El cerebro del hombre, el cerebro de la mujer: ¿Existen diferencias entre los sexos?
"Él tiene más cerumen
que cerebro…" Troilo y Crésida 5:1
por William Shakespeare
Una de las creencias más arraigadas
entre los hombres es que el cerebro del
hombre, siendo
de mayor tamaño que el de la mujer,
también es uno más funcional y
eficiente.
¿Varón o
hembra?
También se cree que ambos cerebros
funcionan desigualmente en aspectos como son inclinaciones hacia
la emocionalidad
y al análisis crítico.
Lo que nos proporciona la impresión
de que las diferencias de cerebro entre los géneros son
programas
genéticos inmutables.
Uno es varón y el otro es hembra y
cada uno sirve su propósito sexista en conformidad
establecida biológicamente.
Así se cree, aunque la Naturaleza no
ha demostrado ser sexista.
Las técnicas
de escáneres cerebrales han crecido en
sofisticación, permitiendo a los neurocientíficos
responder, con más certidumbre, a la pregunta: ¿Por
qué las mujeres no piensan como los hombres? Y
viceversa.
El área de la cognición
social es una en la cual la búsqueda de explicaciones —
si es que las hay — por las diferencias entre los cerebros
puede ser muy fructífera.
Mujeres de todas las edades sobrepasan, por
mucho, los hombres en pruebas que
requieren el reconocimiento de las emociones y de
las relaciones entre las personas.
Ser hombre o ser mujer, para
nuestra especie, es tanto un estado mental
como lo es una condición física.
Lo físico es lo que,
primordialmente, estudiaremos en este espacio, aunque en el
mismo, llegaremos a apreciar que ambas percepciones son
inseparables como lo certifican las innumerables personas que
procuran cirugías para cambiar su género, o
cómo se constata trágicamente en mi artículo
Nature vs Nurture…
Diferencias sexuales en empatía
emergen en la infancia y
persisten durante todo el desarrollo. En
esta área, la distancia que separa mujeres y hombres
adultos es mayor que entre muchachas y muchachos
jóvenes.
La apariencia avanzada durante el
desarrollo, de cualquier diferencia sexual sugiere que
ésta está programada genéticamente.
Seleccionada por la evolución y fijada dentro de nuestro
comportamiento, a través de la exposición
prenatal a ciertas hormonas, o
como expresión temprana de diferencias
genéticas.
Por el otro lado, discrepancias sexuales,
que aumentan a través de la infancia, son más a
menudo resultado de aprendizaje
social, consecuencia de los diferentes estilos de vida, entrenamiento y
cultura, que
los jóvenes de ambos sexos experimentan en cada entorno
individual o congregado social.
A simple vista, los estudios más
recientes del cerebro parecen ofrecernos una salida de este
dilema tipo Nature vs Nurture.
Las diferencias existentes en la estructura o
en la activación de los cerebros masculinos y femeninos
son indisputablemente biológicas.
Sin embargo la suposición de que las
mismas discrepancias son ingénitas e integradas
estructuralmente en el encéfalo, no es válida,
basados en todos los conocimientos que hemos alcanzado acerca de
la plasticidad y la maleabilidad de este
órgano.
Puesto de manera sucinta, las experiencias
cambian nuestro cerebro.
Las investigaciones
recientes…
Investigaciones conducidas en la Universidad de
Iowa ilustran lo difícil que resulta tratar de desenredar
Nature vs Nurture, aún a nivel de la estructura
cerebral.
Un estudio encontró que una
subdivisión de la porción ventral de la corteza
pre-frontal — un área involucrada en la cognición
social y el juicio interpersonal — es proporcionalmente
más desarrollada en las mujeres, comparadas con los
hombres.
Los cerebros de los hombres son mayores en
tamaño por un 10% que los de las mujeres, resultando en
que comparaciones entre ellos deben de ser ajustadas de manera
proporcional.
La subdivisión mencionada se conoce
como el giro recto (GR), que consiste en una cinta estrecha de la
corteza cerebral que se extiende contigua a la línea media
de la parte ventral del lóbulo frontal.
Los investigadores asimismo establecieron
que el tamaño del GR se correlaciona con el nivel de
cognición social y de reconocimiento interpersonal del
individuo.
Lóbulo
pre-frontal
Página siguiente |