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Factores sociales y comorbilidad asociada a desnutrición infantil (página 2)




Enviado por EDGAR BRAVO SOSA



Partes: 1, 2

La mala nutrición de la madre
y las infecciones intercurrentes durante el embarazo son
factores frecuentes de prematurez y desnutrición in útero. Estos
niños,
ya con desventajas nutricias en su pasado inmediato, son
víctimas de prácticas pobres de alimentación
especialmente en aquellas regiones en donde la lactancia
materna está siendo reemplazada desde etapas muy tempranas
de la vida por fórmulas artificiales y acompañadas
de nutrición, higiene y
recursos
económicos bajos. Esta alimentación inadecuada
tiene lugar cuando los requerimientos nutrimentales son altos por
unidad de peso corporal.

La consecuencia es un incremento en el número de
niños que sufren de DPC temprana, particularmente en
áreas urbanas. El tipo más común de
desnutrición a esta edad es la forma no edematosa, debido
a deficiente aporte calórico aun cuando los niños
sean alimentados adecuadamente con leche materna,
o a errores en la alimentación complementaria. Cuando
ocurre la introducción de alimentos
diferentes de la leche, la mayoría de estos niños
reciben insuficientes cantidades de calorías y proteínas.
Otros reciben solamente caldos de frijoles, pastas, jugos o
atoles ricos en hidratos de carbono y
pobres o ausentes de proteínas.

Es importante señalar que en áreas o
regiones subdesarrolladas, los niños son más
pequeños en tamaño que aquellos de la misma edad en
regiones desarrolladas, en consecuencia, sus requerimientos son
un poco más reducidos. No obstante, una ingesta de
alimentos reducida para la edad aunque fuera satisfactoria para
la talla, perpetúa la desnutrición si al mismo
tiempo el
niño es forzado a recibir dietas ricas
en calorías y bajas en proteínas.

Esta deficiencia severa de proteínas produce la
forma edematosa de la DPC, también llamada "niño de
azúcar". La desnutrición puede
presentarse en todas las edades, sin embargo, es más
notoria y grave entre los 6 y 36 meses de edad. Después
del destete, que en general se inicia a partir del 4º mes,
el niño recibe poco o ningún alimento con leche,
sus derivados u otros productos de
origen anima, pues son alimentados con la dieta familiar, con
frecuencia en cantidad insuficiente debido a la poca
disponibilidad de alimentos y a prácticas culturales
incorrectas. Además, los niños que viven en estas
condiciones ambientales con frecuencia sufren de infecciones
agudas que deterioran con rapidez su condición
nutricia.

Estos niños, quienes antes del destete ya
crecían a una velocidad
más lenta y con peso bajo para su talla, ahora desarrollan
el tipo edematoso de DPC y al mismo tiempo se encuentran
emaciados, es decir, sufren de una deficiencia de predominio
proteico sobre impuesta en varios grados de déficit
calórico. Sin embargo, la mayoría de ellos a
través de mecanismos adaptativos permanecen en estado de DPC
leve a moderada que se caracteriza sólo por retardo en el
crecimiento lineal y periodos donde existe un déficit leve
del peso para la talla, con o sin edema. Debido a que nuestra
población blanco incluye pacientes en
control prenatal,
y menores de edad, es importante identificar oportunamente la
comorbilidad relacionada a la desnutrición para su
prevención y derivación oportunamente.

Desarrollo

Desnutrición estado patológico
inespecífico, sistémico y potencialmente reversible
que se genera por el aporte insuficiente de nutrimentos o por una
alteración en su utilización por las células
del organismo. Se acompaña de varias manifestaciones
clínicas y reviste diversos grados de intensidad (leve,
modera y grave), además se clasifica en aguda y
crónica. Desnutrición aguda: trastorno de la
nutrición que produce déficit del peso sin afectar
talla (peso bajo, talla normal). Desnutrición
crónica: trastorno de la nutrición que se
manifiesta por disminución del peso y la talla con
relación a la edad. Desnutrición leve: trastorno de
la nutrición que produce déficit de peso entre
menos una y menos 1.99 DE, de acuerdo con el indicador de peso
para la edad. Desnutrición moderada: trastorno de la
nutrición que produce déficit de peso entre menos
dos y menos 2.99 DE, de acuerdo con el indicador de peso para la
edad. Desnutrición grave: trastorno de la nutrición
que produce déficit de peso de menos tres o más DE,
de acuerdo con el indicador de peso

para la edad. La DPE es indudablemente la enfermedad
más prevalente de lactantes y niños en
países en vías de desarrollo.
Cerca de 3% de los niños por debajo de los cinco
años de edad en Asia sufren de
severas formas de DPE y 31% sufren de DPE moderada. Los estimados
en África y
América
Latina son similares. En términos numéricos
cerca de 100 millones de niños de estos tres continentes
están afectados. En Latinoamérica, la DPE es la causa directa
de mortalidad en 9% de las muertes de niños entre 1-4
años y la causa desencadenante en un 48% de las mismas. La
causa de la desnutrición infantil es principalmente
la pobreza, a
menudo acompañada por desastres
naturales y conflictos
políticos. (1).

La buena salud y nutrición
dependen de unos basamentos socioeconómicos que van
más allá de la infraestructura y servicios
médicos eficientes, entre ellos tenemos, la calidad de la
vivienda y los servicios
públicos, la tasa de empleo de la
nación,
condiciones de saneamiento ambiental, crecimiento
económico y uno de los elementos más
importantes como la educación de los
hábitos de consumos, es decir, se trata no sólo de
cantidad sino de calidad. (2).

En las escenas de la emergencia, los obreros
humanitarios deben descubrir rápidamente las áreas
dónde la salud y la supervivencia de una población
están en el riesgo. Debido a
la asociación íntima entre el predominio de
desnutrición aguda y el rango de mortalidad donde
predomina la desnutrición aguda entre los niños
puede usualmente estar entre los 6-59 meses de edad como un
indicador de riesgo elevado. Los gobiernos, donadores y agencias
de ayuda usan a menudo un umbral predeterminado de
desnutrición aguda para juzgar si una respuesta
está justificada y para guiar el nivel de ayuda
proporcionado. En las escenas de la emergencia, el predominio de
necesidades en desnutrición aguda global debe ser evaluado
rápidamente, con precisión, y a menudo monitoreado
repetidamente, para determinar cuando y dónde empezar y
detener la ayuda humanitaria. (3).

La deficiente nutrición materno-infantil es la
causa principal de enfermedad por desnutrición a nivel
global, es probable empeorar durante los períodos de
crisis
económicas, un fenómeno común en
países en desarrollo. Las consecuencias nutritivas de
crisis económicas y programas de
ajuste llevados a cabo en muchos países en desarrollo
desde los años setenta ha sido el asunto de investigación continua. Behrman
defendió que esos programas de ajuste pueden tener un
efecto pequeño en la salud y el estado
nutritivo del pobre; otros estudios han dado énfasis a su
impacto negativo. (4).

La desnutrición severa tiene una alta
proporción de mortalidad entre los niños
hospitalizados en África subsahariana. Sin embargo, los
informes
sugieren que la desnutrición a menudo es evaluada
pobremente. La
Organización Mundial de la Salud recomienda usar el
peso para la talla, pero este método es
problemático y a menudo no emprendido en la
práctica. La medición de la circunferencia superior del
brazo (MUAC) y la señal clínica del desgaste
"severo" y visible son los métodos
simples y baratos. (5).

Dos son las explicaciones para la asociación
positiva entre la exposición
a violencia
doméstica y desnutrición entre las mujeres y
niños. El primero relaciona al fortalecimiento. Los
perpetradores de violencia doméstica a menudo utilizan
varios tipos de abuso, como físico y psicológico,
para controlar conducta de sus
familiares. El impedir la comida es un dato documentado de abuso
en las casas indígenas y probablemente se pone en
correlación con la consumación de violencia
física.

Una dieta inadecuada que es el resultado de esto
impidiendo la comida a través del abuso psicológico
o emocional podría mediar la relación entre
violencia doméstica física y deficiencias de
nutrientes que causan la anemia y peso
insuficiente. Adicionalmente, la violencia doméstica es
fuertemente asociada con la incapacidad de una mujer para tomar
las decisiones para ella y su familia, incluso
la opción de tipos y cantidades de comida que una mujer
prepara cuando ella quiere para ella y sus niños.
(6).

Los seres humanos necesitan para vivir una mezcla de
proteínas, carbohidratos,
lípidos,
vitaminas,
minerales y
agua en una
combinación adecuada y que varía en cada ser
humano; ello le permite poder regular
los procesos
biológicos propios del organismo para lograr una adecuada
nutrición, de esta forma, el sistema
inmunológico, también depende de estas funciones, por
ello, la desnutrición es una causa importante de
inmunodeficiencia, así como todo el exceso de
lípidos y carbohidratos.

Es conocido por todos que las células y tejidos del
organismo tienen un continuo recambio, específicamente
dentro del sistema inmune, el linfocito activo recambia los
componentes de su superficie con mucha regularidad, por lo que
necesita nutrientes para la resítensis de ellos, esto se
extiende a las células B productores de anticuerpos,
así que, la nutrición adecuada tiene una particular
importancia en los mecanismos relacionados con la
inmunodeficiencia celular, humoral, el mecanismo de la
fagocitosis y otros sistemas
efectores como el del complemento. En general, la respuesta
inmunológica está influenciada por el tiempo y la
gravedad de la carencia, por tanto, no solo se debe tener en
cuenta la desnutrición proteicocalórica sino que se
deben considerar y tener en cuenta las deficiencias de vitaminas,
minerales y otros oligoelementos necesarios para el buen
funcionamiento del sistema inmune. (7).

Los nutrientes requeridos en niños severamente
mal nutridos difieren de aquéllos de los niños bien
nutridos porque los tipos de tejido que se mejoran durante la
recuperación de la desnutrición severa. Así
se diferencian más notablemente sus requerimientos de
potasio, magnesio, cinc y un rango de vitaminas para apoyar a la
síntesis del músculo. La Organización Mundial de Salud recomienda,
como terapia normal para la recuperación de la
desnutrición severa, el uso en la dieta del F100 que es
una comida basada en nutrientes con leche densa que se
formuló para cumplir las necesidades nutritivas altas de
niños severamente mal nutridos específicamente. En
particular, apoya el rápido crecimiento, sus
volúmenes de micronutrients, sobre todo el potasio, el
magnesio, y cinc, son altos. (8).

Aunque los datos
antropométricos son esenciales de entrada para establecer
criterios, se ha puesto en claro que el apetito y los estados
clínicos del niño son los indicadores
más sensibles para determinar el riesgo y de la necesidad
de hospitalización. Niños que no comen de lo que
normalmente se alimentan los de un centro nutritivo de
rehabilitación tienen desórdenes infecciosos o
metabólicos serios, por lo que la hospitalización
es indispensable. (9).

En América
Latina y el Caribe, la desnutrición representa
todavía una preocupación de salud expresada
principalmente como un impedimento del crecimiento y deficiencias
de micro nutrientes, disminuyendo la atención dada a la desnutrición
aguda (moderada y severa); sin embargo, el último tiene
una proporción de fatalidad alta. Finalizando que estas
muertes evitables representan un mayor desafío
ético de salud en la región. La desnutrición
aguda más las infecciones (principalmente diarrea y
neumonía) determinan un fragmento
importante de la proporción de la gravedad, debido a la
desnutrición en la mayoría de las regiones, sobre
todo aquéllos con una pobreza
más alta y la inestabilidad social. (10).

Conclusiones

A nivel mundial la prevalencia de niños con
desnutrición proteico-energética (DPE),
según la UNICEF se encuentra entre un 6 a 48% de
niños menores de cinco años, siendo las formas
graves del 1 al 10%. En nuestro país la
desnutrición en su forma aguda tiene mayor prevalencia en
las zonas del Golfo, el Pacífico sur y el centro sur de
México,
donde alcanza entre los menores de cinco años una
prevalencia de 15.9% a 17.7% en comunidades rurales con menos de
5000 habitantes, siendo la prevalencia de las formas graves de
alrededor del 2.4%. Las características clínicas y
de morbilidad de pacientes con DPE grave, son similares a las
series reportadas en la literatura médica
nacional e internacional para países en vías de
desarrollo. En nuestro trabajo el
grupo de edad
más afectado fue el menor de cinco años.

Es amplia la variedad de patologías subyacentes a
la DPE grave, destacando las secuelas neurológicas y el
daño al
sistema inmunológico. Debido a que es inadecuado el
seguimiento que tenemos con estos pacientes, propongo formar un
grupo multidisciplinario (médico familiar, pediatra,
neuropediatra, nutriólogo, rehabilitador y
gastroenterólogo) comprometido para el manejo
íntegro de este tipo de pacientes, mediante su
prevención, control y seguimiento estricto intra y
extrahospitalariamente. Tomando en cuenta que los factores
socioeconómicos de cada región juegan un papel
importante en el desarrollo de esta patología es
importante que las autoridades estén concientes del
impacto que esta tiene en el desarrollo de la sociedad y el
país. Finalmente, cabe señalar que este estudio
puede servir de base para nuevas investigaciones
sobre este tema en la población infantil
derechohabiente.

Bibliografía

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    JPGN. 2008; 47(1): S10-S14.

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Edgar Bravo Sosa

Médico residente de primer
año de medicina
familiar

INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO
SOCIAL

DELEGACIÓN VERACRUZ SUR

HOSPITAL GENERAL REGIONAL DE
ORIZABA

DR. IGNACIO GARCÍA TELLEZ

E.M.I.

OCTUBRE 2008

Partes: 1, 2
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