Aproximación a un debate de la naturaleza y sentido de la Democracia desde la Dimensión filosófica
- Ubicando algunas
pistas
¿En qué consiste la revolución
democrática?
El tiempo mítico y ciclos
infrangibles
Pueblo como facción de la sociedad
¿Es el Estado antitético de la
democracia?
Acechanzas a la democracia. La cleptocracia
El adocenamiento video conducido
Democracia vs autoritarismo
Conclusión: perspectivas en
Venezuela
Bibliografía
Ubicando algunas
pistas
El ciudadano fue definido por Aristóteles como "quien tiene el poder de tomar
parte en la
Administración Judicial o en la actividad deliberativa
del Estado". En
este sentido, más allá del derecho a la
representación, de su residencia en su territorio, de sus
derechos y
deberes jurídicos, el énfasis de la
condición de ciudadanía aparece puesto en el hecho de
que el ciudadano "debe tomar parte activa en los asuntos que
luego han de afectarle".1 En la misma dirección, ya Eurípides, el ultimo
de los grandes dramaturgos atenienses, había distinguido
entre "el pueblo constitucionalmente integrado" (demos, pueblo),
que es propiamente el ciudadano, y "el pueblo fuera del control de la
vida política convertido en masa amorfa".
(Óchlos, multitud, turba).2 Platón
también utiliza esta diferencia cuando dos interlocutores
hablan de las mayorías, uno para referirse al "pueblo y el
otro, a la turba". "En la polis se ponía de manifiesto
además una condición indispensable de todo
ciudadano, sobre todo el integrante de una ciudad-estado
democrática: se trataba de un hombre libre,
quien, para ejercer sus derechos, contaba con el raciocinio
crítico en lugar de la fuerza bruta,
pues su juicio y criterios debían imponerse a
través de la deliberación, la persuasión y
el uso argumentativo de la razón".3
Durante el largo periodo de los imperios universales, se
diluyeron las ideas democráticas hasta que, con la
recepción de la cultura
clásica en la Edad Media,
gracias, sobre todo, a la labor de Santo Tomás de
Aquino, cobra nuevo impulso el principio de que el poder
proviene del pueblo. "Si el pueblo no tomara parte en la
elección de sus autoridades – escribió el
Aquinatense – ni pudiera enmendar sus entuertos
sería un verdadero esclavo".4
La primera revolución
democrática de los tiempos modernos se gestó en
Inglaterra en el
siglo XVII. Concluyó en una transacción con el
poder real en la que éste hubo de reconocer la
supremacía del Parlamento y los derechos inalienables de
los ciudadanos ingleses. El gran ideólogo de esta
revolución fue John Locke,
considerado el técnico de la democracia, el
predicador de la tolerancia y el
profeta de una clara distinción entre Estado e Iglesia.5
Siguieron las revoluciones democráticas americana y
francesa cabalgando sobre las ideas liberales de Montesquieu,
Rousseau,
Voltaire y
especialmente, Emmanuel J. Sieyes, quien elaboró una
síntesis de la ideología política precedente, justo
en vísperas de la revolución de 1789.6
Sin embargo, tanto la Declaración de la Independencia
Americana, como la Declaración Francesa de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano exageraron la defensa del hombre
individual, por ser ambas Declaraciones una reacción
contra el poder del Estado, ya que "aunque consagran la igualdad de
los hombres ante la ley, producen o
permiten, la enorme desigualdad
social, al no equilibrar las condiciones económicas de
los ciudadanos al restringir las oportunidades de
participación en la gestión
económica y política.7
Como toda obra humana, la democracia incurrió en
desviaciones y errores tanto de principios como
de realización practica, los cuales sirvieron y sirven de
pretexto a las doctrinas de inspiración marxista. Sin
embargo, en su esencia esta forma de gobierno, este
ideal de vida común, que se llama democracia, responde a
la vocación de nuestra especie para realizar en la tierra la
ley del amor fraternal
y la dignidad de la
persona
humana. Desde siempre se ha venido hablando de Derecho
Natural, pero fue a partir de los tiempos modernos cuando
el hombre
adquirió conciencia clara
y universal de sus derechos a partir de la filosofía
jurídica de Locke, de inspiración
Jusnaturalista.8
La Democracia busca el equilibrio
deseado entre las clásicas libertades individuales y los
derechos de carácter económico y social. El
comunismo, por
ser una reacción contra el poder las elites
económicas, defensa extrema del hombre social frente al
individuo,
desconociendo derechos personales fundamentales, frente al
exagerado liberalismo,
que es cegato y cuantitativamente ha demostrado que es incapaz de
entender, el sufrimiento, las emociones y los
deseos de los hombres.9
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