Punto de Quiebre: ¿Tenían los siervos medievales una inserción social más clara que los marginados de hoy?
- La
decadencia ética - Somos
sensibles a los males - Dilema
atroz - Disputas
científicas y filosóficas - Se les
ha robado la vida - Exigencia
de una renta básica - Bibliografía
- Notas
"Hemos fracasado sobre los bancos de arena
del racionalismo
demos un paso atrás y volvamos a tocar la roca abrupta del
misterio".
URS VON BALTHAZAR.
I. Ubicando
algunas pistas.
¿Tenían los siervos medievales una
inserción más clara que los marginados
actuales?
Al menos se sentían útiles y sabían que
el resto de la comunidad
necesitaba de su labor, algo que no sucede con los excluidos de
hoy, caracterización metodológica que les ha dado
la sociología chimba relativista, ellos pueden
desaparecer sin que nadie lo advierta y peor aún, si
alguien lo nota puede tomarlo como un elemento estadístico
favorable.
No fue el primero ni el único el sociólogo
Hervert Spencer quien aprobó en nombre de las teorías
evolucionistas, la eliminación de los pobres y los
inadaptados; ni serán los últimos los
científicos nazis que en nombre del progreso de la ciencia
realizaron experimentos
aberrantes en prisioneros de guerra.
(1)
Pocos científicos naturalistas pueden eximirse de esta
responsabilidad, tal como lo afirmó con
toda hondura ontológica Kart Jaspers en su discurso
inaugural como Rector de la Universidad Libre
de Berlín creada a la caída del régimen
nacional socialista. (2)
La desaprensión y ceguera de los científicos
sociales liberó fuerzas bestiales, fenómeno que
denuncia el sociólogo Ruso-Norteamericano Pitirim Sorokin:
"Durante dos guerras
mundiales y dos revoluciones, yo viví envuelto en, y
observando, una gigantesca explosión de bestialidad humana
y de odio destructor por parte de individuos y grupos
desmoralizados [.] estos efectos catastróficos me llevaron
a emprender un estudio sistemático [.] del papel de las
fuerzas opuestas: del amor
altruista, la simpatía, la ayuda mutua y el sacrificio
heroico en el comportamiento
humano y en los procesos
socioculturales".
En el XVIII Congreso Internacional de Sociología
celebrado en Nüremberg 1.956, Sorokin señalo que el
vocablo " Amor" no figuraba en ningún texto de
sociología y sostuvo la necesidad entonces de reintroducir
en las ciencias
sociales estos conceptos de amor altruista de ayuda mutua y
trabajar sobre ello científicamente.
Resulta evidente que esta orientación, ataca por la
base al naturalismo filosófico en las ciencias
sociales y abre las puertas mentales para la comprensión
de estos temas en el humanismo.
II. La decadencia
ética.
El santo padre Juan Pablo II denuncio reiteradamente con
palabras inequívocas, la decadencia ética de
occidente. Su pavorosa insensibilidad y su entrega al
hedonismo.
La compulsión al consumo
inducida por sugestivas campañas publicitarias en la
necesidad de hacerse competitivo y producir, no dejan resquicios,
para la soledad, el silencio y la apertura filial a Dios.
El tono del tiempo no lo
da el agnosticismo y la mesura Kantiana, sino los
fundamentalismos tanto políticos, étnicos y
religiosos.
¿Podría el humanismo cristiano frenar la masiva
apostasía cargada de indiferencia y desden?
¿Puede ofrecerles el evangelio de Jesús como una
alternativa superadora?
Jesús se encontró con una masa inorgánica
que estaban sobrecargados, sobre todo de impuestos y
desesperanzados (por que sus (Lideres se servían de ellos
en vez de ayudarlos a mejorar).
¿Nuestra iglesias no evocan solo pompa y esplendor
humano como un ámbito jerarquizado en el que la
fraternidad cristiana no haya como expresarse?
¿Del estrépito que hacen los sepultureros
mientras entierran el futuro no oímos nada?
A pesar que el estagirita afirmó que la filosofía es una actividad desinteresada y
no inmediatamente útil para resolver los problemas de
la vida cotidiana. Señala Lester Brown "Salvar nuestro
ecosistema
asegurando un futuro a la humanidad no es un deporte para los espectadores".
(5) "Antonio Pascuali reconoce que el silencio de la
filosofía es aterrador", mientras el mundo sufre una
regresión moral que lo
inhabilita para una toma de conciencia.
(6)
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