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¿La Ética en Educación o la Educación Ética? (página 2)



Partes: 1, 2

Así, "ethos" y "mos", "costumbre" y "carácter" hacen hincapié en un modo
de conducta que no
responde a una disposición natural, sino que es adquirido
o conquistado mediante hábitos y su significado
etimológico no coincide con el actual.

A diferencia de la ética,
la moral es el
conjunto de acciones y de
normas que
regulan las acciones consideradas buenas, valiosas o deseables
para una cultura. Por
ética, en cambio, se
entiende la reflexión sobre las acciones morales.
Así, la ética constituye una rama de la filosofía que pregunta qué es,
cómo se fundamenta, cuáles son los fines de la
moral. Ahora
bien, cuando se califica a una acción
como moral, esa valoración positiva debe ser fundamental
en argumentos razonables. La ética es una disciplina
filosófica en tanto requiere de la reflexión y de
la argumentación; en cambio, la moral no lo es. La Moral
es el conjunto de normas que consideramos justas y obligatorias y
la ética es una reflexión sobre la
moral.

Por ejemplo, veamos el caso, si un docente enseña
a sus alumnos un conjunto de normas de conducta que deben
respetar, estará enseñando una determinada moral.
Pero si un docente propone una discusión sobre
porqué ciertas normas morales deben ser respetadas,
estará proponiendo una reflexión
ética.

Pero si quisiéramos responder a la pregunta:
¿Como es posible reconstruir aspectos de nuestra realidad
cercana y reflexionar sobre ella? ¿Nos serviría la
ética para ello?

Si la ética se encarga de distinguir
cuáles son problemas
morales y cuáles son los problemas éticos,
habría que distinguir cuáles son los problemas
prácticos, estos son los que se plantean en las relaciones
efectivas, reales de unos individuos con otros, o al juzgar
ciertas decisiones y acciones de ellos. Son problemas cuya
solución no sólo afecta al sujeto que se los
plantea, sino también a otra u otras personas que
sufrirán las consecuencias de su decisión y de su
acción. Consecuencias que pueden afectar a un solo
individuo, en
otros casos son acciones que afectan a varios de ellos o grupos
sociales. Finalmente, las consecuencias pueden afectar a una
comunidad
entera como la nación.

Los individuos se enfrentan a la necesidad de ajustar su
conducta a normas que se tienen por más adecuadas o dignas
de ser cumplidas. Esas normas son aceptadas íntimamente y
reconocidas como obligatorias, de acuerdo con ellas, los
individuos comprenden que tienen el deber de actuar en una u otra
dirección. En estos casos, decimos que
el hombre se
comporta moralmente, y que este comportamiento
lo distingue de otras formas de conducta
humana.

Tenemos:

  • Por un lado: Actos o modos de comportarse los
    humanos ante ciertos problemas que llamamos
    morales.

  • Por otro: Juicios con los que dichos actos son
    aprobados o desaprobados moralmente.

Nos encontramos en la vida real con problemas
prácticos a los que nadie puede sustraerse, y para
resolverlos se recurren a normas, actos, juicios, o emplean
argumentos o razones para justificar la decisión adoptada,
o paso dado. Así, el comportamiento
humano práctico –moral se remonta a los
orígenes mismos del hombre como
ser social.

A este comportamiento practico – moral, que se da
ya en las formas mas primitivas de comunidad, sucede
posteriormente la reflexión sobre el. Los hombres no solo
actúan moralmente, sino que también reflexionan
sobre ese comportamiento práctico y lo hacen objeto de su
reflexión. Se pasa así del plano de la
práctica moral al de la teoría
moral. Cuando se da este paso estamos ya en la esfera de los
problemas teórico – morales, o éticos.

A diferencia de los problemas prácticos –
morales, los éticos se caracterizan por su
generalidad.

La ética puede decir en general lo que es una
conducta sujeta a normas, o en qué consiste aquello que
persigue la conducta moral. El problema de qué hacer en
cada situación concreta es un problema práctico
– moral, no teórico – ético. En cambio,
definir qué es lo bueno no es un problema moral que
corresponda resolver a un individuo con respecto a cada caso
particular, sino un problema general de carácter
teórico que toca resolver al investigador de la moral, es
decir, al ético.

Las respuestas acerca de que sea lo bueno, varia de una
teoría a otra (placer, felicidad, poder,
etc.).

El problema de la esencia del acto moral remite a otro
problema importantísimo: el de la responsabilidad. Solo cabe hablar de
comportamiento moral, cuando el sujeto que así se comporta
es responsable de sus actos, ha podido elegir entre dos
alternativas.

El problema de la libertad de la
voluntad es, por ello, inseparable del de la responsabilidad.
Decidir y obrar en una situación concreta es un problema
práctico – moral; pero investigar el modo como se
relacionan la responsabilidad moral con la libertad y con el
determinismo a que se hallan sujetos nuestros actos, es un
problema teórico, cuyo estudio corresponde a la
ética.

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Foto marcha docente en Caleta Olivia
en repudio a Varizat

Los problemas que plantea la moral práctica,
vivida, así como sus soluciones,
constituyen la materia de
reflexión, el hecho al que tiene que volver constantemente
la teoría ética, para que ésta no sea una
especulación estéril, sino la teoría de un
modo efectivo, real, de comportarse el hombre.

Relacionando estos conceptos con la educación
presente, podríamos decir que el conflicto
docente ha desencadenado problemas de tipo práctico
– moral, ya que los docentes
(nucleados en un gremio ADOSAC) en tanto individuos de una
sociedad se
enfrentaron a la necesidad de ajustar su conducta a una norma
(Paro docente)
que tuvieron por mas adecuados o dignos de ser cumplidos (mandato
resuelto en asamblea por mayoría); donde la norma (paro)
ha sido reconocida como obligatoria, según ellos el
docente sabe que tiene que actuar en una u otra dirección.
En este caso, optar por acatarse o no a las medidas de fuerza
dispuestas por el gremio, dónde esta decisión
determinaría su comportamiento moral.

Aquí también surge el concepto de la
responsabilidad, donde solo hay comportamiento moral cuando el
sujeto que así se comporta es responsable de sus actos, y
además ha podido elegir entre dos alternativas. En el caso
de los docentes que han estado
afiliados al sindicato
docente y no han acatado la medida de fuerza, y han votado en
contra de la medida, se podría decir que han tenido un
comportamiento moral en contra de los intereses de la
mayoría.

En el campo de la ética podríamos decir
que los problemas éticos se caracterizan por su
generalidad y esto los distingue de los problemas morales de la
vida cotidiana, que son los que nos plantean las situaciones
concretas.

La tarea fundamental de la ética es la de toda
teoría, explicar, esclarecer o investigar una realidad
dada produciendo los conceptos correspondientes. Por otro lado,
la realidad moral varía históricamente y con ella
sus principios y sus
normas. La pretensión de formular principios y normas
universales, al margen de la experiencia histórica moral,
dejaría fuera de la teoría la realidad misma que
debiera explicar.

El campo de la ética no se halla al margen de la
moral efectiva ni tampoco puede ser reducido a una forma
determinada, temporal y relativa de ella.

La ética es teoría, investigación o explicación de un
tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los
hombres: el de la moral, pero considerado en su totalidad,
diversidad y variedad.

El valor de la
ética como teoría esta en lo que explica y no en
prescribir o recomendar con vistas a la acción en
situaciones concretas. Ética es explicación de lo
que ha sido o es, y no simplemente la descripción.

La ética parte del hecho de la existencia de la
historia de la
moral, arranca de la diversidad de morales en el tiempo, con
sus correspondientes valores,
principios y normas. No se identifica, como teoría con los
principios y normas de ninguna moral en particular, ni tampoco
puede situarse en una actitud
indiferente o ecléctica ante ellas. Tiene que buscar,
junto con la explicación de sus diferencias, el principio
que permita comprenderlas en su movimiento y
desarrollo.

Ética estudia una forma de conducta humana que
los hombres consideran valiosa y, además, obligatoria y
debida. Pero nada de eso altera en absoluto la verdad de que la
ética tiene que dar razón de un aspecto real,
efectivo, del comportamiento de los hombres.

Por ejemplo, si un docente le pega a un alumno,
podría decirse que no es un comportamiento ético,
porque no representa un valor que debe ser realizado por todos
los docentes. Lo que un docente debe realizar es educar a sus
alumnos, transmitirles valores socialmente considerados
significativos para el futuro.

En este sentido no pueden confundirse nunca ética y
moral. Porque la ética no crea la moral. Aunque es
cierto que toda moral efectiva supone ciertos principios, normas
o reglas de conducta, no es la ética, la que en una
comunidad dada, establece esos principios o normas.

La ética se encuentra con una experiencia
histórico – social en el terreno de la moral, o sea,
con una serie de morales efectivas ya dadas, y partiendo de ellas
trata de establecer la esencia de la moral, su origen, las
condiciones objetivas y subjetivas del acto moral, las fuentes de la
valoración moral, la naturaleza y
función
de los juicios morales, los criterios de justificación de
dichos juicios y el principio que rige el cambio de diferentes
sistemas
morales.

La ética es la teoría o ciencia del
comportamiento moral de los hombres en sociedad. O sea, es
la ciencia de
una forma específica de conducta humana.

La ética parte de ciertos tipos de hechos
tratando de descubrir sus principios generales. En cuanto
conocimiento
científico trata de aspirar a la racionalidad y
objetividad mas plenas, y a la vez ha de dar conocimientos
sistemáticos, metódicos y, hasta donde sea posible,
verificables.

La ética es la ciencia de la moral, es decir,
una esfera de la conducta humana. No hay que confundir
aquí la teoría con su objeto: el mundo moral. Las
proposiciones de la ética deben tener el mismo rigor,
coherencia y fundamentación que las proposiciones
científicas.

Si cabe decir que hay una ética
científica, pero no hay una moral científica. Si
hay un conocimiento
de la moral que pueda ser científico. Lo científico
radica en el método, en
el tratamiento del objeto y no en el objeto mismo.

La moral no es ciencia, sino objeto de la ciencia, y en
ese sentido es estudiada, investigada por ella. La ética
no es la moral, y por ello no puede reducirse a un conjunto de
normas y prescripciones; su misión es
explicar la moral efectiva, y, en este sentido puede influir en
la moral misma.

Su objeto de estudio lo constituye un tipo de actos
humanos: los actos conscientes y voluntarios de los individuos
que afectan a otros, a determinados grupos sociales,
o a la sociedad en su conjunto. Ética y moral se
relacionan como una ciencia y su objeto.

El comportamiento moral no es, por tanto, la
manifestación de una naturaleza
humana eterna e inmutable, dada de una vez y para siempre,
sino de una naturaleza que está siempre sujeta al proceso de
transformación que constituye justamente la historia de la
humanidad.

Cabe destacar aquí, que en base a la
transformación del sistema
educativo también se han modificado comportamientos
morales esperables en la educación, ya que la
antigua Ley de
Educación 1420 prescribía una educación
destinada a la homogeneización de la identidad
cultural de la
república Argentina, supuesto que es modificado con la
sanción de la Ley Federal de Educación 24.195 que
incorpora como un contenido a ser enseñado en el
currículum formal, la diversidad cultural, incorporando
como valor el respeto a las
diferencias, el respeto por identidades diferentes y la
posibilidad de apertura a una educación que incorpore en
sus bases el interculturalismo[3]y el
pluriculturalismo[4]

Monografias.com

Foto Escuela Normal.
Fuente: Internet

Aparece aquí también, el
multiculturalismo[5]como un desafío a ser
trabajado por los docentes en el sistema educativo
en la actualidad, encontrándose en profunda
contradicción con la Ley de educación 1420 que en
sus bases prescribía una educación laica, gratuita,
obligatoria y homogeneizadora de la sociedad.

Haciendo un poco
de historia…

"Es necesario reintegrar plenamente a
la reflexión y

a la práctica de los esfuerzos
por el desarrollo una dimensión
ética".

Enrique Iglesias, Presidente del
BID

Las doctrinas éticas fundamentales surgen y se
desarrollan en diferentes épocas como respuestas a
problemas por las relaciones entre los hombres y en particular
con su comportamiento moral efectivo.

Las doctrinas son un proceso de cambio y sucesión
que constituyen propiamente su historia.

Ética e historia se hallan doblemente
relacionadas a) Con la vida social y con las morales que forman
parte de esta, y b) Con su propia historia, ya que cada doctrina
se halla en conexión con las anteriores o con las
posteriores.

Ética Griega
Aristotélica

"La verdadera alegría de la vida es
poder servir a un propósito que tú mismo reconoces
como poderoso… ser una fuerza de la naturaleza en vez de
un pequeño, febril y egoísta guiñapo de
aflicciones y rencores quejándose de que el mundo no se
dedica bastante a hacerte feliz".

Bernard Shaw

¿Cuál es el fin al que todo hombre
tiende?: Aristóteles diría que a la
felicidad, pero en que consiste el fin o bien absoluto, entendido
como plena realización de lo que el hombre tiene de
humano? No es el placer ni tampoco la riqueza: es la vida
teórica o contemplación, como actividad humana
guiada por lo que hay de más propio y elevado en el
hombre: la razón.

Pero no se da accidentalmente, sino con la
adquisición de ciertos modos constantes de obrar, que son
las virtudes.

Distingue dos clases de virtudes:

  • Intelectuales o dianoéticas: Operan
    sobre lo que hay en el hombre de ser racional.

  • Prácticas o éticas: Operan
    sobre lo que hay en él de irracional (pasiones,
    apetitos, etc).

Así, la virtud consiste, a su vez, en el
término medio entre dos extremos (un exceso y un
defecto).

La ética de Aristóteles se halla unida a
su filosofía política, ya que para
el la comunidad social o política es el medio necesario de
la moral. Sólo en ella puede realizarse el ideal de la
vida teórica en que estriba felicidad. El hombre como tal
únicamente puede vivir en la ciudad o polis; es por
naturaleza un animal político, o sea, social. El hombre,
tiene que vivir necesariamente en sociedad. La vida social no es
un fin en sí mismo, sino condición o medio para la
vida verdaderamente humana: la vida teórica en que
consiste la felicidad.

La verdadera vida moral es, por ello, propia de una
élite que puede llevarla en el marco de una
sociedad basada en la esclavitud.
Dentro de ese marco, el hombre bueno (el sabio) ha de ser a la
vez un buen ciudadano.

Esta ética se enmarca dentro de la
denominada
ética material, dónde "Lo bueno es
lo material". Reafirma tal supuesto ya que para
Aristóteles todos los seres naturales tienden a cumplir la
función que les es propia y están orientados a
realizar completamente sus potencialidades. El bien (que es lo
mismo que la perfección de un ser o la realización
de las capacidades) es cumplir su función propia, aquello
que solo él puede realizar. Todos los actos humanos tienen
un fin, siempre que hacemos algo, lo hacemos para llegar a una
meta o un objetivo. Y
esa meta u objetivo es el que le da sentido a nuestro
accionar.

El objetivo supremo del hombre es vivir bien y ser
feliz, aunque hay muchos desacuerdos respectos en qué
consiste la felicidad y el buen vivir. Aparece aquí el
problema de cómo definir que es la felicidad.

Para Aristóteles nuestra vida se va conformando
como una cadena de fines, actuamos para conseguir los fines que
nos proponemos, pero ese fin es a la vez un medio para otro fin.
En necesario que exista un fin que se quiera por sí mismo,
que tenga un valor intrínseco. Si no existiera nuestra
propia vida quedaría vaciada de sentido. Ese fin
último, ese fin que no se desea por ninguna otra cosa sino
que se desea en sí mismo, es, según
Aristóteles, la felicidad. Todos los seres humanos desean
ser felices. La felicidad nos satisface plenamente.

La felicidad solo es posible para aquel que vive
guiándose por la razón, para aquel que no se deja
llevar por las pasiones, para aquel que es capaz de controlar sus
deseos y temores. La razón debe guiar nuestras
vidas.

Solo guiándonos por lo que la razón nos
manda y dominando nuestras pasiones podremos vivir una vida
feliz.

En la obra más representativa de este tema de
ética y moral es "Ética a
Nicomáco",
dónde Aristóteles expresa la
visión más madura en ese dominio, es el
tratado de esa materia más antiguo de la tradición
filosófica y, desde que se la recupero en el siglo XVIII
es una de las obras más difundidas y representativas del
estagirita. En ella, adopta la definición de la virtud
ética como un bien que, sin estar subordinado a un fin
ulterior, debe ejercerse por sí mismo.

El bien al que apunta la política es más
abarcativo, y por eso más valioso, que el bien del
individuo; pero al mismo tiempo el individuo ostenta una
precedencia en tanto es parte lógicamente anterior al todo
de la comunidad, y el todo tiene la función de resguardar
a la parte.

La premisa fundamental de Aristóteles es que el
bien es aquello a lo que todas las cosas tienden. Es una
actividad del hombre, tanto en la práctica cuanto en la
productiva, el bien es, pues, el fin.

"Toda arte y toda
investigación, lo mismo que (toda) acción y (toda
elección), tienden, según se admite, según
se admite, a algún bien. Por eso se ha declarado con
acierto que el bien (es aquello) a lo que todas las cosas
tienden".

Ética
Utilitarista: "Lo bueno es lo útil"

Durante el siglo XVIII se desarrolló en los
países de Europa,
principalmente en Gran Bretaña, la Revolución
Industrial, por medio del cual la producción y la riqueza de estos
países se multiplicó aceleradamente. Estos cambios
económicos tuvieron efectos transformadores
en todos los ámbitos de la vida social y cultural,
incluyendo los valores
morales y su fundamentación ética.

Moralistas como Jeremy Bentham (1748 – 1832) y
James Mill (1773 – 1826) trataron de comprender los cambios
que se estaban produciendo, postulando una teoría
ética nueva, llamada utilitarismo.

El fundamento de la moral es el principio de mayor
felicidad o utilidad,
según el cual las acciones son buenas o correctas en la
medida en que tienden a promover la felicidad, y son malas o
incorrectas en cuanto tienden a producir lo contrario a la
felicidad. Así, el utilitarismo identifica lo bueno con lo
útil.

Lo útil no es un fin en si mismo, siempre
está en función de otra cosa. No existe nada bueno
o malo es sí mismo, sino que algo que puede ser
considerado bueno cuando aumenta en alguna medida la felicidad de
los individuos. Los valores
morales serán relativos a las situaciones particulares y a
los individuos involucrados.

Definen la felicidad como el placer y la ausencia de
dolor. Una acción correcta es la que redunda en una mayor
felicidad y reduce en mayor medida el sufrimiento para el
conjunto de los individuos involucrados por la acción.
Como para Aristóteles, la felicidad se constituye en el
criterio moral de las acciones, aunque para este el concepto de
felicidad se defina de distinta manera.

Para tener en cuenta para determinar si un acto es bueno
o malo, fundamentalmente se deben medir las consecuencias
concretas de ese acto. No interesan los motivos del acto sino sus
resultados

La ética
moderna: Kantiana [6](Lo bueno es lo que se hace
por deber)

La expresión mas acabada de la ética
moderna es la de Kant: lo que el
sujeto conoce es el producto de su
consciencia. Y lo mismo sucede con la moral: el sujeto –la
consciencia moral- se da a sí mismo su propia ley. El
hombre como sujeto cognoscente o moral es activo, creador, y se
halla en el centro tanto del conocimiento como de la
moral.

Punto de partida de su ética es el factum (hecho)
de la moralidad. Es
indiscutible que el hombre se siente responsable de sus actos y
tiene conciencia de su
deber.

El problema de la moralidad exige plantear la
cuestión de en qué estriba la bondad de los actos,
o en qué consiste lo bueno: Lo único bueno en
sí mismo, sin restricción, es una buena voluntad.
La bondad de una acción no hay que buscarla en ella misma,
sino en la voluntad con que se ha hecho.

La buena voluntad es la que actúa por puro
respeto al deber o de la sujeción a la ley moral. El
mandato o deber que ha de ser cumplido es incondicionado y
absoluto; o sea, lo que manda la buena voluntad es universal por
hombres, en todo tiempo y en todas las circunstancias y
condiciones. Kant llama imperativo categórico a ese
mandato, y lo formula así: "Obra de manera que puedas
querer que el motivo que te ha llevado a obrar sea una ley
universal".

Si el hombre obra por puro respeto al deber y no obedece
a otra ley que la que le dicta su conciencia moral, él es
su propio legislador. No se somete a nada ajeno y es, por lo
tanto, un fin en sí mismo. Tomar por ello, al hombre como
medio le parece a Kant profundamente inmoral, pues todos los
hombres son fines en sí mismos y, como tales, forman parte
del mundo de la libertad o del reino de los fines.

Kant (fiel a su antropocentrismo ético) da
así a la moral su principio más alto y se lo da
justamente en un mundo humano concreto en el
que el hombre, lejos de ser un fin en sí, es medio,
instrumento u objeto, y en el que por otra parte, no se dan
todavía las condiciones reales, efectivas para hacer de
él efectivamente un fin. Pero esta conciencia de que no
debe ser tratado como medio, sino como fin, tiene un profundo
contenido humanista, moral e inspira hoy a todos aquellos que
aspiran a que ese principio kantiana se cumpla no ya en un reino
ideal, sino en nuestro mundo real.

Ética de Kant es formal y autónoma, por
ser puramente formal, tiene que postular un deber para todos los
hombres, independientemente de su situación social y
cualquiera sea su contenido concreto. Por ser autónoma se
consuma en ella la tendencia antropocéntrica que, en
oposición a la ética medieval, se inicia en
el
renacimiento.

Kant es el punto de partida de una filosofía y
una ética en la que el hombre se define ante todo como ser
activo, productor o creador.

Sus escritos sobre ética se caracterizan por un
incondicional compromiso con la libertad humana, con la dignidad del
hombre y con la concepción de que la obligación
moral no deriva de Dios, ni de las autoridades y comunidades
humanas, ni de las preferencias o deseos de los agentes humanos,
sino de la razón.

Esta filosofía es ante todo crítica
en sentido negativo, argumenta en contra de la mayoría de
las tesis
metafísicas.

Kant argumenta que podemos conocer a priori que
habitamos en un mundo natural de objetos situados en el espacio y
el tiempo que están causalmente relacionados.

La cuestión central de su doctrina ética
es la de "¿Qué debo hacer?", en su ética no
introduce pretensión alguna sobre una realidad moral que
vaya más allá de la experiencia ni otorga un peso
moral a las creencias reales.

El propósito de Kant es concebir los principios
de la ética según procedimientos
racionales. Aunque al comienzo de su "Fundamentación"
identifica a la "buena voluntad" como único bien
incondicional, niega que los principios de la buena voluntad
puedan determinarse por referencia a un bien objetivo o telos al
cual tiendan. Utiliza una formulación de los principios
éticos para determinar en qué consiste tener una
buena voluntad.

La idea de que el principio moral tiene que ser un
principio para todos. La moralidad comienza con el rechazo de los
principios no universalizables. Esta idea se formula como una
exigencia, que Kant denomina "el imperativo
categórico"[7], o en términos
más generales la Ley Moral. Su versión más
conocida dice así "obra sólo según la
máxima que al mismo tiempo puedas querer se concierta en
ley universal".
Esta es la clave de la ética de Kant,
y se utiliza para clasificar las máximas que pueden
adoptar los agentes.

¿Qué debo hacer? Tiene una doble
respuesta. En el mejor de los casos debo basar mi vida y
acción en el rechazo de máximas no –
universalizables, y llevar así una vida moralmente
válida cuyos actos se realizan por deber; pero incluso si
dejo de hacer esto al menos debo asegurarme de realizar
cualesquiera actos que serían indispensables si tuviese
semejante máxima moralmente válida.

Contrapone los deberes para con uno mismo y para con los
demás y en cada uno de estos tipos distingue entre deberes
perfectos e imperfectos. Los deberes perfectos son
completos en el sentido de que valen para todos los agentes en
todas sus acciones con otras personas.

Ética y
posmodernidad

La ética caracteriza a un ser que pregunta por el
sentido de todo, y por el sentido de su vida, por la razón
de ser de sus acciones en el mundo.

En la modernidad[8]se consideraba a la
razón como premisa como capaz de establecer criterios a
partir de los cuales sería posible situarse
críticamente en el mundo, y la posmodernidad
pretende convencernos de la imposibilidad de tal empresa. La
verdad no depende de la razón, sino de los
regímenes de poder: instituir una verdad es un acto
esencialmente político, es el ejercicio de un
poder.

El hombre es capaz de trascender cualquier inmediatez.
El no está preso a ningún mundo, sino que es una
tarea permanente, el futuro como realidad a ser
construida.

La ética es la mediación para la
humanización del hombre, para la actualización del
mundo humano en cuanto mundo que torna la libertad efectiva. Su
objetivo fundamental es, entonces, establecer los marcos en los
cuales es posible configurar un mundo humano, subjetividad e
intersubjetividad, en cuanto espacio efectivizante de la
libertad. Se trata de conducir sus vidas con la dignidad que los
constituye como seres llamados a la libertad.

Podemos decir que en la actualidad, en el contexto
denominado Posmoderno, la forma de pensar que empieza a imponerse
podría calificarse como de 'conciencia posmoderna', aunque
este movimiento apareció primero en el mundo del arte
-más concretamente en el campo de la arquitectura hoy
se ha expandido al resto de la sociedad.

Pienso que las características que definen esta
nueva forma de pensar están cada día más
arraigadas en todos los ámbitos de nuestra sociedad; de
criterios del juicio estético han pasado a convertirse en
directrices del pensamiento en
general. Sus manifestaciones pueden apreciarse en la vida
cotidiana, en la moral, en la política e incluso en la
ciencia.

Desaparece la razón en sentido fuerte y comienza
el juego de las
apariencias,
comienza la era de la seducción; en la seducción no
hay verdad ni fundamento, a ella nada le pertenece excepto las
apariencias; corresponde a la fascinación por el juego y
lo indeterminado. Lo femenino es la figura por excelencia de la
seducción -digo lo femenino, no la
mujer.

El destino que la razón había definido en
todos los campos ha sido sustituido por la seducción; hoy
es el único reto y sus huellas pueden encontrarse en los
distintos ámbitos de la vida. Cada vez más lo
estético es el único criterio, pero es que lo
estético no convence, como la razón,
seduce…

Esta especie de tipología de la posmodernidad es
una generalización, y como todas las generalizaciones es
imprecisa y a veces odiosa. Su único mérito
consiste en describir una tendencia y, ya de paso, consolar a
algún que otro nostálgico de lo Absoluto ya que,
supuesto este relato está escrito desde la razón
moderna.

Retomo una análisis del texto "La
educación después de Auschwitz" realizado en un
trabajo
práctico de la materia para referirme a mi experiencia en
instituciones
educativas, ya que servirá a mi propósito para
reflexionar sobre la ética y la moral.

Para establecer una reflexión acerca de la
experiencia desarrollada en instituciones educativas me sirve al
respecto el uso de estas dos imágenes
que me parecen que se pueden resignificar a la luz de los
conceptos de "obligación" y "autonomía" sostenidos
por Adorno.

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La primera imagen
corresponde a una recreación
de Auschwitz, la segunda a una escuela de EGB de la localidad de
Caleta Olivia. En ambas imágenes veo soledad, percibo
vacío e incertidumbre. ¿Pero que habrá en su
interior? ¿Cuáles son las comparaciones que podemos
establecer entre ellas?, ¿Se repite Auschwitz… se
repetirá?

Desde mi experiencia puedo decir que la
"obligación" es una acción que estaría
determina por una organización formal; dónde se deben
aceptar órdenes, seguir pautas de trabajo rígidas y
repetitivas (o no); además porque se refleja en la
"obligación" la necesidad burocrática de establecer
un sistema de calificaciones para acreditar o no al siguiente
nivel.

La "obligación"[9] se
podría entender como un comportamiento moral
esperable a ser realizado, por ejemplo, respetar horarios de
entrada y salida de la escuela, no golpear a los
compañeros, respetar los símbolos patrios, respetar las normas de
convivencia, y la misma obligación de enviar los padres a
sus hijos a la escuela.

Desde la perspectiva de Adorno, este concepto me permite
reflejar la falsedad:

"Personas bien intencionadas, que no quieren que
vuelva a ocurrir, citan a menudo el concepto de
obligación. Responsable de lo ocurrido sería, en
efecto, el hecho de que las personas no tengan ya obligaciones.
Considero ilusorio esperar que la apelación a obligaciones
o incluso la exigencia de contraer otras nuevas sirva realmente
para que el mundo y las personas mejoren. La falsedad de las
obligaciones y ataduras que se exigen solo para conseguir algo,
sin ser experimentadas todavía por las personas como
substanciales es sí mismas, es percibida enseguida. Es
sorprendente lo pronto que reaccionan hasta las personas
más disparatadas e ingenuas cuando se trata de husmear en
las debilidades de los mejores".

"Por eso resulta tan fatal la recomendación
de obligaciones, las personas que de mejor o peor grado las
aceptan se ven reducidas a un estado de permanente necesidad de
recibir órdenes, la única fuerza verdadera contra
el principio de Auschwitz sería la
autonomía[10]si se permite valerme de la
expresión kantiana; la fuerza de reflexionar, de
autodeterminarse, de no entrar en el juego".

Entonces, en las instituciones educativas, si bien
están establecidas una serie de "obligaciones",
también hay espacio para la "autonomía", es decir
tomar distancia de la realidad objetiva y reflexionar sobre
nuestras prácticas, encontrar intersticios, es decir, la
lucha por encontrar espacios para la significación de
conocimientos y acciones ajenos a los valores dominantes o a las
"obligaciones".

Acuerdo en considerar que: "La educación
sólo podría tener sentido como educación
para la autorreflexión crítica…",
sobre
todo si tenemos en cuenta la realidad que inunda la escuela, la
fragmentación social, la desintegración familiar,
la violencia
escolar, la falta de expectativas y de esperanza que abundan
en las instituciones de la actualidad.

No podemos dejar de considerar a los alumnos, como
prisioneros de una cárcel de
tiza[11]dónde muchas veces están
sujetos a las condiciones socioculturales y económicas de
su entorno que hace de ellos personas en un alto grado de
vulnerabilidad y muchas veces de abandono.

Por ello, la educación en general
carecería absolutamente de sentido si no fuese
educación para una autorreflexión crítica,
de encontrar espacios para la crítica y para la
búsqueda de una mejor calidad de
vida en las escuelas.

Adorno, establecía la exigencia de que Auschwitz
no se repita, es la primera de todas las que hay que plantear a
la educación. Cualquier posible debate sobre
ideales resulta vano e indiferente en comparación con
esto: que Auschwitz no se repita, nuestra pregunta sería
¿Qué podemos hacer nosotros para que Auschwitz no
se repita? ¿Qué herramientas
nos puede proporcionar la ética para ello?

Valores y
educación

Pero continuemos con otra pregunta: ¿Y los
valores que son?

Cuando hablamos de valores[12]tenemos
presente la utilidad, la bondad, la belleza, la justicia, etc.
Así también como sus polos negativos
correspondientes. Pero podemos nombrar sus principales
características:

  • No existen valores en sí, como entes ideales
    o irreales, sino objetos reales (o bienes) que poseen
    valor.

  • Puesto que los valores no constituyen un mundo de
    objetos que existe independientemente del mundo de los
    objetos reales, sólo se dan en la realidad –
    natural y humana- como propiedades valiosas de los objetos de
    esta realidad.

  • Los valores requieren la existencia de ciertas
    propiedades reales que constituyen el soporte necesario de
    las propiedades que consideramos valiosas.

  • El valor no lo poseen los objetos de por
    sí, sino que éstos lo adquieren gracias a su
    relación con el hombre como ser social. Pero los
    objetos, a su vez, sólo pueden ser valiosas cuando
    están dotados efectivamente de ciertas propiedades
    objetivas.

Según Gil Ramón, la
importancia de los valores como elemento integrante de la
acción educativa, en modo alguno significa que, hasta
ahora, éstos hayan estado ausentes de las aulas. En
realidad nunca han dejado de ser operantes en la tarea
profesoral. Consciente o inconscientemente el profesor ha
actuado, y actúa, desde una determinada concepción
del mundo y del hombre, desde un determinado sistema de valores,
que mediatizando su interpretación de la realidad,
también condiciona, en una determinada orientación,
su actuación como profesor.

"Si no es a partir de los valores no hay posibilidad
alguna de llevar a cabo un proceso educativo. No existe el hombre
biológico, desnudo de cultura, de los cuales exige ser
interpretado. Acercarse al hombre, conocerlo, entenderlo
significa interpretar el mundo de significados o valores a
través de los cuales todo hombre se expresa, siente y
vive, significa contemplar al hombre en su historia, en su propio
hábitat
fuera del cual seria del todo irreconocible. Por ello, los
valores son contenidos, explícitos o implícitos,
inevitables en la educación".

No es tarea fácil incorporar contenidos
curriculares que trabajen los valores. Los cambios en
educación no se operan porque se prescriban mediante
leyes. Es
necesario que se produzca, además y sobre todo, un cambio
en las actitudes y
modos de pensar la educación en quienes las hayan de
aplicar. Nueva andadura que permita cambiar el estilo de vida
en escuela y nuevos enfoques en aprendizajes.

Seguir pensando en el desarrollo de las facultades
superiores de la persona como
finalidad prioritaria de la educación es hoy un
anacronismo y un propósito insostenible.

De todos es sabido que la institución escolar no
es un sistema autónomo que funcione al margen de lo que
acontece en la vida real de la sociedad. Suele reflejar las
contradicciones del sistema social al que pertenece, su cara
visible y oculta.

La educación se resuelve básicamente en un
proceso de comunicación. Sin esta desaparece toda
posibilidad educativa.

Pero la
comunicación se da un contexto ya significado. Y son
los significados e interpretaciones que profesor y alumno dan a
la realidad que les envuelve lo que se convierte en las claves de
la comunicación y en la base ineludible del proceso
educativo.

Monografias.com

Alumnos del primer ciclo de la EGB
36.

La educación en su factibilidad,
está inevitablemente incrustada en un poli, y más
concretamente en una cultura, una política y una economía.

Los valores son realidades dinámicas,
históricas, sometidos a cambios en su
jerarquización. Los valores siendo los mismos, encuentran
distintas manifestaciones o modos de realización
según las culturas o momentos históricos. "Los
valores son, en formas diversas, encarnados y clarificados a lo
largo de la historia, pero ellos sobrevuelan el devenir temporal
y hacen posible la fundación de los campos de
posibilidades que configuran la trama de la historia".
(López Quintás, 1989-:177). Así, todas las
culturas tienen algo común, básico y fundamental
que las une, y que la libertar creadora del hombre abre
múltiples posibilidades para producir riqueza y variedad
sin que ello elimine y afecte a lo sustantivo y
nuclear.

El hombre se define esencialmente como ser pensante
(tradición con la que venimos), Ortega y Gasset dicen que
hay que oponerse radicalmente y resolverse a negar que el
pensamiento haya sido dado al hombre de una vez para siempre.
"No vivimos para pensar, sino que pensamos para lograr
subsistir o pervivir. Eso de atribuir al hombre el pensamiento
como una cualidad ingénita es, en rigor, una injusticia.
Porque no hay tal don ni tal obsequio, sino que es una penosa
fabricación y una conquista,
como toda conquista…, siempre inestable y
huidiza".

Hemos llevado muy lejos eso del hombre como "animal
racional", también es un ser que sufre y goza; es afecto,
emoción no solo inteligencia.

El mundo de valores como componente esencial en la
acción educativa no significa ninguna condescendencia o
moda pasajera,
sino reivindicar una educación total de la persona. Los
valores son como las enzimas en el
proceso educativo.

Concebimos al valor como una creencia básica a
través de la cual interpretamos al mundo, damos
significado a los acontecimientos y a nuestra propia existencia.
Obviamente, hablamos de valores más radicales, aquellos
que están más directamente vinculados con el hombre
y contemplados en la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre.

Una parte de este sistema de preferencias nos es
común a todos los hombres, y gracias a ello reconocemos la
comunidad de nuestra especie y en alguna medida conseguimos
entendernos; pero sobre esa base común, cada raza y cada
época y cada individuo ponen su modulación
particular del preferir, y esto es lo que nos separa, nos
diferencia y nos individualiza. Visto asi el valor se define como
realidad objetiva y subjetiva a la vez sin caer en ninguno de los
extremos: objetivismo y subjetivismo. "La objetividad de los
valores es tal, y solo tal, para una conciencia inquisidora, para
una subjetividad que exige cuentas. Nada hay
objetivo como no se dé simultáneamente, con
él, una conciencia, un apercibirse" (Fullat,
1995).

Conclusiones
preliminares

"La ética supone y exige seres
autónomos, pero somos naturalmente
heterónomos;

la ética supone y exige seres
racionales, pero somos naturalmente y afectos y
deseos".

Marilena Chauí

En un mundo que muchas veces se nos revela cargado de
incertidumbres y vacío de sentido, en un tiempo en el que
muchos valores se han tornado efímeros e inestables, nada
es tan necesario como recuperar la conciencia de lo ético,
entendida como una de las dimensiones irrenunciables de la
condición humana.

En palabras de Bernardo Kliksberg ¿Cómo se
podrá resolver la crisis actual
si no se reintegran al centro del debate los valores
éticos, dimensión fundamental para orientar el
camino y presidir los comportamientos de los actores
sociales?

No tengo respuesta para ello, si podría decir que
cada vez se esta exigiendo más que las políticas
adoptadas se inspiren en ciertos valores fundamentales como la
responsabilidad de unos por otros, la solidaridad, la
superación de las discriminaciones de etnias y
géneros, el respeto a la cultura de los desfavorecidos, la
preservación de su dignidad, la protección de
la familia
como pilar central de la sociedad.

De todos los desafíos éticos involucrados
en los procesos de
desarrollo, ninguno es tan decisivo como el de la equidad
social. Nuestro mundo es cada vez más rico, sin embargo es
también cada vez más injusto. La humanidad crece y
se desarrolla, al mismo tiempo que aumentan las desigualdades
entre las naciones y al interior de los pueblos, ciertamente la
educación constituye hoy en día el núcleo
más estratégico para abordar la compleja trama de
este desafío.

Fuentes
bibliográficas

  • AAVV. "Lipovetsky. La eclosión de la
    tecnociencia y el posdeber".

  • ADORNO, Theodor. "La educación
    después de Auschwitz".
    En Educación para
    la Emancipación.

  • ARISTOTELES. 2007. "Ética
    Nicomaquea".
    Edit. Colihue Clásica. Buenos
    Aires.

  • CASULLO, Nicolás. "La escena presente:
    Debate Modernidad – Posmodernidad".
    En Itinerarios
    de la Modernidad. Oficina de Publicaciones del CBC –
    UBA. 1996.

  • CORTINA, Adela. 1993. "Ética aplicada y
    democracia radical".
    Edit. Tecnos, Madrid,
    España.

  • DE JESÚS LEITE DOS SANTOS, Luis Armando.
    2002. "Ética y pos-modernidad". En Revista
    Humanizar, sección Bioética.

  • Diccionario de las Ciencias de la
    Educación.
    2003. Gil Editores, Libro para
    profesores. Grupo Internacional de Libreros, S.A. de C.V.
    México.

  • ONORA O" NEILL. "La ética
    kantiana".

  • ORTEGA MINGUÉS, Pedro R. y GIL, Ramón.
    1996. "Valores y educación". Edit. Ariel,
    Barcelona, España.

  • POLITZER, Georges. "Principios elementales de
    Filosofía".
    Ediciones Inca. Buenos Aires,
    República Argentina, 1957.SANCHEZ VAZQUEZ, Adolfo.
    1969. "Ética". Editorial Grijalbo,
    México.

  • SINGER, Peter. 2000. "Compendio de
    ética".
    Alianza Diccionarios, Madrid.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Laura Roxana
Córdoba

Profesora: Viviana Sargiotto

Octubre de 2007

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA
AUSTRAL

UNIDAD ACADÉMICA CALETA
OLIVIA

PROFESORADO EN CIENCIAS DE LA
EDUCACIÓN

CATEDRA: FILOSOFÍA DE LA
EDUCACIÓN Y DEONTOLOGÍA

[1] La ética según el Diccionario
en Ciencias de la
Educación es la parte de la filosofía que
trata de problemas fundamentales de la moral (finalidad de la
vida, fundamento de la obligación, naturaleza del bien,
etc.) corresponde a lo que se llama "moral teórica"
(opuesto a la moral práctica de las clases de moral), o
"moral fundamental". La entiende como la Ciencia que tiene como
objetivo el juicio de apreciación aplicado a la
distinción entre el bien y el mal.

[2] Deontología es el estudio de los
deberes que corresponden a cada profesional según sus
responsabilidades y su labor; una deontología puede
existir, aun cuando no esté inscrita. Este es el caso de
los deberes de los docentes y educadores. Legislar es
aquí problema de todo aquel que está implicado en
la acción de educar, que contiene en sí mismo
responsabilidades y obligaciones que cada educador se otorga,
gracias a un análisis reflexivo de los fundamentos y
características de la educación, además de
una conciencia clara de su poder, pero concerniente de los
límites que le ha de asignar.La
posibilidad y la obligación que tiene el docente de
construir una deontología personal,
conducen a insistir en la necesidad de una formación
filosófica constantemente renovada por parte de los
educadores. (Diccionario Ciencias de la Educación,
2003).

[3] Interculturalismo es una forma de
intervención ante esa realidad que tiende a poner el
énfasis en la relación entre culturas. Tendiendo
la educación intercultural a valorar la convivencia de
personas de diferentes étnias en una misma escuela y a
verse como guetos las escuelas basadas en una única
cultura.

[4] Pluriculturalismo es entendida como otra
forma de intervención que tiende a poner el
énfasis en el mantenimiento de la identidad de cada cultura.
Tendiendo la educación pluricultural a valorar
prioritariamente el que las personas puedan seguir una
educación que les posibilite mantener y desarrollar su
propia cultura.

[5] Multiculturalismo entendido por Ramón
Flecha como el reconocimiento de que en un mismo territorio
existen diferentes culturas. (En Las nuevas desigualdades
educativas).

[6] Kant, Manuel (1724 €“ 1804).
Célebre filósofo alemán. Enseño
toda su vida filosofía en la Universidad
de Koenigsberg. Publicó en 1755 su Física universal y
teoría del cielo, obra que preludía la
teoría de Laplace
sobre la formación de los astros. Escribió en
1781 la Crítica de la razón pura, y en 1787 una
Disertación sobre la paz eterna. Su filosofía da
al espíritu humano la tarea, no de encontrar los
principios de las cosas, las "cosas en sí", sino las
cosas mismas, tales como nos parecen, en sus relaciones entre
ella y nosotros. Es una filosofía racionalista. Kant
acogió con simpatía la Revolución
Francesa, fue un liberal, pero respetuoso de las leyes
establecidas. En religión es
racionalista, pero respeta las religiones
positivas. En filosofía ataca el dogmatismo, pero
rechaza el escepticismo. En moral, rechaza toda la ley exterior
para someterse a una ley interna más severa que todo lo
que rechaza. Audaz en materia de especulación, pero
respetuoso en el orden de los hechos y de la práctica,
tal es el sello de su espíritu. En resumen, el verdadero
tipo del burgués liberal.

[7] Desde la perspectiva kantiana es la
ética, moral interna que se rige por la forma y no por
el contenido (moral autónoma).

[8] Aquí podemos mencionar, siguiendo
a lo planteado por Nicolás Casullo los grandes discursos o
metarrelatos de la modernidad,
que pueden identificarse como: La idea de progreso, la idea del
sentido de la historia como una meta a conquistar, la idea del
bienestar indefinido, la idea de la superación de las
miserias materiales y
espirituales del hombre y los derechos
humanos y ciudadanos inalienables, la idea de
conservación de los recursos
naturales que hacen a la vida del planeta, la idea de la
fraternidad y la libertad que iban a avanzar sin pausa en las
sociedades,
la idea del fin de las guerras y
las violencias a partir de la razón de los Estados, de
la confraternidad de los pueblos, la idea de la
superación de las desigualdades sociales, la idea de la
capacidad de la política, que se sustentaba en
conocimientos científicos y en saberes, para conquistar
la felicidad del hombre.

[9] Obligación se refiere a lo que la
conciencia moral o las autoridades nos ordenan hacer u
observar. Las obligaciones profesionales, la enseñanza obligatoria. Por una parte, la
obligación implica la libertad, es decir, la posibilidad
o el poder de no aceptarla; pero por otra parte suprime el
derecho de usar tal poder.

[10] Autonomía se refiere a dar un
giro hacia el sujeto, es decir, según sus propias
palabras, que debemos descubrir los mecanismos que vuelven a
los hombres capaces de tales atrocidades, mostrárselos a
ellos mismos y tratar de impedir que vuelvan a ser así,
a la vez que se despierta una conciencia general respecto de
tales mecanismos.

[11] "Cárcel de tiza" es un fragmento
de una canción del grupo
Callejeros llamada "Una nueva noche fría".

[12] Según el Diccionario en Ciencias
de la Educación, el valor es el carácter de una
cosa o de una manera humana de ser, de vivir o de actuar
consistente en que es favorable apreciada por un hombre que se
la representa (o por varios hombres que se la representan) o
bien consistente en que es susceptible de ser apreciada de este
modo.

Partes: 1, 2
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