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Y Wall Street se mudó a Washington (página 9)




Enviado por Ricardo Lomoro



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"Cuarto, debemos evitar tanto el proteccionismo como la falsa
compasión. Debemos reconocer dos duras realidades".

"Una es que, al haber acudido a los contribuyentes para
rescatar a las instituciones
financieras, las finanzas
tomarán una orientación más
doméstica. También sabemos que sólo los
grandes países pueden permitirse asegurar a las
instituciones financieras. Debemos minimizar el daño
causado por este trastorno".

"Otra realidad es que si EEUU no es capaz de expandir sus
importaciones,
aumentará en cambio la
presión
para reducir sus importaciones. Para los países
deficitarios que estén intentando ahorrar más que
antes, tal y como insisten con acierto los críticos, es
fundamental una mejora en las exportaciones
netas. No podemos recurrir a medidas fiscales y monetarias para
siempre, arriesgándonos así a acabar con la
solvencia de nuestro gobierno y con el
valor de
nuestra divisa. Los países excedentarios
necesitarán acomodarse a estos ajustes esenciales a
través de la expansión de la demanda, en
relación a la oferta
potencial. En una guerra
comercial, los países excedentarios son los que más
tienen que perder. Esto no debería verse como una amenaza,
sino como una advertencia".

"Quinto, para superar esta crisis y
mejorar el funcionamiento de todo el sistema global,
necesitamos unos sistemas
internacionales de seguro y control mucho
mayores, más eficaces y más legítimos. El
punto de inicio debe ser un importante incremento de los recursos del
FMI y una
reestructuración de los derechos de voto en la
institución. Resulta ridículo que los países
europeos posean cerca de un tercio de los votos".

"Los líderes europeos han solicitado que se dupliquen
los recursos del FMI hasta cerca de 500.000 millones de
dólares. Pero, en un mundo que dispone de reservas
extranjeras por valor de 7.000 billones de dólares, hay
que multiplicar los recursos del FMI. Yo apoyaría una
emisión a gran escala de
derechos especiales de giro – el propio activo de reserva
del FMI – y un importante cambio en los derechos de voto,
también. Los países emergentes que dependen de su
seguro necesitan más voz en el funcionamiento del FMI y
otras instituciones globales. Con este mejorado sistema de
seguros, no
sólo sería posible que los países emergentes
administren déficits por cuenta corriente de forma
más segura en el futuro, sino que no se les
obligará a recortar ferozmente el gasto en la
actualidad".

"Tal y como expone Morris Goldstein, del Peterson Institute
for International Finance de Washington, necesitamos un "gran
acuerdo" -una frase de la que se hizo eco Gordon Brown, el primer
ministro británico-. Sin duda, todos tenemos claro
cuál es el punto esencial de ese acuerdo".

"Finalmente, tenemos que poner en marcha una reforma
exhaustiva de la estructura no
sólo de la regulación, sino de las propias finanzas
globales. Tenemos que hacer que este proceso avance
en Londres. Pero los retos son demasiado complejos y el riesgo de que se
produzcan consecuencias no deliberadas demasiado grande como para
buscar una solución rápida".

"Así que concentremos nuestros esfuerzos en la crisis
ante nosotros. En palabras de Abraham Lincoln,
dejemos que nos toquen "los mejores ángeles de nuestra
naturaleza".
Sin embargo, no tenemos que luchar ninguna guerra. Al contrario,
la intención es la de fortalecer un orden económico
pacífico y cooperativo. Sencillamente, tenemos que
alzarnos por encima de cualquier nimia inquietud. El
desafío se presenta ahora; tenemos que resolver afrontarlo
de forma conjunta".

(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)

– Un duro examen a los bancos
estadounidenses (The Wall Street Journal – 26/2/09)

Si no lo pasan, tienen seis meses para levantar capital o
aceptar las condiciones del gobierno

(Por Deborah Solomon y Jon Hilsenrath)

El gobierno de Barack Obama reveló los detalles de su
paquete de rescate financiero y presentó una serie de
escenarios económicos escalofriantes que espera que los
bancos puedan soportar. Se trata del punto de partida de lo que
podría transformarse en una significativa nueva
infusión de capital estatal en el sistema bancario
estadounidense.

Para lograr que los bancos sigan prestando si la tasa de
desempleo
aumenta a 10,3%, por ejemplo, el gobierno le exigirá a las
instituciones que no aprueben estos exámenes que recauden
capital del sector privado o acepten una mayor inversión por parte del gobierno.

El actual esfuerzo por apuntalar el sector bancario
tardará semanas en completarse. El primer paso será
una serie de "pruebas de
resistencia"
diseñadas para determinar si los mayores bancos del
país pueden sobrevivir una crisis tan prolongada. No se
espera que las pruebas concluyan antes de abril. Los bancos
tendrán entonces un plazo de hasta seis meses para
resolver cualquier deficiencia.

Al contrario de lo ocurrido con el plan del gobierno
de Bush, que inyectó US$ 250.000 millones en los bancos,
el equipo de Obama no comprometió un nivel determinado de
dinero y
dejó abierta la puerta para solicitar fondos adicionales
que superen los del paquete de rescate de US$ 700.000 millones
aprobado por el Congreso a fines del año pasado.

El gobierno invertiría en acciones
preferentes convertibles, que las instituciones podrían
convertir en acciones comunes en cualquier momento. Los
reguladores y los inversionistas han prestado mayor atención a la cantidad de acciones comunes
de los bancos, ya que es su primera línea de defensa
contra las pérdidas.

Los mayores bancos del país serán sometidos a
rigurosas pruebas para cerciorarse de que estén bien
capitalizados, incluyendo si cuentan con el tipo correcto de
capital. Funcionarios del gobierno señalaron que esperan
que los bancos conviertan las acciones preferentes en capital
común cuando lo estimen necesario como una medida de
precaución frente a mayores pérdidas.

El capital de un banco es su
protección contra las pérdidas, lo que asegura que
los depositantes y otros acreedores recibirán su dinero
incluso si el banco tiene problemas.

Los economistas dijeron que lo más probable es que la
mayoría de los bancos más grandes estadounidenses
tengan que recaudar capital bajo los parámetros que los
reguladores planean utilizar. La prueba de resistencia asume que
la tasa de desempleo promediará 8,9% en 2009 y 10,3% en
2010. La desocupación alcanzó 7,6% en
enero.

En algunas circunstancias, el gobierno podría acabar
con participaciones mayoritarias en los bancos.

"Creo que la mayoría de las firmas necesitan más
capital y que Bank of America y Citigroup van a necesitar grandes
cantidades de capital fresco", dijo Douglas Elliott, del centro
de estudios Brookings Institution.

La inyección de fondos estatales tendrá un
precio. Los
bancos que la obtengan deberán acatar estrictos límites a
la remuneración de sus ejecutivos. Las acciones
preferentes pagarán un dividendo de 9% -frente al 5%
exigido en el programa de Bush-
y los bancos tendrán restricciones sobre el reparto de
dividendos y las recompras de acciones. Los valores se
convertirán automáticamente en acciones comunes
después de siete años.

Los bancos que ya hayan vendido acciones preferentes al
gobierno como parte del programa de US$ 250.000 millones
también podrían canjear su inversión por
valores
convertibles.

Los funcionarios del gobierno dijeron que el plan pretende
evitar la nacionalización de la banca asegurando
que las instituciones puedan extender préstamos.

Aunque los reguladores dijeron que la mayoría
están bien capitalizados, la incertidumbre respecto a las
condiciones económicas está minando su capacidad de
extender crédito
y captar capital privado.

Monografias.com

– What's News (The Wall Street Journal – 26/2/09)

. El gobierno de Reino Unido anunciará hoy un plan para
proveer seguros a US$ 724.000 millones en activos de
bancos, la mayoría del recién nacionalizado RBS,
informó una fuente al tanto de la iniciativa. Los
términos del seguro serían menos estrictos que los
establecidos por el gobierno de EEUU, agregó la
fuente.

– El RBS registra las mayores pérdidas de la historia empresarial
británica (Cinco Días – 26/2/09)

El banco británico, participado casi en un 70% por el
Gobierno británico, ha registrado pérdidas
récord de 24.051 millones de libras esterlinas (26.849
millones de euros) en 2008, frente al beneficio neto de 6.823
millones de libras (7.617 millones de euros) del año
precedente, lo que representa los mayores números rojos de
cualquier empresa
británica en toda la historia, informó hoy la
entidad, que ha alcanzado un acuerdo con el Tesoro para
participar en un plan que asegurará activos por importe de
325.000 millones de libras (362.844 millones de euros).

Las cuentas de RBS
reflejan el impacto de la crisis financiera y el fuerte
incremento de los impagos, especialmente a partir de la segunda
mitad de 2008, así como las amortizaciones relacionadas
con los activos de ABN Amro adquiridos en otoño de 2007 en
consorcio con Fortis y Santander.

En concreto, las
pérdidas por impago de crédito se elevaron a 6.962
millones de libras (7,769 millones de euros), casi tres veces
más que en 2007. Asimismo, la entidad asumió
amortizaciones por importe de 16.196 millones (algo más de
18.000 millones de euros), de los que prácticamente la
mitad se relaciona con activos adquiridos en la operación
de compra de ABN Amro.

De este modo, la cifra de negocio de RBS alcanzó los
26.875 millones de libras esterlinas (30.000 millones de euros),
lo que supone un retroceso del 19,9% respecto al ejercicio
precedente.

"Realizar cualquier pronóstico es arriesgado,
más allá de la expectativa de que 2009 será
un año muy duro para la economía
mundial, por lo que RBS, igual que el resto de bancos,
sufrirá una erosión de
sus ingresos
subyacentes por el debilitamiento de la actividad y el aumento de
los costes de crédito", dijo el consejero delegado de RBS,
Stephen Hester, quien mostró su esperanza de que los
mercados muestren
síntomas de cierta estabilización y se produzcan
menos amortizaciones. "De hecho, 2009 ha comenzado de manera
positiva para nuestro negocio", añadió.

Garantía del Tesoro para 362.844 millones en
activos

Por otro lado, la entidad escocesa confirmó que
participará en una plan de garantía de activos con
el Tesoro británico por importe de hasta 325.000 millones
de libras (362.844 millones de euros), de los que RBS
asumirá los primeros 19.500 millones de libras (21.761
millones de euros) de pérdidas en dichos activos a partir
del pasado 1 de enero, mientras que, en el caso de que haya
pérdidas superiores, éstas serán repartidas
en un 90% para el Tesoro y un 10% para el banco.

Como parte de este acuerdo, el Tesoro británico
suscribirá 13.000 millones de libras (14.533 millones de
euros) en nuevas acciones de tipo B de RBS, que contará
con la acción
de solicitar al Gobierno la suscripción de un paquete
accionarial adicional por importe de 6.000 millones de libras
(6.710 millones de euros).

De este modo, los activos afectados por el plan de
garantías del Tesoro podrán ser retirados de la
cartera de RBS o de sus filiales para ser incluidas en el
programa, lo que permitirá a la entidad mejorar sus ratios
de capital y "liberar" su capacidad de préstamo, lo que
implicará una mayor accesibilidad al crédito para
los hogares y empresas de Reino
Unido, precisó el banco en un comunicado.

RBS deberá abonar una comisión de 6.500 millones
de libras esterlinas (7.268 millones de euros) por participar en
este plan de garantías del Tesoro, que será
sufragada mediante la emisión de acciones de clase B
adicionales.

"La participación en este plan nos ayudará a
reducir el riesgo para nuestros accionistas a la vez que
proporciona un mayor respaldo a los clientes
británicos gracias al incremento del crédito.
Asimismo, este plan podría otorgar mayor certidumbre al
mercado al
limitar las pérdidas potenciales de una significativa
parte de nuestro balance", explicó el consejero delegado
de la entidad. Por este motivo, Hester no dudó en
calificar como "privilegiada" la posición de RBS a la hora
de afrontar su reestructuración con el apoyo del Gobierno
británico.

División de la entidad

Por otro lado, el banco escocés creará una
división "no estratégica" en el transcurso del
segundo trimestre, que será gestionada de manera
autónoma, aunque permanecerá bajo la estructura
legal del grupo.

Esta división contará aproximadamente con
240.000 millones de libras (268.081 millones de euros) en activos
de terceros, 145.000 millones de libras (161.989 millones de
euros) en derivados y otros 155.000 millones de libras (173.160
millones de euros) en activos de riesgo.

"Como parte de estos esfuerzos, se espera que nuestra
representación en 36 de los 54 países en los que
operamos en todo el mundo se verá considerablemente
reducida o vendida", explicó el banco.

Adicionalmente a la eliminación de costes asociados con
los activos englobados en esta división no
estratégica, la entidad ha lanzado un plan de
reestructuración que pretende mejorar la eficiencia de
costes del grupo con el objetivo de
reducir unos 2.500 millones de libras (2.790 millones de euros)
hasta 2011.

– Reino Unido garantizará activos tóxicos de la
banca por 672.000 millones de euros (Cinco Días –
26/2/09)

El Reino Unido garantizará activos tóxicos de la
banca británica por un total de 600.000 millones de libras
(672.000 millones de euros) para que puedan superar la actual
crisis financiera y sigan prestando a la economía en su conjunto.

Eso es lo que se dispone a anunciar este viernes el
responsable del Tesoro, Alistair Darling, informa el diario The
Times, según el cual esa cifra supera todas las
previsiones y es difícil que pueda un día
recuperarse.

Los responsables del Ministerio de Finanzas y los directivos
del Royal Bank of Scotland y el Lloyds han estado
negociando los últimos días las condiciones de las
garantías que ofrecerá el Gobierno a ambos
bancos.

Entre hoy y mañana, el Gobierno laborista
anunciará que garantizará más de 300.000
millones de libras (360.000 millones de euros) de activos
tóxicos del Royal Bank of Scotland y entre 250.000 y
300.000 millones de libras (288.000 y 336.000 millones de euros)
en el caso del Lloyds.

A cambio de esas garantías, los dos bancos, en los que
el Estado
tiene ya una participación equivalente a 37.000 millones
de libras (41.440 millones de euros), se comprometerán a
conceder créditos a las pequeñas y medias
empresas y a quienes quieran adquirir una vivienda por un total
de 40.000 millones de libras (44.800 millones de euros).

Gran recapitalización pública

Ese plan del Gobierno equivale a una gigantesca
recapitalización pública de dos de los mayores
bancos del país, señala por su parte el Financial
Times.

Mientras tanto, se ha sabido que el ex director ejecutivo del
Royal Bank of Scotland, Fred Goodwin, de 50 años,
considerado responsable del descalabro del banco, que hoy
anunció pérdidas récord de 27.274 millones
de euros (incluidas las derivadas de su
desastrosa adquisición del holandés ABN-Amro),
cobrará una pensión vitalicia de 728.000 euros
anuales.

El RBS ha anunciado, por otro lado, que pondrá fin a su
patrocinio del equipo Williams de la Fórmula como parte de
un intento más general de reducir a la mitad de
aquí al 2010 el dinero que
dedica a financiar actividades deportivas.

– El bono del Tesoro sigue siendo el rey (The Wall Street
Journal – 27/2/09)

(Por Jon Hilsenrath)

A algunos inversionistas les preocupa que el apetito mundial
por los bonos del Tesoro
de Estados Unidos
pueda disminuir a medida que se dispara el déficit
fiscal del
país. Pero luego de que el presidente Barack Obama
presentara un gigantesco presupuesto el
jueves, el sistema
financiero mundial enfrenta el problema opuesto: hay un
exceso de demanda por los valores del Tesoro.

Cinco meses después del colapso de Lehman Brothers
Holdings, los inversionistas siguen acudiendo en masa a los
instrumentos más seguros y, en el proceso, dejan de lado
la deuda más riesgosa, una señal de los
persistentes males que siguen aquejando a la economía
mundial y los mercados
financieros.

Una serie de subastas de bonos del gobierno estadounidense
realizada esta semana, cuyo monto ascendió a los US$
94.000 millones, dejó en evidencia la situación.
Durante una subasta de títulos a dos años el
martes, por ejemplo, la demanda por los valores superó la
oferta por una relación de más de 2,5 a 1, a pesar
de que los bonos ofrecían un rendimiento de apenas 0,96%.
También hubo una alta demanda en las subastas de papeles a
cinco y siete años.

La pérdida del apetito por la deuda de mayor riesgo
constituye otro obstáculo que deben superar las empresas y
las personas que intentan acceder al crédito porque se
traduce en un alza de las tasas de
interés para otro tipo de deuda que no sean bonos del
Tesoro.

Para financiar el déficit y paquetes de rescate, es
probable que Estados Unidos emita hasta US$ 2 billones (millones
de millones) de deuda en el actual año fiscal, que termina
el 30 de septiembre, según analistas de J.P. Morgan. La
gigantesca emisión de deuda se produce en momentos en que
otros países también están acudiendo a los
mercados. Europa y Japón,
por ejemplo, agregarán más de US$ 750.000 millones
en nuevas emisiones este año, según J.P.
Morgan.

En algún momento, los inversionistas podrían
rechazar este flujo abrumador de bonos, causando un descenso en
los precios y un
alza en los rendimientos. Por ahora, sin embargo, la
aversión al riesgo sigue vigente.

Aunque el rendimiento sobre los bonos del Tesoro a 10
años ha subido de 2,08% a mediados de diciembre a casi 3%
el jueves, sigue estando casi tres puntos porcentuales por debajo
del nivel de 2000, cuando Estados Unidos tenía un
superávit fiscal y estaba retirando deuda del gobierno.
Los inversionistas se han mostrado tan reacios a poseer otros
instrumentos que han estado dispuestos a tener bonos del Tesoro a
pesar de sus bajos retornos. Entre esos inversionistas figuran
los chinos, quienes aumentaron sus tenencias de bonos del Tesoro
de EEUU en US$ 192.000 millones entre julio y diciembre a US$
696.000 millones, según los cálculos de Win Thin,
analista de Brown Brothers Harriman. "Necesitamos que los
extranjeros continúen comprando bonos del Tesoro y creo
que lo harán", afirmó. Sin embargo, aunque los
inversionistas chinos compraban deuda del Tesoro de EEUU,
reducían sus posiciones en la deuda ligada a las firmas
hipotecarias estadounidenses Fannie Mae y Freddie Mac,
señaló Thin, lo cual indirectamente presiona al
alza las tasas hipotecarias en EEUU.

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Los mercados monetarios se están comportando de la
misma forma. El dinero que ha entrado a los fondos de
inversión especializados en valores del Tesoro ha crecido
en más de US$ 121.000 millones desde septiembre, mientras
que los fondos que invierten en deuda corporativa han visto una
salida de capital de casi US$ 200.000 millones, según
iMoneyNet, una publicación que rastrea los flujos de
fondos en los mercados monetarios.

Pavan Wadhwa, un estratega de tasas de interés de
J.P. Morgan, cree que los bancos de Estados Unidos serán
los próximos. Desde 2001, señala, los bancos
japoneses han aumentado su inversión en bonos del gobierno
japonés y la deuda estatal japonesa de un 5% de activos
totales a alrededor de un 15%, en un intento por apuntalar sus
balances. El analista considera que los bancos estadounidenses
seguirán el mismo camino. "Los bancos invertirán
una cantidad mayor de sus activos en bonos del Tesoro en lugar de
activos más riesgosos", afirma Wadhwa.

De modo que lo que simplifica la situación para Obama
en los momentos en que intenta administrar un gigantesco
déficit fiscal también podría ser una
señal de que la alicaída economía y el
sistema financiero estadounidense no muestran signos de una
mejoría.

– Europa del Este recibirá 24.500 millones de euros en
ayuda internacional (El Confidencial – 27/2/09)

El Banco Mundial,
el Banco Europeo de Inversiones y
el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo
destinarán 24.500 millones de euros -31.000 millones de
dólares- para ayudar a los países del este. En
concreto, esta cantidad irá destinada a inyectar liquidez
a las entidades financieras de la región, seriamente
dañadas por la crisis económica. El Banco Europeo
para la Reconstrucción aportará cerca de 6.000
millones de euros, el Banco Europeo de Inversiones otros 11.000
millones, mientras que el Banco Mundial acude al rescate con
7.500 millones de euros.

"Tenemos especial responsabilidad para la región por lo que
estas ayudas tienen sentido", ha explicado Thomas Mirow,
presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el
Desarrollo en un comunicado. "Durante muchos años, la
creciente integración de Europa ha sido un fuente de
prosperidad y de beneficio mutuo por lo que no debemos dejar que
este proceso se vuelve contra ellos".

Los países de Europa del Este atraviesan por una
delicada situación económica con serias
dificultades para refinanciar sus deudas, contraídas
durante los años de prosperidad económica. El
Fondo Monetario
Internacional (FMI), que ha tenido que acudir ya al rescate
de Letonia, Hungría, Serbia, Ucrania y Bielorrusia, ya
advirtió el pasado 28 de enero que las pérdidas del
sector bancario podrían ampliarse.

La crisis financiera mundial ha dejado tras de sí
más de 2 billones de dólares en pérdidas y
provisiones al tiempo que la
Eurozona, Japón y Estados Unidos se enfrentan a la peor
recesión desde la Segunda Guerra
Mundial, lo que está pasando factura a las
economías del Este.

La región entrará en recesión este
año ante el colapso de las exportaciones, según
previsiones del FMI, que espera una contracción del 0,4%.
Este deterioro económico, junto al aumento del desempleo y
la fuerte caída de las divisas, aumenta
el riesgo a mayores impagos por parte de los prestatarios.

El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo
fue creado en 1991 con el objetivo de invertir en las antiguas
economías comunistas, desde los Balcanes hasta Asia, con el
objetivo de ayudar a transformar sus economías.

– El banco Lloyds registra una caída de beneficios del
75% (El Confidencial – 27/2/09)

El grupo bancario Lloyds registró unos beneficios
atribuidos de 819 millones de libras (unos 925 millones de euros)
en el 2008, una caída del 75% frente al año
anterior, informó hoy la institución bancaria.

En un comunicado remitido a la Bolsa de Valores
de Londres, el banco -que el año pasado adquirió el
Halifax Bank of Scotland (HBOS)- indica que su beneficio bruto
correspondiente al año pasado fue de 807 millones de
libras (unos 911 millones de euros), un descenso del 80% frente
al 2007.

La nota precisa que estos resultados corresponden al grupo
Lloyds TSB hasta el 31 de diciembre del 2008, pero el banco
pasó a funcionar como Lloyds Banking Group tras completar
la adquisición del Halifax Bank of Scotland (HBOS) el 16
de enero del 2009.

– EEUU aumentará su participación en Citigroup y
buscará cambios en la junta directiva (The Wall Street
Journal – 27/2/09 2:04 PM)

(Por Deborah Solomon y David Enrich)

Citigroup Inc. y el gobierno de Estados Unidos alcanzaron un
acuerdo bajo el cual el gobierno aumentará
considerablemente su participación en el banco y
exigirá a cambio modificaciones en la composición
del directorio.

El acuerdo, anunciado el viernes por la mañana,
está diseñado para aliviar las inquietudes sobre la
solidez de una de las mayores instituciones financieras del
mundo.

El Tesoro estadounidense acordó convertir parte de sus
actuales acciones preferentes de Citigroup en acciones comunes,
una medida que podría proteger de mejor manera a los
accionistas frente a pérdidas futuras.

Como condición, el gobierno está exigiendo que
la compañía de Nueva York reestructure su
directorio. El Tesoro buscará que la junta de Citigroup
sea compuesta por una mayoría de directores
independientes. Se espera que el presidente ejecutivo, Vikram
Pandit, mantenga su puesto bajo el acuerdo.

Citigroup informó que ofrecerá convertir hasta
US$ 27.500 millones en acciones preferentes que no están
en manos del gobierno federal en acciones comunes, mientras que
Estados Unidos está dispuesto a igualar hasta US$ 25.000
millones de las conversiones por parte de inversionistas
privados.

El tamaño de la nueva participación del gobierno
dependerá de cuántas acciones preferentes sean
convertidas en acciones comunes por parte de los inversionistas
privados. Si se asume que se realiza el monto máximo de
las conversiones, las tenencias de los actuales propietarios de
acciones comunes se diluirán en casi un 75%, y el gobierno
pasaría a ser el mayor accionista, con una
participación del 36%.

La participación de los actuales accionistas se
reducirá al 26%. Los accionistas tendrán que
aprobar la mayor parte de la emisión de acciones
comunes.

Los términos son onerosos para ambas partes. Si bien
las tenencias de quienes posean acciones comunes
disminuirán considerablemente, a los tenedores de acciones
preferentes se les está pidiendo que canjeen sus
posiciones por acciones comunes, de mayor riesgo.

Ninguna de las partes tiene muchas opciones. Para motivar a
los inversionistas, Citigroup suspenderá el pago de
dividendos de las acciones preferentes.

El canje no involucra una inversión adicional en
Citigroup por parte del gobierno o accionistas privados, pero
impulsará el coeficiente de capital común tangible
del banco, que es observado de cerca por los analistas.
También liberará al banco de la necesidad de pagar
más de US$ 5.000 millones en dividendos anuales por
acciones preferentes.

La tasa de conversión en el canje de acciones
preferentes a comunes es de US$ 3,25, o una prima del 32% frente
al precio de la acción al cierre del mercado el jueves.
Antes de la apertura de Wall Street, la acción caía
el viernes un 43% a US$ 1,42.

El Tesoro dejó en claro que el gobierno
convertirá su participación sólo si
Citigroup puede hacer que inversionistas privados hagan lo mismo.
El Tesoro, en un comunicado publicado el viernes por la
mañana, agregó que participará de los planes
de Citigroup para convertir valores preferentes en acciones
comunes mediante una serie de ofertas de canje, pero que lo
hará mediante la igualación dólar por
dólar de conversiones de inversionistas privados.

"El Tesoro recibirá el precio y los términos
más favorables ofrecidos a cualquier otro tenedor (de un
valor) preferente a través del canje", sostuvo la
dependencia.

En forma separada, la firma anunció que
registrará un récord de US$ 10.000 millones en
rebajas contables en su ya divulgado resultado del cuarto
trimestre, lo que elevará la pérdida neta para todo
el año a US$ 27.700 millones.

La firma reconstituirá su directorio para incluir una
mayoría de directores independientes nuevos.
Anunció que de los 15 actuales directores de su junta,
tres no se presentarán para ser reelectos y dos
alcanzarán la edad de jubilación. Agregó que
anunciará los nuevos directores pronto.

El acuerdo es el tercero desde octubre en que Washington sale
al rescate de Citigroup. En dos ocasiones durante el otoño
(del hemisferio norte), el gobierno inyectó un total de
US$ 45.000 millones en la compañía y también
acordó proteger a Citigroup frente a pérdidas de
activos de US$ 301.000 millones. Esas medidas dieron al gobierno
una participación del 7,8% en la
compañía.

(Kevin Kingsbury y Maya Jackson Randall contribuyeron a este
artículo)

– Las acciones de EEUU cierran en baja; Citi, Bank of America
y GE presionan al Dow (The Wall Street Journal – 27/2/09
4:43 PM)

Los principales índices bursátiles
estadounidenses concluyeron la sesión del viernes en
territorio negativo, a medida que continuaba la
preocupación en el mercado sobre la intervención
del gobierno en el sector bancario y el continuo patrón de
volatilidad.

El Promedio Industrial Dow Jones cayó 119,47 puntos, o
el 1,7%, a 7062,61, su nivel más bajo desde mayo de 1997.
El Dow ha caído más del 10% en febrero. Este mes,
podría ser el peor febrero para el Dow desde 1933.

El índice S&P 500 descendió 17,73 puntos, o
el 2,4%, a 735,10, mientras que el Índice Compuesto Nasdaq
bajó 13,63 puntos, o el 1% a 1377,84.

El viernes por la mañana Citigroup Inc. anunció
un acuerdo mediante el cual el Gobierno aumentará
considerablemente su participación en el banco y
exigirá a cambio modificaciones en la composición
del directorio. Citi ofrecerá convertir hasta US$ 27.500
millones en acciones preferentes que no están en manos del
gobierno en acciones comunes, mientras que el gobierno de EEUU
está dispuesto a igualar hasta US$ 25.000 millones de las
conversiones por parte de inversionistas privados.

Las acciones Citigroup, un componente del Dow, bajaron un 39%
a US$ 1,50. También dentro del Dow, Bank of America
perdió un 25,7% a US$ 3,95.

Entre los bancos regionales, Huntington Bancshares Inc.
cayó el 26,2% a US$ 1,46; Frontier Financial Corp.
retrocedió el 15,3% a US$ 1,55 y Citizens Republic Bancorp
bajó un 23,5% a US$ 0,75.

"No tengo planes de comprar acciones de ningún banco en
un futuro cercano. Ese sector va al cero, con algunos ganadores y
algunos perdedores", afirmó Keith Walter, gerente de
cartera de Artio Global Investors.

Otro factor que contribuyó al descenso general de los
índices fue el anuncio de General Electric de que
reducirá su dividendo trimestral de US$ 0,31 a US$0,10 por
acción en un intento por obtener ahorros anuales de US$
9.000 millones.

GE, otro componente del Dow, concluyó con un retroceso
del 6,5% a US$ 8,51.

"En este ambiente la
preservación de capital es importante, especialmente para
los nombres financieros, por lo que hubo muchos que estaban
anticipando esto", dijo John Massey, gerente de cartera de AIG
SunAmerica Asset Management.

Los inversionistas tuvieron poco que celebrar tras la
divulgación esta mañana de un importante indicador
económico. La economía estadounidense se contrajo
en el cuarto trimestre del 2008 mucho más de lo que
había estimado previamente el gobierno, después que
las empresas redujeran sus niveles de suministros como
consecuencia de la debilidad en la demanda.

El producto interno
bruto se contrajo un 6,2% entre octubre y diciembre,
informó el viernes el Departamento de Comercio en su
segunda estimación para el PIB de ese
trimestre. El PIB del cuarto trimestre fue el más
débil desde la contracción del 6,4% en el primer
trimestre de 1982.

Originalmente, el gobierno había estimado que la
economía se contrajo un 3,8% en el cuarto trimestre. En el
tercer trimestre, la economía se redujo un 0,5%.

– ¿Nacionalización bancaria? (BBCMundo –
27/2/09)

(Por Marcelo Justo)

El gigante bancario estadounidense Citigroup anunció
que llegó a un acuerdo que abre el camino para que el
gobierno incremente sus intereses a cerca del 40%, fortaleciendo
el capital del banco pero sin utilizar más fondos
públicos.

Washington ya había inyectado US$ 45.000 millones de
capital en Citigroup pero en lo que se conoce como acciones
preferentes, que tienen prioridad sobre las ordinarias y dan
dividendos garantizados.

Un comunicado del Tesoro señala que está
dispuesto a convertir hasta US$ 25.000 millones en acciones
ordinarias si los inversores privados hacen lo mismo.

Esa es la estrategia para
fortalecer al banco, proveyéndole un colchón
financiero más grande para absorber pérdidas, sin
tener que pagar más.

Sin fin

La nueva intervención de Estados Unidos y el Reino
Unido para salvar a gigantes bancarios pueden convertir al Estado
en un barril sin fondo

Un día antes de que el gobierno de EEUU otorgara esta
ayuda para el otrora primer banco mundial, el gobierno
británico se hizo al 84% del paquete accionario del
principal banco del Reino Unido, el Royal Bank of Scotland, y va
a asegurar por unos US$ 366.000 millones sus "activos
tóxicos" (préstamos incobrables).

El gobierno de Gordon Brown está negociando un acuerdo
similar con el Lloyds Bank que acaba de anunciar gigantescas
pérdidas en 2008.

Nadie duda que sea indispensable que los bancos vuelvan a
prestar para salir de la crisis económica mundial, pero no
hay garantías de que el actual plan termine con la crisis
porque nadie sabe cuál es la magnitud de esos "activos
tóxicos" que están paralizando la actividad
financiera.

La crisis es tal que esta semana el brazo ejecutivo de la
Unión
Europea indicó que no se oponía a la
nacionalización del sistema bancario como recurso de
"última instancia" para salvar el sistema financiero de
cualquiera de los 27 países que forman la
Unión.

Y en Estados Unidos el mismo director de la Reserva Federal,
Ben Bernanke, tuvo que desmentir versiones de una
nacionalización del Citibank y el Bank of America,
reafirmando su fe en las virtudes del sistema privado.

¿Nacionalizar o no nacionalizar?

Ningún político en el poder se ha
atrevido a hablar abiertamente de una nacionalización del
sistema financiero para salir de la crisis, aunque todos han dado
pasos en esta dirección.

El "FBR capital Markets", una inversora estadounidense,
estimó a fines del año pasado que el sistema
financiero tenía deudas pendientes por valor de US$ 37
millones de millones y que una tercera parte de esta deuda se
encontraba en virtual cesación de pagos.

Este grado de vulnerabilidad no se limita a Estados Unidos y
ha exigido rescates estatales cada vez más masivos en
distintas partes del mundo.

En la Unión Europea, el Reino Unido ha liderado esta
política
intervencionista.

Por su parte, Alemania acaba
de acordar un proyecto de
ley que
permitirá nacionalizar los bancos como "último
recurso" y tres instituciones multilaterales -el Banco Mundial,
el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Banco
Europeo de Inversión- anunciaron prestamos de más
de US$ 30.000 millones a distintos bancos de Europa del Este para
evitar su caída.

No en voz alta

Algunos analistas consideran que hablar abiertamente de
nacionalización provocaría el derrumbe de los
valores bursátiles de los bancos y podría provocar
una retirada masiva de depósitos.

Sin embargo, un baluarte de la ortodoxia financiera, el "The
Wall Street Journal", se hizo eco esta semana de una corriente de
opinión diferente.

"Algunos economistas afirman que la nacionalización es
la opción más inteligente para arreglar el
deteriorado sistema financiero y que al gobierno de Estados
Unidos le convendría actuar ahora mismo".

Lo cierto es que la crisis financiera está quemando
etapas muy rápidamente.

El mundo pasó de la ayuda fiscal estadounidense y
paneuropea de 2007 a los megarrescates de 2008 y de la
adquisición de significativas participaciones accionarias
por parte de los gobiernos a la creación de una virtual
aseguradora estatal de activos tóxicos en un
período vertiginosamente breve.

Si la crisis no se soluciona, parece casi inevitable que la
próxima parada sea la nacionalización del sistema
financiero, algo que hasta hace poco la ortodoxia
económica y mediática consideraban
"impensable".

– La "semana negra" de la banca inglesa (Negocios
27/2/09)

El Reino Unido ha vivido una semana única en lo
negativo por las pérdidas de RBS, HBOS, Lloyds

Pérdidas astronómicas del Royal Bank of Scotland
(RBS), el jueves, nuevas pérdidas del HBOS que lastran
fuertemente los resultados del Lloyds, hoy viernes.

Escándalo mayúsculo por la pensión
vitalicia e "indecente", al decir de muchos, concedida a Fred
Godwin, el banquero que contribuyó personalmente al
hundimiento del RBS.

Todo ello ha contribuido a que ésta pueda calificarse
de nueva "semana negra" de la banca británica y un
baldón para la gestión
de un Gobierno criticado en su día por aleccionar a otros
europeos sobre las ventajas de desregular el sector, como
había hecho la "City".

Donde dije digo, digo Diego: el primer ministro, Gordon Brown,
que en su época al frente del Ministerio de Finanzas se
jactaba de las ventajas de Londres sobre otros centros
financieros gracias precisamente a esa laxitud reguladora, ahora
sostiene la necesidad de embridar a la banca para que no vuelva a
desbocarse.

El Gobierno ha acudido en un apoyo masivo de la banca:
así, por ejemplo, el RBS, que anunció ayer
pérdidas antes de impuestos de
24.000 millones de libras (más de 27.000 millones de
euros) en 2008, va a recibir otros 25.500 millones de libras del
Estado, que aumentará su control del banco del 70 por
ciento actual hasta un 95 por ciento.

El RBS, que cometió el mayor error estratégico
de su historia al adquirir el banco holandés ABN-Amro, en
el peor momento, por 70.000 millones de euros, podría
verse obligado ahora por las pérdidas sufridas a eliminar
20.000 puestos de trabajo en
todo el mundo.

Y todo ello mientras el principal responsable de aquella
operación, Fred Goodwin, el hombre que
se ganó el apodo de "Fred the Shred" (Fred la Trituradora)
por la forma de adelgazar la plantilla de las empresas en aras
supuestamente de la eficacia, deja el
banco a los 50 años con una pensión vitalicia de
casi 726.000 euros anuales.

Ante el escándalo por lo sucedido, el Gobierno, que
denuncia ahora la voracidad de los banqueros cuando antes
justificaba sus enormes salarios porque
sólo así se conseguía "atraer a los
mejores", le ha pedido a Goodwin que renuncie a parte de esa
pensión, pero el banquero dice eso de "Santa Rita, Rita,
lo que se da no se quita".

La oposición conservadora aprovecha la
indignación popular y por boca de su portavoz de Finanzas,
George Osborne, ha calificado de "obscena e inaceptable, se mire
por donde se mire", esa pensión y dice que es un "uso
totalmente irresponsable del dinero del contribuyente".

Hoy, los británicos se desayunaban con la noticia de
nuevas pérdidas bancarias: 10.800 millones de libras (casi
12.100 millones de euros) son las pérdidas antes de
impuestos del Halifax Bank of Scotland (HBOS), adquirido por el
Lloyds el pasado enero.

Los analistas consideran que la fusión
del Lloyds, un banco muy prudente en la política de
créditos, con el HBOS para crear el nuevo grupo Lloyds se
debió a fuertes presiones del Gobierno para evitar la
quiebra de este
último y ha supuesto un fuerte lastre para el primero.

Mientras tanto, el gobernador del Banco de Inglaterra,
Mervyn King, advirtió al Parlamento de que las inyecciones
de miles de millones de dinero público en el sector para,
entre otras cosas, garantizar sus activos tóxicos, no
serán desgraciadamente las últimas.

Sólo el Royal Bank of Scotland ha anunciado que
colocará activos tóxicos por 325.000 millones de
libras (364.000 euros) bajo ese sistema de garantías del
Gobierno.

En una intervención ante el comité selecto del
Tesoro de la Cámara de los Comunes, King dijo ayer que es
imposible saber cuánto capital necesitarán los
bancos finalmente porque dependerá de la evolución de la economía.

Preguntado por los legisladores acerca de las primas
astronómicas pagadas en el pasado a los banqueros, King
criticó "una forma de compensación que recompensaba
a los jugadores si ganaban su apuesta, pero no los castigaba si
la perdían".

Es obvio que si se hace eso, se anima a la gente a que haga
apuestas, señaló.

– Los rescates y los planes de estímulo no convencen:
Wall Street cae en el mes un 11,7% (Cinco Días –
27/2/09)

Mes para el olvido en la Bolsa Neoyorquina. Ni los millonarios
planes de Obama, ni el apoyo económico constante a la
banca fueron capaces de devolver la confianza a los mercados. El
Dow Jones abrirá marzo en niveles de 1997.

(Por J. López)

Muy preocupante es la dinámica que ha cogido Wall Street. La poca
confianza que tienen los inversores en las medidas presentadas
por los organismos públicos, unida a los pobres resultados
empresariales presentados en el mes, han dejado a los
índices bordeando barreras muy peligrosas según los
analistas. El Standard and Poor's 500 cedió un 11% en el
mes y queda en 735 puntos, niveles de finales de 1996. No le fue
mucho mejor al selectivo tecnológico, que se
derrumbó un 6,68% y se sitúa en los 1.377
puntos.

Barack Obama se ha encontrado en su primer mes completo de
legislatura
con todos los problemas que podían aparecer. Con la Fed
atada de pies y manos y sin capacidad para abaratar el precio del
dinero, el Tesoro comandado por Tim Geithner ha tenido que coger
las riendas de la política
económica norteamericana. En apenas un mes, el
ejecutivo de Obama ha presentado tres planes, que a estas alturas
solo han servido para incrementar el déficit a niveles
desorbitados.

El primero de ellos, el de rescate financiero, el que
debía sanear los balances de los bancos, quedó
finalmente en una solución mixta más parecida al de
Paulson que a otra cosa. Este anuncio trastocó la moral de
los inversores, que esperaban más y respondieron con
importantes pérdidas en todos los índices. El
segundo de los planes, de estímulo, movilizará
más de 787.000 millones de dólares para reactivar
el consumo en
EEUU. El de protección para el hipotecado fue el tercero,
el mejor acogido por los inversores, pero con efectos
insuficientes en las Bolsas.

Las dos últimas semanas del mes han sido las más
convulsas. Con 12 cierres negativos en las últimas 15
sesiones, el temor a la nacionalización de algunos bancos
se hizo cada vez latente y los inversores se fueron retirando
paulatinamente del capital de los bancos con problemas. El
ejemplo más palpable ha sido Citigroup, cuyo capital ya
está controlado por el Gobierno en un 36%.

El último varapalo lo ha recibido la economía
estadounidense hoy mismo. En la segunda revisión del PIB,
el margen de error con respecto a la primera apreciación
creció de forma desfavorable y la economía se
contrajo en un 6,2% en el último trimestre de 2008.

Algunas empresas, en mínimos históricos

El goteo de despidos es incesante y las empresas que hace
algún tiempo eran referencia, ahora se ponen en
entredicho. Citigroup, hasta hace algunos meses mayor banco de EE
UU por capitalización bursátil, es ahora un fijo
del farolillo rojo. El banco recién intervenido por el
Estado perdió un 58,87% de su valor en Bolsa en febrero y
queda como el valor más débil del Dow Jones.

Bank of América
no está mucho mejor y se encuentra en mínimos
históricos pese a negarse a ser recapitalizado. El tercer
banco del Dow Jones cedió un 37,39% en el mes. General
Electric también queda en niveles negativamente
históricos y cedió un 28,19%. El otro valor que
hace malabarismos sobre el alambre es General Motors, que
restó un 26,91%, después de presentar unas
pérdidas superiores a 30.000 millones de dólares en
2008.

Muy poco valores pueden capear el temporal y los que lo hacen
también son empresas en plena reestructuración.
Wal-Mart se apuntó un 5,6% en un mes negro para la Bolsas.
Las tecnológicas IBM e Intel también se salvaron de
los números rojos y ganaron un 1,58 y un 0,6%
respectivamente.

En cuanto al petróleo, importante avance del precio del
crudo, que se revalorizó cerca del 5% en la semana y queda
en los 44,76 dólares por barril.

– Tribuna: Economía global Paul Krugman – Clima de cambio
(El País – 1/3/09)

Las elecciones tienen sus consecuencias. El nuevo presupuesto
del presidente Obama constituye una enorme ruptura, no
sólo con las políticas
de los últimos ocho años, sino también con
las tendencias políticas de los últimos 30
años. Si es capaz de conseguir que el Congreso apruebe
algo similar al plan que anunció el jueves, hará
que Estados Unidos tome un rumbo completamente nuevo.

Entre otras cosas, el presupuesto supondrá un enorme
alivio para los demócratas, que empezaban a sentir una
cierta depresión
pospartidista. Puede que el estímulo económico que
el Congreso ha aprobado haya sido demasiado débil y se
haya centrado demasiado en los recortes de impuestos. La negativa
del Gobierno a ponerse serio con los bancos puede resultar
tremendamente decepcionante. Pero los temores de que Obama
sacrificase las prioridades progresistas en sus planes
presupuestarios y se contentase con matar el tiempo haciendo
arreglos en el sistema de impuestos han quedado ahora
desterrados.

Porque este presupuesto destina 634.000 millones de
dólares a reformar la sanidad durante la próxima
década. Eso no es suficiente para pagar la asistencia
sanitaria universal, pero es un comienzo impresionante. Y Obama
prevé pagar la reforma sanitaria no sólo
subiéndoles los impuestos a los más ricos, sino
también deteniendo la progresiva privatización de la atención
sanitaria a los jubilados, eliminando los pagos excesivos a las
compañías de seguros.

En otro frente, también resulta alentador ver que el
presupuesto prevé 645.000 millones de dólares en
ingresos procedentes de la venta de derechos
de emisiones. Tras años de negativas y retrasos por parte
de sus predecesores, la
Administración de Obama está dando muestras de
que está dispuesta a enfrentarse al cambio
climático.

Y estas nuevas prioridades quedan reflejadas en un documento
cuya claridad y plausibilidad resultan casi increíbles
para quienes nos hemos acostumbrado a leer los presupuestos
de la era de Bush, que insultaban nuestra inteligencia
en cada una de sus páginas. Éste es un plan
presupuestario en el que podemos creer.

Muchos se preguntarán si Obama puede realmente
conseguir la reducción del déficit que promete.
¿Realmente puede reducir los números rojos desde
los 1,75 billones de dólares de este año hasta
menos de un tercio de esa cantidad en 2013? Sí, sí
que puede.

Ahora mismo, el déficit es enorme debido a factores
pasajeros (al menos, esperemos que lo sean): una severa
recesión está haciendo que disminuyan los ingresos
y hay que destinar grandes cantidades tanto al estímulo
fiscal como a los rescates financieros.

Pero una vez que la crisis pase, si es que pasa, el panorama
presupuestario debería mejorar muchísimo. Tengan en
cuenta que desde 2005 hasta 2007, es decir, durante los tres
años anteriores a la crisis, el déficit federal
anual registró una media de tan sólo 243.000
millones de dólares. Ahora bien, durante esos años,
los ingresos estaban inflados, hasta cierto punto, por la burbuja
inmobiliaria. Pero también es cierto que estábamos
gastando más de 100.000 millones de dólares al
año en Irak.

Así que si Obama nos saca de Irak (sin hundirnos en un
lodazal afgano igual de caro) y se las arregla para idear una
recuperación económica sólida -dos
condiciones complicadas, sin duda- y consigue que el
déficit descienda hasta 500.000 millones de euros para
2013, no debería ser difícil en absoluto.

Pero ¿no se inflará el déficit por culpa
de los intereses originados por el gran aumento de la deuda
durante los próximos años? No tanto como se
podría pensar. Los tipos de interés de la deuda
pública a largo plazo no llegan al 4%, por lo que
incluso un billón de dólares de deuda adicional
suponen un incremento de menos de 40.000 millones al año a
los déficits futuros. Y el coste de esos intereses queda
íntegramente reflejado en los documentos del
presupuesto.

De modo que tenemos buenas prioridades y proyectos
plausibles. ¿Qué es lo que no va a gustar de este
presupuesto? Fundamentalmente, que las perspectivas a largo plazo
siguen siendo preocupantes.

Según las previsiones presupuestarias de la Administración de Obama, la relación
entre deuda federal y PIB, un índice muy usado para medir
la situación financiera del Gobierno, subirá
vertiginosamente durante los próximos años y luego
se estabilizará más o menos. Pero esta estabilidad
se logrará con una relación entre deuda y PIB de
alrededor del 60%. Eso no sería una deuda excesivamente
alta según baremos internacionales, pero sería la
deuda más alta que ha tenido Estados Unidos desde los
años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial. Y
nos dejaría con una capacidad de maniobra
considerablemente reducida si se presentase otra crisis.

Además, el presupuesto de Obama sólo nos habla
de los próximos 10 años. Eso es un avance respecto
a los presupuestos de la era Bush, que sólo hacían
previsiones para cinco años. Pero los problemas fiscales
realmente graves de Estados Unidos acechan más allá
de ese horizonte: antes o después, vamos a tener que
luchar a brazo partido con las fuerzas que hacen que suba el
gasto a largo plazo (sobre todo, el coste de la atención
sanitaria, que no cesa de subir).

E incluso si la fundamental reforma de la asistencia sanitaria
mantiene los gastos bajo
control, yo al menos veo difícil que el Gobierno federal
pueda cumplir sus obligaciones a
largo plazo sin algunas subidas de impuestos a la clase media.
Digan lo que digan los políticos ahora, en nuestro futuro
probablemente haya un impuesto sobre el
valor añadido.

Pero no culpo a Obama por dejar algunas preguntas importantes
sin responder en este presupuesto. En mitad de una crisis tan
grave, la cantidad de previsiones a largo plazo que puede manejar
el sistema
político es limitada; probablemente él ha
contado con todas las que puede, por ahora. Y este presupuesto
tiene muy, pero que muy buena pinta.

(Paul Krugman es profesor de
Economía de Princeton y premio Nobel en 2008. © 2009
New York Times Service)

– Los bancos "zombis" (El Mundo – 1/3/09)

(Por Luis de Guindos)

La expresión bancos zombis proviene de la década
perdida de Japón durante los 90. Se trataba de bancos con
enormes pérdidas en su activo, superiores a sus recursos
propios, y por tanto insolventes, lo que les impedía
realizar sus operaciones
habituales. La oposición social dificultaba su
recapitalización y rescate por parte del Gobierno con
dinero de los contribuyentes, mientras que por otro lado
existía un rechazo institucional a su
nacionalización.

De este modo, la economía japonesa convivió
durante 10 años con unas instituciones bancarias que no
realizaban su función
principal, dar crédito, y que simultáneamente
impedían que los impulsos monetarios del Banco de
Japón se trasladaran a las familias y empresas. Esta
situación alargó y profundizó la crisis
japonesa, que sólo empezó a resolverse gracias al
fuerte tirón experimentado por las exportaciones a
China con la
llegada del nuevo siglo.

En las últimas semanas hemos visto una
reaparición de las tensiones en los mercados crediticios y
un ajuste importante en los precios de las acciones de los bancos
en todo el mundo. Parece como si los temores que surgieron
después de la caída de Lehman se reprodujeran con
renovada intensidad. La evidencia de estas tensiones es
especialmente visible en los Credit Default Swaps (CDS) -el coste
de protección frente a impagos- de los bancos.
¿Cómo es posible que los CDS de los bancos se
amplíen a pesar de los programas de
rescate de los gobiernos? La respuesta es muy simple: el
deterioro de los CDS de los propios países, que se han
visto afectados por los programas de estímulo fiscal y de
rescate financiero, cuyo coste necesariamente tendrá que
ser cubierto con emisiones adicionales e ingentes de deuda
pública. Como no podía ser de otro modo, el CDS de
los bancos se encuentra íntimamente ligado al del gobierno
que los rescata o garantiza.

El empeoramiento de la situación proviene de la
percepción de que el tamaño de las
pérdidas por activos tóxicos crece exponencialmente
como consecuencia de la recesión mundial. En concreto, el
Fondo Monetario Internacional (FMI) eleva las pérdidas
originadas por activos en EEUU hasta los 2,2 billones de
dólares, frente a una estimación de 1,4 billones de
hace sólo unos meses. La suerte para los bancos americanos
es que la mitad de estos activos se encuentran en balances
bancarios fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, la
extensión de la recesión en el resto del mundo
está contaminando numerosos activos extranjeros que se
encuentran en los balances de los bancos americanos, en una
especie de infección global. En esta situación, no
resulta extraño que el valor de mercado de los bancos
americanos haya caído por debajo de los 400.000 millones
de dólares y que se hable de la necesidad de acabar
nacionalizando los dos buques insignia de la banca en EEUU, el
Citi y el Bank of America.

Un nuevo frente se ha abierto con bastante virulencia: la
extensión de la crisis a los países emergentes, muy
especialmente a las economía del centro y el este de
Europa. En los últimos días hemos visto un desplome
importante de sus monedas ante los desequilibrios de estos
países, especialmente la existencia de un elevado
déficit externo y una alta dependencia de la
financiación internacional. En concreto, en los tres
últimos años estos países han triplicado su
financiación bancaria del exterior, superando los 1,6
billones de dólares. Se trata de una crisis clásica
parecida a la que tuvo lugar a finales de los 90 o en 1994 con la
crisis del tequila en México. En
estos momentos, tres países de la zona -Hungría,
Letonia y Ucrania- ya han acordado una financiación de
emergencia con el FMI, mientras que Serbia está en
conversaciones y Rumanía ha señalado su voluntad de
iniciarlas.

Como casi siempre ocurre en este tipo de crisis, la
situación de los países no es idéntica,
aunque por desgracia los mercados no discriminan en exceso. En el
caso de los países del Este, aparte de Letonia, la peor
situación la tienen Bulgaria y Hungría, que cuentan
con un porcentaje de deuda externa que
excede el 100% de su PIB, lo que supera ampliamente los ratios de
los países asiáticos al inicio de la crisis de
finales de los 90.

Por el lado de los prestamistas, seguramente el país
más afectado es Austria, cuya exposición
a la zona excede el 70% de su PIB, seguido por Suecia con un 30%.
Sin embargo, más allá de lo que son los flujos de
capital, la recesión que va a vivir la zona
golpeará especialmente a Alemania, que es el principal
exportador a estos países.

De cualquier modo, y esto es lo más relevante, la
exposición de los bancos europeos a la totalidad de los
países emergentes va más allá de los 3,3
billones de euros, una cifra que supera en más de siete
veces la de los bancos de Estados Unidos, lo cual nos hace
especialmente sensibles a una crisis en estas economías.
Esta preocupación se encuentra, sin duda, detrás de
la reciente debilidad del euro en los mercados de divisas.

Por último, otro factor que ha impactado negativamente
en la percepción de la salud de los bancos ha sido
la reacción negativa de los mercados al plan del nuevo
secretario del Tesoro americano, Tim Geithner, que se ha hecho
público hace unas semanas. A pesar de que incrementa los
recursos de su antecesor, el famoso TARP de Paulson, mediante la
creación de un nuevo fondo destinado a adquirir
titulizaciones de préstamos y la ampliación de las
facilidades crediticias de la Reserva Federal, se considera que
no aborda el problema de solvencia de los bancos americanos, al
mantener el importe de dinero público para inyecciones de
capital y no aclarar suficientemente los detalles del nuevo fondo
público-privado de compra de activos tóxicos. En
definitiva, se piensa que los bancos americanos seguirán
sin funcionar, actuando como zombis en terminología
japonesa. El problema es que pueden contagiar al resto de la
economía, al igual que ocurrió en Japón.
Además, ahora, por desgracia, no podemos contar con el
tirón de la economía
china para sacarnos de la crisis.

– Países al borde de la quiebra (ABC –
1/3/09)

(Por María Cuesta / Vanesa Suvalski)

Europa del este y los estados norteamericanos de California y
Kansas lideran la lista de economías con más
dificultades para sus facturas

La posibilidad de que utilicen pagarés para devolver el
IRPF cobra fuerza.
¿Aceptará la banca adelantar el dinero a los
contribuyentes?

¿Países enteros en suspensión de pagos?
Algo que hace apenas un par de años era inimaginable, hoy
es una posibilidad con visos de convertirse en realidad. Y no se
trata de un mal que sufrirá Iberoamérica, Asia o la
zona más profunda del continente africano. Esta crisis
señala sin reparos a los pesos pesados de la
economía mundial: Europa y Estados Unidos.

Los problemas a uno y otro lado del Atlántico tienen
similitudes importantes, aunque también un puñado
de diferencias. En Estados Unidos, la elevada deuda y la burbuja
inmobiliaria son los principales motivos de la falta de
sueño de sus dirigentes. En la Vieja Europa, por su parte,
la puesta en evidencia de las debilidades del euro lucha con el
abultado endeudamiento por el primer puesto en el podio de los
problemas a atajar.

Estados Unidos revive así situaciones que refrescan
la memoria de
aquellos que vivieron la Gran Depresión con toda su
crudeza. El déficit comienza a comerse poco a poco las
posibilidades de una recuperación cercana. De hecho,
California, el estado más emblemático de la
Unión, la que se dice sería la octava
economía mundial si se aislara de EEUU, se encuentra ya al
borde de la insolvencia.

Su deuda alcanza unos escalofriantes 42.000 millones de
dólares y el equilibrio
presupuestario es tan difícil que, ante la imposibilidad
de acordar un plan de salida entre republicanos y
demócratas, Arnold Schwarzenegger (el "Gobernator") se ha
visto obligado a despedir a miles de funcionarios, suspender las
obras públicas y empezar a pensar a hacer frente a sus
facturas con pagarés.

Pero el caso de California no es único. Kansas sigue la
estela californiana a marchas forzadas. Hace unos días, el
Director de Política Presupuestaria del Estado, Duane
Goosen, admitía que "ya no hay dinero en efectivo" y que
había tenido que suspender las devoluciones de los
impuestos sobre la renta. Al igual que en California, la
posibilidad de recurrir a los pagarés para poder afrontar
estos pagos, ha sido puesto encima de la mesa.

Sin embargo, surge la duda de si los bancos estarán
dispuestos a descontar los cheques del
Tío Sam, cuando se hallan en el centro de una
vorágine financiera de dimensiones desconocidas. Y sobre
todo cuando las perspectivas de recuperación no son nada
alagüeñas.

La Vieja Europa, en jaque

Europa tampoco ha conseguido mantenerse al margen de la
sospecha. La sombra que recae sobre ella es, si cabe, más
compleja que la estadounidense. Y es que no sólo se trata
de lidiar con un excesivo endeudamiento, sino de evitar
también el desplome de algunos países de Europa del
este.

Alemania y Francia ya han
reconocido públicamente que están abiertas a ayudar
a cualquiera de estos países que así lo necesite.
En concreto, la canciller Angela Merkel reconoció que "no
se negará a fortalecer al FMI, de ser necesario, si
algunos países estuviesen en problemas". Y no se trata de
un gesto de generosidad, sino de valoración de riesgos. La
solidaridad
intracomunitaria es, sin duda, mucho más barata que la
quiebra de alguno de los países de la Unión, pues
ello pondría en la picota, nada más y nada menos,
que la moneda única.

El peligro viene del este

Y no sólo eso, los créditos multimillonarios
concedidos en los últimos años a los países
ex comunistas de Europa del este también podrían
convertirse en un nuevo foco de incendio para algunas
economías europeas. Sólo los bancos
austríacos prestaron en esa región cerca de 300.000
millones de dólares en créditos, lo que equivale al
68% del Producto
Interior Bruto (PIB) de la
república alpina.

Similar, aunque algo menos dramático, es el caso de las
entidades suecas, con préstamos de unos 80.000 millones de
dólares concedidos a las tres repúblicas
bálticas. Pero la lista no acaba ahí. Alemania,
Francia, Italia y Grecia son
otros de los países con una alta exposición
bancaria en el este de Europa.

Y es que, hasta ahora, asumir el riesgo de invertir
allí daba unos jugosos dividendos. Según
informaciones del Banco Nacional de Austria (OeNB), en 2007 el
43% del total de las ganancias registradas por la banca
austríaca provenían de los negocios en el este de
Europa. Los créditos multimillonarios concedidos en los
últimos años a los países ex comunistas de
Europa del este también podrían convertirse en un
nuevo foco de incendio para algunas economías europeas.
Además, en los países ex comunistas, muchos se han
endeudado en los últimos años de bonanza
económica en monedas extranjeras, en su mayor parte euros
y francos suizos, por un valor total de unos 1,5 billones de
dólares. Y un 90% de estos fondos proceden de bancos de la
zona euro, un 19,8% de entidades austríacas, un 15,8%
alemanas, un 15,6% italianas y un 11,6% francesas.

El problema ahora es que las monedas locales, como el zloty
polaco, la grivnia ucraniana o el leu rumano, se han devaluado de
forma alarmante. En el caso del zloty, la pérdida de valor
supera incluso el 50% desde el verano del año pasado. Pero
mientras que Polonia aún espera poder crecer un magro 1,5%
este año, en Ucrania la contracción
económica superará el 10% en el 2009, impulsada por
la depreciación monetaria, pero sobre todo por
el derrumbe de la producción industrial, especialmente en el
sector metalúrgico.

Ante esta situación, el Gobierno austríaco trata
desde hace semanas de convencer a sus socios comunitarios de la
necesidad de ayudar a esa región. Y es que sólo en
este año, tienen que devolver unos 400.000 millones de
dólares a sus acreedores en Europa occidental, lo que ante
la devaluación de sus monedas y la crisis
económica se hace cada vez más difícil.

La cúpula del gobierno austríaco se encuentra
desde hace semanas de gira por varias capitales europeas para
buscar apoyo a su iniciativa y determinar el nivel de las
necesidades en los países más afectados. La
prensa
austríaca habla de un supuesto plan de 150.000 millones de
euros, sin precisar quién debe aportar el dinero ni
cómo se pondría en práctica.

Lo que está claro es que no sólo deben recibir
apoyo países ex comunistas dentro de la UE sino
también Estados extracomunitarios como Ucrania o Croacia.
Para no fomentar el pánico,
el Ministerio de Finanzas de Austria ha desmentido estar
impulsando un plan de rescate y destacó que el objetivo es
"coordinar y optimizar" las medidas ya aprobadas en Europa.

Mientras que la morosidad crece debido a la devaluación
frente al euro y el franco suizo, los precios de la vivienda se
han desplomado en toda la región, lo que acelera la
espiral bajista. No en vano, algunos analistas aseguran que la
situación "se parece mucho al colapso financiero" sufrido
por Asia a finales de la década pasada.

Uno de ellos es Lars Christiensen, economista jefe del Danske
Bank, el Banco Nacional de Dinamarca. Este experto predijo ya en
el año 2006 la debacle financiera de Islandia. En un
análisis publicado esta semana, el
economista danés vaticina que los países menos
afectados por la crisis, es decir, Polonia, la República
Checa, Eslovaquia y Eslovenia, sufrirán una
recesión de entre el 2 y 5% de su PIB.

Mientras, los más afectados, como Ucrania,
Rumanía, Bulgaria y las repúblicas bálticas,
sufrirán una contracción económica de dos
dígitos. "En otras palabras, en concepto de
actividad perdida, esto es tan malo o incluso peor que la crisis
asiática de 1997/98", advierte Christiensen.

Otro reputado economista, el alemán Hans Redecker, del
BNP Paribas, ha asegurado sin complejos que "los bancos europeos
más activos en el este deberán amortizar en
torno al 20%
de los créditos concedidos". Toda una hecatombe financiera
en caso de hacerse realidad.

Rechazo al apocalipsis

En Austria, la indignación entre los expertos es
grande. No sólo las entidades financieras afectadas
rechazan estos análisis apocalípticos. El OeNB
atacó frontalmente a los analistas y diarios financieros
que con sus artículos causaron un derrumbe de las acciones
bancarias en Europa al inicio de la semana. Los expertos aseguran
que para ver medidas concretas habrá que esperar a la
cumbre extraordinaria que celebrará la UE el primero de
marzo. En un comunicado el OeNB criticó a "algunas
publicaciones, especialmente a "Wall Street Journal" y asegura
que los bancos vieneses "disponen de suficiente capital y
liquidez" para superar esta delicada situación. El
Raiffeisen International, una de las entidades financieras
más expuestas junto con el Bank Austria -en manos del
italiano Unicredit- y el Erste Bank, también reaccionaron
adelantando la publicación de sus resultados de 2008.

El banco, presente en 17 países del este de Europa,
registró una ganancia récord de 980 millones de
euros el año pasado. Así, logró frenar el
desplome de sus acciones, causado por un informe de la
agencia de calificación de riesgos Moody´s, que
había advertido de los grandes riesgos en el este. Pero el
gobierno austríaco ya no está solo en su pedido de
ayudas para evitar un colapso de Europa del este. El jefe del
Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, ya ha instado a la
Unión Europea a coordinar un proyecto conjunto con el BM,
el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones
multilaterales. En declaraciones al diario británico
"Financial Times", Zoellick aseguró que dicho paquete
"debe recibir el apoyo de los gobiernos europeos" y agregó
que 20 años después de la reunificación de
Europa, "sería una tragedia que Europa dejase que se
produjeran nuevas divisiones". Para ello se necesita un apoyo
más activo de Bruselas, agregó el responsable del
BM.

Primeras reacciones

En la CE comienzan a reconocer la urgencia del asunto. El
comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios,
Joaquín Almunia, reconoció estar "preocupado" por
la situación. Eso sí, el comisario hizo
hincapié en las particularidades de cada país de la
región y en la imposibilidad de encontrar una
solución única para todos los Estados involucrados,
algunos miembros y otros no de la UE. "No podemos dar a todos el
mismo apoyo. Debemos diferenciar las situaciones distintas de
cada uno de estos Estados miembros", señaló
Almunia. Y es que no hay que olvidar que la crisis ha puesto
más de relieve que
nunca estas diferencias. Además, hay menos margen de
error: tanto para una gestión fiscal deficiente como para
equivocaciones políticas. Lo que antes pasaba
desapercibido, ahora deja una huella profunda en el PIB. Sin
embargo, los expertos aseguran que para ver medidas concretas
habrá que esperar a la cumbre extraordinaria que
celebrará la UE el primero de marzo. Hasta entonces,
crucemos los dedos para que ninguno de estos países tenga
que declarar el "default".

– La crisis amplía divergencias entre los miembros de
la UE (The Wall Street Journal – 2/3/09)

(Por Charles Forelle)

Los líderes de la Unión Europea dejaron al
desnudo sus dificultades para coordinar una respuesta unificada a
la crisis financiera. Mientras la canciller alemana Angela Merkel
rechazó los llamados para lanzar un rescate de los
países de Europa del Este, Hungría propuso
asistencia directa y un ingreso expedito a la zona euro.

Las tensiones que salieron a flote en la cumbre del domingo
dejan de manifiesto la dificultad de forjar una estrategia
coherente para combatir una recesión que ha golpeado a los
27 miembros del bloque con fuerza desigual. Incluso los
líderes de Europa Central y del Este, la zona más
afectada por la crisis, han mostrado divergencias acerca de la
conveniencia de los planes de rescate.

Durante la cumbre, que fue convocada por el primer ministro
checo, Mirek Topolanek, quien ocupa la presidencia rotativa de la
Unión Europea, los líderes europeos reiteraron su
compromiso de no caer en medidas proteccionistas, pero
abandonaron Bruselas con pocas decisiones concretas y
ningún indicio de que habrá un plan paneuropeo.

Monografias.com

Hungría, Bulgaria, Rumania y otros países de
Europa Central y del Este hacen frente a una aguda
contracción a medida que el auge de la producción
industrial se revierte. En los países bálticos,
Letonia, que financió su expansión con deuda
externa, se está quedando sin fondos.

La situación se ha visto exacerbada en Hungría y
otros países al margen de la zona euro, donde los
residentes financiaron auges de la construcción endeudándose con
préstamos en la moneda común europea. El colapso de
las divisas locales está encareciendo esos
préstamos. La UE, asimismo, tiene que tomar en cuenta la
situación de los países que integran la zona euro,
en especial Irlanda, que hacen frente a un complicado panorama
fiscal.

Ningún miembro de la zona euro se ve al borde del
colapso económico, pero Portugal, Irlanda y Grecia parecen
más vulnerables a interrumpir el pago de su deuda. La
crisis económica global empieza a ejercer presión
sobre los presupuestos de algunos gobiernos a medida que aumentan
sus gastos para estimular su economía en medio de una
caída de la recaudación tributaria. En muchos
países, el rescate de la banca y los paquetes de
estímulo fiscal impulsarán de manera significativa
el nivel de endeudamiento.

Salvavidas listo

Algunas de las economías más fuertes del bloque
han indicado que, en caso de que un país quede al borde de
una cesación de pagos, es probable que dejen sin efecto
las normas que
prohíben el rescate de los países miembros y lancen
paquetes de ayuda.

Cualquier respuesta dependerá probablemente de los
bolsillos de Alemania. Y cualquier paquete de rescate respaldado
por Alemania contendrá quizá estrictas condiciones
que obliguen a los países receptores de la ayuda a poner
en orden sus cuentas fiscales, aunque el ajuste de
cinturón agrave la recesión. Las reglas de la UE
estipulan que los países miembros necesitan tener un
déficit fiscal inferior al 3% del Producto Interno Bruto.
Siete miembros de la zona euro sobrepasarían ese
límite este año.

La zona euro enfrenta su peor crisis económica en
décadas. Según informes
divulgados el viernes, la tasa de desempleo subió a 8,2%
en diciembre y la inflación cayó a 1,1% en
diciembre mientras las empresas redujeron gastos en forma
generalizada.

El costo de comprar
un seguro sobre la deuda soberana de Grecia, Irlanda y España
bordeó niveles récord el viernes. El aumento de los
niveles de endeudamiento llevó a la calificadora de
crédito Standard & Poor's a rebajar en enero la
calificación de Portugal, Grecia y España. Los
analistas creen que Irlanda podría perder su
calificación AAA este año. Austria también
se ve en apuros. El costo del seguro contra una posible
cesación de pagos por parte del país casi se
duplicó en las últimas tres semanas y ahora es el
segundo más alto del bloque, detrás de Irlanda, de
acuerdo con la firma de información de crédito Markit
Group.

En la cumbre de Bruselas, en tanto, Hungría propuso un
plan de asistencia de hasta 190.000 millones de euros (US$
241.200 millones) para Europa Central y del Este que
incluiría fondos para apuntalar los bancos de la
región y la liquidez de los bancos centrales. La idea tuvo
una buena acogida en Austria, cuyos bancos están muy
expuestos a la región, pero la reacción fue menos
calurosa en otros países. Los líderes de Polonia y
Eslovaquia, que no quieren quedar en el mismo grupo con
países más débiles como Hungría, se
opusieron a la iniciativa, al igual que muchos de los
países occidentales más grandes.

El rechazo más importante fue el de Alemania, que como
la mayor economía de Europa tendría que liderar
cualquier paquete de ayuda. Angela Merker señaló
que no veía la justificación de medidas especiales
para Europa del Este.

"La situación es muy diferente" en las economías
de la región, señaló. "No podemos comparar a
Eslovaquia ni a Eslovenia con Hungría". Merkel dijo que es
partidaria de otorgar asistencia a ciertos países, pero
agregó que la mejor forma de hacerlo era a través
de organismos multilaterales como el Fondo Monetario
Internacional.

La semana pasada, el Banco Mundial, el Banco Europeo de
Reconstrucción y Desarrollo y el Banco Europeo de
Inversión informaron que proveerían 24.500 millones
de euros en financiación para los bancos de Europa del
Este.

(Joellen Perry y Marcus Walker contribuyeron a este
artículo)

– EEUU sale al rescate de AIG por tercera vez (The Wall Street
Journal – 2/3/09)

(Por Deborah Solomon, Matthew Karnitschnig, y Liam Pleven)

American International Group Inc. (AIG) recibirá hasta
US$ 30.000 millones adicionales en asistencia del gobierno de
Estados Unidos como parte del más reciente rescate
estatal, informaron fuentes al
tanto.

El objetivo es apuntalar a AIG mientras la aseguradora absorbe
pérdidas trimestrales del orden de los US$ 60.000 millones
y batalla para resolver dificultades operativas y competitivas.
El nuevo plan contempla que AIG page la mayor parte de los US$
40.000 millones que le debe a la Reserva Federal (Fed) mediante
participaciones en dos filiales internacionales: American
International Assurance Co. de Asia (AIA), y American Life
Insurance Co., que tiene operaciones en 50 países.

Los cambios tienen la intención de ser una
solución duradera para la débil situación
financiera de AIG al eliminar, al menos parcialmente, la
necesidad de efectivo para pagar los préstamos
gubernamentales. El nuevo plan, sin embargo, acarrea nuevos
riesgos y potenciales pérdidas para los contribuyentes
estadounidenses. El gobierno ahora pasa a ser propietario directo
de filiales de AIG cuyo valor es difícil de
determinar.

Los activos que AIG está transfiriendo al Estado han
estado en venta durante meses, pero no han recibido ofertas
aceptables. Una subasta reciente de AIA, por ejemplo, no
generó ningún interés.

El acuerdo, asimismo, borra aun más la frontera que
divide a las autoridades estatales y los ejecutivos del sector
privado, dificultando la gestión de las
compañías.

De todos modos, al decidir reestructurar el rescate de AIG por
tercera vez, tanto el Secretario del Tesoro, Timothy Geithner,
como el presidente de la Fed, Ben Bernanke, concordaron en que
la empresa
representa un riesgo al sistema financiero y su quiebra
tendría consecuencias desastrosas, dijeron fuentes al
tanto. Entre los temores estaban los riesgos asociados a los
actuales problemas de derivados ligados a AIG, así como
preocupaciones sobre las repercusiones a clientes de seguros de
AIG, añadieron las fuentes.

EEUU inyectará a AIG US$ 30.000 millones en dinero
fresco proveniente del programa de asistencia para activos en
problemas (TARP por sus siglas en inglés). El gobierno, sin embargo,
también reducirá la línea de crédito
que la Fed le concedió a AIG de US$ 60.000 millones a US$
25.000 millones. AIG emitirá entre US$ 5.000 y US$ 10.000
millones en deuda respaldada por activos de seguros de vida, para
reducir su deuda con el gobierno.

El nuevo pacto reduce el pago de intereses y dividendos que la
aseguradora le debe hacer al gobierno. Eso alivia las finanzas de
la empresa, que hoy podría divulgar una pérdida
trimestral del orden de los US$ 60.000 millones.

Al cierre de esta edición, se esperaba que la junta directiva
de AIG aprobara el plan. Las principales agencias de
calificación de crédito ya han hecho lo propio. Sin
el apoyo de esas agencias, AIG habría sufrido terribles
reducciones en sus calificaciones de crédito que la
habría forzado a presentar miles de millones de
dólares en garantías sobre una variedad de contratos
financieros. También habría causado la
cancelación de muchas pólizas de seguros
corporativos, costándole a AIG miles de millones de
dólares más.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14
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