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Políticas económicas adoptadas durante las primeras presidencias. Periodo: 1946-1955 (página 2)




Enviado por Matías Batista



Partes: 1, 2

La crisis del 30" trajo como secuela cambios drásticos
en esas relaciones internacionales ya que los británicos
decidieron cerrar su comercio internacional dentro de las
fronteras de su imperio, hecho que perjudicaba a nuestro
país seriamente. El Gobierno de Agustín P. Justo
(1932-1938) inició negociaciones que culminaron en el
tratado de Roca-Ruciman, por el cual las mercaderías e
inversiones Británicas en la Argentina recibieron mayores
privilegios que los ya recibidos tradicionalmente, a cambio de
mantener una cuota de importación de carnes argentinas al
Reino Unido. El sistema bancario, de seguros, los transportes y
fletes quedaron girando en la órbita de los intereses de
Londres. Este sometimiento comienza a generar un fuerte
sentimiento nacionalista en el país a lo largo de la
década.

Los gobiernos comienzan a emplear las ideas imperantes en esa
época en el mundo entero en materia de economía,
aplicando Las teorías de intervención del Estado en
la economía expresadas por John Maynard Keynes. Nuestro
país no es ajeno a esta situación y se produce una
reorientación del rol del Estado, pasando del Estado
Gendarme ("laisse faire", dejar hacer) al Estado interventor.
Así aparece, poco a poco durante la década del 30",
el intervencionismo del Estado argentino para salvar a los
sectores dominantes, y sin estar articulado a una verdadera
propuesta integral:

  • Creación de la Junta Nacional de Granos,
    reguladoras de la comercialización y producción
    agraria.

  • Creación del Banco Central, con el fin de regular
    el mercado financiero mediante la administración
    monetaria.

  • Ley de carnes, con el objeto de regular la
    producción.

  • La fijación de impuestos a la renta y subsidios a
    la actividad agrícola.

  • El establecimiento del control de cambios y de tarifas
    aduaneras selectivas

  • La puesta en marcha de un plan de obras
    públicas

La industria inglesa no estaba en condiciones de proveer los
productos que nuestro país importaba de aquella
nación, por lo que esta situación lleva al fomento
de la industria nacional por sustitución de importaciones,
principalmente la industria liviana y productos de consumo en
distintos rubros. Las empresas textiles, metalúrgicas y
alimenticias, con maquinaria escasa y anticuada, empiezan a
aprovechar las oportunidades que brinda la
"Industrialización por Sustitución de las
Importaciones".

Esta situación constituye un disparador de la demanda
de mano de obra que comienza a desplazarse en migraciones
internas hacia la ciudad de Capital Federal y el Gran Buenos
Aires, Córdoba, Rosario y Santa Fe, buscando oportunidades
laborales en el crecientes sector industrial, que comienza poco a
poco a erigirse en el sector líder del progreso,
desplazando a la producción agropecuaria al segundo
lugar.

En este período se registró un gran debate sobre
el rumbo del desarrollo del país y la inserción en
el plano internacional, fundamentalmente se cuestionó la
dependencia de Gran Bretaña. Surgen discusiones por la
normalización de la política y la aplicación
de nuevas políticas económicas asociadas a planes
de vivienda e infraestructura y apoyo al desarrollo de las
industrias "sanas", asociadas a la transformación de las
materias primas. Bajo este contexto, el Ministro de hacienda del
Presidente Roberto Ortiz, Federico Pinedo, envió al
Congreso de la Nación un Plan de Reactivación
Económica. Este Plan propone un cambio de dirección
en la política internacional con un acercamiento a los
Estados Unidos, quien emergía como la nueva potencia
hegemónica y fuente principal de la inversión
extranjera en los sectores en expansión como el automotriz
y el químico.

Pese a las medidas implementadas en la década del 30",
el crecimiento de la economía fue lento; el PBI
creció entre 1941 y 1943 sólo el 1,8% anual.
Así se experimentó un deterioro en el proceso
acumulación que repercutió en el posterior
debilitamiento del crecimiento de la economía.

En este período la Segunda Guerra Mundial genera un
efecto contradictorio en el desarrollo de la economía
argentina, ya que los países en conflicto restringen
severamente las importaciones generando un nuevo estimulo para la
sustitución de importaciones pero, al mismo tiempo,
entorpecieron el proceso de capitalización al suspender
las importaciones de maquinarias y equipos indispensables para la
expansión de la capacidad instalada en la industria y su
diversificación. Entre 1938 y 1945 el stock de maquinarias
y capital cayó casi un 30%, afectando lógicamente
el crecimiento de la economía tal como lo indican los
siguientes datos estadísticos: Entre 1938-1945 el PBI
creció un 13% contra el 23% registrado entre 1933-1939, y
el producto manufacturero creció un 27% contra el 43%
respectivamente.

En el año 1943 el golpe de Estado derribó al
presidente Ramón Castillo, imponiendo un régimen
militar encabezado por Pedro Ramírez. El gobierno militar
comienza a anticipar lineamientos de los posteriores gobiernos
peronistas. En 1944, bajo la presidencia de Edelmiro Farrel, se
creó el Consejo Nacional de Posguerra, Presidido por el
General Juan Domingo Perón, quien anticipó los
lineamientos de una política industrialista que buscaba
eliminar los cuellos de botella y provocar una
transformación de la estructura productiva con eje en la
industria manufacturera.

En el marco de la política internacional nuestro
país había sostenido una posición de
neutralidad ante la Segunda Guerra Mundial, que luego se
transformaría en un forzado alineamiento del gobierno
militar con la posición norteamericana al final de un
conflicto. Existía un contexto social de rechazo a la
dependencia.

La oposición al gobierno militar estaba inspirada por
los ideales de libertad y democracia pero era muy
heterogénea, hasta que aparece un aglutinador de esas
fuerzas opositoras y fue el embajador Sprulle Braden, quien,
entre mayo y septiembre de 1945 denuncia presuntos
vínculos entre el gobierno argentino con los países
del eje y plantea la necesidad de barrer con el totalitarismo en
todo el mundo.

Este contexto genera la plataforma en la que se asentó
el triunfo del General Perón en la elección
presidencial de 1946, dándole a la campaña
electoral un notable sesgo antiimperialista.

CAPITULO II:

Primera Presidencia de Juan Domingo
Perón 1946-1952

2.1) Síntesis General

Realizada una breve introducción del escenario
histórico que precedió a los gobiernos peronistas
y, antes de comenzar a desandar en detalle el camino recorrido en
materia de políticas económicas por Juan D.
Perón en su primera presidencia, es conveniente otorgar al
lector una síntesis general de los aspectos más
destacados del primer gobierno peronista sin alejarnos del tema
que guía a esta monografía.

Tal como lo señala Aldo Ferrer[1]la
primera presidencia de Juan Domingo Perón que
abarcó los años 1946-1952, podemos caracterizarla
por la existencia de dos fases claramente diferenciadas: la
primera fase expansiva apoyada en el crecimiento de la demanda
global y en la redistribución del ingreso, en el poder
sindical y en el control del sector público, y recorre los
años desde 1946 a 1948; y una segunda fase de crisis
política que se extiende hasta el año 1952 en donde
el gobierno peronista adopta un nuevo curso de acción.

Primera fase del gobierno Peronista

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la economía
inició una etapa expansiva caracterizada por la
intervención de los distintos gobiernos en la
economía influidos por las ideas de John Maynard Keynes,
pasando de "Estados gendarmes" a "Estados de bienestar". Estas
políticas fueron difundidas en el mundo entero y
Latinoamérica no fue la excepción, y menos
aún la Argentina. El objetivo de estas políticas
era lograr mayor equidad social, la independencia de los grandes
centros de poder mundial y el desarrollo de una economía
industrializada controlada localmente. Con el Gobierno Peronista
se concretaron ampliamente las políticas de
intervención económica y las que apuntaban al
"Estado de Bienestar"(características de la posguerra en
todo el mundo), desarrollando políticas y creando
instituciones que suponían una fuerte regulación de
la economía por parte del Estado. Nacionalizaciones,
promoción industrial, independencia económica y
fomento del mercado interno, fueron partes de una política
que alcanzará sus límites allá por el
año 1950.

Al asumir la primera presidencia, el gobierno Peronista
heredó una importante masa de reservas internacionales,
alrededor de 1.600 millones de dólares, y una
economía descapitalizada resultante de la fuerte
restricción del equipamiento durante la década del
30"y la Segunda Guerra Mundial. Durante los primeros tres
años de gestión (1946- 1948), el gobierno
aplicó políticas que tendían a sostener la
"Fase Clásica" del proceso de sustitución de
importaciones, en un contexto de clara redistribución del
ingreso hacia los sectores más desprotegidos de la
población. En ese período se tomaron medidas de
política expansiva donde la oferta monetaria
aumentó en un 250%; el gasto público creció
del 16% al 29% del PBI y el PBI creció un 16%, todo esto
generó un fuerte incremento en los salarios y los
beneficios sociales. Las nuevas políticas
económicas estuvieron caracterizadas inicialmente por la
nacionalización de los servicios públicos y
repatriación de la deuda pública, la
promoción de la industria y la redistribución de
los ingresos a favor de los trabajadores. El Estado se
convirtió en regulador, productor, gestor de sectores
vitales de la economía y en un importante empleador.

A través del control de precios para artículos de
consumo popular, el control de los alquileres y los
arrendamientos rurales, las políticas de salarios
mínimos, la aplicación del sueldo anual
complementario y las mejoras de las prestaciones de la seguridad
social, se logró una rápida expansión de la
demanda de consumo y una fuerte redistribución a favor de
los sectores con menores ingresos. Basta decir que entre 1946 y
1950 la participación de los asalariados en el ingreso
nacional creció del 39 al 46%, experimentando estos
sectores mejoras en sus condiciones de vida sin precedentes en el
país.

El conjunto de medidas económicas expansivas y
redistributivas tomadas en los tres primeros años de
gestión, se complementaron con dos elementos
fundamentales: En primer lugar, se realizaron una serie de
reformas de la legislación social como la
aplicación de convenios laborales por industria, la
creación de tribunales de trabajo y un régimen de
asociaciones profesionales que constituyó la plataforma de
poder de los sindicatos. En segundo término, se
amplió las facultades de control del gobierno sobre el
sistema económico, mediante la creación del
Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI,
encargado de las exportaciones tradicionales y las importaciones
esenciales) y la creación del Banco Industrial (encargado
del control nacional del sistema de seguros y la
nacionalización de los depósitos bancarios).

 

Segunda fase del gobierno Peronista

Cumplidos los tres primeros años de gobierno, se agota
la fase clásica del proceso de sustitución de
importaciones y concluye la fase expansiva de la política
económica apoyada en el crecimiento de la demanda global y
la redistribución del ingreso. La crisis política
se extenderá hasta 1952, año en donde el gobierno
decide adoptar un nuevo rumbo
político-económico.

La Crisis política que comienza en este período
tiene sus orígenes en el sector externo, con la
caída de las importaciones y exportaciones en un 33%, y
apoyada en la estrepitosa caída de las reservas que
descendieron a 150 millones de dólares cuando al comienzo
de la gestión habían alcanzado niveles de 1.500
millones de dólares. Este escenario tenía un gran
atenuante: "El estrangulamiento de la capacidad productiva" fruto
de la insuficiente capitalización de la estructura
productiva en un largo periodo, que se sumaba a la menor
disponibilidad de bienes debido a la contracción en las
importaciones. Además, es importante destacar la
caída en la producción agropecuaria de los
años 1951-1952 generada por los efectos de las
sequías.

El Gobierno sostiene su política monetaria, fiscal y
salarial expansiva, pero la presión de la demanda global
sobre una economía con menor cantidad de bienes y
servicios disponibles enerva las presiones inflacionarias hasta
que en el año 1951, se llega a un récord
inflacionario en nuestro país para lo que iba del siglo
XX. El costo de vida se elevó un 37% y los precios
mayoristas un 48%.

Lógicamente ante un contexto semejante, el gobierno no
tardará en dar respuestas y tomará un "NUEVO RUMBO
ECONÓMICO" a partir del año 1952. Pero este tema
será desarrollado en el próximo capítulo,
cuando veamos en detalle la segunda presidencia de Juan Domingo
Perón.

2.2) Políticas Económicas Adoptadas

"Debemos producir el doble; multiplicarlo por cuatro mediante
una buena industrialización, es decir, enriqueciendo la
producción por la industria; distribuir equitativamente
esa riqueza y aumentar el estándar de vida de nuestra
poblaciones hambrientas, que son la mitad del país; cerrar
ese ciclo con una conveniente comercialización de esa
riqueza. Cuando el ciclo de la producción,
industrialización, comercialización y consumo se
haya cerrado, no tendremos necesidad de mendigar mercados
extranjeros porque tendremos el mercado dentro del país, y
habremos solucionado con ello una de las cuestiones más
importantes: la estabilidad social, porque el hambre es muy mala
consejera de las masas. Nosotros queremos dar al país una
gran riqueza, pero consolidada con un perfecto equilibrio
social"

Juan Domingo Perón, ante el congreso
(1946)

En este fragmento discursivo podemos obtener una muestra de la
filosofía económica del peronismo en su primer
gobierno: una política nacionalista y estatizante y en
consonancia con las tendencias existentes en el mundo.

2.2.1) El primer Plan Quinquenal de Gobierno

En su mensaje al Congreso Nacional del 19 de octubre de 1946,
el Presidente Juan D. Perón presentó los
lineamientos del Plan del Poder Ejecutivo sobre la
orientación económica del país para el
quinquenio 1947-1951. Además del plan, se condensaban
proyectos de ley sobre distintas materia que el Poder Ejecutivo
pretendía sancionar como parte de su plan de inversiones,
como por ejemplo: Ley de organización de ministerios, Ley
concediendo derechos electorales a la mujer, Ley de
organización de la sanidad pública, Ley de reforma
universitaria, Ley de organización de servicio exterior de
la nación, Ley de fomento de la industria nacional, entre
otros.

Respecto al comercio exterior, planteaba como necesidad prever
y codificar en un solo cuerpo el conjunto de medidas que
afectaban la exportación y la importación,
reglamentando la tipificación, el envase y la
certificación de calidad de los productos exportables,
estableciendo un régimen aduanero ajustado a las
realidades del momento. Como consecuencia de ello, se elevaba al
Poder Legislativo un proyecto de modificación de la Ley de
aduanas con el objeto de adecuarla a las nuevas normas de
protección del trabajo nacional, en función de la
cantidad de mano de obra ocupada, salarios altos y consumo de
materia primas nacionales. Además proponía examinar
la posibilidad de establecer una unión aduanera con los
países Sudamericanos con el fin de facilitar el
intercambio comercial.

Este plan se delineó teniendo en cuenta una serie de
pautas por las que el estado debía asumir tareas de:

  • Determinar las necesidades previsibles de materias primas
    de origen nacional, energía eléctrica,
    maquinarias y transportes; y verificar el estado y grado de
    eficiencia de los sistemas de producción ,
    explotación y distribución de esos
    elementos.

  • Establecer un programa mínimo de cinco años
    de obras e inversiones necesarias para asegurar un suministro
    adecuado de materias primas, combustibles y equipos
    mecánicos; desarrollar racionalmente la industria y la
    agricultura del país.

  • Descentralizar la industria, formando nuevas zonas;
    diversificar la producción y emplazar dichas zonas
    adecuadamente en función de las fuentes naturales de
    energía, las vías de comunicaciones, los medios
    de transporte y los mercados consumidores.

Tal como manifiesta Mario Rapoport: "El primer plan quinquenal
estableció ambiciosos objetivos y simultáneamente
vagos, que cumplió en forma parcial. En sus puntos
esenciales se planteaba" [2]

  • Transformación de la estructura
    económico-social por la expansión de la
    industrial.

  • Reducción de los factores de vulnerabilidad
    externa, a través del rescate de la deuda externa
    pública y privada y la nacionalización de los
    servicios públicos.

  • La elevación del nivel de vida de la
    población mediante una redistribución de la
    riqueza y un plan general de obras y servicios
    públicos referidos a sanidad, educación y
    vivienda.

  • El empleo de parte de las ganancias generadas por los
    términos de intercambio muy favorables de que gozaba
    el país, junto con las reservas de oro y divisas
    acumuladas durante la guerra, para la financiación del
    programa.

  • Mantenimiento de una política nacionalista, frente
    a los organismos internacionales de la posguerra,
    aprovechando la coyuntura favorable.

  • Una amplia movilización de los recursos nacionales,
    la aceleración de la capitalización industrial,
    el fomento de la creación de un importante mercado de
    consumo interno y máxima utilización de la
    fluidez brindada al sistema bancario, para independizarse de
    las fluctuaciones de la balanza de pagos.

Con este plan era la primera vez que un gobierno se
pronunciaba enérgicamente a favor de la
industrialización del país, destacando los
beneficios que este sector brindaba. La Argentina era un
país muy dependiente del sector externo tanto en materia
de importaciones como de exportaciones, y su economía
estaba muy vinculada a lo que hacían o dejaban de hacer
las naciones proveedoras o compradoras de sus productos; por ello
era necesario impulsar la industrialización y apoyar la
misma en el mercado interno desarrollándolo hasta
predominar sobre el mercado exterior.

Pero la problemática de la Argentina de esos tiempos
fue comprendida a medias, debido a que se puso un gran
énfasis en las industrias que elaboraban materias primas
nacionales para satisfacer necesidades de consumo interno y/o
exportación, tanto derivadas de la agricultura y la
ganadería como de la explotación forestal y minera.
Las prioridades estaban puestas en las "industrias naturales o
livianas" y como excepción, se contenía dentro de
los objetivos, el desarrollo de "industrias pesadas". Esta
decisión estratégica generó una fuerte
expansión económica en los primeros años de
Gobierno; pero a su vez, significó una falta cabal de
interpretación del contexto económico y sus
necesidades reales a largo plazo que luego se conjugaron como
factores importantes de la posterior crisis del primer gobierno
Peronista.

2.2.2) Las nacionalizaciones y el Estado como proveedor de
servicios públicos

Durante el gobierno Peronista el Estado se convirtió en
empresario, y así entre 1946 y 1950 se nacionalizaron los
ferrocarriles de propiedad británica y francesa, los
teléfonos de ITT, y algunas compañías
eléctricas del interior. Además se crearon las
empresas Gas del Estado y Yacimientos Carboníferos
Fiscales, se incrementó la flota mercante, y se produjo el
desarrollo de Aerolíneas Argentinas. Dentro de las
nacionalizaciones la más importante fue la del Banco
Central, que controlaba los depósitos bancarios y en cuyo
directorio había representantes extranjeros.

Estas nacionalizaciones generaron una gran evolución de
toda la economía y del sector público. El Estado
era quien decidía sobre la provisión de los
servicios públicos y desarrollo de los mismos,
estableciendo sus tarifas y las políticas
saláriales para los trabajadores del sector, teniendo en
sus manos una poderosa herramienta para la generación de
empleo. Además, es importante destacar el estímulo
sobre la inversión privada que generaba la
inversión pública, y que estas nuevas funciones del
Estado incrementaban la influencia de las políticas
públicas en la orientación sectorial y regional de
la producción.

Tal como manifiesta Antonio Cafiero; "todo esto le daba al
Estado la posibilidad de corregir algunos desequilibrios
manifiestos que, en materia económica, tenía la
Argentina, pero incrementaba también el riesgo y la
responsabilidad gubernamental ante un eventual fracaso".
[3]

Es de destacar que el proceso de nacionalización se
realizó en un contexto propicio, debido a que las
compañías extranjeras estaban interesadas en
desprenderse de sus activos existentes en Argentina por
considerarse que su ciclo ya estaba agotado.

2.2.2.1) El Gas

Entre 1947 y 1948 el Estado nacionalizó el Gas,
adquiriéndose varias compañías de la
provincia de Buenos Aires y extendiendo la red hacia nuevos
centros de distribución con el objeto de transformarla en
un verdadero servicio social, motivo por el cual se rebajaron las
tarifas en un 30%. A través de Gas del Estado se
permitió reducir sustancialmente la importación de
carbón y hacia el año 1950 el gas costaba la mitad
menos que en 1940.

El gas fue uno de los primeros ejemplos de
nacionalización. Para abastecer al principal centro de
consumo del país, Buenos Aires, se construyó un
gasoducto modelo único en esa época. El mismo
tenía un recorrido de 1700 kilómetros y una
capacidad de transporte de un millón de metros
cúbicos diarios, permitiendo proveer gas a 400.000
clientes en 1949 a diferencia de los 216.000 de 1943.

2.2.2.2) La Unión Telefónica

 

El 3 de septiembre de 1946 fue nacionalizada la empresa The
United River Telephone Company Ltd, de capitales Norteamericanos
subsidiaria del Trust ITT; dicha operación fue realizada
en 95 millones de dólares mediante la firma de un convenio
por el cual ITT debía proveer asistencia técnica y
materiales de renovación telefónica por el termino
de diez años.

2.2.2.3) Los Ferrocarriles

La nacionalización de los ferrocarriles se
realizó en dos diferentes etapas: en la primera etapa se
adquirieron en diciembre de 1946 los ferrocarriles de capital
Francés en una operación pequeña debido al
escaso volumen de dichas empresas, y en la segunda etapa, se
nacionalizaron los ferrocarriles Británicos. En nuestro
país las compañías británicas eran
las de mayor volumen por lo que su nacionalización fue una
de las negociaciones más publicitadas y más
discutidas del gobierno de Perón.

Las inversiones extranjeras en este rubro habían sido
muy importantes hasta la Primera Guerra Mundial pero, luego de la
misma, tres factores influirían en la paralización
de los flujos de capitales dirigidos al sector y en su
consecuente transferencia al Estado Argentino: primero el
deterioro de la economía de Europa durante la posguerra;
segundo, la gran competencia que el desarrollo de las rutas
Argentinas le imponen al riel a partir de la década del
30", y por último la caducidad en el año 1947 del
de la "Ley Mitre" que eximía a los ferrocarriles
británicos del pago de impuestos.

El Reino Unido tuvo saldos deudores durante la Segunda Guerra
Mundial en sus relaciones comerciales con Argentina. Nuestro
país había decidido acumular esos créditos
en forma de Libras Esterlinas con garantía oro en el Banco
de Inglaterra, libras que pasaron a ser inconvertibles en otras
divisas desde 1939 por el agotamiento de las reservas y pasaron a
formar parte de las llamadas "Libras Bloqueadas". Hacia 1946, el
total acumulado de libras Bloqueadas de Argentina en Inglaterra
ascendían a 112 millones, siendo el saldo más
importante de América Latina. El Reino Unido no estaba
dispuesto a desbloquear las libras adeudadas y procuró
solucionar la situación de dos formas: incrementar sus
exportaciones y reconquistar mercados perdidos, o vender parte de
sus activos en el exterior.

En una misión comercial entre Argentina e Inglaterra, y
luego de arduas negociaciones para destrabar las libras
bloqueadas y nacionalizar los ferrocarriles, se firma el 13 de
enero de 1947 el contrato de compraventa de los ferrocarriles
británicos por un total de 150 millones de Libras
Esterlinas, a pagarse con los 130 millones de libras bloqueadas
acumuladas a ese momento y el resto con superávit de la
balanza comercial. Pero, debido a la situación
económica de Inglaterra, el 12 de febrero se firmó
un pacto que formalizó finalmente la compra de los
ferrocarriles pagando nuestro país 100 millones de libras
(hecho por el gobierno Británico como adelanto a cuenta de
las exportaciones de carne de 1948), más 10 millones de
Libras que el Gobierno Británico acreditó por
productos ya vendidos, más 40 millones de Libras
Esterlinas de fondos bloqueados por el Banco de Inglaterra.

Esta fue la nacionalización más criticada porque
la oposición argumentó que se compraron hierros
viejos a precios exorbitantes. Pero el gobierno defendió
la compra argumentando que se adquiría la soberanía
sobre el sistema ferroviario y se podía evitar la
discriminación que sufrían determinadas regiones y
sus productos, además se puso énfasis en el
conjunto de empresas británicas subsidiarias de los
ferrocarriles y adquiridas en aquella operación. Entre
estas últimas tenemos empresas de transportes, agua
corriente, frigoríficos, compañías de
tierras y eléctricas, aunque sin dudas el Puerto Dock de
Sur fue uno de los más importantes por ser esencial para
controlar el sistema de transportes y comunicaciones del
Estado.

2.2.2.4) El Banco Central y su política
monetaria

 

Otra de las nacionalizaciones importantes durante el primer
gobierno Peronista, fue la del Banco Central, cuyo directorio
estaba integrado por representantes del Estado, de los bancos
privados nacionales y de los bancos privados extranjeros.
Así queda definitivamente nacionalizado el Banco Central
de la República Argentina (BCRA).Una vez tomada esta
medida se procedió a dictar el Decreto Nº 11.554,
cuyo objeto era nacionalizar los depósitos realizados en
los bancos privados y obtener el control de todas las fuentes de
creación de dinero del sistema; y además canalizar
líneas de crédito, a través de los
siguientes bancos especializados:

  • Banco de Crédito Industrial, llevando líneas
    de crédito hacia la industria y la minería

  • Banco de la Nación Argentina, llevando
    crédito hacia las actividades agrarias y
    comerciales

  • Banco Hipotecario Nacional, con el objeto de fomentar la
    construcción de viviendas.

  • La Caja Nacional de Ahorro Postal, para captar
    pequeños ahorros con el objeto de otorgar prestamos de
    consumo.

Con el control del sistema crediticio, el Estado
garantizó una pieza fundamental para su esquema de
desarrollo de la industrialización nacional. El Estado era
quien, a partir de entonces, decidía el destino de los
créditos y tenía una influencia determinante de la
tasa de interés, cuyos valores diferían
según el destino de los préstamos. Así se
decidió apoyar firmemente al sector industrial, mediante
la expansión de créditos con tasas de
interés inferiores a la tasa de inflación,
subsidiándose de esta manera al sector. Estas tasas
negativas favorecieron a la actividad productiva desde dos
aristas: por un lado se incentivaba a la toma de créditos
estimulando a su vez a la inversión; y por el otro se
reducía el costo de oportunidad de dichas actividades
frente a las alternativas de las colocaciones financieras. A su
vez se incentivó el consumo disminuyendo el estimulo al
ahorro.

Entre 1946 y 1949 se produjo un gran incremento en la
circulación monetaria producto de varios factores como el
peso de la demanda del sector público, el financiamiento
del sector industrial y el rescate de la deuda externa, sumadas a
la inflación de posguerra. Ya entrado el año 1949 y
en 1950 se producirían cambios importantes que se
relacionan con los cambios en las políticas
económicas, implementadas con el surgimiento de la crisis.
Se reduce claramente la financiación con emisión de
dinero y la demanda de créditos del sector privado
pasó a ser el principal factor de expansión, a tal
punto que el volumen de créditos superaba al de los
depósitos.

En el año 1952 la política monetaria
adquiriría un corte ortodoxo; en ese año las
restricciones en materia monetaria se relacionaron con una
caída de la tasa de inflación y una importante
recesión en todo el sector productivo. Posteriormente la
política monetaria seguirá un curso más
controlado que en los primeros años a pesar de que el
gasto público, nuevamente ganará en importancia
como factor de creación de medios de pago. El proceso
inflacionario se redujo notablemente entre 1954 y 1955.

2.2.2.5) Nacionalizaciones del transporte urbano

Otra de las decisiones de nacionalización fue la de "la
corporación de transportes de la ciudad de Buenos Aires"
encargada del transporte urbano de pasajeros perteneciente a
capitales Ingleses aunque, producto de las continuas subvenciones
estatales, el Estado Argentino ya era su principal socio
mayoritario. A principios de 1952 ya era empresa del Estado
llamada "Transportes de Buenos Aires".

2.2.2.6) Otras intervenciones importantes del
Estado

Además de intervenir en las nacionalizaciones de
empresas de capitales privados el Estado argentino, bajo el
gobierno peronista, asumió un activo rol de empresario. En
el área del transporte naval se modernizó la flota
mercante con nuevas embarcaciones y compra de algunas
compañías de las cuales surgirá la Flota
Argentina de Navegación de ultramar y la Flota Argentina
de Navegación Fluvial. La Flota Mercante se desarrollo
bajo el monopolio del Estado y se convirtió en una pieza
clave de la política exportadora.

En la navegación aérea, el gobierno Peronista
adquirió a la única empresa Aeropostal Argentina y
la dividió en tres empresas: La Flota Aérea
Mercante Argentina (FAMA), dedicada al comercio internacional; la
sociedad Mixta de Aviación del Litoral Fluvial Argentino,
especializada en el transporte fluvial mesopotámico y la
Sociedad Mixta Zonas Este y Oeste (ZONDA), que conectaba Buenos
Aires y el interior. Luego el gobierno decide unificarlas y en
1950 nació Aerolíneas Argentinas. La principal obra
pública proyectada por el Plan Quinquenal fue el
Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en aquel entonces uno de los
más modernos del mundo.

En el aérea energética se creó dentro de
la Dirección Nacional de Energía la
Dirección General de Centrales Eléctricas del
Estado y, luego de la expropiación de usinas
térmicas de origen norteamericano (ANSEC Y SUDAM), se
propuso concluir obras ya empezadas e iniciar obras en Mendoza,
Córdoba, Chubut, Catamarca y San Luis. Y por último
en cuanto a los combustibles sólidos y minerales, se
iniciaron exploraciones geológicas con resultados
favorables por la aparición de Carbón suficiente
como para sustituir las importaciones provenientes de Gran
Bretaña.

  • La creación del IAPI

Dentro de las transformaciones implementadas mediante la
aplicación de políticas económicas, es de
trascendental importancia mencionar las innovaciones producidas
en la organización y el comercio agropecuario. El mismo
estaba formado por una red de intermediarios constituidas por
eslabones de acopiadores, almacén de ramos generales,
comisionistas, corredores y exportadores de granos que
conformaban un reducido grupo empresario de
características oligopólicas.

El gobierno Peronista conformó un Organismo local
denominado Instituto Argentino para la Promoción del
Intercambio, que asumió las funciones de la Junta
Reguladora de Granos y organizó el comercio externo de las
cosechas argentinas, actuando con agilidad en la compra, venta,
distribución y comercialización de productos
protegiendo los intereses nacionales. EL IAPI se convirtió
en el único comprador de cereales y oleaginosas a precios
establecidos por el Estado, y separaba parte para el consumo
interno y luego el resto era exportado negociando directamente
con los representantes de las entidades estatales de los
países compradores, procurando obtener las mejores
condiciones para la Argentina. También las exportaciones
de carne, cueros, grasas y sebos eran canalizados por este
instituto pero en forma parcial.

El IAPI se constituyó en uno de los principales
instrumentos de la política económica del gobierno
de Perón, ya que sus recursos sostuvieron las
nacionalizaciones y la ampliación de los servicios
públicos, el fomento de la industrialización y la
adquisición de productos importados como materias primas,
bienes de capital y buques de la flota mercante. Además es
importante destacar dos funciones de gran importancia que el IAPI
desempeñaba: En primer lugar, sobre la materia de control
de precios internos las utilidades obtenidas por el Instituto
fueron invertidas para subvencionar los precios de determinados
alimentos, con el objeto de contener las presiones inflacionarios
y, el segundo lugar, como organismo comercial centralizó
las importaciones de materias primas esenciales y bienes de
capital en los años posteriores a la posguerra en donde
los vendedores eran también entes estatales.

2.2.4) El Rol del Banco de Crédito
industrial.

En el marco de una política económica impulsora
del crecimiento industrial es importante hacer hincapié en
el Rol desempeñado por el Banco de Crédito
Industrial. Dicho ente jugo un papel destacado en el otorgamiento
de una creciente corriente de créditos al sector
industrial, pasando a financiar en los primeros cuatro
años de gobierno peronista del 20% al 80% del
financiamiento bancario al sector industrial. Más tarde,
entre 1952-55 esa participación será reducida a un
50%.

Las pequeñas, medianas y grandes empresas se vieron
ampliamente favorecidas con el acceso a créditos baratos
con diversos fines. Es importante destacar que, mediante este
ente se canalizó un subsidio encubierto al sector
industrial, debido a las tasas de interés negativas a las
que se otorgaban los préstamos (generadas por el proceso
inflacionario).

Otro de los aspectos destacables del Banco, fue constituirse
en un canal de crédito para instituciones como el IAPI y
fue, entre 1946-1949, el canal de crédito del Banco
Central para la realización de operaciones que
constituían los objetivos específicos de la
política económica peronista.

  • El gasto Público y la Política
    Fiscal

Lógicamente, y como no puede ser de otra manera, una de
las apuestas más fuertes del gobierno Peronista es la
realizada en el gasto público como integrante considerable
de la demanda global. Al crecer la participación del
Estado en la economía e intervenir en ella en el rol de
empresario, aparece la discusión sobre el gasto
público y la política fiscal.

En una primera etapa, el gobierno acompañó el
crecimiento de la economía mediante un aumento
significativo del gasto público, equivalente a 10 puntos
del PBI sin generar un déficit fiscal importante sino
hasta el año 1948, cuando el mismo llego a 17.87% del PBI.
Fue desde entonces y junto con las crisis que comienza en 1949
que el mismo no volverá a alcanzar niveles similares,
más aún en los años venideros el
déficit no superará los 4.7% del PBI. En cuando a
la composición del gasto entre el año 1945-1949
tuvo un gran crecimiento el gasto en inversiones que se
incrementarán casi en un 9 % con respecto al
período anterior; debido a la prioridad otorgada a los
sectores de la producción, transportes, obras sanitarias,
sanidad y defensa. Aunque es importante destacar el crecimiento
que sufre también el gasto corriente producto del
incremento del empleo en el sector público. Entre
1945-1955 las remuneraciones representaron un 50% de los gastos
corrientes.

Según datos estadísticos el total de empleados
públicos paso de 324.400 durante el periodo 1935-1939 a
683.000 hacia 1945-1949 y a 883.000 hacia 1950-1954. Esto se debe
a una ampliación del aparato Estatal y a una mayor
predisposición de ocupar mano de obra no ocupada por el
sector privado.

Como era de esperar, esta importante expansión y
sostenimiento del gasto público requería de una
fuente de ingresos fiscales para sustentar el proceso. La primera
fue la reforma del esquema de impuestos, buscando adecuarlo al
principio de "Justicia Social" consagrado por el peronismo y para
ello se intentó lograr un sistema tributario más
progresivo, reformando el impuesto a los ingresos y sancionando
distintos tributos a los beneficios empresarios, a las ganancias
de capital, al exceso de beneficios y a la riqueza personal. La
segunda fuente fue la generalización del sistema de
jubilaciones y pensiones que estaba vigente desde principios de
siglo sólo para algunas actividades, por ello con su
generalización se logró una recaudación neta
aproximada del 4% del PBI en los primeros años. La tercera
fuente de ingresos fue el superávit generado por el
Instituto Argentino para la Promoción y el Intercambio
(IAPI) organismo regulador del comercio exterior.

Si bien la política fiscal de los primeros años
del peronismo generó un creciente déficit, no puede
adjudicársele a ella el peso de la inflación; el
déficit no fue una variable descontrolada y no fue la
fuente principal de la distorsión en la evolución
macroeconómica general. Es importante destacar
también que el manejo del gasto público del
Peronismo no se apegó al modelo keynesiano, hecho que se
observa claramente mediante el análisis que se desprende
en los años de depresión; ya que en esos momentos
el gasto público se contrajo y se incrementó la
presión tributaria. Se caracterizó por ser un
modelo conservador tendiente a combatir las crisis buscando el
ajuste hacia el equilibrio fiscal. Ver Cuadro 1 hoja de Cuadros
Anexos, Página 25.

  • La Política de Ingresos y su
    Redistribución

Una de las características básicas de las
políticas económicas de los gobiernos peronistas,
más precisamente de los primeros años desde la
llegada al poder, es la política de ingresos. Entre los
objetivos de gobierno del Peronismo, una vez arribado al poder,
fue el desarrollo de un fuerte plan de industrialización,
el cual inmerso en un capitalismo de creciente libre mercado,
necesitaba de una coherente distribución del ingreso con
el objeto de acercar las enormes brechas de desigualdad que el
sistema capitalista generaba. Debían pues contemplarse en
esas políticas de distribución la protección
del consumo a través del salario y el sostenimiento de la
inversión que iba de la mano con la ganancia
empresaria.

La política de ingresos apuntaba a dos direcciones
complementarias; por un lado, una distribución del ingreso
del capital hacia el trabajo en donde el beneficiario era el
trabajador; y por otro lado, una redistribución desde el
sector agropecuario hacia las actividades urbanas que
sostenía el salario real como las tasas de rentabilidad de
las industrias. Como ejemplo de las primeras, podemos mencionar
el notable incremento de los salarios con los regímenes de
convenios colectivos, los salarios mínimos, el sueldo
anual complementario y las vacaciones pagas, el régimen de
jubilaciones y pensiones, y políticas de educación,
salud, vivienda y recreación. Según las
estadísticas los asalariados percibieron en 1949 entre 9 y
13 puntos más del PBI que en el año 1945.

Las políticas públicas de precios máximos
y el retraso progresivo del tipo de cambio contribuían al
proceso de redistribución, el control de precios sobre los
productos agropecuarios que deprimía el precio de los
alimentos, fue vital para mantener el poder adquisitivo de los
salarios.

Posteriormente, el modelo de distribución de ingresos
entra en crisis en el periodo 1949-1952, debido a las altas tasas
de inflación que superaban a las tasas de incremento de
los salarios nominales, los controles de precio perdieron su
eficacia y los asalariados serán los perjudicados en su
nivel de vida. Pero la recuperación económica de
1953 a 1955 permitió una nueva alza en los salarios reales
y en las condiciones de vida de los obreros. Si bien durante los
gobiernos peronistas los trabajadores mejoraron visiblemente su
situación, es importante destacar que la clase media
vivió un claro estancamiento de sus condiciones
económicas.

La búsqueda de una política de
industrialización sostenida a largo plazo llevó a
Perón a la implementación de una política de
redistribución basada en el fortalecimiento del consumo
interno y de la demanda interna. La hipótesis del
Fordismo, de pagar salarios altos a sus obreros para que puedan
comprar los autos producidos, era una gran tendencia mundial y el
Peronismo no estaba ajeno a la misma. Así el proceso de
redistribución sufrió fuertes criticas en cuanto al
incremento de los salarios que superaba al de la productividad, y
más allá de la "justicia social" lograda, se
argumentaba que al comprimirse los márgenes de
inversión, se ponía en riesgo la
reproducción del sistema.

Para finalizar, es importante destacar lo manifestado por
Mario Rapoport[4]"las políticas de
redistribución del ingreso impulsadas en la primera etapa
del gobierno peronista que favorecieron al sector industrial en
detrimento del sector agrícola, apoyadas en un manejo de
los precios relativos y por las regulaciones del estado. El
control de cambios en un marco inflacionario generó una
revaluación del peso, y con el retraso cambiario
disminuyeron en términos relativos los precios internos
del sector agrícola. Así el control cambiario
favoreció de tres maneras al sector industrial: primero la
depresión de precios agrícolas contenía en
parte la demanda de aumentos salariales, y segundo se abarataban
los insumos agropecuarios que son materia prima de un segmento
del aparato industrial; y tercero, disminuye también el
costo de las importaciones de insumos y bienes de capital. Al
mismo tiempo, la mayor demanda por los incrementos salariales
como por el volumen de empleo, permitía una mejor
utilización de la escala de producción."…"Las
transferencias de ingresos de las actividades rurales a las
urbanas permitían, entonces, un incremento en los salarios
reales sin afectar de manera importante el sector industrial
considerado el motor del crecimiento del país"

 

CAPITULO III:

La segunda Presidencia de Juan
Domingo Perón 1952-1955

3.1) Síntesis General

Al asumir la segunda Presidencia, tal como manifiesta Beatriz
Sarlo[5]"El país estaba inmerso en un
contexto de crisis económica severa, el rápido
crecimiento posterior a la segunda guerra mundial había
llegado a fin, las exportaciones se redujeron y aumentaron las
importaciones, especialmente de petróleo como consecuencia
del crecimiento industrial. Perón convocó con
éxito a un plan de austeridad y a consumir menos. Se
congelaron los salarios y se suspendieron las convenciones
colectivas de trabajo. Finalmente se convocó a aumentar la
productividad. El segundo plan quinquenal intentó
coordinar una nueva orientación económica."

Tal como se deduce del texto anterior, el país
está sumergido en contexto de crisis que comienza en el
año 1949 y que se caracterizaba por la reducción de
las exportaciones, la estrepitosa caída de las reservas,
el estrangulamiento de la capacidad productiva debido a la
insuficiente capitalización de la estructura productiva,
las continuas presiones inflacionarias, las profundas
sequías producidas entre 1949 y 1952 que generaron enormes
contracciones de las exportaciones agropecuarias, y el
estancamiento del desarrollo industrial (financiado con las
exportaciones agropecuarias), que imponían al gobierno
electo un análisis profundo con el objeto de instrumentar
un "NUEVO RUMBO ECONÓMICO".

 

Motivos de la Crisis y el Replanteamiento del modelo
económico

  • Si bien el mercado interno había logrado un
    crecimiento significativo, la "Independencia
    Económica" buscada estaba muy lejos. Los
    vínculos externos seguían teniendo un papel
    preponderante.

  • El proceso de Sustitución de Importaciones
    había logrado establecerse con éxito en su
    primer etapa, la sustitución de industrias livianas, y
    consecuencia de ello fue el incremento de las importaciones
    de bienes de capital, insumos directos e indirectos
    (combustibles).

  • Sustituidas las importaciones de ramas livianas de la
    industria, era fundamental pasar a una segunda fase y
    sustituir las industrias de base y materias primas y
    combustibles esenciales. Era necesario el desarrollo de la
    producción petrolera, química,
    petroquímica, y metales básicos.

  • La redistribución del ingreso estaba asentada sobre
    los altos precios de los productos agropecuarios en el
    mercado internacional, debido a que la masa de recursos a
    redistribuir dependía del volumen exportado de los
    dichos productos. Así la caída de los precios
    agrícolas en el mercado internacional puso en jaque al
    modelo de redistribución, los aumentos salariales
    comenzaron a afectar las ganancias empresarias y la puja
    distributiva comenzó a generar un espiral
    inflacionario.

  • Los mecanismos de regulación económica
    keynesianos basados en la expansión de la demanda
    efectiva alentaba el proceso inflacionario.

  • El déficit fiscal motivado por el gasto
    público originado por el ambicioso programa de obras
    públicas, las nacionalizaciones, el rol del estado
    empleador.

  • En definitiva Argentina, presentaba profundos problemas
    estructurales y a pesar del sostenido proceso de
    industrialización, continuaba preservando una base
    agroexportadora que ponía limites a la capacidad de
    expansión.

 

Nuevo Rumbo Económico

El nuevo programa económico se sustanció en una
política de control de precios mediante fuertes subsidios
para abaratar los precios de los bienes de consumo popular
permitiendo conservar los salarios reales y mantener la
participación de los trabajadores en el ingreso nacional.
Se creó la Comisión Nacional de Precios y Salarios,
con el objeto de controlar los precios y conservar el valor de
los salarios.

La estrategia para enfrentar el estrangulamiento externo se
apoyo en dos pivotes: por un lado estimular la producción
agropecuaria mediante la mejora de los precios relativos del
sector rural, y por el otro promocionar la entrada de inversiones
y préstamos del exterior. La política de precios
relativos del agro no produjo resultados apreciables y en cuanto
a la política de capital extranjero, la misma se
apoyó en la Ley de Radicación de Capitales y
acuerdos con empresas extranjeras para el establecimiento de
fábricas de tractores y el desarrollo automotriz.
Además, como hecho destacable y controvertido de esta
política de radicación de capitales, es importante
mencionar el acuerdo firmado con California Petroleum Company,
subsidiaria de Standard Oil, para la explotación de
ciertas áreas petrolíferas de nuestro país.
Este último hecho marca el nacimiento de una gran
contradicción ideóloga del Peronismo, dado que la
reforma Constitucional del año 1949 declaró en su
Artículo 40 la Propiedad del Estado Nacional sobre los
minerales, las caídas de agua, los yacimientos de
petróleo, carbón y gas, las demás fuentes de
energía y los servicios públicos.

La nueva arista de la política económica
impulsó una expansión comercial mediante tratados
bilaterales con los países vecinos, incrementando
sustancialmente los niveles de intercambio. Sobre la base de una
firme política de ingresos apoyada por el compromiso
sindical, se logró estabilizar el sistema e iniciar una
modesta recuperación; pero el conflicto político y
el enfrentamiento con la iglesia constituyeron un escenario
insostenible que culminarán con el derrocamiento del
Gobierno de Juan Domingo Perón.

3.2) Políticas Económicas Adoptadas

Dentro de las políticas económicas más
destacadas de la segunda Presidencia de Juan Domingo
Perón, podemos desatar las siguientes:

3.2.1) El Segundo Plan Quinquenal de Gobierno

"El segundo Plan Quinquenal, lanzado en 1952 con un gran
despegue propagandístico, insistía en la
intervención del Estado en el manejo de la
economía, pero ofrecía algunas novedades respecto
al anterior. La más saliente fue la que contemplaba
recurrir al capital privado, nacional y extranjero.
También insistía en la necesidad de aumentar el
rendimiento del trabajo e incrementar la productividad. El
objetivo seguía siendo alcanzar una industria pesada
nacional como garantía de la autonomía
nacional"[6]

Los Principales lineamientos del segundo Plan Quinquenal
estaban enmarcados en la doctrina Peronista y planteaban, como
objetivo fundamental de las relaciones económicas externas
del país, el asegurar el desarrollo progresivo de la
economía social mediante la promoción de las
actividades que contribuyeran a consolidar la independencia de la
Nación. Con ese fin, el Estado se reservaba el manejo del
comercio exterior guiado por el propósito de defender la
producción nacional y obtener términos de
intercambios justos y equitativos. Su gestión
también se orientaba a la consolidación y
diversificación de los mercados de importación y
exportación, para lo cual podría firmar convenios
bilaterales que incentivaran el intercambio hasta tanto la
economía internacional permitiera volver a los esquemas de
convenios multilaterales.

En el ámbito del comercio regional el Estado
debía encarar tratativas con las naciones
latinoamericanas, con el objeto de complementar las
economías nacionales y la defensa conjunta de sus
intereses.

En el marco de este Plan se tomaron medidas tendientes a
aumentar las exportaciones, aumentando el numero de productos que
se podían negociar en el mercado libre y proporcionando a
los exportadores un tipo de cambio más favorable.

Mario Rapoport[7]señala que: "El
gobierno trató de proyectar, al mismo tiempo, otras
medidas de carácter más permanente que le
permitieran resolver el trasfondo estructural de la crisis. Tal
fue el intento plateado en el segundo plan quinquenal que en
líneas generales proponía":

  • Mantener el equilibrio de precios y salarios, y estimular
    el desarrollo económico en general.

  • Un programa de inversiones estatales y privadas destinado
    a resolver las necesidades básicas del país en
    lo referente a materias primas, energía y transporte,
    y bienes de capital.

  • Proseguir la política de sustitución de
    importaciones.

  • Fomentar el incremento de la productividad
    agrícola-ganadera.

  • Conceder un papel complementario al capital y al
    crédito extranjero como factores de cooperación
    y estimulo al desarrollo económico.

  • Aumentar la capacidad de importación del
    país, a partir de una decidida política de
    exportaciones que generara las divisas necesarias.

  • Coordinar la participación de empresarios y
    trabajadores en la planificación y ejecución de
    la política económica del país,
    determinar el papel de la empresa privada frente al
    intervensionismo estatal, consolidar el cooperativismo y
    frenar la intermediación artificial en las actividades
    primarias.

El cumplimiento de los objetivos previstos por el Plan,
exigía una importante financiación por parte del
Estado con recursos provenientes de títulos de deuda
pública, de los organismos públicos como el IAPI y
también del capital privado.

3.2.2) La Política Agraria y su
Redireccionamiento

La caída de los precios internacionales de los
productos agrícolas y de las exportaciones, junto con las
profundas consecuencias en materia de rendimiento producidas por
las sequías de 1949-1950 y 1951-1952, obligaron al
gobierno a adoptar un nuevo rumbo en la política
agropecuaria.

En este sentido el gobierno buscó, en primer lugar y
mediante un conjunto de medidas, tratar de incrementar los rindes
por hectárea y reducir los costos de producción. Se
estableció una política de fijación de
precios básicos teniendo en cuenta el costo de
producción, las condiciones del mercado mundial y la
estabilidad de precios del mercado interno. Junto a estas medidas
se mantuvo invariable el tipo de cambio a fin de garantizar las
importaciones de los principales insumos agropecuarios.
También, dentro del marco del segundo plan quinquenal, se
facilitó la radicación de fabricas de tractores y
la importación de los mismos con el objeto de mecanizar la
producción.

Un párrafo aparte merece el IAPI en este nuevo
escenario político, debido a que la caída de los
precios internacionales de los productos agropecuarios, no
sólo puso freno a la redistribución del ingreso
desde el campo hacia la ciudad, sino que además
forzó al gobierno a subsidiar a la producción
agraria. El IAPI intervino con subsidios a las exportaciones de
productos agropecuarios cuando los precios internacionales
decayeron más allá de los admisible por los tipos
de cambio en vigencia.

También es importante mencionar la
instrumentación de un plan de inversiones estatales, con
el objeto de aumentar la productividad agropecuaria, abarcando
áreas como la investigación y el desarrollo de la
producción; producción y distribución de
semillas, la selección y distribución de plantas a
precios subsidiados, la investigación y enseñanza
sobre el uso racional del suelo, el estímulo hacia la
producción de abonos y fertilizantes, el control de plagas
y la organización del Servicio Nacional de Sanidad
Agropecuaria.

Pese al conjunto de medidas adoptadas por el gobierno ante el
nuevo escenario, no se lograron avances significativos y muestra
de ello es la significativa reducción de las áreas
sembradas hacia 1955. Áreas que fueron utilizadas para
albergar cabezas de ganado destinadas a satisfacer el creciente
consumo interno.

3.2.3) El Plan de Estabilización

Como ya se ha mencionado al desarrollar la síntesis
general, en el año 1952 nuestro país enfrentaba una
crisis económica muy importante y que tenía sus
inicios allá por año 1949. Se planteaban graves
problemas en el modelo económico debido al crecimiento
inflacionario, la caída de los salarios en términos
reales, la merma en las exportaciones y en actividad industrial,
y el atraso tarifario en los servicios públicos junto al
creciente déficit fiscal imponían al gobierno
adoptar medidas urgentes para salir de la crisis.

Así, en el año 1952, se estableció el
Plan de Estabilización con el objeto de controlar
estrictamente el déficit fiscal, recuperar el sector
externo y contener la inflación mediante una
modificación en la orientación económica
aplicando fórmulas más "Ortodoxas". Las medidas
estaban centradas en la restricción del consumo, el
fomento del ahorro y el aumento de la productividad. Se
creó la Comisión Nacional de precios, que
trabajó en la extensión de la duración de
los convenios colectivos y el control de precios, se contrajo el
gasto público, se incentivó a la exportación
y a la inversión extranjera.

El plan fue implementado con éxito logrando contener la
inflación, reduciendo el índice de precios
minoristas del 40% en el trienio 1949-51 al 19% para el trienio
siguiente, además la deuda pública cayó
sensiblemente del 63% de la renta nacional 1946 al 57% en 1954 y
las exportaciones aumentaron en un 80% entre 1952-1953.

3.2.4) La Ley de Inversiones Extranjeras y Los Contratos
Petroleros

En el marco de la nueva orientación de la
política económica del segundo gobierno Peronista
es importantes detenerse en estos dos importantes puntos:

Ley de Inversiones Extranjeras

En Agosto de 1953 se sancionó la ley 14.222 que
implementó el primer régimen integral de
inversiones financieras. La misma disponía beneficios
especiales para la radicación de inversiones en la
industria y la minería materializadas en divisas, bienes
físicos o inmateriales. Dentro de los beneficios se
destacaban la posibilidad de remitir un equivalente al 8% anual
de capital registrado en concepto de utilidades a partir del
segundo año y la repatriación de capitales luego de
10 años mediante amortizaciones anuales del 10% o 20%.
Además contemplaba exención de derechos de aduana
para maquinarias y equipos relacionados con las inversiones. En
1955 cesó su vigencia con un saldo de 14 empresas
extranjeras radicadas con inversiones de U$S 12.200.000. Pese a
ello la ley no conformó a las grandes empresas
internacionales debido a la escasa transferencia de utilidades
que la misma permitía.

 

Los Contratos Petroleros

"El país tiene que resolver el problema
energético si no quiere ver, en cualquier momento,
expuestas sus industrias a la paralización total"

Juan Domingo Perón, Discurso
Público (1955)

 

El país enfrentaba una difícil situación,
en cuanto al aprovisionamiento de energía debido a las
dificultados en el abastecimiento de petróleo. La
producción de YPF se encontraba estancada debido al
desgaste de las maquinarias perforadoras y su difícil
reposición. El gobierno comenzó a poner sus
esfuerzos en reforzar la capacidad de aprovisionamiento de YPF,
sin embargo y pese a crecer sustancialmente la producción
de combustibles no se expandió conforme a las necesidades
del país. EL déficit alcanzaba al 50% para 1953. En
este marco, se incrementaron las importaciones con un impacto
significativo en la balanza comercial calculado en un 15.1, 21.2
y 22.9 para los años 1951-52-53 respectivamente.

Esta situación llevó al gobierno Peronista a
tomar una de sus decisiones más controvertidas y
cuestionadas de su historia, que aglutinó la
opinión critica de toda la oposición: la firma del
Precontrato con la Compañía California Argentina de
Petróleo S.A. subsidiaria de Standard Oil Co. Mediante
este precontrato, la compañía se comprometía
a invertir U$S13.500.000 durante un período de cuatro
años para explorar y explotar en Comodoro Rivadavia (Santa
Cruz) un área de 50.000 Km2. La empresa entregaría
al estado el 50% de sus utilidades y vendería a YPF la
producción a precio dólar, gozando de exenciones
impositivas y de derechos de importación. El derrocamiento
de Perón, poco después de enviado al Congreso para
su aprobación, impidió que el controvertido
convenio sea aprobado.

CAPITULO IV:

Impacto Macroeconómico de las
Políticas Económicas Peronistas

4..1) La Evolución
Macroeconómica[8]

Desde el punto de vista macroeconómico, al analizar el
desempeño de los gobiernos Peronistas durante el
período 1946-1955, nos encontramos con tres
períodos claramente difenciados en virtud del
análisis de tres variables económicas
fundamentales: el PBI, el Consumo y la Inversión.

El primer período es el trienio 1946-1948. En
este lapso la economía se caracterizó por un fuerte
crecimiento del PBI con picos de 11.1% y un promedio de 8.5% a lo
largo de los tres años. La política
económica impulsada por el gobierno y el escenario
favorable de posguerra, fueron elementos que potenciaron el
crecimiento del período, ubicando a la producción
con signos positivos en torno al 30%, al consumo con crecimientos
del 18%, y la inversión pasó de 11.007 en 1946 a
17.464 en 1948( cifras expresadas en millones de pesos).

La política salarial basada en la redistribución
del ingreso tuvo gran influencia en el crecimiento del consumo, y
consecuentemente de la demanda global, hecho que generó el
crecimiento de las importaciones que se cuadruplicaron durante
este lapso ya que una amplia gama de bienes de consumo e
inversión no se producían a nivel local. Sin
embargo, este crecimiento de las importaciones era compensado por
el elevado precio de los productos agropecuarios y las
exportaciones de los mismos que permitían mantener un
equilibrio en la Balanza de Pagos.

Durante la guerra, las importaciones de bienes se había
reducido por lo que, al finalizar la misma, creció de
sobremanera la demanda de maquinarias importadas y aprovechando
las facilidades crediticias, la inversión creció de
manera extraordinaria.

Otro de los actores fundamentales en la expansión de la
demanda, tanto en el consumo como en la inversión, fue el
Estado. La nacionalización de los servicios
públicos unido al rol del estado empresario y empleador,
jugaron un papel preponderante en el crecimiento
económico. Pero hacia 1948 esta etapa de auge llega a su
techo.

El Segundo Período es el trienio 1949-1952. A
partir del año 1949, comienza un periodo de
depresión económica con contracciones importantes
del consumo y la inversión. El porcentaje de crecimiento
del PBI se ubicó en un promedio de -0.9, la caída
del consumo fue en promedio de -0.515 y la inversión
cayó de 17.464 en 1948 a 13.448 en 1952 (cifras expresadas
en millones de pesos). Así, como el período
anterior fue claramente favorecido por la coyuntura
internacional, esta etapa de crisis estuvo atenuada por la
estrepitosa caída de los precios internacionales
agropecuarios, las intensas sequías soportadas por el
país y por la disminución de las reservas de
divisas. Esta situación provocó un serio replanteo
de la política económica, que se materializó
en el Plan de Estabilización de 1952.

El sector industrial necesitaba de la importación de
bienes de capital e insumos para enfrentar la demanda de bienes
de consumo, y la situación llevaba a cuellos de botella
con consecuencias inflacionarias. La caída de las
exportaciones agropecuarias y la falta de capacidad de
exportación de la industria, generaban ausencia de divisas
para enfrentar el constante déficit de la balanza de
pagos.

El Tercer Período es el trienio 1953-1955. En
este período el gobierno adoptó un conjunto de
medidas económicas con el objeto de salir de la
situación de crisis, dentro de las cuales se destaca el
segundo plan quinquenal y el plan de estabilización.
Durante este lapso, se observa una importante recuperación
del PBI con cifras de crecimiento cercanas al 4.6% en promedio,
con recuperación del consumo en torno al 11.5% y de la
inversión que llegó al punto de 15.427 para el
año 1955 (cifras expresadas en millones de pesos), aunque
estos valores son inferiores a los logrados durante el primer
trienio. Se estimuló la inversión y la
exportación de productos agropecuarios y se equilibraron
las cuentas fiscales, se logró una expansión de la
oferta y la demanda global. Además, en el plano del
comercio exterior se mantuvo un equilibrio con un déficit
razonable.

Para finalizar debemos reconocer que, aunque la
economía en 1955 no se encontraba en crisis, presentaba
problemas estructurales que a largo plazo atentaban contra la
expansión económica del país.

CONCLUSIÓN

Luego de analizar en profundidad el desempeño en
materia de políticas económicas de la primera y
segunda presidencia de Juan Domingo Perón, mediante la
lectura de la obra de prestigiosos autores, he arribado a las
siguientes conclusiones:

"Los procesos económicos no se producen en el
vacío. Lo hacen dentro de un marco histórico global
y dentro de una sociedad dada. Son parte del conjunto de procesos
que conforman el cambio social, histórico e institucional.
En algunos casos lo impulsan, en otros son derivaciones de
aquel."[9] Tal como expresa la frase, el
pensamiento económico del peronismo y la
materialización del mismo en la Argentina no se produce en
el vacío, sino que nace en un marco histórico
global y dentro de una sociedad dada; siendo parte de un conjunto
de procesos que conformaron un cambio social, histórico e
institucional.

 

Juan Domingo Perón, en sus años de gobierno,
desarrolló una política económica en donde
el Estado pasa a convertirse en un actor principal, que irrumpe
decididamente en la economía y culmina con la
visión liberalista que había caracterizado a los
anteriores gobiernos. Imprime el Rol del Estado Interventor,
nacionalista, que buscaba alternativas a las profundas crisis que
planteaba el capitalismo de libre mercado mediante la
búsqueda de la independencia económica. Un gobierno
que supo aprovechar el contexto favorable de posguerra para
impulsar la industrialización de nuestro país, y
que trabajó arduamente en la redistribución del
ingreso.

Las conquistas saláriales, el desarrollo de la
industria liviana por sustitución de esas importaciones,
la protección de la industria nacional, la
nacionalización de empresas privadas de capitales
extranjeros, la provisión pública de servicios
públicos esenciales, el incremento en el empleo y los
salarios de los obreros, el crecimiento del consumo, la
inversión, y de la economía en su conjunto, forman
parte de los aciertos más importantes de las
políticas económicas adoptadas.

Pero el modelo económico implementado tuvo grandes
contradicciones que, poco a poco, emergieron a la realidad y
colocaron al País en un estado de crisis. En primer lugar,
no se logro desarrollar por completo la industrialización
por sustitución de importaciones, generando una
dependencia económica constante del sector externo
mediante la importación de bienes producidos por las
industrias dinámicas (Bienes de capital, combustibles,
etc). En Segundo lugar el excesivo crecimiento del Estado y su
decidida intervención en la expansión de demanda
global y de la oferta monetaria, engendró un silencioso
espiral inflacionario. En tercer lugar, el proceso de
redistribución del ingreso se apoyó en la "suerte"
de la producción agropecuaria, o sea, que dependió
de un conjunto de precios internacionales y de las inclemencias
climáticas. Cuando se produjeron cuellos de botellas en la
producción por ausencias de bienes de capital y
presión de la demanda, cuando la inflación
dejó de ser un enemigo circunstancial y se
transformó en un enemigo real, y cuando cayeron los
precios internacionales de los productos agropecuarios y se
sufrieron repetidas sequías; el modelo económico
del peronismo entró en proceso crisis del cual
logró salir cambiando el "Rumbo Económico".

Tal vez uno de los aciertos más grandes del Peronismo
sea haberse replanteado su propio modelo económico y
reconocer que era necesario cambiar el rumbo, cuando el contexto
así se lo impuso. La inteligencia de redireccionar su
política económica al comenzar la segunda
Presidencia es un hecho muy destacable, más aún si
consideramos que las elecciones habían sido ganadas por el
Peronismo con amplio margen.

En el devenir del Nuevo Rumbo Económico se tomaron
medidas adecuadas con el fin de enfrentar y salir, poco a poco,
de la crisis económica que agobiaba a la Argentina. Los
controles de precios mediante el subsidio de los bienes de
consumo popular y el fomento del ahorro, lograron contener el
proceso inflacionario, la apertura a las inversiones extranjeras
permitió el equipamiento de las industrias locales y su
consecuente incremento de la productividad permitió
reducir la brecha existente entre la demanda global y la oferta
global. Además, el apoyo al sector agropecuario traducido
en inversiones y los subsidios a las exportaciones, el
reordenamiento del gasto público y las tarifas de los
servicios públicos permitieron equilibrar las cuentas
fiscales y la balanza de pagos.

Las políticas económicas adoptadas por
Perón, en mi opinión, han tenido un marcado rumbo:
"Lograr un país industrializado; basado en el
crecimiento económico mediante la Sustitución de
importaciones, y con alto grado de justicia social."
Y creo
que más allá del contexto inicial favorable, de los
resultados obtenidos y de los errores cometidos, de los ajustes
económicos experimentados en el camino; lo más
importante fue haber definido un rumbo político,
económico y social, y haber dirigido a todo un País
hacia él.

Para finalizar creo se puede discutir el cómo y el
cuándo, las estrategias, los modos y las formas de
implementar las políticas, pero lo que no se puede
discutir nunca son los hechos reales que existen, que son en si
mismos únicos, y que dejan en algunos casos una huella
imborrable en la historia. No hay duda entre las más
destacadas corrientes de opinión que el "primer Peronismo"
dejó una huella profunda en el comportamiento
económico de la Argentina.

Cuadros Anexos

El Gasto público y la Política Fiscal (Cuadro
Nro 1)

Año

Gasto

Ingresos

Déficit

Déficit(porcentaje del PBI)

 

 

 

 

 

1945

12.494

9.171

3.323

7.23

1946

12.567

9.383

3.184

6.36

1947

17.047

13.376

3.671

6.60

1948

24.687

14.227

10.460

17.87

1949

17.002

14.244

2.758

4.76

1950

17.236

15.152

2.084

3.56

1951

17.424

16.028

1.396

2.31

1952

16.896

15.726

1.170

2.07

1953

18.363

16.848

1.515

2.55

1954

10.053

17.110

2.943

4.74

1955

18.234

15.648

2.586

4.00

 

 

 

 

 

Fuente: CEPAL (1958)

 

 

 

Cuentas del Sector Público consolidado
(en millones de pesos 1950)

 

La Evolución Macroecómica (Cuadro Nro
2)

Año

PBI

PBI, porcentaje de crecimiento

Consumo

Inversión

 

 

 

 

 

1946

50.035

8.9

37.698

11.007

1947

55.600

11.1

42.451

17.470

1948

58.679

5.5

44.505

17.464

1949

57.888

-1,3

44.660

14.667

1950

58.599

1.2

45.466

14.735

1951

60.423

3.1

46.000

15.530

1952

56.411

-6,6

43.811

13.448

1953

59.499

5.4

44.649

13.143

1954

62.072

4.4

46.525

14.325

1955

64.661

4.2

49.794

15.427

Prom.

 

 

 

 

1946-1955

 

3.6

 

 

Fuente: CEPAL (1958)

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

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Autor:

Matías Battista

Profesor titular: DR. Miguel A. Asencio

Universidad nacional del litoral

Facultad de ciencias económicas

Cátedra de economía argentina

Año 2009

Monografias.com

[1] Ferrer, A. "La Economía Argentina.
Evolución, principales etapas, problemas actuales". FCE,
Buenos Aires 1979, pág. 226-227

[2] M. Rapoport, "Historia económica,
política y social de la Argentina".Ed. Macchi, Buenos
Aires, 2003, 2 edición, págs. 385-386

[3] A. Cafiero, "de la economía
social-justicialista al régimen liberal capitalista",
Ed. EUDEBA, Buenos Aires, 1974, pág. 104

[4] M. Rapoport, "Historia económica,
política y social de la Argentina".Ed. Macchi, Buenos
Aires, 2003, 2 edición, págs. 408-409

[5] B. Sarlo, "Historia Visual de la
Argentina Contemporánea", Ed. Clarín , Buenos
Aires, 1998, Tomo 6, capitulo 24, pág. 308

[6] E. De Ípola, "Historia Visual de
la Argentina Contemporánea", Ed. Clarín , Buenos
Aires, 1998, Tomo 6, capitulo 25, pág. 318

[7] M. Rapoport, "Historia económica,
política y social de la Argentina".Ed. Macchi, Buenos
Aires, 2003, 2 edición, págs. 475-476

[8] Para comprender el texto de manera
más acabada es necesario ayudarse con el cuadro Nº
2 de la hoja de cuadros anexos, página 25.

[9] Ascencio, M. "La Economía
Argentina como Incógnita", EUDEBA, 1998, pág
79

Partes: 1, 2
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