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Apologético en favor de Clorinda Matto de Turner (página 2)




Enviado por julio gutierrez



Partes: 1, 2

Tal parece que los celosos cuidantes, como el perro del
hortelano, no comieron ni dejaron comer, y, no hay otro
tradicionista después de Palma que la ilustre
señora Matto Salvo ocasionales tradicionistas como Manuel
Atanasio Fuentes, Marco
De la Fuente y Aureliano Villarán rescatados del olvido
por la incesante labor investigadora de Estuardo
Nuñez.

"… Clorinda Matto de Turner, discípulo e
imitadora de Palma…". "de la autobiografía a la biografía a la
biografía de Palma". Revista Letras
Peruanas. No. 10 junio 1954

Temprana
consagración

Luis Alberto Sánchez, en "La Literatura Peruana" (1989),
t. III, afirma que los artículos y discursos de
Don Manuel Gonzáles Prada contra el centralismo y a
favor de la provincia influyeron en la obra literaria de sus
amigos y seguidores como Doña Clorinda Matto, Emilio
Gutiérrez de Quintanilla, Abelardo Gamarra "El tunante" y
Doña Mercedes Cabello de Carbonera. Prada había
publicado en "El Perú Ilustrado" (1890) la balada "El
Mitayo" denunciando enérgicamente la miserable
condición en la que, criollos y mestizos mantenían
al indio; creemos que influido, por la lectura de
"Aves Sin Nido"
que se publicó 1889.

Clorinda, había retornado a Lima el 86,
año en que González Prada, los Prado Ugarteche, la
cajamarquina Amalia Puga y otros, conformaban el "Circulo
Literario". La escritora, integró también el
"Ateneo" de Lima y abrió su propio salón literario.
Dice Sánchez "No se registran en nuestra historia literaria caso de
tan rápido triunfo de una escritora provinciana hasta que
no aparece Clorinda Matto. En enero de 1889, es la directora de
"El Perú Ilustrado", la más alta tribuna literaria
de Lima. Ese mismo año publica Aves sin Nido. Su personalidad
está consagrada". Diez años antes en 77
había sido coronada en casa de la escritora argentina
Doña Juana Manuela Gorriti, recibiendo una tarjeta de
oro, valiosa
prenda que ofrendó para la defensa de la Patria durante la
agresión chilena.

Campaña de
descrédito

Tal triunfo de una "provinciana" promovió
pasiones bajas en personajes canallescos como Juan de Arona,
quien la combatió gratuitamente. Este autor, en sus
injuriantes "Chispazos"", había trocado el nombre de la
escritora Mercedes Cabello por procacidades
dañándola moralmente. Arona o Pedro Paz
Soldán y Unanue fue un talento fracasado, había
viajado por Europa y el
cercano oriente estudiando lenguas raras,
escribió el "Diccionario de
Peruanismos" que le dio justo reconocimiento, fue
diplomático en Chile y previno al país de la
amenaza guerrerista. En 1886 falleció su esposa
dejándolo con una familia numerosa.
Hacho que frustró su talento y torció su actividad
para zaherir con odio malévolo a sus opositores
políticos pues, era acérrimo pierolista. Paz
Soldán quién se llamaba a sí mismo el
"maledicente" no vivió la caída de la dictadura
Cacerista. Falleció el 95. Póstumamente Estuardo
Nuñez publicó su interesante libro
"Memorias de un
viajero Peruano".

Sabemos ahora que los detractores de Clorinda hablaron
con envidia y callaron en todos los idiomas para desterrarle de
la literatura nacional. A su tiempo,
Ventura García Calderón lanzó sus dardos.
Aquel acicalado señorito parisino que escribía
mejor en francés; que fuera, al parecer, un candidato al
Nobel de Literatura, le parecían demasiado viriles los
escritos de Clorinda, en los que enrostraba a aquella
hipócrita sociedad
criolla las atrocidades que se cometían con el indio como
si hubiera una manera más relamida de narrar la tragedia
de la raza, con salsa y picardía, y es que, como dijera
Arguedas, ese profundo critico de la huachafería criolla,
en Lima todo se amaricona, entonces, el verbo rotundo y valiente
en boca de una mujer parece
palabra de hombre (V.G.C.
había escrito "esta mujer parece un hombre y un hombre
grave). De los 73 años que vivió García
Calderón sólo 21 los pasó en el Perú
a los 20 años viajó por unas semanas a Huaraz en
busca de minas de plata, constituyendo su única
experiencia peruana y su encuentro con los "indios", pero de
ellos difundió a los cuatro vientos y en francés
las peores barbaridades en decenas de escritos en los que, el
indio, invariablemente, aparece como cobarde, traidor, vengativo,
un animal, una bestia de carga. Una raza degenerada que, como
animal que era considerada, tenía pactos con las bestias,
buitres y demonios; para el colmo, dice que el indio es
caníbal y asesino de sus moribundos. Justificaba
también la explotación sexual de las indias. Un
personaje suyo en "La Venganza del Cóndor" había
sido "obligado" a violar una india y
declara que sintió lo que debieron haber sentido los
conquistadores cuando "derribaban mujeres en los caminos". Este
escritor recibió múltiples honores por haber hecho
conocer al Perú de un modo tan aberrante.

Hasta Mariátegui, olvidó a Clorinda en su
ensayo sobre
el proceso de la
literatura, quizás porque el velo del olvido llegó
hasta él o porque la obra de la escritora estaba ya
perdida, en los anaqueles. Efraín Kristal en una reciente
obra, (1991) responsabiliza por estas omisiones a la
"campaña de descrédito" realizada por el
"civilista" Ventura García Calderón, quien fuera a
parar al exilio por su oposición a Leguía.
Leguía subió al poder apoyado
por lo civilistas; después por desavenencias políticas
los combatió. En respuesta, estos atacaron su
demagógico discurso
indigenista elaborado a partir del pensamiento de
González Prada y Clorinda Matto. Kristal incluye en su
obra la cita siguiente: "El crítico escrupuloso, cuando
tiene vocación de explorador va descubriendo en los
anaqueles de la biblioteca de
Lima novelas flojas
que una polilla generosa destruye: El Padre Horán de
Narciso Aréstegui, las publicadas en folletín de
los periódicos y las de Clorinda Matto de Tourner (sic),
costurera literaria, el genio de la
vulgaridad, que remendaba en prosa doméstica, epistolar,
novelas; novelas, como de todas las institutrices inglesas hasta
que la muerte
cortó el carrete de hilo y detuvo la máquina". Tal
había sido el género de
crítica
del reaccionario escritor afrancesado en su obra "Del romanticismo al
modernismo"
París 1910. Kristal, en otro acápite, denuncia "La
eliminación sistemática de las contribuciones de
las mujeres a la cultura
peruana realizada por los intelectuales
de fines del siglo". Por una nota de pie de página en la
obra de L.A. Sánchez nos enteramos que "Aves sin Nido" fue
reeditado en Nueva York por The Américas Publishing C. en
1970 y en Buenos Aires,
1973; prueba de su vitalidad".

La generosa polilla prefirió comer la hojarasca
escrita por don Ventura.

"Excomulgada" por
venganza del Clero

Aunque tal excomunión no se dio contra la
escritora sino contra la revista que ella dirigía,
Clorinda, en "Aves sin Nido", había criticado duramente a
los malos curas que coludidos con explotadores gamonales,
autoridades civiles y policiales, "Juez de paz gobernador y cura.
Esa trinidad embrutecedora del indio" en palabras de Prada,
explotaban inmisericordemente a los indígenas en los
pueblos del interior. El cura Pascual era un bribón,
poseedor de innumerables concubinas y maquinó una asonada
para matar a la pareja de forasteros que se opusieron a sus
abusos; al final de la obra se sabe que el Obispo era el padre de
los dos jóvenes, hijos de diferentes madre, que deseaban
desposarse. Sin dudar, en varios pasajes, la escritora propugna
el fin del celibato, propone el matrimonio para
los sacerdotes "como una exigencia social". Propuesta aún
escandalosa en estos días, cien años
después. Es de imaginar que el clero la tenía en la
mira y la oportunidad de la venganza llegó cuando
publicó en las páginas de "El Perú
Ilustrado" un poema del poeta brasileño Coelho Netto
titulado "Magdala".

El clero, todavía entonces con grandes poderes,
realizó los últimos autos de fe
contra la inteligencia;
quemaron los libros y la
efigie de la escritora en Arequipa y en Cusco.

Todo contra una escritora católica, que no
tenía ni asomo de ateísmo o alguna posición
herética y revolucionaria. Ya lo dijo J. Uriel
García, que la señora Matto todavía no se
había despojado de sus prejuicios religiosos "pues,
mientras propugnada en sus obras un mejoramiento de la clase
campesina y atacaba a cierto sector del clero, explotador
tradicional del indígena, componía loas a la Virgen
Santísima lo que no impidió a los santones
cusqueños quemar en plaza pública su efigie y sus
libros, como Omar o como Hitler y tuvo el
error de participar en la política de la
tiranía militarista del 1894-1895".

Quizás por ello, estando en Roma,
visitó al Papa Pio X; lo que prueba su indeclinable
vocación católica y muestra la
insanía abusiva del clero que la
excomulgó.

Más de medio siglo después, el periodista
cusqueño Edgardo "Lalo" Díaz Publicó en su
periódico "MUNDO LIBRE N° 11, Cuzco 12
de Setiembre de 1948, las frases lapidarias de un suelto
publicado por los fanáticos enemigos de
Clorinda:

"Señora, vuestro nombre llevado ayer en alas de
la fama al templo de la gloria, es hoy el objeto de la
execración de todos, y, particularmente, de las que
pertenecemos a vuestro sexo

"Señora, no volváis a esta ciudad que tuvo
la DESGRACIA DE DAROS EL SER. No volváis, porque
tendríamos el dolor de maldeciros. De hoy en adelante,
tenéis un lugar allá muy lejos… En el
Oriente… Vos sabéis donde… No volváis
Señora, porque vuestro nombre ha desaparecido de entre
nosotros. Ayer, fue ignominiosamente quemado ante el pueblo
apiñado que pedía, se convirtiera en cenizas
vuestra efigie… Adiós señora, vuestro nombre
queda cubierto de eterno oprobio….

La respuesta: Clorinda Matto a la manera del Nazareno,
desde la olímpica altura de su dolor, les lanzó un
piadoso "os perdono…."

Defensora de la
tiranía o enemiga del civilismo

Como observa el historiador Jorge Basadre, la
señora Matto, en sus obras, ignora el problema de la tierra,
busca el mejoramiento de la administración
pública con personal
idóneo y humanitario, cree que con la educación es
posible salir de ese atraso sacando de la ignorancia a los
indios. El propio presidente de la
República Andrés A. Cáceres, le
había escrito una carta
felicitándola por su obra ofreciendo corregir los abusos y
hacer que la instrucción fomente la independencia
del aborigen. Ese acercamiento y la admiración que le
inspiraba el héroe de la Breña, hicieron que tomara
partido en defensa de un régimen que ya hacia agua. Estudios
posteriores muestran que tuvo razón en apostar por una
causa aparentemente perdida. Puesto que la revuelta del 95 que
llevó al poder a Piérola; en la cual, Clorinda,
perdió toda su riqueza personal y casi la vida,
significó a la postre la restauración de la
oligarquía tradicional y el civilismo en el poder. Estas
fuerzas retardatarias de espíritu colonial y pro
hispanista se enseñorearon propugnando una literatura
servil, con la que Mariátegui, con la contundencia de su
lógica,
ajusto cuentas en su
ensayo "El Proceso de la Literatura" reconociéndola como
una literatura del colonialismo supérstite, de la
nostalgia colonial de la casta feudal que, con Riva Agüero,
declaraba sonriente, la supuesta invalidez del Incario en
materia de
Literatura "peruana" repitiendo servilmente la perorata del
español
Menéndez y Pelayo, que las civilizaciones de América
se extinguieron sin dejar literatura.

El Amauta afirmaba que la generación "civilista"
llamada "Futurista" no era sino "la más pasadista de las
generaciones". Colonos mentales que buscaban hasta sus temas de
inspiración en España.
Luis Benjamín Cisneros, por ejemplo, otro de los furiosos
detractores de Clorinda Matto, había escrito una
"Elegía a la muerte de
Alfonso XII". No podía existir, pues, una literatura
peruana en un "Estado sin el
indio y contra el indio". Mariátegui sabía que la
verdadera literatura peruana la habrían hombres y mujeres
nacidos o inspirados en el áspero paisaje y exigente
clima de los
andes como más tarde encarnarían Ciro
Alegría y José María Arguedas. Esa
literatura tiene como fundamentos las obras de Narciso
Aréstegui y Clorinda Matto de Turner.

Triunfante en el
exilio

Huyendo de los perseguidores, Clorinda pasó por
Chile, rumbo a la Argentina; país que la acogió
como a verdadera hija y fue su segunda patria. Dedicada al
magisterio en la Escuela Normal
Superior de Buenos Aires destacó por su cultura y creatividad,
"Analogía", su texto
didáctico de Castellano, fue
adoptado para las escuelas normales argentinas. Publicó
colaboraciones en los diarios y revistas; "La Nación", "La Prensa", "La
alborada", "El Álbum" etc. y fundó "El
Búcaro Americano" para difundir el pensamiento y obra de
las mujeres intelectuales americanas, en el continente y Europa.
El éxito y
la fama de la escritora repudiada por la canalla pierolista y el
clero retrógrado de su país, trascendió
América.

Viaje de
recreo

Leí con interés el
libro y con la lectura,
rememoré rincones, ciudades, espacios, museos, lugares de
esos países. Emocionado reviví las exclamaciones de
nuestra paisana al recorrer París, Venecia o Roma y muchos
de sus pensamientos también fueron los míos cuando
rememoraba, con nostalgia, la patria lejana. Quizás por su
poca difusión, parece una obra menor lo que en realidad es
la crónica de la apoteosis de doña Clorinda, su
reconocimiento universal como grande de las letras
americanas.

El suyo será el viaje de un espíritu
selecto y maduro que busca satisfacción en la cultura y el
arte. Por
doquier la recibirán las más altas personalidades
de las letras y cada lugar o hecho importante, suscitarán
en ella profundas meditaciones. Realizará en Europa, como.
González Prada y después Mariátegui, Haya y
Vallejo, su mejor aprendizaje.

Leer a Clorinda, madura, no es leer sus Tradiciones que,
son más historia que literatura, o sus novelas
todavía de inhábil acabado. Aquí encontramos
en estilo llano, sereno, meditado y rotundo; lejos del tono
declamatorio, lacrimoso y barroco de la
primera etapa; están presentes la honda emoción y
sabiduría erudita que brotan a raudales, la extraordinaria
voluntad y tenacidad sin límites de
su alma
luchadora. Ese sólo gesto y actitud
valiente frente a la vida nos conmueven. Es mensaje para la
juventud
americana de todo tiempo, es reto a realizar y emular lo que
ella, ya madura, hiciera; ver de cerca la vieja Europa,
desentrañando de su profundidad verdadera la semilla que
ella quiso cultivar en nuestros corazones. Estudiemos pues, con
devoción, la obra de nuestra paisana, recogiendo sus
eruditas especulaciones, evocaciones de hechos históricos,
obras literarias, leyendas, en
fin toda su cultura generosamente entregada como ofrenda.
Cuánto más nos hubiera legado Clorinda luego de
esta nutrida experiencia europea de no habérnosla
arrebatado la muerte segadora de esperanzas.

La obra nos acerca al espíritu mismo de la
cusqueña universal, poseída por la fiebre de la
creación artística, Espíritu bullente que
busca las alturas como el cóndor y se solaza en su atalaya
y le estalla el genio en exclamaciones y dolorosas evocaciones
con el mismo sufrimiento que experimentara el inmortal cronista
mestizo, su paisano. Presiente el fin, después de haber
gastado hasta la última gota del cáliz de la
existencia: ascendiendo al cráter del Vesubio, reviviendo
la memoria de
los muertos ilustres en París o Londres en los cementerios
y despojos arqueológicos de aquella Europa. Admirando
el amor de los
amantes de Verona. Acariciando el lago verde de Venecia, hurgando
en los museos y llorando sobre los mármoles rotos del
foro y coliseo romanos donde
resucitó, en su imaginación, al gladiador cristiano
y a los mártires que murieron despedazados "con el
cráneo que albergaba la esperanza roído por los
leones".

Fue así, que entre el mármol antiguo, el
olor de las catacumbas y los despojos de Pompeya, encontró
los orígenes, las orillas occidentales del mar de la
cultura, midiendo distancia y espacio con nuestra orillas
americanas para encontrarse, por fin, a sí misma
identificada; resolviendo aquella ecuación de tantas
variables
imponderables: la identidad
americana en el contexto universal y, trayendo todos los
recuerdos gratos como ella dice "grabados en un corazón
cusqueño".

El 27 de mayo de 1908 en el vapor "Savoía" parte
hacia Europa con escala en
Río de Janeiro allí visita al autor de "Magdala",
poema que causó su excomunión, el ilustra Coelho
Netto quien le dice:

"-¡Usted ha sufrido tanto en su patria a causa de
la ofuscación de la gente que ha creído ver una
herejía en mi poema Magdala, que no es otra cosa que la
tentación de la montaña, asunto tratado en forma
más ideal!" a lo que ella contesta:

"Verdad, ilustre Netto, pero no crea que en mi patria
estuvieron todos ofuscados; allá hay hombres de mucha
ilustración y de criterio sano; fue una
campaña de frailes que por mercantilismo
visten hábito, como un tendero toma su guardapolvo para
despachar detrás del mostrador, y eso ya pasó; hoy
en mi patria, se me juzga con criterio muy diferente, y yo misma
recibo los acontecimientos con temperamento distinto;
después de esta visita a usted, he de visitar al Papa; en
religión
pasa lo mismo que en política; hay patriotas y
patrioteros; yo respeto
sólo al verdadero creyente, cualquiera que sea su
filiación y credo".

El 16 de junio llega a Barcelona y encuentra al
Cónsul del Perú el español Pedro Company, al
Cónsul de la Argentina periodista Alberto J. Gache. Al
escritor ecuatoriano Carlos R. Tobar, autor de "Consultas al
Diccionario de la Lengua" y de
la famosa doctrina del Derecho
Internacional para no reconocer a los gobiernos de facto; a
Enrique Deschamps notable escritor y Cónsul de la República
Dominicana; Viaja a Valencia, visita a Don Francisco Sempere
el editor de la tercera edición
de "Aves sin Nido".

En Madrid recorre
bibliotecas,
museos, archivos y las
casas donde vivieron o murieron Lope de Vega o Cervantes
Saavedra; visita a Jesús Pando y Valle, Secretario General
de la Unión Ibero-Americana de Madrid; a Concepción
Jimeno de Flaquer autora de "Evangelios de la Mujer"; busca
y recibe a lo más graneado de la intelectualidad
española.

Viaja a Francia, llega
a París el 9 de Julio; allí la espera el joven
abogado cusqueño Ángel Vega Enríquez
(periodista que fundara "El Sol" en 1901 y
fuera inspirador de la juventud que realizó en el Cusco al
primera huelga
universitaria de Sud América, en 1909) Vega
Enríquez sirvió de guía a la señora
Matto mostrándole el esplendor eterno de la ciudad
Luz, que, como
dijera Hemingway y nosotros lo comprobamos, es una fiesta;
Clorinda narra cada lugar con lujo de detalles mostrando su
exquisita cultura: los paseos por los Campos Elíseos, la
visita al Louvre; expresando en todo momento la emoción de
estas frente a las grandes obras, esa emoción de la que
hablaba José
Ingenieros en sus motivadores libros. Sube a la Torre de
Eiffel; mientras París festejaba el 14 de julio cantando a
la Libertad,
Igualdad y
Fraternidad, que ella niega con nihilismo
escribiendo "libertad no existe en la vida… la igualdad es
utópica… la fraternidad es ilusoria" y, con orgullo
de americana cita las doctrinas del argentino Luis M. Drago
(arbitraje
obligatorio y no intervención armada por asuntos de
deuda
pública) y del ecuatoriano Tobar, que ya describimos,
como verdaderas muestras del fruto de la trilogía francesa
en tierras americanas. Porque "la naciones ya no deben ser hordas
salvajes arrancándose territorios ni abrogándose
derechos regados
con sangre hermana,
ni los hombre deben ser ya las fieras devorándose en
festines canibálicos".

En una visita a una sala de armas en las
Tullerías exclama "¡Cuánto ha progresado la
humanidad en el arte de matarse!"… "¡Horror de la
guerra!
¡Ojalá pudiésemos contemplarla sólo en
los muros de un museo!". Pasa por la tumba de Napoleón en este mismo museo llamado "De
las armas". Va al cementerio donde reposan los restos de ilustres
escritores y artistas. Viaja a Versalles pasando por Sevres,
admira la célebre porcelana francesa. Evocando hechos
dolorosos de la Revolución
Francesa recorre el Gran Palacio, las cámaras reales y
jardines de los reyes que terminaron en la guillotina. Al volver,
visita La Sorbona.

En agosto viaja a Inglaterra y al
pisar aquella tierra escribe
"José de Alencar dijo que "no hay hombre verdaderamente
feliz si no ha conocido ya la desgracia". ¡En qué
momento viene a la memoria este
profundo pensamiento vivido! Cuando mi planta va a pisar tierra
londinense y mi corazón saluda reverente la patria del
hombre que amé, de quien fui amada, al cual estuve ligada
durante diez años por cadena de afecto, que la muerte
cortó con saña cruel, Veintiséis años
contaba yo cuando el compañero descendió a la
tumba, en el pueblecito triste del interior de Perú, y la
desgracia me adoptó por hija.

Pueden haber pasado muchas tempestades sobre mi frente,
pero el infortunio ha sido uno, tan largo y pesado, que ya me
creo con derecho a ser feliz. ¡José duerme el
sueño dulce de los buenos, y yo, viuda, peregrina, lejos
de mi patria, llego a la suya conservando el nombre que
uní al mío, y al cual he querido rodear de todos
los trofeos que en el mundo de las letras conquistase como
trabajadora sin descanso!…"

Recorre Londres, la plaza Trafalgar, recordando la
hazaña de Nelson; las catedrales, parques y palacios
haciendo ilustradas evocaciones de la historia inglesa. Pasa por
las viviendas de Newton, del
historiador Macaulay, las tumbas de Shakespeare.
Charles Dickens, Oliverio Goldsmit, etc. Visitará
también la torre de Londres, la prisión de
"El hombre de
la máscara de hierro" en la
obra de Alejandro Dumas, Visita a Mr. Thynne el editor de la
versión inglesa de "Aves sin Nido" (1904) en traducción de "la escritora y educacionista
Miss Hudson", visita el Museo Británico y el Museo de
Historia Natural viendo la belleza del plumaje de las aves,
mirlos y ruiseñores, recuerda al zorzal argentino y al
chocllopokochi peruano del Valle Sagrado de los Inkas, dejando
atónita a su guía inglesa con tal palabra quechua.
Ocupándose de la mujer inglesa, aquilata sus virtudes la
rectitud y la moral,
defiende la causa de las sufragistas y feministas.

Al volver de Londres escribe unas glosas en las que
disipa toda duda acerca del verdadero lugar de su
nacimiento.

"En este momento rápido pitea la
máquina y comienza el rechinar de las ruedas, que
girarán, girarán hasta Douver. El confort del coche
contribuye a que la mente se sumerja en profunda y dulce
meditación. Me reconcentro y me examino. Mis pasiones son
fuertes y definidas, arrancan de mi educación primaria
bajo la sentencia del trágico to be or nor To be. Detesto
el agua tibia
y los temperamento indecisos; por eso amo y odio con llaneza y
ardor, y lo que emprendo llega a la cima. Esta gira europea misma
que estoy realizando, sola, cumplidos ya los cincuenta
años de existencia, es manifestación comprobatoria
del carácter cimentado en la sentencia
shakesperiana, ser o no ser. Si no nací en Londres,
nací en el Cuzco, y me siento llena de orgullo
legítimo
. ¿Por qué no confesarlo? El
disimulo de nuestras espontaneidades es hipocresía; yo la
detesto del mismo modo que al agua tibia".

No creo que después de esta declaración,
de la propia autora, le quede a alguien alguna duda sobre el
lugar de su nacimiento.

De vuelta a París encuentra al General
Andrés Avelino Cáceres, cuya denota en el 95
significó para ella la persecución, exilio y
también la gloria.

Viaja por Italia visita
Génova, Pisa la bella ciudad de la torre inclinada a
orillas de Arno. Llega a Roma. La Ciudad Eterna, le produce dos
sentimientos encontrados uno profano y otro místico, en
medio de ambos el único pensamiento herético de
toda la obra, una cita de Lucrecio "Primus in orbi deos fecit
timor" (El temor fue el primero en crear a los dioses del mundo).
En el foro Romano evoca a Cicerón y sus Filípicas
contra Antonio.

La visita al Coliseo le hace decir. "Todos los
viajeros que han llegado aquí han soñado; yo me
siento presa del vértigo, por mis venas siento correr todo
el calor del sol
de los incas,
derramado desde las fortalezas del Sacsayhuaman hasta el Coliseo;
sensaciones indescriptibles me sacuden, siendo el vacío de
mi hermano, de mis amigos, la comunicabilidad es necesidad en
mí, quiero compartir mis ideas y sólo encuentro al
guía, que impasible me acompaña por el salario que le
pago. Caigo sobre una piedra que conserva la comodidad de
asiento, llevo ambas manos a la frente, cierro los ojos y deliro.
¡Creo ver al Coliseo ocupado por 50,000 espectadores, que
en grito colosal aplauden al gladiador que ha caído en
postura elegante!".

Recorre Roma se dirige al Capitolio, las columnas de la
vía Apia, los arcos del triunfo de Tito, Séptimo
Severo, Constantino, la estatua de Marco Aurelio y muchas otras
atracciones de aquella urbe.

En el Vaticano visita la Catedral, "La Piedad" de Miguel
Ángel. Los frescos de la Capilla Sixtina realizados por el
mismo genio toscano, las obras de Rafael, la cámara Ducal,
la capilla Paulina, etc.

Días después, con ayuda de la Embajada
Argentina, puede visitar y besar la mano del Papa Pío X y
conocer el Museo y la Biblioteca del Vaticano, templo magnifico
del arte, la historia y la filosofía.

Clorinda viaja a Nápoles, asciende en funicular
al volcán Vesubio allí, describe la belleza del
paisaje hasta la "apacheta" de donde, los excursionistas, deben
seguir a pie o a caballo. Ella llega a pie; "hemos llegado
después de enorme fatiga a este boquerón que
produce vértigo, cuya profundidad es imposible medir, pues
el humo caliente, como hálito de un ser cíclope,
obliga a retroceder". Desde esta cima observa Puzzoli y la isla
sida en el mar Tirreno, "escenario donde Bruto,
lloró su ingratitud con César".

Prosigue hasta Pompeya y Herculano que fueron destruidas
por la erupción del "24 de agosto del año
79…" En una casa excavada observa una fuente de mosaicos
con ornamentación parecida a la de los tejidos incaicos.
En el museo observa las tristes figuras en calcos de yeso, de los
hombres y animales que
murieron carbonizados y enterrados por las cenizas.

Vuelve a Roma, visita las catacumbas, la iglesia de San
Pablo, el Panteón, la tumbas de Rafael Sanzio,
Víctor Manuel II, y otros personajes célebres. Deja
el material de sus conferencias sobre el Perú, Bolivia y
Argentina para el diario "La Vita".

Visita Florencia y queda encantada por la singular
belleza de esta urbe donde se "aspira arte en todas sus
manifestaciones" la ciudad del Dante, Beatriz y los
Médicis. Recorre el palacio de la Señoría,
la Galería de los Oficios, viendo las obras de Cellini,
Donatello. El Palacio Pitti, la Catedral, el Baptisterio y el
Campanario; la capilla de Médicis y las esculturas de
Miguel Ángel, describiéndolos con el colorido que
confiere su pluma apoyada con la profusión de grabados que
posee el libro. Visita el Observatorio Ximeniano.

La invaden recuerdos, desea volver a Buenos Aires a su
"casita de la calle Rincón, número 611" donde le
esperan su canario amarillo y su cardenal rojo.

Viaja a Venecia, la describe con poesía
y admira las calles sin carruajes ni autos porque "la calle es
río transitado por góndolas"; la plaza de San
Marcos y sus simpáticas palomas que le recuerdan a sus
aves sin nido, la catedral, las casas de cristalería y el
hermoso Puente de Rialto en el Gran Canal; la ruta donde "El
mármol vive y conversa con las aguas"; el Palacio Ducal,
el Puente del Suspiro, las prisiones; el Lido, en esas
meditaciones recuerda a la novelista Juana Manuela Gorriti,
aquella talentosa argentina que en Lima en 1877, la había
recepcionado ciñéndole la frente con laureles y
entregándole una tarjeta de oro a nombre de todas las
escritoras de esa ciudad. Cuando ella apenas contaba con 24
años. Juana Manuel había fallecido en
1892.

Se detiene en Verona a visitar la tumba de los famosos
amantes que Shakespeare inmortalizara como símbolo del
amor. Un amor
ideal malogrado por la iniquidad de los hombres, como el
frustrado amor de Manuel y Margarita de "Aves Sin
Nido".

Llega a Milán la viajera insigne, vista el Arco
de la Paz, el Corso Víctor Manual la famosa
Catedral, maravilla del gótico a cuya torre asciende. Va a
la Biblioteca Nacional, admira las obras de Rafael y Leonardo. Se
despide de Italia "jardín de Europa" prometiendo dejar
grabados sus recuerdos en las páginas de un
libro.

El tren atraviesa el túnel del Simplón y
estamos con ella en la bellísima Suiza. En Ginebra la
tierra de Rousseau,
visita la isleta donde vivió el célebre autor de
"El Contrato Social"
y "Emilio". Vuelve a París enferma de bronquitis y de
inmediato sale para Alemania. En
la patria de Goethe y Schiller su primer punto de llegada es
Colonia, luego Berlín. Se pone en contacto con las mujeres
del movimiento
feminista de Frau Minna Caner Schulrat presidente del Frauenwohl
(El bien de las mujeres) que dirigía, entonces, a catorce
mil mujeres. En aquella oportunidad pudo ver al Káiser
Guillermo "con su cara hosca y sus mostachos aflechados". Visita
la escuela del Pestalozzi-Froebel-Hans, que desarrollaba un
avanzado sistema
pedagógico.

En Alemania funcionaba la Bundes Deutscher Frauen
Vereine cuyas principales activistas eran Elena Lange, autora de
una historia del feminismo;
Lili Braun una "socialista exaltada"; Alicia Salomón y
María Lope Housselle de la Sociedad de Profesoras
alemanas. Clorinda constata el alto nivel de organización alcanzado por las mujeres
alemanas, la calidad de la
educación y la envidiable infraestructura que
poseían aún en esa época.

Retorna a Francia, en esta última visita a
París, busca la amistad de
escritoras renombradas como María Heredia (autora de
la novela
"L"Inconstante"), esposa del escritor Enrique de Regnier;
Marcelle Tinayre, Colette Iver ("Princesas de la ciencia"),
Miriam Harry, Judith Cladel, Matilde Alanie ("La Glorie de
Frontecleire"); Juliette Adam, etc. No puede evitar el observar,
con mucho dolor de su corazón, la vergonzosa feria de la
carne o de la prostitución en una avenida
parisina.

El jueves 22 de octubre sale de París. Su
salud se hallaba
deteriorada; Vega Enríquez el periodista cusqueño
que le sirvió de guía acudió a despedirla.
Clorinda se va sin comprender el alma de aquella la sociedad que
seis años después, naufragaría en el horror
de la guerra; "todo es confuso en el rol social de las
mayorías; no se entienden los unos con los otros; las
ideas extremas desquician el organismo moral; la
industria es
el todo, y el amor al oro envenena los más nobles
sentimientos".

El retorno a España fue el corolario triunfal de
este periplo; la reciben los esposos Alonso, los Flaquer y la
atiende la Dra. Aleixandre; tratan de recuperar su quebrantada
salud. La visita la escritora Carmen de Burgos la renombrada
"Colombine" en compañía de los representantes del
Ateneo de Madrid, Vicente Almela y Rafael Ruiz
López.

Clorinda dará conferencias el 1° de noviembre
en el Ateneo y el 4 de ese mes en la Unión Ibero
Americana, actividades en las cuales el público selecto
desbordó los locales. Habla del Perú y de la
Argentina.

El Hotel Inglés
es el teatro para "el
agasajo de los hermanos de letras e ideales a una de sus hermanas
de la América
Latina", la despidieron como a una heroína de las
letras hispanoamericanas, personajes como; el poeta Juan Tomas
Salvany, la marquesa de la Laguna, Concepción Jimeno,
Carmen de Burgos, Sofía Casanova, Pilar Contreras y muchos
intelectuales más, y entre los que no pudieron asistir,
pero enviaron esquelas de saludo, estuvieron nada menos que Amado
Nervo, Jacinto Benavente, Segismundo Moret, Salvador Rueda,
Manuel Tolosa Latour, Enrique Diez Canedo, Leopoldo Solier, Julio
Milego, Miguel de la Cuesta, José Alcina, Gómez
Hidalgo, Felipe Trigo, Ángel Pulido, José
Fernández Bremón.

"Para brindar a Clorinda no es necesario una copa,
se precisa una flor
", había dicho la señora
Jimeno obsequiándole un crisantemo atado con cintas
españolas, argentinas y peruanas, asegurando que "la hija
de la tierra de los conquistados ha dominado a los
dominadores".

Emprende el viaje de retorno, después de su
consagración universal definitiva en la "República
de las Letras".

La obra concluye rememorando las experiencias vividas en
este viaje en el que bebió de las fuentes originales de la
cultura occidental y volvió a su patria continental
exclamando:

"¡América!

¡Tierra de promisión, tierra de
libertad!".

Era el día 4 de diciembre de 1908, diez meses
después falleció en Buenos Aires el 25 de octubre
de 1909, como consecuencia de una operación de
cirugía. En su testamento había dejado fondos para
el Hospital de Mujeres de la tierra que la vio nacer.
Presintiendo su muerte y el retorno de sus cenizas al suelo patrio,
había escrito: "…sin hogar y sin Patria,
cadáver entre los vivos vagaré así como sin
sombra y sin sol, pero mis cenizas irán a
reposar en tu suelo madre mía, junto a los pedazos de tu
corazón". Esas cenizas fueron repartidas a Lima en 1924, y
deben retornar pronto al Cusco.

La
resurrección de Clorinda Matto

Leyendo los comentarios sobre la obra de Clorinda Matto
en "Una Visión Urbana de los Andes" (Lima 1991) tesis doctoral
presentada a la Universidad de
Stanford por Efraín Kristal nos enteramos que fue
necesario que la destacada crítica portorriqueña
Concha Meléndez en la "La novela indianista
en Hispanoamérica 1832-1889" (Madrid 1934) rescatara la
importancia de la obra de la cusqueña para las letras
latinoamericanas. Y, contra el parecer de los "civilistas" y la
oligarquía que esgrimía ridículos argumentos
racistas, sosteniendo la "inferioridad" y "senilidad" de la raza
indígena. La obra de Clorinda Matto posibilitó al
decir de Cristal, "la entrada en la auténtica arena
política del discurso sobre el indio".

Y así "América Latina, esa patria inmensa
de hombres alucinados y mujeres históricas cuya terquedad
sin fin se confunde con la leyenda" en palabras de García
Márquez al recibir al Nobel de 1982, rescató a
Clorinda y su obra para nosotros.

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1956)

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España. 1909)

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edición de Tradiciones Cusqueñas (Lima
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"Fundación Julio G. Gutiérrez L".

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Matto" El Comercio,
Cusco, 1° de enero de 1977.

Yépez Miranda, Alfredo. "Clorinda Matto de
Turner. Prologo publicado en la reelección de "Aves sin
Nido", por parte de la universidad de San Antonio
Abad del Cusco, 1948.

 

 

 

 

 

Autor:

Julio Antonio Gutiérrez
Samanez

Partes: 1, 2
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