- Los
hechos - Las diferentes
interpretaciones
La crisis no es única, ni aleatoria ni
sectorial
La teoría y la política
Monetarista
La globalización financiera: características y
efectos
Los efectos desastrosos no se han hecho
esperar
Las repercusiones de la crisis en Colombia
Los
hechos
Cuando el 14 de Marzo de 2007, se supo que el
número de impagos en el sector financiero de los Estados Unidos se
elevaba a 6 millones de usuarios o contratos por un
valor de 600
mil millones de dólares, este hecho, de por si grave,
ocasionó que una cohorte académica y política, defensores
del neoliberalismo
y otro grupo amplio
de estudiosos de esta disciplina
entraron a sospechar que algo andaba mal en el sector financiero
pero, quizá peor, en el sistema
económico.
Un mes más tarde, es decir en el mes de abril del
2007, el New Century Financial suspende pagos, el Citigroup,
reconoce pérdidas por 5 mil millones de pérdidas y
en julio, quiebran dos fondos de inversión del Banco Bear Steam.
A comienzos del mes de agosto, de ese mismo año, los
bancos de
Estados Unidos endurecen los requisitos para conceder
préstamos, tras comprobar que 70 firmas hipotecarias de
ese país están en bancarrota. A esto se sumaba la
declaratoria de suspensión de pagos de 10 bancos y el
inicio de investigación de la Comisión de
Valores de
Estados Unidos a los estados
financieros de las firmas de Wall Street: Goldman Sachs,
Merrill Linch y Bear Steam. El 8 de agosto de 2007, las bolsas de
todo el mundo protagonizaron fuertes caídas en sus valores
cotizados, haciéndose entonces visible una crisis en los
mercados
financieros globales que venía larvándose desde
hacía tiempo. El
2007 cierra con un acuerdo entre el FED de Estados Unidos y el
BCE (Europa) y los
bancos centrales de Inglaterra, Suiza
y Canadá para adoptar un plan para
afrontar el problema de liquidez del sistema
financiero internacional.
Los acontecimientos del 2008, como ya se sabe, giraron
en torno a la
declaratoria de cuantiosas pérdidas y con la quiebra de cerca
de 170 bancos e instituciones
hipotecarias, además de las fusiones,
adquisiciones y el salvamento de otros tantos establecimientos
con dinero
público. Estos hechos, agudizaron la preocupación y
la angustia del sector financiero y de otros sectores de la
economía y de los trabajadores. No hay
dudas que de que estos hechos evidenciaban otro septiembre negro
del 2008 para el capitalismo.
La pirámide financiera creada
Una rápida mirada a lo sucedido, da cuenta que el
problema radicaba en que en pleno fragor del auge inmobiliario se
había generado un nuevo negocio en la emisión de
títulos «subprime», que consistía en
prestar a las familias más humildes, las que quedaban por
debajo de la puntuación «óptima» que
establecían los bancos, a cambio de un
mayor interés. A
su vez, la entidad acreedora transformaba las hipotecas en
títulos que ponía a la venta en los
mercados
financieros internos e internacionales, con un rendimiento alto
que compensase riesgo. Y
realmente eran muy rentables. Esta especie de pirámide
financiera funcionaba mientras los precios de la
vivienda siguieran subiendo pues, en teoría,
el hipotecado siempre podría vender la vivienda por
más de lo que le costó y cancelar el
préstamo.
Los compradores aceptaron pagar sólo intereses
durante los primeros años de su hipoteca, sin tomar en
cuenta que los intereses estaban subiendo. Para colmo de males,
las hipotecas de alto riesgo no tienen interés fijo, sino
variable. Esto, como ya se sabe, se convirtió en una
pesadilla para el comprador, al tener que pagar unos intereses
cada vez más altos, por la variación de los
intereses, hasta que la cadena no resistió
más.
La solución apresurada y tomada para este
problema por varios gobiernos, recordemos, ha descansado en una
serie de compras,
fusiones, cierre de bancos pero principalmente, la
intervención del sector
público que con fondos públicos se pretende
conjurar la crisis mediante la inyección en solo Estados
Unidos de más un billón de dólares para el
sector financiero y bancario, otra suma similar de elevada para
el sector automotriz y alguna suma sin precisar para el sector de
los consumidores. En otros paises, como Francia,
Italia, Alemania, Gran
Bretaña, los gobiernos también han destinado
gruesas sumas de dinero para hacer frente a la crisis.
Las diferentes
interpretaciones
Como quiera que estos acontecimientos encendieran las
alarmas sobre lo que ha venido ocurriendo y no han sido poco los
que sobre este problema se han pronunciado. Así, por
ejemplo, la interpretación ofrecida por los defensores
y aúlicos del neoliberalismo, ha sido la de sostener que
la crisis es sectorial y aleatoria, es decir, se da por
algún suceso fortuito; que la culpa es del señor
Allan Grennspan, y del señor George Busch y,
además, la han venido atribuyendo a la codicia excesiva de
unos pocos banqueros.
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