Resumen
En el trabajo se
analiza la relación existente entre lo religioso
objetivamente existente y la expresión subjetiva de esto,
así como la propuesta que con relación a la fe
religiosa hace cada filosofía. Se parte del presupuesto de
que la filosofía del derecho es una búsqueda
filosófica sobre el tema de la religión.
Desarrollo
Se le atribuye al filósofo alemán I.
Kant el haber
acuñado la disciplina
filosófica "Filosofía de la religión" como
algo autónomo. Para este filósofo la
filosofía de la religión es el
conocimiento de todos nuestros deberes como mandatos divinos.
En el sentido estricto kantiano esta filosofía de la
religión responde a la pregunta ¿qué me
está permitido esperar? Los criterios al respecto los
expuso Kant en su obra "La religión dentro de los límites de
la mera razón" (1792), en la cual consideró, a
diferencia de algunos predecesores, que no es posible demostrar
racionalmente la existencia de Dios, es decir, que a Dios no se
le puede probar, por tanto, sólo es posible creer en
él. La creencia religiosa es para Kant una necesidad
humana y representa un postulado moral, que
estimula al cumplimiento de los deberes humanos, que a partir de
esta comprensión son asumidos como mandatos
divinos.
El hecho es que desde la antigüedad en la
filosofía su han desarrollado un cúmulo de
pensamientos sobre la religión y, en especial, sobre lo
divino, que dan un cuerpo relativamente independiente a esta
búsqueda filosófica. Separándonos de Kant, a
la filosofía de la religión se le puede interpretar
al estilo de cómo se interpreta la Filosofía del
derecho u otro cuerpo filosófico similar, es decir, como
una indagación filosófica en la temática a
partir de la problemática filosófica.
El término "religión" (religio en
latín) tiene múltiples explicaciones
etimológicas. Según Marco Tulio Cicerón
proviene de "relegere", término el cual hace referencia a
los que se hacen diligentes o prestos con el pensamiento, a
los que repasan el culto a los dioses llamados religiosi legendo.
Según el apologista del siglo IV, Lactancia,
proviene de religare al considerar que nos hallamos unidos y
vinculados (religati) a Dios por el vínculo de la piedad.
Según el obispo de Hiponia, Agustín, proviene de
reeligere, ya que según él el hombre
escoge una y otra vez el contacto con la divinidad.
La tradición ciceroniana destacó el
aspecto cultural de la religión dado que refiere al
hombre
religioso como aquel que repasa atentamente sus deberes y realiza
un conjunto de ritos que lleva a cabo para relacionarse con la
divinidad; mientras que la tradición de Lactancia, supone
una relación directa de orden moral, que une al hombre con
Dios. De aquí que por religión se entiende, en
ocasiones, el conjunto de creencias o dogmas acerca de la
divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia
ella, de normas morales de
conducta y de
prácticas para darle culto (1).
Esta definición es sólo la forma exterior
del asunto, si acaso una punta visible. En el mejor de los casos,
una forma de manifestarse el objeto. Ludwing Feuerbaches es
más profundo a la hora de entender el concepto de
religión. Para él la religión es la conciencia de
Dios y éste para el hombre es su propia
esencia.
Según él (Feuerbach), "en relación
a los objetos sensibles, la conciencia del objeto está
separada de la conciencia de sí mismo; pero referente al
objeto religioso, la conciencia del mismo y la conciencia de
sí mismo coinciden. El objeto sensible existe fuera del
hombre, el religioso se encuentra en él, le es
intrínseco – de ahí que sea un objeto que
tampoco pueda abandonar al hombre como la conciencia de sí
mismo-, le es íntimo y hasta el más íntimo,
el más próximo a él" (2). Según
Feuerbach, "el ser (wesen) absoluto, el Dios del hombre, es su
propia esencia. El poder que
ejerce el objeto sobre él, es por tanto, el poder de su
propia esencia" (2).
Según él, "vale por tanto aquí sin
restricción alguna la tesis: el
objeto del hombre no es otra cosa que su esencia (wesen)
objetivada. Así como el hombre piensa, así como el
hombre siente, así es su Dios. La conciencia de Dios es la
conciencia que tiene el hombre de sí mismo. El conocimiento
de Dios es el conocimiento que tiene el hombre de sí
mismo. A partir del hombre conoces a su Dios, y viceversa, a
partir de Dios conoces al hombre, ambas cosas son
idénticas. Lo que para el hombre es Dios, es su
espíritu y su alma, su
corazón, es precisamente su Dios, y Dios es
el interior revelado, el yo perfeccionado del hombre. La
religión es la revelación solemne de los tesoros
ocultos del hombre, es la confesión de sus pensamientos
íntimos, la confesión pública de sus
secretos de amor"
(2).
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