Introducción
Se define el Pie Diabético, como una
alteración clínica de base etiopatogénica
neuropatía e inducida por la hiperglucemia mantenida, en
la que con o sin coexistencia de isquemia, y previo
desencadenante traumático, produce lesión y/o
ulceración del pie. Las complicaciones vasculares de la
diabetes mellitus
representan la principal causa de morbi-mortalidad entre la
población diabética y dan lugar a un
importante número de secuelas invalidantes como son la
ceguera, la insuficiencia
renal crónica o la amputación de la extremidad
inferior, y originan una disminución de la calidad de
vida de los pacientes y un elevado costo
económico y social. Destaca como entidad propia el llamado
"Síndrome del Pie diabético" que afecta al 15% de
los diabéticos a lo largo de la evolución de su enfermedad y que da lugar a
frecuentes ingresos
hospitalarios y puede terminar con la pérdida de la
extremidad. La prevalencia de úlceras de pie
diabético en los pises desarrollados varia según el
sexo, edad y
población desde el 4% hasta el 10%. Se ha establecido una
incidencia correspondiente del 2,2 al 5,9%. Se ha calculado que
al menos un15% de los diabéticos padecerá durante
su vida ulceraciones en el pie, igualmente se estima alrededor de
un 85% de los diabéticos que sufren amputaciones
previamente han padecido una úlcera. La prevalencia
estimada de neuropatías periféricas, factor de
riesgo
prevalerte para el desarrollo de
úlceras, oscila entre el 30 y el 70 %. La
prevalecía de enfermedad vascular periférica en
diabéticos se ha calculado que oscila del 10-20% (Consenso
Internacional sobre Pie Diabético 2001). Aunque solo un 3%
de la población está diagnosticada de diabetes, la
mitad de las amputaciones no traumáticas de la extremidad
inferior ocurren en pacientes diabéticos. El 85% de estas
amputaciones viene precedido de una úlcera en el pie y
disminuyen considerablemente la calidad de vida
de los pacientes ya que tan solo un tercio de los que sufren la
amputación de la extremidad vuelve a caminar usando una
prótesis.
La evolución de los diabéticos con una
amputación mayor es mala, ya que el 30% fallecen en el
primer año desde la intervención y al cabo de 5
años un 50% sufren la amputación de la otra
extremidad inferior. Se ha demostrado que una prevención
adecuada de las lesiones en el pie del diabético,
así como un correcto tratamiento puede reducir esta tasa
de amputación entre un 50 y un 85%. Se han intentado
clasificar los factores de riesgo para poder predecir
la aparición de una úlcera en el pie
diabético, pero las clasificaciones suelen estar basadas
en la opinión del grupo de
expertos, sin que ninguna se haya confirmado en estudios
prospectivos. Hoy en día se sabe que la presencia de
neuropatía, diagnosticada por la ausencia del reflejo
tendinoso, aquíleo, o la presencia de enfermedad arterial
periférica, determinada por la medición de la presión
transcutánea de oxígeno
menor de 30 mmHg, son los dos factores predictivos de mayor
importancia para el desarrollo de úlceras. También
destacan la presencia de deformidades óseas, de
alteraciones en el apoyo plantar y la historia previa de
úlceras.
Justificación
El pie del diabético es un problema sanitario de
gran importancia por su elevada prevalencia y las secuelas que
puede originar, que se incrementa año por año,
Dadas las incapacidades, las repercusiones sociales y el elevado
costo económico que origina la pérdida de le
extremidad, se han propuesto diversos Documentos de
Consenso para la creación de equipos multidisciplinarios
expertos e interesados en este tipo de patología que sepan
reconocer los factores de riesgo relacionados con la
aparición de las lesiones, así como, desarrollar
estrategias
preventivas y de tratamiento precoz. Los programas
diseñados deben incluir un minucioso y detenido examen del
pie, el cuidado de las uñas y de cualquier callosidad, un
calzado hecho a medida, el cuidado de las lesiones y una educación sanitaria
de los pacientes y su familia. Es
difícil determinar cual de todas estas actividades tiene
mayor importancia en la prevención de la aparición
de lesiones dado que deben realizarse todas
conjuntamente.
Analizando por separado cada una de estas actuaciones
podremos saber su valor real y
la evidencia científica que los apoya. Control de la
glucemia. El buen control de la
diabetes, manteniendo cifras de HbA1C por debajo de 7% de la Hb
total, disminuye la presencia de neuropatía tanto
asintomática como la clínica. Se necesitan
más estudios para conocer mejor el papel que tienen el
control estricto de la glucemia, los lípidos y
la tensión arterial en el desarrollo de enfermedad
arterial periférica en los pacientes diabéticos.
Examen del pie. El examen del pie es fundamental para
corregir los factores de riesgo y disminuir la incidencia de
úlceras y de amputación. Pero no existe acuerdo en
como debe realizarse el examen y con que frecuencia. Hay que
resaltar que el 9% de los pacientes con úlceras en los
pies desconocen que la tienen. Debe incluir aspectos como
el estado de
la piel, la
presencia de grietas o callosidades y cualquier cambio de
temperatura.
Debe estudiarse también la presencia de neuropatía
y de enfermedad arterial periférica. Para estas dos
últimas patologías se considera que con una
revisión anual es suficiente. Neuropatía.
La prevención primaria de la neuropatía se realiza
manteniendo un buen control de la diabetes. La prevención
secundaria debe consistir en el correcto tratamiento de cualquier
callo, deformidad o trastorno del apoyo que pueda originar una
úlcera. En el momento actual no existe tratamiento para la
neuropatía establecida, aunque se están ensayando
fármacos diversos. Enfermedad arterial
periférica. La arterioesclerosis obliterante de las
extremidades inferiores es la complicación vascular
más frecuente observada entre los diabéticos. Al
diagnosticar la diabetes está presente en un 8% y la cifra
se eleva hasta el 45% a los 20 años del diagnóstico. Estas lesiones
ateroescleroticas pueden permanecer asintomáticas o
conducir a la necrosis y a la pérdida de la extremidad,
dependiendo de la localización y extensión de las
lesiones y de la capacidad de suplencia de la circulación
colateral.
Desarrollo
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