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La "argentinización" de la economía mundial (página 8)




Enviado por Ricardo Lomoro



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– La Fed mete presión al
BCE para que empiece a imprimir billetes (Expansión –
19/3/09)

(Por Daniel Badía)

El presidente del Banco Central
Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, indicó ayer durante
una conferencia en
París que se está en un proceso de
conversaciones para considerar si se adoptan medidas menos
convencionales de política
monetaria.

Reafirma así lo dicho en la última
reunión de política monetaria,
cuando rebajó el precio del
dinero desde
el 2% al 1,5%. La institución monetaria se encuentra bajo
presión, principalmente, después de que la Reserva
Federal anunciara que comprará durante los próximos
seis meses deuda
pública por importe de 300.000 millones de
dólares.

Así lo ven los expertos de Royal Bank of Scotland.
"Creemos que la presión para que el BCE se embarque en
algún tipo de programa de
compra (refiriéndose a activos)
está aumentando hasta llegar a ser insostenible, con la
mayoría de los bancos centrales
del mundo luchando de forma muy activa para combatir los riesgos de
deflación mediante la adquisición de deuda
pública", indican en RBS. Los expertos del banco
británico creen que el BCE tomará esta
decisión "incluso más pronto de lo que nosotros
anticipamos (nos parece que junio es la fecha más
probable)", añaden en el banco británico.

La Reserva Federal de Estados Unidos
(Fed) está dispuesta a echar toda la carne en el asador
para reactivar la economía estadounidense. El Comité
Federal de Mercado Abierto
de la institución monetaria anunció ayer que la Fed
comprará 300.000 millones de dólares (en torno a 227.700
millones de euros) en bonos del Tesoro
Público durante los próximos seis meses.

Ante el poco margen con el que cuenta en materia de
tipos de interés
-se mantuvieron ayer en un rango de entre el 0% y el 0,25%-, la
Fed ha optado por continuar con la impresión de billetes.
Con la compra de deuda pública, el banco emisor va a
contribuir a rebajar los tipos de los activos libres de riesgo y, con
ello, abaratará el acceso al crédito
a hogares y empresas.

"Para ayudar a mejorar las condiciones del mercado de
crédito privado, el comité decidió elevar la
compra de activos del Tesoro a largo plazo hasta los 300.000
millones de dólares durante los próximos meses",
indicó la Fed en un comunicado. Esta medida se
complementará con la extensión de sus programas de
compra de deuda hipotecaria o titulizaciones de agencias
hipotecarias (las principales, Fannie Mae y Freddie Mac).

El comité decide ampliar su balance para comprar
750.000 millones más de titulizaciones

"Con el fin de proveer de un mejor soporte al préstamo
hipotecario y al mercado inmobiliario en general, el
comité decidió ampliar su balance para comprar
750.000 millones de dólares más de deuda respaldada
por activos de las agencias", añadieron. En total, la
cuantía asciende a 1,25 billones de dólares, casi
el PIB español.
También ha elevado de 100.000 a 200.000 millones la
adquisición de deuda (sin garantía) de estas
agencias y se está estudiando la posibilidad de comprar
otros activos financieros.

El objetivo
prioritario se centra en prevenir una contracción del
crédito, provocada por una de las peores recesiones que se
han vivido en los últimos 60 años a ese lado del
Atlántico. Y es que los últimos datos no han sido
nada buenos. La tasa de paro
creció hasta su nivel más alto en más de 25
años, mientras que la producción industrial cayó un 1,4%,
su cuarto descenso consecutivo.

– El BCE mantendrá la "barra libre" de dólares
(Expansión – 19/3/09)

El consejo de gobierno del
Banco Central Europeo (BCE) ha informado hoy de que, de acuerdo
con otros bancos centrales, incluyendo la Reserva Federal de
EEUU, continuará desarrollando en el segundo trimestre de
2009 las operaciones para
inyectar liquidez en dólares a plazos de una semana, 28 y
84 días.

Estas operaciones mantendrán el formato de operaciones
de recompra frente al colateral elegible del BCE y se
celebrarán a tipo fijo con plena satisfacción de
las demandas de liquidez de las entidades que concurran a las
mismas.

"Dada su demanda
limitada, las operaciones celebradas bajo el formato de "swaps"
de divisas
euro/dólar fueron interrumpidas a finales de enero, pero
podrían reanudarse en el futuro si fuera necesario de
acuerdo con las necesidades del mercado", señaló la
institución presidida por Jean Claude Trichet.

– Londres quiere que la banca cuente con
más capital (Cinco
Días – 19/3/09)

El supervisor financiero de Reino Unido, la FSA, quiere llevar
a cabo una reforma en profundidad de la banca británica.
En un informe
presentado ayer, propone reducir los riesgos asumidos en ciertas
operaciones, exigir mayores niveles de capital y controlar
más a los hedge funds. La FSA también ha pedido que
se creen provisiones cíclicas, como en España.

El presidente de la Financial Services Authority (el
supervisor financiero británico) presentó ayer un
documento de 126 páginas con recomendaciones para que el
sector bancario del país se prepare para evitar crisis como la
que lo ha azotado en los últimos meses.

Adair Turner desplegó toda una batería de
medidas para fortalecer el sistema y evitar
que vuelva a caer en los errores del pasado. Entre las
principales propuestas está la exigencia de mayores
niveles de capital (frente a los requisitos de Basilea II), para
evitar colapsos como el de Northern Rock.

Turner también quiere que la banca frene los excesivos
créditos concedidos en época de
bonanza, que limite los bonus de los banqueros, y que se estreche
el control sobre los
fondos de inversión libre (conocidos como hedge
funds).

"Los cambios recomendados son profundos y el sistema bancario
del futuro será distinto al de la última
década", explicó Turner, cuyo informe fue encargado
en 2008 por el Gobierno británico a raíz de la
crisis crediticia y el colapso de varios bancos.

Alabanzas a España

Una de las medidas que recoge el documento de la FSA es la
creación de provisiones contracíclicas como las que
creó el Banco de España en 2000. Londres quiere
crear mecanismos que amortigüen los incrementos de la
morosidad en los periodos de contracción de la
economía y, para ello, se ha fijado en los modelos de
España y Canadá.

"Los factores que han determinado el éxito
relativo de España y Canadá no parecen estar
ligados a un determinado modelo de
supervisión, sino a otros factores. En el
caso español, el papel desempeñado por las
provisiones dinámicas contracíclicas podría
haber sido determinante", explica el informe. La
regulación bancaria será un tema clave en la cumbre
del G-20 del 2 de abril.

Informe Turner. Un plan para
reinventar la City

La FSA pidió ayer mayores competencias para
controlar a las filiales de bancos extranjeros en Reino
Unido.

El informe Turner pide que los grandes banqueros pasen un
examen de conocimientos técnicos antes de su
nombramiento.

El supervisor financiero británico también
pretende que haya mayor coordinación internacional y que la
Unión
Europea cuente con un organismo independiente.

– Deuda: una curiosa solución a la crisis
(Intereconomia – 19/3/09)

¿Una crisis que empezó por el exceso de
crédito se puede solucionar con más deuda?

Una pregunta un tanto irritante acecha en torno a los
esfuerzos del gobierno de reactivar un sistema
financiero inactivo: ¿Una crisis que empezó por
el exceso de crédito se puede solucionar con más
deuda?

La típica respuesta que nos dan los economistas es que
no. Eso es, "no, más crédito no hará que
desaparezca el problema. Pero, el gobierno debería hacer
todo lo que pueda para restablecer los préstamos bancarios
y para prevenir que la economía empeore".

Aún así, Washington parece convencido da la gran
capacidad que la deuda tiene para reavivar la economía del
país. El Secretario de Tesoro estadounidense, Timothy
Geithner, es sólo el último en proclamar lo que ya
es el "mantra" oficial. Sin crédito, lo que tanto
él como otros ejecutivos llaman "la sangre" de la
economía, ya te puedes despedir de las esperanzas de
recuperación.

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke,
justificando la ayuda masiva que el banco central ha ofrecido a
las instituciones
financieras, mostró su propia visión: "el
tratamiento dispar es inevitable. Nuestro sistema
económico depende críticamente del libre movimiento del
crédito".

Por su parte, los detractores de esta visión,
argumentan que supone un acercamiento demasiado complicado.
Según ellos, el problema es mucho más simple.
"Necesitamos generar empleo e
ingresos, no
crédito", dijo Randall Wray, director de investigaciones
del Center for Full Employment and Price Stability, de
Kansas.

Gástalo, si lo tienes

Los préstamos prudentes no son malos. Si los bancos han
cortado los préstamos es por los riesgos asociados con un
ambiente
turbulento y en contracción que les dicta que
actúen así.

"La verdad es que no todas las economías se basan en el
crédito. En una economía legítima, no es el
crédito el que alimenta el gasto y la inversión,
sino que son los ingresos y los ahorros", señaló
Peter Schiff, presidente de Euro Pacific Capital. Ahora, las
familias americanas, y cada vez con más rutina, "se apoyan
en el crédito para hacer las compras del
día a día, y éste es un habito que debe ser
abolido, no fomentado".

James Poterba, economista al frente de la National Bureau of
Economic Research, cree que hay cierta inconsistencia en las
recomendaciones aportadas por los expertos. Como economistas, lo
que señalamos es que es necesario tener a gente comprando
para poder levantar
la economía. Al mismo tiempo,
Poterba señala que es un buen momento para ahorrar
más para intentar reconstruir esos pilares.

Los defensores de la securitización (que es el diseño
de instrumentos financieros respaldados por flujos provenientes
de activos de distinta naturaleza)
dicen que "el bebé", en apariencia mimado, no
debería abandonarse a su suerte. Se debería hacer
bien, y de una manera más simple y transparente.

"No hay nada malo per se en la securitización", sostuvo
Eugene White, economista y profesor de la
Universidad
Rutgers de New Jersey. El problema apareció por esos
"exóticos" productos de
los que el cliente no tiene
ni idea.

Sin embargo, todavía se tiene que ver si el gusto por
esos productos existiría incluso en un mundo donde la
aversión al riesgo estuviera tan extendida. La prueba de
fuego será ver si con el tiempo un sistema que ha
fracasado tan miserablemente podrá volver a funcionar de
algún modo.

Además, incluso si los préstamos están
disponibles, la crisis actual está afectando a los
consumidores tan profundamente que puede acabar
prolongándose, y se resista a endeudarse aún
más.

La razón nos la encontramos en la teoría
económica: oferta y demanda.
La debacle actual, es un problema de sobre oferta
inmobiliaria, coches,… y deuda en sí misma; y el
reajuste se tomará su tiempo.

"Estamos pasando un colapso crediticio de proporciones
épicas", dijo David Rosenberg, responsable de Bank of
America Securities – Merril Lynch en Norte America. "Va a ser muy
difícil luchar contra esto con políticas
de préstamo".

– A la Fed le preocupa que un exceso de capacidad desate
presiones deflacionarias (The Wall Street Journal –
20/3/09)

(Por Jon Hilsenrath)

La decisión de la Reserva Federal de inyectar US$ 1,15
billones (millones de millones) en el sistema financiero refleja
su temor de que la economía padece un mal que se agrava
cada día. Desde habitaciones de hotel desocupadas a máquinas
industriales apagadas, Estados Unidos sufre de un exceso de
capacidad.

Esto indica que, incluso si la crisis se revierte
mañana, la economía probablemente operará
muy por debajo de su verdadero potencial durante muchos meses,
tal vez años.

El tema también preocupa al banco central por otra
razón. En dosis limitadas, la capacidad ociosa puede
generar presiones inflacionarias porque la escasez de
suministro y mano de obra permite que empresas y trabajadores
exijan más dinero por sus servicios. Sin
embargo, cuando hay demasiada capacidad ociosa, como en la
actualidad, la inflación declina.

Si el exceso de capacidad se profundiza o persiste por un
período prolongado, podría producir
deflación, un declive pronunciado en los precios, algo
que la Fed quiere impedir a toda costa porque es un nudo
difícil de desatar. "A la luz de la
creciente capacidad ociosa en la economía estadounidense e
internacional, el comité espera que la inflación se
mantenga a raya", declaró el Comité de Mercado
Abierto de la Fed el miércoles, tras anunciar la
inyección adicional de efectivo a través de compras
de bonos del Tesoro y valores
hipotecarios.

Las señales
de un exceso de capacidad son fáciles de divisar. El
número de casas vacías en EEUU llegó a los
19 millones en el cuarto trimestre de 2008, un alza de 6% frente
al mismo período del año anterior. Las tasas de
ocupación hotelera han caído de 65,5% hace un
año a 55,2% a principios de
marzo, según la firma de estudios de mercado Smith Travel
Research. Las plantas
manufactureras operaron en febrero a un promedio de 67,4% de su
capacidad, el nivel más bajo desde que la Fed
empezó a seguir estos datos en 1948.

En circunstancias normales, la Fed combatiría un exceso
de capacidad reduciendo las tasas de
interés de corto plazo con el fin de rebajar los
costos de
financiamiento
para empresas e individuos. Pero el banco central estadounidense
ya ha recortado su tasa de referencia a casi cero. Es por eso que
la Fed anunció el miércoles un drástico
aumento de las compras de bonos del Tesoro a largo plazo y
valores respaldados por hipotecas. El banco central espera que
tales medidas amplíen el acceso al crédito y
estimulen la demanda.

Los trenes en la estación

Un ejemplo de exceso de capacidad es Union Pacific Railroad.
La mayor operadora estadounidense de ferrocarriles puede operar
cerca de 200.000 vagones de carga por semana, pero sólo
está utilizando unos 150.000.

"Como los volúmenes siguen siendo débiles,
estamos actuando de manera enérgica para ajustar nuestros
recursos, dando
vacaciones sin sueldo a 3.600 empleados y sacando de
circulación 1.400 locomotoras y 53.000 vagones de carga",
explicó el director financiero, Rob Knight, durante una
conferencia con inversionistas la semana pasada.

La señal más clara del exceso de capacidad
está en el mercado laboral. Ayer, el
Departamento del Trabajo
informó que el número de nuevas solicitudes de
seguro de
desempleo
cayó la semana pasada a 646.000. El promedio de cuatro
semanas, sin embargo, subió a 654.750, el nivel más
alto en 26 años. El total de estadounidenses que recibe
seguro de desempleo saltó a casi 5,5 millones, un nuevo
récord.

En general, el número de desempleados en EEUU, ajustado
por temporada, ascendió a 12,5 millones en los
últimos 12 meses, elevando la tasa de desempleo a 8,1%.
Otras 8,6 millones de personas están trabajando a tiempo
parcial, pero preferirían tener un puesto a tiempo
completo. Cuando se contabilizan estos trabajadores, la tasa de
"subempleo" -un índice más amplio de la capacidad
ociosa en el mercado laboral- llega a 14,8%. Eso no es
sólo un problema para los desocupados, sino que ejerce una
fuerte presión a la baja en los sueldos.

Para las autoridades estadounidenses, la clave para reducir el
exceso de capacidad es impulsar la demanda de bienes,
servicios, bienes raíces y empleo. Esa es una razón
por la que los economistas creen que el Congreso
necesitará aprobar un nuevo paquete de estímulo. El
plan de US$ 787.000 millones del presidente Barack Obama,
aprobado en febrero, tiene la meta de ayudar
la economía a través de programas de gasto y
recortes de impuestos para la
clase
media.

– La cara del optimismo (Cinco Días –
20/3/09)

El presidente de la FED ocupa el mandato más complicado
desde la Gran Depresión.
Pero se muestra confiado.
Esta semana ha anunciado la inyección de otro
billón de dólares.

(Por Manuel G. Pascual)

¿Cuántos políticos estadounidenses llevan
barba? Prácticamente ninguno. En Estados Unidos no
está bien vista, no se estila; es un rasgo poco
común entre las autoridades o figuras públicas. Un
ejemplo: sólo la han lucido cinco de los 44 presidentes
del país norteamericano, todos ellos en la segunda mitad
del siglo XIX. La cosa cambia en los pasillos de las
universidades, ambiente mucho más proclive a la
relajación de las normas
estéticas. Este detalle dice mucho del carácter y procedencia del doctor Benjamin
Shalom Bernanke (Augusta, Georgia, 1953), profesor de
Economía en Princeton durante 20 años y actual
presidente de la Reserva Federal.

Monografias.com

El máximo responsable de la política monetaria
estadounidense lleva unos días en boca de todo el mundo.
El pasado domingo predijo en una entrevista
televisiva, la primera de alguien en su cargo en 20 años,
que la depresión en EEUU ha quedado descartada y que "el
final de la recesión se producirá probablemente
este año" y la recuperación en 2010. A los tres
días anunció la inyección de un
billón de dólares a la economía a
través de deuda a largo plazo. En 2008 inyectó la
misma cantidad tras la caída de Bear Stearns mediante
descuentos al crédito para la banca de inversión,
reinventando así el repertorio de herramientas
de la Fed -hasta entonces tocaba poco más que los tipos de
interés-.

Estas intervenciones, junto con los importantes recortes de
tipos practicados en 2007 y el polémico rescate de AIG,
convierten a Bernanke en uno de los presidentes de la Fed
más intervencionistas -y controvertidos- desde la
fundación de la institución en 1913. Algo a tener
en cuenta, ya que las simples palabras de quien ostenta tal cargo
hacen ganar o perder fortunas. El anuncio de la inyección
de líquido, por ejemplo, provocó el
miércoles una fuerte subida de la Bolsa y un rápido
reajuste del dólar y de la rentabilidad
de los bonos.

Pero antes de manejar los resortes del banco central de EEUU,
este descendiente de emigrantes judíos
de Europa del Este
sólo se había enfrentado a la inflación y a
la deflación en sus numerosos artículos
científicos. "Yo nunca he estado en Wall
Street", comenta en la entrevista
televisiva concedida a 60 Minutes. "La razón por la que me
importa es que lo que allí pasa afecta a Main Street", en
referencia al entorno de los trabajadores.

Se podría decir que Bernanke cumple con los
estereotipos del profesor universitario estadounidense.
Más allá de la ya mencionada barba, durante su
etapa en Princeton el lugar que más frecuentaba era su
despacho. Allí, rodeado de montones de libros y
papeles y vestido con pantalones tejanos y camisa de cuadros,
atendía pacientemente a sus alumnos. Joan Comajuncosa,
profesor de Esade, fue uno de ellos. "Bernanke es una persona muy
abierta, trabajadora y atenta con los estudiantes", apunta. "Ya
de vuelta en España, me contestaba los e-mails muy
rápidamente. Eso denota cierta empatía hacia los
sufrimientos de los doctorandos". En la facultad tenía
fama de ser un profesor claro y conciso, muy cercano a la gente
-dentro de los estándares anglosajones-.

Sólo le faltaría una chaqueta de pana con
coderas para redondear el cuadro. Él mismo no ha escondido
nunca su predilección por la comodidad. En 2005, cuando
sonaba su nombre como posible sustituto de Alan Greenspan,
Bernanke declaró al Wall Street Journal que lo más
duro de trasladarse a Washington era tener que llevar traje. "Mi
propuesta de que los gobernadores de la Fed mostrasen su completa
dedicación al servicio
público vistiendo camisas hawaianas y bermudas no se
tomó en serio".

Y es que para entonces ya era gobernador de la Fed.
Asumió ese cargo en 2002, tras colaborar varios
años como asesor de la institución. Eso sí:
no abandonó la docencia hasta
2005, cuando el ex presidente George W. Bush le puso al frente de
su equipo de consejeros económicos.

Bernanke es conocido por sus posturas cercanas al
keynesianismo. En su etapa de director del departamento de
Economía de Princeton invitó en alguna
ocasión al también académico Paul Krugman,
premio Nobel de Economía y gran crítico de George
W. Bush. Todo eso contribuyó a que el nombramiento en 2006
de Bernanke como presidente de la Fed desconcertase a más
de uno. En Princeton, en cambio, se
comentaba que se le eligió por su condición de
experto en la Gran Depresión. "Se rumoreaba que en
Washington querían a alguien preparado contra un posible
escenario de deflación, algo inédito en EEUU en los
últimos 70 años", recuerda Comajuncosa.

Aunque ya no vista camisas y pantalones vaqueros, Bernanke
conserva su deje académico. No sólo en sus
característicos ojos entornados y en su mirada relajada,
propia de quien vive en el mundo de las ideas. También
resulta palpable en su capacidad de hacer inteligible lo que a
duras penas lo es. Según declaró a 60 Minutes, de
todas las medidas que ha llevado a cabo como responsable de la
Fed, la que más le angustia, y una de las que más
se le han criticado, es el rescate de AIG, que le ha costado
165.000 millones de dólares a las arcas públicas.
¿Por qué lo hizo, entonces? Por la misma
razón, dice, que si tu vecino incendia su casa al quedarse
dormido con un cigarro encendido le ayudarás a apagar el
fuego aunque sea su problema, sobre todo si el pueblo entero es
de madera.

Esperemos, pues, que su optimismo sea justificado y no haya
que llamar más a los bomberos.

Estrategia de
imprimir dinero para salir de la crisis – El mercado de deuda
pública especula con la posibilidad de que el BCE emule a
la Fed (Expansión – 20/3/09)

(Por D.Badía)

El Banco de Suiza, el de Inglaterra, la
Reserva Federal y, muy probablemente, el de Canadá. Todos
ellos ya han aplicado o anunciado planes de compras de activos
(herramientas denominadas como quantitative easing) para sacar a
la economía del profundo pozo en el que se encuentra.
¿Y el Banco Central Europeo (BCE)?

Después del plan que anunció la Fed el
miércoles, por el que comprará 300.000 millones de
dólares de deuda pública y ampliará el
volumen de
adquisición de deuda hipotecaria, los bonos europeos ya
empezaron a descontar ayer que el BCE se verá obligado a
utilizar vías parecidas. El anuncio de la Fed
provocó el mayor desplome de la rentabilidad de la deuda
de EEUU desde 1987, mientras que ayer la del bono alemán,
de referencia en Europa, sufría el mayor retroceso desde
1999, desde el 3,221% al 3,047%. La rentabilidad se comporta de
forma inversa al precio.

Por otro lado, provocó la fuerte revalorización
del euro frente a otras divisas. Ha subido más de un 8%
frente al dólar y un 5,5% frente al franco suizo, lo que
no ayuda con una economía tan debilitada. "Si la divisa
europea sigue así, las previsiones sobre el crecimiento
aún se deteriorarán más", indica Antonio
Villarroya, estratega en España de Merrill Lynch.

El experto considera que "el BCE no va a tener más
remedio que anunciar algún tipo de programa para comprar
deuda, probablemente en mayo, después de haber bajado los
tipos de interés en otros 50 puntos básicos en
abril". Jacques Cailloux, economista jefe de RBS, lo ve probable
en junio. "La presión para que el BCE actúe
más pronto que tarde no sólo vendrá por los
otros bancos centrales, sino también por el tipo de cambio
(divisa)", añade. Jürgen Michels, de Citi, cree que
"con los tipos de interés muy cerca de cero
empezará a comprar activos, quizás a mediados de
año, entre los que se incluirían la deuda
pública, pero también podría adquirir
pagarés, titulizaciones o bonos corporativos".

Por ahora, el BCE sigue con la barra libre de dinero. Ayer
anunció que dará toda la liquidez en dólares
que le pidan los bancos en las subastas hasta junio, a plazos de
7, 28 y 84 días.

– "Quantitative easing", también (Expansión –
20/3/09)

(Publicado por Financial Times)

La expansión monetaria cuantitativa (quantitative
easing) ha llegado pisando fuerte. Japón,
Reino Unido y Suiza la están aplicando. Ahora, EEUU
está siguiendo el ejemplo, y se espera que Canadá y
Suecia sean los siguientes. Sin embargo, existen diferencias
importantes entre la política monetaria de EEUU y las del
resto. La expansión monetaria cuantitativa (EMC) no es
similar en todos los casos.

Aparentemente, todos los bancos centrales que usan la EMC se
centran en la cantidad de dinero en el sistema -de ahí el
término "expansión monetaria cuantitativa"-. Sin
embargo, lo que parecen querer conseguir, en realidad, es
influenciar otras variables
clave, como la rentabilidad de los bonos y, en algunos casos, el
tipo de cambio. Ambos caen de forma pronunciada cuando se anuncia
la EMC.

Se espera que la compra de bonos gubernamentales y
corporativos con dinero creado específicamente para ese
propósito reduzca los costes de los créditos. Por
otra parte, un tipo de cambio más bajo puede ayudar al
conjunto de la economía, ya que mejora la competitividad
de las empresas exportadoras en un momento en el que la demanda
cae en todo el mundo. También puede ayudar a relajar la
política monetaria en general, motivo que expuso el banco
central suizo cuando inició la EMC.

Por el momento, el Banco Central Europeo ha renunciado a estas
políticas y se ha centrado en su lugar en incentivar los
créditos bancarios. Esto se debe por una parte a que el
crédito bancario desempeña un papel más
importante en la eurozona, y por otra a que el BCE carece de un
Tesoro central que pudiera reponer los fondos de las
pérdidas generadas por la compra de bonos. Lo que ninguno
de estos bancos centrales ha hecho, sin embargo, es escoger
qué sectores deberían sobrevivir o perecer. Esa
labor se ha dejado en manos del mercado.

La Reserva Federal de EEUU ha actuado de forma ligeramente
distinta. Ha intentado centrarse con minuciosidad en el precio y
la distribución de los créditos, algo
que se ha hecho mediante esquemas como el programa de emisiones
de renta fija privada a corto plazo -o programa TALF- concebido
para estimular los créditos al consumo y
aumentar la liquidez corporativa.

Ahora, al anunciar que adquirirá valores garantizados
por hipotecas por un valor de hasta
1,25 billones de dólares (923.000 millones de euros) junto
a otros 300.000 millones de dólares en títulos del
Tesoro, también ha situado a los créditos
hipotecarios en el centro de mira. Otros bancos centrales no han
llegado tan lejos. Algunos consideran estos movimientos como un
indicio de la capacidad de innovación de la Fed. Otros opinan que se
ha quedado sin cartas altas que
jugar y ha decidido "apostarlo todo".

(The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved)

– EEUU anuncia que su déficit en 2009 subirá a
1,7 billones (Intereconomia – 21/3/09)

La Oficina de
Presupuesto del
Congreso de EEUU calculó hoy que el déficit en el
presupuesto del período fiscal 2009 en
curso alcanzará a 1,7 billones de dólares y el
desempleo subirá al 9,4 por ciento a fin de este
año.

En enero, la oficina conocida por su sigla en inglés
CBO, había calculado en 1,18 billones de dólares el
déficit en el ejercicio que concluye el 30 de
septiembre.

– ¿Han agotado los Bancos Centrales su munición?
(El Confidencial – 21/3/09)

(Por S. McCoy)

Poco a poco la crisis nos va familiarizando con
términos que nos eran completamente desconocidos hace tan
sólo unos meses. Conceptos como subprime, o el NINJA (no
income, no jobs, no assets) se han convertido en parte de nuestro
vocabulario, anglicismos de traducción más enrevesada que el
original y que hemos decidido adoptar en su idioma primigenio.
Una coyuntura tan extraordinaria como la actual está
constantemente generando variantes semánticas, nueva
terminología que ha venido para quedarse una temporada.
Esta semana se ha puesto de moda una
denominación adicional: quantitative easing, el
último y desesperado intento de los bancos centrales por
tratar de activar el flujo de dinero en la economía.

Para la mayoría de los analistas tanto
económicos como financieros, el quantitative easing hace
referencia a una actuación de carácter excepcional
por parte de los guardianes de la ortodoxia en virtud de la cual,
y toda vez que se han agotado los mecanismos tradicionales de
política monetaria como las rebajas de tipos de
interés o la relajación del coeficiente de liquidez
exigido a las entidades privadas, intervienen directamente en el
mercado mediante la compra de unos valores negociados
determinados con el fin de aumentar la oferta monetaria en
circulación, abaratar los costes de financiación,
procurar una reactivación del crédito y evitar la
deflación. Para algunos autores, como Willem Buiter, no es
exactamente así: es verdad que la expansión del
balance de los bancos de bancos entraría dentro de la
categoría del quantitative easing pero no es menos cierto
que, según el perfil de los activos a adquirir, se
podría modificar la composición de dicho balance,
en cuyo caso entraríamos en lo que él denomina
qualitative easing.

Los Bancos Centrales continúan quemando cartuchos.

Más allá de esa disquisición
teórica, que a día de hoy y a los efectos que nos
ocupan resulta irrelevante, lo cierto es que tanto el Banco de
Inglaterra como la Reserva Federal han decidido tirar por la
calle de en medio y seguir quemando unos cartuchos que, al menos
desde un punto de vista formal y en la medida en que sus
respectivos Tesoros les permitan seguir engordando sus activos,
pueden prender indefinidamente. The sky is the limit, a costa eso
sí de depreciar el valor del dinero en circulación
-que es fiduciario, esto es: basado en la confianza en que el
emisor atenderá su pago- y sembrar dudas sobre el
advenimiento futuro de una inflación disparada como
consecuencia de la superabundancia de liquidez. Prueba de ello es
la reacción inmediata de los distintos mercados al
anuncio de medidas de este corte: caída de la rentabilidad
de los bonos (a más precio, menos retorno); subida
fulgurante de las materias primas (anticipando el aumento de los
precios); debilidad de la moneda afectada (por incertidumbre
sobre su valor que se refleja igualmente en el rebote del
oro).

Si Estados Unidos ha comprometido el equivalente al 80% del
Producto
Interior Bruto español en recomprar deuda soberana a dos y
diez años (300.000 millones de dólares en seis
meses), hacerse con más activos hipotecarios (750.000 a
añadir a los 500.000 ya comprometidos) y liberar una parte
adicional de los compromisos de pago de Fannie Mae y Freddie Mac
(100.000 millones para un total de 200.000), pese a que el dinero en
manos del sistema en aquél país viene creciendo a
un ritmo del 15% interanual desde septiembre sin resultados
visibles sobre su economía, y el Banco de Japón ha
decidido ampliar sus compras mensuales de deuda de 11.000 a
14.000 millones de euros mensuales en medio de la mayor
contracción de PIB de su historia moderna, superior
al 12%, Reino Unido ha ido más allá al
señalar que adquirirá uno de cada cinco activos
públicos de renta fija en los próximos tres meses
en un importe que, más allá de los beneficios que
del ahorro en el
pago de intereses puede suponer, implica comprometer dos veces el
volumen monetario actualmente en circulación. Como
señalaba recientemente Edward Chancellor en el FT,
cualquier intento futuro de reducir de forma ordenada una burbuja
de tal dimensión parece a primera vista imposible, tanto
si las circunstancias presentes se mantienen como si finalmente
el pim pam pum de medidas administrativas logra cambiar las
tornas.

Un nuevo error en la política monetaria.

Todavía si sirviera para algo, un esfuerzo de este
calibre estaría justificado ante la gravedad de la
situación actual. Pero servidor se une a
las voces de los
que piensan que se trata de una iniciativa precipitada que el
tiempo probará, de nuevo, inefectiva. Básicamente
porque vuelve a perder el foco de donde realmente se encuentra el
meollo de la crisis actual que es, precisamente, en la
sobreabundancia de crédito consecuencia, entre otros
factores, de la laxa política monetaria llevada a cabo por
los propios guardianes a principios de este siglo. Una
montaña de deudas que hay que repagar y sobre las que se
cierne la siniestra sombra de la morosidad. Si esta falta de
perspectiva unimos la incertidumbre sobre el valor real de su
riqueza y la estabilidad laboral que tiene el ciudadano medio,
sus dudas sobre la viabilidad del sistema y los anormales, por
bajos, niveles de ahorro acumulado en las economías
desarrolladas a lo largo de los últimos ejercicios la
trampa de liquidez está servida. So sorry. El dinero
abunda pero no circula lo que, a su vez, incide en el impacto de
los ambiciosos planes de política
fiscal, al reducir notablemente el valor del multiplicador de
la inversión pública sobre la iniciativa privada.
El círculo vicioso se cierra con el temor popular a tener
que pagar mañana vía impuestos los dispendios
estatales del hoy, lo que puede incidir aún más en
la voluntad de acaparar dinero de particulares y empresas y en su
falta de respuesta al quantitative easing.

Dos consideraciones finales. Una, en un entorno como el
descrito, la amenaza inflacionaria pierde automáticamente
fuelle toda vez que no hay visos inmediatos de
reactivación del consumo y de la actividad crediticia.
Pero es que, aunque así fuera, para que el aumento de
demanda se concretara en subidas generalizadas del coste de la
vida se requeriría de una oferta productiva ajustada, con
limitada capacidad excedentaria. Y tal y como se puede constatar
en esta interesante pieza del WSJ, Fed feels pressure from excess
capacity in US economy, se trata de una posibilidad muy alejada
actualmente de la realidad; algo que tardará años
en corregirse. Y dos, las necesidades de financiación de
la economía norteamericana, unos 150.000 millones de
dólares al mes, cuyo atractivo para terceros
foráneos es menor conforme avanza la crisis según
Naked Capitalism, hacen que cualquier intento presente de
disminuir los costes de financiación, especialmente
hipotecarios, sean pan para hoy y hambre para mañana. La
respuesta del mercado al exceso de oferta vendrá
necesariamente vinculada a retornos de la deuda más altos.
Por tanto, de la secuencia que caracteriza el quantitative easing
sólo nos queda el primer estadio: el incremento de la
oferta monetaria. Desde luego, el que no se consuela es porque no
quiere.

Si aceptamos como válida la comparativa con la Gran
Depresión del 29, por lo que a la quiebra del
sistema financiero se refiere, podemos concluir con James K.
Galbraith, hijo del gran estudioso de aquel periodo John K.
Galbraith, que en una situación como la actual, y ante la
escasez de recursos administrados, el valor de los errores
derivados de las iniciativas gubernamentales es sustancialmente
superior al efecto inmediato de sus aciertos, la osadía en
el tratamiento de las cuestiones no es incompatible con la
prudencia a la hora de medir sus efectos y las situaciones
críticas de largo plazo no pueden ser abordadas desde la
perentoriedad de las prisas a corto. Un artículo
sensacional publicado en el Washington Monthly cuya lectura les
recomiendo. Desgraciadamente el juicio sobre el quantitative
easing no parece superar los tres elementos de juicio que
acabamos de pronunciar. O si no, pregúntense conmigo: si
esto no funciona, ¿qué queda para después?
Sólo el vacío. El BCE se encuentra a tiempo de
evitar caer, pese a las presiones, en el mismo error…

– La participación del sector privado es clave para el
éxito del plan financiero en EEUU (The Wall Street Journal
23/3/09)

(Por Deborah Solomon)

El plan del secretario del Tesoro, Timothy Geithner, para
librar al sistema financiero de los activos tóxicos,
depende de la participación de los inversionistas
privados, quienes podrían obtener ganancias con la ayuda
de los fondos del gobierno.

El plan tripartito de Geithner, que será anunciado hoy,
contempla la creación de una serie de fondos de
inversión público-privados que absorberán
entre US$500.000 millones y US$1 billón (millón de
millones) en préstamos incobrables y otros activos en
problemas que
están en la raíz de la crisis financiera. Para
estimular la participación de los inversionistas privados,
el gobierno ofrecerá subsidios lucrativos y asumirá
gran parte del riesgo.

El programa del gobierno, que ha sido esperado con ansias por
los inversionistas, contempla la creación de una entidad,
respaldada por la Corporación Federal de Seguro de
Depósitos (FDIC), para comprar activos y mantenerlos por
un largo período de tiempo.

Además, el Departamento del Tesoro pretende extender un
plan de la Reserva Federal para incluir activos más
antiguos conocidos como de "legado". El programa, conocido como
Línea de Crédito para Préstamos Respaldados
por Activos a Plazo (TALF, por sus siglas en inglés), fue
ideado para comprar valores recientemente emitidos que respalden
todo tipo de préstamos para consumidores y pequeñas
empresas. Sin embargo, algunos de los activos más
tóxicos son valores creados en 2005 y 2006, que el TALF
ahora podrá absorber.

En tercer lugar, el gobierno implementará los planes
que había esbozado Geithner en febrero, para establecer
fondos de inversión público-privados, para comprar
valores respaldados por hipotecas y otros activos. Los fondos
serán administrados por gestores de inversión
privados, pero serán financiados con una
combinación de dinero privado y capital del gobierno, los
cuales compartirán cualquier ganancia o
pérdida.

Geithner manifestó en una entrevista que la
única forma de resolver la crisis financiera es colaborar
con el sector privado. "Nuestra opinión es que la mejor
manera de superar esto es trabajar con los mercados",
señaló. "No queremos que el gobierno asuma todo el
riesgo. Queremos que el sector privado trabaje con nosotros".

El objetivo del programa es normalizar mercados que han
quedado paralizados. Uno de los mayores problemas es que muchos
de estos activos ya no se transan, lo que hace muy difícil
valorarlos. Los bancos no están dispuestos a vender a
precios muy bajos y los inversionistas no quieren asumir el
riesgo.

El Departamento del Tesoro espera que el ingreso de
inversionistas privados ayude a crear precios de mercado.
Intentos previos para que el gobierno establezca los precios
fracasaron porque un precio muy alto perjudicaría a los
contribuyentes y uno muy bajo afectaría a los bancos. Los
inversionistas privados, en cambio, podrían fijar un
precio de mercado porque es poco probable que paguen demasiado o
que los bancos vendan muy por debajo del precio.

Aún no se han calculado cifras exactas, pero se estima
que el gobierno aportará unos US$ 50.000 millones a los
fondos público-privados, menos de los US$ 100.000 millones
a US$ 200.000 millones contemplados en un inicio, dado el
agotamiento de los fondos del rescate. También se
prevé que el Tesoro haga una inversión adicional en
el TALF. Según una fuente al tanto, la FDIC podría
garantizar US$ 500.000 millones en inversiones en
cartera incobrable.

Para fortalecer el financiamiento gubernamental, el Tesoro
está contando con que la Fed y la FDIC respaldarán
estos programas. La Fed, por ejemplo, provee financiamiento de
bajo costo a
inversionistas que compran préstamos respaldados por
crédito al consumidor.

El éxito de estos programas dependerá en parte
de cómo los inversionistas de Wall Street reaccionen esta
semana al furor causado por los pagos a ejecutivos de la
aseguradora American International Group (AIG). El Congreso
está tomando medidas para controlar a las instituciones
que están recibiendo ayuda financiera gravando
sustancialmente las bonificaciones.

Algunos bancos ya están expresando su molestia con las
medidas del Congreso. En una carta a sus
empleados el viernes, el presidente ejecutivo de Bank of America,
Kenneth Lewis, dijo que las propuestas para restringir
severamente el otorgamiento de primas "tiene el potencial de
socavar la habilidad del gobierno para lograr una
recuperación financiera".

El gobierno opina que las empresas que participen en el
programa no deben estar sujetas a las restricciones del Congreso
a la remuneración de los ejecutivos.

– La economía de EEUU y la Fed (Cinco Días –
23/3/09)

(Por Martin Hutchinson)

La Reserva Federal de EEUU está aumentando su balance
con otro billón de dólares, incluyendo 300.000
millones en bonos del Tesoro, según dijo el pasado
miércoles el Comité de Mercados Abiertos (FOMC). El
ritmo del declive económico de EEUU parece estar
ralentizándose, mientras que la deflación ya no es
visible. La política de la Fed es ahora de alto riesgo, y
una renacida inflación podría aparecer antes de lo
previsto.

El FOMC dijo que espera que la inflación permanezca
apagada, con un poco de riesgo de que puedan "persistir un tiempo
por debajo índices que estimulen el crecimiento de la
economía". La Fed no prevé la deflación,
cosa que no sorprende porque el índice general de precios
al consumo de febrero subió un 0,4%, equivalente a un 4,8%
anual, mientras que también lo hizo el IPC subyacente en
un 0,2%. La media del IPC de Cleveland fue un 2,8% más
alta que el año pasado.

La experiencia de los años setenta tanto en EEUU como
en Gran Bretaña demuestra que la teoría de la Fed
(la inflación no coexistirá con una economía
parada) es errónea. Por tanto, una política
monetaria o fiscal sobreinflacionaria podría producir la
rápida aceleración de la inflación incluso
mientras persista la recesión.

La compra propuesta por la Fed de 300.000 millones en bonos
del Tesoro a largo plazo, combinada con los déficits
presupuestarios récord de la
Administración Obama, es particularmente arriesgada.
Acarrear grandes déficits presupuestarios y convertirlos
en efectivo a través de la compra de deuda por parte del
banco central es una política altamente inflacionaria que
ha puesto en problemas a muchos mercados emergentes.

El aumento de la masa monetaria ha sido de más del 15%
anual desde el pasado mes de septiembre. Es muy probable que la
ampliación en un billón de dólares del
balance de la Fed acelere esto. Puede que el efecto no sea obvio
a corto plazo, pero es inevitable que en algún momento
vuelva la inflación.

La Fed necesitará entonces dar marcha atrás a
sus políticas con la velocidad de
un piloto de competición. Lo más probable es que no
consiga hacerlo hasta que reine la inflación.

– La Fed inicia hoy la compra de bonos del Tesoro
(Intereconomia – 25/3/09)

La institución presidida por Bernanke planea invertir
hasta 300.000 millones de dólares en la compra de deuda
pública

La Reserva Federal de Nueva York comenzará hoy a
comprar bonos del Tesoro a largo plazo con vencimiento
entre 2016 y 2019 en el marco del plan anunciado el pasado
miércoles por la institución presidida por Ben S.
Bernanke, que planea invertir hasta 300.000 millones de
dólares (223.000 millones de euros) en la compra de deuda
pública.

Asimismo, el calendario de operaciones publicado por la Fed de
Nueva York contempla la adquisición de bonos del Tesoro
con vencimiento entre dos y tres años, mientras que la
semana que viene realizará adquisiciones de deuda con
vencimientos que oscilan entre tres y treinta años.

No obstante, el banco central de Nueva York no preciso la
cantidad de bonos que adquirirá en cada
operación.

– El Banco de Inglaterra alerta: Brown no puede aprobar nuevos
estímulos (Libertad
Digital – 25/3/09)

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, carga
contra el primer ministro británico, Gordon Brown. El
país se enfrenta a "déficits fiscales muy grandes
durante los dos o tres próximos años". Brown no
puede permitirse un segundo plan de estímulo
económico.

(Libertad Digital) Justo cuando el Primer Ministro se
encuentra en el extranjero tratando de convencer a los
países del G20 de que deben invertir masivamente dinero
público para estimular sus economías, King le pide
a Brown moderación.

El gobernador del banco emisor lanzó este martes, en
víspera de la cumbre del G20, una clara advertencia al
líder
laborista: Gran Bretaña no puede permitirse una nueva
expansión fiscal. "No hay ninguna duda de que nos
enfrentamos a déficit fiscales muy grandes durante los dos
o tres próximos años", dijo King, quien
agregó que el país no puede permitirse un segundo
plan de estímulo económico.

La advertencia pilló a Brown al comienzo de una gira
por varios países, que incluye a EEUU, Brasil y Chile,
para coordinar con otros líderes las medidas que quiere
que formen parte de la agenda de la próxima reunión
londinense de ese grupo de
países ricos y emergentes. El número 10 de Downing
Street y el ministerio de Finanzas se
apresuraron a desmentir que haya diferencias entre ambos, pero el
titular de ese departamento, Alistair Darling, se muestra
más reacio que Brown a perseguir más
políticas expansionistas, y King parece darle
razón.

Normalmente los gobernadores del Banco de Inglaterra no suelen
hacer comentarios anticipados sobre los presupuestos
de igual manera que el Gobierno no comenta anticipadamente las
decisiones de ese instituto sobre los tipos de interés. Se
trata pues de una intervención poco usual la de King, a
quien por cierto recibió el mismo día la Reina de
Inglaterra para una entrevista sin precedentes con un gobernador
del banco emisor, informa Efe.

Una intervención sin duda motivada por el abandono por
parte del Gobierno de las propias reglas fiscales que
ponían límites al
endeudamiento público. La fuerte recesión
económica produjo una drástica caída de los
ingresos fiscales y el primer ministro consideró que no le
quedaba más remedio que dar al traste con una
política de prudencia fiscal de la que había
presumido durante los años de vacas gordas.

Gran Bretaña se enfrenta a una degradación
crediticia

El portavoz para Asuntos Económicos de la
oposición conservadora, George Osborne, se hizo
inmediatamente eco del aviso de King al Gobierno, se
apresuró a señalar que Brown se había
quedado "aislado tanto dentro como fuera del país" y
recordó las reiteradas advertencias de los "tories" contra
un excesivo endeudamiento. Como comenta este miércoles el
diario Financial Times, la advertencia pública de Brown va
a limitar sin duda el margen de maniobra de Brown ante la cumbre
del G20 en la que ha querido oficiar de anfitrión.

A las advertencias internas se suman además las
externas, y así la propia Comisión Europea dio ayer
de plazo a Londres hasta el año fiscal 2013-14 para poner
volver a situar el déficit presupuestario por debajo del 3
por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), algo materialmente
imposible si Brown no aumenta los impuestos o restringe
fuertemente el gasto
público.

El Fondo Monetario
Internacional (FMI) se muestra
especialmente pesimista y predice un déficit nada menos
que del 11 por ciento del PIB en 2010. Hay quienes temen incluso
que las masivas cantidades de dinero público invertidas en
los rescates bancarios junto a otras medidas económicas
adoptadas para limitar el efecto negativo de la crisis lleven a
las agencias de calificación de riesgo a rebajar el nivel
crediticio del país y le obliguen además a
solicitar la ayuda del FMI, tal y como avanzó LD.

Pese a ese evidente peligro y con la perspectiva de unas
elecciones generales, el próximo año, que todos
dicen que puede perder, Brown parece dispuesto a gastar lo que
haga falta para estimular la economía e impedir que crezca
el desempleo, que supera ya los dos millones.

– Lucha por la independencia
(Cinco Días – 25/3/09)

(Por Hugo Dixon – Breaking Views)

Mervyn King ha disparado lo que podría ser la primera
salva de una guerra
más amplia. La advertencia del gobernador del Banco de
Inglaterra de que el Gobierno no puede permitirse otro gran
estímulo fiscal debe ser visto como un intento de eludir
no menos de tres crisis que podrían ser inminentes: una
crisis fiscal, un conflicto
constitucional y una crisis inflacionista.

La crisis presupuestaria es la más obvia. El
déficit fiscal de Reino Unido se elevará en el
próximo año fiscal al 11% del PIB, según la
última previsión del FMI. Afortunadamente, la deuda
pública de Reino Unido no es muy alta. Probablemente pueda
soportar un déficit anual de este tamaño durante un
año o dos. Pero si se mantienen esos déficits
durante algunos más -por no decir si se hacen más
grandes- existe el riesgo de que los mercados
financieros pierdan la fe en la economía
británica. Los inversores internacionales no sólo
podrían hacer que la libra bajara más,
también podrían rechazar comprar bonos del
Estado.

Una crisis fiscal semejante tiene que ser una de las
pesadillas de King, no sólo porque podría ser malo
para el país sino porque podría ser el detonante de
la segunda crisis: un conflicto constitucional. El Banco de
Inglaterra se acaba de embarcar en su política de
política cuantitativa, bajo la que está imprimiendo
dinero para comprar bonos del Estado con el fin de estimular la
economía. La política es bastante arriesgada tal y
como están las cosas: el Banco de Inglaterra podría
quedarse como el único comprador de dichos bonos. King
podría entonces tener una incómoda elección:
imprimir aún más dinero para entregárselo al
primer ministro, Gordon Brown, una política que
podría conducir a una rebaja total de la divisa; o
rechazar el rescate del Gobierno.

Incluso si estos escenarios no se materializan, King
tendrá una tercera preocupación.
¿Estará libre el Banco de Inglaterra para dominar
la inflación cuando vuelvan los buenos tiempos? Tras una
severa recesión, debería haber presión
política para mantener una política monetaria
holgada por más tiempo del aconsejable. El comité
de política monetaria del Banco de Inglaterra es
teóricamente independiente del Gobierno. Pero
además, a King le beneficia no mostrarse demasiado
complaciente ahora con los políticos.

La intervención de King es un inconveniente para Brown
cuando éste se prepara para la cumbre del G-20 de la
próxima semana, en la que se discutirá la necesidad
de estímulos fiscales globales coordinados. Pero el primer
ministro debe tomarse en serio las advertencias de King. Cuando
el Gobierno presente su presupuesto el próximo mes
necesitará abstenerse de otro gran estímulo a corto
plazo y, sobre todo, mostrar que tiene un plan creíble a
medio plazo para equilibrar las finanzas del país.

– La presidencia checa de la UE arremete contra los planes
económicos de Estados Unidos (El País –
25/3/09)

El primer ministro, Mirek Topolanek, asegura que Obama lleva
la economía "camino del infierno"

(Por Ricardo M. de Rituerto / Bruselas)

La presidencia checa de la Unión, encarnada en el
dimisionario Mirek Topolanek, violó este miércoles
toda consideración diplomática y plantó
inesperadamente cara a la estrategia de Barak Obama contra la
crisis. Topolanek ha asegurado ante el Parlamento Europeo que el
complejo paquete de medidas concebido por Washington es "el
camino al infierno". Aunque en checo la expresión tiene
menos carga de la que adquiere en otras leguas, incluido el
inglés de Obama, Topolanek ha dejado bien claro lo que
piensa: "El mayor éxito de la UE es la negativa de ir por
esa vía".

En su comparecencia ante la Eurocámara para comentar
los resultados del Consejo Europeo de la pasada semana, que
discutió la estrategia a seguir ante la crisis y con
qué voz acudir a la reunión del G-20 de Londres,
Topolanek ha celebrado que la UE hubiera decidido no seguir el
camino que ha tomado Obama. "Los americanos necesitarán
liquidez para financiar todas sus medidas y las
financiarán con la venta de bonos.
Ello socavará la estabilidad de los mercados financieros
internacionales", ha pronosticado. "Estados Unidos repite los
mismos errores de los años treinta, como las tendencias
proteccionistas, la campaña favor del compre productos
americanos, etcétera. Todos esos pasos, su
combinación y, peor aún, las iniciativas dirigidas
a ponerlos en marcha son el camino al infierno", ha asegurado en
traducción literal de sus palabras. En el discurso se le
calentó la boca. En sus notas figuraba una
expresión que se ajusta más a "camino al
desastre".

Hasta ahora había habido resistencias a
seguir las indicaciones de Washington, pero sin emplear un
lenguaje tan
nítido. Topolanek, un liberal de la vieja escuela en lo
económico, recela del intervencionismo
socialdemócrata de Obama y de sus afines europeos, como el
británico Gordon Brown, y el choque se escenificó
en la sede parlamentaria. Al alemán Martin Shultz,
líder de los socialistas en la Eurocámara que tanto
confían en Obama, le impactó que se atacara la
magia del presidente americano, que se le atribuyera un error
histórico y la intención de entrar en un amenazante
para todos "camino al infierno".

Tras señalar que eso era lo contrario de lo que
había manifestado Brown el día anterior desde la
misma tribuna, Shultz ha descalificado a Topolanek: "Usted no
representa en eso al Consejo, se representa a sí mismo".
El choque casi llegó a mayores, evitadas porque Topolanek
ha dicho que no iba a caer en provocaciones verbales, como cayera
hace unos años Silvio Berlusconi ante el mismo Shultz.

Crisis institucional en República Checa

El choque ideológico izquierda-derecha se produce en
medio de la incomodidad institucional creada por una presidencia
checa de por sí complicada con el euroescepticismo de
Vaclav Klaus y aún más devaluada por la derrota
parlamentaria de Topolanek. Hay muchas cosas en juego, la
más inminente, la ratificación en Praga del Tratado
de Lisboa, pendiente de su aprobación por el Senado en
Praga.

El presidente de la Comisión Europea, José
Manuel Durao Barroso, tuvo que ponerse de rodillas ante un
Topolanek que había hecho saber hace días que si
él caía su partido bloquearía la
ratificación. "Pedimos a todos los dirigentes
políticos checos que no tomen como rehén al Tratado
de Lisboa", ha implorado Barroso. "Espero que no se utilice la
política interna para poner en tela de juicio el
tratado".

En República Checa, izquierda y derecha han elegido el
Tratado de Lisboa y el escudo antimisiles acordado por Topolanek
con George W. Bush como campos de batalla en los que no hacer
prisioneros. A la negativa de la izquierda a aceptar el acuerdo
sobre misiles -que Obama tampoco termina de ver claro, en contra
de los deseos de Topolanek- responde la derecha negándose
a aceptar Lisboa.

El tratado, precisamente, acaba con las presidencias
semestrales y rotatorias de la UE y establece una fija, que
encarnaría una personalidad
de calado que se convertiría en la cara de la UE ante el
mundo. Nicolas Sarkozy, que demostró en el anterior
semestre de lo que puede ser capaz un presidente con lo que hay
que tener, insistió en la urgente necesidad de aprobar
Lisboa para ordenar las cosas en la UE.

De momento, la UE está sumida en el esperpento:
exabruptos verbales como los de Topolanek y un presidente de
turno al que no quieren ni en su país que representa a los
Veintisiete en la cumbre del G-20 y que hará de
anfitrión del Obama-camino-del-infierno en la cumbre de la
Unión con Estados Unidos del 5 de abril en Praga.

– ¿Acabará el Congreso con el plan de rescate?
(El Economista – 26/3/09)

(Por Ainhoa Giménez, Bolságora)

Parece que en los últimos días el deporte internacional (vivimos en
un mundo global) ha sido poner a caldo el nuevo plan de rescate
bancario de EEUU. Premios Nobel, analista, políticos,
comentaristas, etc. han llegado a decir que es una tomadura de
pelo o que supone tirar miles de millones más a la
basura; como
mínimo, que aunque la idea es buena, no va a
funcionar.

Y eso que se trata del plan más serio y con mejor pinta
de los presentados hasta ahora; al menos, el único que
ofrece una solución que puede ser definitiva. Si funciona,
claro.

Pero a esta avalancha de críticas hay que sumar un
peligro más importante que puede hacer que el plan ni
siquiera vea la luz: que lo rechace el Congreso de EEUU.
Recuerden que el anterior secretario del Tesoro, Paulson, tuvo
que pasar la pena negra para que le aprobasen el suyo, el famoso
TARP.

¿Por qué iba a rechazar ahora el Congreso el
plan? Como argumentos, tiene las principales críticas
vertidas sobre el mismo: que los activos tóxicos no lo son
por la iliquidez del mercado o la irracionalidad de los
inversores, sino por la morosidad de los créditos
subyacentes; que la solución a los problemas creados por
el exceso de apalancamiento no se resuelven con más
apalancamiento; o que no establece a qué precio deben
comprarse esos activos a los bancos.

Pero el verdadero escollo es que el plan basa su éxito
en alinear los intereses del sector privado y el público,
y eso es algo casi imposible por definición. Los poderes
públicos quieren solucionar el problema sin quedarse
atrapados en los restos humeantes del naufragio de bancos enormes
y enormemente complicados. Eso requiere comprar los activos de
las firmas con problemas rápidamente y al precio
más alto posible.

Por el contrario, los inversores privados quieren ganar
dinero. Y la mejor forma de conseguirlo es retrasar las compras
para hacer bajar los precios, y hacer que el Gobierno cargue con
la mayor parte de las pérdidas posible. La zanahoria que
ofrece Obama a los inversores es la posibilidad de grandes
beneficios gracias a las garantías gubernamentales y a una
aportación igualitaria de capital entre el sector
público y el privado. El problema es que el Congreso
ha demonizado al sector bancario y ha aprobado la
expropiación a posteriori de sus bonus.

Para que el plan funcione, el Gobierno tiene que crear grandes
expectativas de ganancia y buscar en los lugares donde
todavía hay dinero disponible, como los fondos soberanos.
Si tiene éxito, es posible que el Congreso llame a
declarar a los que se beneficien de esta operativa e incluso que
trate de quedarse con una parte.

Si no atrae inversores, fustigará a los bancos

Y si la zanahoria no funciona, tendrá que usar el palo:
recuerden que 19 de los mayores bancos han sido sometidos a
pruebas de
estrés
para comprobar su situación de capital. Vincent Reinhart
opina en el Wall Street Journal que el objetivo de estas pruebas
no es el declarado, sino servir de excusa a los reguladores para
que el regulador imponga al sector nuevas inyecciones de capital,
fusiones
forzosas y otras soluciones
para sanear sus balances. Lógicamente, esta amenaza hace
que a los banqueros les interese mucho atraer capital privado
para que compre sus activos, y eso significa que bajarán
los precios lo que sea necesario.

Sea como fuere, el ciudadano americano no parece dispuesto a
aceptar que su Gobierno tenga que asumir grandes pérdidas
para relanzar los mercados financieros. Y mucho menos aceptar que
los hedge funds, los vehículos más demonizados al
ser considerados culpables del desplome de los mercados (aparte
de ser caldo de cultivo para fraudes como el de Madoff), van a
ganar mucho dinero con este plan porque el Gobierno necesita
atraer su dinero si quiere salvar a la banca. Atentos al paso del
plan por el Congreso, porque puede morir allí.

– Reino Unido fracasa en su emisión de bonos a 40
años: no hubo demanda suficiente (El Economista –
26/3/09)

(Por Pedro Calvo)

El mercado de deuda pública vivió ayer una
intensa sesión que contó con dos grandes
protagonistas, la Oficina de Gestión
de Deuda británica (DMO, en sus siglas en inglés) y
la Reserva Federal (Fed) estadounidense. La primera, que se
encarga de las emisiones en el Reino Unido, fue noticia porque
fracasó en su intento de emitir obligaciones a
40 años.

Este organismo se había propuesto lanzar 1.750 millones
de libras -unos 1.881 millones de euros-, pero no lo
consiguió porque… las peticiones totales de los
inversores no alcanzaron dicha cifra. La demanda no pasó
de 1.627,1 millones de libras, inferior al objetivo definido.

Así, y por primera vez desde 2002, la DMO
realizó una emisión fallida. Este revés
pasó factura a la
libra esterlina, que se depreció un 1,2% contra la moneda
única, hasta los 1,075 euros, y un 0,75% contra el billete
verde, hasta los 1,457 dólares.

Eso sí, Reino Unido no ha sido el primer país
que se ha enfrentado a problemas de este tipo en los mercados en
2009, ya que Alemania
tampoco consiguió culminar con éxito un lanzamiento
de obligaciones a 10 años en enero. De este modo, los
inversores volvieron a dejar claro que no están dispuestos
a comprar todos los bonos que tienen previsto emitir los Estados
este año.

En cuanto a la Fed, la institución presidida por Ben
Bernanke comenzó a cumplir ayer el programa de compras de
deuda pública que anunció el pasado 18 de marzo.
Ese día, el banco central norteamericano comunicó
que iba a adquirir deuda pública a largo plazo por valor
de 300.000 millones de dólares -alrededor de 220.000
millones de euros-. En concreto, la
delegación de la Fed en Nueva York, que será la que
se ocupe de las operaciones, empleó ayer 7.500 millones de
dólares para hacerse con títulos que vencían
entre 2016 y 2019. Este proceso, que se prolongará durante
seis meses, continuará mañana y los días 30
de marzo y 1 y 2 de abril.

También inició ayer su programa de compras el
Banco de Inglaterra, que adquirió bonos corporativos por
valor de 85,5 millones de libras -unos 91,9 millones de
euros-.

– El Tesoro de EEUU dice que le quedan US$ 134.500 millones en
el TARP (The Wall Street Journal – 29/3/09)

(Por Maya Jackson Randall)

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos calcula que le
quedan cerca de US$ 134.500 millones en su fondo de rescate
financiero, lo cual significa que casi un 81% del programa de US$
700.000 millones ha sido gastado.

En su cálculo,
el Tesoro estadounidense proyecta que recibirá cerca de
US$ 25.000 millones de los bancos que han participado en el
Programa de Alivio de Activos Problemáticos o TARP. En las
últimas semanas varios bancos han anunciado
públicamente planes de devolver los fondos que recibieron
del gobierno.

Incluyendo tales pagos, el Tesoro calcula que sus programas de
rescate ascienden a US$ 565.500 millones.

El cálculo, entregado a Dow Jones Newswires el
sábado por la noche, representa la primera
proyección oficial del Tesoro desde que el gobierno Obama
anunció una ola de nuevos programas multimillonarios para
ayudar a frenar las ejecuciones hipotecarias, descongelar los
mercados de crédito, revivir los préstamos a
consumidores y negocios e
impulsar a las automotrices del país.

A principios de la semana pasada, el Tesoro no quiso revelar
la cifra de fondos del TARP entregados. En vez de proveer un
número específico, el Secretario del Tesoro Timothy
Geithner sólo dijo que los recursos restantes eran
sustanciales.

Los cálculos de Dow Jones Newswires, los cuales
concuerdan con un cálculo de Goldman Sachs, entre otros,
mostraban que quedaban US$ 52.600 millones en el fondo de rescate
del gobierno, lo que significaba que un 92% del fondo ya
había sido comprometido.

¿Por qué hay una discrepancia entre ambas
cifras? hay algunas razones:

En primera instancia, las proyecciones del Tesoro no incluyen
US$ 250.000 millones para un programa lanzado el año
pasado para inyectar fondos a los bancos en todo el país.
En las proyecciones del Tesoro presentadas el sábado, el
departamento indica que la cifra de ese programa sólo
asciende a US$ 218.000 millones. Un funcionario del Tesoro dijo
el sábado que aunque el programa podría costar
hasta US$ 250.000 millones, la cifra suministrada es un
cálculo más exacto, dado que la fecha de
inscripción en el programa ya pasó.

En segunda instancia, el Tesoro proyecta que recibirá
US$ 25.000 millones en pagos de los bancos que han anunciado su
interés de devolver el dinero. E incluso US$ 25.000
millones es un cálculo altamente conservador, dijo el
funcionario del Tesoro.

Adicionalmente, el funcionario dijo que el Tesoro planea poner
US$ 95.000 millones, no US$ 100.000 millones en un programa clave
de préstamo conocido como Term Asset-Backed Securities
Loan Facility, o TALF.

Además, el plan de US$ 100.000 millones del Tesoro para
ayudar a reiniciar un mercado para los activos tóxicos de
los bancos sólo representa US$ 75.000 millones en dinero
nuevo. El funcionario dijo que los US$ 25.000 millones restantes
provendrán del programa TALF.

– Los Bancos Centrales imprimen billetes a toda máquina
para comprar deuda (Libertad Digital – 30/3/09)

Las maquinas de imprimir billetes echan humo. Los Bancos
Centrales de EEUU, Japón y Reino Unido comprarán
deuda pública y privada con el nuevo dinero creado de la
nada y ahora el BCE se suma a la medida. Además, el
organismo que preside Trichet avanza que los tipos pueden bajar
al 0%.

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Los Bancos Centrales están imprimiendo
nuevo dinero, creándolo de la nada.

LD (L. Ramírez / M. Llamas) La política
monetaria se ha convertido en la principal herramienta de los
Gobiernos de todo el mundo para intentar superar la crisis
financiera, pero las decisiones de los Bancos Centrales pueden
aumentar más los problemas.

Las decisiones de los organismos monetarios están
cortadas por el mismo patrón y el mensaje que se repite
como si fuera un mantra sagrado es que sólo se puede
estabilizar la economía hundiendo los tipos de
interés e imprimiendo billetes (nuevo dinero creado de la
nada) para adquirir deuda de los Estados y de las empresas.

En Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal (Fed),
Ben Bernanke, ha admitido sin contemplaciones que la Fed
"está imprimiendo dinero" para impulsar la
economía. Al otro lado del Atlántico, los tipos de
interés están situados en la horquilla del 0% al
0,25%.

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La Reserva Federal ha anunciado el incremento de sus programas
de compra de titulizaciones hipotecarias y un plan de hasta
300.000 millones de dólares para adquirir bonos del Tesoro
a largo plazo en los próximos seis meses, con el objetivo
de ayudar a mejorar las condiciones de los mercados privados de
crédito.

La principal preocupación de Bernanke es que EEUU sufra
una crisis similar a la de Japón, con una recesión
económica acompañada de bajadas sostenidas en los
precios (deflación), o como ocurrió en la
depresión norteamericana de los años 30.
Precisamente el presidente de la Fed conoce de cerca el caso
nipón, ya que lo ha estudiado con detalle en los
últimos años.

Para evitar esto, el presidente de la Fed defiende que
"empleará todas las herramientas a su
disposición".

En Asia, el Banco
Central de Japón mantiene los tipos de interés en
el 0,1% y ha elevado las compras de deuda pública (bonos)
un 29% este mes en un esfuerzo por "generar operaciones de
mercado sin problemas".

El Gobierno nipón defiende que el proceso "es un medio
eficaz de monetización de deuda pública", aunque
los responsables del organismo monetario evitan admitir que este
sea su principal objetivo. El gobernador del Banco Central,
Masaaki Shirakawa señala que su decisión de comprar
más bonos se basa en las necesidades del mercado y que no
tiene vinculación con los gastos que planea
el Gobierno para sacar a la economía de la recesión
y lo que se prevé sea una segunda ola de
deflación.

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Pero los analistas y los economistas no se creen esta
versión oficial. "La decisión del Banco de
Japón se puede interpretar como una monetización
efectiva de la deuda pública, aunque el Banco Central
nunca lo dirá porque es independiente del Gobierno", dijo
Junko Nishioka, economista de Royal Bank of Scotland.

Los planes de gasto del primer ministro Taro Aso
requerirían al Gobierno que aumente la montaña de
deuda pública, que ya excede el 150% del Producto Interno
Bruto (PIB).

Las compras de títulos públicos
domésticos por parte del organismo monetario
ayudarían a mantener bajos los costes de la
financiación, según defienden los defensores de
esta política monetaria.

En el Viejo Continente los hechos son muy similares. El Banco
de Inglaterra está imprimiendo billetes en un nuevo
intento por inyectar liquidez a la maltrecha economía
británica. Puesto que los numerosos recortes de los tipos
de interés no están dando los resultados esperados.
Ahora están en el 0,5%.

En vista de este fracaso, el Banco Central británico
dice que va a utilizar "otras medidas" de política
monetaria: los nuevos billetes serán empleados en la
compra de deuda pública, empresarial y bancaria.

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El presidente del organismo regulador Marving King espera que
aumentando la cantidad de dinero disponible en la economía
se logre expandir el crédito y reactivar así el
consumo, aunque no está claro que estos efectos se logren
gracias a estas medidas. De momento es más un deseo que
una realidad.

El BCE también se apunta a imprimir billetes

Y precisamente, el único organismo monetario que hasta
ahora estaba realizando una gestión de la crisis que se
podría calificar de moderada (sin bajadas grandes de los
tipos y limitando la compra de bonos) ha decidido pasar a la
acción
y seguir al resto de Bancos Centrales.

El BCE, que dirige Jean Claude Trichet estudia llevar a cabo
"acciones no
convencionales" para mejorar la liquidez "si los tipos de
interés llegan a cero". El dinero sería empleado en
la adquisición de pagarés y deuda respaldada por
activos. Así lo ha afirmado Nout Wellink, miembro del
consejo de gobierno de la institución.

"No se puede descartar, si existe un motivo para hacerlo, que
el BCE tome pasos en esa dirección. Sus estatutos de
asociación no están reñidos con esto",
afirmó este jueves en la presentación del informe
anual del banco central holandés.

Aún así, Wellink aclaró que aún no
se ha agotado el margen de maniobra en materia de tipos de
interés y que el BCE no ha entrado todavía en el
mercado de los pagarés financieros y los bonos respaldados
por activos porque es un mercado "considerablemente menos
importante" para Europa que para Estados Unidos. Pero ahora las
cosas son diferentes.

Aunque algunos directivos del BCE, incluido el presidente,
Jean-Claude Trichet, han afirmado que no hay lugar para recortar
el principal tipo de refinanciación, que actualmente
está en el 1,5%. Por ello, Trichet y otros miembros de la
entidad, que abogan por no recortar los tipos por debajo del 1%,
no descartan la adopción
de medidas "no convencionales".

Sin embargo, los economistas esperan que el BCE siga bajando
los tipos y se prevé que en la próxima
reunión lleve a cabo un recorte de 50 puntos
básicos.

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Respecto a la coyuntura económica actual en el
continente, Wellink se mostró cauto para no pronosticar un
final de la recesión. "Existe consenso sobre que la
economía se reactivará en algún momento de
2010 y no es surrealista", apuntó. Además,
recordó que "las crisis financieras previas han mostrado
que es casi imposible predecir cómo y cuándo
llegará la recuperación. Podría llevar entre
dos y tres años, lo que nos llevaría a 2011".

También se refirió al riesgo de que se produzca
una deflación global y la atribuyó a la
caída de los precios de las materias primas. En este
entorno, Wellink no descarta que se produzcan importantes
caídas en los precios al consumo en la zona euro. "Esto no
es un problema por sí solo mientras los consumidores no
empiecen a posponer continuamente sus adquisiciones, esperando a
caídas futuras de los precios", explicó.

Deuda empresarial de "alta calidad"

Hasta este jueves, el Banco de Inglaterra ha comprado hoy 124
millones de libras en bonos corporativos. Entre los elegidos se
encuentran los de la compañía española
Iberdrola. Otros bancos centrales se están planteando
comprar deuda de alta calidad para asegurar la liquidez en
empresas estratégicas. El Banco de Japón se
encuentra próximo a estas medidas, y el Banco Central
Europeo mantiene la puerta abierta a este tipo de acciones.

El Banco Central del Reino Unido ha comprado emisiones de
deuda de algunas de las mayores compañías que
operan en la economía británica, como British
Telecom, Centrica, General Electric, Vodafone o Scottish Power,
esta última perteneciente al Grupo Iberdrola. Así,
el organismo monetario toma participaciones en algunas de las
empresas estratégicas para el país.

Los activos comprados por el banco son de "alta calidad y
liquidez", según aseguran con lo podrá rentabilizar
estas inversiones. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn
King, aseguró ante el Parlamento británico que lo
que importa en esta operación no es la cantidad de deuda
que han adquirido sino el efecto de esta acción sobre los
diferenciales del crédito en estos mercados.

En cuanto a la rentabilidad de esta deuda, el diferencial que
presenta con respecto a la deuda pública en el Reino Unido
u otras economías desarrolladas es alto. En concreto, la
rentabilidad media que ofrecen los bonos corporativos es 283
puntos básicos mayor que las de los bonos del Tesoro
británico a 10 años. Por tanto, el organismo
podrá sacar provecho de estas medidas para reactivar la
economía.

Esta compra se inscribe dentro de un plan más amplio
para hacer frente a la crisis económica y financiera. El
Banco de Inglaterra gastará 75.000 millones de libras para
la recuperación del Reino Unido. En este sentido, el
organismo monetario británico ya ha comprado deuda privada
a tres meses por valor de 1.890 millones de libras y bonos del
Tesoro del Reino Unido por valor de 9.500 millones de libras.

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El Banco de España ha confirmado que no tiene
competencias para realizar estas compras de activos, y que la
responsabilidad de estas acciones recae en el
Banco Central Europeo. Sin embargo, el representante
español en el consejo del banco central, José
Manuel González Páramo, ha reiterado que las
previsiones de inflación del BCE permiten emprender todo
tipo de medidas para reactivar la economía, como bajar los
tipos "con gran agresividad".

– Los rescates del gobierno de EEUU suman US$ 2,98 billones,
según supervisor del programa (The Wall Street Journal –
31/3/09)

(Por Meena Thiruvengadam)

Un inspector general especial que supervisa los esfuerzos del
gobierno para rescatar a ciertas compañías dijo el
martes que el Estados Unidos hasta el momento ha destinado cerca
de US$ 2,98 billones (millones de millones) para la
estabilización de las compañías financieras
y el rescate de las automotrices locales.

La cifra refleja el gasto del Programa de Alivio de Activos en
Problemas (TARP) del Tesoro estadounidense, así como la
financiación para varios programas de la Reserva Federal y
Federal Deposit Insurance Corp., según datos que el
inspector especial Neil Barofsky planea presentar al
comité de finanzas del senado. Esto no incluye los costos
de los préstamos de capital de
trabajo para General Motors Corp. y Chrysler LLC o el nuevo
programa de garantía de autos del
gobierno anunciado el lunes.

Tal despliegue de fondos en tan corto plazo "inevitablemente
atraerá a aquellos que buscan beneficiarse de manera
criminal" dijo Barofsky en un testimonio preparado para la
audiencia ante el comité. "pero si se aplican algunos de
los cálculos de fraude en
recientes programas gubernamentales, en términos
porcentuales, al TARP, podemos contemplar la pérdida de
cientos de miles de millones de dólares por fraudes", dice
el texto de la
intervención.

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