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Los afrorisaraldenses: aportes a la historia contemporánea (página 5)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Yo fui y le hice adecuación a todas las tierras
que tiene el Ingenio, hasta el Canadá, ya quedamos en
sembrar caña, se sembró caña, esa
caña la trajeron de Mayagüez y de Providencia, yo la
sembraba; el Ingenio empezó a producir la caña, se
pasó de cortar porque era una tierra muy
fangosa, donde se construyó el Ingenio, trajeron un
Ingeniero de Puerto Rico y se
trajeron un señor de… para secar la entrada del
Ingenio, se estuvo un año y no fue capaz de secarlo; al
año se tenía que empezar a recibir la maquinaria y
el día que llegó el primer camión con la
maquinaria, tuvieron que pagar una multa, porque la mula llevaba
cargada mucho tiempo.

Yo tenía un muchacho que le llamábamos
Arcadio, que era el cabo mío y le dije yo: Arcadio:
nosotros somos capaces de secar esta entrada y me dijo: usted que
dice don José? Si será? Usted que es el que sabe; y
pasamos por la oficina del
doctor Vásquez y le dije: doctor Vásquez: yo soy
capaz de hacerle esa entrada que no hizo el doctor Lleras en un
año y me dijo: que va! Si uno que se quemó las
pestañas no fue capaz de hacerla qué vas a ser
capaz de hacerla vos.

Le digo: doctor Vásquez: ensáyeme. Mire
doctor Vásquez: deme ese contrato, no me
da un peso hasta que no le entregue la entrada seca, cuando se lo
entregue seca me lo paga, yo costeo todo lo que se necesite. Me
agarré con tres trabajadores, hicimos la brecha,
pedí la tubería, una tubería perforada,
ésta era la carretera, entonces le metí filtros por
aquí y filtros por allá y cada 20 metros le
atravesaba otro, hice el trabajo
así como lo pedí, que no me dieran 5 centavos.
Cuando una tardecita habían un poco de doctores, no me
dijeron nada, al otro día salió el doctor
Vásquez el doctor Valencia y estuvieron allá
mirando, se arrimaron a mi y me echó el brazo el doctor
Vásquez y me dice: hay veces que uno se equivoca negro, y
le dije: ¿por qué doctor? Y dijo: porque yo nunca
creí que vos nos ibas a salvar como nos salvaste con esta
entrada del camino. Para que vea doctor, uno ahí con su
humildad, le dije.

Cassette 2:

Cuando sequé el terreno yo cogí mucha
credibilidad y ya me dieron facultad de buscar personal y lo
otro era que como yo tenía mis pesitos entonces yo pagaba,
y a mi me pagaban cuando venía el paguito, que no se
sabía cuando era. Seguimos hasta cuando montaron el
trapiche, a eso le trabajaban día y noche, llegó la
molienda, me dieron el contrato a mi por corte de caña;
empecé a cortar caña con gente de aquí, no
cortaban la que se chupaban, entonces tuve que pedir permiso al
Ministerio de Trabajo, para
que me dejaran traer gente de otras partes porque había un
compromiso de la empresa, que
tenía que darle trabajo a la gente de la región,
pero no servían, entonces yo pedí permiso al
Ministerio del Trabajo, exponiendo el por qué y me lo
concedieron, en esa época era Ministro del Trabajo Mario
Eastman un pereirano; me dieron el permiso, que exportara gente
de donde la encontrara; entonces yo me fui un Sábado para
Puerto Tejada, allá me encontré con unos muchachos
que llaman los pescaitos y me hice amigo con ellos y les di trago
hasta que ya, y le dije: bueno, yo vuelvo dentro de 8 días
para que me tengan aquí una gente; a mi el ingenio me
prestaba los carros.

Me fui por el primer enganche y traje ese carro hasta el
alma, yo
tenía aquí en el parque unas casas arrendadas, ese
era mi campamento, a mi me fue gustando eso y esa gente me
servía de gula para enseñarles a la gente de
acá. Entonces hicimos un compromiso con el Ingenio: ellos
me prestaban los carros que necesitara y cuando los necesitara
para ir a enganchar, pero a la gente que veía buena les
daba una cartica, los mandaba al Ingenio y allí los
colocaban; en ese entonces les daban dos meses y hasta tres para
que consiguieran la cédula, si no la tenían. Si yo
le daba al Ingenio 10 ó 20 trabajadores me daban la
oportunidad de colocarlos para que ellos trajeran más
enganches entonces yo cogí jueguito: dejaba los más
malos y al Ingenio mandaba los más buenos, hasta que
cuando ya se abrió bastante el panorama, entonces
traían gente de Zarzal, de Tulúa, por ahí de
todos esos pueblitos, de Cartago, y así fue como esto se
llenó de la raza negra, por aquí los negritos que
venían no eran sino de Santa Cecilia, de Tadó, de
Andagueda, pero toda esta negramenta la traje yo aquí, de
todas las partes. Yo llegué a tener tres campamentos,
manejaba 300 hombres y esos 300 le daban más rendimiento
al Ingenio que mil que el Ingenio tenía, y los manejaba
con dos hombres; dos hombres y yo manejábamos 300
personas; entonces al Ingenio le salía más barata
la caña que yo le entregaba en el patio que la que ellos
compraban; ya el Ingenio se estableció, pero cuando ya
empezó a llegar toda la oligarquía, el ingenio
empezó a cambiar de … y apriete, y apriete y
apriete, hasta que me dejaron que yo ya no echaba ni balines, me
tuve que retirar, a mi no me echaron y quedé con tanta
rosca en ese Ingenio, que cuando me veo mal, a veces me voy y el
Gerente me
presta 100 o 200 mil pesitos, y los pago y quedé con una
vara pero no pude seguir trabajando porque cuando ya retiraron al
doctor Vásquez que era el amigo mío, se
montó la corrupción, que para que el Ingeniero le
diera un contratico, bueno a usted (señala con la mano
signo $) y el doctor Vásquez me había dicho que no
le diera plata a ningún sinvergüenza, que a ellos
para eso les pagaban … Así fue la forma como yo
llegué al Ingenio.

Yo tuve en el Ingenio muchas estrellas, yo tengo un
diploma por ahí del bacón de caña de
más tonelaje que alzara alguno de los grande era de diez
toneladas y yo lo alcé de once y media, o yo lo
alcé no, lo hice, salió de mi gente, y, hasta que
ya me retiré del ingenio, ya me quedé por
ahí braceando y ahí terminó lo del
ingenio.

I: Don Wenceslao, ¿cuáles son los
líderes más representativos que usted conoce de la
comunidad
negra?

W: De la comunidad negra que haya conocido aquí a
un señor Quejada, el papá de Amancio Quejada, en el
Departamento ese señor, pero ni social ni
políticamente hablando hombre no. Y
ahora tenemos a Atilano Córdoba y Juan de Dios.

Aquí en el municipio de La Virginia Arnulfo
Caicedo y Edelmiro Ruiz, ya fallecidos y José Castillo,
tres de la raza negra que hacíamos el hueco, ellos
faltaron y yo quedé, y ahí estoy con la
representación.

Teniendo en cuenta que en nuestra comunidad ya hay un
principio que es esta curul mía, de esta curul mía
pueden avanzar muchas cosas, se pueden lograr acuerdos con
Diputados, ya no en nombre mío o para mi si no para otra
persona joven
que venga y así poder tener
otra diputación, en fin lo que planteo es que el grano de
arena de mi parte está puesto, lo que falta es que venga
gente joven y quiera levantar esta bandera, que yo la
entregaría para ir renovando la gente y poder avanzar. Yo
no he podido ir a buen retiro porque justamente no haya quien
entregar esa bandera.

Anexo B. Entrevista de
Atilano Córdoba Maturana

Iván: Lo que buscamos es ofícializar la
historia de la
comunidad negra en el Departamento, entonces la pregunta es
Atilano: ¿desde su perspectiva qué sabe de la
historia de la comunidad negra en el Departamento?

Atilano: Cuando se habla de la comunidad negra en el
Departamento de Risaralda, básicamente tenemos que
trasladamos hacia el Occidente del Departamento, es decir, al
Municipio de Pueblo Rico y concretamente al corregimiento de
Santa Cecilia, donde un elevado porcentaje de sus moradores
pertenecen a la etnia
negra.

La verdad es que ha sido una región supremamente
abandonada por los gobiernos tanto del orden central, como del
orden regional; parece que este municipio con sus dos
corregimientos: Villa Claret y Santa Cecilia, no pertenecieran al
Departamento de Risaralda.

Sus aportes en cuanto al aspecto de la educación ha sido
muy importante y básicamente comenzó a crecer a
partir del año 1974 cuando se comenzó a exportar,
si se me permite el término, docentes hacia
diferentes municipios del Departamento de Risaralda. En el
aspecto del folclor, tuvo su época muy importante entre
los años 1968 y 1972, cuando en la
administración del presidente Alfonso López
Michelsen se hablaba de las dos Colombias, el grupo de
danzas del corregimiento de Santa Cecilia llegó a ocupar
el segundo puesto a nivel nacional y comandado siempre por una
persona muy comprometida en este aspecto del folclor, desde el
punto de vista empírico como es el señor Nohelio
Cuesta. Creo que ese aporte que se hizo, desde el occidente hacia
la parte céntrica del país, no se le dio la
verdadera dimensión que se merecía; también
en el aspecto de la agricultura,
tuvo su momento floreciente, la riqueza básica, por
allá entre los años '53 hasta el '70 más o
menos, estaba en el cultivo tradicional del cacao, pero a
través de la Federación Departamental de Cacaoteros
que existía, se trató de cambiar la mentalidad a la
gente, de acabar con el cacao tradicional y sembrar una nueva
variedad que esta Federación le llevó a la
comunidad donde los gastos eran
supremamente elevados porque antes la gente lo único que
hacía era sembrarlo y rozarlo; esta otra variedad,
había que mantenerla a través de abono de
crecimiento, abono de producción, o sea desde el punto de vista
técnico, y la verdad es que con esto sucedió lo
mismo que con la crisis del
café:
se cambió el café tradicional por el nuevo con el
argumento de mejorar las condiciones de vida de la gente y
finalmente lo que llevó fue al acabose.

A partir de allí, vino una especie de economía de subsistencia a través
del lulo, el maíz, el
plátano y el chontaduro fundamentalmente; pero
desafortunadamente por la falta de visión de muchos
coterráneos hubo una época donde se enamoraron
mucho del municipio de La Dorada (Caldas) y de Puerto
Boyacá, entonces comenzaron a vender ahí sus
tierritas y a emigrar hacia estos dos municipios y fue así
como las tierras cercanas al área urbana, fueron quedando
en manos de los mestizos que llegaron a Santa Cecilia;
también la gente acabó con una riqueza natural muy
interesante como era la guadua; nosotros desde nuestra óptica
como maestros, tratamos de educar a la gente en el sentido de no
acabar con este recurso, allá lo denominaban la sobrebasa,
el tronco de la guadua y los famosos varillones,
trayéndoselos fundamentalmente a La Virginia y Pereira; la
consigna nuestra era aprovechar ese recurso para lo que se
requiriera en materia de
mejoramiento de vivienda y construcción de nuevas casas en Santa
Cecilia, pero no esa tala indiscriminada porque en corto tiempo
lo que era nuestro y lo teníamos ahí en cantidad,
nos iba a tocar "importarlo" y como ustedes pueden ver, en ese
aspecto, lo que fue la guadua, el dinde y el guayacán que
eran maderas en abundancia, ya casi están extinguidas. Esa
serie de cosas ha llevado a hacer mucho más crítica
la calidad de
vida de nuestros coterráneos.

En el aspecto de la cultura y de
nuestras costumbres tradicionales, también se fue minando
por la manera casi dictatorial que impuso el presbítero
español de
las Islas Canarias Salvador Cruz Santana, quien quería que
esta parte folclórica, cultural, fuera perdiendo su
vigencia y esa coherencia que manejábamos los negros,
desde nuestra óptica, diría yo, de herencia
africana, y más bien quiso acabar con esto e imponer
allí, esa parte europea; yo recuerdo allí las cosas
que nos tocaba hacer como estudiantes: los cantos,
fundamentalmente en un 99% eran de herencia española, a
nivel de los símbolos patrios básicamente
nosotros vinimos a conocer que existía una bandera
colombiana y un himno colombiano. A partir de 1967 que se
comenzó a gestar en forma la educación secundaria
en Santa Cecilia, antes lo que uno manejaba a nivel de uniforme
era con símbolos que representaban o la parte del Vaticano
o la parte de España,
todo de memoria,
todavía recuerdo parte del himno de España que nos
tocaba cantarlo, las famosas marchas nupciales, estilo caudillo
del General Franco, en fin, eso en sus primeros inicios se
considero ahí como una colonia española, a pesar de
estar ubicado en territorio colombiano; vinimos a conocer y
asomamos a esa frontera como
les dije antes a partir del año 67".

Esa fue una educación muy férrea, donde no
se tenían posibilidades o eran muy mínimas, de
poder uno controvertir, además el arma principal fue la
del temor a través de nuestros padres, los mismos maestros
y por ende pues de él, que lo miramos como un ogro, los
castigos no eran donde se fomentara y se buscara la
corrección, no sólo en los estudiantes sino
básicamente en toda la comunidad, los castigos eran
físicos, tirones de oreja, coscorrones, en la cabeza le
clavaba a uno tres cuatro cinco coscorrones y dos o tres
cachetadas sobre todo a los que eran de un color más
o menos claro, eso le quedaban ahí marcados los tres o
cuatro dedos en los cachetes, depende de la cantidad que le
pegara, y esto influyó mucho en nuestros padres quienes se
consideraban unos fieles admiradores de él, pero no por su
obra ejemplar, ni porque conscientemente así pudieran
determinarlo, era por esa cohesión que desde el punto de
vista psicológico, desde su llegada, él habla
generado en la comunidad adulta, lógicamente en la joven y
en la infantil.

Se cambiaron algunas tradiciones como el Día de
la Virgen del Carmen, si mal no estoy era el 16 de Julio; era su
celebración y el hombre
pues, digo yo, y esa es la lectura que
hago hoy en día, la hizo mucho más rentable pasando
de un día a 8 días, entonces le asignaba
responsabilidades a las veredas: "a usted le corresponde esta
celebración, mañana a esta y así", entonces
cada vereda tenía que asumir los gastos de lo que
significara el día de su celebración, entonces
sí con la tradición que se tenía el primer
día eran en ese entonces cien o doscientos pesos, por
decir cualquier cifra, en estos 8 días, los ingresos eran
mejores, el incremento era de un 700 u 800%, igual cosa con San
Isidro, pues también era una fecha muy respetada en Santa
Cecilia, eso a la final también la convirtió en
algo muy rentable, los resultados de las fiestas no eran para
mejorar ni la parte física ni las
condiciones de vida de la gente sino que él no le daba
respuesta a la comunidad en ese sentido y mi mamá que era
su fiel admiradora sembraba dos cuadras de yuca un año
antes para que el día que llegara la fiesta de San Isidro
el producido de esas dos cuadras estuviera listo para entregarlo
al cura, lo mismo hacia la gente con sus gallinas, con los
huevos, con los cerdos y las reses; ahí había un
señor Francisco López que fue enfermero, casi
vitalicio en Santa Cecilia, él donaba un novillo cada
año, don Eduardo, quien manejaba la famosa hacienda de
Bacorí, también, daba su novillo, un señor
Eleázar Colorado, un novillo. En el altar se colocaban
unas sábanas grandes donde el coordinador principal de
esas fiestas y muy amigo del padre, el señor Juan
Palomino, quien aún vive, tenía el control del
billete y eso lo veía uno como muy hermoso, pero realmente
esto iba a engrosar las arcas del padre Salvador Cruz
Santana.

Por allá iniciamos un grupo de hijos de Santa
Cecilia comandados por Juan de Dios Mosquera, Aristides Pino,
Oscar Maturana, Orlando Córdoba, Cruz Pastora y Atilano y
otros cuyos nombres se me escapan, viendo que la situación
de nuestra comunidad era deprimente y solamente se acordaban en
épocas preelectorales para ir a repartir dos bultos de
cemento o esa
teja campesina, que se denomina de cartón, nos hicimos el
propósito de hacer alianzas políticas
porque los permanentes señalamientos que se nos
hacían, a través del cura y sus secuaces, no
permitía que la clase política llegara a
nosotros y nosotros a ellos hasta que tuvimos la oportunidad de
hablar con el doctor Oscar Vélez Marulanda, nos
comprometimos a ayudarle desde el punto de vista electoral,
cambiando unas prácticas electorales tradicionales, que lo
que estaban era dividiendo a la comunidad y que él se
comprometiera con un programa a corto,
mediano y largo plazo, encaminado a mejorar las condiciones de
vida de nuestros coterráneos como era llevar la energía
eléctrica a nuestro pueblo, pues allá nos
alumbrábamos con" mechones" de petróleo, la
televisión tampoco entraba; en materia de salud, la
construcción de un hospital y su dotación tanto de
los médicos como los medicamentos requeridos para el
tratamiento de ciertas enfermedades que se dan en
esa zona; pensar en algunas mejoras viales sobre todo en materia
de limpieza de caminos y los puentes colgantes, pues a pesar de
tener un río, el San Juan, que es muy caudalosos, no se
usa la canoa ni ningún otro medio fluvial, sino que se
utilizan los puentes colgantes, en fin; en materia deportiva,
organizar algunas canchas ya que nosotros aprovechábamos
para hacer el deporte, lo que se le podía
"robar' al río en sus playas en época de verano o
hacerlo en medio de los fangos que habían en la placita
principal en ese entonces y en un sitio denominado La Colonia,
hoy llamado "Amurrapá" en honor a un río que pasa
por ese sector; por las mismas condiciones diría yo y
falta de oportunidades en nuestra gente, el docente se
tomó como el eje principal de la familia del
cual dependían todos desde el punto de vista
económico y en la medida en que ese docente tenía
la oportunidad de salir de Santa Cecilia, buscando mejorar sus
condiciones de vida y de su parte intelectual, no era sólo
ese docente quien se desplazaba sino que el desplazamiento era de
familias, de todo el núcleo familiar, entonces vamos a
encontrar algunos núcleos que se establecieron en La
Virginia, otros en el municipio de Dosquebradas y otros nos
establecimos aquí en Pereira, entonces la comunidad poco a
poco se fue desintegrando; hoy las condiciones han variado, ya no
es por la dependencia sólo de quien trabaja sino por la
llegada a ese sitio que antes era un remanso de paz, de los
diferentes actores de la violencia: la
subversión, los paramilitares etc., esto ha hecho
más gravosa la situación de nuestra gente quienes
ya se encuentran diseminados, diría en un 40% de los
municipios del departamento, pero fundamentalmente en el
Área Metropolitana: Pereira, La Virginia y Dosquebradas;
eso es a grandes rasgos lo que podíamos significar de la
parte histórica de la comunidad negra en el Departamento,
partiendo de la génesis del Corregimiento de Santa Cecilia
hacia el interior del Departamento.

Iván: ¿Qué sabe de la historia de
la comunidad negra en La Virginia, qué datos iniciales
conoce fuera del proceso
expansivo poblacional de la comunidad al resto del
departamento?

Atilano: Si, la verdad es que frente al asentamiento de
la comunidad negra en La Virginia es muy poco lo que conozco a
excepción de un libro que tuve
la oportunidad de leerme, titulado "La historia de La Virginia no
recuerdo su autor. En este libro se habla de que existieron unos
palenques de la comunidad negra, por eso es la mezcla que se da
entre sus diferentes moradores, su mayor tendencia es hacia la
etnia negra, por esa mezcla que logró darse de las dos
razas en ese entonces… el libro es del escritor Bernardo Arias
Trujillo que en honor a él lleva el nombre el colegio; de
pronto también tuve la oportunidad por comentarios de
moradores de La Virginia, un señor Arnulfo Caicedo, quien
se hizo con mucho sacrificio allí en La Virginia, a quien
se le reconoció por su capacidad de gestión
y por su manejo pluralista y pluriétnico, donde le ayudaba
a las gentes sin importar su color ni su procedencia y lo he
recibido más bien de los mestizos que recibieron sus
beneficios y también de los amigos de la etnia negra con
quien he tenido la oportunidad de hablar; en ese aspecto, unos lo
apreciaban, otros lo odiaban y desde el punto de vista
político su situación fue muy difícil, pero
como más fue el bien que el daño
que hizo, entre comillas, según sus detractores, eso
permitió incursionar por largo rato, ganarse el
reconocimiento de la gente buena de La Virginia, y haber dejado
posicionado a su familia que
desafortunadamente no supieron aprovechar esa herencia que el
papá les dejó.

Iván: ¿Y en el caso de Pereira, doctor
Atilano?

Bueno, en el caso de Pereira, yo llegué
aquí en el año de 1977 después de cumplir
con un tétrico viacrucis, producto de
una sanción que me impusiera el cura de Santa Cecilia,
Salvador Cruz Santana, y con el propósito, según me
lo decía la Secretaria de Educación en ese
entonces, Luz Mary Arango,
para no excluirme del magisterio; se me sancionó
enviándome para una de las veredas de Santa Rosa llamada
Santa Bárbara; la verdad que esto para mi fue muy duro,
porque el cambio fue
demasiado brusco, pero logré superar este problema de tipo
social, étnico y geográfico porque en la vereda el
hecho de ser negro y que era la primera vez que llegaba un negro
allá, eso fue muy duro, al principio creó temor,
pero desapareció como al cabo de los cuatro meses cuando
comencé a mostrar algunas cosas que de pronto a
través de la educación los docentes allá
negaron a prestarle a la comunidad, tuve la oportunidad de
cumplir con dicha sanción y me hice muy amigo de la
Supervisora en ese entonces, Gloria Inés Ramírez y
en el año, 1977 la trasladaron a ella aquí a
Pereira y por ende también me colaboró con mi
traslado porque en ese tiempo los Supervisores tenían esa
potestad, de sacar y entrar, de nombrar y descalificar etc.,
tenían un poder casi omnímodo y llegué al
Barrio Ormaza, la escuela de ese
entonces llamada Juvenal Cano Moreno y en el año de 1980
ya nos pasamos al Centro de Desarrollo
Vecinal, denominado CDV, que fue una de las grandes ejecutorias
de la administración López Michelsen, pues
se crearon en ese entonces 15 CDV en el país, cada uno con
filosofía diferente; el de aquí de
Pereira se dedicó a la educación como el de
Cartago, se limitó al procesamiento de la bienestarina, el
de Caldas estuvo encaminado a la ebanistería etc., a
partir de ahí el contacto permanente con la comunidad una
cosa y otra, me llevó a ir pensando en nuestros hermanos
ya que había un sitio aquí, denominado La
Cosmopolita, era como el sitio de encuentro y ubicado en el
sector de la galería, donde confluían todos los
negros de diferentes partes del país, esa era como la
embajada, allá el negro que no encontrara usted, no lo
buscara en Pereira, pues no habla llegado. La situación
deprimente de nuestra gente, donde sólo se reunían
a beber y a dejar en esas prenderías lo poco que
conseguían con mucho esfuerzo, la ropa, los relojes etc.,
y a exponerse ahí a los "raponazos" permanentes, entonces
nos surgió la idea con otro grupo de amigos de Santa
Cecilia, que ya estaban ubicados aquí como la familia
Palomino, la familia Mosquera del sector de Juan de Dios y la
familia de los Pino, los Córdoba entre otros y comenzamos
por organizar la colonia de Santa Cecilia y creamos aquí
la Asociación para el Progreso de Santa Cecilia y
editábamos también un boletín llamado La voz
de Santa Cecilia, desde donde le contábamos a nuestros
hermanos de Santa Cecilia las gestiones que hacíamos
acá encaminadas a mejorar el pueblito; las noticias en
materia de los enfermos que llegaban aquí de los que se
morían en fin, era múltiple el informativo y a la
vez también publicábamos las inquietudes que de
allá nos llegaban; pero la situación fue creciendo
por la llegada casi cotidiana, sobre todo de la gente del
Chocó en búsqueda de trabajo y todo y fue
así como nos tocó darle apertura a otros hermanos
negros que venían de sitios diferentes a Santa Cecilia y
desapareció esta colonia Ceciliana y entonces buscamos el
nombre de un personaje negro de importancia, de trayectoria, de
talento, poco reconocido aquí en el país, para
darle esa identidad a
esa nueva organización y acordamos por esa
época darle el nombre de la Corporación de Desarrollo Social
Diego Luis Córdoba; por otro lado, surgieron otros
grupos que
luchaban por la reivindicación de la comunidad negra
asentada aquí en Pereira como el caso de Soweto convertido
luego en el Movimiento
Nacional Cimarrón, del cual yo formé parte con
dirigentes connotados y muy queridos de diferentes sitios del
país y así sucesivamente en la medida que fueron
llegando otros se fueron organizando, pero todos como islas. En
el 80' tuve la oportunidad de ser el representante del Sindicato de
Educadores ante la Junta Departamental de Escalafón, eso
me permitió recorrer todo el departamento, conocer mucho
más de cerca el gremio e imbuirme en esta responsabilidad que habla adquirido a pesar de que
esa decisión se tomó más por presión de
los maestros de base que por la voluntad de la Junta Directiva de
ese entonces, quienes siempre han venido jugando, porque
todavía persiste por las lecturas que hago, esa
política partidista al interior de la
organización sindical del gremio del magisterio y eso
me dio la oportunidad de estar mucho más cerca de los
Secretarios de Educación de esas épocas y poderle
ayudar a un buen número de amigos a que ingresaran al
magisterio, venidos de diferentes partes del país, pero
fundamentalmente en un alto porcentaje venidos del Chocó;
esto fue tomando fuerza.
Combinaba mi actividad docente con el trabajo social y
comunitario; aquí alcanzamos a levantar algunas casas de
amigos nuestros que tenían su lotecito pero que por
la pobreza no
tenían esa oportunidad de pagar un maestro de obra o
trabajadores para terminar su casita; entonces acopiaban el
material y nosotros en jornadas los sábados y domingos nos
íbamos y les levantábamos empíricamente sus
ranchitos, pero le estábamos resolviendo a nuestros
hermanos y fue así como logramos levantar de 10 a 12
casas; y fuera que lográbamos materializar ese anhelo,
también servía para vernos, integrarnos y afianzar
mucho más esos lazos de solidaridad. En
esta parte con las nuevas -disposiciones que fueron saliendo en
materia de descentralización y que se puso en marcha
con la elección de los Alcaldes Populares, por
tradición y por amistad, pues
surgió uno de los candidatos en ese entonces con mucha
opción llamado Jairo Arango Gaviria, quien efectivamente
ganó y fue el primer Alcalde por elección popular
aquí y ya me dio un espacio en lo que hoy es la sede de la
Alcaldía Municipal para el manejo ad-honorem del
Movimiento Comunal aquí en Pereira; de hecho que esa vino
a ser como mi incursión mucho más grande para
pensar más adelante en una aspiración
política; comenzamos a hacer un trabajo con mucha
seriedad, atendiendo a la gente y en la medida que las
oportunidades se nos iban presentando, le íbamos ayudando
a nuestra gente; porque uno de los grandes problemas y
que todavía sigue latente, ya en menos escala que ahora
años, es el poco nivel académico de nuestros
hermanos (comunidad de Santa Cecilia solamente), eso es una
realidad que nosotros no podemos desconocer y desafortunadamente
esa es una limitante para poder acceder a muchos cargos
públicos, entonces mientras no le trabajemos a esa parte y
que aquí el grueso de la comunidad negra, que se
veía en ese entonces y que aún sigue primando esta
básicamente en el sector de la docencia ya ha
nivel de otras áreas, los profesionales son muy pocos, que
ya ahora pues si se viene preparando sobre todo en algunas
carreras acordes con la realidad de la región y lo que se
brinda aquí en materia de Economía, Derecho,
Administración de Empresas etc., pero esta
dinámica en este desarrollo
académico de nuestros hermanos es muy reciente.

Estando ahí, desde ahí con mi hermano y
por petición del Alcalde, comenzamos a trabajar,
dándole cumplimiento a uno de los postulados sobre las
J.A. L y fue así como impulsamos esto y convertimos a
Pereira en el segundo municipio del país donde se
ponía en marcha esa división geográfica del
municipio en comunas y corregimientos, y como fuimos los gestores
de este proceso en asocio con el doctor Oscar Arango, de quien en
materia comunitaria me quito el
sombrero, ya también aprovechamos ese espacio para
trabajado en ir teniendo nuestros representantes en esos espacios
de elección popular y fue así como en la primera
postulamos a Orlando Córdoba y fue comunero durante dos
periodos, entonces ya descansó él y seguí yo
y también estuve ahí durante dos períodos,
pero la apatía de nuestra gente a participar en estos
procesos ha
sido muy difícil aquí, sobre todo en los procesos
organizativos, porque lo que más se ve en ellos es la
pedagogía de la desorganización, esa
es la cultura, la cultura de la desorganización y manejan
cosas muy coyunturales, de pronto a perseverar en lo que tienda a
construir para nosotros, éste ha sido un proceso muy largo
con muchas dificultades, combinado lo uno con lo otro, fue
así como en estos espacios de elección popular, nos
fuimos ganando el reconocimiento y el respeto y la
confianza de muchos pereiranos y de algunos hermanos nuestros y
comenzaron a calentarme el oído, para
que incursionara de lleno en esto de la política, pero
déjenme decirles, que cuando me encomendaron el revivir la
Asociación Municipal de Juntas de Acción
Comunal aquí en Pereira, nos fuimos a una elección
de esa junta en el Salón Espejo del SENA; yo gané y
me designaron Presidente de la Asociación, pero el grupo
opositor al Alcalde de ese entonces, que era el gavirismo,
recientemente desligado del grupo del doctor Oscar Vélez
Marulanda, quedó inconforme y los grandes titulares que
sacaron fueron "el gavirismo la vio negra con Atilano
Córdoba" en la Presidencia de la Asociación
Municipal de Juntas de Acción Comunal; recuerdo que eso se
llevó a extremos, demandaron aquí mi
elección porque no aceptaban que yo estuviera al frente de
la misma, así dijeran ellos que los argumentos fueran de
tipo político, en el fondo también fuera de lo
político, también era lo étnico. Y
después de un proceso de 7 meses, a pesar de que
demostramos la legalidad de
mi elección, que la DIGIDEC en ese entonces, era el
órgano representante aquí del Ministerio de
Gobierno, hoy
llamado Ministerio del Interior, había concedido el
permiso para la realización de esa asamblea,
desaparecieron ese permiso y el único argumento que
encontraron para declarar la nulidad de esa elección fue
la extemporaneidad, que se había realizado de manera
extemporánea y que por lo tanto se declaraba la nulidad de
mi elección.

Volvimos a la realización de elección dos
meses después, toda la maquinaria del gavirismos en las
diferentes esferas del gobierno, tanto en la Alcaldía como
en el Departamento y los políticos, Concejales y Diputados
de ese grupo manejaron todo y donde había un amigo o
simpatizante de Atilano, lo descabezaban, agenciados por un
señor Luis Gonzaga Suárez que era el representante
en el Departamento de las Juntas de Acción Comunal, de
hecho que esto nos llevó a una convocatoria; la verdad
hice todo lo posible, la ayuda que encontré por el lado
del movimiento del doctor Oscar Vélez fue muy poca porque
no creen si no en las bases, en cuanto a lo electoral, pero ya en
cuanto a lo demás no les interesa mucho oxigenar a los
líderes que vayan surgiendo, lógicamente por el
mismo temor y los celos que sienten al darle demasiado impulso a
los Iíderes que vaya a llevar al traste con sus
aspiraciones y con los manejos que ellos tienen, de hecho que al
llegar por segunda vez a esa nueva elección donde a elegir
a 16 dignatarios yo incluí ahí en mi lista, 10,
pensando que mínimo saldría yo con tremenda
sorpresa que a pesar que ellos pusieron a funcionar toda su
maquinaria; ellos obtuvieron el 50% y la lista mía el otro
50%. Esto causó un revuelo de tipo político en el
gavirismo donde no entendían que como ellos con todo el
poder, con toda la maquinaria que se la habían metido a
este proceso electoral, se hubieran dejado ganar de Atilano
Córdoba que no tenía ni la maquinaria
política, ni tenía tampoco la maquinaria a nivel de
los funcionarios públicos; a partir de ahí,
comencé a ganarme un respeto y a ir construyendo el
trabajo comunitario, pero también mirando las cosas desde
el punto de vista pluralista y de esa parte de
pluriétnico, impulsamos desde esa asociación con
otros amigos la creación de la Federación
Departamental de Acción Comunal y fuimos llevando a
municipios como Santa Rosa, Guática etc., y a La Virginia,
conferencias tendientes a organizar desde el punto de vista
geográfico y administrativo de comunas y corregimientos,
este proceso en algunos municipios; trabajé muy duro esa
parte y a nivel nacional tuve muchas oportunidades y el mismo
grupo de amigos que trabajamos esta parte, nos comprometimos a
crear la Confederación Nacional de Acción Comunal,
la gestamos aquí en Pereira y la creamos aquí en
Pereira, o sea nació aquí, dentro de los cuales
estuvo el aporte, el grano de arena de este humilde servidor. En el
año 1994, me calentaron tanto el oído para la cosa
política, pero me preocupaba el que no contaba con los
recursos
económicos, más sin embargo ensayamos y la
respuesta fue muy buena de los amigos, cuando yo hablo de los
amigos me estoy refiriendo a las personas que creen en Atilano y
aún siguen creyendo y que reconocen en uno el empuje y el
trabajo y los aportes que se han hecho aquí en el
municipio de Pereira, pero acudiendo a algunas propuestas que
reñían con mis principios me
hicieron amigos que salieron electos también allí,
recuerdo a Luis Enrique Arango, a Carlos Alfredo Croswite, a Juan
Hurtado Cano, etc., yo ya había adquirido unos compromisos
para la conformación de la mesa directiva, me fueron a
visitar a mi casa para que me "volteara" como se dice en el argot
popular y con el voto mío resultara electo Presidente del
Concejo Municipal de Pereira, pero uno apenas incursionando en la
cosa política y con todos los riesgos que
esto implica, de hecho yo no podía aceptar esa
proposición bastante tentadora pero riesgosa; pero como
aquí no había llegado de forma directa un negro a
ser electo al Concejo de Pereira, esto causó mucho
revuelo, porque derroté gente que había invertido
mucha plata y que creyó que con la plata iban a salir y
como no lo lograron, entonces vieron en Atilano Córdoba un
peligro para sus intereses y demandaron mi elección con el
argumento que no había renunciado a tiempo del magisterio;
este fue un argumento más de tipo político que de
tipo jurídico, pues en el magisterio tenemos nuestras
excepciones en el país; en ese entonces fueron electos
conmigo 468 concejales docentes y activos, yo al
menos había renunciado, pero los otros eran maestros
activos y más sin embargo, contra ellos no cursó
ningún tipo de demanda ni
proceso en el Consejo Estado por
comunidad alguna. Estuve allí al frente tres meses; a los
tres meses un proceso que siempre duraba en ese entonces,
mínimo 6 meses y máximo 2 años, eso lo
hicieron en corto tiempo, donde el gran impulsor de eso fue el
doctor Marcos Marín, profesor que
me dio Derecho
Administrativo en la Universidad
Libre, muy querido por cierto, cuñado del Gobernador de
Caldas y cuñado del que le correspondió llevar mi
caso en el Consejo Estado, entonces esa fue la razón por
la cual ese proceso fue un proceso abreviado, más sin
embargo, seguimos combinando nuestro trabajo hasta que volvimos a
ser la intención de aspirar y fue así como llegamos
nuevamente a este escenario, casi con una votación doble a
la anterior, de las 19 curules, yo ocupo la de la votación
en el municipio; pero aquí hubo algo muy interesante de lo
cual Fanor hablaba, la desorganización de nuestra gente y
todo, pero esto es un proceso que requiere mucha paciencia, esto
es un proceso que camina demasiado lento, recuerden ustedes que
aquí tratamos de conformar la Federación
Departamental de Negritudes, donde nos fijáramos unos
objetivos muy
concretos en tomo a la problemática Afrorisaraldense, sin
renunciar cada uno, desde su organización social a la cual
estuviera al frente pero no, aquí esto no se pudo dar, en
todo este proceso antes de mi elección, pues surgieron
varios candidatos de la comunidad negra entre otros Amancio
Quejada, Fustel Manyoma, Heladio Jaramillo y yo, hicimos varios
intentos de reunión para buscar acercamientos y sin tener
que manejar un lenguaje
únicamente de la etnia nuestra, pudiéramos o lograr
ese propósito desde el punto de vista del fortalecimiento
electoral, más sin embargo, cada uno consideraba que ya
tenia asegurado su elección y fue así como no
pudimos llegar a ningún acuerdo y de las cuatro listas
donde encabezábamos aspirantes de la comunidad negra, de
hecho el único en llegar fui yo; creo que este hecho desde
el punto de vista político, dio también un golpe a
mis enemigos políticos aquí en el municipio de
Pereira, donde se demostró que a pesar de ese primer
revés que había sufrido, pero que desde el punto de
vista sicológico no me debilitó para seguir
trabajando y la credibilidad inspirada hacia mis amigos que
están bien aterrizados que reconocen el trabajo, que
necesariamente tiene una visión de futuro, pues nos
permitió acceder nuevamente allí, donde hemos
jugado unas cosas que creo son bastante interesantes de resaltar,
esa parte allí más o menos a nivel de mi
incursionamiento en la parte política la presento porque
son aportes que desde el punto de vista político hemos
hecho aquí a la comunidad de Pereira; desde el punto de
vista del trabajo comunitario, también ahí tenemos
hechos evidentes que han servido, se mantienen en el Departamento
y en el Municipio, ahí existen todavía las J.A.L,
existe la Asociación Municipal de Juntas, existe la
Federación Departamental de Acción Comunal y a
nivel nacional, existe la Confederación Nacional de
Acción Comunal, de donde ya algunos también la han
tomado como trampolín para sus aspiraciones a cargo de
elección popular como es la de Senado y Cámara,
pero han sido derrotados porque el trabajo de base como elemento
primordial no lo han sabido canalizar. Desde el punto de vista
folclórico, así uno no comparta
ideológicamente su comportamiento
y procedimiento,
hay que resaltar el trabajo realizado en ese entonces por el
señor Juan Mena, yo recuerdo cuando recién
llegué aquí, él tenía su programa
radial en Caracol de una audiencia bastante grande donde se
difundía música del Litoral
Pacifico; fundamentalmente trabajó mucho las danzas y con
su formación y vinculación al Sena, creo que para
ese entonces fue un aporte bastante interesante,
desafortunadamente por celos, no permitió que creciera de
manera colectiva, no le dio acceso a otras gentes, por eso cuando
él salió, se acabo todo. En el aspecto de la
docencia también los aportes negros ha sido valioso y
reconocido por la comunidad pereirana: primero porque desde el
punto de vista tradicional, el concepto que
manejan los mestizos es que los negros somos muy buenos
educadores, sobre todo por la responsabilidad y la manera como
uno asume su compromiso desde el punto de vista docente y los
tenemos ubicados en mayor proporción a nivel de la
básica primaria y secundaria, pero también con unos
personajes muy importantes en la Universidad Tecnológica
fundamentalmente, porque a nivel de la Libre, han sido muy
elitistas, apenas se viene democratizando un poco ahora, es
decir, en el aspecto de la educación hemos jugado un papel
bastante importante, creo que ese es un aporte que ahí
tenemos, no para contarlo sino para que la gente lo confirme con
los resultados que de diferentes instituciones
se han mostrado. También hay que resaltar el aporte en el
crecimiento vial y urbanístico de la ciudad, aquí
la mayor parte de la mano de obra en el mantenimiento
y reparación de vías y en la construcción es
mano de obra de nuestra gente que, así desde el punto de
vista académico, no tenga una formación, de todas
maneras con su fuerza natural han logrado que los que han tenido
acceso a la educación, al dinero y todo,
puedan tener una buena comodidad desde el punto de vista de la
vivienda y desde el punto de vista vial.

En el aspecto comercial ha habido asomos, por ejemplo en
el comercio se
han mantenido Orlando Córdoba con su distribución de materiales
para la construcción; en el campo de la alimentación,
aquí hubo un restaurante muy famoso, ubicado cerca de la
galería que era de una señora María de los
Santos Mosquera, que se convirtió en una embajada de las
negritudes aquí en Pereira; hay que destacar la
estabilidad y la trayectoria que tiene el restaurante Aristi de
don Américo, donde se está generando también
trabajo, entonces son cosas y que está bien posicionado
aquí en el municipio de Pereira; bueno por las
dificultades que en materia económica hay en nuestra
gente, de hecho que no ha habido como una muestra grande o
al menos mediana de incursión en el comercio, algo que
también se dio en una época que también fue
muy creciente fue el trabajo de nuestras hermanas como empleadas
del servicio
doméstico y muchas aprovecharon también ahí
en algunas casa que les permitía, irse cualificando,
terminar su bachillerato, otras llegando hasta terminar su
universidad e independizarse. Creo que la sustitución de
las madres por ellas es un gran avance, pues es otra manera de
aportar al progreso de la ciudad.

En el agro la presencia ha sido esporádica, en
épocas de la cosecha del café; en el aspecto
deportivo también tuvo su momento; el mayor apogeo estuvo
en la parte del fútbol
y del boxeo del cual surgieron dos figuras: Mario Sánchez
que llegó a pelear nacionalmente y Aristides Pino, ellos
fueron nuestros embajadores aquí en el boxeo,
afortunadamente a tiempo miraron que ese no era el camino y
prefirieron retirarse, Pero le dieron por un lapso de unos 8-9
años nombre al deporte del boxeo aquí en el
Departamento del Risaralda. En el campo del fútbol a nivel
de integración y entre las diferentes
comunidades negras asentadas aquí en

Pereira, pero producto de la desorganización
nuestra no se ha avanzado en eso, yo tuve la oportunidad de
conseguir en un evento muy importante "La Copa Ciudad Pereira",
conseguí el cupo a través del doctor Ramírez
de la Corporación Deportiva Centenario de Pereira, para
mostrar lo que tenemos, pero llevamos un año tratando de
organizarlos pero creo que ese cupo se va a perder porque hasta
ahora no se han podido poner de acuerdo, pues todos quieren ser
Pacho Maturana y que si no son Pacho, no hay nada.

En el orden deportivo creo que las falencias no son de
nuestra comunidad sino que el deporte es la gran cenicienta
aquí y en todo el país, bien hemos logrado que se
den algunas cosas desde el modesto trabajo que he venido
desarrollando como Concejal aquí en Pereira, venimos
impulsando que tengan acceso a vivienda, lo que sucede es que
algunos hermanos nuestros quieren todo con el paternalismo, que
se les regale todo, pero desafortunadamente una cosa es uno en su
tierra natal y otra cosa es en la ciudad, donde aparentemente
nuestra gente le da importancia cuando se le dice, vea, se le
regala todo, Pero cuando se le exige su sacrificio desde el punto
de vista económico, "no tenemos como", pero para el trago
y el desorden y el derroche, ahí sí resulta, y no
se quisieron aprovechar en parte algunos subsidios generados por
el gobierno nacional, pero logramos que por ahora esté
sobre el papel, pues uno de los compromisos con el próximo
Alcalde, Germán Darlo Saldarriaga, es poner en marcha la
Oficina de Asuntos Étnicos y Desplazados en el Municipio
de Pereira, que gracias a mi gestión fue creada
allí y además se va a respetar que la
conducción de la misma sea por gente de nuestra
etnia.

Tenemos el espacio en la Junta Municipal de
Educación, también el espacio en el Consejo
Municipal de Planeación, tenemos unos espacios que si
bien es cierto no son muchos yo creo que en la medida que vayamos
concientizándonos, que mientras no nos fortalezcamos desde
el punto de vista político, las posibilidades para
nuestras comunidades no van a ser las mejores de la noche a la
mañana, porque así se tenga la mejor
intención, si por dentro desde el punto de vista
político no tenemos "doliente", es muy difícil que
las cosas se den, pero que (o que durante tantos años no
se ha podido lograr por nuestra desorganización, no
podemos exigirle a la gente a quien nos vaya a representar
allá en cualquiera de estos espacios de elección
popular, que tenemos que resolverle todo aquello que ni el Estado ni
los políticos han podido hacer en un lapso promedio de 40
años. A mi me ha tocado ir rompiendo el hielo, en todos
los aspectos, recuerden que fui el primer Secretario de
Educación negro en el departamento, aquí no se
habla podido tener esa oportunidad, yo tuve esa dicha de serio,
con muchas limitaciones, donde fueron más las
críticas de nuestra gente aportes.

Hoy tenemos al frente de una posición bastante
envidiada del municipio, como es la empresa de Aguas
y Aguas de Pereira, al doctor Jairo Ordilio Torres. Pero no
podemos pensar que al acceder a estos cargos, todo se tiene que
poner al servicio de nuestra gente.

A nivel de la educación aquí le hemos dado
la mano a muchos amigos y en otras esferas que nosotros no
salimos a publicar.

Creo que en este orden de ideas la comunidad negra con
sus aportes en el Departamento y particularmente aquí en
Pereira, es bastante positiva. Desafortunadamente nosotros
sabemos que con estos rezagos de racismo que se
maneja, soterrado a veces, abiertamente en otros niveles, pues no
se le da esa importancia al trabajo y a los aportes en diferentes
frentes que hemos hecho aquí en Pereira, pero yo creo que
aquí se tendrá que imponer la justicia y la
razón y tendrá que comenzar por nosotros, ir poco a
poco dando, recogiendo; pasando de esa tradición oral a lo
escrito, formando, contando y escribiendo nuestra propia
historia, porque somos nosotros las personas más indicadas
a jalonar eso, a contarlo, con todas las dificultades; no podemos
esperar que vaya a salir una cosa completamente acabada, pero
creo que hay que arrancar diciendo algo y en el camino irla
perfeccionando, irla mejorando; en ese orden de ideas y a grosso
modo considero que esta es la parte más importante, a mi
modo de ver, del papel que ha jugado la comunidad negra en el
municipio de Pereira.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Iván Alberto Vergara
Sinisterra

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE
PEREIRA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA
EDUCACIÓN

POSTGRADO EN HISTORIA
CONTEMPORÁNEA

DE COLOMBIA Y
DESARROLLOS REGIONALES PEREIRA

2001

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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