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Características y tipos de empresas (página 2)



Partes: 1, 2

Estética

Según la forma
jurídica

Atendiendo a la titularidad de la empresa y la
responsabilidad legal de sus propietarios. Podemos
distinguir:

  • Empresas individuales: si solo
    pertenece a una persona. Esta puede responder frente a
    terceros con todos sus bienes, es decir, con responsabilidad
    ilimitada, o sólo hasta el monto del aporte para su
    constitución, en el caso de las empresas individuales
    de responsabilidad limitada o EIRL. Es la forma más
    sencilla de establecer un negocio y suelen ser empresas
    pequeñas o de carácter familiar.

  • Empresas societarias o sociedades:
    constituidas por varias personas. Dentro de esta
    clasificación están: la sociedad
    anónima, la sociedad colectiva, la sociedad
    comanditaria y la sociedad de responsabilidad limitada

  • Las cooperativas u otras organizaciones de
    economía social.

Según su
dimensión

No hay unanimidad entre los economistas a la hora
de establecer qué es una empresa
grande o pequeña, puesto que no existe un criterio
único para medir el tamaño de la empresa. Los
principales indicadores
son: el volumen de
ventas, el
capital
propio, número de trabajadores, beneficios, etc. El
más utilizado suele ser según el número de
trabajadores. Este criterio delimita la magnitud de las empresas de la
forma mostrada a continuación:

  • Micro empresa: si posee 10 o menos
    trabajadores.

  • Pequeña empresa: si tiene un
    número entre 11 y 50 trabajadores.

  • Mediana empresa: si tiene un número
    entre 51 y 250 trabajadores.

  • Gran empresa: si posee más de 250
    trabajadores.

Según su ámbito de
actuación

En función
del ámbito geográfico en el que las empresas
realizan su actividad, se pueden distinguir

  • Empresas locales

  • Regionales

  • Nacionales

  • Multinacionales

  • Transnacionales

  • Mundial

Según la
titularidad del capital

  • Empresa privada: si el capital
    está en manos de accionistas particulares (empresa
    familiar si es la familia, empresa autogestionada si son los
    trabajadores, etc.)

  • Empresa pública: si el capital
    y el control está en manos del Estado

  • Empresa mixta: si la propiedad es
    compartida

Según la cuota de mercado que
poseen las empresas

  • Empresa aspirante: aquélla cuya
    estrategia va dirigida a ampliar su cuota frente al
    líder y demás empresas competidoras, y
    dependiendo de los objetivos que se plantee, actuará
    de una forma u otra en su planificación
    estratégica.

  • Empresa especialista: aquélla
    que responde a necesidades muy concretas, dentro de un
    segmento de mercado, fácilmente defendible frente a
    los competidores y en el que pueda actuar casi en condiciones
    de monopolio. Este segmento debe tener un tamaño lo
    suficientemente grande como para que sea rentable, pero no
    tanto como para atraer a las empresas líderes.

  • Empresa líder: aquélla
    que marca la pauta en cuanto a precio, innovaciones,
    publicidad, etc., siendo normalmente imitada por el resto de
    los actuantes en el mercado.

  • Empresa seguidora: aquélla que
    no dispone de una cuota suficientemente grande como para
    inquietar a la empresa líder.

Características de una
empresa

Elementos que la componen

Factores activos

Personas físicas y/o jurídicas
(entre otras entidades mercantiles, cooperativa,
fundaciones, etc.) que constituyen una empresa realizando, entre
otras, aportación de capital (sea puramente monetario, sea
de tipo intelectual, patentes, etc.). Estas "personas" se
convierten en accionistas de la empresa.

Participan, en sentido amplio, en el desarrollo de
la empresa:

  • Administradores.

  • Clientes.

  • Colaboradores y compañeros.

  • Fuente financiera.

  • Accionistas.

  • Suministradores y proveedores.

  • Trabajadores.

Factores pasivos

Todos los que son usados por los elementos
activos y ayudan a conseguir los objetivos de
la empresa. Como la tecnología, las
materias primas utilizadas, los contratos
financieros de los que dispone, etc.

Áreas
funcionales

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Organización
jerárquica y departamental de una empresa

Dentro de una empresa hay varios departamentos o
áreas funcionales. Una posible división
es:

  • Producción y logística

  • Dirección y recursos humanos

  • Comercial (marketing)

  • Finanzas y administración

  • Sistemas de información

  • Ventas

Pueden estar juntas o separadas en función
del tamaño y modelo de
empresa.

Empresa moderna

En el ejercicio de su actividad económica,
la empresa moderna ha producido indudables beneficios sociales.
En general, ha proporcionado al público un abastecimiento
oportuno y adecuado y una distribución más efectiva de
bienes y
servicios.

A través de la difusión del
crédito, ha incrementado la capacidad de
compra de grandes sectores de la población y, por medio de la publicidad, les
ha llevado el
conocimiento de nuevos y útiles productos
capaces de satisfacer sus necesidades generales. Además,
el aumento en la productividad y
la producción en masa le han permitido la
reducción de precios.

Cualquier servicio que
verdaderamente preste el gobierno
podría ser suministrado en forma mucho más
eficiente y moral por la
empresa privada y cooperativa

Sin embargo, es evidente que hoy no basta que la
empresa cumpla simplemente con sus finalidades económicas.
La gente, en general, espera de ella que tome parte
también en otras áreas de la vida social y aporte
soluciones.

Por otra parte, la empresa, para sobrevivir y
desarrollarse plenamente, necesita hacerlo dentro de una economía de mercado. Esta economía
de mercado, decía el economista Wilhelm Röepke, "es
un sistema de
relaciones contractuales, de millones de economías
aisladas en complicada interrelación, pero que gracias al
mecanismo del mercado se conjugan en un todo ordenado, en una
combinación de libertad y
orden que probablemente constituye la máxima medida de lo
que a la vez puede conseguirse de ambos".

Y sostiene que una economía de mercado
bien ordenada precisa de un marco claro que plantea al Estado tareas
importantes: un sistema monetario sano y una política crediticia
prudente; un orden jurídico que excluya lo más
posible los abusos de la libertad de mercado y que vele porque el
éxito
sólo se consiga por la prestación genuina de un
servicio, y por último, una multitud de medidas e instituciones
que aminoren al máximo las numerosas imperfecciones de la
economía de mercado, con énfasis en una cierta
rectificación de la distribución de la renta y en
la seguridad y
protección de los débiles.

Una de las cuestiones de carácter social muy importante y
polémica a la vez, es el pago de impuestos que
debe hacer la empresa al Estado. Los impuestos existen no
solamente para el sostenimiento de la
administración gubernamental, los servicios
públicos, la seguridad
social y la realización de obras de infraestructura,
sino que son uno de los pocos medios
disponibles para la redistribución del ingreso.

Por eso, cada una de las decisiones que la
empresa toma hoy –instalar una planta, lanzar un nuevo
producto,
despedir personal,
competir agresivamente, modernizar sus operaciones,
importar o exportar– afecta a una multitud de personas que
no tienen voz en el mercado clásico, pero que
crecientemente crean nuevas condiciones de mercado, a
través de presión
social, admoniciones morales o disposiciones legislativas.

Finalidades
económicas y sociales de la empresa

De ahí que la empresa es la
institución clave de la vida económica,
manifestación de la creatividad y
libertad de las personas. Esencialmente, es un grupo humano
al que unos hombres le aportan capital, otros, trabajo y,
otros más, dirección, con las finalidades
económicas consiguientes:

  • Finalidad económica externa, que es la
    producción de bienes o servicios para satisfacer
    necesidades de la sociedad.

  • Finalidad económica interna, que es la
    obtención de un valor agregado para remunerar a los
    integrantes de la empresa. A unos en forma de utilidades o
    dividendos y a otros en forma de sueldos, salarios y
    prestaciones. Esta finalidad incluye la de abrir
    oportunidades de inversión para inversionistas y de
    empleo para trabajadores. Se ha discutido mucho si una de
    estas dos finalidades está por encima de la otra.
    Ambas son fundamentales, están estrechamente
    vinculadas y se debe tratar de alcanzarlas
    simultáneamente. La empresa está para servir a
    los hombres de afuera (la sociedad) y a los hombres de
    adentro (sus integrantes).

Las finalidades sociales de la empresa son las
siguientes:

  • Finalidad social externa, que es contribuir
    al pleno desarrollo de la sociedad, tratando que en su
    desempeño económico no solamente no se vulneren
    los valores sociales y personales fundamentales, sino que en
    lo posible se promuevan.

  • Finalidad social interna, que es contribuir,
    en el seno de la empresa, al pleno desarrollo de sus
    integrantes, tratando de no vulnerar valores humanos
    fundamentales, sino también promoviéndolos.

La empresa, además de ser una célula
económica, es una célula social. Está
formada por personas y para personas. Está insertada en la
sociedad a la
que sirve y no puede permanecer ajena a ella. La sociedad le
proporciona la paz y el orden garantizados por la ley y el poder
público; la fuerza de
trabajo y el mercado de consumidores; la educación de sus
obreros, técnicos y directivos; los medios de
comunicación y la llamada infraestructura
económica. La empresa recibe mucho de la sociedad y existe
entre ambas una interdependencia inevitable. Por eso no puede
decirse que las finalidades económicas de la empresa
estén por encima de sus finalidades sociales. Ambas
están también indisolublemente ligadas entre
sí y se debe tratar de alcanzar unas, sin detrimento o
aplazamiento de las otras.

Esto es lo que conocemos como responsabilidad
social empresarial, el rol que la empresa tiene para con la
sociedad que va más allá de la mera
producción y comercialización de bienes y servicios,
sino que también implica el asumir compromisos con los
grupos de
interés
para solucionar problemas de
la sociedad. En el Portal de RSC de Chile podemos encontrar una
enumeración de los beneficios concretos y tangibles que
significa para la empresa:

  • Un incremento de la productividad, ya que el
    trabajador está a gusto en la empresa y se le capacita
    para que lo haga cada vez mejor;

  • Mejoramiento de las relaciones con los
    trabajadores, el gobierno y con las comunidades a nivel
    regional y nacional;

  • Un mejor manejo en situaciones de riesgo o de
    crisis, ya que se cuenta con el apoyo social necesario;

  • Sustentabilidad en el tiempo para la empresa
    y para la sociedad, dado que RS fortalece el compromiso de
    los trabajadores, mejora su imagen corporativa y la
    reputación de la empresa, entre otros.

  • Imagen corporativa y reputación:
    frecuentemente los consumidores son llevados hacia marcas y
    compañías consideradas por tener una buena
    reputación en áreas relacionadas con la
    responsabilidad social empresarial. También importa en
    su reputación entre la comunidad empresarial,
    incrementando así la habilidad de la empresa para
    atraer capital y asociados, y también con los
    empleados dentro de la empresa.

  • Rentabilidad de sus negocios o perfomance
    financiera: se refiere a la relación entre
    prácticas de negocio socialmente responsables y la
    actuación financiera positiva. Se ha demostrado que
    las empresas fieles a sus códigos de ética
    resultan de una perfomance de dos a tres veces superior
    respecto a aquellas que no los consideran, de esta forma las
    compañías con prácticas socialmente
    responsables obtienen tasas de retorno a sus inversiones muy
    superiores a las expectativas.

  • Reducción de Costos Operativos: Son
    múltiples las iniciativas que logran reducir costos a
    las empresas, principalmente del área ambiental, como
    los es el reciclaje, que genera ingresos extras.

  • Acceso al Capital: Las
    compañías que demuestran responsabilidades
    éticas, sociales, y medioambientales tienen acceso
    disponible a capital, que de otro modo no hubiese sido
    sencillo obtener.

Administración

¿Qué es
un
administrador?

En español
ADMINISTRADOR ES EL QUE GOBIERNA O DIRIGE.
Administrador
es el que administra
. Son sinónimos de administrador:
gobernador, rector, regente, gerente,
director, ministro, intendente gestor, apoderado, jefe,
guía, dirigente, mayordomo, síndico, cuidador,
tutor, curador
.

Administrar significa: gobernar, regir,
aplicar. Son sinónimos de administrar: dirigir,
cuidar, regentar, tutelar, mandar, apoderar.

La Academia de la Lengua anota:
"administrador. Que administra. Persona que
administra bienes ajenos".

El significado y los sinónimos de la
palabra administrador son totalmente vigentes.
En la
práctica los significados que reconoce la Academia de la
Lengua se encuentran en el uso generalizado y cotidiano del
lenguaje. Lo
anterior se prueba en el hecho de que cuando hablamos de la
"administración" de una entidad,
cualquiera que sea, estamos refiriéndonos, en primera
instancia, a su gobierno o dirección: el máximo
titular de la administración de la Universidad
Autónoma Metropolitana es el Rector; el titular de la
Administración Federal es el Presidente de la
República; el titular de la administración del
Distrito Federal es el Regente; el titular de la
administración de Michoacán es el Gobernador del
Estado; el titular de la administración del Municipio de
Atoyac es el Presidente Municipal, también llamado Alcalde
o Edil; el titular de la administración de Pemex es el
Director General de esa empresa; el titular de la
administración de un departamento o área
cualesquiera de un organismo es el jefe o gerente de la
misma.

Es un hecho que existe una gama muy amplia de
jerarquías para gobernar o dirigir las instituciones:
presidentes, vicepresidentes, gobernadores, regentes, ministros,
directores, gerentes, jefes, supervisores, etc., donde cada cargo
específico tiene su propia connotación pero donde
todos ellos administran, es decir, gobiernan, aún cuando
en general reportan a instancias superiores, también son,
de una u otra manera, subordinados. Pero el rasgo que les es
común es el mando, la autoridad; la
diferencia expresa fundamentalmente jerarquía y
facultades.

Como es sabido, los órganos máximos
de gobierno de una empresa, en el caso de una sociedad por
acciones, son
los siguientes:

El Consejo de Administración se
ocupa de la planeación
y control
estratégico de la empresa. El "Administrador Único"
(lo cual es una denominación legal) es el responsable ante
las instancias superiores y ante las autoridades por los actos de
la empresa, por tal motivo debe notificarse oficialmente su
nombramiento; con frecuencia los socios mayoritarios, los
dueños de las empresas, los empresarios mismos, ocupan esa
posición. Los Directores de Área colaboran
en la administración de la empresa
responsabilizándose por un departamento o función
específico.

Todo lo anterior corrobora el concepto de
administrador como dirigente en los diversos niveles, incluyendo
mandos medios y menores; así mismo confirma el significado
de la palabra administración como expresión de
función directiva y de gobierno.

En las empresas suele existir una gerencia o
dirección "administrativa" o de
"administración",
encargada de la contabilidad,
tesorería, impuestos, auditoría, personal, intendencia, etc., es
decir de las funciones no sustantivas, complementarias
al ramo o giro del organismo. Sucede que la dirección de
una institución, sea pública o privada, ha de
responsabilizarse de actividades que no siendo principales son,
sin embargo, delicadas y de gran responsabilidad; e incluso
aquellas que sin serlo se ubican mejor bajo el control de un
responsable al margen de las operaciones principales. Eso ha
propiciado que la administración sea identificada con lo
no sustantivo, con lo secundario y complementario; pero en todo
caso esto no es toda la administración ni su esencia; la
pregunta es: el estudio de la dirección de los organismos
¿a qué profesionales compete si no es a los
administradores?

Nexos entre el
administrador y el
empresario.

Aún cuando algunas veces el empresario
funge como administrador es el propietario de las
empresas y, salvo ese caso, el administrador es un
empleado,
con más o menos facultades decisorias, pero
siempre con funciones
directivas,
gerenciales, de jefatura o supervisión, sobre el resto del personal,
sobre inmuebles, valores o
sobre actividades determinadas.

El administrador de empresas es colaborador
cercano al empresario
y para el buen desempeño de su trabajo requiere de un
conocimiento
muy claro de la visión y necesidades empresariales; la
diferencia es la posesión de capital, pero en cuanto a
capacitación el administrador profesional
requiere poseer los mismos y más conocimientos que el
empresario, para colaborar o sustituirle en la
administración de las empresas: requiere una acentuada
formación empresarial.
Sin embargo, por otro lado
el administrador tiene relación estrecha con los
trabajadores,
de lo cual depende el buen funcionamiento de
la empresa o dependencia gubernamental bajo su cargo. Es
mediador,
parcial innegablemente, entre las exigencias de
una y otra parte, incluso en casos de conflicto
laboral. Como empleado que es, se encuentra sujeto a las
exigencias patronales
las cuales le toca representar. Por
ello requiere desarrollar sensibilidad, capacidad negociadora
y de persuasión
para lograr equilibrio en
las relaciones
laborales, equilibrio que para ser productivo y estable
habría de fincarse en el beneficio equitativo de las
partes. Para el administrador resulta necesario el conocimiento
del conflicto
económico, histórico e ideológico entre
patrones y trabajadores, y del sindicalismo
oficial, que suele fungir como mediatizador.

Precisiones respecto
del administrador y otros funcionarios.

Los títulos: presidente, gobernador,
rector, son reservados para los más altos niveles de
gobierno de entidades públicas y privadas. Ministro,
director, gerente, regidor, síndico, administrador, suelen
emplearse para mandos superiores pero subordinados a otras
instancias. Jefe, mayordomo, supervisor, intendente, gestor,
apoderado, se asignan a puestos con autoridad y facultades
limitadas sobre otras personas o respecto de ciertos asuntos.

A mayor jerarquía mayor connotación
jurídico política; el "gobernante" accede al poder
más frecuentemente por vía de elección y el
"directivo" por vía de designación. El gobernante
tiende a ser un líder
que mediante la persuasión obtiene consenso y de ese
consenso depende su permanencia en el poder. Incluso los
gobiernos autocráticos requieren buscar el consenso y
minimizar el uso de la fuerza la cual denota debilidad
política.

Se argumenta y desde luego pudiera ser deseable
que el directivo fuera también un líder,
pero en la práctica su papel es de autoridad que se hace
obedecer y su permanencia depende de sus superiores, esto es lo
que con frecuencia le hace ir en contra de los intereses de sus
colaboradores y dificulta sea verdadero líder, por
más persuasión o "carisma" que pueda emplear.

Diferencia y nexos entre administrador
público y administrador de empresas.

En el sentido vulgar se considera que la Administración de Empresas es
sinónimo de administración privada; sin embargo
académicamente esto es un grave error: propicia que al
estudiar las empresas se dejen fuera las que son propiedad
pública y las que pertenecen al sector social,
mismas
que tienen gran importancia incluso para la sobrevivencia de las
empresas privadas. Así mismo propicia que al estudiar
la Administración
Pública se omita el estudio de las empresas,
de
innegable importancia en la actividad gubernamental.

Administración de Empresas no es
sinónimo de administración privada por la sencilla
razón que no todas las empresas son privadas;
además la administración de empresas
también es asunto de gobierno,
tanto por las empresas
que son propiedad del Estado, como por la estrecha
relación que existe entre la actividad gubernamental y la
actividad empresarial.

Para el administrador debe ser claro que existe
una intersección entre la administración
pública y la administración de empresas, y esa
intersección es precisamente la administración de
empresas públicas. Pero lo más importante es que si
la Administración Pública es responsable de la
economía nacional, a nivel general, y las empresas
realizan directamente la actividad económica, de ninguna
manera puede justificarse que sean ajenas ambas
administraciones.

A la administración de empresas
también interesa enormemente la actividad gubernamental,
en la medida que le afecta o beneficia intensamente. Las
administraciones no son ajenas entre sí. Sin embargo
debe distinguirse entre administración pública y
administración de empresas,
ya que en cuanto a su
naturaleza son
muy diferentes: la administración pública se ocupa
de funciones de gobierno y la administración de empresas
se ocupa de actividades industriales, comerciales, financieras y
de servicios.

El administrador público es más
cercano al gobernante; desempeña funciones directivas en
dependencias del Estado, donde una orientación
político social de conservación del poder son la
clave. El administrador de empresas se desempeña en
industrias,
comercios e instituciones financieras
algunas de las cuales
son del Estado, pero en todo caso su problemática es
más de carácter técnico
económico.

En ambos sectores se prestan necesariamente
servicios públicos, casi todas las empresas lo hacen, si
bien las empresas privadas requieren obtener beneficios
económicos (lucrar) para subsistir, y las dependencias
gubernamentales se financian con los impuestos. En todo caso el
administrador está obligado a operar con eficiencia
económica cualquier organismo bajo su responsabilidad.

Impacto social de la
actividad de los administradores.

Como se ha visto, los administradores
profesionales habrían de formarse para administrar, para
contribuir a la evolución de las organizaciones y
para que desarrollen el conocimiento administrativo. Sin embargo
visto así, limitadamente, hasta ahí llegan las
necesidades de los gobiernos y de las empresas. Pero debemos
preguntarnos: ¿Los gobiernos y las empresas existen para
servirse a sí mismos?. Definitivamente no. Antes de
definir el perfil del administrador profesional conviene resaltar
lo siguiente:

La sociedad necesita indispensablemente de
los gobiernos y de las empresas.
Si alguna vez se ha
planteado la posibilidad de desaparición del Estado, lo
cual parece cada vez menos factible, la desaparición de
las empresas no es ni remotamente posible. Las empresas son las
células
económicas de la sociedad y basta el mal funcionamiento de
las mismas para traer graves trastornos. No existen otras
entidades que sustituyan a las empresas como los instrumentos
básicos para el aprovechamiento de los recursos
naturales, organización y aprovechamiento de la fuerza
de trabajo, provisión de satisfactores para la
población, etc.

En las sociedades
actuales, tanto el vacío de poder y la ingobernabilidad,
así como la reducción o desaparición de las
empresas, son señales
inequívocas de grave crisis,
política, económica y social, que puede desembocar
en desastre, guerra civil,
y desmembramiento nacional, como sucede en las repúblicas
de la ex Unión Soviética o como se avizora puede
llegar a suceder en México.
Estas reflexiones que pueden parecer exageradas son necesarias
sin embargo, pues como se ha visto ningún país
está excento de padecer situaciones de la índole
mencionada.

En otras palabras, en el perfil del administrador
profesional y el consecuente plan y programa de
estudios ha de considerarse que una vez cursado el nivel superior
los egresados deberán estar capacitados para
desempeñarse, es decir trabajar, profesionalmente en su
especialidad al más alto nivel, y por ello los
requerimientos de las instancias empleadoras deben ser atendidos.
Conforme lo anterior recomendamos adoptar el siguiente
perfil:

1. Administrador profesional competente es
aquel que tiene capacidad de dirigir eficazmente organismos
industriales, comerciales, financieros y de servicios, ya sean
públicos, privados o del sector social, al más alto
nivel, en el ámbito nacional, o
internacional.

El título de administrador se justifica,
sí y sólo sí, incluye la capacidad de
dirigir y lo hace de manera general respecto de los organismos
industriales, comerciales, financieros y de servicios, en los
ámbitos público, privado y del sector social. Si
acaso cubre solamente una parte de los campos señalados
deberá aclararse, como requisito de seriedad
académica elemental (no ofrecer lo que no es real); crear
expectativas infundadas sólo deteriora el prestigio de la
profesión.

Incluir el ámbito nacional e internacional
responde a que ningún profesional se forma, en principio,
para desempeñarse solamente en su país; pero
además dado el fenómeno de la
globalización de las empresas la dirección de
las mismas tiene necesariamente que remitirse al campo
internacional; con mayor razón procede incluirlo si se
trata de administradores públicos. El administrador
profesional competente debe de estar profundamente capacitado
para realizar exportaciones y
promover el comercio
exterior.

Referirse "al más alto nivel" debiera
parecernos natural, ya que si se trata de formar "mandos medios",
esto debería también especificarse, y naturalmente
ese nivel también requiere atenderse.

2. El administrador profesional competente
posee conocimiento experto de las actividades y situación
industrial, comercial, financiera, y de servicios, respecto de
los países con mayor crecimiento en los últimos
años, y respecto del país en que haya de
desempeñarse. Así mismo posee conocimiento experto
de los recursos
naturales, de los mercados,
infraestructura y fuerza de trabajo, específicos del
país o localidad.

Un gobernante o un dirigente empresarial no puede
ser ajeno o lego en cuanto a la situación de las empresas
en el mundo, especialmente de las que se están
desenvolviendo con mayor dinamismo, frente a las cuales
habrá de competir y de las que mucho tendrá que
aprender. Desde luego también requiere conocer las
estrategias
industriales, comerciales y financieras que los gobiernos
respectivos están poniendo en juego y que de
manera tan determinante impulsan el desarrollo empresarial. En
consecuencia, naturalmente también requiere ser experto en
lo concerniente a las empresas y gobierno de su país.

Por otra parte, todo bien y producto que
disfrutamos o conocemos se obtiene en primera instancia de la
naturaleza. De ahí que tanto los administradores
públicos como los de empresas requieren conocer con
amplitud los recursos naturales con que cuenta su localidad y el
contexto mundial, así como las mejores maneras de
aprovecharlos y preservarlos. No es posible aprovechar esos
recursos si se desconocen cuantía, ubicación,
propiedades, utilidad
industrial y estratégica. En caso de desconocimiento, como
actualmente sucede a los administradores públicos y de
empresas en México, se cometen graves errores, su
participación se ve reducida a papeles muy secundarios y
son desplazados por los mejor capacitados.

El aprovechamiento de la naturaleza se realiza
mediante la infraestructura pública y empresarial,
así como con el concurso de la fuerza de trabajo
calificada, capaz de manejar eficientemente dicha
infraestructura. Estos son los recursos principalísimos de
los administradores para la producción de satisfactores
para la población y para el comercio
internacional. Conocer a fondo tales recursos y cómo
desarrollarlos, es indispensable al administrador profesional
competente.

3. El administrador profesional competente
está capacitado para generar nuevos conocimientos
así como para actualizar, validar y desarrollar los
existentes, en su disciplina.
Está capacitado para impulsar y conducir el desarrollo
científico técnico necesario a las corporaciones,
para lograr el liderazgo de
las mismas.

El administrador profesional debe contribuir al
desarrollo de su propia disciplina, so pena de que otros
profesionales con mayor capacitación lo hagan y, como es
natural, lo desplacen. El desarrollo de una ciencia
cualquiera que ella sea, está íntimamente
relacionado con la capacidad de sus profesionales para producir
innovaciones y desarrollar nuevos conocimientos; y esto depende a
su vez de la formación científica y
epistemológica que se les provea. De ahí que la
formación y capacitación en investigación y desarrollo deba ser
prioritaria en la currícula de las licenciaturas en
Administración.

Además de desarrollar su propia
profesión, el administrador competente debe ser capaz de
impulsar el desarrollo científico técnico del
organismo bajo su cargo. La ciencia y
tecnología son punta de lanza en el crecimiento,
liderazgo e incluso sobrevivencia de todo organismo; son el
más poderoso instrumento competitivo de empresas y
gobiernos, de ahí que los más visionarios realicen
cuantiosas inversiones en
investigación y desarrollo, y guarden celosamente sus
resultados. Ninguna empresa o gobierno podrá, entonces,
acceder a la ciencia y
tecnología más avanzada si no la produce por
sí mismo; creer que otros se la proporcionarán es
error, ingenuo en extremo, que se traduce en dependencia, atraso,
explotación y empobrecimiento para la empresa o
país que se gobierna.

Quien quiera gobernar o dirigir deberá
estar ampliamente capacitado para impulsar el desarrollo
científico técnico del organismo a su cargo.

4. El administrador profesional competente
posee conocimiento experto en lo referente al orden
económico, jurídico, político, social y
laboral de su
país y contexto.

¿Se podría gobernar o conducir
empresas sin el conocimiento arriba referido?;
¿podría ser, dicho conocimiento, leve o
superficial?. Desde luego que no. La administración es un
fenómeno eminentemente
económico-jurídico-político, así como
laboral y técnico; el administrador profesional competente
debe tener una clara comprensión de la Economía, el
Derecho, y la situación sociopolítica laboral,
naturalmente en cuanto a la teoría
y la realidad actual, de su país y del contexto mundial.
Con ese contexto viven estrechamente vinculados e
interactúan gobiernos y empresas. El administrador puede
tener asesores expertos pero requiere entenderlos y comprender
por sí mismo las situaciones, o será desplazado por
los mejor preparados que él.

5. El administrador profesional competente
domina las técnicas
de negociación y expresión en
público.

He aquí la médula del trabajo del
administrador: comunicarse con los demás, negociar y
lograr acuerdos. Existe toda una tecnología al respecto.
El administrador no sólo debe conocerla, sino dominarla y
practicarla con maestría.

6. El administrador profesional competente
domina dos o más idiomas.

El administrador profesional competente en la
actualidad debiera ser políglota. Si bien en el pasado
reciente la actividad gubernamental y empresarial se
restringió al interior del país, esto ya no sucede
más. Especialmente los países en desarrollo
requieren de personas capaces de abrir espacios de acción
y obtener beneficios en el extranjero. Es un hecho que en el
futuro cercano, tal vez ahora mismo, quienes no dominen
más de dos idiomas tampoco podrán obtener un puesto
como administradores. El dominio de dos o
más idiomas debiera ser requisito de admisión para
los estudios de la administración.

7. El administrador profesional competente
conoce y puede servirse ampliamente de los sistemas
informáticos.

Los sistemas informáticos son sin duda la
herramienta de trabajo y de negocios
más poderosa que existe; ninguna organización o
persona pueden prescindir de ellos sin grave detrimento en su
capacidad competitiva. Ciertamente sólo en caso de
pretender dirigir el área especializada se
requerirá dominio de tales sistemas; sin embargo, incluso
para quienes aspiren a dirigir otras áreas de las
organizaciones, el conocimiento y la comprensión de los
sistemas informáticos es requisito indispensable, que
además ampliará considerablemente el campo y las
perspectivas de trabajo del administrador profesional.

8. El administrador profesional competente
posee, y se conduce con, elevada conciencia
ética,
de servicio, y de responsabilidad social y
ecológica.

Esta es una de las características a la
que menos atención se ha prestado y las consecuencias
están a la vista: administradores que primero se sirven a
sí mismos; que se sirven de las empresas y de los
gobiernos para sus fines personales; administradores a los que la
sociedad, la ecología y desde
luego la ética les tiene absolutamente sin cuidado.
Naturalmente los administradores son parte y producto de la
propia sociedad; su moralidad
refleja la moralidad imperante, pero en todo caso las
instituciones educativas tienen al respecto una gran
responsabilidad, en la medida que, por las razones que se quiera,
no se ocupan de estudiar objetivamente esta
problemática.

Es claro que los administradores tienen acceso a
amplios poderes, que manejan dinero y
decisiones, que frecuentemente son presionados o "tentados" a
actuar ilegal o deshonestamente, expuestos a abusar del poder y
la autoridad. Por tales circunstancias es que los administradores
tienen mayor necesidad de estar preparados para no incurrir en
faltas; estar
muy conscientes de la grave responsabilidad que les concierne, de
las penas a que se exponen, pero sobre todo, los administradores
profesionales deben estar conscientes del ejemplo que proyectan
hacia sus colaboradores cercanos y remotos.

La corrupción y el abuso del poder han
derribado imperios, han causado guerras, han
terminado también con muchos administradores consignados;
la corrupción
es una de las causas de la deplorable situación que
vivimos en muchos países: todos los profesionales, no
sólo los administradores, debieran formarse con amplios
conocimientos objetivos acerca de los daños causados por
la corrupción. Es claro que la calidad de las
organizaciones es simple y llanamente el reflejo de la calidad de
sus integrantes; pero más que de su calidad
técnica, lo es de la calidad humana de los mismos; no
podemos esperar acciones o productos de calidad, de ninguna
clase, de
organismos administrados por personajes de dudosa calidad humana;
siempre pondrán su beneficio personal por encima del
interés común.

Por último, una de las más graves
consecuencias del manejo irresponsable de empresas y gobiernos es
el deterioro ambiental, por cierto estrechamente ligado a lo
mencionado líneas arriba. Las empresas, sus productos y
desechos son los principales responsables directos de las
alteraciones ecológicas, si bien los administradores
públicos son los responsables por la legislación,
instrumentación y puesta en práctica
de las medidas para preservar el ambiente.

El administrador profesional requiere conocer y
comprender ampliamente el problema ecológico, así
como los recursos técnico científicos para
enfrentarlo, y mejor aún, debe ser capaz de convocar a la
participación ciudadana como parte
importante también a este respecto.

9. El administrador profesional competente
posee amplia cultura y
practica excelentes relaciones humanas
.

La capacidad de relacionarse adecuadamente es
importante para el administrador en la medida que requiere
obtener la colaboración de los demás, cosa que
puede lograr con el uso de autoridad, pero que es más
productiva si se obtiene por reciprocidad. Además, la
capacidad de relacionarse con base al respeto y
empatía previene al administrador del abuso del poder en
sus relaciones con los gobernados y subordinados, algo frecuente
en las organizaciones. Ese abuso del poder, en el caso de los
gobernantes puede llegar, y así sucede, a situaciones
más extremas.

Sin embargo, al aludir al dominio de una amplia
cultura y excelentes relaciones
humanas estamos pensando en ello no sólo como
elementos para abrirnos paso en el mundo de los negocios o el
poder, a los que diversos autores han hecho alusión.
Creemos que tales características pueden contribuir a que
el administrador profesional desarrolle la sensibilidad
humanística que le permita comprender mejor el mundo y el
tiempo que le
ha tocado vivir, y a partir de dicha comprensión pueda
contribuir a conducirlo a estadios superiores.

10. El administrador profesional
competente es capaz de obtener capital, ingresos y
utilidades, de y para desarrollar y ampliar la capacidad
operativa del organismo a su cargo.

En la empresa privada esto es evidente, pero no
así en los organismos públicos, debido a la
tradición de financiarlos con los impuestos, con deuda
pública o emisión de dinero. Esto tarde o
temprano habrá de desaparecer en los países que
deseen progresar: Toda actividad gubernamental o privada
habrá de ser financiada por sí misma; cada usuario
o beneficiario deberá pagar por lo que recibe, a
crédito si es necesario, y no a costa de los demás,
salvo verdaderos casos de asistencia pública, los que
habrán de ser realmente excepcionales. Esto es
indispensable para evitar el beneficio privado a costa de la
población; así mismo es instrumento para medir la
eficiencia y para evitar la corrupción del administrador,
cosas frecuentes en el capitalismo.

Obtener capital, ingresos y utilidades,
así como aprovecharlos óptimamente, es la mayor de
las responsabilidades económicas de todo administrador, en
todos los niveles y funciones de los organismos, incluso en
aquellos que aparentemente se encuentran desvinculados de tal
función, donde lo procedente es ser coadyuvante. De que
esto se entienda depende el desarrollo y crecimiento presente y
futuro de los organismos y ello significa ampliación de
los servicios que prestan, empleo,
abasto, progreso, etc. También de ello depende la
permanencia y progreso del administrador.

Director
ejecutivo

Director ejecutivo, también
conocido como ejecutivo delegado, jefe ejecutivo,
presidente ejecutivo, principal oficial ejecutivo o
con las siglas CEO (del inglés
Chief Executive Officer), es el encargado de
máxima autoridad de la gestión
y dirección administrativa en una organización o
institución.

Aunque en las empresas pequeñas es
habitual que el puesto de presidente y del director ejecutivo
recaigan en la misma persona, no siempre es de esta manera,
siendo el presidente quien encabeza el gobierno corporativo
(estrategias generales), y el Director Ejecutivo la
administración de la empresa (la fase operativa de las
estrategias).

En las empresas grandes, el Director Ejecutivo
puede contar con una serie de directores para cada una de las
responsabilidades de la compañía, como es el caso
Director General de Operaciones, Director General de Finanzas y el
Director General de Información.

Dilemas en la traducción

En inglés se utiliza la expresión
Chief Executive Officer (traducción literal:
oficial ejecutivo en jefe u oficial superior) o su
acrónimo CEO para designar a la persona
con más alta responsabilidad de una organización o
corporación anglosajona. Debido a la creciente globalización el término
CEO se comienza a emplear en países no
anglosajones, en las empresas de corte tecnológico. No
debe traducirse como "gerente", ya que este término es
generalmente utilizado para directores y supervisores de bajo
nivel jerárquico (como al supervisor del turno de
mañana de un local de comida rápida de una cadena
internacional), mientras que cuando se usa el término
"CEO" se refiere indiscutiblemente a la persona de mayor
autoridad dentro de la dirección diaria de una
empresa.

El Diccionario Panhispánico de Dudas
de la Real Academia Española
aún no ha
recomendado un término en español para referirse al
puesto de CEO. Sin embargo, habitualmente se utiliza en castellano el
término Director General que, al igual que en el
caso del término inglés Chief Executive
Officer
, hace referencia a un cargo que no debe confundirse
con el de presidente.

Es un proceso muy
particular consistente en las actividades de planeación,
organización, ejecución y control,
desempeñadas para determinar y alcanzar los objetivos
señalados con el uso de seres humanos y otros
recursos.

El Dr. George R. Terry la define como: "La
administración consiste en lograr que se hagan las cosas
mediante otras personas".

Koontz y O"Donnell nos da la siguiente
definición: "La dirección de un organismo social y
su efectividad en alcanzar objetivos, fundada en la habilidad de
conducir a sus integrantes".

V. Clushkov: "Es un dispositivo que organiza y
realiza la trasformación ordenada de la
información, recibe la información del objeto de
dirección, la procesa y la transmite bajo la forma
necesaria para la gestión, realizando este proceso
continuamente".

E. F. L. Brech: "Es un proceso social que lleva
consigo la responsabilidad de planear y regular en forma
eficiente las operaciones de una empresa, para lograr un
propósito dado".

J. D. Mooney: "Es el arte o
técnica de dirigir e inspirar a los demás, con base
en un profundo y claro conocimiento de la naturaleza
humana". Y contrapone esta definición con la que da
sobre la
organización como: "la técnica de relacionar
los deberes o funciones específicas en un todo
coordinado".

Peterson and Plowman: "Una técnica por
medio de la cual se determinan, clarifican y realizan los
propósitos y objetivos de un grupo humano particular".

F. Tannenbaum: "El empleo de la autoridad para
organizar, dirigir, y controlara a subordinados responsables (y
consiguientemente, a los grupos que ellos comandan), con el fin
de que todos los servicios que se prestan sean debidamente
coordinados en el logro del fin de la empresa".

Henry Fayol
(considerado como el verdadero padre de la moderna
Administración), dice que "administrar es prever,
organizar, mandar, coordinar y controlar".

F. Morstein Marx la concibe
como: "Toda acción encaminada a convertir un
propósito en realidad positiva"."es un ordenamiento
sistemético de medios y el uso calculado de recursos
aplicados a la realización de un propósito".

Brook Adams. La capacidad de coordinar
hábilmente muchas energías sociales con frecuencia
conflictivas, en un solo organismo, para que ellas puedan operar
como una sola unidad.

Es el proceso de planificación, organización,
dirección y control del trabajo de los miembros de la
organización y de usar los recursos disponibles de la
organización para alcanzar las metas establecidas.

Mi concepto personal de la Administración
es "Es el proceso de lograr que las cosas se realicen por medio
de la planeación, organización, delegación
de funciones, integración de personal, dirección y
control de otras personas, creando y manteniendo un ambiente en
el cual la persona se pueda desempeñar entusiastamente en
conjunto con otras, sacando a relucir su potencial, eficacia y
eficiencia y lograr así fines determinados".

Objetivos de la
administración

Para que exista un sentido de satisfacción
debe existir un objetivo, lo
que da un propósito al esfuerzo; además el objetivo
debe tener un significado y valor;
así que la definición de objetivo es: "Un objetivo
administrativo es una meta que se fija, que requiere de un campo
de acción definido y que sugiera la orientación
para los esfuerzos de un dirigente", en esta definición
hay cuatro elementos que son:

Meta

Campo de acción

Definición de la Acción

Orientación

Séneca afirmó. " Si el hombre no
sabe a cuál puerto se dirige, ningún viento le es
favorable."

Los Objetivos son importantes para llegar a los
resultados deseados; la falta de objetivos hace que la
administración sea innecesariamente difícil, si es
que se puede hablar en rigor de administración; así
que, los objetivos básicos son un prerrequisito para
determinar cualquier curso de acción y deben ser definidos
con claridad para que los comprendan todos los miembros de la
empresa.

Albert Einstein dijo. "Si buscas resultados
distintos, no hagas siempre lo mismo."

A la administración por objetivos también
se le llama Administración de Resultados, y
administración de metas, estimula la toma de
decisiones, aumenta la productividad y mejora la eficiencia
administrativa, los resultados determinan el éxito del
administrador en el análisis final de la empresa.

Importancia de la
administración

No sería suficiente con decir que sin una
buena administración ninguna organización
tendrá éxito; por lo cual mencionaremos algunos
hechos para mencionar su importancia:

La administración no solamente
nació con la humanidad sino que se extiende a la vez a
todos los ámbitos geográficos y por su
carácter Universal, lo encontramos presente en todas
partes. Y es que en el ámbito del esfuerzo humano existe
siempre un lado administrativo de todo esfuerzo planeado.

Donde exista un organismo social allí
estará presente la administración.

No sirve de mucho que en una empresa existan
buenas instalaciones, el mejor equipo, la mejor ubicación,
si lo todo lo anterior no va acompañado del elemento
humano necesario para dirigir las actividades, o sea que la
administración es importante para alcanzar objetivos de la
organización.

En las grandes empresas la administración
científica o técnica es esencial ya que no
podrían existir sin una buena administración.

La administración es un proceso universal
ya que no solo se da en los países capitalistas, sino que
también en los países socialistas o de cualquier
tipo que sean, la administración es importante tanto en
las pequeñas como el las grandes empresas.

Otro hecho importante es que por medio de la
administración se puede elevar la productividad y los
niveles de vida en los países en vías de
desarrollo.

La administración imparte efectividad a
los esfuerzos humanos. Ayuda a obtener mejor personal, equipo,
materiales,
dinero y relaciones humanas.

Se mantiene al frente de las condiciones
cambiantes y proporciona previsión y creatividad.

Edison dijo. "Dos personas unidas en una tarea
común han de hacer mucho más que duplicar las
energías."

Concluiremos diciendo que la
administración es importante por que se aplica en
cualquier tipo de organización con deseos de aumentar su
productividad y el éxito, dependiendo para esto del
elemento humano y material.

Antecedentes
históricos

A pesar de que en la historia de la humanidad
siempre existió el trabajo, la
historia de las organizaciones y de su administración es
un capítulo que comenzó en época reciente,
se puede afirmar que la administración es tan antigua como
el hombre.

Las personas llevan muchos siglos formando y
reformando organizaciones. Al repasar la historia de la
humanidad, aparece la huella de pueblos que trabajaron unidos en
organizaciones formales, por ejemplo los ejércitos griegos
y romanos, la Iglesia
Católica Romana, la Compañía de las Indias
Orientales. Las personas también han escrito sobre
cómo lograr que las organizaciones sean eficientes y
eficaces, desde mucho antes de que términos como
"administración" fueran de uso común.

En toda su larga historia la
administración se desarrolló con una lentitud
impresionante. Sólo a partir del siglo XX cuando las
personas le dieron la mayor importancia a la
administración, este siglo atravesó etapas de
desarrollo de notable innovación.

 

 

 

 

Autor:

Guiliana Coronado Aybar

Partes: 1, 2
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