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El cuento de la isla desconocida (página 2)



Partes: 1, 2

El hombre
representa a tantos seres humanos que buscan ansiosamente
realizar sus sueños, alcanzar sus más nobles
ideales sin dejarse imponer límites
por las dificultades de la vida, aunque no por ello sin dejar de
reconocer que no todo es fácil y que, para lograr la
realización, pues, es necesario seguir un proceso,
sortear dificultades, romper barreras, tocar puertas, insistir,
en fin, perseverar hasta que definitivamente la
realización de esos sueños se convierta en una
posibilidad concretada.

Aquí aparece un hombre sencillo, uno más
del montón, enfrentado a la majestuosidad de un rey, pero
un hombre que en el desarrollo de
la obra va demostrando que no es uno más sino alguien
especial, dotado de una gracia inusual y una determinación
poderosa capaz de cambiar no sólo su destino sino el de
otros. "El rey se pasaba todo el tiempo sentado
ante la puerta de los obsequios"
[1]por lo
tanto, el rey es de ese tipo de mandatarios que simplemente se
dedican a recibir con poca capacidad para dar, siempre
están esperando obtener beneficio de los demás sin
ningún tipo de retribución, el caso de aquellos
para quienes todo es fácil cuando el común sigue la
corriente sin cuestionar el sistema.

El hombre reconoce que para que su petición sea
escuchada por el rey debe seguir un proceso dispendioso pero con
la seguridad de que
será escuchado de algún modo, al expresar su deseo
de hablar con el rey se inicia un recorrido que le obliga a
esperar pacientemente, nuestro hombre sí que tiene
paciencia…"Entonces el primer secretario llamaba al
segundo secretario, éste llamaba al tercero, que mandaba
al primer ayudante, que a su vez mandaba al segundo, y así
hasta llegar a la mujer de la
limpieza"[2]
En este proceso, Saramago
intenta mostrarnos lo complicados que son los procesos que
deben seguirse cuando queremos hacer públicas nuestras
necesidades, seguimos el curso de un complejo aparato que nos
obliga a reconocernos inferiores, somos los necesitados, los
otros dueños de todo y a ellos dirigimos nuestras
peticiones… "El hombre, en
vez de pedir, como era la costumbre de todos, un título,
una condecoración, o simplemente dinero,
respondió, Quiero hablar con el
rey"[3]
Esta petición es la primera
prueba de la firmeza de nuestro protagonista que sabe muy bien
que su empresa
sólo puede realizarse teniendo cara a cara al único
que puede proporcionarle los medios para
realizarla, lo difícil es que no se trata de una persona
cualquiera, de cualquier administrador o
ministro, no, se trata del rey, que se mantiene ocupado frente a
la puerta de los obsequios y no tiene tiempo para andar
atendiendo a cualquiera que se le ocurre hablar con el
rey.

"…pues entonces ve y dile que no me iré de
aquí hasta que él venga personalmente para saber lo
que quiero"[4]
El hombre está
empeñado en hacerse oír, no hace caso al proceso
normal sino que espera lo que sea necesario hasta que el rey
decida presentarse ante él, causando una serie de
dificultades a los procesos normales que se ven entorpecidos por
el hombre. "…el rey perdía, y mucho, porque las
protestas públicas, al notarse que la respuesta tardaba
más de lo que era justo, aumentaban gravemente el
descontento social, lo que a su vez, tenía inmediatas y
negativas consecuencias en el flujo de los
obsequios."
[5] Pero el hombre no piensa en
las consecuencias de su actitud,
quiere ser escuchado por el rey, un rey interesado en recibir,
amañado al sistema, que no está acostumbrado a
escuchar a cualquiera pues para eso tiene un número de
encargados y procesos que evitan tener contacto directo con los
necesitados. Algo parecido a los procesos que se deben seguir en
nuestra sociedad
actual, los sistemas
administrativos cada vez se separan más de la gente
común y corriente.

La gente tiene que seguir una estructura
bastante complicada si pretenden ser escuchados por quienes
tienen el poder de
atender sus necesidades. Las sedes de las instituciones
están colmadas de personas que permanecen mucho tiempo en
la puerta de las peticiones esperando que se les deje entrar,
para luego hacer largas colas ante las ventanillas para ser
atendidos por ayudantes que los envían a otras
ventanillas, a otras oficinas a narrar su historia a un
sinnúmero de personas y quizá se les exija, luego
de muchos procesos, que sus peticiones sean escritas siendo
necesario firmar, hacer autenticar el documento, sacarle unas
copias al original y llevarlo a las oficinas que sean necesarias
para que, en unos días, finalmente llegue al funcionario
indicado que nunca le ve la cara, lee la petición, y sin
el impacto de la presencia de quien tiene la necesidad, emite un
juicio, da una respuesta que no siempre satisface, que resulta
siendo, la mayoría de las veces, un tanto injusta. Pero en
esta historia, lo cierto es que, "El rey al cabo de tres
días, y en real persona, se acercó a la puerta de
las peticiones, para saber lo que quería el entrometido
que se había negado a encaminar el requerimiento por las
pertinentes vías
burocráticas."
[6]

Al llegar a la puerta de las peticiones el rey tiene que
vérselas con la mujer de la
limpieza que a partir de este momento adquiere una gran
importancia en la historia, es un personaje con una personalidad
especial, que no teme expresarse, con una valentía que la
hace ser distinta a cualquier otra mujer "Abre la puerta,
dijo el rey a la mujer de la limpieza, y ella preguntó,
toda o sólo un poco…de par en par,
ordenó."[7]
Al querer que la puerta se
abra de par en par el rey no quiere hacer nada más que
confrontar cuanto antes a aquel que le ha obligado a desplazarse
hasta la puerta de las peticiones, así que el rey
está persuadido por un interés
personal sobre
este individuo,
definitivamente, no puede ser cualquier persona, algo especial
debe tener este hombre que demanda su
presencia, "la inopinada aparición del rey (nunca una
cosa tal había sucedido desde que usaba corona en la
cabeza) causó una sorpresa
desmedida
,"[8] "Dividido entre la
curiosidad irreprimible y el desagrado de ver a tantas personas
juntas, el rey, con el peor de los modos, preguntó tres
preguntas seguidas, Tú qué quieres, por qué
no dijiste lo que querías, te crees que no tengo nada
más qué hacer
…"[9]
Siempre los burócratas tratan de mostrar a los que
supuestamente son menos que ellos la importancia que les
caracteriza y que debería ser un motivo suficiente para
que los demás reconocieran su inferioridad, el poder se
muestra y se
mantiene y no puede ceder ante las odiosas pretensiones de los
demás.

Las tres preguntas del rey deberían dejar clara
la posición del hombre respecto a él y la gravedad
de la situación provocada por él que ha cambiado el
curso normal de las cosas y ha obligado al rey a acercarse a la
puerta de las peticiones, sentarse en la silla incómoda de
la mujer de la limpieza y acercarse a un lugar rodeado de un gran
número de personas que siguen atentamente el desarrollo de
las acontecimientos en torno al hombre.
"…pero el hombre sólo respondió a la
primera pregunta, dame un barco, dijo
."[10] A
partir de este momento se inicia un diálogo
entre el rey y el hombre que pide un barco…"Y
tú para qué quieres un barco, si puede saberse, fue
lo que el rey preguntó cuando finalmente se dio por
instalado con sufrible comodidad en la silla de la mujer de la
limpieza,…"
[11] "…Para
buscar la isla desconocida, respondió el
hombre"
[12] "…

La isla desconocida se convierte en un personaje
más de la historia, es la representación más
clara de las necesidades del hombre que va en su búsqueda,
una búsqueda que terminará sacándolo de su
mundo irreal, conduciéndolo a lo más profundo de su
ser y confrontándolo con sus verdaderas necesidades y
carencias. "Qué isla desconocida, preguntó el
rey, disimulando la risa, como si tuviese enfrente a un loco de
atar, de los que tienen manías de navegaciones, a quien no
sería bueno contrariar así de
entrada"
[13] La petición que tanto
sorprende al rey, se convierte en un modo previo de conocimiento
que le permite al rey hacerse una imagen de este
hombre, debe estar loco pues sólo a un loco se le
ocurriría pedir un barco al rey para ir en busca de una
isla desconocida, sin embargo el rey quiere ir más
allá, adentrarse un poco en la locura que intuye en el
hombre y conocer sus verdaderas pretensiones, pero poco a poco se
va dando cuenta que no es tan loco sobre todo cuando se
más adelante se sienta confrontado por él de un
modo más directo.

"Y qué isla desconocida es esa que tú
buscas, si te lo pudiese decir, entonces no sería
desconocida."[14]
El hombre no puede dar
datos de la
isla desconocida para responder a la inquietud del rey, y en la
respuesta, es muy lógico el hombre al afirmar que si
supiera algo sobre esa isla ya no sería desconocida,
así que el loco comienza a mostrar su inteligencia y
sagacidad ante un rey sorprendido cada vez más, entre la
cordura y la locura del hombre se da testimonio de una
personalidad que juega entre el realismo y la
fantasía con total naturalidad y que no se deja imponer un
criterio ligero de los sistemas
imperantes sino que justamente asume una posición muy
personal frente a ellos,"…es imposible que no exista
una isla desconocida."[15]
Todo lo que tiene
que ver con esta isla desconocida se me ocurre que presenta dos
planos entre realidad y fantasía de la conducta y
la
personalidad del protagonista, un aventurero con los pies en
la tierra tan
realista pero a la vez con una gran capacidad para ir más
allá de las cosas evidentes, un soñador pero
alguien que también intenta descubrir una verdad que no es
tan evidente pero que se va construyendo poco a poco.

"Y has venido aquí para pedirme un barco,
tú quién eres para que yo te lo dé, y
tú quién eres para no dármelo, soy el rey de
este reino y los barcos del reino me pertenecen todos, más
les pertenecerás tú a ellos que ellos a
ti
,"[16] A este nivel de la
conversación el hombre se convierte en un desafío
más profundo para el rey, se ve cuestionado en su
ejercicio de poder y en lo que le es más esencial. El rey
se deja cuestionar y no puede descargar sobre el hombre todo el
peso de su autoridad,
simplemente le escucha y avanza prestando entera atención…"tú sin ellos
nada eres, y que ellos sin ti, pueden navegar
siempre
."[17] Un rey no es nada sin sus
posesiones las posesiones sin él son lo que son, el tener
aparece aquí como un término que condiciona y
determina la plenitud de un mandatario cuya ser termina
dependiendo de las cosas.

"Y esa isla desconocida, si la encuentras,
será para mí"[18]
El rey debe
intentar sacar algún provecho de la pretensión del
hombre por si tiene algo de posibilidad, quizá llegue a
encontrar una isla desconocida, entonces eso ayudaría al
rey a aumentar su poder, nunca se sabe qué fin puede tener
una aventura como estas, es mejor tratar de sacar algún
provecho y eso sí que lo muestra el rey con
interés, pero el hombre es claro al recordarle al rey que
sólo le interesan las islas conocidas.

En verdad en nuestra sociedad si que tenemos un registro claro de
burócratas, funcionarios, individuos que ostentan el
poder, que viven de las ilusiones de los más pobres, se
aprovechan de sus sueños y muchas veces apoyan sus
pequeñas empresas
mostrando una aparente caridad que no es más que la
máscara de un desmedido utilitarismo, la mayoría de
nuestras gentes sencillas trabajan para los poderosos, su riqueza
es labrada desde la pobreza y la
sencillez de los más necesitados.

"Ante la ineludible manifestación de voluntad
popular y preocupado con lo que, mientras tanto, habría
perdido en la puerta de los obsequios, el rey levantó la
mano derecha imponiendo silencio y dijo, voy a darte un barco,
pero la tripulación tendrás que conseguirla
tú, mis marineros me son precisos para las islas
conocidas."
[19]

Con esta decisión real, el rey pone
término a su contacto con el hombre, el concede el barco y
ya no le queda al hombre más que proveerse de todas las
cosas necesarias para ir en busca de su isla desconocida, ha
obtenido el barco deseado y tiene en sus manos la tarjeta del rey
que le autoriza para obtenerlo. "El hombre que iba a recibir
un barco leyó la tarjeta de visita, donde decía Rey
debajo del nombre del rey, y eran éstas las palabras que
él había escrito sobre el hombro de la mujer de la
limpieza, entrega al portador un barco, no es necesario que sea
grande, pero que navegue bien y que sea seguro, no quiero
tener remordimientos en la conciencia si las
cosas ocurren mal."[20]
La nota de la tarjeta
del rey nos da algunos datos sobre el rey, sobre sus sentimientos
que en el fondo son buenos, teme a su conciencia y se asegura que
el hombre obtenga el barco indicado con la debida seguridad, el
rey que aparece en esta historia no es despiadado, tiene una sana
preocupación por el hombre y como rey se compromete de
algún modo con la situación del hombre.

Después de tener la tarjeta del rey que le hace
dueño de un barco, ese inicia un nuevo capítulo de
la historia, el hombre con el barco, pero se inicia
también una nueva condición en las reglas del
juego en el
caso de la puerta de las peticiones que ya no cuenta con la
presencia de la mujer de la limpieza quien, siguiendo al audacia
del hombre, se ha sentido motivada para darle un giro a su
destino y por eso se va a perseguir la historia del hombre, a
vigilar su desarrollo haciéndose una personaje principal
en esta historia. "La aldaba de bronce volvió a llamar
a la mujer de la limpieza, pero la mujer de la limpieza no
está, dio la vuelta y salió con el cubo y la escoba
por otra puerta, la de las decisiones, que apenas es usada, pero
cuando lo es, lo es."[21]

La decisión de la mujer de la limpieza muestra
una conducta similar a la del hombre, la mujer definitivamente se
parece al protagonista, es un complemente de su personalidad, un
espejo en el que más tarde podrá ver con claridad
la verdadera necesidad de su ser interior que se expresa en la
realidad externa por medio de una pretensión de tener un
barco e ir en busca de una isla desconocida. La mujer,
"…pensó que ya bastaba de una vida de limpiar y
lavar palacios, que había llegado la hora de mudar de
oficio, que lavar y limpiar barcos era su verdadera
vocación, al menos en el mar el agua no le
faltaría"
[22] la mujer es un personaje
que se siente confrontado en su realidad gracias a la
personalidad y valentía del hombre que le hace tomar una
decisión radical y descubrir un nuevo modo de realizarse,
el hombre sin pretenderlo ayuda a la mujer a encontrar su
verdadera vocación, que entre otras cosas, es una
vocación dotada de una gran sencillez e ingenuidad, pero
de gran valentía y fortaleza porque significa aceptar
vivir en condiciones que no son las mejores desde el punto de
vista material, no debe ser muy agradable dedicarse toda la vida
a la limpieza y si que debe ser complicado limpiar
barcos.

El hombre va en busca de su barco, tiene en sus manos la
tarjeta del rey "quedaban descartados los paquebotes, los
cargueros y los navíos de guerra…los botes, las falúas y las
chalupas"[23]
la tarjeta le permite hacerse
ya una idea de lo que obtendrá, se descartan las grandes
embarcaciones pero también las pequeñas, las
grandes no son necesarias para una empresa como
al de ir en busca de una isla desconocida y las pequeñas
no ayudarían en nada, su capacidad sería
nula.

"El capitán miró al hombre y le hizo
la pregunta que al rey no se le había ocurrido, sabes
navegar, a lo que el hombre respondió, aprenderé en
el mar"[24]
no hay nada que pueda detener al
hombre su decisión está tomada, reconoce que no es
un experto, no sabe navegar pero eso se aprende en el mar,
navegar se aprende navegando como nadar nadando, se aprende a
vivir viviendo, no hay reglas que nos enseñen a vivir, las
reglas se imponen en el ejercicio de la vida pero se aprende a
vivir viviendo, la misma vida es nuestra mejor escuela, lo
demás hace parte de un proceso de adaptación a las
circunstancias. "Dame un barco que yo respete y que pueda
respetarme a mí
."[25]creo que esto que
pide el hombre al capitán muestra lo importante que es el
barco, se le da un sentido especial, el barco aparece no
sólo como un objeto sino como un ser que entrará en
relación con el hombre y esta relación debe ser lo
más favorable posible, no puede entorpecer las ilusiones
del hombre.

Pero el capitán también tiene la misma
inquietud del rey respecto a la isla desconocida, cree que estas
ya no existen, pero aún así el hombre persevera,
está convencido que debe existir alguna "Hombre de
tierra soy yo,
y no ignoro que todas las islas, incluso las conocidas, son
desconocidas mientras no desembarcamos en
ellas,"[26]
en este caso el hombre hace una
vez más uso de su lógica
confrontando a quienes lo interrogan y que en el fondo pretender
hacerlo desistir de sus propósitos. Es verdad, la isla de
San Andrés es una isla conocida, conquistada hace mucho
tiempo, pero yo no la conozco, es desconocida para mí
hasta tanto no tenga la oportunidad de llegar a ella, luego las
islas desconocidas si que existen. Y existen muchas si creemos
que nosotros mismos, los hombres somos islas desconocidas para
nosotros mismos y para los demás.

"Así que la mujer de la limpieza
percibió para dónde apuntaba el capitán,
salió corriendo de detrás de los bidones y
gritó, es mi barco, es mi barco,"
[27]
Entra en escena una vez más la mujer de la limpieza, esta
vez se hace propietaria del barco, a partir de entonces adquiere
un compromiso mucho más fuerte con la realidad del hombre,
empieza a mostrarse como una figura determinante en el desenlace
de la historia y, me parece a mí que se establece entre
ella y el barco una relación un tanto más estrecha
que la que une al barco con el hombre, el sentido de propiedad es
mucho más fuerte en la mujer, de cierto modo roba al
hombre su ilusión, pero claro, no lo sustrae de ella, es
más, su actitud dependerá siempre de la del hombre,
él es el verdadero propietario del barco y al que
más le interesa encontrar la isla desconocida.

"Parece una carabela, dijo el hombre, más o
menos, concordó el capitán, en su origen era una
carabela, después pasó por arreglos y adaptaciones
que la modificaron un poco, pero continúa siendo una
carabela,"[28]
Una carabela, es lo que
obtiene finalmente el hombre y queda satisfecho. Sólo
hasta ahora se da cuenta de la presencia de la mujer y por
primera vez se formaliza un poco más su contacto con ella
que le recuerda de dónde viene, "y por qué no
estás en el palacio del rey, limpiando y abriendo puertas,
porque las puertas que yo quería ya fueron abiertas y
porque de hoy en adelante sólo limpiaré barcos,
entonces estás decidida a ir conmigo en busca de la isla
desconocida, salí del palacio por la puerta de las
decisiones,"[29]
la decisión de la
mujer es clara, se desarrolla acá una reflexión en
torno al destino que nos sorprende y que va moviendo sus fichas sin que
lo alcancemos a notar, la decisión de la mujer de la
limpieza es una jugada del destino, un toque que
determinará las posibilidades del hombre en la
realización de sus sueños. La mujer y su sentido de
pertenencia persuaden al hombre, es ella quien a partir de ahora
le hará notar al hombre la importancia de su barco, le
invita a conocerlo, ella es el complemento, lo que el hombre
necesita para llegar a la isla desconocida, "No quieres venir
conmigo a conocer tu barco por dentro, dijiste que era tuyo,
disculpa, fue sólo porque me gustó, gustar es
probablemente la mejor manera de tener, tener debe ser la peor
manera de gustar."[30]
Gustar es una manera
de tener cuando el gusto establece algo más que un
contacto a través de los sentidos, el
gusto permite establecer un encuentro en un plano distinto al de
la posesión de hecho, el que gusta de algo, como en el
caso de la mujer con el barco, lo posee de cierta manera y, en
este cado el gusto es más que posesión, el barco
también es de la mujer.

"…había nidos por todas partes, muchos
de ellos abandonados, otros todavía con huevos, y unos
pocos con gaviotillas de pico abierto, a la espera de comida.
Pues sí, pero será mejor que se muden de
aquí, un barco que va en busca de la isla desconocida no
puede tener este aspecto, como si fuera un gallinero,
dijo."[31]
La mujer de la limpieza conoce el
barco en su interior antes que el hombre, se entrega a las
labores de limpieza, limpia el interior del barco y al ir
limpiándolo lo va conociendo, establece con el una
adecuada relación, la tarea de la mujer proporciona una
limpieza interior que hace una referencia al plano
psicológico tanto del hombre como de ella misma, esta es
la mujer que establece el orden.

"Las velas son los músculos del barco, basta ver cómo
se hinchan cuando se esfuerzan, pero, y eso mismo les sucede a
los músculos, si no se les da uso regularmente, se
aflojan, se ablandan, pierden nervio, y las costuras son los
nervios de las velas, pensó la mujer de la
limpieza,"[32]
Además de establecer el
orden, la mujer le da al barco el significado que merece, empieza
a tratarlo como a una persona que requiere de sus cuidados y ella
sabe cómo proporcionárselos. "Ya le
enfadó, y mucho, la falta absoluta de municiones de boca
en el pañol respectivo, no por ella, que estaba de sobra
acostumbrada al mal rancho del palacio, sino por el hombre al que
dieron este barco, no tarda que el sol se ponga,
y él aparecerá por ahí clamando que tiene
hambre, que es el dicho de todos los hombres apenas entran en
casa, como si sólo ellos tuviesen estómago y
sufriesen de la necesidad de llenarlo."[33]

Pero aunque tiene la razón, la mujer se equivoca el hombre
es consciente de las necesidades y no piensa sólo en su
estómago, también ha traído comida para la
mujer, "Estate tranquila, traigo comida para los dos. Y los
marineros, preguntó ella. Como puedes ver, no vino
ninguno. Pero los dejaste apalabrados, al menos, volvió a
preguntar ella. Me dijeron que ya no hay islas desconocidas, y
que, incluso habiéndolas, no iban a dejar el sosiego de
sus lares y la buena vida de los barcos de línea para
meterse en aventuras oceánicas, a la búsqueda de un
imposible
…"[34] Parece que la
única persona capaz de aventurarse en la búsqueda
de la isla desconocida es la mujer, sólo ella comparte la
locura del hombre y la hace suya, es también el juego de
su propio destino y confía mucho en él tanto que
cree estar realizando su verdadera vocación, eso es,
sólo por vocación se asume una aventura como estas,
la vocación es algo más que realización,
más que destino, implica pasión, riesgo, aventura,
un juego en el que no se tiene más seguridad que la
decisión, todo lo demás hace parte de un gran
número de posibilidades.

El hombre que había ido en busca de
tripulación no logró convencer a nadie de
acompañarlo, "Qué piensas hacer, si te falta
una tripulación. Todavía no lo sé.
Podríamos quedarnos a vivir aquí, yo me
ofrecería para lavar los barcos que vienen al muelle, y
tú, y yo. Tendrás un oficio, una profesión,
como ahora se dice. Tengo, tuve, tendré si fuera preciso,
pero quiero encontrar la isla desconocida, quiero saber
quién soy yo cuando esté en ella. No lo sabes, si
no sales de ti, no llegas a saber quién
eres."[35]
Las imposibilidades que van
apareciendo y que harían desistir al hombre, son filtradas
por la mujer de la limpieza, ella las asimila y las devuelve al
hombre convertidas en posibilidades dándole así una
visión distinta de su realidad en la que ella termina
involucrándose totalmente. La sencillez de los dos no
niega la posibilidad de que se establezca además un
vínculo reflexivo, a esta altura de la historia nuestros
protagonistas empiezan a reflexionar sobre sí mismos y
sobre lo que les es más esencial, en este caso, se hace
referencia a la necesidad de conocerse a sí mismo y de
hallarse, hay un autodesconocimiento que debe ser superado con
una autoimagen que empiezan a construir entre ambos y que pronto
darán a luz.

"El filósofo del rey…decía que
todo hombre es una isla"[36] "es necesario salir
de la isla para ver la isla, que no nos vemos si no nos salimos
de nosotros, si no salimos de nosotros
mismos,"[37]
Somos islas, lo más
curioso es que al reflexionar en esto nos damos cuenta que la
gran mayoría de las veces no nos hemos dado la oportunidad
de conocernos a nosotros mismos, quizá sepamos datos sobre
nuestra existencia, el día en que nacimos, el lugar en que
nacimos, los sitios en que transcurrió nuestra infancia, la
escuela en la que estudiamos, recordamos quizá el nombre
de nuestros amiguitos, el de nuestros profesores favoritos,
nuestros recuerdos están llenos de datos que tienen que
ver con nosotros, pero nuestro ser interior, en realidad, es una
isla que necesita ser conocida, y no somos islas desconocidas
solo para nosotros mismos sino para los demás.

A veces creamos barreras tan infranqueables en nuestras
relaciones que difícilmente nos damos a conocer a los
demás pagamos el precio de una
inautenticidad que obliga a los demás a crearse prejuicios
sobre nosotros que la mayoría de las veces son totalmente
equivocados. Creo que valdría la pena pensarnos más
como islas pero en la posibilidad de ser conocidos, tener la
capacidad de abrir nuestro ser interior, no tener miedo a
compartir nuestra interioridad, concebirnos como seres capaces de
entrar en relación con los demás y con la apertura
para que los otros lleguen a nosotros y se afirmen a sí
mismos en el encuentro con nosotros. La antropología nos define como seres
relacionales, pero creo que es una verdad a la que le queda mucho
por ser descubierta.

"Siempre tuve la idea de que para la
navegación sólo hay dos maestros verdaderos, uno es
el mar, el otro es el barco. Y el cielo, te olvidas del cielo.
Sí claro, el cielo, los vientos, las nubes, el cielo,
sí, el cielo."[38]
Aquí se
muestra una vez más cómo la mujer de la limpieza
poco a poco va abriendo los ojos del hombre permitiéndole
ver otros aspectos de la realidad hasta ahora desconocidos por
él, le permite tener una nueva visión de las cosas
y una capacidad de admiración por las cosas que le
rodean.

El hombre contempla su carabela, la admira, pero siente
decepción por no haber conseguido la tripulación
necesaria, "es bonita, dijo el hombre, pero si no consigo
tripulantes suficientes para la maniobra, tendré que ir a
decirle al rey que ya no la quiero. Te desanimas a la primera
contrariedad. La primera contrariedad fue esperar al rey tres
días, y no desistí. Si no encuentras marineros que
quieran venir, ya nos las arreglaremos los
dos."[39]
Qué linda es la mujer
intentando ayudar al hombre para que no desista de su
propósito, no se si pueda pensarse en cierto temor ante la
frustración de no poder realizar su destino, el de la
mujer que al cruzar por la puerta de las decisiones del palacio,
se ha lanzado a una aventura, me parece mejor pensar en que la
mujer definitivamente quiere ayudar al hombre, lo considera muy
importante lo admira por haber tenido la osadía no
sólo de retar al rey sino por hacerlo romper las normas impuestas
por él mismo, por hacerlo saltar el protocolo para
finalmente acceder a sus peticiones.

"Sin marineros no podremos navegar. Eso ya lo has
dicho. Y hay que abastecer el barco de las mil cosas necesarias
para un viaje como éste, que no se sabe a dónde nos
llevará. Evidentemente. Y después tendremos que
esperar a que sea la estación apropiada, y salir con marea
buena, y que venga gente al puerto a desearnos buen viaje. Te
estás burlando de mí. Nunca me reiría de
quien me hizo salir por la puerta de las
decisiones."
[40] No queda duda de que entre
el hombre y la mujer de la limpieza se ha establecido una
relación importante ya se han hecho cómplices y
partícipes de un destino que seguirá
siéndoles común, la relación es
recíproca, se establece en términos de
complementariedad pero aún falta lo más importante,
el reconocimiento de sí mismos en el otro, ambos tienen
unas profundas necesidades que aún no se atreven a
descubrir pero la relación que entre ambos se ha creado
los ha convertido ya en navegantes.

"La luz de la luna iluminaba la cara de la mujer de
la limpieza. Es bonita, realmente es bonita, pensó el
hombre, y esta vez no se refería a la
carabela."[41]
A esto me refería
cuando afirmaba que aún estaba por suceder lo más
importante en toda esta búsqueda de sí mismos, al
hombre admirar a la mujer en un sentido más
estético que la hace verla bella como realmente es,
empieza a darse el
conocimiento y a confrontarse el hombre consigo mismo, se da
un giro en los intereses y la historia adquiere un nuevo
significado, quienes leemos cambiamos totalmente nuestra
visión de la historia y la recreamos de manera distinta a
como hasta ahora lo habíamos hecho, estamos ahora frente a
dos seres que se necesitan uno al otro. "A pesar de que
estaban en el interior del muelle, el agua se
onduló un poco al paso del paquebote, y el hombre dijo,
pero nos balancearemos mucho más. Se rieron los dos,
después se callaron, pasado un rato uno de ellos
opinó que lo mejor sería irse a
dormir."[42]

Los diálogos adquieren unas
características nuevas, el hombre ya no es el simple
hombre aventurero que va tras la isla desconocida y la mujer no
es la de la limpieza que cruzó por la puerta de las
decisiones, siguen siendo los mismos, pero ahora están
frente a frente, un hombre y una mujer compartiendo lo que
empieza a ser juego de interioridad tímida pero con
pretensiones profundas aún no manifiestas, una especie de
juego sensual que capta toda la atención del lector.
"Ella mantuvo las velas, una en cada mano, él
encendió un fósforo, después, abrigando la
llama bajo la cúpula de los dedos curvados la llevó
con todo el cuidado a los viejos pabilos, la luz prendió,
creció lentamente como la de la luna, baño la cara
de la mujer de la limpieza. No sería necesario decir que
él pensó, es bonita, pero lo que ella pensó,
sí, se ve que sólo tiene ojos para la isla
desconocida." "He aquí cómo se equivocan las
personas interpretando miradas, sobre todo al
principio."[43]

Esas falsas interpretaciones son propias de nuestra
falta de conocimiento del otro y de la realidad que nos es
extraña, hasta tanto no nos demos la oportunidad de
adentrarnos un poco más profundo en la realidad del otro,
en sus motivaciones, en todo lo que lo define, no podremos
hacernos un juicio verdadero y, por lo tanto, nuestra interpretación del otro, como en este caso,
será equivocada. La mujer y el hombre han conversado, se
han observado y admirado mutuamente pero aún no se conocen
uno al otro, están en ese proceso de una manera muy
natural, sin ninguna pretensión, simplemente siguen el
curso del destino,"ella le entregó una vela, dijo,
hasta mañana, duerme bien, él quiso decir lo mismo
de otra manera, que tengas sueños felices, fue la frase
que le salió…"[44]

"Le había deseado buenos sueños, pero
fue él quien se pasó toda la noche soñando.
Soñó que su carabela navegaba por alta mar, con las
tres velas triangulares gloriosamente hinchadas, abriendo camino
sobre las olas, mientras él manejaba la rueda del
timón y la tripulación descansaba a la
sombra."
[45] El sueño es muy
importante en esta historia, Saramago lo entiende como un plano
de realidad en el que se pueden realizar todas las ilusiones, en
el sueño, el hombre crea todo un ambiente que
quisiera copiar luego en la realidad, en el sueño no hay
límites la realidad que tanto anhela se realiza, aparece
la tripulación y todo lo que necesita llevar consigo a la
conquista de
la isla desconocida. "No entendía cómo estaban
allí los marineros que en el puerto y en la ciudad se
habían negado a embarcar con él para buscar la isla
desconocida,"[46] "El hombre del timón
buscó con sus ojos a la mujer de la limpieza y no la
vio…ahora mismo andan los ojos de él
pretendiéndola y no la
encuentran."[47]

"El hombre del timón pregunta a los marineros
que descansan en cubierta si avistan alguna isla desconocida, y
ellos responden que no ven ni de unas ni de otras, pero que
están pensando desembarcar en la primera tierra habitada
que aparezca, siempre que haya un puerto donde fondear, una
taberna donde beber y una cama donde
folgar,"
[48] Pero además el
sueño le muestra al hombre la verdad que no había
logrado intuir en la realidad. Comprende a los tripulantes y la
conversación que cruza con ellos le permitirá luego
entender por qué no le acompañaron a la carabela,
por qué decidieron no convertirse en su
tripulación. Y aún en el sueño sigue
haciéndose fuerte la acusación sobre la isla
desconocida , la tripulación le dice: "La isla
desconocida es cosa inexistente, no pasa de una idea de tu
cabeza, los geógrafos del rey fueron a ver los mapas y
declararon que islas por conocer es cosa que se acabó hace
mucho tiempo,"[49]
El sueño en esta
historia tiene mucho de real, es un pase, una llave, un camino,
es el que finalmente le permitirá al hombre despertarse y
contemplar su verdad, hallarse y reconocerse a sí mismo y
lo hará en los brazos de la mujer de la
limpieza.

"Entonces por sí misma, la carabela
viró la proa en dirección a tierra, entró en el
puerto y se encostó a la muralla del embarcadero.
Podéis iros, dijo el hombre del timón, acto salido
salieron en orden, primero las mujeres, después los
hombres, pero no se fueron solos, se llevaron con ellos los
patos, los conejos y las gallinas, se llevaron los bueyes, los
asnos y los caballos, y hasta las gaviotas, una tras otra
levantaron el vuelo y se fueron del barco, transportando en el
pico sus gaviotillas, proeza que no habían acometido
nunca, pero siempre hay una primera vez."[50]

La mujer había hecho una limpieza al interior de la
carabela, ahora el sueño obligaba al hombre a realizar su
propia limpieza, despojar la carabela de todo aquello que
impidiera la posibilidad de encontrarse, es decir, de llegar a la
isla desconocida y conquistarla, sin esta limpieza es imposible
llegar a sí mismo y mucho menos llegar a reconocer a los
otros, o sea, reconocer a la mujer de la limpieza.

"Las raíces de los árboles
están penetrando en el armazón del barco, no
tardará mucho en que estas velas hinchadas dejen de ser
necesarias, bastará que el viento sople en las copas y
vaya encaminando la carabela a su
destino."
[51] Lo que sucede es que en el
sueño la carabela termina siendo la isla desconocida, de
modo que podemos hacer una interpretación de la realidad,
lo que tanto ha estado
buscando el hombre no está tan lejos de él, la isla
desconocida está muy cerca, es la misma carabela, la isla
desconocida es él mismo.

Esa luz que le da el sueño, lo que le permite con
los ojos cerrados adentrarse en lo más profundo de su ser
interior, es el punto clave que le da un fin a esta historia en
la que el hombre termina abrazado a la mujer unido a ella de
manera esencial, a alcanzado la más eficaz claridad sobre
su destino, lo ha comprendido perfectamente y ha entendido
finalmente que ha llegado a la isla desconocida de su propia
conciencia y que se ha encontrado con otra isla desconocida, ha
entendido que dos islas desconocidas al encontrarse
después de una búsqueda, pueden amarse, pueden
conocerse y conquistarse mutuamente… "Entonces el
hombre fijó la rueda del timón y bajó al
campo con la hoz en la mano, y, cuando había segado las
primeras espigas, vio una sombra al lado de su sombra. Se
despertó abrazado a la mujer de la limpieza, y ella a
él, confundidos los cuerpos, confundidas las literas, que
no se sabe si esta es la de babor o la de estribor.
Después, apenas el sol acabó de nacer, el hombre y
la mujer fueron a pintar en la proa del barco, de un lado y de
otro, en blancas letras, el nombre que todavía faltaba a
la carabela. Hacia la hora del mediodía, con la marea, La
Isla Desconocida se hizo por fin a la mar, a la búsqueda
de sí misma."[52]
El hombre y la mujer
de la limpieza despiertan juntos, han ido más allá
de sus sueños y se han encontrado en la realidad abrazados
uno al otro, han encontrado la isla desconocida.

Soy una isla
desconocida

Isla que anhelo
conquistar

Pero no soy isla
perdida

Pues pronto a ella he de
llegar

Conclusión

Sí, creo que somos islas desconocidas.
Además se me antoja creer que nuestra vida transcurre toda
ella en un proceso de navegación en el que no tenemos
más pretensión que hallarnos a nosotros mismos,
encontrarnos en lo más profundo de nuestro ser interior en
donde los océanos mueven sus olas y nos trazan la
ruta.

Cuando logramos hallarnos, cuando conquistamos nuestra
isla desconocida sabemos que somos partícipes de nuestra
realización y que debemos perseguirla pero que no nos
bastamos solos, necesitamos a otro y a otros que nos guíen
y no nos dejen olvidar lo que somos.

Bibliografía

SARAMAGO, José. El Cuento de la
Isla Desconocida. Séptima Edición, Editorial Punto de Lectura, S.L.
Madrid
España.
2005.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Edison Tamayo
Castaño

Para el área de Literatura en la
Cultura

Docente: Inés Posada

Universidad Pontificia
Bolivariana

Medellín, noviembre 13 de
2008

Revisado en Marzo de 2009

[1] SARAMAGO, José. El Cuento de la
Isla Desconocida. Séptima Edición, Editorial
Punto de Lectura, S.L. Madrid €“ España.
2005. p. 7.

[2] Ibid. P. 8.

[3] Ibid. pp. 9-10.

[4] Ibid. P. 12.

[5] Ibid. P. 13.

[6] Ibid. P. 14.

[7] Ibid. P. 14-15.

[8] Ibid. P. 15.

[9] Ibid. P. 16.

[10] Ibid. P. 16.

[11] Ibid. pp. 19-20.

[12] Ibid. P. 20.

[13] Ibid. P. 20.

[14] Ibid. P. 20-21.

[15] Ibid. P. 21.

[16] Ibid. P. 21.

[17] Ibid. P. 21.

[18] Ibid. P. 22.

[19] Ibid. P. 23.

[20] Ibid. P. 24-25.

[21] Ibid. P. 25-28.

[22] Ibid. P. 28.

[23] Ibid. P. 29-30.

[24] Ibid. P. 31.

[25] Ibid. P. 31.

[26] Ibid. P. 34.

[27] Ibid. P. 35.

[28] Ibíd. P. 36.

[29] Ibid. P. 37.

[30] Ibid. P. 37.

[31] Ibid. P. 39.

[32] Ibid. P. 42.

[33] Ibid. P. 44.

[34] Ibid. P. 45.

[35] Ibid. P. 46-47.

[36] Ibid. P. 47.

[37] Ibid. P. 47.

[38] Ibid. P. 51.

[39] Ibid. P. 51.

[40] Ibid. pp. 53-56.

[41] Ibid. p. 56.

[42] Ibid. p. 57.

[43] Ibid. pp. 58 – 59.

[44] Ibid. p. 59.

[45] Ibid. p. 60.

[46] Ibid. pp. 50-61.

[47] Ibid. p. 64-65.

[48] Ibid. p. 66.

[49] Ibid. p. 67.

[50] Ibid. pp. 70-71.

[51] Ibid. p. 72.

[52] Ibid. p. 73.

Partes: 1, 2
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