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Y Wall Street se mudó a Washington (página 6)




Enviado por Ricardo Lomoro



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– Wall Street critica la propuesta de un "fondo tóxico"
(The Wall Street Journal – 11/2/09)

(Por Peter Lattman, Scott Patterson y Serena Ng, en Nueva
York)

Las firmas de capital
privado, los fondos de pensión y otros inversionistas,
todos necesarios para poner en marcha los planes del gobierno
estadounidense de comprar activos
tóxicos de grandes bancos, han
expresado su frustración respecto a la escasez de
detalles que ha dado el secretario del Tesoro Timothy Geithner en
el anuncio del programa.

Algunos inversionistas dicen que el programa, llamado Fondo de
Inversión Público-Privado,
probablemente será demasiado pequeño para estimular
las compras de
valores
respaldados por hipotecas impagas y otros activos. Otros
inversionistas se quejan de que el plan es demasiado
vago y que por eso, de momento, preferirán quedarse al
margen.

Los planes prevén que el fondo de inversión
"ofrezca capital y financiación estatal para ayudar a
apalancar el capital privado y, de esta forma, poner en marcha
nuevamente los mercados
privados", declaró Geithner el martes. "Estamos explorando
una serie de estructuras
distintas para el programa", dijo, agregando que el gobierno
ofrecerá hasta US$ 1 billón (millón de
millones) en financiación a los inversionistas
privados.

Bajo una de las posibilidades en consideración, el
gobierno estadounidense y los inversionistas privados
inyectarían las mismas cantidades de capital, según
fuentes al
tanto. Luego, la Reserva Federal (Fed) otorgaría
préstamos al fondo de inversión, posibilitando que
aumente sustancialmente su poder de
compra. Cualquier rendimiento sería repartido entre los
contribuyentes e inversionistas.

"Cualquier cosa que el gobierno pueda hacer para restaurar
niveles moderados de apalancamiento sería favorable para
la economía", escribió en un email
Michael Vranos, gerente de
Ellington Capital Management LLC, uno de los mayores fondos de
cobertura de hipotecas.

Durante los últimos 18 meses, las instituciones
financieras han luchado para determinar cómo valorar
activos en problemas en
sus balances en medio de la paralización de los mercados.
Dichos activos incluyen valores respaldados por hipotecas de alto
riesgo, tanto
residenciales como comerciales, préstamos al sector de
bienes
raíces ligados a hoteles y
edificios de oficinas, y deuda corporativa emitida para financiar
compras apalancadas de compañías que ahora
están al borde de una cesación de pagos.

La tambaleante economía y el declive de los precios de
inmuebles han dificultado aún más la tarea de
definir cuánto valen estos activos. Al mismo tiempo, el
congelamiento del flujo de nuevos valores respaldados por activos
ha resultado en una cantidad muy pequeña de valores que se
puedan usar para evaluar activos más antiguos con
características similares. Los esfuerzos del gobierno para
modificar las hipotecas en problemas están desconcertando
a los inversionistas que intentan predecir los pagos en efectivo
en grupos de valores
respaldados por hipotecas.

"La incertidumbre que el gobierno ha creado ha hecho casi
imposible determinar el precio de
muchos valores", dice Douglas Dachille, presidente ejecutivo de
la firma de gestión
de fondos First Principles Capital Management en Nueva York.

Grandes firmas de capital privado como Carlyle Group y
Blackstone Group, que gestionan fondos multimillonarios,
están interesadas en comprar las clases de activos que
están en la mira del nuevo programa del Departamento del
Tesoro, según fuentes cercanas a estas empresas. Sin
embargo, dada la naturaleza
arriesgada de los activos, probablemente preferirán
esperar hasta que esté más claro que el gobierno
proveerá suficiente respaldo financiero.

Otros compradores potenciales están sufriendo
demasiados apuros financieros por su cuenta para poder inyectar
más dinero en
activos tóxicos. "Imagino que las aseguradoras
optarán por limitar su exposición
a estos activos tóxicos y muchas de ellas quizás
dejarán pasar la oportunidad", anticipa Robert Hartwig,
director del Instituto de Informaciones de Seguros, una
entidad que representa al sector.

– La UE dará seis meses a la banca para vender
activos "tóxicos" al Estado (Cinco
Días – 11/2/09)

La UE dio ayer el pistoletazo de salida para la
creación de bancos malos en Europa, entre las
reticencias de países que, como España,
temen que el proceso
distorsione la competencia en el
sector. Bruselas promete una vigilancia estricta y sólo
concederá seis meses para que las entidades se deshagan de
sus activos tóxicos.

(Por Bernardo de Miguel – Bruselas)

El principio de acuerdo para la creación de bancos
malos en Europa fue suscrito ayer en Bruselas por los 27
ministros de Economía de la UE (Ecofin), después de
un largo desayuno de trabajo sobre
la urgente necesidad de restablecer el flujo del crédito
hacia empresas y familias.

A pesar de las reticencias de algunos de los presentes, entre
ellos el vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, el Ecofin
aceptó que la estabilidad del sector financiero requiere
zanjar de una vez el problema de los llamados activos
tóxicos. E incluso amplió ese concepto, con la
nueva denominación de activos impedidos, para que el plan
incluya también productos que
han perdido valor, como
los préstamos hipotecarios en países donde ha
estallado la burbuja inmobiliaria.

La Comisión Europea publicará dentro de unos 15
días las directrices sobre los criterios que
deberán utilizarse en la compra de esos activos para
evitar que la operación sea un respaldo de Estado
ilegal.

El borrador actual de ese documento concede seis meses para
que los bancos se acojan al nuevo plan de apoyo. Bruselas cree
que con ese plazo tan corto se reduce la posibilidad de que los
bancos retrasen la identificación de sus activos
tóxicos "con la esperanza de obtener más adelante
un nivel de ayuda superior".

Si algún banco solicita
respaldo al Estado después de expirar el plazo para acudir
al banco malo, sólo se le podrá conceder en caso de
que las dificultades que afronte hayan surgido de manera
inesperada y no estén relacionadas con la actual crisis.

La descarga de activos tóxicos, añade el citado
documento, quedará condicionada "al compromiso de
continuar proporcionando crédito para cubrir adecuadamente
la demanda de
acuerdo con criterios comerciales".

La CE también quiere imponer planes de
reestructuración a las entidades que limpien su balance a
costa de un banco malo creado por el Estado. Las
medidas que se podrán exigir abarcan desde un simple
ajuste de los sistemas de
gestión de riesgo hasta la liquidación ordenada de
la entidad, pasando por la desinversión de actividades no
esenciales.

Bruselas asegura que estudiará caso por caso para
determinar la dureza de las condiciones a cambio de la
ayuda. Y advierte que tomará como "agravante" el hecho de
que la adecuada evaluación
de los activos tóxicos deje a una entidad en
situación de insolvencia si no cuenta con la ayuda del
Estado. Los bancos ayudados deberán demostrar su
viabilidad, facilitando semanalmente a las autoridades la
valoración de su cartera.

Por último, la CE advierte que "será necesario
garantizar una clara separación funcional y organizativa
entre el banco beneficiario y los activos impedidos". Esa barrera
deberá erigirse con independencia
de que los Estados que elijan comprar los activos tóxicos
se limiten a la concesión de un aval sobre su valor
(fórmula utilizada en el Reino Unido y, en cierta media,
en Holanda).

Todas esas directrices planteadas por la Comisión se
aplicarán bajo el principio general de que "el banco
beneficiado deberá compartir las perdidas asociadas a los
activos impedidos".

A pesar de todas estas garantías, Solbes
señaló en rueda de prensa que la
creación de los bancos malos "vuelve a plantearnos el
dificilísimo equilibrio
entre la estabilidad financiera y la igualdad de
trato a todas las entidades". "No es un tema fácil",
añadió el ministro español,
que pidió a la CE una vigilancia estricta sobre todo el
proceso.

El ministro checo de Economía y presidente semestral
del Ecofin, Miroslav Kalousek, aseguró que la
creación de bancos malos "se hará preservando la
igualdad de condiciones para todo el sector". Y el comisario
europeo de Economía, Joaquín Almunia,
prometió que la CE velará para que el nuevo
mecanismo no genere "ni proteccionismo ni barreras en un sector
tan crucial como el financiero".

La factura puede
rozar el billón de euros

La valoración de los activos tóxicos supone una
de las mayores dificultades del proceso de creación de
bancos malos. Bruselas quiere que la lleven a cabo expertos
independientes, bajo la supervisión de las autoridades
respectivas.

Tampoco está claro el impacto presupuestario de la
creación de los bancos malos. La Comisión Europea,
se negó ayer a especular sobre cualquier cifra. Pero a
juzgar por el volumen de
productos estructurados en el sector financiero europeo (casi 18
billones de euros) la factura puede ser descomunal.

Daniel Gros, director del instituto de estudios Centre for
European Policy Studies, recuerda que los bancos malos "no
sólo tendrán que absorber activos tóxicos
procedentes de EEUU, sino también, posiblemente,
préstamos en Europa central y del este". Gros estima que
el coste final podría estar "por debajo del billón
de euros".

– Cinco razones por las que al mercado no le
gusta el plan de rescate financiero (El Economista –
11/2/09)

(Por Ainhoa Giménez, Bolságora)

Anoche muchos nos frotábamos los ojos ante el tremendo
batacazo de Wall Street y no entendíamos muy bien a
qué venía tamaño castigo. Todas las
crónicas hablaban de decepción con el plan de
rescate financiero del secretario del Tesoro, Tim Geithner, pero
no del porqué de esa decepción. A priori, parece un
plan bastante más amplio, completo, centrado y claro que
el de Paulson (aunque también mucho más caro, eso
es verdad). Entonces, ¿a qué viene esta
caída?

CNBC.com trató de responder a esta pregunta con un
artículo en el que identifica las cinco principales
razones que explican esta violenta reacción del mercado al
plan bancario. Son las siguientes:

1. Realmente no hay ningún cambio

"Puede que no haya mucho más que se pueda hacer ahora
salvo dejar que las cosas se arreglen solas", opina David
Twibell, presidente de banca privada de Colorado Capital Bank.
Para un profesional del mercado, el plan bancario parece
más de lo mismo. Los inversores esperaban concreciones
sobre cómo se sacarán los activos tóxicos de
los balances bancarios, pero se quedaron sin saber cómo se
valorarán estos activos -el quid de la cuestión- ni
quién los comprará. Y como todo el mundo sabe, el
mercado odia la incertidumbre.

"Necesitamos sabes cómo va a funcionar exactamente este
programa", añade Twibell. La única novedad real que
señala todo el mundo es la medida para ayudar a las
pymes, pero el
resto era más que sabido. Otro elemento de crítica: no se sabe si se va a eliminar o
no la regla del mark to market (recuerden que las expectativas al
respecto habían provocado el último rebote
bursátil).

2. Muy lejos de estar definido

Con tantos detalles por concretar, hay mucho trabajo por
delante, lo que crea más incertidumbre para los
inversores. "Lo van a revisar un montón de veces", predice
Quincy Krosby, estratega jefe de The Hartford. Lo que el mercado
quería saber era cómo va a ser capaz el Gobierno de
ayudar a los bancos a librarse de los activos tóxicos a la
vez que protege a los contribuyentes y a los inversores.
"Seguimos atascados en el viejo problema de cómo valoras
eso y cómo estructuras aquello", añade Twibell.

3. La burbuja de los bonos
estallará

Los bonos volvieron a subir ayer por la búsqueda de un
refugio, pero los precios de la deuda
pública probablemente van a bajar a medida que
más y más oferta de
papel salga al mercado para financiar el rescate de los bancos.
El Gobierno va a tener muchas dificultades para conseguir colocar
a buenos precios una deuda que todo el mundo sabe que tiene que
vender a toda prisa.

"La idea de que puedes tomar prestado y gastar una y otra vez,
aumentar cada vez más el déficit e imprimir dinero
sin consecuencias es ingenua en economía", opina Mike
Larson, analista del newsletter Money & Markets. Es decir, un
plan tan caro como éste y la necesidad de financiarlo con
deuda tendrán consecuencias desagradables, como esta
subida de los tipos a largo plazo que se trasladará a los
tipos de los créditos y las hipotecas.

4. El dinero se
mantendrá a la espera

Si el Gobierno es incapaz de eliminar la incertidumbre que
pesa sobre la bolsa, convencer a la gente de comprar acciones
será muy difícil. "Puede haber más
turbulencias por delante hasta que los inversores no tengan la
sensación de que se está solucionando el problema
de los balances de los bancos", prevé Andrew Wilkinson,
estratega de Interactive Brokers. La consecuencia probablemente
será un mercado que continuará en lateral y que
seguramente volverá a probar los mínimos de
noviembre. No hay razones para poner mucho dinero en este mercado
mientras la situación económica y del sistema
financiero no se estabilice.

5. Una esperanza: las compras atraen más compras

El único rayo de esperanza tras el batacazo
post-Geithner es que puedes poner el contador a cero. A medida
que aparecían noticias la
semana pasada sobre la preparación del plan, los mercados
rebotaron. Cuando se desveló ayer el plan real, el mercado
se vino abajo. Lo de comprar con el rumor y vender con la noticia
ha sido una constante en el último año, y si
continúa esa tendencia, hay motivos para esperar que el
batacazo haya sido cosa de un solo día.

"Son ventas de
traders, pura y simplemente. Cuando el Dow vuelva a 7.900
ó 7.850, los compradores volverán, no pasa nada",
opina Michael Cohn, estratega jefe de Atlantis Asset Management.
Así que si las ventas de hoy engendran ventas, hay que
esperar que lo mismo ocurra con las compras cuando haya un
catalizador que ayude al mercado a superar lo de anoche. Y eso
probablemente ocurrirá cuando Wall Street tenga una idea
más clara de qué va a hacer el Gobierno.

– Los inversores querrían medidas más concretas
– La ambigüedad del plan de rescate de los bancos hunde a
Wall Street (El Mundo – 11/2/09)

(Por Pablo Pardo)

Sólo en Estados Unidos un
miembro del gabinete del presidente es capaz de dar una entrevista en
directo a una televisión exactamente diez minutos
después de haber anunciado un plan de choque contra la
mayor crisis financiera de las últimas siete
décadas. En cualquier otro país, el responsable se
marcharía dejando que el mercado y los expertos analicen
lo que ha dicho. Pero Tim Geithner, el secretario del Tesoro,
está en estos momentos sometiéndose a un "tercer
grado" ante dos de las estrellas de la cadena de información financiera CNBC.

Un "tercer grado" del que Geithner no está saliendo
demasiado bien parado. Dow Jones (-381.99 / -4.62%) y Nasdaq
(-66.83 / -4.2%) han recibido su plan con desplomes. Y, cuando le
han preguntado al respecto, el secretario del Tesoro no ha sido
capaz de decir nada. Su única respuesta ha sido:
"Ésta es una crisis aguda y severa. Tenemos que ser
honestos con la gente acerca de lo duro que esto va a ser". Unas
declaraciones a la altura de lo que acaba de decir cuando le
recordaron su fraude fiscal de
34.000 dólares en 2002-2004: "Metí la pata".

¿Por qué ha caído el Dow Jones? Porque
Geithner no ha estado a la altura de lo que se esperaba.
Después de crear unas expectativas excesivas, ha salido
con un plan complejo y que no estará perfilado hasta
dentro de "varias semanas". No hay cosa que la Bolsa odie
más que la incertidumbre. Y Geithner ha inyectado
incertidumbre en el mercado.

Éstos son los ejes de su estrategia:

1) Un fondo con una mezcla de capital público y privado
que compre los "activos tóxicos" de los bancos. No
está claro cómo va a funcionar, ni la
dotación presupuestaria. Ni tampoco -y eso es lo
más preocupante- cómo se van a valorar unos activos
que ahora mismo nadie quiere. En principio, el fondo
arrancará con medio billón de dólares
(385.000 millones de euros), pero deberá ampliar ese
capital hasta el billón de dólares (770.000
millones de euros).

2) Una ampliación de la actual línea crediticia
lanzada por la Reserva Federal en noviembre, en virtud de la cual
el banco central compra bonos hipotecarios y respalda la
titulización de créditos al consumo. Hasta
ahora, el banco central iba a destinar 900.000 millones de
dólares (693.000 millones de euros) a esa iniciativa.
Ahora, Geithner ha anunciado que el plan tendrá 100.000
millones de dólares (69.300 millones de euros) más.
Todo ese dinero procede del Tesoro. Parece probable que esta
iniciativa sea explicada con más detalle por el presidente
de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que ahora va a prestar
declaración en el Congreso.

3) Un programa "general" de ayuda a la vivienda que, sin
embargo, no estará terminado hasta dentro de "unas pocas
semanas".

4) Más transparencia en el uso de las ayudas. Por
ejemplo, los bancos deberán pasar un "stress test", o sea, un
análisis de su estabilidad. Pero Geithner
no ha explicado en qué consistirá esa medida, ni
qué criterios se utilizarán para medir la salud de los bancos.
También habrá una mayor fiscalización de
cómo se usan las ayudas, acaso con el objetivo de
evitar que el Estado sobrepague por los activos de los bancos.
Cuando en noviembre la
Administración Bush nacionalizó parcialmente la
banca de EEUU pagó un alucinante 22% más de lo
necesario por las acciones, lo que se tradujo en un coste
innecesario para el contribuyente de 78.000 millones de
dólares (60.000 millones de euros).

Así que Geithner ha hablado mucho y ha dicho bastante
poco. El mercado se ha hundido. Y CNBC está ahora
entrevistando a la espectacular modelo Bar
Refali, que aparece en la portada de la revista Sports
Illustrated. "Ése es mi verdadero paquete de
estímulo", ha dicho el presentador. Por ahora, eso es todo
lo que hay. Al menos, hasta que el lunes las empresas
automovilísticas empiecen a informar sobre lo que han
hecho con las subvenciones que recibieron en diciembre. Geithner
ya ha dicho que habrá más ayudas.

– Banco bueno, banco malo (Negocios
12/2/09)

La UE ha descartado, de momento, la creación de un
"banco malo" para Europa.

La idea, como casi todas las iniciativas más o menos
acertadas que están teniendo lugar entre los gobiernos del
mundo desde que ocurrió el desplome financiero que
mostró la crudeza de una crisis gestada de antemano,
proviene de EEUU y concretamente se incluye en el último
plan de rescate (hemos perdido ya la cuenta) impulsado por el
presidente Obama, que costará al menos 1,5 billones.

Se trata de la creación de un denominado banco malo
(Bad Bank) donde irían a parar, mediante su
adquisición con dinero público, todos los activos
tóxicos que no estén siendo absorbidos por el
sistema bancario,
incluso después de las medidas adoptadas y los fondos o
respaldos de todo tipo (avales incluidos) otorgados por los
distintos gobiernos y autoridades en cada país. A los
700.000 millones de dólares aprobados con la Administración Bush, el Gobierno de Obama
ha añadido otro billón y medio (de los de
aquí) para comprar directamente activos tóxicos a
la banca (500.000 millones de dólares, ampliables hasta 1
billón) a través de ese banco malo, que prefiere
presentarse como fondo de inversión
público-privado. Y, además, destinará otro
billón de dólares para extender la facilidad de
préstamos sobre valores respaldados por activos (se supone
que de alta calificación o triple A), como se está
haciendo en España y otros lugares, aunque hasta ahora sin
éxito
respecto a su difusión entre la economía real
privada.

La UE ha descartado, de momento, la creación de un
banco malo para Europa, aunque admite que las circunstancias son
diferentes y podría crearse, según las necesidades,
en cada país. Incluso ha llegado a plantearse una
definición más amplia o laxa de toxicidad y
proponer que productos dañados y de facto sin liquidez por
la falta de confianza, aunque no sean activos completamente
fallidos, se incluyan en esas operaciones de
garantía pública, con dinero del contribuyente,
sobre activos. Intuimos que ya se hacía. Pero con estas
propuestas los problemas simplemente se agrandan, ya que animan y
expanden el riesgo moral y la
selección adversa; colocan a las entidades
ayudadas o rescatadas en situación de favor respecto de
quienes tratan de salir adelante con mucho esfuerzo (hemos
asistido al intento de compra de alguna entidad por parte de otra
rescatada) y, sin considerar costes, como lo mucho gastado hasta
ahora no parece suficiente, se endeuda hasta las cejas al
contribuyente para mantener a los malos, creando un supermalo, y
dejando cara de tontos a los sensatos o buenos.

– El Congreso de EEUU aprueba el plan de estímulo de
US$ 787.000 millones (The Wall Street Journal –
14/2/09)

(Por Greg Hitt y Jonathan Weisman)

El Congreso estadounidense aprobó una ley de
estímulo económico por US$ 787.000 millones
diseñada para atacar a la peor crisis económica
desde la Gran Depresión,
entregándole así una victoria al presidente Barack
Obama.

Más temprano, la Cámara baja votó 246 a
183 a favor del proyecto,
mientras que un legislador demócrata se abstuvo de emitir
su voto.

Como se esperaba, la votación se realizó dentro
de líneas partidistas. Ningún legislador
republicano votó a favor del paquete de
recuperación. Hubo siete demócratas que se
opusieron al proyecto, número menor a los 11 que
habían votado en contra de una versión previa de la
propuesta.

En la Casa Blanca, Obama dijo que el paquete es necesario para
"encender el gasto por parte de negocios y consumidores" y "hacer
las inversiones
necesarias para un crecimiento y prosperidad económica
duraderos". Sin embargo, enfatizó que la ley es
"sólo el principio" de lo que finalmente será "un
largo y difícil proceso de recuperación de nuestra
economía".

El gobierno calcula que el paquete creará o
preservará 3,5 millones de trabajos. Funcionarios
estatales reconocen que renunciaron a ciertas medidas
económicas para lograr que la medida fuera aprobada. Una
medida de US$ 70.000 millones que protegería a 26 millones
de estadounidenses de clase media
del impuesto
mínimo alternativo, un gravamen diseñado
originalmente para golpear a los más ricos, fue mantenido
por solicitud de los senadores republicanos que respaldaron la
medida, pero tiene poco impacto en la economía.

Cerca de un tercio del paquete se dedicó a recortes de
impuestos para
negocios e individuos, incluyendo una salvedad impositiva de US$
400 sobre el sueldo de los trabajadores, una expansión del
crédito para aquellos que tienen hijos y exenciones
más generosas para gastos
universitarios. Nuevos incentivos
serían suministrados para compras de autos y
compras de casas por primera vez, entre otras cosas.

El gobierno financiará el paquete. Miles de millones de
dólares fluirán durante los próximos dos
años para expandir los beneficios de desempleo, ayudar
a los estados con déficits presupuestales a evitar
recortes en educación y salud
para los pobres e inversiones para crear empleos en investigación científica,
tecnologías ecológicas y construcción de carreteras, entre otras
cosas.

David Obey, demócrata por Wisconsin, dijo que el
proyecto de gastos es vital ya que otros remedios tradicionales
se han agotado. "La única bala que queda es la política
fiscal", afirmó.

El proyecto estará listo el lunes o martes para la
firma del presidente Barack Obama, según un documento
publicado por la Casa Blanca.

"Necesitamos mostrar a la población estadounidense que podemos salvar
y crear empleos", afirmó el senador Richard Durbin,
demócrata por Illinois, durante un discurso en el
piso del Senado.

El proyecto, de más de mil páginas, contiene
varias provisiones dirigidas a grandes segmentos de la
economía. Incluye miles de millones de dólares en
nuevos programas de
gastos y recortes impositivos.

Según los republicanos, el paquete de estímulo
está inflado y no resolverá los problemas
económicos del país. Afirman que se crearán
nuevos programas de gastos que incrementarán
sustancialmente el tamaño del déficit
presupuestario federal.

– Reino Unido no descarta una nacionalización de Lloyds
(Expansión – 14/2/09)

El Gobierno británico no descarta tener una mayor
participación en el Lloyds Banking Group (del que el
Estado ya posee el 43% de las acciones) o incluso nacionalizar la
entidad, dada su desastrosa situación financiera.

Lloyds Banking Group anunció este viernes que el HBOS,
la entidad que rescató en una fusión
el año pasado, ha terminado el año 2008 con
pérdidas en torno a los
10.000 millones de libras (11.200 millones de euros). El anuncio
motivó que las acciones del grupo cayeran
un 32,45% en el cierre de la Bolsa de Londres.

Tras conocerse las cuentas del grupo
bancario, el ministro británico de Economía,
Alistair Darling, ha dicho que lo principal ahora es identificar
los activos tóxicos que aún poseen este banco y
otras entidades financieras del país para "sacarlas al
sistema" y lograr que se reanude el nivel crediticio normal en
los mercados.

Desde Roma, donde
estuvo en la reunión de ministros de Economía del
G-7, Darling ha sido entrevistado por la BBC, donde le
preguntaron en dos ocasiones si el Gobierno pensaba en una
nacionalización completa. En ninguna de las dos respuestas
lo ha descartado.

"Dije en enero (después de que el Gobierno autorizara
la fusión de Lloyds y HBOS y contribuyera a la
operación con 17.000 millones de libras) que había
un abanico de opciones que desarrollaríamos (…) para
ayudar a los bancos, porque dejamos muy, muy claro que la
integridad de los bancos es muy, muy importante" dijo Darling en
respuesta a la primera pregunta sobre una eventual
nacionalización.

Al reiterársele la pregunta, ha contestado: "en lo que
nos estamos centrando en este momento es en asegurar que podemos
identificar los activos tóxicos y, después, en
hacer frente al problema. Esa es la prioridad en este momento, no
sólo aquí sino en todo el mundo".

Las pérdidas de HBOS

Las grandes pérdidas de HBOS anunciadas el viernes
fueron consecuencia en gran medida de los malos resultados de su
división corporativa, muy expuesta a la mala evolución del sector comercial y de la
vivienda en el Reino Unido, que contabilizó 7.000 de los
10.000 millones de libras de pérdidas de la entidad
bancaria.

Los resultados ofrecieron nuevos datos sobre la
mala gestión del Halifax Bank of Scotland (HBOS), a cuyo
rescate, junto al de otros bancos, tuvo que salir el Gobierno de
Gordon Brown en octubre pasado con un paquete de ayuda de unos
44.000 millones de euros.

Darling ha defendido esa intervención y la posterior
autorización de la fusión entre Lloyds y HBOS,
argumentando que no haber hecho nada habría conducido al
colapso del conjunto del sistema bancario.

"Tuvimos que intervenir en cuestión de días,
primero, y de horas, después. Tuvimos que hacerlo muy
deprisa. No disponíamos de meses o de semanas para
hacerlo", se ha justificado el ministro. Sin aquel plan de
rescate "hoy tendríamos una conversación muy
diferente, porque todo el sistema bancario se hubiera venido
abajo, arrastrando tras de sí a millones de familias y a
millones de negocios".

– Tribuna: Economía global Paul Krugman- Incapacidad
para reaccionar (El País – 15/2/09)

Según todos los parámetros políticos
normales, el acuerdo conseguido esta semana en el Congreso de EE
UU en torno al paquete de estímulo económico ha
constituido una gran victoria para el presidente Obama. Ha
obtenido más o menos lo que había pedido: casi
800.000 millones de dólares para rescatar la
economía, y de ellos, la mayoría asignados al gasto
y no a rebajas fiscales. ¡Descorchemos el
champán!

O quizá no. Éstos no son tiempos normales, de
modo que los parámetros políticos normales no son
válidos: la victoria de Obama da la impresión de
ser más bien una derrota. La ley de estímulo parece
útil, pero inadecuada, en especial si se combina con un
decepcionante plan de rescate para los bancos. Y el juego
político en torno al plan de estímulo ha convertido
los sueños pospartidistas de Obama en
tonterías.

Empecemos por la política.

Se podría haber esperado que los republicanos se
mostrasen al menos ligeramente escarmentados en estos primeros
días del Gobierno de Obama, dada su sonora derrota en las
dos últimas elecciones y la debacle económica de
los pasados ocho años.

Pero ahora está claro que la devoción del
partido por el vudú profundo -reforzado en parte por los
grupos de
presión dispuestos a presentar rivales en las
primarias contra los herejes- es tan fuerte como siempre. Tanto
en la Cámara de Representantes como en el Senado, la
inmensa mayoría de los republicanos cerró filas en
torno a la idea de que la respuesta adecuada al vergonzoso
fracaso de las rebajas fiscales del Gobierno de Bush son
más rebajas fiscales al estilo Bush.

Y la respuesta retórica de los conservadores al plan de
estímulo -que, vale la pena tenerlo en cuenta,
costará considerablemente menos que los recortes de dos
billones de dólares en impuestos de la Administración de Bush, o el billón
gastado en Irak (y los
que se gastarán)- raya en la demencia.

Es un "robo generacional", comentaba el senador John McCain
pocos días después de votar a favor de unos
recortes tributarios que habrían costado cuatro veces
más a lo largo de la próxima década.
Está "destruyendo el futuro de mi hija. Es igual que si me
sentara a ver cómo una panda de delincuentes saquea mi
casa", decía Arnold Kling, del Instituto Cato.

Y la acritud del debate
político no da igual porque despierta dudas acerca de la
capacidad del Gobierno de Obama para recaudar más dinero
si, como parece probable, el plan de estímulo resulta
insuficiente.

Porque si bien Obama ha conseguido más o menos lo que
pidió, casi con certeza no pidió lo suficiente.
Probablemente nos enfrentamos a la peor crisis desde la Gran
Depresión. La Oficina
Presupuestaria del Congreso, que generalmente no es dada a la
hipérbole, predice que a lo largo de los próximos
tres años se producirá un desfase de 2,9 billones
de dólares entre lo que la economía puede producir
y lo que de hecho producirá. Y 800.000 millones de
dólares, aunque parezca mucho dinero, no sirve ni mucho
menos para salvar ese abismo.

Oficialmente, la Administración insiste en que el plan
es adecuado para las necesidades de la economía. Pero
pocos economistas se muestran de acuerdo. Y en general se cree
que las consideraciones políticas
llevaron a un plan más débil y que contiene
más reducciones de impuestos de los que debería
tener; que Obama cedió por adelantado, con la esperanza de
obtener un amplio apoyo de ambos partidos. Acabamos de ver lo
bien que le ha funcionado.

Sin embargo, las probabilidades de que el estímulo
fiscal resulte adecuado serían mayores si fueran
acompañadas por un rescate financiero eficaz que
descongelase los mercados crediticios y volviese a poner el
dinero en movimiento.
Pero el largamente esperado anuncio de los planes de la
Administración de Obama en ese frente, que también
se producía esta semana, aterrizaba con un vil ruido
sordo.

No es que el plan esbozado por Tim Geithner, secretario del
Tesoro, sea precisamente malo. Es más bien que es vago.
Nos deja a todos tratando de averiguar cuáles son
realmente las intenciones del Gobierno. ¿Acabarán
esas alianzas entre el sector
público y el privado siendo una forma encubierta de
avalar a los banqueros a expensas de los ciudadanos? ¿O
servirá la requerida prueba de tensión de puerta
trasera para la nacionalización temporal de los bancos?
(la solución preferida por un número cada vez mayor
de economistas, entre los que me incluyo). Quién sabe.

En general, el efecto ha sido el de ganar tiempo. Y eso no
basta.

Por el momento, la respuesta del Gobierno de Obama a la crisis
económica recuerda mucho a la respuesta de Japón
en la década de 1990: una ampliación presupuestaria
suficientemente amplia para evitar lo peor, pero no lo suficiente
como para que la recuperación arranque; apoyo al sistema
bancario, pero con reservas a la hora de obligar a los bancos a
afrontar sus pérdidas. Todavía es pronto, pero nos
estamos saliendo de la curva.

Y no sé ustedes, pero yo siento una sensación
rara en el estómago, como si Estados Unidos no estuviera a
la altura del mayor reto económico en 70 años.
Puede que los mejores no carezcan por completo de
convicción, pero parecen alarmantemente dispuestos a
conformarse con medias tintas. Y los peores están, como
siempre, llenos de apasionada intensidad, completamente ajenos al
grotesco fracaso de su doctrina en la práctica.

Todavía hay tiempo para dar la vuelta a la
situación. Pero Obama tiene que ser más fuerte y
mirar más hacia el futuro. De lo contrario, el veredicto
de esta crisis podría ser que no, no podemos.

(Paul Krugman es profesor de
Economía de Princeton y premio Nobel en 2008. © New
York Times News Service, 2009)

– Según datos oficiales – 500 bancos de EEUU
están en riesgo de quiebra (Libertad
Digital – 17/2/09)

Desde el estallido de la crisis subprime han quebrado 40
entidades en EEUU (13 en 2009). Sin embargo, cerca de 500 bancos
están en riesgo de quiebra, según los datos
oficiales. La insolvencia amenaza ahora al FDIC y la FED.

LD (M. Llamas) El Fondo de Garantía de Depósitos
(FDIC, en inglés)
advertía el pasado mes de agosto que los bancos de EEUU en
riesgo de quiebra aumentaron un 30% interanual en el primer
trimestre de 2008, hasta situarse en 117 entidades. Desde
entonces, se ha disparado el número de entidades que se
han visto obligadas a declararse en suspensión de
pagos.

En concreto,
desde el estallido de la crisis subprime en el verano de 2007 han
caído 40 bancos, según los datos oficiales de la
entidad. Sin embargo, el proceso se acelera. Más de la
mitad de dichas quiebras financieras (25) se ha materializado
desde el pasado octubre. De hecho, tan sólo en lo que va
de año han caído 13 bancos.

Monografias.com

Tal y como muestra el
siguiente gráfico, tras la calma vivida al
calor de la
burbuja del crédito ha llegado la tormenta de las
insolvencias financieras: 

Monografias.com

Y con ella, una creciente volatilidad
bursátil: 

Monografias.com

Sin embargo, se trata tan sólo del inicio. Y es que,
dicha agencia federal advertía asimismo de que la citada
lista negra seguiría "empeorando" con el paso del tiempo.
Dicho y hecho. Según los datos internos del FDIC, en la
actualidad, cerca de 500 bancos de EEUU están en riesgo de
quiebra debido a su frágil y delicada situación
financiera, tal y como recoge Lew Rockwell, presidente del
Ludwig von Mises Institute. Una cifra sustancial si se tiene en
cuenta que dicha entidad garantiza los depósitos que
mantienen los estadounidenses en más de 8.300 entidades
financieras a lo largo del país.

Monografias.com

La lista de bancos insolventes sigue en aumento. Así,
según los datos internos del FDIC, en base al Texas Ratio,
cientos de entidades estarían al borde de la quiebra.
Dicho indicador sirve para reflejar los problemas crediticios
existentes en cualquier tipo de entidad bancaria.
Básicamente, a mayor ratio menor solvencia financiera. De
este modo, los bancos con un ratio igual o mayor a 100 se
encuentran en un grave riesgo de quiebra, al tiempo que una tasa
igual o superior a 50 indica que es "vulnerable".

El FDIC carece de fondos

Llegados a este punto, los analistas consultados por LD
comienzan a temer por la capacidad misma del FDIC para poder
garantizar los depósitos de las entidades con problemas.
La cuestión es que dicho fondo federal apenas cuenta con
algo más de 50.000 millones de dólares para hacer
frente a este tipo de contingencias y devolver así el
dinero depositado por los clientes en las
entidades quebradas.

En septiembre de 2008, los depósitos en bancos de EEUU,
ascendía a poco menos de 8,8 billones de dólares.
Normalmente, el FDIC apenas tiene que hacer frente a 3 ó 4
quiebras al año con sus fondos propios. Sin embargo, 2008
ha sido un año excepcional. El pasado año, el Fondo
ha tenido que desembolsar cerca de 35.000 millones de
dólares para cubrir depósitos, con lo que apenas le
restan unos 20.000 millones de euros para afrontar nuevas
quiebras.

El problema es que 2009 amenaza con superar ampliamente el
número de quiebras bancarias registradas hasta el momento.
No obstante, el propio FDIC reconoce, al menos, 117 entidades que
están en serias dificultades, cuyo volumen de
depósitos ascendería a 76.000 millones de
dólares.

De este modo, hoy por hoy, el FDIC apenas cuenta con 20.000
millones para cubrir depósitos por valor de 76.000
millones que están en los balances de entidades al borde
del colapso. Y eso, sin contar, los otros cientos de bancos en
riesgo, según el Texas Ratio y los propios datos que
manejan las autoridades financieras de EEUU. Además, tales
dificultades serían mucho mayores si es algún gran
banco el que finalmente entra en suspensión de pagos, tal
y como aconteció con Lehman Brothers. Posibilidad que no
se descarta.

Evolución de quiebras

Desde que se fundó el FDIC, el mayor proceso de quiebra
tuvo lugar a finales de los años 80. En concreto, un total
de 534 entidades cayeron en 1989. Mientras, 18 entidades fueron
cerradas por la agencia federal en 1992. En 2009 ya se han
producido 13 quiebras bancarias.

Sin embargo, el volumen de activos y depósitos (en
dólares corrientes, ajustada la inflación) que
acumulaban las entidades quebradas en 2008 ha marcado un nuevo
récord, superando las cifras de las bancarrotas
registradas en 1989. La diferencia radica en la quiebra de WaMu,
entidad que acumulaba la mayoría de los depósitos y
activos quebrados el pasado año.

En este sentido, cabe recordar que WaMU fue intervenido por el
FDIC y vendido a JPMorgan Chase sin coste alguno para la agencia
federal. Es decir, no tuvo que desembolsar ni un dólar.
Las dudas surgen ahora en torno a la capacidad del FDIC para
hacer frente a una nueva oleada de bancarrotas en EEUU.

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– Greenspan se suma a Krugman: Hay que nacionalizar la banca
en EEUU (Libertad Digital – 18/2/09)

EEUU tendrá que nacionalizar algunos bancos con
carácter temporal para evitar la quiebra
del sistema y restaurar el crédito, según el ex
presidente de la FED Alan Greenspan, sumándose así
a la tesis de
Krugman. 500 bancos de EEUU están al borde de la quiebra,
tal y como avanzó LD.

(Libertad Digital) El que durante años fue tildado con
el calificativo de Maestro y sumo sacerdote del laisser-faire
abraza ahora la tesis intervencionista del Estado en materia
financiera. En una entrevista concedida al Financial Times, el ex
presidente de la Reserva Federal (FED) Alan Greenspan aboga por
nacionalizar algunos bancos de EEUU con carácter temporal
para solventar la crisis bancaria y restaurar el flujo del
crédito en la primera potencia
mundial.

Según Greenspan, ésta podría ser la
opción menos mala. El Maestro, al que algunos economistas
culpan de la actual situación debido a su laxa política
monetaria, se suma así al Premio Nobel de
Economía, Paul Krugman, quien recientemente recomendaba al
presidente de EEUU, Barack Obama, nacionalizar la banca y apostar
por un nuevo gran New Deal al estilo Roosevelt durante la Gran
Depresión de los años 30.

"Puede que sea necesario nacionalizar temporalmente algunos
bancos con el objetivo de facilitar una reestructuración
ordenada", señala Greenspan. "Entiendo que esto es algo
que se hace una vez cada cien años", agrega. La
nacionalización de bancos puede ser una medida temporal
para corregir la crisis en el sistema financiero y restaurar el
flujo de créditos.

Greenspan consideró que "en algunos casos, la
solución menos mala es que el Gobierno tome el control temporal"
de las entidades con problemas, ya sea a través de la
agencia de Depósitos Federales (FDIC, en inglés) o
de algún otro mecanismo. Tal y como desveló
Libertad Digital, en la actualidad, cerca de 500 bancos de EEUU
están en riesgo de quiebra.

De este modo, se confirma que las grandes entidades
financieras de la primera potencia mundial están en
bancarrota, según advirtieron algunos gurús como
Jim Rogers. El diario londinense informó en su edición
electrónica que Greenspan advirtió
que los tenedores de deuda de estos bancos, deberían estar
protegidos de antemano en caso de que llegase a concretarse
alguna nacionalización de alguna entidad bancaria.

Laboratorio de
ideas – breakingnews.com Bancos en EEUU – No hay crédito
para nadie (El País – 15/2/09)

(Por Richard Beales)

Ocho presidentes de bancos estadounidenses se ponían en
fila en Washington y recibían el miércoles un
rapapolvo del Congreso. Pero el demócrata Gregory Meeks
admitía que el Gobierno también tiene un problema
de credibilidad. Y algunas de las preguntas planteadas por sus
homólogos lo empeoraron. Entre los dos grupos hay mucho
que reconstruir.

Vikram Pandit, de Citi, pidió perdón por la
falta de sensibilidad de su banco al pedir un nuevo avión
privado, cancelado hace muy poco. Ken Lewis, de Bank of America,
recibió una reprimenda por la compra de Merrill Lynch. Los
ocho declararon que no aceptarán las bonificaciones de
2008. Pandit afirmó que sólo recibirá un
salario de
800.000 euros hasta que Citi logre beneficios. Y John Mack, de
Morgan Stanley, dijo que ama tanto su trabajo que lo haría
gratis.

Entre tanto, la mayoría de los presidentes se mostraron
partidarios de un nuevo superregulador que aglutine la
fragmentada supervisión estadounidense, el área
donde los fallos de los anteriores legisladores son más
obvios. Pero las otras deficiencias de los legisladores
también se han puesto de manifiesto.

La demócrata Maxine Waters, del comité de
servicios
financieros en la Cámara de Representantes, parecía
pensar que los bancos que recibían dinero público
deberían usarlo para abaratar a la población las
deudas en sus tarjetas de
crédito. Hubo otros sermones ridículos y muestras
de comprensión que no parecían ir más
allá de un resumen de una línea.

Hubo preguntas muy buenas. Es apropiado que los legisladores
se tomen interés
por el tema, por las pérdidas enormes y
económicamente perjudiciales de los bancos y por las
inyecciones masivas de dinero público. Sin embargo, parte
de las poses recuerdan que la nacionalización debe ser el
último recurso.

Para ser justos, los banqueros son más culpables que
los legisladores de los excesos anteriores a la crisis. Aun
así, hablaron con más sentido. Ahora que
están centrados en la tarea que tienen entre manos, lo
inteligente es apostar a que los banqueros, incluso sin
bonificaciones, arreglarán sus desaguisados con más
rapidez que los aspirantes a reguladores, y que les
sacarán bastante ventaja.

– El plan del Gobierno británico para reactivar el
crédito "no funciona" (El País –
16/2/09)

Los bancos sólo han concedido el 1,2% de los fondos
previstos. -Lloyds modera su desplome bursátil al 6% por
su probable nacionalización

El plan del Gobierno británico para hacer llegar el
crédito a las pequeñas empresas del país,
que incluye garantías del Estado por valor de 1.000
millones de libras (1.450 millones de dólares), ha
fracasado, según publica hoy el diario Financial Times.
Según este periódico,
los bancos han aprobado créditos por valor de sólo
12 millones de libras para este plan del Ejecutivo, que
ofreció a las entidades financieras garantizar el pago de
los préstamos para estimular la recuperación
empresarial.

Además, la posible nacionalización del Lloyds,
apuntada este fin de semana por Downing Street, y las noticias
sobre que el Royal Bank of Scotland (RBS) planea recortar entre
10.000 y 20.000 empleos ha puesto al sector financiero -que ha
recibido múltiples ayudas del Ejecutivo- en el punto de
mira de los inversores, que han llevado a las acciones de la
primera a ceder en torno a un 30% desde el viernes.

Volviendo a la nota del FT, dirigentes empresariales han
afirmado al rotativo que los bancos prestan el dinero "con
cuentagotas" pese al respaldo de las arcas públicas y
advirtieron de que la estrategia del Gobierno para recuperar el
tono del mercado crediticio "sencillamente no funciona".

Desde la patronal se criticó también la aparente
falta de progreso de otras iniciativas del Ejecutivo del
laborista Gordon Brown para reactivar la economía, como
las multimillonarias ayudas a la industria del
automóvil y sus empresas subsidiarias. A los empresarios
les preocupa especialmente la falta de un seguro de pago de
los créditos, que cubre a los proveedores
ante los eventuales impagos de los compradores, lo que ha
obligado al Banco de Inglaterra a
intervenir.

Dice el diario que el jefe contable del banco emisor ha
convocado varias reuniones con las empresas y con las
aseguradoras de crédito para que sigan colaborando y
trabajando juntas. La semana pasada Brown aseguró que el
plan de garantía de crédito era una prueba de los
esfuerzos del Ejecutivo para apoyar a las empresas y cifró
en 60.000 "las compañías que se han beneficiado" de
las iniciativas adoptadas para hacer frente a la
recesión.

Pero el FT considera que esa cifra de 60.000 empresas
corresponde a las que se han acogido al plan que permite
prorrogar el pago de impuestos y no al programa de
garantía de crédito. En este sentido, Phil Olford,
del Foro de Empresas
Privadas, asegura que las iniciativas del Gobierno "están
lejos de ser suficientes" y afirmó que "las medidas del
Gobierno para financiar los préstamos bancarios a las
pequeñas empresas no están arrojando resultados".
"Los préstamos se dan con cuentagotas", afirma Stephen
Alambritis, de la Federación de Pequeñas Empresas,
quien argumenta que "el concepto de prestar ayuda a los bancos
para que éstos ayuden a la economía no está
funcionando".

El FT añade que el Ministerio de Empresa
rechazó facilitar cifras sobre cuántas empresas se
han beneficiado o sobre cuánto dinero se ha prestado hasta
la fecha y que, entre los bancos, solo el Barclays informa de la
concesión de créditos por valor de 12 millones. La
polémica que vive actualmente Reino Unido se asemeja a la
que está viviendo Estados Unidos o España por
idénticos motivos. Frente a la comparecencia de los
directivos en el Congreso norteamericano, en España -donde
el Gobierno ha puesto hasta 150.000 millones a disposición
de las entidades con este fin- el Gobierno defiende la necesidad
de presionar al sector, aunque recuerdan que la política
de concesión de préstamos depende de las
entidades.

Sobre la situación de Lloyds Banking Group, el gigante
bancario británico surgido por la fusión de Lloyds
TSB y HBOS en el que el Gobierno controla un 43,4% del capital
social, continuaba cayendo en la mañana de hoy -en torno
al 6%- tras el desplome del viernes, cuando sus acciones
perdieron un 25%, tras la presentación de resultados y la
posibilidad de ser nacionalizado.

Este fuerte descenso del valor de sus participaciones
comenzó a producirse después de que el banco
anunciase que la entidad hipotecaria HBOS, que ya tuvo que ser
rescatada a través de una fusión el año
pasado, registró pérdidas por importe bruto de
10.000 millones de libras esterlinas (11.210 millones de euros)
en 2008. En algunos momentos del viernes, las acciones de Lloyds
Banking Group llegaron a perder un 43% de su valor.

Sobre el RBS, parcialmente nacionalizado después de
recibir la ayuda financiera del Gobierno, planea recortar entre
10.000 y 20.000 empleos en el marco de un plan para reducir
drásticamente los costes de la entidad, que podría
sufrir pérdidas récord de unos 30.000 millones de
libras esterlinas (33.490 millones de euros) en 2008,
según ha informado Sunday Times, que señala que el
banco escocés podría desprenderse de parte de los
activos de ABN Amro que adquirió en 2007 en consorcio
junto al Santander y Fortis.

Según el
periódico británico, el nuevo responsable de
RBS, Stephen Hester, habría indicado ya a su equipo las
líneas maestras de este plan
estratégico que podría ser anunciado la semana
próxima, antes de que el banco publique sus resultados. De
este modo, el proyecto contempla el abandono por parte de RBS de
varios mercados, especialmente en países emergentes,
así como la venta de varios
negocios que en la coyuntura actual no son considerados
estratégicos.

– Las malas noticias desinflan el optimismo bursátil
(The Wall Street Journal – 17/2/09)

Las alzas son modestas y efímeras; el oro y los
bonos del Tesoro de EEUU recobran su atractivo

(Por E.S. Browning)

Los mercados
financieros supuestamente están dominados por dos
grandes fuerzas que compiten entre sí: el temor y la
codicia. En estos momentos, parece imperar la primera.

La decepción generada por el plan de rescate financiero
y la inquietud de que el paquete de estímulo de US$
787.000 millones no reanimará la economía con la
rapidez suficiente derrumbaron el incipiente repunte
bursátil estadounidense. Ahora, a los inversionistas les
preocupa que los indicadores
accionarios regresen a los niveles de noviembre y tal vez caigan
aun más bajo.

El Promedio Industrial Dow Jones cerró la semana pasada
en 7.850,41 puntos y acumula una caída de 5,1% desde que
el gobierno de Barack Obama revelara sus últimos planes
para reactivar los mercados de crédito. El índice
está apenas 4% por encima de su mínimo de
noviembre, de 7.552,29 puntos.

"El globo de la esperanza se está desinflando", dice
Henry Herrmann, presidente ejecutivo de Waddell & Reed
Financial Inc., filial de la firma de inversiones Waddell &
Reed Inc. A fines de 2008 y principios de
2009, la firma de Herrmann apostó a un repunte de los
mercados. Redujo el efectivo en su portafolio de 17% a 11% y
aumentó su exposición a las acciones. Ahora, sin
embargo, el efectivo subió a 14%. Gestores de fondos como
Herrmann esperan que los declives bursátiles sean
modestos, pero no descartan caídas grandes.

Uno de los factores que ha decepcionado a los analistas es que
las alzas en 2009 han sido tan débiles y efímeras.
No se han visto acompañadas del volumen de transacciones y
la duración que habitualmente indican el inicio de una
recuperación duradera del mercado. Eso ha reactivado los
temores de que el Dow toque nuevos mínimos.

Todo esto ha nublado el optimismo de comienzos de febrero,
cuando algunos esperaban que el plan de recuperación
estadounidense contribuyera al repunte de la economía
global.

Los inversionistas, sin embargo, se dieron de narices contra
la dura realidad durante el criticado discurso pronunciado el
martes pasado por el secretario del Departamento del Tesoro
Timothy Geithner. Los detalles del plan para normalizar el
funcionamiento de los mercados de crédito no fueron
convincentes y Geithner subrayó en su testimonio ante el
Congreso que no había soluciones
fáciles. "La solución va a demorar más y eso
significa que la debilidad de la economía será
más prolongada. Cuesta ser optimista después de
eso", dice Herrmann.

Estas dudas quedaron reflejadas en los mercados la semana
pasada. Las materias primas industriales y los bonos chatarra,
que algunos inversionistas habían comprado para
beneficiarse de un repunte de la economía, cayeron.
Mientras, el oro y los bonos del Tesoro, considerados como
refugios en épocas de turbulencia, subieron.

Los futuros del oro, por ejemplo, avanzaron 5,5% en las
últimas cuatro jornadas de la semana pasada para cerrar el
viernes en US$ 941,50 en Nueva York, apenas 6% por debajo de su
máximo de US$ 1.003,20. El rendimiento de los bonos del
Tesoro a 10 años, que se mueve en forma opuesta a los
precios, declinó a 2,9% ayer desde 3,028%.

Los futuros de cobre, que en
las últimas semanas se habían recuperado, cayeron
4,5% entre el martes y el viernes de la semana pasada. Los
futuros del petróleo en Nueva York descendieron 5,2%
bajo la presión de
las preocupaciones económicas. La bolsa brasileña,
que había subido, volvió a bajar.

"Existe una sensación generalizada de que estamos lejos
de tocar fondo. En realidad, el fondo no está ni a la
vista", dice Edgar Peters, codirector de la firma de inversiones
First Quadrant LP. La incertidumbre significa que muy pocas
personas pueden invertir a largo plazo. "La mayoría son
inversionistas de corto plazo", dice Peters.

– La reducción al absurdo (Cinco días –
17/2/09)

(Por Nuño Rodrigo)

Poco después de la revelación de Bernard Madoff
se veían esquemas de Ponzi por todas partes. Si en
la radio
alguien decía que el sistema de Seguridad
Social es un fraude piramidal, bien se podría decir
que el propio sistema bancario es otra estafa como la de Ponzi,
pues los bancos devuelven el dinero con el dinero de terceras
personas. Y, al hilo de la noticia de la semana, esto es que
Porsche gana siete veces más especulando con sus
participadas que vendiendo coches, se dice también que
Porsche es un hedge fund.

Y también se puede argumentar, y de hecho así se
ha expresado, que el plan de buscar inversores privados para el
plan de rescate bancario en Estados Unidos prevé, en
realidad, que alguien haga de hedge fund comprando deuda
presuntamente tóxica con la expectativa de que, pasado el
huracán crediticio, se revalorice. Porque, de lo
contrario, no se entiende qué puede sacar en limpio de
ahí el sector privado, de la mano del público.

Las analogías se pueden extender hasta el infinito.
¿O no han actuado numerosas empresas españolas,
muchas de ellas constructoras, como fondos de private equity,
comprando de forma apalancada participaciones en empresas que se
financian a cuenta de los resultados de dichas participadas? Para
rizar el rizo, resulta que la nacionalización es la
salvación para los bancos de la City o de Lower
Manhattan.

Hay una cita sobre los mercados financieros que apunta que
innovación es hacer de formas no
experimentadas aquello que no está permitido con las
herramientas
habituales. Es normal, de este modo, que la reacción a la
crisis crediticia actual sea una suerte de rebelión contra
las máquinas.
Los mecanismos de control de riesgo, los modelos de
predicción de las agencias de calificación
financiera, los hedge funds que ofrecen rentabilidad
sin riesgo… Son estatuas derribadas por la realidad. Pero el
problema de fondo no es la propia innovación que, como
reza la cita, no es más que arbitraje
regulatorio. La innovación financiera es el medio; el fin
es la tendencia natural de los mercados a la inestabilidad.
Mientras no se asuma eso, lo demás es accesorio.

– La huelga
crediticia pone de manifiesto la necesidad de reformas
(Expansión – 16/2/09)

(Por Colin Mayer)

La crisis crediticia ha dado paso a una huelga de
créditos. Pese a las advertencias de los gobiernos, las
sustanciales participaciones públicas en los bancos y el
fortalecimiento de los programas de garantías de
créditos, los bancos británicos se niegan a
conceder préstamos a las empresas.

Mientras que en la década de 1970 fueron los sindicatos los
que llevaron al país al borde del desastre, ahora son los
bancos los que amenazan el futuro de la economía
británica. Fue necesaria una reforma radical para
solucionar los problemas del mercado laboral en Reino
Unido; algo similar ocurrirá en el caso del sistema
financiero para obtener una solución a largo plazo ante la
actual crisis.

¿Cuál es el problema y, por qué se ha
agravado tanto? ¿Es peor la situación en Reino
Unido que el resto de países? ¿Qué
debería hacerse al respecto? El problema es bastante
evidente. Ante el grave deterioro económico, los bancos se
muestran reacios a conceder préstamos a las empresas que
podrían acabar siendo una carga. Si el margen de los
préstamos es, por ejemplo, un 3% superior al coste de
captación de fondos, sería necesaria una
cancelación total de la deuda de sólo uno de cada
33 préstamos para que desaparezca el margen de beneficios
sobre préstamos.

Es, por tanto, perfectamente comprensible que los bancos
adopten la vieja costumbre de ofrecer un paraguas cuando hace sol
y reclamarlo cuando parece que va a llover. Desgraciadamente,
esta práctica empeora aún más el deterioro
económico.

¿Por qué es el problema tan acusado en esta
recesión? Hay dos respuestas: en primer lugar están
las cuantiosas amortizaciones de los balances de los bancos, como
consecuencia del colapso del crédito en el sistema
financiero en su conjunto, no sólo en los préstamos
de los bancos comerciales. En segundo lugar, la competencia y las
políticas de competencia erradicaron los márgenes
de beneficios de los préstamos bancarios.

En el pasado, los bancos podían contar con que sus
clientes corporativos generaran cuantiosos beneficios cuando se
recuperaran. Ahora, los márgenes son menores y los
prestatarios corporativos suelen recurrir al proveedor más
barato, de ahí que los bancos se enfrenten a la poco
atractiva perspectiva de incurrir en pérdidas
significativas a corto plazo, que no podrán compensar los
beneficios que se obtengan a más largo plazo.

¿Es más crítica la situación en
Reino Unido? La respuesta es sí. En el último
siglo, el país ha contado con un sistema bancario poco
adecuado para la financiación de la industria, incapaz de
ofrecer el tipo de préstamos a largo plazo que se
proporcionaban en otros países.

El motivo que explica este hecho es la ausencia de un
planteamiento bancario a más largo plazo que ha
caracterizado a otros sistemas financieros. Como consecuencia de
esta situación, se ha producido una reticencia al rescate
financiero cuando los prestatarios pasan por dificultades. El
problema siempre ha estado ahí y se ha documentado
debidamente, aunque hasta ahora no había llegado al punto
crítico.

¿Qué debería hacerse al respecto? Existen
tres posibilidades. Una es esperar a que la economía se
recupere y los bancos retomen el ritmo de préstamos.
Ésta perspectiva no resulta muy atractiva, ya que la
huelga crediticia agrava la recesión. La segunda es
nacionalizar los préstamos de una u otra forma. Esto
podría hacerse mediante la suscripción completa de
los préstamos bancarios o la compra de las participaciones
de los accionistas privados que lógicamente no quieran
asumir préstamos poco rentables.

La tercera es abordar directamente el problema subyacente e
intentar crear un sistema bancario que se adapte a las
necesidades del sector corporativo, sobre todo de la
pequeña y mediana empresa. El problema no se limita a los
préstamos bancarios. La ausencia virtual del capital
riesgo en Reino Unido es un obstáculo importante a la
iniciativa empresarial y es un tema que debería abordarse.
El resultado de la actual crisis podría ser beneficioso,
aunque sólo si los políticos se muestran dispuestos
a hacer frente a los problemas fundamentales en lugar de
centrarse en remedios paliativos a corto plazo.

Reino Unido es un buen ejemplo de lo que se puede conseguir y
de lo que se ha conseguido. Como respuesta a una grave
deficiencia financiera, en 1945 se creó la
Corporación Financiera de Industria y Comercio
(ICFC, en sus siglas en inglés), bajo el control del Banco
de Inglaterra y de los bancos adscritos a las cámaras de
compensación, para proporcionar financiación a
largo plazo a las pequeñas y medianas empresas.

Los responsables de los préstamos desarrollaron un
amplio conocimiento
técnico más típico de un experto en capital
riesgo que de un banquero y, en la década de los
cincuenta, el ICFC se convirtió en el primer proveedor de
capital riesgo de Reino Unido. Del concepto original de su
creación, la experiencia comercial, se pueden extraer
importantes lecciones sobre financiación corporativa para
la situación actual de Reino Unido.

(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)

– Retirada a favor de un modelo más seguro
(Expansión – 16/2/09)

(Por Adrian Cox)

Pese a las nuevas palabras tranquilizadoras de los
máximos mandatarios de los grandes bancos de
inversión europeos este mes, aún persisten dudas
sobre un modelo de negocio que hasta ahora dependía de la
deuda barata y de los inflados balances.

UBS, Deutsche Bank y Credit Suisse remataron su peor
año anunciando dolorosas pérdidas para el cuarto
trimestre, afectados por una combinación de provisiones,
pérdidas comerciales y deudas incobrables. En el epicentro
se situaban las unidades de banca de inversión, la fuente
de más de un tercio de los beneficios antes de impuestos
de UBS y Credit Suisse durante el apogeo en 2006 y de casi dos
tercios en el caso de Deutsche Bank.

La industria deposita ahora su confianza en la
reducción del número de competidores,
márgenes más altos y un aumento en la demanda de
los clientes para operar en bolsas extranjeras, tipos de
interés y materias primas. Los bancos de inversión
han sido capaces de reducir costes con más rapidez que sus
rivales de la banca comercial disminuyendo bonus y recortando
plantilla.

Sin embargo, la presión de los reguladores y el
hundimiento del apetito por el riesgo ha eliminado una serie de
lucrativos negocios, que van desde la titulización hasta
el comercio de productos financieros propios.

"Es probable que el mercado vaya a necesitar más
sencillez", señala Brady Dougan, consejero delegado de
Credit Suisse. "Los clientes ya no buscan productos de gran
complejidad".

Deutsche Bank está sufriendo graves problemas para
conseguir inversores, debido en parte a la falta de los ingresos
constantes que disfrutan sus rivales procedentes de sus filiales
de banca privada. Sus acciones caen un 18% en el año,
mientras que UBS pierde un 11% y Credit Suisse sube un 15%. El
40% de los analistas que cubren Deutsche Bank han vendido
recomendaciones y cerca de un 20% sugiere la compra del valor,
frente a aproximadamente la inversa de estos porcentajes en los
casos de Credit Suisse y UBS.

Los bancos están abandonando el una vez rentable
negocio de invertir por su cuenta optando por obtener menores
márgenes operando para los clientes. Las entradas
procedentes de las operaciones de ingresos fijos, un elemento
básico del negocio de Deutsche Bank, pueden reducirse
cerca de una cuarta parte este año con respecto al boom de
los últimos meses, según JPMorgan. Es probable que
el comercio de renta variable, dominado por UBS, caiga en un
porcentaje similar.

"El modelo basado en la toma de riesgos
está acabado, al igual que las operaciones apalancadas, al
menos en su forma actual", asegura el analista de JPMorgan Kian
Abouhossein.

Es poco probable que el asesoramiento sobre financiaciones y
fusiones y
adquisiciones, una parte menor de los beneficios, mejore hasta
2010, pese al aumento este año de las ampliaciones de
capital y las ventas de deuda acumulada de las empresas.

Los tres bancos han reducido su apalancamiento, vendido
activos tóxicos y mejorado sus ratios de capital tier 1,
que miden su suficiencia de capital, para superar los requisitos
de los reguladores. Credit Suisse, que ha recibido el apoyo de
inversores de Oriente Medio, cuenta con el mayor colchón
de capital. UBS, el banco europeo objeto de las mayores
provisiones, fue rescatado por el gobierno en octubre. Deutsche
Bank, que cuenta con la menor ratio tier 1 de los tres bancos, no
ha buscado financiación adicional, señalando que
dispondrá así de una mayor libertad de
actuación cuando la situación mejore.

Los analistas advierten de que el plan de Deutsche Bank para
reducir el recuento de forma menos agresiva que UBS y Credit
Suisse pone en duda que el banco se esté ajustando al
cambio del clima
económico. Josef Ackermann, su consejero delegado, rechaza
esta idea, asegurando que el banco desea evitar una excesiva
contracción y expansión, y que la cifra casi
récord de operaciones en el mes de enero en todos los
bancos muestra que se puede ganar dinero.

"La caída de los beneficios en áreas poco
líquidas y de alto riesgo fue compensada con creces por
otros sectores", explica.

En el caso de UBS, uno de los retos específicos
será el de retener a la plantilla después de los
fuertes recortes en los bonus que provocaron especulaciones sobre
el futuro de la división de valores. Aún
así, podría verse protegido en parte de una fuga de
cerebros gracias a los ingresos que genera procedentes de los
flujos que gestionan los ordenadores.

Jerker Johansson, responsable de la banca de inversión
de UBS, descarta la desvinculación de la unidad,
señalando que la intención es que "pueda
autofinanciarse bajo el paraguas de un sólido UBS" a final
del año.

"Los bancos están reconsiderando por completo su modelo
(de negocio)", recuerda Peter Hahn, socio de la Cass Business
School. "Esto implica muchos más trastornos a medida que
reducen sus operaciones, abandonan negocios poco rentables e
intentan anticipar cambios en la regulación".

(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)

– Quiebra del sistema financiero – EEUU hipoteca diez billones
en rescates (Libertad Digital – 16/2/09)

Los planes de rescate aprobados en EEUU comprometen un gasto
de casi 10 billones de dólares, cantidad que sería
suficiente para pagar el 90% de las hipotecas
norteamericanas.

LD (L. Ramírez)
Las generaciones futuras de ciudadanos norteamericanos se
preparan para pagar una factura multimillonaria debido al aumento
del gasto
público que ha decidido efectuar la
Administración de EEUU para encarar la crisis financiera
que se generó con el estallido de las hipotecas de alto
riesgo (subprime) y que fue alimentada por las agencias
públicas Fannie Mae y Freddie Mac.

La cantidad de fondos comprometida por el Gobierno es
astronómica, según revela la agencia
económica Bloomberg. En concreto, la Reserva Federal, el
Departamento del Tesoro y el Fondo de Garantía de
Depósitos han aprobado ya un gasto de 3 billones de
dólares en los últimos dos años, pero han
comprometido un desembolso adicional de 5,7 billones
más.

Bajo este prisma se comprenden las dificultades que ha tenido
el presidente de EEUU, Barack Obama, para sacar adelante su nuevo
plan de estímulo económico. A diferencia de los
conservadores y liberales europeos, los republicanos
norteamericanos no ven con buenos ojos que el Estado hipoteque el
futuro del país bajo el pretexto de la crisis. Al final,
serán los ciudadanos los que, con sus trabajos y sus
impuestos, financien el déficit presupuestario.

Pero la oposición a este enorme gasto público,
no sólo surge de las filas del Grand Old Party. "Hemos
visto el dinero saliendo por la puerta trasera de este Gobierno
sin que exista ningún precedente similar en la Historia de nuestro
país", señala el senador demócrata Byron
Dorgan.

"Nadie sabe dónde han ido los millones de la Reserva
Federal, quién los ha recibido y para qué
propósito, ¿cuándo? ¿por
qué?", se pregunta Dorgan.

El gasto comprometido, que asciende a casi dos tercios del
valor de todo lo producido en EEUU en 2008, está casi
totalmente destinado a rescatar al sistema financiero, un sector
que ha quebrado como consecuencia de la permisividad del Gobierno
y de la Reserva Federal cuando los bancos se endeudan a largo
plazo y se financian a corto.

Todo ello alimentado por una política de tipos de
interés que ha fomentado el dinero fácil,
permitiendo que se dieran créditos sin un ahorro
voluntario real que los respaldase. Más bien todo lo
contrario, se penalizaba al ahorro manteniendo los tipos por
debajo de la inflación.

El desglose de los fondos se compone de 1 billón de
dólares en paquetes de estímulo, unos 3 billones
adicionales en préstamos y 5,7 billones en ayudas
directas. Según Bloomberg, "los 9,7 billones de
dólares servirían para darle un cheque de
1.430 dólares a cada hombre,
mujer y
niño que vive en el planeta".

Supera en 13 veces el dinero que EEUU ha destinado a las
guerras de
Iraq y
Afganistán, de acuerdo con los datos de la
oficina presupuestaria del Congreso casi alcanza para pagar todas
las hipotecas de las familias norteamericanas, cuyo importe es de
10,5 billones de dólares.

Aunque esta cantidad aumentará en los próximos
meses. El flamante nuevo secretario del Tesoro, Timothy Geithner,
ha anunciado ya que prepara medidas para inyectar una nueva
oleada de liquidez en la banca insolvente y respaldar la deuda de
las entidades financieras. Sorprende que un cargo público
que no paga sus impuestos obligue a las familias de EEUU a
reducir su poder adquisitivo para rescatar industrias
ineficientes que han invertido un dinero que no tenían en
productos sobrevalorados, ampliando la oferta por encima del
equilibrio de mercado.

Todo ello acompañado de una devaluación del dólar que
penalizará aún más a los ahorradores
norteamericanos, ya que no se puede olvidar que los tipos de
interés de la Reserva Federal están en el 0%.
Asimismo, el banco central estadounidense está dispuesto a
comprar bonos del Tesoro a largo plazo si la evolución de
las circunstancias señala que estas operaciones pudieran
resultar efectivas en la mejora de las condiciones de los
mercados privados de crédito.

– Capitalización vs. nacionalización, o la
fórmula mágica para EEUU (El Confidencial –
17/2/09)

(Por Jesús Sánchez-Quiñones)

La condición necesaria, pero no suficiente, para la
salida de la crisis económica es solucionar el posible
problema de insolvencia de las entidades financieras. Así,
la presentación del Plan de Estabilidad Financiera del
Tesoro americano se percibía como una oportunidad para
devolver cierta confianza a los inversores. Desafortunadamente,
la inconcreción de las medidas y la falta de un horizonte
temporal claro para la implementación del plan han
ahondado en la desconfianza.

El sistema económico es altamente dependiente del flujo
del crédito. Los efectos destructivos sobre el crecimiento
y el empleo del
cese del flujo del crédito son enormes, como estos
observando en los últimos trimestres.

Las entidades financieras han de cumplir unos determinados
ratios de capital calculados sobre el total de sus balances.
Mientras continúen creciendo los impagos (la mora) y la
depreciación de sus activos vinculados
directa o indirectamente al sector inmobiliario
difícilmente podrán aumentar los
créditos.

El Plan de Estabilidad Financiera plantea, entre otras medidas
las siguientes:

Creación del Financial Stability Trust, entidad que
llevará a cabo la recapitalización de las entidades
financieras que lo necesiten.

De forma previa a cualquier apoyo financiero, se exige a las
entidades financieras una mejora de la información
pública de la exposición de sus balances a activos
"problemáticos". Las entidades con unos activos superiores
a 100.000 millones de dólares deberán realizar una
stress test que
permitirá determinar si dichas entidades tienen el capital
necesario para seguir prestando en caso de absorber nuevas
pérdidas si la economía sigue
deteriorándose.

La realización previa del stress test será
necesaria para poder acceder a inyecciones de capital por parte
del Tesoro americano. El Tesoro adquirirá, en su caso,
bonos convertibles con un cupón sin determinar y con la
posibilidad de convertirse en acciones con un descuento respecto
de la cotización del momento de aprobarse el Plan.

Creación de un Fondo de Inversión
público-privado para la adquisición de activos
"problemáticos" o ilíquidos de los bancos. La
financiación del fondo será tanto pública
como privada. La difícil valoración de los activos
se realizará por parte del sector privado.

Otras medidas aprobadas van encaminadas a reactivar el
crédito a empresas y al consumo, a reducir los tipos
hipotecarios y a prevenir los embargos de viviendas.

Las principales críticas al Plan se refieren a la falta
de concreción de las medidas, a las incertidumbres sobre
su funcionamiento y al desconocimiento del horizonte temporal que
se necesitará para su total implementación.

La creación del "banco malo" (el fondo inversión
público-privado) plantea numerosas dudas. El tipo de
inversores que en principio podría aceptar el
planteamiento son, básicamente, Hedge Funds especializados
en adquirir activos en situaciones de estrés.
Dichos inversores son conocidos como "fondos buitres".
Sólo se enrolarán en este proyecto si las
expectativas de beneficio son considerables. El beneficio
obtenido será inversamente proporcional al precio pagado
por los activos, teniendo en cuenta la falta de un mercado
efectivo que determine el precio de dichos activos.

Cuanto menor sea el precio pagado por los activos mayores
serán las pérdidas de las entidades financieras y,
por tanto, mayor la necesidad de inyectar capital público
para recapitalizar los bancos. Por el contrario, si las
transacciones se realizan sin grandes rebajas en el precio la
expectativa de beneficios futuro será escasa, haciendo muy
complicada la aparición de inversores privados que quieran
participar en el fondo.

Adicionalmente, es previsible que los inversores privados
soliciten al Tesoro una garantía respecto a la
pérdida máxima que podrían tener con dichos
activos. Este modelo ya se utilizó el año pasado en
la compra del quebrado banco INDYMAC. Los inversores privados que
adquirieron el banco asumían el primer 20% de
pérdidas del banco. El gobierno respondía del
resto.

EEUU sigue prefiriendo la capitalización de los bancos
antes que su nacionalización. Hasta que no finalice el
proceso de reconocimiento de pérdidas de las entidades
será imposible saber la cuantía de recursos
necesarios para recapitalizar los bancos, y por tanto si el Plan
tiene visos de tener éxito o no. Por otro lado, los
inversores privados difícilmente tomarán parte en
el rescate hasta que no se tenga certeza de la "pulcritud" de los
balances de los bancos. Desafortunadamente tendremos que seguir
esperando para dar por resuelta la crisis de las entidades
financieras.

– Obama firma ley de estímulo económico (The
Wall Street Journal – 17/2/09

El presidente Barack Obama promulgó el martes el
paquete de estímulo fiscal más amplio en la
historia de Estados Unidos y calificó el plan de US$
787.000 millones como "la primera parte" de una estrategia mayor
para reactivar la economía.

Durante un discurso en la ceremonia para la firma, celebrada
en el Museo de Naturaleza y Ciencia, en
Denver, Colorado, Obama prometió lanzar nuevas iniciativas
para estabilizar el sistema bancario, frenar la expansión
de las ejecuciones hipotecarias y, a un plazo más largo,
atacar la explosión del déficit presupuestario.

"Nada de esto será fácil", afirmó Obama.
"El camino hacia la recuperación no será recto.
Progresaremos. Habrá recaídas en el camino.
Habrá riesgos y reveses".

Sin embargo, Obama dijo que el paquete de estímulo, que
la Casa Blanca espera salve o cree 3,5 millones de empleos,
marca "el
comienzo del fin".

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