Seguridad ciudadana: tema central de preocupación en los últimos tiempos
Seguridad Ciudadana
La seguridad: un problema complejo
Cariz transversal del problema de seguridad
Seguridad Ciudadana comunitaria: Cuestiones
terminológicas. Orden Público, seguridad
ciudadana o seguridad de los habitantes
Seguridad Comunitaria
Policía de Proximidad
Seguridad Ciudadana en otros países de
América
Políticas públicas para enfrentar la
delincuencia
Marco conceptual
Caracterización de la problemática
Concepción estratégica para la lucha contra la
Criminalidad y delincuencia
Seguridad Ciudadana en nuestro país
Marco jurídico e institucional de la seguridad
ciudadana
Principales obstáculos para los servicios de Seguridad
Ciudadana
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
La falta de seguridad
ciudadana ha pasado a ser en los últimos tiempos uno
de los temas centrales de preocupación de los ciudadanos
y, por tanto, una de las cuestiones a resolver por los
responsables políticos de principios de
este siglo. De este modo, Kris Bonner sostiene que:
"El interés de
la población que hace referencia a la delincuencia
ha aumentado enormemente en los últimos años.
(….). La seguridad es una
condición necesaria para el funcionamiento de la sociedad y uno
de los principales criterios para asegurar la calidad de
vida.".
En efecto, la crisis de la
seguridad y su correlativa necesidad de reforma han conducido a
que, en ocasiones, desde los ámbitos de gobierno se
formulen recetas simplistas para actuar sobre los síntomas
y no sobre las causas. De la misma manera, que no podemos
resolver el problema de la diversidad con soluciones
sencillas, por la propia naturaleza del
problema, hemos de asumir que por mucho que nos suponga problemas, el
hecho de la seguridad, de acuerdo con la concepción que
defendemos, es un problema complejo, que afecta la
sensación de las personas, de influencia fundamentalmente
urbana de clase
transversal (institucional, económica y social), que por
lo tanto, exige un debate
complejo con la participación de los ciudadanos donde se
deriven soluciones también complejas.
Por ello, las personas tenemos la necesidad de buscar
seguridad en cuanto que somos extremadamente vulnerables, es
decir, muy susceptibles de ser heridos física o moralmente.
Esta realidad indiscutible y el hecho que siempre haya sido
así y que siempre lo será, explica por si misma el
por que de la seguridad. Los responsables de satisfacer esta
necesidad objetiva de seguridad somos las mismas personas y la
comunidad en
que estamos inmersos. En este sentido, son las diferentes
comunidades políticas
quienes desarrollan, legítima y consecuentemente, las
políticas de seguridad.
Buscar seguridad no es más que reducir los niveles de
vulnerabilidad de las personas frente a las diferentes amenazas y
peligros que se pueden identificar; prever la evolución del futuro con el objetivo de
evitar de aquello que históricamente nos ha amenazado y
puesto en peligro nuestra vida y/o libertad.
La inseguridad
ciudadana se ha convertido en uno de los grandes desafíos
de las sociedades
contemporáneas. El impacto del fenómeno sobre la
calidad de la vida de los ciudadanos obliga a los gobiernos
nacionales y locales y a los sectores organizados de la sociedad,
a diseñar esquemas alternativos a los existentes que,
siendo en su cometido de disminuir los niveles de inseguridad, no
sacrifiquen el avance de la Democracia y
el respeto por los
Derechos
Humanos y las Garantías Ciudadanas.
2. DESARROLLO:
Seguridad
Ciudadana
1) Antecedentes del concepto de
seguridad:
El concepto tradicional de seguridad es el que se lo asociaba
con la represión del delito y el
mantenimiento
del orden, se trataba, pues, de un concepto de seguridad situada
en el entorno del control y de la
criminalidad y eminentemente reactiva. A este concepto se
adscribe la definición que de la policía hace el
Código
de Brumario del año IV:
".La policía está instituida para mantener
el orden público, la libertad, la propiedad y la
seguridad individual.".
La evolución natural, en comparación con la
medicina
(asimilando el delito con una enfermedad del cuerpo social), hizo
que se sopesara la seguridad de la represión a la
prevención, intentando actuar, también, sobre las
causas y no solamente sobre los síntomas. A esta
concepción preventiva y, por tanto, pro – activa, de
la seguridad, hace falta atribuir la incorporación de
elementos nuevos a estas políticas, de suerte que a las
mismas ya no les son extrañas las políticas
sociales, de ocupación o, aun, urbanísticas y, de
rebote, la incorporación, también, de profesionales
de diferentes disciplinas.
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