Una teoría del cambio psíquico. La institución educativa como agente de cambio psíquico
- Resumen
- Prólogo. ¿Por
qué enseñar es una tarea
imposible?
Algunas de las lógicas con que se articulan las huellas
mnémicas
Los tipos de pensamiento. El pensamiento
mítico
La lectoescritura
Bibliografía
Resumen
El autor del trabajo
desarrolla el tema de la educación escolar,
como agente de cambio
psíquico, y toma como modelo
clínico la historia de Sigmund Freud.
Marca el
concepto de
agente y de cambio. Ubica a la educación como agente
social que opera sobre las disposiciones pulsionales
preexistentes. Desarrolla el concepto de herencia arcaica,
las diferencias entre pulsión de saber y pulsión de
investigar, las disposiciones pulsionales individuales, las
lógicas necesarias para acceder al conocimiento
abstracto, y el pensamiento
mítico. Conceptos de lecto escritura, el
estímulo educativo y la eficacia
individual en el educando. Luego ilustra con algunas
viñetas clínicas el desarrollo
intelectual de Freud.
Entre otras: El sueño de la "monografía
botánica", para ilustrar la ambición
y la pulsión sublimada. El "sueño del tío
José", marca la importancia de la judeidad, la
ambición y la transformación del investigar en
saber para otros. En el sueño de "la inyección de
Irma", se observa la pulsión de investigar, y en el del
"salmón ahumado", su interés
por la
investigación.
Palabras clave:
Agente-cambio psíquico-procesos
retóricos – tipos de pensamiento-
Prólogo.
¿Por qué enseñar es una tarea
imposible?
En su artículo "Prefacio para un libro de
August Aichhorn", (1925f), dice Freud: "[…] tempranamente
había hecho mío el chiste sobre los tres oficios
imposibles-que son: educar, curar, gobernar- […]".
Intentaré dar cuenta porque, a mi entender,
enseñar es una tarea imposible.
-La enseñanza, implica generar proyectos para la
formación de ideales. Ello exige del educador la renuncia
a la satisfacción pulsional, con lo cual la
agresión queda libre. Esta puede volverse contra el propio
yo, y la pulsión de muerte
desarticular lo conquistado en su búsqueda de goces
anhelados. De esta manera, hay un peligro constante de
transgresión. Esta puede lograr su satisfacción de
manera directa, en secreto; o busca fuera el placer prohibido en
el ejercicio profesional.
-El educador se ve en la posición de regular los
deseos de cada educando y los suyos propios.
Cada educando y cada educador tienen su propia lógica,
y su trauma específico, derivado de la imposibilidad de
recuperar el placer. Placer al que es necesario renunciar para
acceder a nuevas conquistas psíquicas. Placer anhelado (no
deseado) pero en verdad nunca habido como vivencia individual.
Así entonces, el educador se ve sometido a una doble
imposición. Una, que regula sus propias voluptuosidades y
otra que le pone en posición de regular los excesos de sus
educandos, como parte de la tarea. Debe realizar, constantemente,
el esfuerzo de acceder y actuar en consonancia a su realidad, la
tarea de educar a sus educandos. En esta realidad, coincide el
proceso
pulsional, y deber transformar éste en un pensar, y
expresarlo en palabras.
-El educador necesita permanentemente realizar el
esfuerzo de aislar entre el placer y la decisión
intelectual. Entre los espacios tabú y cotidiano. Entre el
placer y la racionalización. Este esfuerzo sustituye a la
necesidad del psiquismo del educador de pensarse a
sí mismo, como resultante de una satisfacción
perdida. Como resultado no tiene espacio para
sí.
-El grupo de
educandos se configura gracias a la renuncia del erotismo
exacerbado y al narcicismo de cada uno de los componentes. La
configuración del grupo de educandos, siguiendo a Freud,
(1920g), surge por la unión de los diferentes. Así
se recompone y revitaliza, neutralizando la tendencia a la muerte por
autointoxicación. Cada unidad, cada educando, cada grupo
de educandos, genera sus desechos y revive en la unión con
otros distintas. Estas nuevas articulaciones
generan tensiones y requieren de un sistema complejo
de procesamiento. La claudicación de este sistema produce
la disolución, sea por estancamiento o por estallido, o
por ambos.
-El liderazgo que
ejerce el educador tiene por función
unificar voluntades, cohesionar las unidades, subgrupos y
grupos. Esta
función es incompatible con el placer irrestricto directo.
Por su parte los educandos adjudican al educador la
condición de yo ideal, y como tal, la posibilidad de
consumar sin límite sus deseos. Este debe ser proyectado
en las aspiraciones de los educandos y ser procesado
simbólicamente por el educador.
Página siguiente |