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Influencia de Mario Vargas Llosa en la Cultura Peruana (página 3)




Enviado por Giulio Soto Privat



Partes: 1, 2, 3

Reunía a miles de comerciantes ambulantes,
taxistas, tolerados, autoconstructores de barriada,
pedigüeños, cantantes callejeros de Lima y el Callao.
Miembros todos ellos de la llamada economía subterránea o ilegal, pues
resultaban ser presa fácil de esa fuerza
guerrillera clandestina y emboscada. Allá en los
sótanos de la sociedad
habían de encontrarse y empezar a causar problemas.

Sus militantes se infiltraban en zonas populosas al este
de Lima y en los conos del sur desde donde controlaban y
promovían las invasiones de la tierra y
cometían sus actos delictivos. Sendero Luminoso ha sido
calificado por la ONU como
"terrorista y genocida", título ganado por sus
pretensiones de conseguir adeptos para continuar con sus objetivos de
luchar contra el
Estado.

Entre los objetivos importantes de Sendero Luminoso
destaca la paralización de la economía y
desestabilización del gobierno
empujándolo a tomar decisiones cada vez más
impopulares bajo el imperio de circunstancias que se le escapan.
Su estrategia
consiste en multiplicar acciones de
comando, los actos de sabotaje y los atentados en un territorio
cada vez más vasto y obligar de esta manera a las fuerzas
armadas a dispersarse en todo el país. El grupo
guerrillero se nos presenta como el maleficio de Perú, su
aparición es sigilosa y se manifiesta con una crueldad
incisiva y la frialdad para aniquilar a los enemigos del pueblo,
es decir a la clase
dominante. En el texto vemos
como los terrucos realizan sus actos, cómo se encargan de
hacer su justicia,
cómo muestran la solidaridad con
su pueblo y se desaparecen brutalmente a una serie de personas.
Aquí se presenta la violencia
vertical. Los personajes al sentirse víctimas de una
situación social injusta, usan la violencia como una forma
de liberación colectiva. Consideran que para construir se
necesita primero destruir. "Para la paz se hace la guerra".

El hombre cree
que la violencia cobra sentido cuando va dirigida contra los de
arriba, como respuesta a la opresión. Se piensa que se
puede controlar ese tipo de limitación y se recurre a la
agresividad. En la novela hay un
orden establecido para mostrar al lector cuando va a aparecer el
grupo rebelde a realizar alguno de sus atracos: aparición,
justificación de la víctima, justificación
del agresor y ejecución. Esta secuencia se presenta cada
vez que salen a hacer sus cruentas acciones: cuando matan a los
turistas franceses por la simple condición de estar de
paseo, les hacen mazamorra sus cabezas. En la matanza de las
vicuñas donde argumentan que el rebaño que cuidaba
Pedrito Tinoco, el tonto del pueblo, es una reserva del enemigo,
es decir inventada por el imperialismo.

Se percibe cómo al grupo rebelde no sólo
le satisface matar, sino hacerlo de alguna forma en la que el ser
humano sufra y adquiera conciencia que va
a ser maltratado y lo sienta hasta las entrañas.
Así, la milicia usa la fuerza y pone en marcha una
estrategia criminal para acercarse al poder. Hacen
alusión a una frase de Lincoln,
(claro, distorsionada): "La violencia es del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo". La crueldad, evidencia de la
sinrazón, y trasmitida por medio de estrategias
macabras de ataque, es el medio por el cual la guerrilla se
defiende afirmando: "frente a la violencia institucionalizada la
lucha armada es un recurso legítimo y necesario del pueblo
para restituir su voluntad soberana".

El ejército y la policía adoptan una
postura agresiva en contra de los conciudadanos y ya no
identifica quién es el delincuente o quién no. En
este caso sería bueno consultar a Maquiavelo
para encontrar una solución viable al ambiente
político y social irrespirable en Perú, en especial
éste:

Digamos que primero hay dos maneras de combatir: una,
con las leyes, otra, con
la fuerza. La primera es indistinta del hombre; la segunda, de la
bestia. Pero como a menudo la primera no basta, es forzoso
recurrir a la segunda. Un príncipe (en este caso el
gobierno y su ejército) debe saber entonces comportarse
como bestia y como hombre (…) Un príncipe debe
saber emplear las cualidades de ambas naturalezas y que una no
pueda durar mucho tiempo sin la
otra.

Entonces, hacer algo inteligente para resolver la
situación radica en considerar la posibilidad de usar la
cabeza para entablar un diálogo y
llegar a un consenso donde el pueblo salga beneficiado. Sin
embargo, en muchas ocasiones las partes en conflicto son
demasiado necias y no conciben una solución oportuna
alejada de lo bélico. La capacidad de discernir del hombre
parece llenarse de bruma y caprichos donde se patentiza quien
tiene el poder y se sobrepone a un concilio de los intereses y
ganancias colectivas.

En esa atmósfera de
violencia, el sadismo es una característica importante. No
se trata sólo de matar, "matar es lo de menos", se trata
de disfrutar la superioridad con respecto al que se intimida; se
trata de gozar como se saca del juego a
personas que forman parte del sistema. No se
investiga si éstos son o no simpatizantes del gobierno,
tienen una posición solvente y eso es suficiente para su
liquidación. "A esos francesitos en Andahuaylas, por
ejemplo. Los habían bajado del ómnibus y les
habían machucado las caras hasta volverlas mazamorra". O
el que sufre Pedrito Tinoco, víctima de los soldados que
van a investigar lo de la matanza de vicuñas, como era el
único en el lugar, lo acusan y lo quieren hacer declarar
con el tratamiento de quemarlo con fósforos y
encendedores. Castigo inhumano pues el pobre hombre por vivir
lejos de la civilización con vicuñas como amigas,
desconoce la lengua y su
capacidad para comunicarse es casi nulo. Por tanto,
tendría que tolerar la cruel prueba de resistencia o
hablar de los responsables de la muerte de
los animales (hecho
que quedaba descartado). "Empezando por los pies, y, poco a poco,
subiendo. Con fósforos y encendedores, como lo oye. Era
lentísimo. La carne se le cocinaba, empezó a oler a
chicharrón".

Es por eso, frente a estos actos de crueldad extrema se
puede calificar como afición por lo morboso el ver el
cuerpo humano
convertido en miserias, utilizado para convertir su dignidad en
piltrafas. La manifestación del sometimiento de la
víctima expresada en el texto, tiene su posible origen en
la búsqueda de las diferentes caras que tiene el hombre para
poner en evidencia el lado oscuro de su conducta, es un
posible acercamiento a las distintas facetas que lo conducen a
una desmesurada violencia y lo condenan a la brutalidad. "La
violencia lo escoge a uno desde que nace, y lo que debemos
determinar es cómo la utilizamos, en qué dirección o contra quién descargo
esta energía que monta en mí y que tiene que salir
por alguna parte".

Hay varios caminos y circunstancias que pueden conducir
al crimen: las condiciones de hacinamiento, la
desesperación por falta de empleo, la
pérdida de valores
morales y familiares y la desconfianza ciudadana, entre
otros. Pero, ¿es posible que se crea aún en los
sacrificios humanos o se recurra a ellos como una
justificación de la bestialidad humana para resarcir
conductas inverosímiles?

Esta novela nos
permite acompañar a Lituma en busca del paradero de las
tres personas misteriosamente desaparecidas. Hay elementos que
indican la culpabilidad
de Sendero, sin embargo, se presentan indicios valiosos que
descubren una cruda realidad que hubiera sido mejor no conocer,
como lo comenta desilusionado el protagonista, al final de la
obra. "Me arrepiento de haberme enterado tanto en saber lo que
les pasó a ésos mejor me quedaba sospechando.
Ahora, me voy y te dejo dormir. Aunque tenga que pasar la noche a
la intemperie, para no molestar a Tomasito".

En Lituma en los Andes, hay una extraña
manera de enajenación ligada con lo
mitológico. El fetichismo nubla la razón de los
habitantes de Naccos; la violencia se mezcla con la
fantasía; se utiliza la mitología para responsabilizarla de las
tres desapariciones (asesinatos). Entonces, identificamos la
violencia horizontal caracterizada por la lucha entre seres que
ocupan un mismo nivel existencial de desamparo y
alucinación, es decir, "máquinas
golpeadoras desatándose en contra de hermanos que son
tratados como
enemigos".

Los hombres se olvidan de las leyes morales y sucede
entonces una guerra civil en la cotidianidad de sus vidas, sin
que esto les llegue a asombrar. "Vivir significa tener que matar.
(Al matar significa que no hay vida para el otro, para
algún otro)".

La violencia horizontal se caracteriza por burlar la
tranquilidad del prójimo y hacerlo víctima de las
orgías provocadas por el abandono de la razón a
través del alcohol. En la
novela se habla de la presencia de divinidades caprichosas que
habitan los cerros, su función
está relacionada a atribuirles a ellos la inaceptada
responsabilidad de los crímenes.

El diablo es el responsable mayor de los actos negativos
en la novela. El maligno espíritu gobierna la tierra y es
él quien viene a realizar sus criminales acciones. Sus
amigos son los huaynos, el muki, los
apus, el pishtaco. Los huaynos son los
que ocasionan los desprendimientos de nieve, rocas y barro que
desde lo alto de la cordillera, bajaban como con una tromba de
muerte. El
muki es el vengador de los cerros explotados por la
codicia de los humanos. Mata sólo a los mineros. Los
apus son los dioses manes, los espíritus
tutelares de los cerros de la cordillera. "Cada elevación
de los Andes por chiquita que sea, tiene su diosecillo protector.
Los apus deciden la vida y la muerte en estas tierras. A
ellos les debemos el estar aquí, mis amigos".

La presencia de estos seres sobrenaturales obliga a los
habitantes de Naccos a realizar sacrificios humanos para mantener
contentos a estas caprichosas criaturas. El progreso del pueblo
en la novela se manifiesta con la construcción de una carretera que bordea la
cordillera, por tanto se requiere mantener a los dioses
tranquilos por la violación de su morada.

-Poco se puede contra ellos- prosiguió
doña Adriana-. Pero algo sí. Desenojarlos,
distraerlos. No con esas ofrendas de
los indios en las abras. Esos montoncitos de piedras, esas
florecitas, esos animalitos, no sirven para nada. Ni esos chorros
de chicha que les derraman. En esa comunidad de
aquí al lado les matan a veces un carnero, una
vicuña. Tonterías. Estará bien para tiempos
normales, no para éstos. A ellos lo que les gusta, es el
humano.

Hay que considerar que esas explicaciones, como dice
Lituma, no hay que entenderlas con la cabeza, pues no tienen
fundamentos racionales. La imaginación se torna
destructora y se encarga de fundamentar la realidad en ese
contexto. El hombre nos presenta su agresividad a través
de fantasmagorías en torno al
incompresible acto ya efectuado: el canibalismo.

No son los rituales los destinados a matar a personas
para mantener el favor de los seres divinos, es tener una
razón que valide el gusto por matar, por convertir el
cuerpo humano en un medio para satisfacer los deseos de
aniquilación de una manera denigrante.

-¿Te ves comiéndote a tu paisano?
¿Eso es lo que te sueñas? –Yo rara vez entro
en el sueño- aclaró el barrenero, con toda
docilidad -. Ellos nomás. Cortándoles sus
criadillas, tajándoselas y banqueteándose como si
fueran un manjar.- Le vino una arcada y Lituma lo sintió
encogerse-. Cuando entro en el sueño yo también, es
peor. Esos dos vienen y me las arrancas a mí con sus
manos. Se las comen en mí delante. Prefiero chupar antes
que soñar eso.

Lo increíble resulta que la educación no
parece tener efectos favorables en la extraña actitud de los
habitantes de esa población. "Saber leer y escribir, usar
saco y corbata, haber ido al colegio y vivido en la ciudad, ya no
sirve. Sólo los brujos entienden lo que pasa"(Vargas188).
Pero, "¿Cómo era posible que esos peones, muchos de
ellos acriollados, que habían terminado la escuela primaria
por lo menos, que habían conocido las ciudades, que
oían la radio, que
iban al cine, que se
vestían como cristianos, hicieron cosas de salvajes
calatos y caníbales?".

Una forma de acercarnos a esa niebla que empaña
la razón del hombre y lo conduce a comportarse como
animal, es la bebida alcohólica. Dionisio es un personaje
cuya actividad se centra en ofrecer a los hombres del pueblo la
oportunidad de sacar su animal interior por medio de la
borrachera. Los invitaba a ser felices de esa forma, a olvidarse
de pensar para entrar a otro nivel, a un nivel en el que se
comulga, en el que por un momento se puede salir de la
cárcel que aprisiona el espíritu.

Con la borrachera viajas, dice Dionisio, visitas a tu
animal, te sacudes la preocupación, descubres tu secreto,
te igualas. El resto del tiempo estás preso, como los
cadáveres en las huacas antiguas o en los cementerios de
ahora. Bailando y bebiendo se borran las diferencias y nos
volvemos como espíritus: indios, mestizos y caballeros a
la vez; ricos y pobres, mujeres y hombres al mismo tiempo. No
todos viajan bailando, cantando o chupando, sólo los
superiores. El que no pone a dormir su pensamiento el
que no se olvida de sí mismo, ni saca las vanidades y
soberbias ni se vuelve música cuando canta,
ni baile cuando baila, ni borrachera cuando se emborracha.
Ése no vive: es decadencia y está vivomuerto. No
serviría ni para alimentar a los de la montaña
tampoco.

La evasión es una actitud para experimentar la
felicidad, para alcanzar por un momento la libertad. Al
parecer salirse del cauce de la normalidad en las acciones, trae
un cierto alivio para el espíritu. Ese alivio es de alguna
forma la manifestación de la violencia, una antítesis, pues
esa misma actitud lo conduce por un camino oscuro. Esa
raíz mágica lleva al ser humano hacia una
sensación ilógica y destructiva. Según la
experiencia de un participante en la matanza de Demetrio Chanca,
las actividades realizadas en cada uno de los sacrificios dejan
un amargo sabor de boca, y no precisamente por el hecho de
devorar los cuerpos una vez que los han matado sino por las
consecuencias que le siguen una vez finalizado el rito. El
recuerdo los esclaviza, les patentiza mediante los sueños
sus inexplicables acciones. La única solución para
olvidarse de la sensación gustativa es chupando.
Sin embargo, esto los vuelve a convertir en partícipes de
nuevos banquetes humanos. "Ni cuando duermo se quita-
afirmó el barrenero-. Cuando chupo nomás. Por eso
me he vuelto tan chumaco. Pero me hace mal, se me abren las
úlceras".

La enajenación domina al ser humano,
también lo incapacita para sentir culpabilidad en el hecho
realizado. Sólo puede experimentar la propia incomodidad
alejada de la comprensión de sus actos. La incomodidad es
la respuesta a querer repetir lo más pronto posible un
platillo de carne humana. Con la iniciación en esos
hábitos alimenticios se crea un gusto por volver a
disfrutar de otra orgía. "La violencia se ve como una
manera habitual de defensa, un método
disponible, el más fácil en ocasiones, para que a
uno lo maten también". La inseguridad
está a la orden del día. Como diría Borges, la muerte
está a la vuelta de la esquina: acecha al hombre desde
siempre y desde todas las partes, y el único aliado es uno
mismo, pero paradójicamente, el enemigo ya ha entrado, yo
soy mi propio enemigo o bien el ambiente de inseguridad es una
conjunción de los demás en contra mía, como
lo concibe Sartre, el
infierno es los otros
, que viene a apoyar la modalidad de
violencia horizontal. Entonces, la violencia surge como necesidad
para seguir viviendo, es tomado como un acto connatural, como
respirar o dormir. La maldad manifestada en los hechos, empieza a
confundirse con lo biológico, con lo instintivo, se
convierte en un recurso que le ayuda al hombre a conseguir
algo.

Al parecer la violencia se hace de muchos aliados: la
naturaleza y
la leyenda, son cómplices que la ayudan a existir.
El universo
mismo se unifica en torno a esta actitud negativa, pues tiene
como fin cambiar su sentido. Naccos, el pueblo, por tanto
tenía una fuerza mágica. Eso lo convierte en un
lugar atractivo para el peligro pues los cerros se
convertían en refugio de enemigos.

Todos los cerros están llenos de enemigos. Viven
allí dentro. Se la pasan urdiendo sus maldades día
y noche. Hacen daños y más daños. Ésa
es la razón de tantos accidentes.
Los derrumbes en los socavones. Los camiones a los que se les
vaciaron los frenos o les faltó pista en las curvas. Las
cajas de dinamita que estallaban llevándose piernas y
cabezas.

La cordillera es un lugar adecuado para camuflar en
él. El misterio de seres fantásticos con influencia
sobre los humanos que transitan o viven en esos lugares; y la
superioridad de la clandestinidad de un grupo de rebeldes en
busca de poder político, la convierten en un sitio con
características malignas.

Ya sea vertical u horizontal, la violencia es tema
importante en Lituma en los Andes. Su presencia pone a
reflexionar al lector sobre cómo lo instintivo e
irracional del hombre lo conduce a su destrucción. Ya no
es la falta de educación la causante
de la agresividad, ya no aplica la preocupación de los
filósofos al referir que la mejora de la
condición humana es la difusión de ideas en la
sociedad, porque la principal causa de la esclavitud es la
ignorancia. Los personajes en la novela se convierten en blanco
seguro de los
guerrilleros, o bien en carnada para ser sacrificados ante los
temibles dioses (en realidad posible víctima de ebrios con
antojo de un bocado humano).

El fenómeno de la agresividad pone en duda el
papel de la evolución
del hombre a través del tiempo. Parece que no se han
superado las crisis de un
pasado histórico escrito con sufrimiento. Hagamos memoria, la
conquista de
los pueblos indios de América
por la cultura
española es prueba fehaciente de ello. La brutalidad y la
imposición de violencia dieron como resultado la
dependencia del nuevo mundo hacia España.
"La agresión ha comenzado hace mucho tiempo:
América es fruto de una violencia prolongada de un saqueo
continuo, de la guerra civil y fratricida en toda su geografía". Ahora, se
puede percibir cómo se repiten las mismas actitudes,
todavía hablamos de una violencia enmarcada en un
afán de solucionar los conflictos
sociales y políticos por medio del abuso y del
aniquilamiento de los representantes del sistema, y un medio de
exponer la bestialidad del hombre todavía no superada a
través de su historia y la evolución de su pensamiento.

La novela de Vargas Llosa es un viaje por la cordillera
andina, una aventura atrevida y desgarrante que nos permite
conocer la intranquilidad en la que viven los personajes. No por
ser los malhechores tienen ganada la felicidad, también
ellos pagan en carne viva las consecuencias de una guerra de
todos contra todos. Los policías son asediados con una
estrategia de malestar de nervios por los rebeldes, quienes les
darían un peculiar tratamiento para atormentarlos y luego
matarlos. El pueblo ubicado en el centro de esta rebelión
se ocupa por lo tanto en transgredir las leyes sociales y morales
y hacer uso de su poder para dar una muerte útil a quien
consideran necesario.

Vargas Llosa declara a la literatura como
"esencialmente mentirosa", es decir, lo que presenta como
realidad es fundamentalmente una ficción, es decir, una
mentira. "Aclara
sin embargo que cuando una ficción es lograda, se trasluce
y se transparenta una verdad profunda. Pero que no es
jamás la verdad explícita, no de un tema ni de unos
personajes, ni de una psicología y menos de
una historia". De ahí que concluya que la maestría
con que trata un tema de una vigencia continua da la posibilidad
de aceptar como reveladora esta novela. El trabajo es
una ficción que puede asociarse con una realidad
sociocultural íntimamente parecida a la que estamos
expuestos y por eso puede resultar difícil identificar
qué es cierto y qué no.

En esta novela se aprecian actitudes humanas nada
alejadas de nuestras experiencias conocidas a través de
los medios de
comunicación. Eso sí, alejadas del morbo y del
amarillismo con que pueden conocerse a través de
periódicos baratos o noticieros alarmistas. La lectura nos
lleva por los peligrosos caminos de los cerros andinos; nos hace
testigos de los atracos impunes que sufren las víctimas de
Sendero; nos deja sorprendidos por la magnitud que adquiere la
agresión.

Detrás de ese marco de intolerancia y
violación a los derechos del hombre y su
integridad física, queda la
incertidumbre de si después de todo eso, al final, seremos
capaces de alcanzar una reconciliación con lo que haya
escapado de la voracidad humana. Estaremos a la expectativa de
ver si es posible que la educación supere con creces la
conducta instintiva del hombre.

En este análisis mostramos la violencia en dos
vertientes, manifestada en línea vertical, de las personas
que en distinto nivel de poder se atacan para establecer una
ideología dominante y la horizontal, donde
hay actitudes transgresoras cuya función es destruir al
prójimo, es la imposición de conductas basadas en
creencias donde el sector social se encarga de matar a su propio
hermano. Lituma en los Andes es una novela con una
fuerte carga de pesimismo ante las relaciones personales y
gregarias, es una muestra cruda de
lo complicado que el ser humano puede hacer de su vida y de las
interacciones colectivas donde hay una ausencia de seguridad.

La violencia es una actitud generalizada, ya vertical,
ya horizontal, pero cuyo dominio puede
estar bajo un control ante la
conciencia de las repercusiones y un interés
fehaciente de aprender a hacer un clima propicio
para respetar la dignidad del hombre; aprender a dominar la
bestia que mora en el interior, buscar alternativas para
deshacerse de esa intención destructiva y dar la
oportunidad de conciliar el sentido común con los
conocimientos logrados a través del progreso
científico y tecnológico y esa presunción de
civilización, para establecer un equilibrio que
restituya un lugar donde poder vivir.

  • La tía Julia y el
    escribidor:

«"Escribidor" tiene una connotación
peyorativa. Los escritores de mis películas son más
escribidores que escritores: uno es un rudimento, un comienzo de
escritor, y el otro es como una parodia de escritor.
Además, da una cierta connotación risueña a
la historia, que es un poco el tono en que está narrada la
novela»[31]

Es prácticamente una novela
autobiográfica, el autor narra un periodo trascendental de
su vida; es Marito o Varguitas que vive con sus abuelos porque
sus padres están fuera del país, trabaja en la
radio y
empieza a orientarse en el campo de la literatura. Es en este
tiempo que comienza la relación con su tía política Julia que
casi le dobla la edad y con quien termina casándose a
pesar de la oposición de su familia, por otro
lado en la radio conoce a su primera inspiración
verdadera: Pedro Camacho que es un autor boliviano que compone
guiones para que los pasen por la radio y cuyas historias se
entrelazan con las aventuras del protagonista.

Ya en el título se recoge la doble historia en
que se vertebra su argumento: por un lado, la relación
amorosa del joven escritor Varguitas con una mujer de su
familia mayor que él, la tía Julia; y por otro, la
desaforada presencia del folletinista Pedro Camacho en la misma
emisora de radio donde Varguitas trabaja. 

La noble pasión amorosa entre la tía Julia
y el aprendiz de novelista, que la sociedad limeña de los
años cincuenta trata por todos los medios de
impedir, se combina incesantemente con las narraciones
truculentas del folletinista de las ondas. El
contrapunto de una encendida pasión con aires
shakesperianos y su correlato melodramático y la
inesperada confluencia del devoto de la alta literatura y el
escribidor rastrero son algunas claves de esta narración
mayor de Mario Vargas
Llosa. 

La tía Julia y el escribidor
reúne el interés de los relatos de aventuras, donde
la atención del lector queda sujeta a un final
feliz continuamente postergado, y el más desternillante y
grotesco pasatiempo, gracias sin duda a las divertidas
aportaciones del escribidor Camacho, uno de los grandes
personajes del novelista peruano.

Capítulo
I[32]

Varguitas es un chico de dieciocho años, que vive
en Lima. Trabaja en la Radio Panamericana como director de
informaciones junto a pascual. Varguitas estudia
derecho.

Empieza explicando cómo es la radio donde trabaja
y que le gusta más la Radio Central, siendo estas del
mismo dueño, los Genaro: padre e hijo. En Radio central
interpretan radioteatros, todo el mundo se interesaba por estos,
así que Genaro hijo le explica a Vargas, que ha encontrado
un nuevo director de radioteatros, un boliviano llamado Pedro
Camacho. Por otra parte, llega la tía Julia que viene a
pasar un tiempo en Perú, debido a la rotura de su matrimonio. Ella
también es boliviana. Al principio a Varguitas la
tía Julia no le cae muy bien. Varguitas va a almorzar como
casi todos los jueves a casa de su tío Lucho, allí
la tía Julia lo invita al cine.

A la mañana siguiente, Varguitas se lleva una
bronca de Genaro padre por una noticia del Boletín. Vargas
y Pascual también discuten por ello. Mientras tanto, entra
un hombre, que resulta ser Pedro Camacho. Discuten los dos con
él, ya que pide una máquina de escribir. Todo se
resuelve cuando Genaro Hijo le da la máquina a Pedro
Camacho.

Capítulo
II[33]

El doctor Alberto de Quinteros se dirige al gimnasio
antes de la boda de su sobrina Elianita. Él se encuentra
solo en casa ya que su hija y su esposa se encuentran en un viaje
por Europa. En el
gimnasio se encuentra a su sobrino Richard, el hermano de
Elianita, y comienza a hablar con él ya que lo ve
preocupado por alguna cosa. Después de acabar exhausto el
doctor vuelve a su casa para cambiarse.

Más tarde, llega a la iglesia donde
transcurre la boda con tranquilidad entre Elianita y el pelirrojo
Antunez. En la fiesta de después, Alberto está
hablando con su hermano, cuñado de pronto, Elianita cae
desmayada. Alberto le atiende en su cuarto y se da cuenta de que
está embarazada de cuatro meses. Al salir del cuarto le
dice a Antúnez que la vigile en su estado, pero
Antúnez no sabía nada del embarazo.
Alberto se queda aturdido al ver que ha metido la pata y decide
volver a casa. A la salida, se encuentra a Richard muy borracho y
se lo lleva con él, para que su padre no o vea así.
Ya en casa, Alberto habla con su sobrino y deduce que Richard
está enamorado de su propia hermana Elianita.

Capítulo
III[34]

Vargas se encuentra de nuevo a Pedro Camacho y lo invita
a tomar algo. Durante la conversación Vargas se da cuenta
que Pedro es un tipo totalmente entregado a los radioteatros.
Como es jueves va a almorzar a casa de su tío Lucho,
allí la tía julia explica una historia sobre un
pretendiente suyo. Más tarde, cuando llega al trabajo le
comentan a Vargas que tienen un problema con Pedro Camacho ya que
este no quiere a ningún actor argentino en sus
radioteatros, ya que les detesta.

En una charla que mantienen Vargas y Pedro, este le
comenta como plantea sus radioteatros. A Vargas se le paso el
tiempo y se le olvido a la cita que tenía para ir al cine
con la tía Julia. Al día siguiente, se
disculpó de Julia con unas flores. A la salida del trabajo
él y su amigo Javier van a una sesión de
espiritismo, donde Vargas se da cuenta de las numerosas mentiras
que les estaba contando el médium. Por la mañana,
Genaro hijo le comenta a Vargas los problemas que está
teniendo con Pedro Camacho. Por otra parte, es el
cumpleaños de su tío Lucho y pensó en
pasarse a verle por la tarde. Cuando llegó allí,
decidieron de ir a cenar sus tíos, él y la
tía Julia. Al acabar la cena se pusieron a bailar y
mientras hacían lo propio Vargas y la tía Julia,
este le dio un beso, a lo que ella se quedo perpleja y bastante
nerviosa.

Capítulo
IV[35]

El sargento Lituma de la Guardia Civil se dirigía
ha hacer su ronda nocturna para ver que tal iba todo.
Encontró al Chato que le comento que no había
pasado nada en especial.

Mientras se dirigía a encontrarse con otro
guardia Lituma escucho un ruido, al
acercarse al lugar pensó que tan solo sería un
gato, pero al entrar se encontró a un hombre negro, muy
delgado y que ni se movía. Lo llevo con él hasta la
comisaría, allí explicó con los que estaban
como lo había encontrado y dedujeron que tal vez se
trataba de un inmigrante. Más tarde, volvió a salir
para continuar su ronda aunque no podía quitarse de la
cabeza al hombre negro y en cómo había aparecido
tirado en aquel lugar.

Cuando acabó la ronda fue a almorzar donde la
señora Gualberta. Mientras almorzaba le comento a la
señora lo que le había ocurrido esa noche. Por la
tarde estuvo con su amigo Pedralbes y también se lo dijo.
Al llegar a la comisaría para empezar su turno, el
teniente Jaime Concha le mandó que se llevara al negro
para sacrificarlo. Mientras caminaba Lituma, el negro y
Arévalo, un guardia que había elegido para que le
ayudase, hablaban este y Lituma sobre el inmigrante. Al llegar al
sitio donde lo iban a matar Arévalo decidió no
hacerlo ya que el prefería que lo dejaran libre y que el
negro se las arreglara. Pero el sargento Lituma ya tenía
preparada el arma, aunque él tampoco quería
matarlo.

Capítulo
V[36]

Vargas explica como tuvieron que escoltar entre los
trabajadores a Lucho Gatica, que había venido a actuar a
Radio Central. Después Vargas fue a casa del tío
Lucho, donde solo se encontraba la tía Julia. Él
intento besarla de nuevo, pero ella se lo impidió.
Así que estuvieron conversando sobre todo del matrimonio
de ella y también de los radioteatros de Pedro Camacho. Al
volver al trabajo Genaro Hijo le comenta el éxito
de los radioteatros.

Una mañana Vargas y Pedro Camacho vuelven a ir a
almorzar juntos, entonces Pedro le comenta el problema que tiene
con Pablito el de los efectos especiales. Así que al poco
tiempo, el Gran Pablito, estaba trabajando a las órdenes
de Vargas y de Pascual. Pablito comentaba lo bueno que era
haciendo radioteatros Pedro Camacho. Pero aunque los radioteatros
tenían mucho éxito, los Genaro y Pedro Camacho
volvieron a discutir, ya que este no les dejaba entrar cuando
grababan. Vargas interesado en ver en acción
a Pedro Camacho, le pidió que le dejara presenciar uno de
sus radioteatros. Vargas des pues de verlo, quedo admirado del
trabajo de Pedro Camacho.

Capítulo
VI[37]

Don Pedro Barreda y Zaldívar es un juez de la
corte superior de Lima. Al llegar al trabajo se encuentra que
tiene un caso de violación a una menor. La menor se llama
Sarita Huanca Salaverria y el teórico agresor Gumercino
Tello, vecino de esta desde hacía ocho meses. Pedro
Barreda lee el informe de la
violación que explica que la noche del domingo Gumercino
se presenta en casa de Sarita, sabiendo que no están los
padres y allí la viola. También dice que la
niña se lo confesó a sus padres a la mañana
siguiente.

Luego tarde el juez procede a leer el informe, esta vez
el de los dos guardias que capturan a Gumercino. El texto explica
como Gumercino no opuso resistencia, pero decía que
él no había visto a Sarita hacía más
de dos días. Después de haber leído los dos
informes,
Pedro Barreda manda que vayan entrando los declarantes. Primero
los dos guardias, que explicaron lo indicado en el informe. A
continuación los padre de la agredida, que parecían
muy interesados en casar a su hija con el agresor de esta, ya que
pensaban que era un buen partido para su hija.

Al salir los padres entró la hija, Sarita, que
explicó con todo lujo de detalles lo ocurrido aquella
noche, el juez se sorprendió del modo en que la
niña lo explicaba, ya que no parecía una
niña por los movimientos insinuantes que hacía.
Finalmente, entró Gumercino Tello que explico que
él no había visto a Sarita ese día. El juez
lo intimido a este para ver si confesaba la verdad. Entonces
Gumercino actuó cogiendo el cortapapeles y indicando que
se cortaría su miembro para demostrar su
inocencia.

Capítulo
VII[38]

La relación entre la tía Julia y Vargas
continuaba, pero se tenían que ver a escondidas para no
ser descubiertos por la familia.
Vargas se da cuenta que se está enamorando de ella. Un
día mientras estaban juntos su amigo Javier les vio y
entonces le tuvieron que contar que estaban juntos. Cuando
llegó al trabajo Genaro hijo le comentó a Vargas
que tenía otro problema con Pedro Camacho, ya que
habían recibido una carta de protesta
del embajador argentino, aunque Vargas lo intentó Pedro
Camacho no cambió de idea sobre sus
radioteatros.

Dos o tres días después, caminaban Vargas
y la tía Julia juntos cuando se encontraron a Pedro
Camacho, que les invitó a subir a su casa a cenar. Una vez
allí, estuvieron hablando sobre los radioteatros y Pedro
Camacho les confesó que para hacer los papeles de cada
personaje actuaba o se vestía igual que este.

Capítulo
VIII[39]

Don Federico Tellez Unzátegui es un director de
una empresa de
exterminación de roedores. Federico cogía su coche
para ir hacía su casa, mientras pensaba en su infancia y lo
que sucedió con su hermana pequeña. Una noche en
que sus padres se fueron, esta estaba durmiendo en la cuna cuando
una plaga de roedores se la comieron viva. Federico tenía
que haberse dado cuenta y haberlo remediado pero no lo vio. Desde
aquel momento juro que eliminaría a todas las ratas que
pudiera, eso le hizo volverse un niño aislado y solitario
que solo vivía para matar roedores. Federico ya desde
pequeño formó la empresa de
anti roedores que fue ampliando a medida de los años. Como
no podía estar con mujeres ya que malgastarían su
tiempo, fue a una agencia matrimonial donde encontró a
Zoila, con la que tuvo más tarde cuatro hijos.

Por el recorrido en coche hacía su casa,
encontró en una parada una revista donde
aparecían sus dos hijas medio desnudas. Federico se
enfadó muchísimo, porque era un padre y un marido
muy estricto con sus decisiones y casi no les permitía
hacer nada por su cuenta. Al llegar a casa, lo primero que hizo
Federico fue pedirle explicaciones a su mujer y más tarde
llamó a sus hijas. Estas furiosas por la amargura de su
padre que no las dejaba vivir, la emprendieron con él a
patadas y golpes. Zoila también se une a sus dos hijas y
después los dos hijos, así que Federico se
encontraba recibiendo una paliza, intentó salir de la casa
pero no pudo.

Capítulo
IX[40]

Vargas continuaba escribiendo cuentos, para
poder llegar a ser un buen escritor, que era su gran
sueño. Tenía que ir a ver a la tía Julia a
casa de sus tíos, pero al llegar allí ella no
estaba, ya que había salido con un médico,
así que Vargas se puso muy celoso. Al volver a su trabajo,
le llamó la tía Julia lo que provoco que salieran
sus celos a relucir. Más tarde, salió a comprar con
Pedro Camacho y mientras le confesaba sus problemas amorosos,
pero Pedro tan solo podía pensar en sus radioteatros, aun
que alguna ayuda sí que le pudo dar.

Vargas volvió a hablar con la tía Julia,
ya que esta fue a verle al trabajo, allí después de
una pequeña discusión hicieron las paces. Javier
llegó y los invito a tomar algo, mientras les contaba sus
amores con la prima de Vargas, la flaca Nancy. Ella sabía
que Vargas y la tía Julia estaban juntos, porque Javier se
lo había dicho, por suerte ella no comentaría nada
a la familia.

Capítulo
X[41]

Lucho Abril Marroquín es un joven propagandista
médico. Lucho volvía de un viaje por diferentes
itinerarios, donde vendía los productos
farmacéuticos a las farmacias, cuando de pronto atropello
una niña. Al salir del coche para ayudarla, un Guardia
Civil fue para ver como se encontraba la niña. Mientras
los dos estaban intentando ver si la niña vivía, un
gran camión les arrollo.

Lucho se recupero aunque la niña y el Guardia
Civil no se salvaron. Pero la angustia de lo ocurrido no dejaba a
Lucho ni dormir, le horrorizaban los vehículos y no
podía seguir con su vida normal. Cuando su mujer
perdió la hija que esperaban, Lucho también
pensó que él era el responsable.

Su mujer se fue a vivir una temporada a Francia,
mientras él visitaba a la doctora Acémila para que
le curara. Lucho siguió las indicaciones de la doctora.
Primero de todo, tenía que simular de nuevo el terrible
accidente, pero esta vez con figuritas hasta que se viera
tranquilo con la situación que ocurrió. La segunda
parte del tratamiento consistía en buscar problemas que
ocasionaban los niños y
al acabar intentar hacerles pagar por estos problemas a los
propios niños. Finalmente, Lucho llegó un
día a la consulta de la doctora y le explico que debido a
su terapia había estado a punto de lanzar a una
niña a la vía el tren, ella le dijo que ya estaba
curado del problema con los vehículos, ya que Lucho fue a
la consulta en taxi.

Lucho volvió a establecerse con su mujer y hacer
vida normal, pero ahora, a causa del tratamiento que había
seguido, Lucho sufría de infantilismo y odiaba a todos los
niños. Por eso volvió a consultar con la doctora
Acémila para ver si podía curarle de su nuevo
problema.

Capítulo
XI[42]

Vargas vuelve de estudiar con un compañero de la
facultad, cuando invita a Pedro Camacho a tomar algo, este le
pide mejor que caminen un rato. Vargas se da cuenta que Pedro
está un poco diferente a su actitud normal, ya que lo
veía más alocado. Después fue a casa de sus
abuelos donde Javier lo invito al teatro, a cenar y
a bailar junto con la tía Julia y Nancy. Una vez ya
pasados el teatro y la cena, se encontraban con Nancy y la
tía Julia ellos dos, cuando se dieron cuenta que
habían unos familiares de Vargas. Esto les hizo pensar que
tal vez habían visto juntos a Vargas y a la tía
Julia.

Otro día, se encontró Vargas con Genaro
Papá que le pidió que le ayudara con Pedro Camacho,
ya que este estaba intercambiando personajes de los radioteatros,
por lo que estaban recibiendo críticas. Cuando Vargas y
Pedro se dirigían a tomar algo se encontraron con dos
argentinos que intimidaron a Pedro Camacho, por tratar a las
argentinos de sucios y asquerosos en sus radioteatros. Al final
él y Vargas recibieron una paliza.

Después de recuperarse Vargas intento contarle a
Pedro el problema que tenía Genaro padre con sus cambios.
Su insistencia fue en vano, porque este ni le escucho. Para no
despertar suspicacias la tía julia y Vargas habían
estado un par de semanas sin verse, en este tiempo Vargas
aprovecho para estar con sus antiguos amigos y se dio cuenta que
él era diferente ya, debido a que había
madurado.

Capítulo
XII[43]

La pensión Colonial es una casa de pensiones, sus
dueños son los Bergua, que viven con su hija. La hija se
llama Rosa y prometía mucho como pianista, por eso se
mudaron a vivir a Lima, pero todo fue un fracaso y ahora
vivía atormentada por culpa de la gran ciudad. Su padre
Sebastián Bergua se adapto bien a la ciudad pero una
tragedia le cambio a
él y a todo su familia.

Todo comenzó, el día en que Ezequiel
Delfín llegó a la pensión. Al principio lo
integraron como un miembro mas ya que querían, sobretodo
Sebastián, que Ezequiel fuera su nuero. Pero una noche,
Ezequiel vino enfermo de un viaje y Sebastián se
ofreció para dormir esa noche en su habitación, lo
que no pensó que ocurriría es que Ezequiel le
asestara varias cuchilladas y más tarde que intentara
violar a Margarita Bergua, que era coja. Por suerte o por
desgracia, Sebastián no murió, pero ya no
volvió a ser él de antes y acabaron en la
miseria.

Ezequiel resultó ser el joven propagandista
médico. El juicio para inculpar a este por lo sucedido fue
todo un acontecimiento, y al final acabo pagando por lo que
había hecho tanto sicológicamente como
físicamente. Ezequiel fue encarcelado. Pero al cabo de los
años ojeando la familia Bergua un periódico
leyeron que el hombre que les había amargado la vida,
Ezequiel, se había escapado. Ellos supieron que
venía para vengarse de la madre y de toda la
familia.

Capítulo
XIII[44]

Vargas continúa con su trabajo y ahora
además tendría que hacer entrevistas.
Uno de esos días en que la tía Julia había
ido a verle al trabajo llego la flaca Nancy que les comento que
toda la familia sabía lo suyo y que se iba a armar.
Después de esa noticia y de volver de estar con la
tía Julia, Vargas se encontró a los actores de los
radioteatros esperando, porque querían hablarle del
problema que tenían debido a que Pedro Camacho cambiaba
continuamente los personajes de una historia a otra, y ellos no
querían que lo despidieran. Vargas les dijo que
intentaría ayudarles.

A la mañana siguiente, Vargas habló con la
tía Julia por teléfono. Después fue a hablar con
Genaro hijo para explicarle que por que no daba a Pedro Camacho
unas vacaciones, a lo que él respondió que no.
Entonces Vargas se llevó a Pedro a almorzar para
explicarle todo el problema y Pedro le confesó que si
había cambios de personajes en sus radioteatros era porque
muchas veces se equivocaba de nombre o de historia. Más
tarde, cuando regresó al trabajo la tía Julia
telefoneo y le dijo que las cosas se estaban poniendo feas ya que
los padres de Vargas venían desde Estados Unidos.
Entonces Vargas le propuso a la tía Julia que se casara
con él.

Capítulo
XIV[45]

El reverendo padre Seferino Huanca Leyva, nació
en una familia de ocho hermanos. Seferino subsistió como
pudo hasta que Maite Unzategui se hizo cargo de él
poniéndole como condición a la madre de que
Seferino fuera cura. En el seminario, las
técnicas que empleaba Seferino para
explicar el bien no eran muy ortodoxas. En cuanto fue cura
eligió para ser párroco el peor barrio de Lima. Al
ver que nadie asistía a sus misas, pensó en llamar
la atención de las personas mediante un combate entre
él y el médico, exGuardia Civil, Jaime Concha.
Seferino ganó la pelea y eso provoco mucha simpatía
de la gente hacía el párroco.

Seferino recibía muchos avisos del arzobispado
por la forma de atraer a la gente a su iglesia. Por ejemplo, a
las chicos les enseñaba técnicas para robar y a las
chicas a maquillarse los labios, ojos, etc. Así
continuó hasta que a la edad de cincuenta años,
vivía con Maite Unzátegui con la que estuvo a punto
de pecar. Eso le hizo proponer al párroco que las parejas
se abolieran y se convirtieran en grupos,
así el médico Jaime Concha y el curandero Lituma se
fueron a vivir con el párroco y la señora
Unzátegui. Esta propuesta fue un fracaso, porque en vez de
unir a la comunidad lo que provocó fueron más robos
y más violencia. Más tarde, llego al barrio un
pastor evangelista llamado Sebastián Bergua, el
párroco envidiado por este le propuso un combate que gano
Sebastián. Pero continuaba malhumorado ya que
perdía feligreses debido a Sebastián, entonces una
noche el padre Seferino se acerco a la casa donde vivía el
pastor evangelista y allí lo roció con kerosene
dispuesto a quemarlo vivo.

Capítulo
XV[46]

Vargas le comenta a su prima Nancy que le ha pedido la
mano a la tía Julia. Nancy le aconseja y le ayuda.
Más tarde también se lo cuenta a su amigo Javier.
Después le llama la tía Julia y le comenta a
Vargas, que ya tenía los billetes para marcharse
hacía Bolivia.
Vargas se dirige hacia la universidad para
conseguir su partida de nacimiento. Al volver a la radio charla
con Pascual y el gran Pablito sobre los radioteatros y los
cambios de estos. Unos días después, Javier y
Vargas están buscando un alcalde para que pueda casar a la
tía Julia con Vargas, porque tienen un problema, ya que
este es menor de edad. Vargas había quedado a las tres del
mediodía con la tía Julia, pero esta no llega hasta
las once de la noche. Ellos dos prometen darse amor eterno,
así la tía Julia le pide al embajador boliviano que
le ayude con los papeles del divorcio, para
ella poder casarse con Varguitas. Tuvieron problemas para
encontrar un alcalde que les casara, pero Pascual les comento que
su primo, era alcalde en un pequeño pueblo y que
tranquilamente les casaría.

Capítulo
XVI[47]

Joaquín Hinostroza es un árbitro que
vivió toda su niñez con institutrices. Al ver que
no progresaba sus padres consultaron con el doctor Alberto de
Quinteros y él les aconsejo que matricularan al
niño en un colegio. Al poco tiempo, vieron que su hijo le
entretenía el fútbol,
pero no era ese deporte, sino la función de
ser juez de un partido le encantaba. El joven arbitraba todos los
partidos que podía. En uno de esos partidos callejeros
precisamente, conoció a Marimacho de la cual se
enamoró. Ella se llamaba Sarita Huanca. Al ver
Joaquín que ella solo quería que fueran amigos
comenzó a beber en los bares, pero después de todo
acabarían juntos. Al morir sus padres, Joaquín
eligió, como no, la profesión de ser árbitro
de fútbol. Gracias al prestigio que gano, Bolivia
pidió que fuera Joaquín, él que arbitrara su
partido contra Perú en la final del campeonato
sudamericano.

El día de la final llegó, y todo
empezó tranquilamente, hasta que un hombre de color, aquel
polizón de barco, irrumpió en el terreno de juego.
Para que no pudiera herir a la gran figura del partido, que era
Joaquín, el teniente Jaime Concha le acribilló con
doce balazos, que fueron mortales.

Al ver sufrir aquel hombre, el público intento
marcharse del campo pero esto provoco numerosas muertes por
aplastamiento, ya que se formaron avalanchas de personas.
Entonces, Sarita Huanca intentó ir con su amado, pero al
intentar llegar al campo, tres disparos hechos por el sargento
Lituma, provocaron la muerte de Sarita al instante. Al caer
muerta Sarita a los pies de su amado árbitro, a este se le
paró el corazón en
seco. A todo esto, el sargento Lituma viendo lo que habrá
provocado se suicidó de un disparo.

Capítulo
XVII[48]

Salen de Lima dispuestos a casarse Vargas y la
tía Julia acompañados de Javier y Pascual. Al
llegar a Chincha donde tenían que casarse y ver que el
alcalde no llegaba, fueron a buscarlo. Lo encontraron en una
fiesta y cuando ya por fin, les atendió este les dijo que
no les podía casar, ya que Vargas era menor de
edad.

Probaron de ir a otro pueblo, donde el alcalde de
Chincha les comento que allí sí les
casarían. Tuvieron que esperar hasta la noche para ver al
alcalde, pero este también les dijo que no podía
ser. Hablando con el taxista que les llevaba, descubrieron que se
podrían casar en Grocio Prado. A la mañana
siguiente se dirigieron allí, pero no estaba el alcalde.
Volvieron a su hotel, Vargas y
la tía Julia hicieron el amor varias
veces. Más tarde, a las siete les llamó Javier y
les explicó que estaba todo resuelto, porque cuando ellos
dormían él y Pascual habían hablado con el
alcalde de Grocio Prado y les dijo que no habría problema.
Por fin, en Grocio Prado se casaron sin ningún
impedimento, Vargas y la tía Julia. Después de la
boda Javier y Pascual se marcharon hacía Lima.

Capítulo
XVIII[49]

El bardo de Lima, Crisanto Maravillas, nació con
un peso de menos de un kilo, eso hizo que toda su vida padeciera
de pequeñez. Fue un niño muy solitario debido a su
problema físico, aunque parecía que su
vocación sería cura, Crisatno comenzó a
hacer canciones que le darían popularidad. Él
estaba enamorado ya desde pequeño de una chica que
había sido adoptada por las monjas, llamada Fátima.
Crisanto solía ir al convento a ver a su amada, pero un
día la madre superiora Lituma lo vio masturbarse en el
convento, entonces se le prohibió la entrada. Por no poder
ver a Fátima, Crisanto cayó enfermo y su
música comenzó a brotar por la tristeza de este.
Más tarde, Crisanto fue adorado por mucha gente, y
después de diez años propuso al convento hacer un
concierto en beneficio a los misioneros de África,
cosa de la que las monjas no se pudieron oponer. El día
del concierto, se llenó el convento de muchísima
gente, donde se encontraba: Sarita Huanca, Lucho Abril
Marroquín, Richard Quinteros, etc. Todo se inicio bien y
sin problemas hasta que comenzó a temblar la tierra, eso
quería decir que el edificio se estaba derrumbando y
además había un gran fuego. Murieron muchas
personas, pero sor Fátima y su amado Richard intentaron
salir por un pequeño boquete, pero de pronto el suelo se
abrió y la pareja callo en el lugar donde las monjas
guardaban los huesos de sus
víctimas.

Capítulo
XIX[50]

Javier informa a Vargas que el padre de este se
había enfadado muchísimo cuando se entero de lo de
la boda. Cuando la tía Julia y Vargas llegaron a Lima,
fueron a casa de tío Lucho, donde se dieron cuenta que
aún que les criticaran lo que habían hecho, ellos
los apoyaban mínimamente. Vargas fue a casa de sus abuelos
y allí se encontró a su madre, que por supuesto,
estaba llorando y también le criticó, porque
pensaba que estaba desperdiciando su vida. Más tarde,
cuando llegó al trabajo le comentaron que se habían
levado a Pedro Camacho al manicomio, debido a que este
había comenzado a introducir en sus radioteatros,
numerosos catástrofes y locuras. Entonces fue cuando
llevaron a Pedro al médico y este le diagnostico que
tendría que pasar una temporada en el manicomio para
poderse recuperar.

Por la tarde, Vargas estuvo con Javier que le
enseñó la carta
amenazante que le había dejado su padre y decidió
que la tía Julia se fuera un tiempo a Chile hasta que se
calmaran las cosas. Después de buscar muchos trabajos,
para poder ganar algo de dinero, y de
hablar con su padre, este ya más tranquilo, volvió
la tía Julia a Lima. Ella y Vargas habían estado
separados más de un mes y medio.

Capítulo
XX[51]

El matrimonio de Vargas y la tía Julia duro ocho
años. Más tarde, él alcanzó su
sueño cuando consiguió tener una buhardilla en
parís. Vargas volvía cada verano a Lima. Uno de
esos veranos. Mientras caminaba se encontró con el gran
Pablito que le comentó que ahora estaba casado y que
tenía un restaurante.

Pablito le invitó a tomar algo y después
le propuso que fueran a buscar a Pascual. Cuando llegaron donde
trabajaba su excompañero, estuvieron hablando de ir a
comer al restaurante de Pablito para recordar los viejos tiempos
en la radio. En ese momento, apareció un hombre, que
resulto ser Pedro Camacho, pero ahora estaba esquelético y
parecía vivir como un miseria, siendo como había
sido el amo de los radioteatros. Pedro no conoció a
Vargas. Entonces el gran Pablito y Pascual le comentaron que
ahora Pedro Camacho estaba casado y que no se acordaba casi de
nada de lo que había hecho antes de entrar en el
manicomio. Después de volver de la comida, Vargas fue a
casa de tío Lucho y de tía Olga, que ahora eran sus
suegros, debido a que Vargas se había casado con una hija
de estos, mucho menor de edad que él.

  • La fiesta del Chivo:

En el libro se
narran nueve historias; nueve vidas marcadas por una única
figura: el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
Sólo una está contada desde el presente: la de
Urania Cabral, hija del ex-senador Agustín Cabral
caído en desgracia en los últimos días del
régimen. Cuando salió de la República
Dominicana, Urania era apenas una niña de catorce
años. Ahora vuelve sin una razón clara, convertida
en una mujer madura, fría, con una aversión
profunda a los hombres y centrada únicamente en un trabajo
que no le apasiona: "Mira que si, después de todos estos
años, descubres que, debajo de tu cabecita voluntariosa,
ordenada, impermeable al desaliento, detrás de esa
fortaleza que te admiran y envidian, tienes un corazoncito
tierno, asustadizo, lacerado, sentimental. Se echa a reír.
Basta de boberías, muchacha."

Ya no siente ni siquiera odio por su padre, aquel hombre
que la entregó al general Trujillo en un último
intento desesperado de volver a conseguir sus favores. No siente
odio, pero tampoco es capaz de sentir nada más. Nunca ha
amado a nadie, no experimenta ni nostalgia ni alegría al
volver a su país de origen, al entrar de nuevo en la casa
de su infancia; ignora la ternura mientras sus tías y
primas lloran al verla después de tantos años:
"Sí, sí, ya sé, tienen problemas, apuros,
decepciones. Pero también, una familia, una pareja, hijos,
parientes, un país. Esas cosas llenan la vida. A
mí, papá y Su Excelencia me volvieron un
desierto."

Cuando encuentra a su padre viejo e inválido, se
sienta indiferente a su lado y comienza a recordar sus
últimos años de carrera. De vez en cuando le echa
en cara los errores cometidos, escarba en los recuerdos
más dolorosos, sin que el pobre enfermo que se estremece
en su sillón le produzca ni un atisbo de piedad. Con los
capítulos de los recuerdos de Urania se entremezcla el
resto de las historias, todas más antiguas, de la
época en la que ella huyó a Estados
Unidos.

El Generalísimo, causante de todas las desgracias
acaecidas en el libro, pasa sus últimas semanas luchando
con los problemas que atosigan al país: las malas
relaciones con el resto del mundo (EEUU, Cuba y los
comunistas, la Iglesia…), los eternos conspiradores que
traicionan a su propia patria, el cuidado de las relaciones con
sus hombres de confianza para que ninguno se sienta desatendido.
Todo envenenado por la conciencia de los primeros síntomas
de vejez que le
manchan los pantalones y que le humillaron delante de la
niña Uranita Cabral. En el camino a la Casa de Caoba, a
donde se dirige para demostrarle a su propia hombría que
todavía era capaz de todo, le esperan impacientes varios
hombres repartidos en dos coches. Es el grupo de conjurados que
acabará con "la Bestia": Antonio de la Maza, Salvador
Estrella Sadhalá, Antonio Imbert, Pedro Livio
Cerdeño??, Amadito y otros pocos más. Cada uno
tiene un motivo particular para estar allí:

Antonio de la Maza le roe el ansia de venganza por la
muerte de su hermano. Desde que Tavito fue asesinado, sólo
tiene un objetivo en la
vida: matar a Trujillo. Esa idea se ha convertido en una
obsesión que le volvió violento, irritable; una
obsesión que le ahoga: "¿Vendría? Sí,
vendría. Y cesaría el largo calvario que
había sido la vida de Antonio desde la muerte de
Tavito."

El teniente Amado García Guerrero, Amadito, fue
un ciego fiel de Trujillo hasta los veintinueve años. Fue
entonces cuando comprendió la verdadera realidad del
régimen; le impidieron casarse con la mujer amada
por el hermano comunista de ella. Lo aceptó como
sacrificio a su Jefe. Después de despedirse de su novia,
le engañaron para que matara al hermano. Le atormenta
desde entonces aquel recuerdo, y quiere hacer pagar al verdadero
culpable.

El sentimiento de Antonio Imbert es menos individualista
que el de sus compañeros. Él busca ante todo la
liberación de su país, del pueblo dominicano de la
opresión de "la Bestia". Sin embargo, también
Antonio Imbert tiene, en cierto modo, alguien a quién
vengar: las hermanas Mirabal, activistas del Movimiento 14
de Junio. Su asesinato las convirtió en un símbolo
de la lucha contra el trujillismo, y en ellas se inspira el
exmilitar.

Para Salvador Estrella Sadhalá, la fe y la
espiritualidad son los aspectos más importantes de la
vida, sin los que es incapaz de pasar. Profundamente
católico, al Turco le mueven los mandatos de la Iglesia.
Siempre tuvo dudas con respecto al régimen, pero desde que
el 25 de enero de 1960 el episcopado proclamó abiertamente
su oposición a éste en la Carta Pastoral y los
obispos e iglesias comenzaron a sufrir maltratos, decidió
que Dios aprobaría la solución de acabar con el
tirano. El suyo es un sentimiento liberador del pueblo, siente
que va a realizar una gran obra para la humanidad: "Le
rogó que Trujillo viniera, que su infinita gracia
permitiera que ejecutaran de una vez al verdugo de los
dominicanos, esa Bestia que ahora se encarnizaba contra la
Iglesia y sus pastores."

Aparentemente, Pedro Livio Cerdeña es un hombre
de mal carácter, violento e impulsivo. Pero en el
fondo tiene un buen corazón, sensible e incluso a veces
tierno: "¡Pobre Olga! El embarazo le daba antojitos.
¿La impresión le haría perder el bebe? No,
Dios mío. Éste sería la hembrita que
haría pareja con Luis Mariano, hijito de dos años."
Administra una de las empresas de la
familia Trujillo. Tiene una buena situación
económica, una mujer embarazada y un hijo de dos
años; para el exterior, es un trujillista sin motivo
aparente para ir contra el régimen. Sin embargo, la
noticia del asesinato de las hermanas Mirabal, a quienes no
conocía personalmente, abrió una profunda herida en
su interior y le convenció de los límites a
los que se estaba llegando. Desde entonces desea, como Salvador
Estrella, acabar con el sufrimiento de su patria de la
única manera posible: matando a "la Bestia".

El plan ha tenido
éxito, ya se ha producido el tiroteo y Trujillo
está muerto. El general José René
Román, jefe de las fuerzas armadas de la
República Dominicana debe preparar a los militares y
tomar el poder por la fuerza. Sin embargo, la fuerza dominante
que ejerce Trujillo en el general Román, incluso
después de muerto, le impiden llevar a cabo su misión. El
coronel Abbes García, mano derecha del Benefactor, toma el
control de la situación. Román comienza a actuar al
contrario de lo planeado, como inconsciente: ya no hay vuelta
atrás, todo ha fracasado. Su estado de confusión
sólo termina cuando es detenido por la policía
trujillista y llevado a la cárcel para someterle a
torturas inhumanas. Cuando ya es incapaz de sentir más
dolor, entonces le dejan morir. Ese mismo final es el que les
espera a los demás conjurados y a sus familias. Antonio de
la Maza, Amadito, Pedro Livio, Salvador Estrella y Juan
Tomás Díaz mueren, bien en la huída
desesperada, bien ajusticiados después de meses de
torturas.

Durante estos meses, Agustín Balaguer, el hasta
entonces insignificante presidente fantoche, consigue
discretamente llenar el vacío que deja la muerte, y poco a
poco, ir ganando el poder de un verdadero presidente de Estado.
Siempre sereno, calculador, inocente en apariencia, logra echar a
los hermanos de Trujillo del país y comenzar a instaurar
una democracia. Y
para demostrarlo al mundo exterior, recibe con todos los honores
a los dos únicos fugitivos que sobreviven tras un largo
encierro: el doctor Amiama, y Antonio Imbert.

Conclusiones

  • 1. Conversación en La Catedral
    representa la sociedad peruana de los años cincuenta
    bajo el régimen dictatorial del general Odría,
    marcado por la corrupción y la inmoralidad. Se trata
    de una sociedad en la que ocurre el conflicto entre la clase
    burguesa alta y la clase ascendente mestiza que para
    compartir el poder se intenta sobrellevar las diferencias;
    pero los prejuicios (sociales y raciales) así como la
    discriminación salen a reducir. Vargas Llosa nos
    alcanza la imagen pesimista de un país empobrecido
    económica y moralmente, donde la política es
    usada para favorecer a los poderosos y rechazar a los cientos
    de "cholos", "negros" y "serranitos" que conforman el
    Perú. Por lo demás, es una novela compleja,
    dialógica y fragmentada cuya lectura se vuelve un reto
    y su análisis, un desafío total para la
    crítica.

  • 2. Mario Vargas Llosa, utiliza, casi siempre,
    un lenguaje mundano, que incluye a la jerga y léxico
    propio. Él también usa el monologo interior, la
    perspectiva múltiple y la organización novedosa
    de los hechos en el tiempo, mejor dicho tiene una narrativa
    urbana y sus personajes son ambiguos. Es básicamente
    un realista, y a veces un regionalista, cuyas obras reflejan
    la convulsa realidad social peruana (y en algún caso,
    latinoamericana), sacudida por conflictos de tipo racial,
    sexual, moral y político. Su representación
    artística de esa problemática no es, sin
    embargo, mimética o naturalista, sino que incorpora
    las técnicas narrativas más innovadoras de la
    novela contemporánea (multiplicidad de focos
    narrativos, montaje de planos espacio-temporales, efectos
    expresionistas, monólogo interior).

  • 3. La ciudad y los perros. Nos da a entender la
    brutalidad ejercida en un grupo de jóvenes alumnos de
    un colegio militar de Lima. Mediante recursos narrativos
    innovadores, Llosa expone las consecuencias de una
    educación mal entendida y denuncia la
    corrupción y la violencia del mundo actual.

  • 4. Vargas, a pesar de tener soberbia al
    escribir ha influido de una forma confabulada con sus obras a
    la cultura peruana, su realismo y la lógica que se
    hace notorio en cada uno de sus escritos, crean un ambiente
    de verosimilidad, en el cual el lector se siente inmiscuido.
    Sus obras al tratar diferentes problemas, temáticas
    muy controversiales, enfoques muy eclécticos; han
    apoyado a su influencia en la cultura
    latinoamericana.

Sugerencias

  • 1. Cuando empiece a leer a Vargas Llosa tratar
    de hacer un esquema con los personajes, para que la lectura
    se haga más entendible; también es bueno leer
    la trama de la novela antes de comenzar una lectura
    completa.

  • 2. Al momento de encontrar nuevas palabras en
    la obra, tratar de buscar su significado, porque estos
    términos van a ser empleados casi de una manera
    redundante por Llosa.

  • 3. Al momento de adquirir un libro de Vargas
    Llosa, procurar revisar el número de páginas;
    debido a que si no es una edición completa, la obra no
    será fácil de entender, mayormente ocurre en
    novelas donde se encuentran técnicas como vasos
    comunicantes.

  • 4. Al leer los primeros párrafos de
    cualquiera de sus obras de Llosa, siempre se encuentra algo
    de confusión, que al final se esclarece. Tratar de no
    rendirse ante un silogismo, o una forma algo pletórica
    de proposición.

  • 5. Leer a Llosa probablemente, sea algo tedioso
    e incomodo; pero las enseñanzas que uno puede sacar
    son innumerables. Sus textos no son tan fáciles como
    los de Coelho, García Márquez, Allende o Bryce.
    Más bien se puede encontrar cierta afinidad con Borges
    y Flaubert.

  • 6. Recordemos que Llosa, ha escrito obras que
    abordan de diferente índole, se sugiere escoger alguno
    de interés propio; para así poder encontrar
    gusto a su lectura y no una confusión.

Bibliografía

  • 1. VARGAS LLOSA, Mario. "La fiesta del Chivo"
    Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L.
    2005.

  • 2. VARGAS LLOSA, Mario. "La tía Julia y
    el escribidor" Madrid, España; Santillana Ediciones
    Generales S.L. 2005.

  • 3. VARGAS LLOSA, Mario. "Conversación en
    La Catedral" Madrid, España; Santillana Ediciones
    Generales S.L. 2005.

  • 4. VARGAS LLOSA, Mario. "Pantaleón y las
    visitadoras" Madrid, España; Santillana Ediciones
    Generales S.L. 2005.

  • 5. VARGAS LLOSA, Mario. "El paraíso en
    la otra esquina" Madrid, España; Santillana Ediciones
    Generales S.L. 2005.

  • 6. VARGAS LLOSA, Mario. "La ciudad y los
    perros" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales
    S.L. 2005.

  • 7. VARGAS LLOSA, Mario. "Los cuadernos de don
    Rigoberto" Madrid, España; Santillana Ediciones
    Generales S.L. 2005.

  • 8. VARGAS LLOSA, Mario. "La Casa Verde" Madrid,
    España; Santillana Ediciones Generales S.L.
    2005.

  • 9. VARGAS LLOSA, Mario. "Historia de Mayta"
    Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L.
    2005.

  • 10. VARGAS LLOSA, Mario. "La guerra del fin del
    mundo" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales
    S.L. 2005.

  • 11. VARGAS LLOSA, Mario. "Elogio de la
    madrastra" Madrid, España; Santillana Ediciones
    Generales S.L. 2005.

  • 12. VARGAS LLOSA, Mario. "¿Quién
    mató a Palomino Molero?" Madrid, España;
    Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 13. VARGAS LLOSA, Mario. "El Pez en el Agua"
    Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L.
    2005.

  • 14. VARGAS LLOSA, Mario. "Travesuras de la
    Niña Mala" Madrid, España; Santillana Ediciones
    Generales S.L. 2005.

  • 15. VARGAS LLOSA, Mario. "Lituma en los Andes"
    Barcelona, España; Editorial Planeta, S.A.
    2008.

  • 16. VARGAS LLOSA, Mario. "El lenguaje de la
    Pasión" Lima, Perú; Peisa Ediciones.
    2001.

  • 17. "Carta a El Mundo". Carta. Vargas Llosa,
    Mario; Vargas Llosa, Álvaro. El Mundo,
    Madrid, 3 de abril del 2000.

  • 18. "El hablador como discurso de conquista".
    Castro Urioste, José, De Doña Bárbara al
    neoliberalismo: Escritura y modernidad en América
    Latina. Latinoamericana Editores; Centro de Est. Lit. Antonio
    Cornejo Polar, Lima, 2006, pp.72-92.

  • 19. "Piura en la obra de Vargas Llosa".
    Calderon Velasco, Rolando. Escritos. Editado por el autor.
    Edición privada no venal. 1ra. ed. Lima, junio de
    2007, pp.73-74.

  • 20. "El pecado de Mario". Biografía.
    Arroyo Iriarte, Alberto. Zeta, 2-I-N° 201, Lima,
    pp. 3-13.

  • 21. "Sobre algunos aspectos de la obra de Mario
    Vargas Llosa". Tesis (literatura). Matilla Rivas, Alfredo. 36
    p.

  • 22. VARGAS LLOSA, Mario. Queremos Ser Pobres.
    En CARETAS, de Piedra de Toque. Revista Mensual de Cultura.
    Edición Nº 1729. Lima 11/07/02. Pág.
    24-25-26

  • 23. Herrera Campos, Marco. Vargas Llosa, Mario:
    "La Fiesta del Chivo". En Revista Signos ISSN 0718-0934.
    Chile v.33 n.48 Valparaíso 2000. Pág.
    25-26-27-28.

  • 24. AQUINO, Marlon. ¿El ocaso de un
    grande? En El Hablador, revista de Crítica Literaria.
    Numero 1. Reseñas. Diciembre del 2003. Pág.
    15-16-17.

  • 25. Herbert Morote. Vargas Llosa, tal cual,
    sobre Dossier. Revista CARETAS, Mensual de Cultura. LIMA 23
    de Diciembre, 1998. Pág.25-26-27.

  • 26. Rodríguez Villouta, Mili. El conejo
    y su chivo, la historia de Vargas Llosa. En El Mercurio
    (Santiago), Sábado 27 de Mayo de 2000. Diario Chileno.
    Cuerpo A, pág.12-13.

Anexos

  • 1. Portada de la obra
    "Conversación en la Catedral"(tomada por G.
    Soto).

Monografias.com

  • 2. Portada de la obra "Lituma en
    los Andes" " (tomada por G. Soto).

Monografias.com

  • 3. Portada del ensayo "El lenguaje
    de la Pasión" (tomada por G. Soto).

Monografias.com

  • 4. Portada de la obra "La
    tía Julia y el Escribidor" (tomada por G.
    Soto).

Monografias.com

  • 5. Portada de la obra "La Fiesta
    del Chivo" (tomada por G. Soto).

Monografias.com

  • 6. Portada de la obra "La Ciudad y
    los Perros" (tomada por G. Soto).

Monografias.com

Dedicatoria:

A los impulsores de la cultura, como
Jair Pérez;

y a nuestros padres por su inmenso
apoyo.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Filder Morales Cuno

Luis Romero Sucuytana

Giulio Soto Privat
(coordinador)

Docente:

José Meza Vento

Perú, Huancayo 2009

"Año de la Unión Nacional
frente a la Crisis Externa"

Monografias.com

Facultad de Ingeniería

[1] VARGAS LLOSA, Mario (2005). "El Pez en
el Agua"
Madrid,
España; Santillana Ediciones Generales S.L. p. 8

[2] VARGAS LLOSA, Mario (2005). "El Pez en el
Agua"
Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. p.
9

[3] VARGAS LLOSA, Mario (2001). "El lenguaje
de la Pasión" Lima, Perú; Peisa Ediciones p.
289

[4] VARGAS LLOSA, Mario (2001). "El lenguaje de
la Pasión" p. 75

[5] Camilo José Cela, perfiles de un
escritor, 1989, págs. 56,57,58

[6] VARGAS LLOSA, Mario (2005).
"Conversación en La Catedral" p. 272

[7] Ob. Cit. p. 247

[8] Ob. Cit. p. 315

[9] Ob. Cit. p. 91

[10] Ob. Cit. p. 89

[11] Ob. Cit. p. 78

[12] Ob. Cit. p. 219

[13] Ob. Cit. p. 219

[14] Ob. Cit. p. 137

[15] Ob. Cit. p. 255

[16] Ob. Cit. p.297

[17] Ob. Cit. p.48

[18] Ob. Cit. p 287

[19] Ob. Cit. p 69

[20] Ob. Cit. p 48

[21] Ob. Cit. p 325

[22] Ob. Cit. p 325

[23] Ob. Cit. p.126

[24] Ob. Cit. p.165

[25] Ob. Cit. p.154

[26] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La ciudad y
los perros" p.
48,49

[27] Ob. Cit. p.55,56

[28] Ob. Cit. p.179,180

[29] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La ciudad y
los perros" Madrid, España; Santillana Ediciones
Generales S.L. p.225

[30] Ob. Cit. p. 237

[31] Mario Vargas Llosa, El Comercio
(Lima), 31 de julio de 1977.

[32] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La
tía Julia y el escribidor" p.15-32

[33] Ob. Cit. p.33-58

[34] Ob. Cit. p.59-80

[35] Ob. Cit. p. 81-110

[36] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La
tía Julia y el escribidor" Madrid, España;
Santillana Ediciones Generales S.L. p. 111-132

[37] Ob. Cit. p.133-156

[38] Ob. Cit. p.157-174

[39] Ob. Cit. p.175-194

[40] Ob. Cit. p.195-216

[41] Ob. Cit. p.217-240

[42] Ob. Cit. p.241-260

[43] b. Cit. p.261-280

[44] Ob. Cit. p.281-302

[45] Ob. Cit. p.303-326

[46] Ob. Cit. p.327-348

[47] Ob. Cit. p.349-372

[48] Ob. Cit. p.373-390

[49] Ob. Cit. p.397-418

[50] Ob. Cit. p.419-446

[51] Ob. Cit. p.447-466

Partes: 1, 2, 3
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