariamente a
los cuarteles reclamando su puesto en el combate; miles y miles
de cartas y telegramas llegaron a Miraflores desde todo el
país con idéntico mensaje: los estudiantes
universitarios llamaron a la guerra y se manifestaron dispuestos
a cambiar los libros de
estudio por los implementos bélicos; hasta ciudadanos de
naciones latinoamericanas escribieron solicitando se les enviara
el pasaje para venir a combatir por nuestra causa".
(Rodríguez Campos, 1991, 120).

Aceptada finalmente la mediación de los Estados Unidos
de América, el conflicto se resuelve mediante la firma de
nuevos acuerdos para la progresiva cancelación de las
acreencias en mora. El propio Castro escribe a su hermano
Celestino y a Leopoldo Baptista para darles la buena nueva. En
textos similares, el Cabito expresa:

"Feliz y honrosamente para Venezuela ha sido arreglado el
conflicto internacional en el cual hemos representado un papel
importantísimo en medio de la admiración y el
aplauso universal (.) Mi actitud resueltamente enérgica, y
la heroica resistencia en el
Castillo San Carlos, salvaron el honor y la integridad nacionales
de humillaciones y venganzas (.) En síntesis el arreglo es
el siguiente: "Washington 14 de febrero, 2 p.m. Todos los buques
venezolanos serán devueltos. Pagué anoche cinco mil
quinientas libras esterlinas a la Gran Bretaña conseguidas
de Boulton. Venezuela debe pagar una suma igual a Alemania dentro
de treinta días. El único otro pago en efectivo
consiste en una suma de cerca de 1.500.000 bolívares; esta
suma debe pagarse a Alemania dentro de cinco meses, un quinto el
15 de marzo y después un quinto cada mes. La
cuestión de tratamiento se someterá a La Haya (.)
El 30 % de los ingresos de la
Aduanas de la
Guaira y Puerto Cabello debe entregarse el primero de abril y el
primer día de cada mes al representante del Banco de
Inglaterra en Caracas hasta que La Haya haga su decisión y
después será distribuida de acuerdo con la
decisión de La Haya (.) Todos los tratados
continuarán vigentes. Italia obtiene "la cláusula e
la nación más favorecida". Enviaré
protocolos de hoy en una semana. Bowen" (.) Por los
periódicos te impondrás mejor de nuestra buena
situación.

Cipriano Castro.

Chávez, por su parte, sale políticamente airoso
de dos situaciones extremadamente comprometidas para su
permanencia en el poder. El Golpe de Estado de 2002 y el Paro Petrolero
de 2002 / 2003.

De acuerdo con un apretado resumen de Verónica Meneses
en documento de www.monografías.com, los hechos
relacionados con el Golpe de Estado o Vacío de Poder de
abril de 2002, se desarrollaron de la siguiente forma:

"La polarización continuó en 2002. Luego de que
Chávez reemplazara en febrero a los directivos de la empresa
estatal Petróleos de Venezuela PDVSA con personas afines a
su proyecto, grupos de empleados y altos gerentes de la
compañía escenificaron protestas internas, pues a
su juicio se había violado la "meritocracia", sistema de
ascenso corporativo basado en el mérito y rendimiento
implementado en la petrolera venezolana (.) El 7 de abril, el
presidente Chávez anunció el despido de estos altos
gerentes, y las protestas opositoras se intensificaron. El 9
abril de 2002 la máxima confederación obrera del
país y la federación de empresarios, apoyados por
la Iglesia Católica, las televisoras y los partidos
políticos opositores, anunciaron un paro general de
veinticuatro horas para apoyar a los directores de PDVSA (.) Los
convocantes llamaron a marchas en diversos puntos de la ciudad
capital donde estaban ubicadas las sedes de la empresa, y el
chavismo respondió pidiendo a sus seguidores rodear el
Palacio de Miraflores (sede del gobierno) en la mañana del
11 de abril. El paro se convirtió en indefinido al
día siguiente (.) La oposición convocó el 11
de abril a una marcha que reunió a cientos de miles de
personas, que originalmente iba destinada y autorizada hasta la
sede de PDVSA Chuao, pero fue desviada al palacio de Miraflores,
sede de la Presidencia. Al llegar al centro de la ciudad, las
protestas se convirtieron en violentos disturbios que fueron
reprimidos en medio de tiroteos de partidarios y opositores al
gobierno chavista (.) Finalmente, hubo diecinueve muertos y unos
cien heridos, de ambos bandos. Durante los hechos, Chávez
se encontraba en el palacio de Miraflores, desde donde
emitió una "cadena nacional" (transmisión conjunta
a través de todas las emisoras de radio y televisión de señal abierta) de
varias horas de duración, que comenzó
después de activar el llamado Plan Ávila (.) En
horas de la noche, el presidente Chávez fue presionado por
los militares que lideraban el golpe, quienes le exigieron
entregarse y renunciar o, si no, atacarían el palacio
presidencial, aún rodeado de civiles chavistas.
Finalmente, en horas de la madrugada del 12 de abril,
Chávez accedió a entregarse, abandonó
Miraflores y fue transportado inicialmente a la base militar
ubicada en Fuerte Tiuna, Caracas (.) Horas después, el
general en jefe Lucas Rincón, quien en la tarde del
día anterior había desmentido rumores de la
detención de Chávez, aseguró que el
Presidente había aceptado la renuncia. (.) Horas
después fue juramentado Pedro Carmona, líder
de la federación de empresarios, como presidente interino.
Acto seguido emitió un decreto que disolvió el
Parlamento, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y
se dio a sí mismo poderes por encima de la
Constitución, (.) El 14 de abril en la madrugada, luego de
fuertes protestas populares y con el apoyo de varias guarniciones
militares, así como de recuperación del Canal del
Estado, Chávez fue liberado de su prisión militar
en la isla La Orchila y restituido como jefe de Estado".

Enfrenta así Chávez una rebelión de
dimensiones avasallantes, la solidaridad militar y la
convicción democrática del General Rafael Baduel, a
quien también podríamos denominar como Castro a
Gómez, El Salvador del Salvador, unidas a un
importante clamor popular que demandaba "Queremos ver a
Chávez", permiten el regreso del Comandante al Palacio de
Miraflores para retomar el ejercicio de la Primera Magistratura y
cantar orgulloso una ranchera mexicana para comunicar que "sigo
siendo El REY".

En relación con la Paro Petrolero contra el gobierno de
Chávez, la historiadora Margarita López Maya en
ensayo
publicado en www.monografias.com
señala:

"El 2 de diciembre, con todo lo anterior a cuestas,
comenzará el cuarto paro cívico en el
lapso de un año. (.) Este paro mostró connotaciones
distintas a los precedentes, al hacerse evidente que no
sólo se sumaba al paro la gerencia
administrativa de PDVSA, como en abril, sino también buena
parte de la gerencia operativa y los capitanes de la Marina
Mercante, procediendo a paralizar las actividades operativas de
la compañía y prácticamente de la totalidad
de la flota de tanqueros de PDV Marina .PDVSA es la
compañía más grande de América
Latina, y corazón de la actividad económica de
Venezuela. La mitad del ingreso fiscal venezolano proviene del
negocio petrolero. El lunes 9 de diciembre, día en que la
oposición convirtió el paro en "indefinido" hasta
que cayera Chávez, en cadena oficial trasmitida por todos
los medios de comunicación audiovisual, el presidente de
PDVSA reconoció que la compañía estaba
virtualmente paralizada. Denunció el paro como un
"sabotaje criminal". Convocó al pueblo a salir a la calle
y rodear edificios, instalaciones y otros bienes de la
empresa, a fin de apoyar al gobierno en su esfuerzo por presionar
a la gerencia a levantar la paralización (.) El conflicto
petrolero se hizo central, y las demás acciones perdieron
relevancia (.) La paralización de la industria dio
una dimensión profunda a la crisis. Más allá
del gobierno de Chávez, el conflicto perseguía la
quiebra
financiera del Estado venezolano.

En el caso de tener éxito la gerencia de PDVSA,
manteniendo el control de la empresa y forzando la salida del
presidente, se convertiría en un actor con poder de veto
sobre los gobiernos electos, una empresa por
encima del Estado nacional capaz de imponer su proyecto
político a éste y a la sociedad en su conjunto.
Pese a los muchos pronósticos que aseguraban que no
había gobierno venezolano que aguantara un paro petrolero,
hacia mediados de enero la evolución del conflicto tendía a
favorecer al gobierno. Lentamente éste volvía a
ganar control sobre la empresa, activaba diferentes operaciones, y
anunciaba un proceso de reestructuración de la misma.
Hacia principios de febrero más de 5 mil gerentes y
trabajadores habían sido despedidos por abandono del
trabajo y la
empresa había logrado rescatar todos sus tanqueros,
iniciar el proceso de arranque de sus refinerías, y
exportar poco más de un millón de barriles diarios,
un poco más de un tercio de su capacidad normal. En el mes
de febrero esta tendencia se hizo franca: los despidos pasaban de
11 mil y se habían reiniciado la exportación de crudos y la producción de derivados".

Chávez provocó abiertamente la crisis petrolera
y contra viento y marea la superó, logrando poner a PDVSA
y a su nueva dirigencia al servicio definitivo de su proyecto
bolivariano.

Por supuesto que dentro del espíritu nacionalista y la
vocación antiimperialista de ambos caudillos, en la
Revolución Libertadora, en el Bloqueo, en el Golpe Estado
y en el Paro Petrolero, según la circunstancia
histórica de cada caudillo, estuvieron manifiestamente
presentes los intereses de la oligarquía venezolana,
siempre negada al interés nacional, y los
propósitos de dominación de las potencias
imperiales que a través de sus empresas
petroleras, de asfalto, de cable, de aguas o de gas, buscan
siempre sojuzgar – como sea – la sagrada Soberanía
Nacional.

Rodríguez Campos refiriéndose al acuerdo
económico obtenido con las potencias mundiales de la
época luego del Bloqueo, desgarradamente afirma: "Con la
vuelta de la normalidad a nuestras aguas territoriales no
regresó la soberanía total, pues jirones de ella
permanecieron secuestrados en la letra de los protocolos de
Washington".

Las
constituciones adaptamos

Mejor se gobierna la República que tiene leyes
fijas,

aunque sean imperfectas, que aquella que las
muda

frecuentemente.

Diego de Saavedra

Tanto Chávez como Castro se han servido del recurso de
la Asamblea Constituyente, de la Reforma o de la Enmienda
Constitucional para poner a la Carta Magna de
turno al servicio de sus causas revolucionarias –
Restauradora y Bolivariana, según el caso – y de sus
ambiciones de poder personal continuo e irrestricto.

El recurso de adaptar la Constitución ha sido
fundamentalmente utilizado por ambos caudillos para asegurar su
reelección para sucesivos períodos presidenciales y
la concentración del poder en el Ejecutivo Nacional,
restándole atribuciones y competencias a
las instancias regionales centralizadas, incluyendo la
posibilidad de que los ciudadanos puedan elegir a sus gobernantes
estadales y la modificación de la ordenación
político – territorial de la República.

En lo que se refiere a Castro, recordemos que su convulso
gobierno estuvo regido por tres diferentes constituciones: la de
1893, crespista; la de 1901, castrista y la de 1904 más
castrista todavía.

Al día siguiente de su arribo a Caracas, luego de una
personal y victoriosa Campaña Admirable, El
Cabito, en escueto Decreto emitido en su carácter
de Jefe Supremo de la Revolución Liberal Restauradora,
dispuso:

"Artículo 1º; Asumo desde hoy el Poder
Ejecutivo de la República, mientras ésta se
reconstituye bajo la forma estrictamente constitucional;
Artículo 2º; Por Decretos separados se
dispondrá lo conveniente para llegar a la
reorganización definitiva de la República en las
diversas ramas de la
Administración".

Con base en este Decreto, Castro promulgó, el 27 de
octubre, otro Decreto Presidencial considerando que: "mientras se
llega a la reconstitución nacional del país es
indispensable establecer un régimen que, aunque
transitorio, asegure y proteja los derechos e intereses
políticos y sociales de la ciudadanía". A estos fines, Castro
decretó "la vigencia en todo el territorio de la
República de todos los derechos, garantías y
prerrogativas que la Constitución Nacional de 1893
reconoce y otorga a los venezolanos", y las demás
disposiciones de la misma, siempre y cuando "no se opongan a la
Revolución Liberal Restauradora y sean compatibles con la
naturaleza del
gobierno que de ella ha surgido". García Ponce
señala que: "En verdad fue de vigencia simbólica,
puesto que el mismo Castro llamó a ese periodo, que
duró un año aproximadamente, la Dictadura, o
sea, el gobierno sin ley que lo constriñera".
(García Ponce, 2006, 35).

El 28 de octubre, Castro confirma su voluntad de respetar las
"autonomías originarias" cercenadas por la decisión
del General Ignacio Andrade de nombrar directamente los
Presidentes de los Estados. A estos fines, dicta un nuevo Decreto
para "devolver a todos los Estados que se unieron después
de la Gran Campaña Federal para constituir los Estados
Unidos de Venezuela la plenitud de su soberanía. De esta
forma, se decretaron como "Entidades Autonómicas" los
mismos veinte Estados que estableció la
Constitución Federal de 1864. Brewer – Carías
, en su enjundioso estudio sobre la historia constitucional de
Venezuela, precisa:

"Castro se había alzado en armas contra el Gobierno
porque el Congreso había atentado contra el federalismo y las
autonomías estadales al haber atribuido al Presidente el
nombramiento de los Gobernadores. Su Revolución Liberal
Restauradora, por tanto, también se había hecho en
nombre del sistema federal. De allí que esta primera
medida autonomista, la cual ciertamente será la
última, pues en lo sucesivo todas las decisiones
públicas conspirarán contra el federalismo".
(Brewer – Carías, Tomo I, 2008,420).

Luego, el 3 de octubre de1900, para poner fin a su Dictadura,
otra vez por decreto, Castro convoca una Asamblea Constituyente,
cuyos resultados fueron, entre otros: nombrar a Cipriano Castro
Presidente Interino de la República, elevar a seis
años el período constitucional; ampliar los poderes
del Presidente de la República y del Poder Federal frente
al Poder de los Estados; eliminar el sufragio
universal, al colocar en manos de los Concejos Municipales la
elección del Presidente de la República. Castro, el
Presidente Interino, se convirtió en Presidente
Constitucional de la República para el período 1902
– 1908, tras ser elegido por los Concejos.

En relación con la centralización de los poderes de los
Estados en el nivel central, vale decir, federal, Brewer concluye
que

"el artículo 54 amplió considerablemente las
materias sobre las que debía legislar el Poder Federal; y
en cuanto al Presidente de la Unión, quien ejercía
el Ejecutivo Federal, se le ampliaron considerablemente sus
poderes (art. 89), con lo cual se sentaron las bases del centralismo
presidencial que se desarrolló a lo largo de este siglo".
(Brewer – Carías, Tomo I, 2008, 421).

La Constitución de 1901 consagró sin
excepción lo que ya las otras constituciones habían
reiterado: el principio de la no reelección inmediata del
Presidente de la República, Castro no se hizo esperar y
prontamente propició una nueva Reforma Constitucional. En
1904, el Congreso como Poder Constituyente, extendió el
período de la magistratura de Castro hasta 1911, en lugar
de 1908, año de culminación según la ahora
reformada Constitución de 1901.

En lo concerniente a la división político
– territorial y a la ya mermada descentralización, la muy castrista
Constitución de 1904 estatuyó una nueva "Geometría
del Poder" en los términos más actuales de
Chávez. En efecto, el nuevo texto constitucional redujo
los Estados a trece. Por su parte, el artículo 4º
enumeraba de manera engorrosa los Distritos que debían
agruparse en los nuevos trece Estados y los Territorios Federales
que conformaban la nueva Federación Venezolana.
García Ponce confirma:

"Cierto que los estados eran autónomos y dictaban sus
constituciones. Pero las atribuciones acordadas al Presidente de
la Republica y al Poder Nacional abrían la posibilidad de
ahogar aquellas autonomías. El centro indiscutido de la
Nación era Caracas, donde el poder pertenecía al
Presidente de la República. Sus atribuciones aumentaban en
ciertas esferas; por ejemplo, establecía que la
garantía de la libertad religiosa estaba bajo la suprema
inspección del Presidente de la República; Y
regresaba, en cierta forma, a las fórmulas guzmancistas de
elegir al Presidente de la República al establecer la
formación de un cuerpo electoral de catorce congresantes,
los cuales, en sesión pública, debían elegir
al primer mandatario por un periodo de seis años, sin
reelección. La designación de Castro como
Presidente para el período 1905 – 1911 es de
antología (.) En síntesis el Castro
constitucionalista se alejaba de la Federación para
encerrar al país en un solo puño". (García
Ponce, 2006, 38)

Desde antes de ser Presidente electo, Chávez ya
señalaba la necesidad de realizar una Asamblea
Constituyente. En efecto, el entonces candidato presidencial
sostenía:

"La constituyente que proponemos como un hecho
jurídico, político, no va a durar 6 meses o un
año, es un proceso popular que durará años y
que tiene que pasar por una asamblea, un congreso constituyente,
una nueva constitución, un nuevo marco jurídico, y
echar a rodar un nuevo proyecto de país".

Con este objetivo en miras, el mismo día en que fue
juramentado como Presidente de la República, el 2 de
febrero de 1999, un siglo después que Cipriano Castro
entrará a Caracas con su Revolución Restauradora.
Chávez, por Decreto Presidencial, tomó la
iniciativa de convocar su proyectada Asamblea Constituyente para
que el pueblo en referendo se
pronunciara acerca de la necesidad de "transformar el Estado y
crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el
funcionamiento efectivo de una Democracia Social y
Participativa", y , solicitar su autorización "para que el
propio Presidente mediante un acto de Gobierno, fije, oída
la opinión de sectores políticos, sociales y
económicos, las bases del proceso comicial en el cual se
elegirán los integrantes de la Asamblea Nacional
Constituyente".

Como producto de la
Asamblea Constituyente, el 20 de Diciembre de 1999 fue proclamada
la nueva Constitución de la ahora denominada
República Bolivariana de Venezuela. En relación con
la concentración de atribuciones en el Poder Nacional, uno
de los constituyentes afirma:

"La nueva Constitución, a pesar de que denominó
al Estado como <<Federal descentralizado >> (art.4)
no logró superar el esquema centralista de la
Constitución de 1961, quedando los Estados minimizados
políticamente, sin recursos tributarios propios, que le
quitaron totalmente y con entes legislativos regionales que no
pasan de ser las Asambleas Legislativas tradicionales con otros
nombres, pero ahora reguladas por el Poder Nacional (.) El
centralismo del Estado en la misma resultó agravado con la
eliminación del Senado, institución que
podía permitir una representación igualitaria de
los Estados para participar en la formulación de las
políticas nacionales; y la descentralización
política, como condición para el perfeccionamiento
de la democracias, la verdad es que quedó pospuesta,
defraudándose así al país en su conjunto".
(Brewer, 2008, Tomo II, 163).

En relación con el sistema de gobierno, la
Constitución Bolivariana refuerza ampliamente el
Presidencialismo, al haber extendido el período
presidencial a seis años y al permitir la
reelección inmediata del Presidente de la República
por otro período presidencial. La Constitución del
99 no acogió el criterio del balotaje, es decir, la
elección del Presidente por mayoría absoluta y
doble vuelta, para consagrar la elección por
mayoría relativa.

A los pocos años de la aprobación de "la mejor
Constitución del mundo", al decir del propio
Chávez, éste con el mejor estilo caudillesco,
propuso una amplia Reforma Constitucional para consagrar un
Estado socialista, centralizado, de economía centralizada, policial y
militarista. Entre otras propuestas, la reforma contemplaba la
reelección indefinida del Presidente y una "Nueva Geometría del Poder" para crear sendas
Vicepresidencias Regionales dependientes del Poder Central a las
que los Estados estarían supeditados. Presentada a la
consulta popular por la vía de referendo, la Reforma
Constitucional no fue aprobada por el Soberano el 2 de diciembre
de 2007.

Sin embargo, las pretensiones de poder continuo y absoluto de
Hugo Chávez no se amainaron, y en franca violación
de los preceptos constitucionales, presentó, esta vez, una
Enmienda Constitucional para la reelección continua,
léase indefinida, del Presidente y otros cargos de
elección popular. En esta ocasión, la propuesta de
Enmienda si fue aprobada por el Soberano.

Recientemente, la creación por ley de un nuevo
ordenamiento del Distrito Capital, ahora a cargo de un Alcalde,
llamado eufemísticamente Jefe o Jefa de Gobierno, nombrado
a dedo por el Presidente, en menoscabo de las funciones de la
Alcaldía Metropolitana consagrada en la
Constitución, muestran con claridad los peligros que
acechan a nuestra ya chucuta descentralización.

¿De los
traidores nos cuidamos?

Y cómo les parece, dice Don Cipriano
que

la culebra hay que matarla por la cabeza.

Juan Vicente Gómez

La relativa tranquilidad reinante en el país
después de la carnicera Revolución Libertadora y
del artero Bloqueo Pacífico es ahora quebrada por un
conjunto de acciones en contra de empresas y gobiernos
extranjeros, y ciudadanos venezolanos. Se introdujo senda
demanda contra
la New York and Bermudez Company por daños causados a la
Nación y otra contra El Cable Francés; se
solicitó el embargo de los bienes de Matos; el Gobierno
Norteamericano retiró a su embajador; Francia
rompió relaciones diplomáticas y Colombia hizo lo
conducente. Mas tarde los Estados Unidos de América y
Holanda también romperían relaciones
diplomáticas con el Gobierno de Castro.

En el plano nacional se produce la detención y
posterior fusilamiento del General Antonio Paredes en el Estado
Bolívar. La economía nacional entra en franca
recesión; hay que subastar, vender a precio de
gallina flaca, la recaudación de significativas
fuentes de
ingresos públicos nacionales: la renta de licores,
tabaco,
estampillas, cigarrillos, papel sellado y salinas son cedidos al
mejor postor. Y como dice el refrán: cuando el pobre
lava. llueve,
una epidemia de peste bubónica
estalló además en el litoral central y se
extendió a la capital y al centro del país, el
espanto se instaló en casas y habitantes.

Intrigas políticas van y vienen, las facciones se
organizan y conspiran, son los tiempos de La Conjura organizada
por la camarilla valenciana liderada por Ramón Tello y
bajo el eventual mando del General Francisco Linares
Alcántara; se trata de apostar a la inminente muerte de
Castro y de asesinar al incómodo Gómez. Empero,
Castro se recupera de sus dolencias y conjura La Conjura.

Castro vuelve prontamente a resentirse de su precaria salud, agravada por las
francachelas, orgías, desenfrenos, jaranas, agasajos y
convites sin medida que le organizan sus felicitadores y
aduladores. En 1907 es intervenido de un riñón,
reasume como Presidente, se separa del cargo y regresa desde La
Victoria aclamado.

Sin embargo, la salvaguardia de su salud se impone sobre las
ansias de poder del Caudillo, quien toma la decisión de
operarse esta vez en el exterior y dejar encargado de la
Presidencia a Juan Vicente Gómez, Vicepresidente en
ejercicio y su afectuoso compadre. Carlos Alarico Gómez,
en trabajo aún no publicado, rememora vivazmente el
episodio de la despedida de Castro:

"Al momento de la despedida los dos compadres se abrazaron con
afecto y Castro, visiblemente emocionado, se dirigió a los
ministros y oficiales presentes, expresándoles: Rodead
al general Gómez y prestadle vuestra cooperación
como si fuera a mí mismo y habréis cumplido con
vuestro deber.
Luego, Castro tomó el tren y se
dirigió a La Guaira donde abordó el buque
Guadaloupe el 24 de noviembre de 1908. Se dirigía
a Berlín a la Clínica Sanatorium Hygeia, en donde
sería operado por el nefrólogo James Adolfo
Israel. (.) Al
llegar a Margarita, el día 25 de noviembre, las fuerzas
vivas se acercaron a saludarlo, mostrándose afable y
aceptando de buen grado los saludos tan emotivos que le
presentaron, expresando: Doy el último adiós a
la tierra
amada de la patria.
Y uno de los presentes, con la
proverbial simpatía margariteña, le replicó:
El último adiós no, General. Teste esa frase.
No se la permitimos. El regreso tiene que ser pronto. Nos
quedamos esperándolo. Constantemente le pediremos al cielo
que nos lo traiga pronto.
No obstante el buen deseo
expresado, el destino le iba a dar la razón a Castro: Era
el último adiós".

Lo acontecido con posterioridad es ya verdadera historia
patria, Gómez se alzó prontamente con el poder,
redujo la influencia de los seguidores de Castro, a unos los
apartó de sus cargos, a otros los hizo presos en la famosa
Rotunda. Organizó su propio equipo de gobierno y los
afectos al régimen crearon el artilugio necesario para su
proclamación como Presidente de la República.
Comienza así el segundo gobierno de la Revolución
Restauradora, el de la Rehabilitación Nacional: "una
evolución dentro de la misma causa", sentenciaría
el nuevo Presidente en ejercicio.

A fin de que todo tuviese el mayor viso de legalidad, la
Corte Federal y de Casación, basada en varios juicios
incoados contra Castro por la comisión de diversos
delitos, entre
ellos la orden de asesinar al General Antonio Paredes, dada en
código
por el mismo Cipriano a través de un telegrama cifrado, ya
había acordado la suspensión de Castro del
ejercicio de la Presidencia de la República.

De acuerdo con uno de sus biógrafos:

"El derrocamiento de Castro en 1908 no despertó
resistencia de consideración en el castrismo y, peor
aún, pareció que el castrismo fue arrancado de
cuajo del panorama político nacional porque, a diferencia
del crespismo, el guzmancismo o el paecismo, no hizo, en lo
adelante, ningún intento serio por recapturar el poder".
(García Ponce, 2006, 46).

De allí en adelante, al decir de Rodríguez
Durán:

"El guerrero de a caballo, acostumbrado a tramontar los
polvorientos caminos de Venezuela, fue sometido a vagabundear por
mares y océanos cual presidiario en galera flotante".

Cuenta Picón Salas que su compadre del
alma, su
segundo de a bordo, el que había quedado al frente del
gobierno para cuidarle el coroto, y después
traicionarlo y darle la espalda, el ahora liberado
segundón convertido en Benemérito de la Patria, al
momento de enterarse del fallecimiento de Cipriano Castro en
Santurce, Puerto Rico, en
1924, se encontraba:

<<En una glorieta de su hacienda maracayera, a la sombra
un gran samán donde confundiendo lo privado y
público Juan Vicente Gómez habla alternativamente
con sus caporales mayordomos recibe ministros, se comenta muerte
Cipriano Castro. Como reyezuelo Edad Media, poblado refranes
consejas, bajo el árbol floral, evoca los días
campaña del 99: "Don si sabía pelear" es mayor
elogio fúnebre (.) Mira secretario cara más
plácida, por primera vez sintiera sin recelo ni
preocupación, le ordena: "Ahora vamos al cine">>
(Picón Salas, 1986, 301 y 302).

Hugo Chávez, por su parte, más de una vez ha
reconocido en cadena nacional de radio y televisión
que vive rodeado de alimañas, alacranes, serpientes y
sabandijas ¿Será uno de ellos el Traidor Mayor, el
compadre o la comadre del que el Comandante no se
cuidó?

Un comentario
final

La experiencia nos acaba de enseñar otra vez,
cómo fue de fatales consecuencias para el país,
aquella atribución omnímoda que se
arrogó el ex presidente Castro, de legislador y juez
supremo, creando leyes que a él solo le favorecieran,
administrando justicia según su propia conveniencia. Y
Castros habrá mientras el presidente de la
República no vea en torno suyo
más que hombres dispuestos a todas las transacciones. (.)
y, -es necesario decirlo-, bondad será de quien ejerza el
Ejecutivo reconocer en los otros una soberanía que hasta
ahora no han tenido.

Rómulo Gallegos

Los hechos, realidades y circunstancias expuestos nos llevan a
establecer con indiscutible evidencia el paralelismo, las
resemblanzas, las similitudes entre el pensamiento y la acción
de ambos caudillos; la innegable influencia de Cipriano Castro
sobre Hugo Chávez.

Si a todo lo anotado le sumamos el traslado de los restos de
Cipriano Castro al Panteón Nacional, el cambio de
nombre del Museo Histórico – Militar por el de
Cuartel Cipriano Castro, las exposiciones y conciertos que se le
dedican al Cabito en los museos nacionales, las
frecuentes alusiones que hace Chávez a mi General Castro,
y la reciente remoción en el Palacio de Miraflores del
busto de Rómulo Gallegos para sustituirlo por uno del
Restaurador, podríamos, a guisa de
conclusión, recomendar que Cipriano Castro suplante, de
una vez por todas, a Ezequiel Zamora, en el Trinitario Altar
Bolivariano donde se idolatra también a Simón
Rodríguez (alias Robinsón) y al Libertador
Simón Bolívar.

Bibliografía
básica

Libros y Revistas

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  • www.noticierodigital.com

  • www.rebelion.com

 

 

 

Autor:

Enrique Viloria Vera

Caracas, 2009

Partes: 1, 2, 3
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