- Alinee la innovación
con la estrategia de la empresa - Obtenga el compromiso del
equipo directivo - Desarrolle
un plan de comunicación, capacitación e
incentivos - Defina la
estructura y roles para apoyar la
innovación - Defina el
proceso de evaluación de las ideas - Fomente una
cultura de innovación - Defina
métricas de innovación - Conclusión
Hoy no es necesario convencer a nadie sobre
la importancia de la innovación. La mayoría de los
gerentes comprende que en un mundo donde el cambio no solo
es constante sino que se acelera, la empresa que
deje de innovar se quedará atrás de sus
competidores.
Adicionalmente, la crisis
económica que estamos viviendo nos ha hecho recordar lo
importante que es innovar para asegurar la supervivencia de
nuestras empresas. Sin
embargo, a pesar que la mayoría de los gerentes reconoce
que la innovación es algo importante, muy pocos saben
cómo ponerla en práctica o la tienen dentro de sus
primeras prioridades.
En mi opinión, el dilema no es si
innovar o no innovar, pues la mayoría de las empresas
innovan en mayor o menor grado.
El reto hoy es cómo hacemos para
innovar más rápido y sistemáticamente. De
acuerdo con mi experiencia, la mayoría de las empresas en
América
Latina innovan "al chispazo". Es decir, la innovación
es prácticamente un acto al azar, una chispa que salta de
vez en cuando en la mente de ciertas personas, ya sea el
dueño de la empresa o un
gerente
visionario. Si estas personas se van de la empresa la
innovación desaparece. Es decir la innovación no es
una capacidad que se gestiona y sistematiza en la empresa para
mejorar la ventaja competitiva.
Ya hay algunas empresas líderes que
ven la innovación como un proceso
crítico de negocios, al
igual que las ventas, las
finanzas o los
recursos
humanos, que puede ser planificado, gestionado y medido.
Afortunadamente, las prácticas y los sistemas para
implementar la innovación como una capacidad clave en la
empresa existen. A continuación explico cómo
implementar un programa de
innovación en su empresa, independientemente del
tamaño que tenga su empresa.
Alinee la
innovación con la estrategia de la
empresa
Muchas empresas se lanzan a innovar sin
tener una visión clara de cómo la innovación
les va a ayudar a mejorar su ventaja competitiva. La
mayoría de estos esfuerzos son vistos por el personal como
"una moda pasajera" y
terminan convirtiéndose en el "sabor del mes".
Para que realmente sea efectiva, la
innovación debe alinearse con los objetivos
estratégicos de la empresa. No se trata de innovar por
innovar, si no de innovar para aumentar las ventas o reducir los
costos de la
empresa, en resumen, mejorar la rentabilidad.
Muchas empresas se pierden en la
innovación por no tener una estrategia de
innovación clara. Entonces empiezan queriendo innovar en
todo y terminan innovando en nada. Antes de iniciar un proceso de
innovación se debe definir muy concreta y operativamente
qué va a significar la innovación para la empresa.
Es muy diferente innovar en una empresa de
alimentos, en
un banco o en una
empresa de comunicaciones, por lo que cada organización debe definir qué
significa innovar en su industria.
Antes de iniciar cualquier esfuerzo de
innovación es importante definir cuántos recursos
está la empresa dispuesta a invertir en innovación
(presupuesto de
innovación) y calcular cuál puede ser el retorno de
esa inversión. Al final, como me decía
el gerente de un banco que implementó un programa de
innovación en Centroamérica, "hay que ver la
innovación como un negocio en sí mismo".
Obtenga el
compromiso del equipo directivo
Como cualquier cambio que se quiera
realizar en una empresa, aquello que no tiene el compromiso de la
alta gerencia no va
a funcionar. Suena obvio decirlo, sin embargo he notado una
diferencia dramática en los programas de
innovación que son iniciados y apoyados por el Gerente
General, de aquellos que son impulsados únicamente por un
área funcional. Si la alta gerencia no cree en la
innovación, esa actitud va a
permear a toda la
organización.
Al final, la pasión por la
innovación es algo que no se puede simular. O se tiene o
no se tiene. O la innovación está en sus
prioridades o no la está. Al final, no vamos a
engañar a nadie, la gente observará cuánto
tiempo le
dedica el equipo gerencial a la innovación.
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